EL SANTO

Que es la Osha. . La Consagración Del Oriate Yoruba: La Ancestral Religión De La Abundancia La Santería O Religión Lucum

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Que es la Osha. . La Consagración Del Oriate Yoruba: La Ancestral Religión De La Abundancia La Santería O Religión Lucumi O Yoruba La Santería O Regla De Osha Orishas Iniciación Ebbos Ituto Babalawo Babalochas E Iyalochas Oráculo La Regla Conga O Palo Monte Introducción LA CONSULTA CON EL SANTERO Siempre es interesante recurrir a una consulta a traes de un oráculo. La religión Yoruba se caracteriza por emplear un milenario sistema de "diagnostico" a través de la interpretación de unos pequeños caracoles o cascaras de coco (obinis) "El tablero de Ifá". Las letras u "oduns" que resultan se interpretan bajo antiguos textos, de origen africano, algo similar al I Ching, y el santero obtiene una perfecta descripción de la problemática del sujeto y puede determinar por este medio quien es el Santo protector del consultante. Aunque no se practique la Santería, es posible y recomendable realizar una buena consulta de caracoles cuando se desee información sobre algún problema, mal de amores o Daño energético. QUE ES LA OSHA - Osha-onire?-, pregunta el sacerdote después de haber obtenido los principales signos del oráculo, interpelando al orisha responsable de la situación revelada cual es su posición ante lo que Se anuncia.

Osha-Onire quiere decir, en el yoruba antiguo que aun

se conserva en Cuba, la deidad - o lo santo, lo divino- salva, protege o defiende. Sobre tal fundamento descansa la creencia esencial de los practicantes de la Regla de Osha,

llamada también Santería, aunque este ultimo termino, muy difundido y el mas arraigado, no parece el mas fidedigno para expresar el cautivante universo de una religión llegada de Africa y que en Cuba recibió un sello distintivo y armónico, de acuerdo con las nuevas condiciones, que la diferencia de sus raíces, e incluso de otras expresiones del continente que tuvieron el mismo origen, como el Candomble de Brasil. El individuo que se acerca a la Osha realiza un pacto con sus deidades, entregándole su lerí (cabeza), su okokan (corazón, alma) y su vida para que respondan a su vez por las necesidades terrenales que se presenten a sus consagrados. Esta religión no propugna un mas allá, ni la solución de los problemas de esta vida en la de ultratumba. Sus soluciones son inmediatas, tangibles, mas o menos escabrosas en dependencia del problema, pero siempre al alcance de la mano con el auxilio de los elementos que aporta la Naturaleza, el favor de los antepasados, los Egguns, y las "vibraciones" de los Angeles Guardianes, los Orishas, que en todo momento están al servicio del hombre desde lo mas recóndito del Universo. La Regla de Osha tomo sus rasgos diferenciales a finales del siglo XIX. No obstante, aun faltarían algunos anos para que alcanzara su perfil definitivo. Ello no quiere decir que aun hoy día, por ser una religión tan viva y sin estructuras jerárquicas ni libro de cabecera al estilo de La Biblia o El Corán, continúe su proceso de acomodo y estilización, aunque sin violar la esencia que la define. Su escenario inicial fueron las provincias occidentales, donde se asentaron, con predominio, los representantes de las etnias que en Africa estuvieron reunidas bajo el imperio Yoruba. Bastante entrado el siglo XX, la creencia en los Orishas se expandió al centro y este de Cuba. Con la abolición de la esclavitud, los practicantes africanos - y algunos de sus hijos nacidos en estas tierras- se encontraron ante una situación inesperada. Sus vidas cambiaron de repente y, junto con la libertad, les llego también la exigencia de adaptarse a una sociedad hostil, del todo ajena a sus costumbres ancestrales. Además, la feroz discriminación les impedía hallar un espacio y la mayoría recurrió a la religión para enfrentar los embates y ocupar el lugar que les era negado.

Por otro lado, poco tiempo

después un factor social de gran fuerza vino a completar la subjetividad necesaria para que en la religiosidad popular se afianzaran definitivamente los cultos de origen africano: Cuba sufrió una guerra devastadora cuyo triunfo,

cuando mas cercano estaba, fue

escamoteado, para dar paso, bajo el nombre de República, al mismo orden de cosas por el cual miles de hombres lucharon con la esperanza de cambiarlo.

El cubano de las

clases populares trato entonces de hallar solución a sus carencias espirituales y materiales y a encauzar sus frustraciones y desengaños con el auxilio de los Orishas, ya

que otras religiones, como el catolicismo, aunque inculcadas desde la cuna, solo servían para conservar la aceptación publica impuesta por los prejuicios, sin que respondieran a las terribles contingencias ni sus doctrinas permitieran encontrar alivio, toda vez que pedían postergar las ansias para un futuro todavía mas incierto. En la Regla de Osha la relación entre los creyentes y sus deidades se establece por intermedio de diversos atributos, el principal de los cuales es la Otá, o piedra, en la que se albergan las energías del orisha, sus poderes sobrenaturales, que pueden ser convocados por las ofrendas y sacrificios, pero sobre todo por los suyeres, rezos mágicos que, con acompañamiento musical en unos casos y en otros sin el, constituyen el vehículo de llamada, de solicitación, para allegar los favores del invocado - o su personificación si fuera necesario -, a fin de resolver la situació planteada. Solo los iniciados conocen los suyeres. Ningún aleyo (profano) debe tener acceso a ellos. Y si por la constante frecuencia de los ambientes, llega a memorizar alguno, le faltara el marco referencial y espiritual, la motivación precisa que requiere cada uno.

Sin tales rezos no hay acción de Osha. Sin

moyugba (saludo) a Eggun, los propósitos de la magia pueden resultar contradictorios. Por ello es indispensable conocerlos. Solo se trasmiten de padrino a ahijados, con el mas riguroso secreto ante los extraños. El repertorio, considerable, constituye, junto a la espiritualidad y el conocimiento de la Naturaleza y sus elementos, el principal arsenal del Olosha (santero) para obtener éxito en los hechizos y demás practicas esotéricas. Mientras mayor sea el repertorio, mayores posibilidades de acción. En la "energización" de las piedras esta el elemento esencial de esta religión, que pone a convivir, junto a sus cultores, a las deidades del panteón, después de despertarlas en su cabeza con un complicadísimo ritual de "asentamiento" en el que se emplean poderosas sustancias destinadas a activar las energías latentes del Eledda (yo interno) del individuo, para que entren en armonía con las del orisha guardián de esa cabeza. Junto al animismo expresado también en la atribución de poderes a otros elementos de la Naturaleza como el agua, las hierbas, la tierra y sus frutos, e incluso los astros, y la personificación de ríos, montañas y determinados arboles a los que se les otorga vida, conciencia y personalidad activa- el manismo, o adoración a los antepasados, ocupa un lugar predominante en la Regla de Osha. Eggun, que personifica al espíritu de los antecesores - familiares o religiosos -, muertos, tiene un papel protagónico en todos, o casi todos, los ritos y ceremonias. A ellos se les ofrenda desde el día anterior a la celebración ritual, se les propicia con sus comidas preferidas para que ayuden en este mundo o retiren sus influencias negativas; pero, sobre todo e invariablemente, se les saluda al comienzo de

cada ceremonia, al llegar ante el altar de otro Iworo, o incluso cada mañana, en el acto que entre los Oloshas se denomina "abrir el día".

Para la moyugba se emplea la frase

"Ibae, bae n'tonu", después de pronunciar el nombre del fallecido y su titulo religioso, si lo tuvo. La relación de antepasados se prolonga en ocasiones por mas de 30 minutos, y hasta una hora, pues mientras mayor sea el intervalo y la cantidad de homenajeados mejores influencias habrá para la ocasión o en el transcurso del día.

El chamanismo es

otra característica que también distingue a la Osha. Los pases alrededor del cuerpo con yerbas, aves, frutos y otros elementos - naturales o elaborados por el hombre -, encaminados a alejar las malas influencias o procurar el bienestar físico y síquico o el éxito en empresas y propósitos, son practica común en el arsenal. mágico, en remedios que se conocen como ebbo, sarayeyeo, paraldo (limpiezas rituales de diverso grado de complejidad). En muchos de

estos ritos no pueden faltar, por supuesto, los rezos y

coreografías de acuerdo al caso. Vestigios de totemismo se hallan presentes igualmente en la creencia en los Orishas, pues muchos animales acompañan a estos e incluso juegan un papel protagónico entre los hombres, según se

refleja en muchas de las

historias o patakkies. Por mencionar algunos ejemplos - pues la lista completa nos llevaría mucho espacio- podemos señalar el de la tinosa (Cathartes aura aura). Es obligación de los consagrados a Oshun en el camino de Ikole (nombre del ave en Yoruba) saludarla cruzando los brazos sobre el pecho e inclinándose, como si reverenciaran a la misma deidad. También con Oshun esta relacionado el pavo real, al que la creencia Yoruba considera animal coronado. Por ello el Olosha que tenga uno en su casa debe hacerle la ceremonia ritual del Ituto cuando el ave muere.

Otro animal con corona es el

venado, cuya tarramenta, símbolo de la realeza, fue concedida por Olofin, el Creador en la cosmovisión Yoruba. El venado esta consagrado a Orula, el orisha de la adivinación, a Oshosi, el de la caza, y también a Oshun. Las astas del venado tienen usos muy específicos - y secretos- en ceremonias y objetos rituales, al igual que el colmillo del elefante, fuertemente unido a Odudwa, representante de la espiritualidad y del impenetrable mundo de los muertos, y a Orula. Otros ejemplos son el del pato, asociado a Yemaya, en el camino o avatar de Asesu, y a Olokun; y el del mono, consagrado a Obatala.

La literatura doctrinal, compuesta de patakkies (historias),

proverbios,

sentencias y consejas, constituye otro elemento imprescindible en la Regla de Osha, pues a partir de lo narrado o enunciado - bastante críptico, a menudo- los practicantes toman decisiones o asumen determinada conducta. Cada deidad tiene innumerables mitos que le acompañan y muchos

iniciados afirman que en cada signo oracular u

"oddun" (llegan a 256 en Ifá) se recogen hasta 101 patakkies, lo que puede dar una imagen de la dimensión del cuerpo literario. Lamentablemente, una parte considerable de esta información se perdió con el trasiego de esclavos desde Africa hacia América, unido a la fragilidad de la transmisión oral para conservar la tradición en las condiciones de desmembramiento a que fueron sometidos sus portadores; otra cayo en desuso al variar el contexto económico, social e ideológico de los practicantes. La que resta esta dispersa entre las varias células de iniciados. Una voluntad de concertación contribuiría a reunir en un solo volumen todo lo que se conserva - o desechar adiciones sin fundamentación que también se han incorporado en los últimos años -, pues muy pocas ramas pueden preciarse de atesorar, cuando menos, una porción del acervo teológico mayor que la de otras. El cuerpo doctrinal no carece de profundidades teológicas ni filosóficas. Sucede que el predominante pragmatismo ha lastrado estas ideas y solo permanecen vivas aquellas que constituyen una respuesta a lo contingente, lo inmediato, sin ahondar en causas

ni esencias.

También las nuevas condiciones que hallo el negro en tierras

americanas hizo que se perdieran ceremonias y creencias mas raigales, como los ritos de fertilidad y los de propiciación de la Naturaleza. Tengamos en cuenta que el Orishaoko (deidad de la agricultura) del valle del Níger pudiera convertirse en inescrutable cuando, de bondadoso proveedor del sustento diario antes del éxodo, adquirió perfiles extraños en las nuevas tierras, donde la faena de arrancarle frutos se realizaba obligatoriamente y muchas veces bajo el oprobio del látigo, sin descontar que tales productos, como la cana de azúcar, eran del todo ajenos a las necesidades tradicionales. Como conservar la misma interrelación si cambian las motivaciones?. Asimismo pudo suceder con Olokun, señor de las profundades marinas, insondable como ellas desde los primeros tiempos de la civilización Yoruba pero a la vez "el lugar por donde llegaron las riquezas". Sus dominios fueron surcados con herrojos en el cuello, amontonados unos sobre otros y despojados de las mas insignificantes propiedades. Evidentemente, su "insondabilidad" alcanzo cotas inesperadas entre sus seguidores en América. de condiciones materiales de existencia

El desarraigo y el cambio

provoco igualmente la perdida de las

connotaciones astronómicas en la religión Yoruba llegada al nuevo continente y las relaciones entre practicas rituales y el movimiento del Universo. Muy pocos iniciados dominan datos al respecto gracias a alguna información contenida en el Libro Blanco para la Orden Caballeros de la Luz, pero, en sentido general, la Regla de Osha nació sin heredar tales conocimientos. La inmensa mayoría sigue la tradición sin cuestionarse las causas y así vemos como tal o cual planta de usos místicos o mágicos es colectada,

con acierto, en determinada época del ano o a una hora especifica del día porque en esos momentos sus poderes son mayores, pero sin saber tal vez que ese precepto obedece a que los ancestros constataron durante centurías que una conjunción de la Naturaleza potencia o propicia, en ese momento y no otro, las facultades de la hoja en cuestión. Los seguidores de la Osha se encuentran organizados en grupos independientes. La estructura, sin gran complejidad organizativa como en otras religiones mejor jerarquizadas, comienza en la base por la familia religiosa (padrino-ahijados) continua en la casa religiosa (integrada por varias familias) y llega hasta la rama, un tronco independiente que puede o no tener contacto e intercambio con otros. Ramas reconocidas en La Habana son: Ainayobo, Aldewaro, Aramito Ashakun, Atun, Awa Pitico, Oddun Tawade, Tillako, Ochailu, Obbilumi, Imale, Oyatagun, Abbita, Aiworo, Efuche Warikondo Efuche Atiqueque, Malaque la grande y Malaque la chica. El grupo, en cada una de sus jerarquías, se nuclea alrededor de una persona como centro o guía religioso. En el se establecen nexos específicos de dependencia y cooperación de forma directa e indirecta. El prestigio de la rama radica en su entroncamiento con iniciados africanos o sus hijos nacidos en Cuba. Mientras mas cercana la relación, mas autoridad. Si desciende directa e ininterrumpidamente de cualquiera de aquellos representantes, el reconocimiento y la ascendencia alcanza los mas altos niveles.

No obstante, en oportunidades ha quedado

en la sombra el origen ancestral. Ello ha ocurrido en las familias numerosas, con muchos ahijados, pues sucede que un Olosha consagra a un individuo y este llega a iniciar un numero mayor al de su padrino y de todos los que le antecedieron. De esta manera suele caer en el olvido el nombre del tronco principal, al quedar sustituido en determinada época por el del iniciado mas sobresaliente o cualquier otro titulo que las circunstancias aportan.

Así se originaron las famosas subramas, como, por ejemplo, la "de

la

Pimienta". Esta surgió a partir de la muy conocida Iya María Towa, iworisha que aceptaba como ahijados únicamente a personas de "ambiente", relajadas, expresivas, faranduleras, jacarandosas y comunicativas, por lo cual ellos mismos comenzaron a autotitularse como "gente de la pimienta". María Towa consagro muchas cabezas y por ello el epíteto de su familia religiosa desplazo al nombre del tronco del que provenía, ya que la Iyalosha se inicio en la casa de José Urquiola (Echu Bi), quien a su vez era descendiente del tronco de los Malaque.

La rama "del Coral", muy famosa en tiempos de la República,

era de ahijados de Susana Cantero (Omi Toque) quien recibió el asiento de Osha en un

tronco tan antiguo como el de los Efuche. La llamaban "del Coral" porque sus miembros eran las clásicas mulatas criollas, amantes de las joyas - y en especial las que llevaban corales engastados. Se distinguieron por ganar la preferencia de los

políticos y

personeros gubernamentales que buscaban y pagaban a precio de oro su compañía disipada. Los practicantes carecen de templos al estilo de las edificaciones espaciosas de las catedrales e iglesias católicas. Las condiciones en que llegaron los negros a América les impidió construir sus Ile-Osha como en Africa, donde a cada deidad, en los territorios en que se les adora, esta dedicado un templo con sus sacerdotes u Oshogunes. En Cuba, los seguidores de Osha cumplen con el culto en locales habilitados en sus propias residencias, y en los cuales conservan los objetos rituales y las representaciones y atributos de los Orishas.

La posición de los creyentes esta definida

de acuerdo a la función que desempeña cada cual. Aleyos son los que no se han iniciado pero acuden a menudo a "registrarse", conocer por oráculo lo que le depara la vida o determinada coyuntura. Babalosha e Iyalosha son los padres y madres de santo, aquellos consagrados que se dedican a iniciar a quienes lo necesitan o desean. Generalmente, llevan muchos anos de consagración. Iyawo se llama al neófito, condición que mantiene durante el primer ano posterior al asiento de Osha. Se le distingue por vestir de blanco todo ese periodo y llevar la cabeza rapada y cubierta por un tapado de igual color. El Oriate es quizá el mas reverenciado y, al mismo tiempo, el menos conocido de los profanos, pues en ninguna literatura se le menciona. Es el sacerdote de la Osha. Llegar a esa condición requiere de muchos anos de estudio y esfuerzo para poder penetrar en los recónditos vericuetos rituales y litúrgicos, así como en las normas de procedimiento adecuadas. Orí, o erí, quiere decir cabeza, y ate, estera. O sea, cabeza de la estera, que en el simbólico lenguaje Yoruba significa algo así como el dueño o poseedor de los secretos de la estera, el principal escenario de las creencias, pues en ella se consulta el oráculo. El Oriate es el maestro de ceremonias, supervisor, de las iniciaciones - entonces actúa como Oba (rey)- y el encargado de "leer" al neófito el Itá, todas las limitaciones, tabúes y prescripciones que deberá seguir en su futura vida social y religiosa. La oyubona - se nombra así lo mismo al hombre que a la mujer- es el encargado de acompañar y guiar al Iyawo en todos los pasos de la ceremonia iniciática, que dura siete días. La palabra se descompone en oyu (ojo, mirada, vista), bo (sacrificio) y bona (calor, calentar) lo que pudiera componerse como "el vigilante que se sacrifica y da calor". En resumen, oyubona quiere expresar una idea similar a la de nodriza.

Estas funciones no son fijas

y así vemos como un Oriate puede también apadrinar y convertirse en padre de santo o

Babalosha, u "oyubonear" en una iniciación. Es creencia generalizada que el Babalawo, o sacerdote de Ifá, ocupa una función dentro de la Osha. Pero lo cierto es que, aunque responde a un orisha del panteón, Orula, se guía por un sistema filosofico-oracular independiente (Tratado de Oddun u Oráculo de Ifá) del Diloggun, el oráculo de la Osha. Ambos se complementan, creando el complejo Osha-Ifa, pues comparten el panteón y algunos rituales y cantos y unos necesitan de otros para determinadas ceremonias. Pero en esencia son dos vertientes con fines particulares y ritos iniciáticos bien diferenciados. Algunas hipótesis hacen remontar el culto de Ifá a una época y civilización anteriores a la Yoruba, pero al respecto nada hay comprobado. La profunda relación con la cultura material y el contexto ideológico y mítico del Africa central obstaculizan la posibilidad de desvincularlo de la región. En la actualidad, los desacuerdos entre seguidores de Osha e Ifá se han acentuado en algunas regiones y muchos Iworos prefieren prescindir de los oficios de los babalawos, aunque las diferencias, según la tradición oral, se remontan a la época en que estos cultos aun no habían salido de Africa. Osha e Ifá son los tambores "de

Un punto de contacto entre

fundamento", indispensables en las festividades y

ceremonias fúnebres de iniciados. Para consagrar un juego de tambores (son tres: Iya, Okonkolo e Itotele) no debe faltar un Babalawo, quien, al igual que los integrantes del exclusivista y restringido clan de los Ilu-Bata u Omo Ana (hijos de Ana), debe estar consagrado también a esta deidad tutelar de los instrumentos de percusión. Los batas poseen dos membranas y se les tañe horizontalmente, apoyados sobre las piernas de los ejecutantes sentados. Como dijimos al inicio, a la Regla de Osha se le conoce también como Santería, un termino inapropiado, aunque con profundo arraigo entre los creyentes, sobre todo en los de mayor edad. Incluso los que están conscientes de la imprecisión, no pueden desterrar al calificativo de su expresión diaria. Negarlo a estas alturas comporta además otro riesgo, toda vez que la idea del sincretismo - enunciada por Don Fernando Ortiz y repetida por los que le sucedieron -, pierde solidez en el empeño. expresado al respecto.....

Umberto Eco ha

Algo de sincretismo subsiste en la religiosidad popular, pero

los iniciados en Osha están absolutamente conscientes de que cuando

invocan a

Shango no están impetrando a Santa Barbara, ni la Virgen de las Mercedes se acerca a la magnificencia de Obatala.

El sincretismo fue mas un fenómeno de forma que de

esencias. Los africanos nunca adoraron a los santos del catolicismo y solo los emplearon como un recurso para poder mimetizar sus creencias ante un

sistema intolerante

dominado por la iglesia católica. Mas adelante, los prejuicios sociales impidieron a los

descendientes, y a todos los que asumieron la fe en los Orishas, desembarazarse del telón aprobatorio. Con toda probabilidad este fue el origen de la desinformación que indujo al ilustre etnólogo cubano a conclusiones erróneas. La sensibilidad del africano mostró su agudeza ya desde el propio continente nativo, pues el imperio Yoruba acuno numerosas etnias cuyas deidades y creencias convivieron o se amalgamaron sin antagonismos excluyentes. La mezcla, desprejuiciada y adaptativa, fue aun mayor en el barracón de esclavos, donde el individuo sin familia consanguínea hubo de buscar en la hermandad religiosa el sostén material y espiritual necesario para enfrentar la difícil situación. Allí fue donde se sumaron los arara (fon, magino y sabalu), los nagos y otras etnias, acabando de conformarse la herencia de la Regla de Osha. Ante la intensa labor misionera del catolicismo surgió una situación diferente. Por un lado, aquel desautorizaba cualquier deidad que no fuera Dios y, por otro, ponía a disposición de los oyentes un mundo promisorio en el mas allá y a ese mismo Dios, bondadoso si le adoraban, temible, si lo ignoraban. El africano, precavido, incorporo parte de esta espiritualidad para conseguir mayor auxilio, pues si un orisha podía ayudar, lo haría mejor si alguna otra deidad lo acompañaba. Por otro lado, para evitar la represión ideológica - e incluso la física -, aprovecho los paralelismos entre los santos y sus Orishas para ubicar a estos últimos tras la cobertura que le daban aquellos, aun a costa de variar las fechas de celebración. Aquí se puso de manifiesto la sabiduría del negro: era preferible salvar la parte por el todo. [c] 1997. Agencia Latinoamericana de Noticias Prensa Latina, S.A. (PL) Todos los derechos reservados No puede ser reproducido, reimpreso o publicado en cualquier sistema sin previo acuerdo con PL. Esta limitación incluye la redistribución vía Usenet News, sistemas de "bulletin board",

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---FIN--Autor: Luis Manuel Gonzalez Maristan Se desempeña como periodista de Prensa Latina S.A

LA CONSAGRACION DEL ORIATE Todas las religiones del mundo, pasadas o presentes, han contado siempre, salvo alguna que otra excepción, con sacerdotes encargados de dirigir los diversos ritos de la fe.

La Regla de Osha o Santería no se quedo atrás. En ella el sacerdocio lo desempeña

el Oriate, un individuo que, por supuesto, consagro Osha con antelación, pues si no fuera Olosha (santero) no podría ejercer la función sacerdotal.

Oriate, o Eriate, quiere decir

en la alegórica lengua Yoruba, Cabeza de la Estera, lo que pudiera interpretarse como el propietario, el mas sobresaliente, el sabio, en este caso, del lugar donde se realizan las mas importantes practicas culturales.

Es por ello que el Oriate es el responsable de

orientar todas las ceremonias del culto, desde la consagración del santo (kariocha) hasta el Ituto y, posteriormente, las honras fúnebres, que son las ultimas ceremonias que se le hacen a un santero a su fallecimiento. En cada una de ellas al Oriate, con independencia de los anos que tenga de nacido en Osha, se le honra como al mayor entre todos los Iworos presentes.

El sacerdote de Osha es, como ya dijimos, un Olosha con un saber

que va mucho mas allá del que tienen los iniciados simples, lo que le permite orientar en los ritos, y debe además atesorar todo el conocimiento practico de las diferentes consagraciones en todas sus variantes y de cada uno de los Orishas, porque todos no se trabajan por igual. En fin, debe tener un conocimiento exhaustivo del Diloggun u Oráculo del caracol. La principal ceremonia de competencia del Oriate es el Itá, por ello también se le conoce como Italero. Con el Itá, un complejo proceso de consulta oracular que incluye la indagación a todos los Orishas que se consagran - no solo el titular, sino todos los que le acompañan -, el Oriate realiza la investigación sobre cuales son los tabúes o prohibiciones y las normas que deberá seguir el recién iniciado en su futura vida social y religiosa y cual será su existencia y su destino, cuales acontecimientos tendrá reservado para determinado momento del porvenir.

La ceremonia de Itá tiene un primer paso

llamado Nangareo, en la que el Oriate ofrenda a Olofin, a Olorun y a Oloddumare la comida ritual conocida como Sara-eko, compuesta de una solución de azúcar blanca (cuatro cucharadas es el consenso) en un poco de agua contenida en una jícara, a la que

se le añaden otros ingredientes. Esta ceremonia dirigida directamente al sol

acaso

constituye un vestigio o reminiscencia de culto al sol que tenían otras culturas? no sabemos exactamente. Pero la idea central del Nangareo es la de solicitar la buena voluntad de Olofin, pues es quien mandara las letras a través del Diloggun de todos los Orishas. Una vez realizado el Nangareo, en el cual participan el Oriate, como figura principal que la inicia, y la Oyugbona y la madrina, que son quienes la cierran, se procede a realizar el Itá en el Igbodun de Osha.

Seria instructivo abundar acerca de que

antiguamente, hacia finales del pasado siglo y comienzos del presente, la iniciación se reducía solamente a dos santos, a Eleggua, como mensajero de los dioses, como principio y fin de todo rito, como Alfa y Omega de esta religión, y al titular de la cabeza del consagrante, el Angel de la Guarda. Esta ceremonia tenia que ver con lo que ahora se onoce como hacer santo con pie y con cabeza, es decir, los pies serian Eleggua y la cabeza el Angel de la Guarda. Dicha ceremonia cambio y se hizo mas compleja a principios de este siglo, cuando, por convenio tácito entre las primeras casas de santo que existieron en La Habana y quizá con el consenso de las casas de Matanzas y del resto del interior del país, empezaron a darse los cuatro santos de fundamento (Obatala, Yemaya, Oshun y Shango). Desde entonces, cuando se hace Itá, hablan todos estos santos, comenzando por Eleggua y luego, de acuerdo con el orden del orisha titular, los demás, siempre quedando para el final el santo de cabecera. Por ejemplo, si se esta haciendo un Oshun, pues habla Eleggua, después Obatala, a continuación Yemaya, posteriormente Shango y por ultimo cierra el Itá Oshun, el santo titular.

El Oriate, a

quien se considera el santo vivo, parlante, cuando habla no se expresa de la misma manera que el Babalawo, quien comienza el oráculo expresando "Dice Ifá", u "Orula Dice", sino que, al manejar los caracoles del orisha, afirma categóricamente "Dice Aquí Shango", o "Dice Aquí Obatala". Esto es expresión de la comunión del oficiante con el orisha, cuyos caracoles expresan, de acuerdo con la vibración particular de ese momento, la situación que comunica el sacerdote.

También el Oriate es el encargado de

dirigir y consagrar todos los santos de addimu que se reciben, lo mismo en el momento de la consagración del santo titular, o de cabecera, o Angel de la Guardia, como después, lo mismo a personas consagradas como a los llamados Aleyos, aquellos que no tienen santo hecho. Por santos de addimu se conocen a los que se reciben pero que no van a la cabeza de las personas, por ejemplo: Olokun, Orichaoko, Inle, Abbata, oddua, Boromu, Borosia, Obba. Se les llama de addimu porque se reciben como ofrenda.

Competencia del Oriate es, en dependencia de la casa religiosa, realizar las bajadas de santo para determinar el Angel de la Guarda, así como dirigir las honras fúnebres, el Ituto, el Iworo cuando fallece. Asimismo, esta facultado para realizar la ceremonia de Ache a los Orishas, de manera que puedan hablar y expresarse ante el auditorio. Pero este no es el tema central del presente trabajo, sino tratar sobre la consagración de este sacerdote, un tema muy actual en estos tiempos.

No dudamos de que haya

existido una ceremonia de consagración para el Oriate, y es muy probable que se observara estrictamente, como en la mayoría de las religiones de todos los tiempos.

En

Africa, el Oriate u Obba, como también en Cuba se le conoce, tenia que descender por consanguinidad de una familia de Obbases. O sea, uno de sus antepasados debió ser Obba para poder ejercer como Obba el pretendiente. Esto se asemeja mucho al Parsismo actual de la India, una religión que hunde sus raíces en el Zoroastrismo iranio, una fe que se considera existió en los albores de la humanidad, y en el Judaísmo, que establece que solo los hijos de Aaron, que venían de la tribu de Leví, eran los elegidos para el ejercicio del sacerdocio.

Al llegar a Cuba, la tradición africana sufrió variaciones y el Obbasismo

no perdió su esencia, sus objetivos, pero si los procedimientos para su implementación, y es muy probable, por no hacer afirmaciones categóricas, que se haya perdido también el ritual consagratorio del Oriate.

No seria obvio repetir que el sacerdote de la Osha ya

tuvo, cuando fue iniciado, una consagración que lo acredita como Olosha, la cual duró siete días y en la que fue ungido, banado, practica curiosamente coincidente con la del sacerdocio del judaísmo en cuanto a su duración, sobre la cual se habla en Exodo 29, 3035, un libro escrito en fecha tan antigua como los siglos 1400-1200 antes de nuestra era. Sin embargo, existe una inquietante muy generalizada que es la de dar algún tipo de consagración litúrgica al Oriate para que con ella se diferencie de los demás Oloshas, pues entonces se podría decir que el Oriate es un santero común y corriente, igual a los demás, aunque con un conocimiento mayor.

De todos es sabido que la Regla de Osha

siguió una tradición oral. Hay algunos documentos escritos, algunas libretas viejas que se conservan, pero, aun cuando en materia de fe hay un consenso y también un alto porciento en materia de iniciación, lo cierto es que en cuestiones doctrinales existen muchas diferencias. Sabemos que todo va a parar al mismo lugar. La persona en esta religión realiza un pacto con el orisha titular, entregándole su lerí (cabeza), su okokan (corazón, alma) y su vida para que el orisha responda a su vez por las necesidades terrenales que se presenten.

En estos tiempos, en los que han visto la luz una serie de

documentos y escritos, principalmente en Ifá, hay uno en el que se habla de la consagración del Oriate, con un cuerpo litúrgico y un consagrante, que en este caso seria el Babalawo.

Indudablemente, existió una consagración para el sacerdote de la Osha,

pero en estos momentos no se debe utilizar ninguna que no tenga una legitimidad, pues no hay constancia de que la hayan recibido ninguno de los Oriates reconocidos de décadas anteriores. Al menos no la recibieron, según lo que hemos podido averiguar, algunos de fama nacional como Lamberto Sama, Maximiliano Ordaz, Adolfo Morales (Talabbi) y el de todos conocido Rodolfo Martinez Meren, apodado Cuco, por mencionársele en el libro de Natalia Bolívar "Los Orishas en Cuba", en cuya dedicatoria aparece calificado con justicia como "sabio Oriate de la calle Bayona".

Como es posible

que esta consagración haya existido desde siempre si nunca se realizo? Si el Oriate podía hacer lo que hace, lo que lleva haciendo desde hace decenas y decenas de anos y que seguirá haciendo- sin tal consagración, ¨como es posible que hubiera existido y estos hombres prominentes dentro de la Regla de Osha no la hubieran tenido hecha?. Por otro lado, queremos apuntar que la función de Oriate no fue privativa de los hombres. Se sabe de ciertas Iyalochas - algunas de ellas de época tan anterior que incluso descendían en línea directa de los mismos yorubas y otras eran africanas de nación -, que ejercieron como sacerdotisas y eran reconocidas como Ayabbas (reinas). Tales fueron los casos de Timotea Albear (Ayai Latuan) y su hija Minga Albear (Oshun Laibo), Josefina Aguirre (Oshun Guere), Juana Valdes (Oddu Ala), Carmen Miro (Ewin Bi), Guillermina Castell (Oshun Laibo).

Estas Iyalochas, consideradas Alaggua Laggua por

la respetabilidad de sus anos y la de las casas de santo de las que procedían, ejercieron como Oriates, consagrando santos y haciendo Itá. Desde luego, con las limitaciones inherentes a su sexo, pues estaban privadas de realizar determinados manejos en el ritual.

¨Acaso estas Ayabbas fueron también consagradas por los Babalawos, a pesar

de las reservas y tabúes que su doctrina ha tenido respecto al sexo femenino en cuanto al ejercicio de la función sacerdotal?.

Es poco menos que sorprendente, y hasta cierto

punto contradictorio; pero lo cierto es que tales mujeres, de antiquísimas casas de santo - e insistimos en ello- ejercieron de Ayabbas sin recibir consagración para tales efectos. Desgraciadamente, los Oriate de que se habla que pasaron por ella ya son fallecidos y es imposible indagar al respecto. Este trabajo no pretende discrepar de las nuevas ideas, pero no queremos dejar de mencionar que la única consagración que se conoce en Osha es, por llamarla de alguna manera, el pupilaje, en el cual el discípulo se une al maestro, a la usanza de los monjes budistas y

otras religiones antiguas, y comienza a recibir el conocimiento de manera generalmente oral, aunque, si hay manuscritos, se le pueden facilitar. El maestro lo va dirigiendo, asesorando, lo exhibe en publico, en las ceremonias, en las que todos se van enterando de que el interesado esta aprendiendo. Poco a poco lo va liberando, le permite hacer tareas menores, y finalmente, lo sienta en estera y lo hace arrodillar para entregarle los utensilios con los que trabajara por vez primera en una ceremonia de iniciación, entre ellos, por mencionar alguno, la navaja para rapar. ¨ Es que acaso esto no es un tipo de consagración? Por lo menos es la que se conoce.

Cuando el maestro siente al alumno

para permitirle actuar solo habrá transcurrido un tiempo bastante prolongado de aprendizaje y únicamente ocurrirá en el momento en que aquel esta convencido de que ese nuevo Oriate que ha formado esta capacitado para sentarse y hablar en una estera, que es, diríase, lo mas importante dentro de esta religión.

Después de largo tiempo,

luego que el Oriate maestro ha probado su capacidad, sienta a su pupilo, le entrega la navaja, rapa su primera cabeza.

Esto puede tener excepciones, porque todos los

Oriates no trabajan de la misma manera, pero en esencia es lo que se hace. Talabbi quien aun vive y que aprendió con Felix Gonzalez Taboada, apodado Palucha, otro sabio Oriate de la década del 50-, consagra de

la siguiente manera: hace arrodillar al

candidato, le pone la frente en contacto con la sabana sobre la estera y ahí moyugba, reza y, finalmente, los sienta. Eso es lo que conocemos como consagración de Oriate. Tal vez existió otra mas sofisticada, con mucha mayor pompa, pero donde esta?. Es bueno entonces dejar aquí en claro que el Oriate es un sacerdote cuya preparación se inicia por el conocimiento y solo después termina por la ceremonia de titulación, al estilo de la enseñanza en el mundo profano. Este sencillo ritual del que les hablamos significaría algo así como el pergamino que acredita al medico, al ingeniero o al abogado ante la sociedad, pero cuyo conocimiento, con titulo o sin el, anida en lo mas profundo de sus neuronas si aprendió con amor, dedicación y responsabilidad. En el caso del Oriate, ese conocimiento queda irradiado por el Angel de su Guarda. La ceremonia actualmente en boga tiene como base una historia del oddun Ifá IreteKutan. En este signo se cuenta sobre el apadrinamiento de los dieciséis apóstoles mayores de Ifá a los dieciséis hijos del rey Meridiloggun para terminar el aprendizaje de la adivinación por medio del caracol que había dejado inconclusa la muerte del soberano. A partir de aquí se fundamente la ceremonia, a la que se unen otros ritos como la visita al río y la ablución de las manos.

Si fuera ciertamente prerrogativa de los babalawos

consagrar a los Oriates, y entregarle el conocimiento, le entregaría conocimientos de

Osha o de Ifá, de Diloggun o de opkuele e ikines? Acaso la entrega de este Ache, la comunión ritual de la ocasión, no otorgaría también licencia para leer al menos el opkuele y manejar el Tratado de Oddun y hablar Ifá?.

Al Oriate le compete hablar el mensaje de

los Orishas a través del sistema adivinatorio u oráculo del Diloggun. Que sentido tendría entonces consagrar a un individuo que no tuviera un conocimiento para enfrentarse y actuar como tal?.

Si la ceremonia existió desde siempre, por que no se la hicieron a los

mencionados Oriates? No se consagra a un nuevo Babalawo, sino a un sacerdote de Osha y en esto coinciden también Awoes de muchos anos de experiencia, a los que le hemos preguntado al respecto y que reconocen ignorar tal ceremonia. Si es tan arcaica por que no se realizaba?.

El Olosha o santero, cuando hizo santo se consagro ya una

vez como sacerdote de Osha, pues desde entonces el también puede hacer santo a otro individuo, consagrar como Olosha a los demás. Con esto queremos dejar claro que el Oriate ya fue consagrado cuando recibió sus santos y lo único que le resta es el aprendizaje con un maestro, después de recibir mandato por un oráculo de destinar su cabeza a ejercer la función de maestro de ceremonia, de dedicarse a tomar parte activa dentro del culto después de recibir una consagración de su propio maestro.

Oriate es el

conocimiento, no la consagración. Que hacemos con establecer una consagración y hacérsela a un individuo, aceptar una liturgia sin otra consideración?. Consagraríamos al individuo y cuando la tenga quien lo va a enseñar?, como enfrentara las situaciones que se le presenten cuando alcance tal condición?, que respuestas dará si recibe una consagración que no responda a su conocimiento ni quizá al deseo del Angel de su Guarda?. La consagración no da conocimiento, que es, en fin de cuentas, la razón de ser del Oriate.

De todos es sabido que la Santería o Regla de Osha es un producto cubano

y no podemos querer ahora arreglar lo que ya arreglaron y acomodaron nuestros ancestros. Es arriesgado, en el mejor sentido de la palabra, ir a buscar a Africa lo que ya tenemos aquí, pues algunas cosas allí ya se perdieron y se mantienen otras que a nosotros nunca llegaron.

Este trabajo es la verificación de múltiples experiencias de

otros sacerdotes de Osha con los cuales hemos compartido estas inquietudes que aquí se expresan y quienes no aceptan la consagración descrita en Ifá.

Abogamos porque

haya un acuerdo entre Oloshas y Babalawos o quizá entre los mismos Oriates, para buscar al mas viejo que exista y consagre a todos los demás, basándonos en la autoridad de sus anos. De este modo podrá existir, si realmente se considera necesario, este ritual, pues de la manera en que se esta actuando en estos tiempos, sin pretender

demeritar a quienes con loable intención buscan las raíces profundas de nuestra religión, estamos perdiendo la pureza.

YORUBA: LA ANCESTRAL RELIGION DE LA ABUNDANCIA

CUAL ES EL PODEROSO SECRETO DE LA SANTERIA?



La Santería es una religión que cada día gana mas adeptos



Que ofrece a sus seguidores? El bienestar material para avanzar en los niveles superiores del espíritu



Los santos u "Orishas" se comportan como seres protectores o terribles vengadores

Fotorreportaje: Armando Gaieb Nicolau Romero Fotografía de portada: de Claus C. Meyer/Black Star Del Libro "El circulo de la vida", rituales del álbum de la familia humana. Editorial: Serres. Barcelona, España–a. 1991 Sin duda uno de los mejores libros de fotografías. Ampliamente recomendada. La Santería en México ha sido una practica mágica y religiosa que ha permanecido en un secreto dramático. Sin embargo, numerosos artistas, políticos y gente de poder, ha recurrido a que le "hagan el santo", a que le pongan collares o simplemente a una consulta con caracoles, el antiguo método santero de

adivinación heredado por los

"Yoruba", y cuya practica milenaria permanece inalterable en países africanos tales como Nigeria, donde radican los mas poderosos y sabios "sacerdotes" (babalawos) de esta antigua religión que, inclusive, se ha llegado a asociar con magia negra y muerte ¿por que?

En esta ocasión, nuestras investigaciones nos llevaron a la famosa botánica

"Oshun", que dirige uno de los mas serios y prestigiados santeros de América, Jesús Carrillo, y nos permitió no solo una entrevista con los puntos que mas nos inquietan

sobre la Santería, sino también permitió fotografiar algunos elementos de su religión que por años han sido celosamente conservados en secreto pero al parecer, dada la apertura religiosa que estamos viviendo, ya no es riesgoso exhibir sus imágenes. La Santería entremezclo las imágenes de diferentes santos católicos tales como Santa Barbara (el poderoso Chango); Nuestra Señora de la Caridad del Cobre (Oshun); El Santo Niño de Atocha (Eleggua), etc. La realidad es que el

sincretismo, la fusión de creencias y

religiones tienen un fenómeno común, proteger la religión de la clase oprimida, de la clase opresora, como fue en Cuba, en donde se adoro por cientos de años una imagen católica con los colores de la divinidad Yoruba (orisha), y fueron tantos dioses (mas de 600), que prácticamente ningún "Babalawo" o santero los recuerda en su totalidad. LA FE ES LA CLAVE DEL TRIUNFO M.E.: Cual es el elemento de poder de la Santería? J.C.: "En esta religión se tiene la ventaja de que hay mas "materia", tu haces un "trabajo" para llegar a tu objetivo con elementos mas reales que obligan a la gente a creer mas o a tener Fe". M.E.: Entonces, el secreto es la Fe? J.C.: "Definitivamente, todo es la Fe". M.E.: Y en que consiste entonces la religión Yoruba y sus variaciones en América tales como la Santería, el Palo Mayombe, el Vudu, etc.? J.C.: "El Vudu es una palabra genérica que expresa a la misma religión Yoruba, y proviene de la época en que trajeron cautivos a esclavos negros, donde venían araras, mandingas, etc., muchas razas africanas de distintas partes, pero los que mas venían eran los Yoruba de Costa de Marfil, ya que era mas fácil capturarlos y transportarlos, sin embargo, venían muchos congos, y ellos trabajan otra religión, y se supone que se dedicaban a hacer exclusivamente el mal, entonces estas personas que llegaron en su mayoría a Haití y Santo Domingo, películas los tomaron mucho en

y con los años los productores y guionistas de cuenta para hacer este tipo de filmes llenos de

"zombies" (muertos vivientes) y magia negra. La palabra Vudu es genérica y quiere decir "brujería" en general: roja, negra o blanca, y quienes practican la negra son conocidos como los "pietros" - en Cuba su contraparte positiva o blanca se denomina "loa"- y en Haití es lo que impera, al igual que en Brasil con el Candomble y la Macumba". M.E.: Y como se practica el Palo de los "pietros"?

J.C.: "Ese trabaja a partir de puros espíritus muertos, negativos; en cambio la Santería maneja puros espíritus de Luz, Santos -loas- de aquí se deriva la palabra: Santería". LA MAS ANTIGUA DE LAS RELIGIONES

El fundamento de esta religión es totalmente animista, la mas antigua y podría decirse primitiva, su origen se pierde en la noche de los tiempos y probablemente se encuentren restos en culturas africanas de la época neolítica. Ciertos trabajos o "limpias" emplean diferentes productos naturales, licores, aromas y plantas, en algunos casos inclusive es necesario el sacrificio de animales. Jesús Carrillo cumplió en mayo 39 años en la Santería y siete de "Babalawo", grado muy difícil de alcanzar - tan solo existen diez en México- por el nivel de estudio y reconocimiento que se requiere, así como el costo elevado que implican algunas ceremonias (frutas, animales, objetos, etc.). Esta religión requiere de mucha gente para las consagraciones; esto cuesta, se paga a ocho o diez personas. Esta religión parece ser que busca la abundancia y sus rituales están directamente asociados con ancestrales practicas de fertilidad y protección divina. M.E: Y en esta época de crisis, la gente ha vuelto sus ojos a la Santería? J.C.: "Definitivamente, pero eso ha sido siempre, la gente necesitada busca consuelo, al llegar esta religión a nuestro país, hace 39 años, empezó a escudarse por esta situación". Lo primero que busca la Santería es el bienestar, para así poder ayudar a otras personas y elevar el espíritu, pero lo prioritario son las necesidades materiales. Es real que si no se practica correctamente o se desean males por un ritual Vudu, esto puede ser muy peligroso o destruir personas e inclusive familias. Y para finalizar, Jesús nos comento que tanto el como su familia, han gozado de

los beneficios de la Santería, y aunque no es la panacea, mas si una poderosísima practica mágica, da testimonio de como es solicitado por numerosos políticos y artistas que buscan poder y fama y en varios casos si lo han alcanzado. Esta religión, llena de un complicado ritual, cánticos y liturgias en lengua africana, Yoruba, congo, etc., también cuenta con charlatanes que ofrecen trabajos, iniciaciones ("poner el santo"), protecciones y consultas a muy alto costo y sin ser realmente auténticos santeros o babalawos. Prevenimos a nuestros lectores de esto, invitándolos a la cautela y a la desconfianza cuando se consulte a un santero que se empecine en cobrar sus servicios en forma exorbitante. LA SANTERIA O RELIGIÓN LUCUMI O YORUBA

La religión Lucumi o Santería se origina en Nigeria (Africa) y es llevada a Cuba por los esclavos yorubas que fueron al Nuevo Mundo contra su voluntad. Entre estos esclavos existían sacerdotes (babalawos) que continuaron con sus ritos ancestrales allí donde fueron llevados, aún atados con las cadenas de la esclavitud, adaptándolos para que pudieran coexistir con el catolicismo e incluso sincretizando a sus santos (Orishas) con los santos católicos. La Santería es la religión que mas se ha extendido en este siglo en América (en Cuba el 90% de la población la practica). Se estima que cien millones de personas se guían actualmente por los santos en gran par- i te de América latina, desde Nueva York hasta Miami (Cuba, Puerto Rico, Panamá, Venezuela, Colombia, Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina). Como verdadera fe, vive en el corazón del pueblo no importa que clases sociales. Hasta los caseríos y viviendas mas humildes llegan hombres y mujeres, ricos o pobres, profesionales y universitarios buscando la ayuda del sabio Babalawo que le oriente, vea su futuro, lo ayude a superar una circunstancia difícil de su vida o le sane a un enfermo. Es una religión de muchos dioses, que no está regida por libros sagrados, pues los santos (Orishas) hablan por boca de sus fieles.

Es una religión de aceptación, que incorpora sin contradicciones los elementos piadosos de los santos católicos a los rasgos ancestrales de los dioses yoru as. Es una religión exigente, que, la obligación de construir y mantener altai-es, vestir determinados colores o llevar consigo de manera permanente ciertas prendas. Es una reli(Y10n donde la magia y el secreto viven junto al dogma revelado de la iglesia. Cuando las naciones negras fueron arrasadas por el comercio esclavista y las familias se vieron dispersas, príncipes, sacerdotes y comunes encadenados en la misma bodega, sin entender el idioma en que les hablaban y ordenaban, se aferraron a sus dioses y estos no le abandonaron. Poco a poco, en cada hacienda o casa de ciudad, los esclavos negros y sus descendientes fueron reconstruyendo su historia, uniendo en Orishas poderosos los diferentes aspectos de los dioses Africanos. La magia nunca fue una actividad abierta y la magia Lucumi (como se llamó a los negros yorubas en Cuba) no es la excepción; sin embargo una cosa es la natural reserva con que se realizan ciertos ritos religiosos africanos y otra bien distinta el secreto con los esclavos debieron ocultar su adoración por los Orishas para evitar la persecución del Santo Oficio, pues además de otras ofrendas los dioses lucumíes necesitan sangre de animales como alimento espiritual. Estas y otras consideraciones llevaron a la iglesia a prohibir que los negros practicaran su religión. ¿Que hacer?, ¿Perder su mayor tesoro, su mas importante rasgo de identidad cultural? ¿Renunciar a sus dioses ancestrales y seguir al Dios de los católicos que jamás "baja" a sus hijos y que habla un idioma desconocido (latín)? Por otra parte, tampoco podían despreciar a un Dios tan poderoso, pues, como decían sus babalawos, "Muy fuerte deben de ser cuando sus hijos mandan sobre nosotros' . Pero es que tampoco eran tan diferentes sus santos de los santos católicos, en el catolicismo solo hay un Dios verdadero (al igual que Oloddumare, el Creador) pero existen también ángeles, arcángeles, virgen y santos. Los santos católicos tienen poderosos atributos a igual que los suyos: San Pedro las llaves del Reino (su LLé o palacio), San Miguel la espada; San Lázaro el poder de Curar, etc.

De manera que no fue muy difícil seguir viendo a los Orishas bajo el ropaje de los santos Católicos, e incorporar sus imágenes a los altares lucumíes. Lo yorubas son un pueblo alegre, al que gusta reír, bailar y festejar la existencia, a diferencia de otras religiones (basta pensar en la inextinguible sed de sacrificios humanos de la diosa Coaticlue de los Aztecas). Las naciones Africanas aportaron al mestizaje americano un inmenso caudal de musicalidad, ritmo y sensualidad; una manera de sentir y ver empapado de optimismo; una vida mas cercana a lo divino que todos pueden vivir. Este es quizás el secreto mas importante de la Santería. El otro es la efectividad con que los santos ayudan a sus hijos en todas las circunstancias en que estos recurren a ellos. Conocer a los santos Orishas es el primer paso de acercamiento a esta religión tan sana y tan pura. LA SANTERIA O REGLA DE OCHA Cuando se emplea el termino Santería no se hace referencia al culto a los santos de la Iglesia Católica, sino a las creencias de que eran portadores los diferentes grupos étnicos de la cultura africana Yoruba. La Santería o Regla de Osha se conformo, con rasgos diferenciales, en las provincias occidentales de Cuba desde fines del siglo XIX, y desde la década del 30 de la presente centuria, aproximadamente, se extendió por la región oriental. En este credo se rinde culto a los Orishas* y a los antepasados, cuyas funciones principales son las de proteger a sus devotos y orientar sus vidas. Para tomar decisiones o mantener determinada conducta los creyentes se valen de la interpretación de los diversos paradigmas conceptuales recogidos en mitos, leyendas, proverbios y sentencias que acompañan a cada deidad. La relación espiritu-fetiche-magia ocupa un lugar destacado en esta expresión religiosa. Los otanes (piedras) son objetos que simbolizan el poder sobrenatural del orisha al que se le rinde culto. Además, la atención a los espíritus, antepasados, la naturaleza,

el sol y la luna son aspectos que no pueden ser descuidados en el desarrollo del culto, en el que se emplean un lenguaje esotérico y la magia para establecer la comunicación entre las entidades y los creyentes. Las ceremonias son variadas y cumplen determinados propósitos: iniciación *, propiciatorias (Ebbos)*, adivinatorias (oráculos)* y fúnebres (Ituto)*. Mediante estas se exteriorizan las concepciones, ideas y representaciones religiosas de los adeptos, quienes las realizan en grupos o individualmente, de acuerdo al caso. Con el culto, el creyente refuerza su vinculo con lo sobrenatural, al tratar de lograr la armonía entre las fuerzas del bien y del mal buscando conquistar la voluntad del objeto de devoción con fines espirituales y materiales. El babalawo* es el mas alto representante de la jerarquía. Rinde culto al orisha Orula (dueño de la adivinación) y es conocido como sacerdote de Ifá. Le siguen en orden descendente otros iniciados que cumplen funciones especificas dentro del ritual, entre ellos los babalochas* e iyalochas*, encargados de efectuar las ceremonias de consagración y de "apadrinar" a los nuevos adeptos. Los Oriate son los sabios y especialistas en la lectura e interpretación del oráculo del Diloggun (caracol) y se encargan de averiguar los tabúes (Itá) a que se vera sometido el creyente durante su existencia posterior a la iniciación. También actúan como "obas" (reyes, pero entendido como maestro de ceremonia) en las consagraciones. Otra figura relevante es la oyubbona o yimbona, que acompaña y guía al neófito en todas sus acciones durante los siete días que dura "hacer el santo". Los creyentes se encuentran organizados en grupos independientes que comienza en la base por la familia religiosa (padrino-ahijados) continua en la casa religiosa (integrada por varias familias) y llega hasta la rama, un tronco independiente que puede o no tener contacto e intercambio con otros.

Ramas reconocidas en La Habana son: Ainayobo, Aldewaro, Aramito, Ashakun, Atun, Awapitico, Oddun Tawade, Tillako, Ochailu, Obbilumi, Imale, Oyatagun, Abbita, Aiworo, Efuche Warikondo, Efuche Atiqueque, Maleque la grande y Maleque la chica. El grupo en cada una de sus jerarquías se nuclea alrededor de una persona como centro o guía religioso. En el mismo se establecen nexos específicos de dependencia y cooperación de forma directa e indirecta. Cada rama tiene un origen étnico fundacional que se ha ido ramificando en un proceso de iniciaciones sucesivas, originándose a su vez varias casas, en las que, sin embargo, se conservan en su esencia los principios culturales de los predecesores. No obstante, es bueno aclarar que esta estructura no alcanza gran complejidad organizativa, como sucede con las instituciones cristianas. Asimismo, la Santería carece de templos como las iglesias católicas o protestantes. Sus practicas religiosas se realizan en las casas-templos, locales generalmente compartidos con la vivienda de los dirigentes de culto y en los que se conservan los objetos del ritual y las representaciones religiosas que son objeto de veneración. La trascendencia de la Santería en la sociedad cubana no radica solo en la cantidad de sus seguidores (cifra que, además, es desconocida) sino por su aporte de símbolos, ideas, mitos, leyendas y procedimientos a la idiosincrasia y la cultura nacionales. En el culto se advierten también características que distinguen la religiosidad del cubano, como el carácter empírico y utilitario del ritual, la utilización de objetos y sustancias, la manipulación de lo sobrenatural, las formas de comunicación dialogada y la vinculación de lo festivo con lo religioso. ORICHAS El panteón de la Santería cubana es inabordable en un trabajo de este tipo. Mas de cuatrocientas deidades se ubican a la derecha de

Olofin - el supremo hacedor del Universo- y constituyen la representación de los mejores principios morales y afectivos, aunque, por otra parte, algunos poseen defectos de menor cuantía según el patrón de los humanos. Otras doscientas entidades, francamente malignas y negativas, se encuentran a la izquierda del Pater Universalis Yoruba. Trataremos aquí solo a los mas conocidos, identificados con las fuerzas naturales elementales o fenómenos de la vida. Eleggua: orisha de los caminos y del destino de los hombres, es el primero de los cuatro guerreros (Eleggua, Oggun, Oshosi y Osun) y el primero entre todos, pues Olofin le dio esa potestad. Protege el hogar y es la personificación del azar. Forma pareja con Echu, el que esta presente en todas las desgracias. Ambos se complementan, ya que no puede haber seguridad sin peligro, sosiego sin inquietud. Se desdoblan en cientos de avatares que constituyen otras tantas expresiones o circunstancias de la existencia universal. Eleggua lleva collar rojo y negro y Echu, blanco y negro, lo mismo que sus atuendos, consistentes en chaquetilla, pantalón y sombrero. En la mano empuñan el garabato, una especie de gancho de madera de dos o tres pies de largo, vestigio del atributo que lo distinguiera como deidad fálica en los albores de la cultura Yoruba. Oggun: Uno de los mas antiguos del panteón Yoruba. Dios de los minerales y las herramientas. Patrón de los herreros y herrero el mismo, domina también los secretos del monte y sabe utilizarlos en encantamientos. De gran fortaleza física, personifica al guerrero por excelencia y al hombre irascible y violento. Sus hijos son los ideales para el sacrificio de los animales (Achogunes), pues Oggun es el dueño del kuanagdo (cuchillo ritual). Se viste de mariwo (sayo de hojas de palma) y con una cinta en la cabeza. Empuña un machete, con el que corta la maleza por donde transita. Sus collares son de cuentas verdes y negras, y en ocasiones se suman las moradas. Obatala: Deidad de la pureza y por ello dueña de todo lo blanco y de la plata. Creador de la tierra, culmino la obra de Olofin al terminar de formar la cabeza de los hombres, por lo que gobierna

sobre los pensamientos y los sueños. Es misericordioso y amante de la paz y la armonía. Todos los demás Orishas lo respetan y lo buscan como abogado, pues la misión a el encomendada por Olofin fue la de hacer el bien. Viste de blanco y su collar es del mismo color. Solo Ayaguna, un Obatala joven, lleva una cinta roja diagonal en el pecho, símbolo de cuando fue guerrero y limpio su espada para repugnar y abandonar la violencia. Yemaya: Madre de la vida, es dueña de las aguas y representa al mar (en las costas. Las profundidades, el océano, es de Olokun) fuente fundamental de la vida en el planeta. Considerada madre de casi todos los Orishas, sus castigos son duros y su cólera terrible, aunque actúa con justicia. Su vestido señorial es de un azul intenso, igual que las cuentas de su collar, donde se alternan con otras transparentes. Oshun: Diosa del amor, de la feminidad y del río, con el que simboliza la purificación. Símbolo de la coquetería, la gracia y la sensualidad femeninas. Acompaña a Yemaya y fue la que trajo a los hombres el caracol (el primero que hablo) para que los orientara por medio del oráculo y lo utilizaran como moneda. Por eso se dice que con ella viene la riqueza. Fiestera y alegre, viste un lujoso atuendo amarillo, con seis pulseras doradas. Su collar es también de cuentas amarillas y ámbar. Chango: Orisha del fuego, del rayo y del trueno; de la guerra; del baile, la música y la belleza viril. Representa el mayor numero de virtudes e imperfecciones humanas: trabajador, valiente, buen amigo, pero también mentiroso, mujeriego, pendenciero, jactancioso y jugador. Gracias a un recurso secreto que le preparo Osain, el dios de la vegetación, podía despedir lenguaradas de fuego por la boca, con lo que vencía a sus enemigos. De el se cuentan tantas historias que podrían llenar un grueso tomo de atractivas anécdotas. Usa camisetilla holgada y pantalón hasta las pantorrillas, todo blanco con ribetes y adornos de color rojo intenso y en su collar se alternan ambos colores. Empuña siempre un hacha doble. Oya: Diosa de las centellas, los temporales y los vientos.

Violenta e impetuosa, ama la guerra y acompaña a Chango en sus batallas. Es también la dueña del cementerio, en cuya puerta vive, cerca de Oba y Yewa, las otras muerteras. La distingue el colorido de su saya, de nueve colores menos el negro, y el iruke (especie de escobilla de fibras largas) que blande en su mano derecha. El collar es de cuentas marrones con listas blancas y otra negra mas fina en el centro de estas. Orula: Orisha de la adivinación y de la sabiduría. Rige el culto de Ifá, el Benefactor, y es quien permite a este comunicarse con los humanos mediante los babalawos* - los sacerdotes de la Osha, que pueden ser solo hombres y sin indefiniciones sexuales -, quienes se apoyan en el Tratado de Oddun o Libro Sagrado. Como dueño de la sabiduría, tiene la posibilidad de influir sobre el destino, incluso el mas adverso. También es considerado como gran medico y cuenta para ello con el auxilio de Osain, el dios de la vegetación y, por ende, de todos los remedios. Se puede recibir por Osha, aunque su desarrollo y final consagración solo es de competencia de Ifá. Sus seguidores se distinguen por llevar una manilla de cuentas verdes y amarillas. Otros Orishas venerados o que "se reciben" son Babalu Aye, Aggayu, Oddua, los Ibeyis, Inle, Orichaoko, Oggue, Dada.

INICIACION Los ritos iniciáticos en las religiones afrocubanas difieren según la Regla a que pertenezcan (Osha, Palo Monte o Abakua) e incluso en dependencia de la jerarquía (p. ej. Babalawo) que asumirá el adepto o las facultades que lo acompañaran desde esa fecha hasta su muerte. En Osha, la ortodoxia (y lo que el razonamiento podría aceptar como mas apropiado dentro de la lógica del pensamiento religioso) establece siete días para completar el "segundo nacimiento", que es, conceptual y espiritualmente, como se considera al rito de "hacer

santo", o sea, entregar al iniciado determinados poderes o funciones o "asentarle el santo" del cual es hijo. En uno de los días de la iniciación, al individuo en proceso de consagración "se le lee el Itá", un complejo ritual oracular que dejara establecidas las normas y preceptos que deberá observar en su comportamiento social y religioso futuro. Estos tabúes serán inviolables, so pena de recibir a cambio un repentino vuelco de la fortuna o sufrir un castigo que puede corresponder o no a la infracción. Al termino de los ritos, absolutamente reservados, comienza la etapa de "iyaworaje", que dura, con preferencia, un ano, aunque dispensas de algunos practicantes - ya poco frecuentes por el rechazo que originaron en los seguidores de la ortodoxia- la reducen a mucho menos. El Iyawo es distinguible con facilidad. Viste completamente de blanco y lleva también una cobertura blanca (boina en el caso de los hombres y turbante en el de la mujer) sobre la cabeza rapada. Del cuello penden innumerables collares de cuentas, representativos de los principales Orishas o santos del panteón, y en la muñeca lleva la manilla del santo "asentado", o guardián, o de cabecera. Por esta ultima puede saberse cual fue el orisha que "recibió". Después del ano de iyaworaje, el iniciado podrá participar en todas las actividades culturales y realizar cualquiera de los ritos de la fe, excepto las tabuadas en el Itá, si fuera el caso.

EBBOS Los Ebbos o limpiezas rituales son las practicas propiciatorias mas comunes de las religiones afrocubanas. Tienen innumerables formas y procedimientos, en correspondencia con sus objetivos. Los hay para reforzar o mejorar la salud física o espiritual, obtener una promoción social o económica, eludir el brazo de la justicia, evitar

un desenlace funesto en las relaciones amorosas o interpersonales e incluso conseguir el auxilio de los dioses en el desenvolvimiento feliz de cualquier acontecimiento. Así, hasta alcanzar a cualquier hecho de la vida que tenga una significación importante para el practicante o los que acuden a los servicios de estas religiones. Los elementos que se utilizan son igualmente variables en dependencia del asunto que se quiera resolver y tan disimiles como la Naturaleza y los resultados del trabajo del hombre puedan aportar. De acuerdo al fin que se desea obtener, se emplean - por enumerar algunos- semillas, plantas, raíces, agua (de río, de mar, de pozo), aves, animales domésticos o salvajes, velas, frutas, tejidos, miel de abejas, manjares de variada elaboración, billetes y monedas, implementos mecánicos, osamentas. El procedimiento es también variado. Lo mismo se reduce a un pase del objeto en cuestión por el cuerpo - en este caso para que armonice las vibraciones del individuo o aleje las influencias nefastas- o la ofrenda a determinados Orishas de sus alimentos de preferencia o la sangre de los animales que le están consagrados, los cuales, si es aconsejado por el oráculo, comerán después bajo determinadas recetas culinarias los adeptos o neófitos reunidos. Este ritual también se realiza como acción de gracias cuando ha sido concedida satisfactoriamente una solicitud. Los sacrificios humanos fueron practicas desterradas de estos cultos aun desde la época en que todavía no habían salido de Africa.

ITUTO Este es el ritual mas reservado de todas las practicas culturales de los religiones sincréticas afrocubanas. Si en determinados días de la iniciación el Iyawo puede ser visitado por familiares y amigos en la casa de su madrina o padrino de santo, o en los Ebbos y fiestas propiciatorias participan por igual adeptos e

invitados no consagrados, en el Ituto solo intervienen unos pocos iniciados. Por supuesto que tal ceremonia funeraria se le efectúa únicamente a quienes se consagraron en cualquiera de las reglas, o sea, tuvieron un segundo "nacimiento" y, como aconseja la ortodoxia, no deben llevar a la tumba los atributos que recibieron en vida. El Ituto se celebra en determinado momento del velatorio, para el cual todos los dolientes deben abandonar el salón. Los encargados del ritual liberan de su "carga" al cuerpo y averiguan por medio de oráculos el destino final de los utensilios y recipientes culturales, que lo mismo pueden ser enterrados que depositados en una montaña, el lecho de un río, lanzados al mar, o heredados por un ahijado o familiar cercano, entre otras disposiciones.

BABALAWO En Yoruba significa "padre del saber o de la adivinación" (de baba, padre, y awo, adivinación). Constituyen la mas alta jerarquía dentro de la Osha, pues son los depositarios del conocimiento encerrado en el Libro Sagrado de Ifá, el mas complejo oráculo* de que se tenga conocimiento. El Babalawo, según la ortodoxia cultural, es el encargado de entregar los Orishas* guerreros, primer paso en la consagración dentro de la Santería. Este sacerdocio impone determinada conducta social y personal, pero lo que mas lo distingue es el estudio constante de la naturaleza y el Universo, pero sobre todo del Libro Sagrado o Tratado de Oddun, una extensa obra en la que predominan el simbolismo y un intrincado lenguaje esotérico, lo que a menudo vuelve difícil e intrincada su interpretación. De ahí la obligación del Oluo (sabio, como también

se le llama al Babalawo) de estudiar a Ifá. Al Awo acuden los creyentes para resolver todo tipo de problemas (personales, de salud, espirituales, económicos, matrimoniales) pues en Ifá están reflejadas todas las situaciones de la vida y su solución. Una teoría de los adeptos afirma: "ya todo sucedió en el mundo una vez, y fue recogido en el Libro Sagrado. Ahora solo falta la materia o la acción que llene de nuevo, por un instante, el espacio que habitamos". Al sacerdocio de Ifá se puede llegar después de hacer Osha o directamente, si así lo dispone el oráculo, y la consagración dura siete días también, aunque con características bien diferentes en los rituales.

BABALOCHAS E IYALOCHAS Son los padres (baba en Yoruba) y madres (Iya) de santo (Osha) y constituyen el eje alrededor del cual gira el universo de la Santería cubana. Después de cierto numero de anos de iniciación y de haber obtenido la "licencia" y el Ache (gracia, don) de los Orishas, el consagrado puede a su vez apadrinar a otros que por voluntad o por indicación de los oráculos deben "hacer santo", a los cuales guiara y aconsejara en las practicas culturales y en su vida personal y social. Los muchos anos de intercambio con la gente y sus problemas, le ofrecen al cabo una gran sabiduría para resolver las diversas situaciones de la vida de sus ahijados y consultantes, aunque ellos permanezcan en la mayor austeridad, lo que les otorga un alto prestigio entre los creyentes. El Babalosha o la Iyalosha son los encargados de averiguar al futuro adepto que solicita sus servicios el santo que deberá ir a su cabeza, consulta oracular que realizan mediante el ritual conocido como "bajar el caracol", pues se utilizan los cauris del orisha* de cabecera del padrino y no los empleados normalmente en los oráculos ordinarios.

Esta investigación requiere de gran rigor, pues a la cabeza del nuevo iniciado no debe ir otro santo que no sea el que le corresponde como padre o eledda (ángel de la guarda), lo que de producirse ocasionaría serias dificultades en las ceremonias iniciáticas y en la vida religiosa y personal futura del adepto. Convertidos así en "padrino" o "madrina" de santo, el Babalosha o Iyalosha preparara en su casa un altar donde vivirá durante siete días con sus noches el "ahijado", que nacerá a una nueva vida en un ritual de iniciación* cuyas principales ceremonias son secretas. En la semana, el padrino recibirá para las diferentes operaciones el auxilio de otras personas con determinada jerarquía dentro de la religión, como el Oriate, para la lectura del Itá y la conducción de las ceremonias, y la Yimbona u Oyugbona, quien orienta y auxilia al iniciado en sus acciones. Los Babalochas e Iyalochas pueden llegar a tener varios centenares de ahijados y algunos incluso llegan hasta reunir a mas de mil, pero no todos son necesariamente iniciados en el santo. Los hay Aleyos (solo se "registran" para solucionar sus problemas), de collar (reciben collares únicamente), de rogación (realizan el ebbo* conocido con este nombre sobre la cabeza o cualquier otra parte del cuerpo con el fin de evitar funestas consecuencias), etc.

ORACULO En las religiones sincréticas afrocubanas existen tres oráculos fundamentales: el de Biawe, el del Diloggun y el de Ifá. Estos tienen sus raíces en la antigüedad, y su principio básico numeral hace presumir un origen común con el de la Cábala y la Tabla Esmeraldina, de Hermes Trismegisto; el I Ching de los chinos, o los Theraphims con el Urim y Tummin judeo-hebraico, del que quedan unos pocos vestigios. El oráculo de Biawe se realiza mediante el empleo de cuatro

cuescos de coco, que sustituyeron en Cuba a los originales Obi Kola (Elaeis Guineensis) de Africa. Tiene cuatro posiciones principales que son otras tantas respuestas, pero su repertorio alcanza hasta 96, de acuerdo a la figura que se dibuja en el suelo, las sombras que proyectan los pedazos de nuez, y la posición en que quedan estos con relación a la superficie, si cóncavos o convexos. A pesar de ser el mas sencillo, en apariencia, solo muy pocos pueden leer todo el repertorio del Biawe y los practicantes utilizan únicamente las cuatro respuestas simples, que son: - Alafia (cuatro conchas bocarriba) el orisha* interpelado responde "Todo bien". - Itaguo (tres bocarriba y una bocabajo) "Falta algo". Con esta respuesta es obligatorio preguntar y volver a tirar. - Eyeife (dos y dos) "Lo que se sabe no se pregunta". Constituye el si mas firme en el oráculo. - Okana (tres bocabajo y uno bocarriba) "Nada sirve". - Oyekun (cuatro bocabajo) Habla un muerto o La Muerte. (En el Nangareo - la consulta a Olofin, el Supremo Creador, en los primeros momentos de una ceremonia de iniciación *- en lugar de los cocos se utilizan rebanadas de pan). El oráculo del Diloggun se consulta con los caracoles o cauris, a los cuales se les aplana la parte contraria a la abertura para que puedan caer correctamente sobre la estera de paja o esparto sobre la que el Babalosha realiza el registro. Además, por el orificio resultante "hablan" los muertos, por si fuera indispensable completar una predicción de los santos, que se comunican por la abertura natural del caracol. Al termino de su iniciación, a cada consagrado se le entrega una mano (juego) de 18 caracoles, que en el caso de los hijos del orisha* Eleggua llegan a 21. En la consulta se emplean solo 16, y los dos o cinco restantes, según el caso, quedan como "testigos" de lo comunicado por el oráculo.

Para las respuestas, el santero cuenta con un amplio repertorio de patakkies (historias) y refranes relacionados con cada uno de los números. La interpretación de aquellos de acuerdo a la alternativa que dan los Ibos (piedras) - si negro, osogbo (mal), si blanco, ire (bien)-, constituye la situación del consultante, cuya solución, establecida con variedad en las propias historias, será precisada en tiradas sucesivas. El Babalosha solo puede "leer" hasta el numero 12. Si saliera uno mayor, debe enviar al interesado a donde esta el babalawo *, el único facultado para ello. El oráculo de Ifá es el mas complejo y extenso sistema adivinatorio de que se tenga noticia y su contenido esta recogido en el Libro Sagrado de Ifá o Tratado de Oddun. Este consta de 16 signos u oddunes mayores y 240 que son la combinación de aquellos, cada uno con un contenido propio. Las permutaciones de los 256 signos iniciales alcanzan cuatro mil 096 combinaciones terciarias que, interrelacionadas, llegan a una cifra superior a las 36 mil probabilidades. Una afirmación del culto dice que todo en el mundo ya sucedió una vez y fue recogido en el Libro Sagrado de Ifá, solo falta que una acción vuelva a llenar un lugar en el espacio. Para obtener los signos, el sacerdote de Ifá, el babalawo *, dispone de dos medios, el opele, una cadeneta de ocho conchas (pueden ser de coco, carapacho de jicotea, laminas de plata o hierro, según corresponda) y el tablero (atepon) con los ikines (cuescos de Obi Kola). El primero lo emplea en el "registro" de quienes acuden por sus servicios o en averiguaciones personales (el Babalawo no hace nada sin consultar el oráculo; en las mañanas -4 a.m.- lo primero que hace es "abrir el día" con una averiguación para ver como se comportara la jornada y lo que el debe hacer) y el segundo solo se utiliza en grandes rituales con la presencia de al menos otros dos, lo que recibe el nombre de Junta de Babalawos.

Cuando el awo tira el opele sobre la estera, la disposición de las conchas es la que determina el signo. Dos tiradas mas completaran la consulta y entonces la combinación de las tres permitirá obtener la respuesta que se busca. La ceremonia sobre el tablero, o atefado, es mucho mas complicada. El Babalawo invoca primero con golpecillos del Irofa (tarro de venado o trozo de cana de bambú) sobre el Ate a que bajen los espíritus y entidades que lo auxiliaran en la averiguación. Después esparcirá, mientras entona los rezos de rigor, el Yefa (polvo de ñame molido) sobre la superficie, removiéndolo circularmente con una escobilla. Cuando ha logrado entrar en las vibraciones requeridas, pasara de la mano izquierda a la derecha los ikines y contara solo los que queden en esta ultima. A continuación, anotara sobre el Yefa con la yema de los dedos los números de derecha a izquierda por pares. Esta clase de consulta solo se emplea en nuevas consagraciones para "bajar a Orula" (el orisha* de cabecera del culto) y determinar el santo que ira a la cabeza del iniciado, o en la investigación de la "letra del ano" (características que dominaran ese periodo), o cualquier otro asunto de gravedad. La característica distintiva del oráculo de Ifá es el intrincado simbolismo de muchas de sus historias y sentencias, como "La tarraya de pescar no atrapa al hipopótamo", "La nariz es la única que no duerme", "Los ciegos llegaron y los cojos se fueron", cuya significación no llega a penetrarse sino después de mucho examen e imaginación. Además, el caudal de información reunido en el Libro Sagrado obliga al sacerdote a llevar una vida metódica consagrada al estudio y la meditación, por lo que recibe además entre los creyentes el titulo de Oluo (sabio).

LA REGLA CONGA O PALO MONTE

Esta expresión religiosa tiene su raíz en los cultos de origen Bantú, termino con que la etnología occidental reunió bajo una misma denominación a la comunidad de pueblos del Africa oriental, central y austral que hablaban esa lengua en cualquiera de sus variantes. Conocida también como Mayombe, esta Regla fue el resultado inicial de la transculturación de los credos bantues a la sociedad cubana, en la que surgieron con la iniciación de los criollos otras vertientes como la Imbisa y la Brillumba, hasta llegar a la Kimbisa del Santo Cristo del Buen Viaje, organizada en el siglo XIX por Andres Facundo de los Dolores Petit. La Regla Conga en general tiene como rasgos característicos la vinculación con las fuerzas de la naturaleza, a algunos de cuyos elementos, como la vegetación, consideran animados por espíritus, a los que ofrecen albergue también en las profundidades de la tierra. Los antepasados están representados en el agua. El centro de la ceremonia en este credo es la Nganga, recipiente donde se supone se encuentra el alma de un muerto sometida a la voluntad del iniciado a través de un pacto que los alimenta a ambos. La posesión de la Nganga o prenda, junto a la posibilidad de emplearla sin limitaciones, es el elemento que distingue a la máxima jerarquía de esta expresión: el Tata Nganga o Tata Nkisi, quien puede realizar ceremonias de "rayamiento" (iniciación) y nuclear a su alrededor a su grupo religioso. Para sus funciones, el Tata se apoya en otras jerarquías menores de consagrados, como el Bakonfula ayonfombe y el Ngueyo, quienes junto al resto de los "ahijados" forman la Casa, la cual es autónoma en la realización de los ritos o ceremonias. Un lugar destacado en la Regla de Palo lo ocupan los símbolos gráficos de carácter sagrado (firmas) para identificar a los espíritus, antepasados y Orishas a los que se solicita el permiso para realizar las diferentes ceremonias culturales. Al trazar las firmas los creyentes consideran que en ellas están

representados los poderes sobrenaturales y que los mismo responden por la efectividad de la labor realizada. Cada una de ellas adquiere una función personal para cada iniciado, que la emplea para identificarse ante su fundamento (Nganga) y ante el resto de los creyentes. Por otra parte, expresa la relación con el espíritu protector con el que ha realizado el pacto. El rasgo principal de los brillumberos consiste en el culto a las deidades de la santería *, las cuales reciben, de acuerdo al ritual palero, su correspondencia en objetos materiales. En la Regla Kimbisa existe un fuerte sincretismo y tolerancia entre el elemento congo, la Regla de Ocha *, el espiritismo *, el catolicismo y las sociedades secretas masculinas Abakua *. De las creencias de origen bantú tomaron, entre otras cosas, sus concepciones relacionadas con la Nganga, el animismo de las plantas, las aguas y la tierra, y la influencia de espíritus y antepasados. De la Osha encontramos sus Orishas traspolados con otros nombres (Eleggua se convierte en Lucero Mundo; Yemaya, en Tiembla Tierra; Oya, en Centella), la asimilación del empleo del coco en la adivinación y la creencia de "alimentar" y "fortalecer" la prenda mediante sacrificios con efusión de sangre. Del espiritismo asimila la comunicación directa con las espíritus, sobre la base de que cuanto ocurre en la tierra esta regido por fuerzas del mas allá. La influencia del catolicismo se manifiesta a través de la adoración del Espíritu Santo y la utilización del crucifijo y oraciones del ritual católico. Además, el guía principal de los kimbiseros es San Luis Beltran. El elemento abakua se verifica en el método de selección de sus aspirantes, quienes deben cumplir con determinado comportamiento social. Históricamente, las practicas de la Regla Conga o Mayombe han recibido, por desconocimiento de la población, el calificativo de "brujería", opinión que evidencia entre los no informados la sobreposición del componente mágico de esa expresión religiosa al

resto de los elementos que la identifican. La magia es solo el medio por el cual el iniciado equilibra las fuerzas del bien y del mal y evita cuanto frene el desarrollo normal de su vida diaria.