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UNIVERSIDAD NACIONAL “PEDRO RUIZ GALLO” LAMBAYEQUE. FACULTAD DE CIENCIAS HISTÓRICO SOCIALES Y EDUCACIÓN SECCIÓN DE POS

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UNIVERSIDAD NACIONAL

“PEDRO RUIZ GALLO” LAMBAYEQUE.

FACULTAD DE CIENCIAS HISTÓRICO SOCIALES Y EDUCACIÓN SECCIÓN DE POST GRADO UNIDAD DE ESTUDIOS DE SEGUNDA ESPECIALIDAD

TECNOLOGÍA E INFORMATICA

SEDE- SANTA CRUZ.

E-LEARNING

DOCENTE

PARTICIPANTE

: Javier Mimbela Colmenares

: Melquiades Villalobos Ramos

Santa Cruz, Agosto de 2008

INTRODUCCIÓN La Web o WWW (World Wide Web) (Berners-Lee, 1999) se puede calificar sin duda alguna como el componente fundamental que ha revolucionado y popularizado el uso de Internet, gracias a ser un medio de difusión y comunicación abierto, flexible y de tecnología muy simple, lo cual ha dado origen a un amplio espectro de aplicaciones como el comercio electrónico, la banca electrónica o los sistemas de entretenimiento en línea, por mencionar algunos. El sector educativo ha encontrado en esta tecnología un excelente medio para romper con las limitantes geográficas y temporales que los esquemas tradicionales de enseñanza-aprendizaje conllevan, revolucionando, y cambiando a la vez, el concepto de educación a distancia. Su adopción y uso han sido amplios, lo que ha permitido un desarrollo rápido y consistente en el que la Web ha ido tomando distintas formas dentro de los procesos educativos. La Web se convierte en la infraestructura básica para desarrollar los procesos de enseñanza-aprendizaje no presenciales, combinando servicios síncronos y asíncronos, lo que ha dado lugar a un modelo conocido como e-formación o elearning, cada vez más valorado, no como sustituto de la formación presencial tradicional, sino más como un complemento que se ha de adaptar según las necesidades y nivel de madurez del público receptor de esta formación (García y García, 2001), que puede ir desde ser una actividad complementaria muy concreta y residual en los estudios de primaria y secundaria, a ser un modelo únicamente no presencial en la formación a distancia o formación continua empresarial. No obstante, las aproximaciones mixtas, que combinan actividades fo rmativas presenciales y no presenciales (o soluciones blended), toman cada vez más fuerza y se posicionan como una importante alternativa ante los grandes retos que se avecinan con la integración del sistema universitario al nuevo Espacio Europeo de Educación Superior y el creciente peso de la formación a lo largo de toda la vida. DEFINICIONES DE E-LEARNING El concepto de e-learning se define de muchas formas diferentes fundamentalmente debido a que los actores que de él hacen uso son muy diversos, cada uno con su idiosincrasia y su ámbito de aplicación. Desde la perspectiva de su concepción y desarrollo como herramienta formativa, los sistemas de e-learning tienen una dualidad pedagógica y tecnológica. Pedagógica en cuanto a que estos sistemas no deben ser meros contenedores de información digital, sino que ésta debe ser transmitida de acuerdo a unos modelos y patrones pedagógicamente definidos para afrontar los retos de estos nuevos contextos. Tecnológica en cuanto que todo el proceso de enseñanza-aprendizaje se sustenta en aplicaciones software, principalmente desarrolladas en ambientes web, lo que le vale a estos sistemas el sobrenombre de plataformas de formación. Desde la perspectiva de su uso se podría distinguir la visión que tienen sus usuarios finales, que con independencia de su madurez y formación, verán al sistema e-learning como una fuente de servicios para alcanzar su cometido formativo. No obstante, también es factible diferenciar una visión de organización, en la que se definen el alcance y los objetivos buscados con la formación basada en estos sistemas, distinguiéndose una visión académica y una visión empresarial.

Si se toma como referencia la raíz de la palabra, e-learning se traduce como “aprendizaje electrónico”, y como tal, en su concepto más amplio puede comprender cualquier actividad educativa que utilice medios electrónicos para realizar todo o parte del proceso formativo. Existen definiciones que abren el espectro del e-learning a prácticamente a cualquier proceso relacionado con educación y tecnologías, como por ejemplo la definición de la American Society of Training and Development que lo define como “término que cubre un amplio grupo de aplicaciones y procesos, tales como aprendizaje basado en web, aprendizaje basado en ordenadores, aulas virtuales y colaboración digital. Incluye entrega de contenidos vía Internet, intranet/extranet, audio y vídeo grabaciones, transmisiones satelitales, TV interactiva, CD-ROM y más”. Otros autores acotan más el alcance del e-learning reduciéndolo exclusivamente al ámbito de Internet, como Rosenberg (2001) que lo define como: “el uso de tecnologías Internet para la entrega de un amplio rango de soluciones que mejoran el conocimiento y el rendimiento. Está basado en tres criterios fundamentales: 1. El e-learning trabaja en red, lo que lo hace capaz de ser instantáneamente actualizado, almacenado, recuperado, distribuido y permite compartir instrucción o información. 2. Es entregado al usuario final a través del uso de ordenadores utilizando tecnología estándar de Internet. 3. Se enfoca en la visión más amplia del aprendizaje que van más allá de los paradigmas tradicionales de capacitación”. Desde la perspectiva que ofrece la experiencia en el desarrollo y explotación de plataformas e-learning, podríamos aventurarnos a dar nuestra propia definición de e-learning como la capacitación no presencial que, a través de plataformas tecnológicas, posibilita y flexibiliza el acceso y el tiempo en el proceso de enseñanza-aprendizaje, adecuándolos a las habilidades, necesidades y disponibilidades de cada discente, además de garantizar ambientes de aprendizaje colaborativos mediante el uso de herramientas de comunicación síncrona y asíncrona, potenciando en suma el proceso de gestión basado en competencias. En todas estas definiciones, así como en otras que se pueden encontrar en la bibliografía especializada, se acaba haciendo mención explícita o implícita a lo que se viene llamando en triángulo del e-learning (Lozano, 2004), formado por la tecnología (plataformas, campus virtuales…), los contenidos (calidad y estructuración de los mismos se toman como elementos capitales para el éxito de una iniciativa de e-formación) y los servicios (siendo el elemento más variopinto que engloba la acción de los profesores, elementos de gestión, elementos de comunicación, elementos de evaluación…). Variando el peso de estos tres componentes se obtienen diferentes modelos de e-formación, de igual forma que variando las variables y recursos con los que cuenta un profesor se ob tienen diferente políticas de docencia presencial. En la práctica, para llevar a cabo un programa de formación basado en e-learning, se hace uso de plataformas o sistemas de software que permiten la comunicación e interacción entre profesores, alumnos y contenidos. Se tienen principalmente dos tipos de plataformas: las que se utilizan para impartir y dar seguimiento administrativo a los cursos en línea o LMS (Learning Management Systems) y, por otro lado, las que se utilizan para la gestión de los contenidos digitales o LCMS (Learning Content Management Systems).

LMS Y LCMS Entre las herramientas más utilizadas para los ambientes o sistemas e-learning están los Sistemas de Administración de Aprendizaje o LMS, también ampliamente conocidos como plataformas de aprendizaje. Un LMS es un software basado en un servidor web que provee módulos para los procesos administrativos y de seguimiento que se requieren para un sistema de enseñanza, simplificando el control de estas tareas. Los módulos administrativos permiten, por ejemplo, configurar cursos, matricular alumnos, registrar profesores, asignar cursos a un alumno, llevar informes de progreso y calificaciones. También facilitan el aprendizaje distribuido y colaborativo a partir de actividades y contenidos preelaborados, de forma síncrona o asíncrona, utilizando los servicios de comunicación de Internet como el correo, los foros, las videoconferencias o el chat. El alumno interactúa con la plataforma a través de una interfaz web que le permite seguir las lecciones del curso, realizar las actividades programadas, comunicarse con el profesor y con otros alumnos, así como dar seguimiento a su propio progreso con datos estadísticos y calificaciones. La complejidad y las capacidades de las plataformas varían de un sistema a otro, pero en general todas cuentan con funciones básicas como las que se han mencionado. Entre las plataformas comerciales más comunes se encuentran Blackboard (http://www.blackboard.com) y WebCT (http://www.webct.com), mientras que las más reconocidas por parte del software libre son Moodle (http://moodle.org) y Claroline (http://www.claroline.net). Los Sistemas de Administración de Contenidos de Aprendizaje o LCMS tienen su origen en los CMS (Content Management System) cuyo objetivo es simplificar la creación y la administración de los contenidos en línea, y han sido utilizados principalmente en publicaciones periódicas (artículos, informes, fotografías…). En la mayoría de los casos lo que hacen los CMS es separar los contenidos de su presentación y también facilitar un mecanismo de trabajo para la gestión de una publicación web. Los LCMS siguen el concepto básico de los CMS, que es la administración de contenidos, pero enfocados al ámbito educativo, administrando y concentrando únicamente recursos educativos y no todo tipo de información. En esencia, se define entonces un LCMS como un sistema basado en web que es utilizado para crear, aprobar, publicar, administrar y almacenar recursos educativos y cursos en línea (Rengarajan, 2001). Los principales usuarios son los diseñadores instruccionales que utilizan los contenidos para estructurar los cursos, los profesores que utilizan los contenidos para complementar su material de clase e incluso los alumnos en algún momento pueden acceder a la herramienta para desarrollar sus tareas o completar sus conocimientos. Los contenidos usualmente se almacenan como objetos descritos e identificables de forma única. En un LCMS se tienen contenedores o repositorios para almacenar los recursos, que pueden ser utilizados de manera independiente o directamente asociados a la creación de cursos dentro del mismo sistema. Es decir que el repositorio puede estar disponible para que los profesores organicen los cursos o también pueden estar abiertos para que cualquier usuario recupere recursos no vinculados a ningún curso en particular, pero que les pueden ser de utilidad para reforzar los aprendido sobre algún tema. El proceso de trabajo dentro de un LCMS requiere de control en cada fase del contenido, esto conlleva un proceso editorial para controlar la calidad de los contenidos creados, así como para permitir y organizar su publicación.

Como conclusión, se puede afirmar que tanto los LMS como los LCMS se pueden generalizar como sistemas de gestión de aprendizaje ya que los primeros gestionan la parte administrativa de los cursos, así como el seguimiento de actividades y avance del alumno; mientras que los segundos gestionan el desarrollo de contenidos, su acceso y almacenamiento. En el mercado, los más comunes son los LMS ya que la complejidad de los LCMS los ha llevado a un desarrollo más lento. HISTORIA DE LA EDUCACIÓN A DISTANCIA Los inicios de la edeucación a distancia se remontan, según las evidencias encontradas en la Gaceta de Boston, al año 1728 (Padula, 2003) cuando se tiene constancia de un ofrecimiento de envío de material de autoinstrucción a los interesados a través del correo postal, con la posibilidad de contar con tutorías por este mismo medio. La industrialización del siglo XIX y la demanda de obra cualificada después de la Segunda Guerra Mundial favorecieron el surgimiento de ofertas formales de educación abierta, que coincide con la inclusión de la modalidad a distancia en instituciones universitarias. Paralelamente, hay un fuerte impulso comercial de recursos didácticos para cubrir una demanda educativa en zonas de difícil cobertura. Los estudios por correspondencia como opción de aprendizaje tendieron con el tiempo a ser subvalorados. Afortunadamente, el trabajo serio de algunas universidades y los resultados de experiencias positivas repitiéndose en diferentes continentes logran que la modalidad perdure y se conjunte con el desarrollo e incorporación de tecnologías vinculadas a la telefonía, la radio y la televisión. Esta fase, denominada multimedial por el hecho de que los programas a distancia empiezan a complementar el material impreso con audio y/o vídeo, obligó a la profesionalización de los equipos y a la adopción del modelo industrial de producción, dando pauta a una siguiente generación impactada por la explosión tecnológica y en la que se integran las telecomunicaciones con otros medios educativos a través de la informática. La computadora se convierte en un multimedia interactivo en sí misma, al sintetizar e integrar en sus programas texto, imágenes, sonidos y animación. La llegada de Internet y el correo electrónico dan nuevo significado y poder a la

educación a distancia generando la posibilidad de enseñar y aprender a través de la Red. Se puede concluir, en este brevísimo recorrido a través de la historia de esta modalidad, que el encuentro entre la estrecha y beneficiosa relación entre la educación a distancia y la tecnología debe estar en todos los casos al servicio de un proyecto educativo y que, por ende, depende de él y a él remite (Taylor, 2001, en Mena, Rodríguez y Díez, 2005). De esta manera pueden evitarse disonancias frecuentes, tales como: - Asimilar como sinónimos educación a distancia y uso de Tecnologías de la Información y la Comunicación. - Reducir la complejidad y redefinir una propuesta formativa a la selección de medios. - Adoptar una visión simplificada de la elaboración de un proyecto de educación a distancia, asumiendo una mirada tecnológica. Concepto de e-learning

No es fácil definir qué es e-learning, pues existen tantas definiciones como personas escriben sobre él. Se asumirá el concepto brindado por Romiszowski (2004) quien realiza una investigación del término e-learning, consultando cien artículos de la especialidad. Y de entre ellos, sólo la mitad de esos artículos define el concepto; de éstos encontró veinte aproximaciones conceptuales diferentes, por lo que integra y propone una definición más estructurada y ofrece algunos ejemplos representativos. Su definición sugiere que el e-learning puede ser una instancia individual y/o una actividad grupal colaborativa que puede emplear dos modos de comunicación: síncrona y asíncrona, y considera al que aprende como aquel que se comunica con una fuente de información distante, en tiempo real o en cualquier momento (ver gráfico ( 1)). El surgimiento del e-learning

Como se vio anteriormente, la definición tradicional de la educación a la distancia se ha ido erosionando lentamente, mientras que los nuevos progresos tecnológicos desafían a los educadores a reconceptualizar la idea de enseñar y de aprender KnowledgeNet identifica cuatro grandes periodos en la historia del e-learning en el contexto de la educación no formal. Era de la capacitación orientada en el instructor (previo a 1983) Antes de que las computadoras fuesen ampliamente usadas, el método más empleado era la capacitación presencial dada por el instructor. Esto permitía a los estudiantes salirse de sus ambientes laborales para trasladarse e interactuar con el instructor y sus compañeros. Sin embargo, esto significaba costes y bajas durante horarios laborales, haciendo que los proveedores de capacitación estuviesen constantemente buscando una mejor forma de capacitación. Era de la Multimedia (1984-1993) Los avances tecnológicos de este periodo se materializan por medios informáticos como: el programa Windows para PC, los equipos Macintosh, CD-ROM, etc. En un intento por hacer más transportables y visualmente atractivos los cursos basados en computador, éstos fueron entregados vía CD-ROM. La disponibilidad en cualquier momento y en cualquier lugar proporcionó ahorros en tiempo y coste que la anterior era no podía y ayudó a reformar la industria de la capacitación. A pesar de estos beneficios, los cursos en CD-ROM presentaron fallos en la interacción con el instructor y en presentaciones dinámicas, haciendo las experiencias lentas y menos atractivas para los estudiantes. Primera ola del e-learning (1994-1999) Al evolucionar la Web, los proveedores de capacitación empezaron a explorar cómo estas nuevas tecnologías podrían mejorar la capacitación. El advenimiento del correo electrónico, web browsers, HTML, media players, audio/vídeo de baja fidelidad y simple Java empezaron a cambiar la cara de la capacitación

multimedial. La tutoría vía e-mail, intranet CBT con textos y gráficos simples y capacitación basada en web empezaron a emerger. Segunda ola del e-learning (2000-2005) Avances tecnológicos, incluyendo aplicación de red Java/IP, acceso a anchos de banda y diseños avanzados de sitios web están revolucionando la industria de la capacitación. Los autores de este artículo consideran que una tercera ola del e-learning (20052010) será de disonancia. La dependencia de los desarrollos tecnológicos prevalece sobre los avances en el conocimiento del aprendizaje, a pesar que las neurociencias están en auge actualmente y por otra parte, si bien la investigación en educación a distancia se ha orientado últimamente al aprendizaje, más que a la tecnología, aún persiste en el área poca evidencia de los resultados asociados al aprendizaje y predominan estudios de casos, con experiencias exitosas aisladas y limitadas en su replicación. Implicaciones desde el punto de vista de los procesos de enseñanza y aprendizaje

Wilson (2002) ofrece un repaso de tendencias relacionadas con la educación a distancia y tecnologías del aprendizaje. Adoptamos y adaptamos aquellos presentes en el contexto latinoamericano, reconociendo la influencia de la perspectiva estadounidense del e-learning. Tecnologización

de

-

Competencias

-

Evaluación Alineación

-

de

los

los

a

sistemas

resultados,

Búsqueda

sistemas

educativos estandarizadas.

y

rendición

evaluaciones de

de y

cuentas métodos eficiencia

- Profesionalización del rol docente Enfoque

centrado

en

- Perspectiva constructivista del aprendizaje

el

que

aprende

Paradigma

cambiante

del

diseño

instruccional

- Taxonomías estandarizadas para resultados de aprendizaje y estrategias instruccionales -

Automatización Authoring

tools

del (plataformas)

diseño más

instruccional

flexibles

y

adaptables

- Diseños más modulares y reutilizables Conectividad -

Avances

-

La

Global en

Web

Tecnologías

como

fuerza

-

de

la

Información

democratizadora,

y

la

Comunicación

emancipatoria,

Recurso Auto-publicación

y

poderosa abierto

conocimiento

compartido

-

Networking

- Aprendizaje autorregulado y grupos de apoyo al desempeño Mitos y realidades del e-learning

La fascinación por la tecnología ha dado como resultado un amplio número de mitos respecto al e-learning. Si a eso se agrega que la industria del marketing desarrolla o refuerza muchos de estos mitos, se obtiene que muchos de los usuarios de esta modalidad sobreestiman los logros que pueden alcanzar ocasionando

posteriormente

decepciones

y

frustraciones.

A

modo

de

ejemplificación, se seleccionan algunos de los principales mitos señalados por Gill (2003). Mito 1: «Los cursos presénciales pueden transferirse al Web sin pérdida de su potencial

de

enseñanza».

Realidad: El e-learning no ha revolucionado la enseñanza, es sólo un método instruccional entre muchos, que pretenden el logro de algunos objetivos instruccionales. Mito 2: «Los cursos de e-learning son tan buenos o mejores que los cursos presénciales». Realidad: Poner un curso en la Web o en CD-ROM no asegura un mejoramiento del desempeño.

Mito

3:

«Todos

aprenden

en

un

ambiente

de

e-learning».

Realidad: Todos aprenden de diferentes maneras. Mito 4: «Los cursos de e-learning son más baratos de impartir que la educación en

el

aula».

Realidad: El e-learning no es una alternativa de bajo coste, especialmente si no está alineada con las metas estratégicas de una organización. Mito 5: «Tener una amplia selección de cursos de donde escoger es una ventaja». Realidad: La selección no asegura calidad, relevancia e impacto. Mito

6:

«Trabajar

y

aprender

son

actividades

separadas».

Realidad: Trabajar y aprender son lo mismo. Trabajar es aprender y aprender es trabajar. Como complemento, y siguiendo esta misma línea, López y Leal (2002) argumentan que: Mito 7: «Los formadores prefieren el e-learning porque permite aproximar el aprendizaje al puesto de trabajo, porque se aprende más que en el aprendizaje tradicional,

porque

permite

propuestas

formativas

muy

flexibles».

Realidad: No todas las personas tienen puestos de trabajo con anchos de banda aceptables. Hay cursos presénciales bien diseñados y con buenas estrategias que consiguen resultados superiores a la formación e-learning. Mito 8: «Los formadores prefieren el e-learning porque permite adaptar la formación

a

los

diferentes

estilos

de

aprendizaje».

Realidad: Esto no depende de la tecnología empleada, sino del diseño de las actividades formativas. Mito 9: «Los participantes prefieren el e-learning porque permite la formación en cualquier

lugar,

en

cualquier

momento

y

porque

es

interactiva».

Realidad: La supuesta disponibilidad del e-learning sólo será posible si se dispone de todos los recursos tecnológicos para ello.

Mito 10: «En un futuro no muy lejano toda la información será con la modalidad de e-learning» Realidad: Los datos del crecimiento de la industria del e-learning no sustentan esta predicción. Conclusiones

Según la OCDE (2001), los avances tecnológicos y de la comunicación mantendrán la promesa para una nueva generación de los usos de la Red que pueden proporcionar saltos cualitativos más allá de lo que es posible hoy con Internet. Seguramente esto tendrá un amplio impacto sobre los procesos de eenseñanza y e-aprendizaje. Mientras tanto, en este Inter., habrá que considerar las experiencias exitosas, analizarlas y adaptarlas a nuestro entorno particular. Se coincide con el profesor Uribarri (2004) cuando hace referencia a los elementos clave que deben contener los programas de e-learning: 1) La presencia del profesor como guía y parte clave del programa. 2) La utilización de herramientas de comunicación –principalmente foros de discusión– donde se desarrolla la interacción del profesor con los alumnos y de éstos entre sí. 3) Grupos de alumnos reducidos –entre 20 y 35– que permitan el trabajo y un gran intercambio de experiencias. 4) Planificación detallada de actividades que tengan muy en cuenta la carga de trabajo que el grupo de estudiantes puede soportar. Este aspecto es crucial, ya que el flujo de trabajo en el programa debe encajar bien en el día a día de los participantes. 5) Contenidos multimedia que permitan formas de aprender distintas. No todos aprenden igual, por eso un buen contenido debe permitir distintos itinerarios de asimilación.

6) La combinación de módulos on line con partes presénciales (el formato blended) supone una muy buena fórmula para el éxito en el aprendizaje. Sin embargo, no habrá que perder de vista que bajo los posibles escenarios que vengan y/o se desprendan de estas recomendaciones, nuevamente las expectativas generadas por intereses económicos y extra-académicos harán que la panacea de solucionar viejos problemas educativos queden en ilusiones y desilusiones, en nuevos encuentros y desencuentros ente la teoría y la práctica del e-learning… CONCLUSIONES Los sistemas que promueven los procesos de enseñanza-aprendizaje a través de sistemas de e-learning tienen una gran importancia para consolidar la denominada Sociedad del Conocimiento. Estos medios abren la puerta para la formación básica o avanzada a una importante cantidad de personas, que pueden ver mejorada su cualificación personal o su situación profesional. Estos sistemas tienen un campo enorme de aplicación ya que la formación puede orientarse de forma complementaria a nivel de educación primaria y secundaria, de forma complementaria o exclusiva a nivel universitario, de postgrado o de formación continua, y de formación especial a medida en las empresas. No obstante, el campo del e-learning está en sus fases iniciales y le falta un largo camino por recorrer hasta alcanzar su madurez y consolidación. En este camino se presentan interesantes retos y líneas de investigación en el campo pedagógico y en el campo tecnológico, enriqueciéndose cuando se produce una mezcla de los intereses de ambos colectivos por conseguir unos mejores productos, y empobreciéndose cuando los actores de un extremo se empeñan en ignorar a los del otro. Tampoco se puede ignorar el factor humano, que se convierte en la pieza más importante cuando se quiere acometer una estrategia basada en la e-formación. En un proceso de enseñanza-aprendizaje ni las plataformas tecnológicas, ni los modelos pedagógicos son el fin sino el medio para conseguir el objetivo último del proceso, esto es, aumentar el conocimiento y la formación de las partes implicadas. De forma que se tiene que tener presente que en los extremos de estos medios se encuentran personas que han de creer en los beneficios que pueden aportar estas soluciones. Sin su aceptación, compromiso y entrega será imposible que el e-learning triunfe en una organización. Con la vista en difundir la importancia creciente de la e-formación y de presentar su estado del arte, sus retos, sus puntos débiles y sus áreas de mejora, hemos abordado este número especial en la revista Teoría de la Educación. Educación y Cultura en la Sociedad de la Información. Se ha intentado cubrir esa mezcla, ese mestizaje científico, esa componente multidisciplinar tan interesante y enriquecedora que aparece en el mundo del e-learning. Así, y tras una dura selección donde aproximadamente el 50% de los artículos recibidos tras la llamada a la participación han quedado excluidos, hemos conformado un monográfico en el que tienen representación las dicotomías formadas por el

sector académico y el empresarial o por el sector pedagógico y el tecnólogo, con interesantes mixturas que enriquecen enormemente el resultado final. En cuanto a los temas tratados la evaluación aparece, como no podía ser de otra forma, como un tópico obligatorio que se va a abordar desde dos perspectivas diferentes. Por un lado Rodríguez analiza las posibilidades y limitaciones de los servicios de las plataformas e-learning para llevar a cabo la evaluación efectiva del aprendizaje de los alumnos, mientras que Colás et al. evalúan la e-formación en sí misma con un enfoque sociocultural. Siguiendo con aspectos pedagógicos, Prieto et al. abordan el problema de la adaptación del aprendizaje a las características del alumno, tomando como criterio para llevar a cabo la adaptación de la presentación de los contenidos el estilo de aprendizaje preferido por los discentes, aportando también directrices metodológicas para el diseño de sistemas hipermedia educativos que contemplen estas características, lo que constituye un importante hito en el estado del arte. Progresando hacia unos tópicos de perfil más tecnológico nos encontramos con el artículo de Ortega et al. en el que nos presentan dos plataformas web, AWLA y Eduwebman, en las que aparece una característica muy interesante como es la inclusión se escenarios para llevar a cabo actividades colaborativas en el proceso de enseñanzaaprendizaje. Siguiendo con las plataformas Rego et al. presentan AHKME (Adaptive Hypermedia Knowledge Management E-learning Platform) un entorno donde el centro de atención reside en los estándares utilizados para almacenar los recursos, IMS en este caso, con lo que el concepto de metadato y de objeto de aprendizaje hace su aparición en este número especial con fuerza al igual que lo está haciendo en la comunidad de e-learning. Continuando con esta idea de organizar los contenidos en piezas reutilizables denominadas objetos de aprendizaje llegamos al último de los artículos de este monográfico a cargo de Hernández, en el que apuesta, como otros muchos investigadores, por aumentar la granularidad de esas piezas digitales para hablar de unidades de aprendizaje.

Evolución del concepto de calidad en E-LEARNING Foco en los contenidos y en el desarrollo de competencias Por

Juan

Carlos

Melendez

Calvo*

Las estadísticas nos muestran que continúa la tendencia al crecimiento del eLearning pero ahora con escenarios segmentados según características de la población objetivo. El foco de atención se inclina hacia los contenidos y su contribución al desarrollo de competencias, no obstante el avance en el desarrollo de sistemas y aplicativos telemáticos. A estas alturas, nadie puede negar que la demanda global de formación de capacidades ha determinado un gran impulso de cursos telemáticos o e-Learning en diversos ámbitos educativos y empresariales. Encontramos servicios de enseñanza-aprendizaje a distancia y aplicaciones telemáticas de apoyo a través de Internet, en colegios, universidades, instituciones públicas, organismos no lucrativos nacionales e internacionales, empresas tecnológicas nacionales y

transnacionales, entre otros. Si realizamos una investigación en Internet de la oferta de este tipo de servicios de formación a distancia, nos encontraremos con opciones para todos los gustos y posibilidades. Frente a este escenario surge la inquietud respecto a la calidad de la oferta eLearning, así como el segmento al que se orientan sus acciones hacia resultados que sustenten la inversión en el capital humano. La iniciativa remueve el tema de las limitaciones que ofrecen las estadísticas de cobertura de la oferta de educación o formación en general, si no concuerdan con indicadores de calidad para evaluar los contenidos en función de las capacidades que se esperan desarrollar. Las

proyecciones

estadísticas

auspiciosas

de

hace

unos

años

En el 2004, prestigiosas consultoras de investigación de mercado habían proyectado un escenario sumamente auspicioso de crecimiento para el eLearning en los años siguientes. La tendencia fue ratificada, cubriéndose las expectativas de oportunidad de negocio y de reducción de la denominada brecha digital, acorde con el desarrollo tecnológico imperante. Según un estudio desarrollado por la consultora estadounidense Bersin & Associates, desde 1999 el e-learning estaba creciendo sostenidamente en las estrategias generales de capacitación de las empresas, ganando cada vez más terreno por sobre otras modalidades. En el 2005 la formación virtual experimentó un crecimiento del 40% en las empresas en el ámbito mundial. En Estados Unidos el 45% aumentó entre un 5 y 20 por ciento sus presupuestos de aprendizaje en línea. Una investigación de mercado realizada por la empresa Giga Group en el 2004, sostenía que el campo de e-learning tendría un crecimiento de entre el 35 y el 50% en el mercado mundial en los siguientes cuatro años (2005-2008), no obstante un decaimiento general en las inversiones por parte de las empresas en este tipo de capacitación en el 2004. Los contenidos siguen evolucionando en forma especializada a través de mejoras pedagógicas y tecnologías disponibles. Por su parte, en China en el 2004 las 67 instituciones de educación superior más destacadas del país fueron autorizadas para empezar a impartir cursos de elearning capacitación laboral y la educación continua para adultos, proyectando los especialistas locales, un aumento de la cobertura en los próximos 5 a 10 años, al ser popularizada en un 90% de los colegios primarios y secundarios. La

segmentación

estadística

sobreviniente

del

e-Learning

La oferta del e-Learning con el tiempo empezó a ser objeto de segmentaciones para la implementación de las estrategias de formación. Además de las distinciones entre educación, capacitación y formación, se hicieron distinciones estratégicas entre los procesos abiertos al público en general de los realizados en los ámbitos corporativos, los referidos a niños y adolescentes de los de adultos, los que concurrían con metodologías presénciales, y algunas otras variables

relevantes

para

diagnosticar

adecuadamente

el

mercado.

La Asociación Nacional de Centros de Elearning y Distancia (Anced) sostuvo que los cursos semipresenciales, a distancia y el e-learning crecieron un 200% en 2007, situándose como los favoritos en la formación continua de los trabajadores. La formación semipresencial ocupaba el primer puesto, con un crecimiento del 126,73%. Por su parte, la educación a distancia aumentó un 43,02% y el elearning presentó un incremento del 26,79%. Un estudio realizado por élogos (consultora de Recursos Humanos) bajo el título "El estado del arte de la formación en España", hizo referencia respecto a que en el mercado español hay descenso de la formación presencial (5%) a favor del blended-learning, modalidad que combina metodología y tecnología (formación presencial y online) y al crecimiento del e-learning, que representa ya el 11 % del total de la formación en España, experimentando un crecimiento del 30%. La formación online ha crecido sustancialmente en el Sector Empresarial (casi 40%), y se espera que se generalice su uso en las Administraciones Públicas (actualmente el e-learning representa un 7% del total de sus planes de formación). Nuevos

aspectos

en

materia

de

evaluación

Hay precisiones y aclaraciones estadísticas que se requiere analizar. Debe determinarse las condiciones que favorecieron al crecimiento de la cobertura en el ámbito mundial y por regiones, las características de la evolución de los cursos abiertos al público en general y los datos referidos a ámbitos corporativos, la población adulta y el exacto impacto de la formación semipresencial. No hay duda sin embargo que hay una tendencia al crecimiento del uso de TICs en los procesos de enseñanza-aprendizaje y que el nuevo paradigma se orienta hacia una cultura de e-Learning que viabilice lo más importante: los contenidos y el fomento del desarrollo de competencias. De alguna forma ya se está superando la confrontación entre los cursos eLearning y la educación presencial. Cada una tiene un ámbito de acción en función a posibilidades materiales de apersonamiento del participante y su receptibilidad a la metodología telemática. Pero, existe aún un segmento de personas que la consideran una alternativa subsidiaria o de jerarquía menor. Esta situación es un negativo paradigma que debe ser incorporado al estudio estadístico para revertir una percepción adversa y demostrar las reales potencialidades del e-Learning. Un curso telemático de calidad pueda ser igual o mas competitivo que determinada oferta de formación presencial. No obstante nuestra afirmación, por tradición, convencimiento o percepción, en la evaluación de formación de competencias del mercado laboral se da aún un valor preferencial a la educación presencial que la realizada a distancia, incluso en el caso de cursos brindados por organizaciones de gran prestigio. La cátedra tradicional presencial pondera con cierto recelo o distancia los avances metodológicos telemáticos por desconocimiento o por determinadas complejidades que la preparación y ejecución de la metodología exigen. Se han abierto puertas a la tecnología a muchos procesos de enseñanza-aprendizaje

presénciales, pero como un soporte complementario o parte de una mezcla de canales de comunicación (blended learning). Debemos estar muy atentos a eventuales limitaciones por parte del participante que también se deben administrar. El aprovechamiento al máximo de un curso eLearning supone cierta cultura informática básica y habilidad en el uso de sistemas (redes) en el ámbito de usuario, no imprescindible pero que facilita o ante las limitaciones establece brechas o ruidos en el proceso de enseñanzaaprendizaje. El medio telemático formativo por sofisticación, exaltación sensorial excesiva de la multimedia o por su complejidad en la presentación, puede ser un distractor o una barrera, si no llega a incorporarse en el ámbito espontáneo y familiar del participante. Como muchos aspectos de la vida moderna, se requiere implementar toda una política de sensibilización de las oportunidades y ventajas que tiene el e-Learning, pero en las condiciones precisas en las cuales se puede aprovechar al máximo estos cursos a distancia. Evaluar cobertura ya no es suficiente, debemos evaluar la calidad de los contenidos en función de las capacidades que se esperan desarrollar. * Juan Carlos Melendez Calvo es consultor en proyectos de formación corporativa e-Learning. Abogado y gestor de proyectos telemáticos en el sector público y privado. Estudios de Maestría en Derecho Internacional Económico (MDIE) y Administración de Negocios (MBA).

Ventajas del uso de la web en la enseñanza Capítulo anterior: 1 - La definición de e-learning Capítulo siguiente: 3 - Inconvenientes del uso de la web en la enseñanza a distancia El e-learning está basado, por tanto, en un uso masivo de la Web como medio de comunicación. Por tanto, es útil conocer las ventajas e inconvenientes del uso de la Web en la enseñaza a distancia. a)Ventajas del uso de la Web en la enseñanza a distancia -Muy fácil de usar. Una vez que se tiene acceso a la Web, trabajar en ella es tan sencillo como pulsar el ratón, pues no se exige ningún conocimiento de informática adicional.. -Sistema de comunicación multimedia. Cuando se está conectado a la Web, se puede acceder a todo tipo de documentos multimedia: no solamente texto, sino también información sonora y audiovisual (el usuario puede recibir, por ejemplo, un fichero con un libro o también una secuencia de vídeo). -Medio de comunicación mundial, donde, en comparación con otros medios -teléfono, fax, correos-, la distancia entre el emisor y receptor de información no es relevante, incluso en la tarificación. Cuando se accede a una página de la Web, desconocemos con frecuencia dónde está ubicado físicamente el ordenador que nos la ha enviado: puede estar situado a unos metros de nuestro propio ordenador, o a miles de kilómetros. Esto no ocurre con el correo

ordinario ni con el teléfono, donde la tarificación va en relación directa con la distancia: cuanto más distantes están el emisor y receptor, mayor será el precio a abonar. Precisamente ha sido esta característica de la Web la que ha dado lugar a que las barreras geográficas hayan desaparecido para el intercambio de información. -Costes muy bajos para el alumnado y para el profesorado que genera contenidos. Dado que Internet funciona como una cooperativa internacional sin ánimo de lucro, donde cada socio asume solamente los gastos de mantenimiento y de conexión al nodo más cercano, los costes son reducidos para todos. -Conexión a la Web de la gran mayoría de centros de investigación y universidades. Este es uno de los grandes valores añadidos de la Web. Además, tenemos que pensar que para el alumnado a distancia, es precisamente éste uno de los factores más importantes respecto a sus contenidos, pues accede a la mayor biblioteca de publicaciones electrónicas jamás soñada. -Enormes posibilidades de interactividad mediante lenguajes tipo Java, o programas como Flash o Shockwave de Macromedia. -Expansión vertiginosa como medio de comunicación universal. La Web se ha convertido, en los países industrializados, en un medio de comunicación casi universal como lo puede ser el fax o el teléfono.