El santo Rosario

T.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y

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T.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Dulce Jesús de mi vida, Prenda de mi Corazón, a tus Pies yo me arrodillo y te pido perdón, te pido de penitencia me des la absolución por si este día me muero me sirva de confesión. Que el Padre me dé su Gracia y el Hijo su Bendición, que la Santísima Virgen me Conforte por si a la hora de mi muerte no puedo pedir perdón, ahora te lo pido con un Acto de Contrición: Oh Jesús mío, me arrepiento de haberte ofendido porque eres infinitamente bueno, padeciste por mi clavado en la cruz, Te amo con todo mi corazón y propongo firmemente no volver a pecar Amen.

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Ofrecimiento del Rosario Dios, Padre Misericordioso, dirige y acepta mis pensamientos, palabras y obras. Y Tú, Virgen Santísima, dame la Gracia de rezar con devoción y amor este Santo Rosario, el cual ofrezco especialmente en reparación por todas las ofensas cometidas contra los Corazones de Jesús, María y José. Le pido a mi Ángel de la Guarda, a todos los Ángeles y Santos del Cielo y a las Almas del Purgatorio, que me ayuden a rezar este Santo Rosario. Deseo unirme a las intenciones de la Santísima Virgen, a las del Papa y a todos los Rosarios que se están rezando en este momento en el mundo entero, y pedir: Por la conversión de nosotros, los pecadores, por la paz del mundo y la unidad de las familias; por la salvación de todas las almas, y para que Dios Padre detenga el curso de las guerras y nos conceda la Gracia del verdadero Amor y perfecta Obediencia a Su Voluntad. ¡Abre Señor mis labios y mi boca proclamará tu alabanza ! Dios mío, ven en mi auxilio. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre … Rezar un Padre Nuestro…. Rezar tres Ave Maria… Yo te ofrezco estos cinco misterios, oh madre querida, madre de bondad, y te pido reina soberana, me libres señora de toda maldad.

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MISTERIOS GOZOSOS (lunes y Sábados) 1.- La encarnación del Hijo de Dios (Lc 1, 26-28) El sí de María. Aquella jovencita de Nazaret no podía imaginarse que Dios la había elegido como Madre del Salvador. Por eso se sorprende del anuncio del ángel, que viene a decirle cuál será su vocación, lo que Dios espera de ella. Y María dice sí, un sí que va a cambiar la historia, porque en ese momento el Hijo de Dios se encarna en sus entrañas purísimas y empieza la redención. Enséñanos Madre Nuestra, a decir siempre que sí a Dios. 2.- La visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel (Lc 1, 39-56) María siempre dispuesta a servir. Cuando María se entera de que su prima Isabel la necesita, porque es ya mayor y está esperando un hijo, no lo duda un momento, se pone en camino para prestarla su ayuda. No repara en que está lejos, en que tiene que cruzar los montes, porque las dificultades quedan allanadas por el amor. Y acude donde sabe que la necesitan. Señora y Madre Mía, que aprenda de ti a estar siempre disponible para servir a los demás. 3.- El nacimiento del Hijo de Dios en Belén. (Lc 2, 320) María da a luz al Salvador. Los hombres le cierran las puertas al Hijo de Dios, que va a nacer en un portal, en pobreza extrema. María no se queja, sabe que lleva en sus entrañas la salvación del mundo y acepta con gozo, humildemente, la voluntad de Dios. Y en una noche fría 3

se deja calentar por el cariño de José y el calor de unos animales. Madre del Salvador, dile al Señor de mi parte que también yo quiero que nazca en mi pobre corazón. 4.- La purificación de Nuestra Señora y presentación del niño Jesús en el Templo ( Lc 2, 22-38) Toda pura es María. María es Inmaculada, no hay en ella mancha alguna de pecado, porque Dios ha querido llenarla de todas las gracias. Ella que es Virgen y Madre, se acerca al Templo para su purificación: no le importa someterse a las leyes de los hombres que no tenían vigencia para ella. Y en su humildad quiere mostrarnos el valor de la pureza. Madre Purísima enséñanos a vivir teniéndote a ti como modelo, dejando de lado las insinuaciones vacías del mundo. 5.- El niño Jesús perdido y hallado en el Templo (Lc 2, 41-50) María acepta los planes de Dios. ¡Qué desasosiego el de María y José que no encuentran al niño Dios! Ellos, como nosotros en algunas ocasiones, perdemos de vista a Dios: ellos sin culpa por su parte, y sin embargo nosotros lo perdemos porque nos buscamos a nosotros mismos y vamos a lo nuestro. Que aprendamos de Ti, María, a buscar sin descanso al Señor, y aceptar sus planes, sabiendo dejar de lado los nuestros.

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MISTERIOS DOLOROSOS (martes y viernes) 1.- La oración de Jesús en el huerto de Getsemaní (Mt 26, 30-46) La oración del Señor. Jesús quiere preparar el momento de su entrega total para salvar al hombre, y lo hace rezando, elevando su mente y su corazón al Padre. Es un diálogo lleno de abandono y de confianza sabiendo poner todo en sus manos. Te pido Señora y Madre Mía, que sobre todo en las circunstancias difíciles, crezca mi unión con Dios, y me abandone plenamente en él. 2.- La flagelación del Señor. ( Jn 19, 1 ) La entrega exige sacrificio. Jesús es azotado sin compasión y no se queja. Nosotros también nos encontraremos, de una forma u otra, con dificultades y contradicciones que nos golpearán por fuera o por dentro. ¿Qué actitud podemos tomar? ¿La rebeldía? ¿El reproche a Dios? Madre Nuestra, Madre Mía, enséñame a hacer de las incomodidades, de los problemas, de los reveses de la vida, una forma de crecer y de amar sin condiciones. 3.- La coronación de espinas. ( Mc 15, 16-20 ) Un reinado de amor. Aquellos hombres que no se dan cuenta de que tienen delante al Hijo de Dios, siguen su burla y lo coronan de espinas. Sin embargo allí, delante de ellos, humilde, respetando hasta ese extremo su libertad, el Rey de Cielos y Tierra les deja hacer. ¿Dónde está el verdadero reinado? ¿En un triunfo humano, en las alabanzas? Virgen y Madre, ayúdanos a reconocer la 5

grandeza de reinar no avasallando a los demás, sino brindándoles amor sin pedir nada a cambio. 4.- Jesús con la Cruz a cuestas. ( Mc 15, 20-23 ) La cruz que Tú me mandes. Jesús carga con la cruz, una cruz que no es suya, porque es la cruz de nuestros silencios, de nuestros desprecios, de nuestros pecados. Y la lleva para que la nuestra sea menos pesada. Nos encontramos con la cruz y la rechazamos, a veces con arrogancia, sin darnos cuenta que Jesús la ha santificado, y quiere que sea nuestra santificación. Madre dolorosa, que no pasemos por alto nada que nos haga semejante a tu Hijo, por doloroso que sea. 5.- Crucifixión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo (Mt 27, 35-50 ) Gratitud ante la redención. En el monte Calvario crucifican a Jesús, como a un malhechor, como a un bandido. Es el precio de nuestra redención. Abres sus brazos y quiere estrechar con ellos a todos los hombres, para decirles hasta donde llega el amor de Dios. Virgen de la Soledad, que contemplaste a tu Hijo en la Cruz, enséñanos a ser agradecidos, a responder generosamente al amor que Dios nos ha mostrado.

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MISTERIOS GLORIOSOS (miércoles y domingo) 1.- La gloriosa resurrección del Hijo de Dios ( Jn 20, 110 ) El triunfo de Jesús. Es el primer día de la semana y las mujeres quieren hacer el último servicio al Señor: ungir su cuerpo. Y se encuentran con algo más de lo que podían esperar: el sepulcro vacío. Cristo ha vencido a la muerte y así queda culminada la redención. Nos alegramos contigo Madre Nuestra, y te pedimos a ti que supiste estar al pie de la Cruz, que sepamos mantener firme nuestra esperanza en la victoria de Cristo. 2.- La ascensión del Señor a los Cielos (Lc 24, 50-52) La llamada al apostolado. Jesús ha estado con sus discípulos cuarenta días para darles la alegría de su compañía y las últimas instrucciones. Pero llega el momento de la despedida, es el momento de actuar, de llevar al mensaje de Cristo por todos los rincones del mundo. Virgen María que sepamos estar muy llenos de Dios y que sintamos la urgente responsabilidad de prender con el fuego de su amor a todos los que encontremos en nuestro camino. 3.- La venida del Espíritu Santo sobre el Santo Colegio Apostólico y María Santísima. (Hc 2, 1-4) El nacimiento de la Iglesia. Los apóstoles se quedan en Jerusalén esperando la venida del Espíritu Santo, y María, en medio de ellos, les enseña a perseverar en la Oración. Es así como nace la Iglesia para hacer presente a Dios en medio de los hombres a lo largo de toda la 7

historia. Enséñanos María, Tú que eres Madre de la Iglesia, a ver en ella no una institución lejana, sino la casa común de los creyentes, que ha querido Dios para llevar al mundo su mensaje de Salvación. 4.- La asunción de Nuestra Señora en cuerpo y alma al Cielo. La esperanza del Cielo. Tú, María, has sido creada por Dios como la más excelsa de las criaturas, y ahora el Señor no ha querido que Tú, su Madre Santísima conocieras la corrupción del sepulcro, por eso te abre las puertas del Cielo. Eres así nuestra esperanza más firme, porque nos muestras un anticipo de lo que será nuestra resurrección gloriosa. Que tengamos en nuestro corazón esos anhelos de Cielo para estar, junto a Ti, contemplando el rostro de Dios. 5.- La coronación de María Santísima como Reina y Señora de todo lo creado. La intercesión de María. Padre, Hijo y Espíritu Santo han salido a tu encuentro para coronarte, porque eres Reina de Cielos y Tierra. Ante Ti, María los ángeles y los santos te colman de su alabanza, porque eres Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, esposa del Espíritu Santo, templo y sagrario de la Santísima Trinidad. Por eso, porque eres la omnipotencia suplicante, acudimos a ti María, sabiendo que no vas a desechar nuestras suplicas, Virgen gloriosa y bendita.

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MISTERIOS LUMINOSOS ( jueves) 1er. Misterio: El Bautismo en el Jordán. Lectura: Mc 1, 9-11. «Y sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazareth de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. En cuanto salió del agua vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma, bajaba a Él. Y se oyó una voz que venía de los cielos: ¨ Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco». El Señor Jesús al bautizarse con Juan inicia su vida pública con humildad y sencillez. En este momento el Padre revela que Él es su hijo amado. Te pedimos Santa Madre que nos enseñes a tener un corazón humilde y sencillo para responder a nuestra misión concreta como lo hizo tu Hijo el Señor Jesús. 2do. Misterio: La autorrevelación de Jesús en las Bodas de Caná. Lectura: Jn 2, 5. «Haced lo que él os diga». Jesús, revela su identidad, de ser Hijo de Dios, haciendo este milagro. Por intercesión de Santa María Él transforma el agua en vino. Santa Madre, queremos poner nuestra confianza en tus intercesiones. Ayúdanos a ser quienes somos realmente e intercede por nosotros para que el Señor acreciente nuestra Fe.

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3er. Misterio: El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión. Marcos 1, 15. «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva». Jesús anunció la llegada del Reino, con su propia vida y con sus palabras. Acoger el Reino en nuestros corazones, para ser santos, y así ser quienes estamos llamados a ser, implica un proceso de conversión. El Papa Juan Pablo II decía: «Si sois lo que debéis ser, es decir, si vivís el cristianismo sin remiendos, podréis incendiar el mundo». Pidámosle a María que nos ayude en los esfuerzos que ponemos por ser santos, para así ser buenos apóstoles. 4to. Misterio: La Transfiguración del Señor. Lectura: Mt 17, 1-2. «Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz». La transfiguración permite que los apóstoles contemplen la divinidad del Señor Jesús. Esto los prepara para vivir la pasión y luego una vida transformada en el Espíritu. Nosotros buscamos incansablemente ver el rostro del Señor, por eso Santa Madre te pedimos que nos ayudes a tener una mirada reverente para descubrir la presencia del 10

Señor en nuestra vida cotidiana y así anunciarlo a los demás. 5to. Misterio: La institución de la Eucaristía, expresión sacramental del misterio pascual Mt 26, 26-29. «Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: “Tomad, comed, éste es mi cuerpo”. Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: “Bebed de ella todos, porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados. Y os digo que desde ahora no beberé de este producto de la vid hasta el día aquel en que lo beba con vosotros, nuevo, en el Reino de mi Padre”». En la Eucaristía, podemos contemplar y encontrarnos con Cristo, en las especies de pan y vino. Él se ha quedado entre nosotros para ser nuestro alimento con su Cuerpo y su Sangre, dándonos así testimonio de que su amor por cada uno de nosotros es «hasta el extremo». Madre Santa acompáñanos y aliéntanos siempre en nuestra vida Cristiana. Sobre todo ayúdanos a encontrarnos con tu Hijo Jesús en la eucaristía. ORACIÓN DE FÁTIMA Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu infinita misericordia. Amén 11

Al terminar el 5° Misterio Padre Nuestro… Oh soberano santuario, sagrario del verbo eterno, libra Virgen, del infierno, a los que rezamos tu santo rosario. Emperatriz poderosa, de los mortales consuelo, ábrenos Virgen el cielo, con una muerte dichosa, Y danos pureza de Alma. Tú que eres tan poderosa. Madre mía que tanto me quieres, que estas en el cielo rogando por mí; yo te ruego que el día que me muera piadosa en tus brazos me lleves a ti. Por las mañanas cuando me levanto mi primer suspiro siempre es para ti y te rezo tres Ave María para que en el día te acuerdes de mí. Dios te Salve María Santísima Hija de Dios Padre Virgen Purísima y Castísima antes del Parto, en tus Manos encomendamos nuestra FÉ para que la alumbres y la salud de nuestros hermanos que hoy se encuentren enfermos.. Llena eres de Gracia…, Dios te Salve María Santísima Madre de Dios Hijo, Virgen Purísima y Castísima en el Parto en tus Manos encomendamos nuestra ESPERANZA para que la alientes y la fe de todos nuestros hermanos creyentes para que la aumentes, Llena eres de Gracia…, Dios te Salve María Santísima Esposa del Espíritu Santo, Virgen Purísima y Castísima después del Parto, en tus Manos encomendamos nuestra CARIDAD para que la 12

inflames y la paz y felicidad de esta comunidad(Familia) para que perdure en tu compañía.. Llena eres de … Dios te salve María, Templo, Trono y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin la culpa original, T. Dios te salve Reina y Madre, Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. ¡Ea pues!, Señora y abogada nuestra: vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús: fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén Eres virgen y eres madre, Llevas por nombre María Y nosotros con amor Te ofrecemos las letanías. Señor, ten piedad de nosotros Cristo, ten piedad de nosotros Señor, ten piedad de nosotros Cristo óyenos, Cristo óyenos Cristo escúchanos, Cristo escúchanos Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros Dios Hijo redentor del mundo, Dios Espíritu Santo, Santísima Trinidad, que eres un solo Dios Santa María, Ruega por nosotros Santa Madre de Dios,

Santa Virgen de las vírgenes, Madre de Cristo, Madre de la Iglesia, 13

Madre de la divina gracia, Madre purísima, Madre castísima, Madre virginal, Madre inmaculada, Madre amable, Madre admirable, Madre del buen consejo, Madre del Creador, Madre del Salvador, Virgen prudentísima, Virgen digna de veneración, Virgen digna de alabanza, Virgen poderosa, Virgen clemente, Virgen fiel, Espejo de justicia, Trono de la sabiduría, Causa de nuestra alegría, Vaso espiritual, Vaso digno de honor, Vaso insigne de devoción, Rosa mística, Torre de David,

Torre de marfil, Casa de oro, Arca de la alianza, Puerta del cielo, Estrella de la mañana, Salud de los enfermos, Refugio de los pecadores, Consuelo de los afligidos, Auxilio de los cristianos, Reina de los ángeles, Reina de los patriarcas, Reina de los profetas, Reina de los apóstoles, Reina de los mártires, Reina de los confesores, Reina de las vírgenes, Reina de todos los santos, Reina concebida sin pecado original, Reina elevada al cielo, Reina del santísimo rosario, Reina de las familias, Reina de la paz,

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor. Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor. Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.

ORACIÓN: Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas y oraciones que te hacemos en nuestras necesidades. Antes bien, líbranos de todos los peligros, oh Virgen gloriosa y bendita. Ruega por nosotros, 14

Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén. Oremos: Te rogamos, Señor, que nos concedas a nosotros tus siervos, gozar de perpetua salud de alma y cuerpo y, por la gloriosa intercesión de la bienaventurada Virgen María, seamos librados de la tristeza presente y disfrutemos de la eterna alegría. Por Cristo nuestro Señor. Amén. OFRECIMIENTO Por estos Misterios Santos de que hemos hecho recuerdo, te pedimos ¡Oh María! de la Fe Santa el aumento, la exaltación de la Iglesia, del Papa el mejor acierto, de la Nación Mexicana la unión y feliz gobierno. Que el gentil conozca a Dios, que el hereje vea sus hierros, ellos y todos los pecadores tengamos arrepentimiento, que los cautivos cristianos sean libres del cautiverio, goce puerto el navegante y de salud los enfermos. Las Almas del Purgatorio gocen de su refrigerio y que este Santo Ejercicio, tenga aumento tan perfecto en toda la cristiandad, que alcancemos por su medio el ir a Alabar a Dios en tu compañía en el cielo. Amen. El Señor Todopoderoso nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén. ORACION FINAL: Reina y Madre de los mexicanos: Atraídos por el encanto de tu ternura maternal y tu solicitud hacia nosotros, venimos a consagrarte nuestras alegrías, penas, sacrificios, angustias y dolores. 15

Porque eres para todos los mexicanos una Madre que nos escucha, consuela y atiende nuestras necesidades. Eres alivio en el dolor, luz que ahuyente nuestros temores; nos acoges siempre como a pequeñitos y delicados. Nos consagramos totalmente a ti, y en ti depositamos nuestra confianza. ¡Santa María de Guadalupe, Reina de México, conserva nuestra fe y salva nuestra patria! BENDITA SEA TU PUREZA y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial princesa, Virgen sagrada María, yo te ofrezco en este día alma, vida y corazón; mírame con compasión, no me dejes Madre mía. 4.- Oración a la Dolorosa Oh Madre Dolorosa, por tus lágrimas, por la corona de espinas, por los clavos que llevas en tus manos, por las espadas de dolor con que nuestros pecados traspasaron tu corazón, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y alcánzanos de tu Hijo Santísimo dolor intenso de nuestras culpas y vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad. Oh Madre Dolorosa, protege a la Santa Iglesia, protege a nuestra Patria, ampara a la juventud, ampara a la niñez. Amén. Ave María Purísima. R. Sin pecado concebida. Concluyamos nuestro Santo Rosario diciendo todos juntos: T.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. 16