El Viento en Los Espacios Urbanos

EL VIENTO EN LOS ESPACIOS URBANOS Evidentemente el comportamiento del viento en los espacios urbanos depende no sólo de

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EL VIENTO EN LOS ESPACIOS URBANOS Evidentemente el comportamiento del viento en los espacios urbanos depende no sólo de las características topográficas del suelo sobre el que se asienta y la dirección del viento sino también de las características morfológicas de los edificios y la posición de unos en relación con los otros. El esquema básico de comportamiento del viento en relación con un edificio en altura es el de la presión del viento sobre la cara de barlovento ejerciéndose una presión máxima a dos tercios de la altura en relación con el suelo creándose desde esa altura corrientes de aire descendente que generan turbulencias a nivel de suelo en esa cara y en los pasos y callejones laterales. Una forma de mitigar este fenómeno sería el de crear una plataforma o podio de mayor sección que el edificio de modo que las turbulencias no se provoquen a nivel de calle sino sobre la plataforma. También es menor el fenómeno si los paramentos verticales del edificio no son lisos sino tienen elementos horizontales salientes creando una textura o rugosidad en el paramento vertical. Otro fenómeno habitual es el Efecto Venturi que se produce cuando el estrechamiento del espacio entre edificios genera un aumento de la velocidad del viento. También es importante en relación con el viento en los espacios urbanos la presencia de edificios de distintas alturas. La masa edificada actúa mitigando la velocidad del viento pero este efecto es mayor si los edificios tienen todos la misma altura. Cuando tenemos edificios altos emergiendo sobre el resto se crea en su entorno un efecto de aceleración de la velocidad del viento. Cuando las calles están en la dirección del viento éste penetra por ellas. Si están en dirección perpendicular al viento los edificios del lado de barlovento crean una barrera protectora. Si los edificios de un lado y del otro están trabados el viento no pasa de un lado a otro entre los edificios mitigando el efecto de aceleramiento del viento en las esquinas. Si la calle tiene una dirección inclinada en relación con el viento éste se descompone en una componente perpendicular que hace presión sobre el edificio y otra tangente al mismo en la acera que se enfrenta a la dirección del viento, en cambio la acera que está a sotavento presenta una zona protegida. LOS ARBOLES COMO REGULADORES DEL VIENTO La geomorfología del territorio incide en la velocidad y dirección del viento y las consecuencias sobre el territorio. Un caso extremo es el de las montañas como el Teide que cortan los vientos creando una zona de lluvias fértil a barlovento y una zona árida a sotavento. La presencia de árboles puede modificar el recorrido de los vientos según se observa en los croquis adjuntos. Los árboles según su forma y el tipo de copa, crean zonas de brisas bajo las copas o frenan los vientos en toda su altura. La combinación de árboles y arbustos permite elevar las corrientes de aire dejando zonas protegidas tanto a barlovento como a sotavento según se observa en las gráficos adjuntos. La utilización de árboles por la masa que podemos crear enriquece las posibilidades de las DISEÑO DE LOS ESPACIOS URBANOS y CONFORT Analizando tres espacios urbanos de la ciudad de La Coruña: la Plaza de María Pita, los espacios exteriores de la urbanización Los Rosales y los espacios urbanos en la los espacios exteriores en la urbanización Adormideras se pueden observar los distintos comportamientos en relación con. En todos ellos se ha estudiado el efecto del viento, observando cómo los espacios que forman calles en la dirección del viento dominante producen zonas poco confortables. EDIFICIOS ALTOS Y VIENTO Fig 4: Esto ocurre con el viento que pasa a través de la Puerta Real y por el lateral del Ayuntamiento en la Plaza de María Pita, dando sensación de frío en el sector de soportales, haciendo menos agradable la estancia en las mesas. En cambio en el otro lado, donde no se produce esa corriente la estancia resulta abrigada. Fig 5: En los Rosales el viento que desde el monte se canaliza por la abertura de la Plaza genera fuertes corrientes en las calles que rodean la plaza. En cambio en el espacio abierto de la plaza, que va descendiendo de nivel no se produce sensación de viento en las zonas bajas. Fig 6: En Adormideras, la fomIa curva cerrada de los espacios abiertos formados por los bloques generan zonas abrigadas y confortables ya que el viento no se acelera y queda atrapado en la boca de las plazas. Las torres generan una zona de viento y turbulencias creadas por el efecto del choque del viento sobre las paredes, produciéndose corrientes hacia el suelo con turbulencias y acelerándose el viento en los callejones laterales. El comportamiento de los espacios entre edificios en relación con el viento varía según su ubicación relativa. Si estén ubicados en fila, según la distancia, si el viento choca contra una de las paredes del edificio y no se crean turbulencias del otro lado, se crea una zona total sin viento. Según la disposición general se puede formar una calle longitudinal en la dirección del viento o no según que los bloques estén en hilera o al tresbolillo. CONTROL DE LOS EFECTOS DEL VIENTO En el Campus Universitario de la Ciudad de Buenos Aires se estudia en un túnel de viento la incidencia de un nuevo edificio bajo de servicios. Se observa cómo el perfil del tejado puede incidir en que se creen o no zonas de turbulencias en las fachadas del edificio, especialmente en la entrada. La sección del tejado plano provocaba turbulencias. En cambio al proponer una sección que levantaba el viento lo alejaba de la zona peatonal, dejándola en calma. En el mismo Campus Universitario se observó en experiencia con maqueta expuesta a corrientes generadas en túnel de viento cómo filas de masas verdes perpendiculares a la dirección del viento en las áreas abiertas permiten controlar las zonas de circulación peatonal. VEGETACIÓN La importancia de las áreas verdes y su desarrollo en las áreas urbanas resulta de las características de su comportamiento en relación con el clima, refrescando y aumentando la humedad ambiente en el entorno inmediato. Así como las áreas asfaltadas acumulan calor y lo radian con posterioridad al ambiente, las áreas verdes en cambio bajan la temperatura como consecuencia del efecto de evaporación del agua. En la ciudad de A Coruña podemos observar cómo en la zona de Santa Margarita la temperatura es más baja que en las zonas edificadas. Un tema ajeno al clima pero de gran importancia es la importancia de la continuidad de las áreas verdes para la subsistencia de los ecosistemas. La importancia de la vegetación en el entorno urbano se ha puesto de manifiesto en el Pabellón de Holanda de la Exposición de Hannover 2000 en el que en los distintos pisos se han simbolizado y representado distintos ecosistemas, adoptándose en el interior formas cavernícolas para simbolizar la necesidad de integrar lo natural en los entornos construidos.