El Poder Atomico de Dios

Ayuno y Oración – ¡El Poder Atómico de Dios! Aclaraciones del traductor Durante mi estancia en Hamburgo mientras trabaja

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Ayuno y Oración – ¡El Poder Atómico de Dios! Aclaraciones del traductor Durante mi estancia en Hamburgo mientras trabajaba en la versión original de “El Poder Atómico de Dios a través del Ayuno y la Oración”, de Franklin Hall, este artículo causó tal impacto sobre mí, que inmediatamente comencé un ayuno de 2 semanas, gracias al cual adquirí una gran riqueza espiritual. Cada día que pasaba todo lo físico y las circunstancias perdían valor progresivamente y mi fuerza espiritual crecía. Durante este tiempo de ayuno no tuve hambre ni debilidad física. A los 14 días, ya sentí algo de cansancio, así que decidí dejar el ayuno, ya que mi misión parecía haberse completado hasta ahí en cualquier caso. Como resultado de estas experiencias con el ayuno que hasta entonces habían sido desconocidas para mí, sólo puedo recomendar a todos que se esfuercen en ayunar y orar con fervor para sobreponerse a los deseos sexuales, así como para avivar profundas bendiciones espirituales y poder. Si te decides, puedes estar seguro del éxito. De todas formas, antes de comenzar el ayuno debes considerar si tu vida con Dios y con los hombres está en orden, si no es así es inútil de acuerdo con lo escrito en el libro de Isaías 58:1-7. Sólo si se cumplen estas condiciones y vives tu vida de acuerdo con la Palabra de Dios, las promesas de las que se habla en los versos 8-14 llegarán a ser una realidad. Martin Gensichen

Ayuno Difícilmente podemos imaginar la cantidad de alimentos que una persona consume durante el periodo de un mes, y el desembolso que ello supone. La persona que consume alcohol o tabaco de manera habitual no da mucha importancia a su consumo ya que considera a éste como normal. En este caso además, hay que sumar los costes de comida y bebida, gastos diarios y vestimenta, a lo que añadiríamos incluso gastos de estudios o aprendizaje, ocio, deportes, etc… Donaciones para otros propósitos; para el Reino de Dios, para nuestra propia alma, se relegan al último lugar y raramente o nunca, se consideran. La mayoría de la gente come de más. De acuerdo con información aportada por las Autoridades Sanitarias, la sofisticada sociedad de hoy en día sufre de envenenamiento inducido por cuenta propia a causa de la sobrealimentación, el abuso de la bebida y el tabaco. Quién entre los creyentes presta atención hoy en día a las siguientes escrituras: “Poniendo toda diligencia por esto mismo, mostrad en vuestra fe virtud, y en la virtud ciencia…” (2 PEDRO 1:5); “…que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma” (1 PEDRO 2:11) Por tanto, no deberían entonces los verdaderos creyentes seriamente “…convertíos á mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y llanto.” (JOEL 2:12).

¿Ha entendido la gente de Dios (sin mencionar a la gente en general) alguna vez, porqué Dios envió temporadas de hambre justo después de las dos Guerras Mundiales? ¿No fue también porque el mandamiento de abstinencia y ayuno había sido ignorado entre los santos durante siglos? ¡De qué manera tan destructiva ha afectado la indulgencia de este mundo al área del sexo! Por otro lado, que bendición es un ayuno temporal, el cuál restringe los deseos de la carne. William Penn, fundador de Pennsylvania dijo: “Una nutrición pobre contribuye en gran manera al control de uno mismo. Por tanto, come para vivir, pero no vivas para comer.” Jesús no quería que sus discípulos ayunasen de manera inefectiva de los Fariseos, razón por la cual Él no les decía que ayunasen. Él sólo les enseñó una manera más sincera de orar, una vez se dieron cuenta para su sorpresa cuanta falta hacía la oración en sus vidas. Una vez que Él se hubo marchado, aprendieron a orar y ayunar de la manera correcta; porque entonces la entera responsabilidad de instaurar el Reino de Dios estaba sobre ellos. Podemos asumir que más de 120 personas orando por la llegada del Espíritu Santo, 10 días antes de Pentecostés, también ayunaron al mismo tiempo, porque permanecieron en el mismo sitio durante todo el proceso. Esto significa que no volvieron a sus casas para comer. La Ascensión del Señor, la cual ellos vieron con sus propios ojos, fue tan poderosa que se olvidaron de las cosas terrenales. Esto trajo a ellos las cosas celestiales en tal manera que todo su deseo y anhelo estaba enfocado en el poder del Cielo y el Espíritu Santo. Cualquiera que asuma esta misma actitud en el día de hoy, podrá experimentar su propio Pentecostés, que es el ser bautizado en el Espíritu Santo y fuego. Los apóstoles ayunaban con frecuencia después, p.ej., cuando los primeros misioneros fueron enviados (HECHOS 13:2), y también cuando los Ancianos fueron traídos a sus cargos (HECHOS 14:23). Pablo nos exhorta a tomarnos tiempos de abstinencia en el matrimonio, “No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración” (1 CORINTIOS 7:5). El enfatiza por tanto, que por medio del ayuno se prepara para ser siervo de Dios (2 CORINTIOS 6:5).

Puntos prácticos A fin de poder optimizar el efecto positivo del ayuno en sus fases iniciales, es recomendable beber algo de agua con sal para limpiar el intestino. Añadir 2 cucharaditas rasas de sal a un 1/4 de litro de agua caliente y tomarlo. Podéis tomar esto en cualquier momento, incluso cuando el motivo no sea el ayuno, pero debe ser con el estómago vacío, para que nuestro organismo se limpie. Durante el ayuno, no debería tomarse antes del primer día. El ayuno se facilita siguiendo estas pautas sencillas: Cuando ya no sientas hambre después de unos pocos días, entra de lleno en la oración, de manera intensiva y en profundidad. Entonces conseguirás los resultados correctos desde el punto de vista espiritual. Sin oración, el resultado de tu ayuno no tendrá efecto alguno y habrá sido en vano.

Se recomienda beber agua mineral en lugar de agua corriente del grifo de casa. Deberías beber el agua templada o caliente para evitar calambres estomacales y otras inconveniencias. Nunca bebas el agua fría, a no ser que sea tomada muy lentamente. Esto es aconsejable en especial para gente delgada y para ayunos cuando el clima es frío. Un cierto obstáculo son las bienintencionadas persuasiones de familiares y amigos preocupados en extremo, que tratan de convencer al creyente de que rompa el ayuno prematuramente, ya que temen por su bienestar físico. En caso de que cedas a estas persuasiones, ten coraje y en cuanto puedas retoma el ayuno de nuevo. Por la gracia de Dios lo conseguirás. Es posible que te sientas cansado durante los primeros o últimos días del ayuno. Sin embargo puedes continuar trabajando y realizar tu rutina diaria si el trabajo no es muy pesado. Es por eso que durante este periodo, es muy probable que no estés tan concentrado en tus oraciones ni sean tan efectivas. Todo esfuerzo físico como salir de la cama, etc… nunca debe realizarse deprisa o de repente, ya que esto podría causar irregularidades en la circulación de la sangre resultando en desmayos. Después de que tu cuerpo haya eliminado las toxinas, te sentirás mejor tanto espiritual como físicamente. El dolor, los mareos, la debilidad y otras molestias físicas habrán desaparecido. Por otro lado, los órganos de tu cuerpo así como tus sentidos y capacidades mentales se verán estimulados. Como resultado obtendrás cierta autoridad espiritual, con respuesta a las oraciones y muchas otras cosas que antes considerabas imposibles.

¿Cuánto tiempo deberías ayunar? 1. Hasta que sepamos que finalmente Dios ha oído nuestras plegarias. Por esta razón debes asegurarte si el periodo de ayuno debe ser corto (1-10 días) o uno más largo (20-40 días). 2. Tanto tiempo como nuestra salud y condición física lo permitan, sin resultar en perjuicio.

Cuatro métodos de desintoxicación 1. Los poros de la piel son canales a través de los cuales el cuerpo desecha gran cantidad de toxinas, y esto ocurre particularmente durante el periodo de ayuno. Esta es la razón por la que Jesús decía: “…y lava tu rostro” (MATEO 6:17). Bañarse con más frecuencia de lo habitual ayuda en gran manera. 2. Los riñones se activan bebiendo agua frecuentemente, por tanto la orina se diluye y las toxinas se eliminan. 3. Los pulmones desechan también sustancias tóxicas a través de la respiración. Es necesario por tanto tomar aire fresco en profundidad, así como ventilar a menudo. 4. Los intestinos también forman una parte importante en la eliminación de sustancias nocivas. No te preocupes si tus intestinos parecen dejar de funcionar del todo, ya que esto se debe a que no hay provisión de nutrientes. En una emergencia un enema podría servir de

ayuda. También actividad física.

serviría de ayuda la realización de algún deporte o

El ayuno es el mejor medio para acabar con algunos problemas físicos. Particularmente para los problemas estomacales. Durante un periodo de ayuno largo tu estómago prácticamente se renueva. Esta es la razón por la que es necesario romper el ayuno con suavidad. No se debe empezar con cantidades grandes o regulares de alimento, antes bien se debe volver a una dieta normal gradualmente, con zumos de frutas seguidos por algo de fruta fresca. Si tienes problemas de salud, el ayuno podría ser de gran beneficio para tu cuerpo. El ayuno tiene efectos rejuvenecedores en las glándulas, los riñones, el hígado y la sangre, así como la garganta, los ojos, etc… Considerando todo lo mencionado anteriormente, está claro que el ayuno y la oración sólo pueden contribuir a tu bienestar físico. Jesús nunca lo hubiese recomendado si fuese a tener un mal efecto sobre tu cuerpo. Por supuesto, debes dormir y descansar como es habitual. Aunque a ser posible durante el ayuno se debe intentar descansar un poco más de lo habitual.

Ingesta de agua Así como el agua limpia nuestro cuerpo externamente, necesitamos hacer lo mismo para nuestro interior, nuestros órganos. Por esto enjuagamos nuestra boca después de las comidas, para eliminar restos de alimentos y proteger así nuestro esmalte dental. El estómago también se debe limpiar con agua. Si no bebemos agua durante el ayuno, el estómago no se limpia y además encogerá haciendo que andemos algo encorvados. Sin agua, los órganos internos se estancan y nuestro interior permanecerá sucio. Las vías por las cuales eliminamos las toxinas no funcionarán. Por esta razón el consumo de agua es fundamental. El beber agua no va a impedir que la persona se acerque a Dios. El agua es pura y constantemente se hace alusión a ella en relación a la salvación y al Espíritu Santo, del cual Jesús dice: “Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá á tener sed; Mas el que bebiere del agua que yo le daré, para siempre no tendrá sed: mas el agua que yo le daré, será en él una fuente de agua que salte para vida eterna..” JUAN 4:13,14 El agua sube al evaporarse. Los restos de los alimento se descomponen y vuelven a la tierra. El agua no tiene un efecto estimulante sobre el cuerpo como lo tienen los demás alimentos, ya que estos últimos nutren los deseos. El agua no tiene este tipo de efecto. Durante el ayuno los poros de nuestra piel, p.ej. los de la cara, acumulan toxinas segregadas a través de estos. Por esto debemos bañarnos o lavarnos tanto como nos sea posible. Después de 2 semanas de ayuno aproximadamente las toxinas más dañinas en un cuerpo sano se eliminan con ayuda del agua. Del contexto de las escrituras puedes ver que Jesús mismo también bebió agua durante Su ayuno de 40 días. En Mateo 4:211, no dice que Él estuviese sediento, sino que Él ayunó. Además, se lee que Él estaba hambriento al final del ayuno, lo cual significa que el deseo de alimento sólido era

bastante fuerte. También, cuando Jesús realizó el milagro de alimentar a 4.000 personas (Marcos 8:3), se ofrecieron pan y pescado, no agua, aunque esta gente había estado ayunando durante 3 días. El agua estaba disponible en abundancia en los lagos de alrededor. Pasar sed es mucho más duro que pasar hambre. En ninguna de las escrituras mencionadas con anterioridad se menciona la necesidad de beber. Esto nos muestra que el agua estaba disponible.

Desaparición de los Deseos Naturales El ser humano manifiesta cuatro tipos de deseos: 1. El deseo espiritual, el anhelo por Dios. 2. El deseo de alimentos. 3. El deseo sexual. 4. El deseo de adquirir posesiones, poder y lujos. Todas estas necesidades pueden ser justificadas hasta cierto punto. El primer deseo no tiene ningún efecto en la mayoría de las personas por que los otros tres deseos lo suprimen. En cuanto al segundo y tercero, estos fueron degenerando en vicios mayores ya desde la antigüedad, de lo cual Pablo advirtió severamente en 1 Tesalonicenses, capítulo 4: “que os apartéis de la fornicación…” también, “Que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano, porque, como ya os hemos dicho y testificado, el Señor es vengador de todo esto.” El cuarto, el deseo de mejorar la calidad de vida, degenera en codicia por el dinero, posesiones, poder y lujos. Esto, por desgracia, es una carta que satán tiene en la manga. Sin embargo, con el ayuno, uno de los primeros milagros que ocurren es, que el segundo deseo – el hambre – desaparece. Después de aproximadamente 10 días de ayuno la debilidad desaparece. Por tanto el deseo sexual desaparece también. Si la persona que ayuna continúa con fervor en la oración para unirse a Dios, el cuarto deseo – el deseo de tener ‘cosas’, desaparece de él o al menos disminuye en tal manera que apenas se percibe. En el mismo grado que los deseos de la carne decrecen por medio del ayuno, el anhelo por Dios aumenta: “Como el ciervo brama por las corrientes de aguas, así clama por ti, Dios, el alma mía.” SALMOS 42:1 Así, el espíritu de oración revive y surge una necesidad de orar, dondequiera que estés. Esto es el Espíritu Santo que está operando a través de nosotros con su fuerza dinámica. Aun así, en tales momentos de crecimiento espiritual debes estar al tanto del contrataque y las aflicciones que satán nos acarreará. A veces parecerá que hay una

muralla enfrente de nosotros, un obstáculo que nos impide orar. Querido lector, ¡No te desanimes! Si te mantienes firme a pesar de todo, la victoria es tuya. ¡No te olvides de que estás en pleno campo de batalla espiritual!

Finalizando el ayuno Cuanto más largo sea el periodo de ayuno, más atención se debe prestar a la hora de volver a regularizar nuestra dieta. Nuestro estómago tiene que activarse de nuevo de manera gradual. Esto llevará algún tiempo. En los tiempos bíblicos, Israel, los profetas y Cristo estaban habituados a las leyes dietarias de Moisés y los profetas. Ellos sabían acerca de las medidas higiénicas necesarias al finalizar el ayuno. Después de un periodo de ayuno largo, el estómago es como el de un niño. Por tanto, no se puede tomar una comida como regularmente veníamos haciendo antes del ayuno, nada más acabar éste, incluso si el ayuno ha sido de 2 ó 3 días. Podría tener serias repercusiones a nivel físico. Deberías comenzar con zumos de fruta, fruta fresca (o en conserva) y sopas ligeras, seguido después de vegetales y miel, todo ello en pequeñas cantidades y hasta el cuarto día más o menos. No se debe empezar con una dieta normal hasta que haya pasado un periodo más o menos igual al que hayas pasado ayunando. Cuanto más lenta sea la introducción a una dieta normal, más beneficiosa y saludable será ello para tu cuerpo y tu sistema nervioso. La pérdida de peso durante el periodo de ayuno se estima alrededor de ½ kilo diario. Esto depende, en cualquier caso, del peso de la persona. Una persona pesada perderá más de ½ kilo al principio, mientras que alguien delgado perderá menos. Generalmente, la pérdida de peso se reduce hacia el final del ayuno.

Consecuencias del ayuno El doctor Tanner ayunó en tres ocasiones durante 40 días cada vez y nos explica cómo con cada ayuno y durante la segunda mitad del mismo, la indescriptible gloria del mundo celestial le fue revelada. Este hombre llegó a alcanzar los 92 años lo cual él atribuía a la bendición del ayuno. Este hombre nos probó que incluso hoy en día es posible ayunar como Jesús hizo, durante 40 días, sin sufrir perjuicio alguno para la salud. El doctor Tanner no sólo era doctor sino un Cristiano firme en su fe. Lutero ayunó durante días mientras traducía la Biblia. Ese debió de ser el secreto de su excelente traducción de las escrituras. Seguramente, su gran fe y su inmensa victoria en la Reforma sean debido a sus periodos de ayuno y oración. Hoy en día, raramente se practica el ayuno y la oración pierde su poder. Por tanto y puesto que esto se mantiene por el momento, no está sucediendo nada. Es a satán y no a Jesús al que estamos dando la victoria. Así que, ¡Despertad, pueblo de Dios de vuestro adormecimiento! En el año 1932 por medio de Su gracia Dios me otorgó la primera campaña de avivamiento. Yo sólo conocía a tres familias en la ciudad petrolera de Novata en Oklahoma. Una de estas familias se había volcado en ayuno y oración. Después de algún tiempo, y habiendo también nosotros ayunado y orado antes de comenzar nuestras reuniones, nos asegurábamos de que todos y cada uno de los miembros de nuestro pequeño grupo eran ‘nacidos de nuevo’. Conseguimos una casa bastante grande

para hacer nuestras reuniones al aire libre. Esto fue durante la época de calor. Desde la primera reunión en adelante, ya acudió mucha gente. El número era cada vez mayor. Entonces Dios empezó a obrar. Una mujer que tenía las costillas fracturadas fue traída a la reunión y la trajeron al frente poniéndola sobre una camilla. Se curó instantáneamente. Lo mismo ocurrió a un chico sordomudo y a un hombre que tenía un brazo paralizado. Mucha gente recibió bautismo en el Espíritu Santo.

Más bendiciones como consecuencia del ayuno En Battleford, Sask, Canadá. El comienzo del avivamiento aquí en Battleford fue en 1947, cuando 70 estudiantes aproximadamente se reunieron para leer la Biblia y ejercitarse en el ayuno y en la oración. Alrededor de 3 meses después tuvo lugar un súbito avivamiento en una habitación donde todos los estudiantes se reunían para su asamblea matinal. Día a día la gloria de Dios era derramada por Su maravilloso poder. Un profundo sentimiento de arrepentimiento y humildad vino sobre cada uno de nosotros. Algunos ayunaban durante 1 o 2 semanas, otros más. Alguno incluso 40 días. Antes de que todo esto ocurriese, era como si estuviésemos en pie enfrente de una pared y no pudiésemos ofrecer nada de valor real ante la Gloria de Dios. Mientras continuábamos con nuestro silencioso estudio bíblico, recibimos el libro del hermano Franklin Hall sobre “El Ayuno y la Oración”. Inmediatamente comenzamos a ayunar y orar. Hasta ese momento nunca habíamos experimentado los efectos de un ayuno sostenido del cual estábamos a punto de ser partícipes. Este avivamiento no hubiese sido posible si no hubiesemos aprendido esta maravillosa verdad. La llegada del hermano Granham a Canadá con su ministerio de sanidad, fue de gran ayuda para preparar nuestro corazón. El avivamiento del que hablamos todavía continúa hoy y la Gloria y el Poder de Dios cubre toda la zona. No hubo murmullo general ni ruido, todo el mundo acudía con solemnidad en reverencia al Poder sanador del Dios vivo.

Una reunión de Ayuno y Oración En 1946 un grupo de creyentes de varias denominaciones se reunieron en San Diego para obtener más información en materia de ayuno y oración. Muchos de ellos comenzaron consagrándose en el ayuno. Algunos incluso ayunaron por periodos de entre 21 y 40 días sin interrupción. Todos ellos clamaron al cielo por un avivamiento mundial, por la salvación y sanidad de toda la humanidad y por el derramamiento del Espíritu Santo con dones tal como en el tiempo de los apóstoles. El resultado de esta convención fue maravilloso. Hubo numerosos milagros de sanidad en el nombre de Jesucristo, se expulsaban demonios, los lunáticos se sanaban, el cáncer desaparecía, los ciegos podían ver, los tullidos podían andar de nuevo, los tumores se secaban, los cojos y aquellos con tuberculosis se curaban, adictos al tabaco y al alcohol

lo dejaban de inmediato y todo tipo de enfermedades se quitaban. Multitudes de gente acudían al frente al final de las reuniones, para ser bautizados con el Espíritu Santo. En estas reuniones de avivamiento, las cuales en parte estaban dirigidas por el autor, pudimos ver aproximadamente unas 1.ooo personas aceptando a Jesús como su Salvador en el espacio de un año. Estos conversos eran en su mayoría creyentes de diferentes nacionalidades. Ellos fueron también la vía por la cual este avivamiento se extendió a otras regiones y países. Se estableció una cadena de oración durante meses, día y noche con ayuno, bajo el liderazgo de la hermana Helen Hall. El Señor ordenó al autor a comenzar una cruzada de ayuno y oración que pronto empezó a extenderse por todo el mundo. Los hermanos Dale y Bárbara Hanson, que permanecieron con nosotros fueron una ayuda adicional. Pronto, muchos otros predicadores fueron avivados a predicar acerca de la oración y el ayuno de manera revelatoria. Por añadidura, muchos creyentes en Los Angeles y California del Sur empezaron a ayunar. Así es, como el fuego espiritual se extendió desde todo el sur hasta Canadá. Gradualmente, gente de todo el país comenzó también ayuno y oración. Hombres y mujeres orando devotamente, trabajando con esfuerzo para la salvación de toda su nación. Tal devoción y lucha movió el brazo de Dios y abrió las ventanas del Cielo. Miles de maravillosos testimonios de todo el mundo llegaban, como prueba de las respuestas a la oración. El autor organizó reuniones especiales de ayuno y oración en varios lugares dentro de los Estados Unidos. Los auditorios con más capacidad se llenaban de gente. Había reuniones de hasta 14.000 participantes de todas las denominaciones. Entonces, miles de creyentes empezaron a ayunar y orar para que el avivamiento fuese mundial. Este es el verdadero origen de las grandes cruzadas evangélicas de sanidad, como las llaman en América. Estas cruzadas son un evento único, que emergen en cualquier lugar para sacudir las conciencias de la gente. Este poder espiritual es necesario hoy más que nunca, porque la barrera que obstaculiza el trabajo de Dios en el cuerpo de Cristo no es solo denominacional, también están la duda, la crítica sobre la Biblia y la incredulidad que presionan sobre la iglesia. La fe, si no tiene obras, está completamente muerta, tal como se afirma en SANTIAGO 2:17. Para que surjan signos, tales como se describe en Marcos 16:17, es necesario apartar las nubes negras de la incredulidad. De acuerdo con las palabras de Jesús en el capítulo 17 de Mateo, la incredulidad será erradicada por medio de la oración con ayuno.

Testimonio de un fumador El 31 de Diciembre de 1945 me comprometí a ayunar, después de haber escuchado instrucciones detalladas en esta materia por el Reverendo Franklin Hall. No ingerí ningún alimento durante 14 días. Sólo bebí agua con el fin de limpiar el cuerpo. Yo solía fumar demasiado. Me parecía imposible dejar de fumar. Sin embargo, ya en el tercer día de ayuno ya no sentía el deseo de fumar. En el cuarto día ya no sentía hambre. Poco después ya no me sentía débil y para mi sorpresa, me sentía mejor y más fuerte cada

día. Era capaz de predicar con más unción y autoridad que nunca había tenido antes, con mucho mejor resultado. Algunos días más adelante, fui bautizado con el Espíritu Santo, lo cual fue maravilloso. Continué con mi trabajo y no me resultaba duro en absoluto. Debo confesar, que la enseñanza del hermano Hall es fidedigna y tuvo un efecto maravilloso en mi propia vida. Mucha gente no paraba de decirme que tenía mejor aspecto que antes. Cuando comencé el ayuno, pesaba unos 75 kilos. Hacia el final de las dos semanas de ayuno había perdido 8 kilos. Mi nerviosismo desapareció también. Pero lo mejor de todo es que he ganado la experiencia de una relación más profunda con el Señor al recibir el Espíritu Santo. Mi ayuno fue más corto que el de la mayoría de mis hermanos y hermanas. Aun así, espero, comenzar un ayuno de 40 días en algún momento. Los cristianos hoy no son conscientes de lo que pueden ganar ayunando. Charles Vilson, 4010 Euclid Av., San Diego 5, California

Testimonio después de un ayuno de 24 días Tan sólo quiero compartir con vosotros que ayunar es fantástico. Yo ayuné durante 24 días consumiendo sólo agua. Después de 2 semanas de ayuno oramos por un chico epiléptico que fue además ungido con aceite. El Señor había puesto una carga en mi corazón sobre este chico. Era hijo de un amigo mío. ¡Poco después de esto pudimos sentir que algo le estaba dejando! ¡Eran demonios! El chico estaba en pie sonriente y alegre, y en el espacio de unos días encontró trabajo por primera vez en su vida, en el cual todavía se encuentra hoy. Yo continué con el ayuno bajo las instrucciones del Reverendo Hall, durante 3 semanas y 3 días. Estuve trabajando en mi casa, cociné 3 comidas diarias para mi familia y en ningún momento sentí hambre. Incluso me sentía mejor y más fuerte que jamás me había sentido antes. Estoy agradecida por lo que he obtenido a través del ayuno y la oración, y sólo puedo decir que me ayudó en gran manera, tanto física como espiritualmente. Señora Mary Williams, National City, California

Ayuno de 40 días da lugar al avivamiento A la edad de 19 años casi muero a causa de una gripe. Durante esta etapa problemática me volví hacia Dios y prometí que predicaría el evangelio si me sanaba. Después de esto sentí una especie de éxtasis. Durante el espacio de 12 horas subí literalmente a las esferas celestiales. Cuando recobré la consciencia, estaba completamente sanado. ¡Aleluya! Entonces el Señor me habló a través de una voz interior. “Si tu eres fiel en ayunar y orar, Yo levantaré misioneros por todo el mundo”. Por aquel entonces ayunaba a menudo durante 3-7 días.

En una ocasión durante un ayuno de 2 semanas, una noche Jesús apareció en mi habitación. Una luz brillante resplandeció, más brillante que el sol, llenó la habitación. Jesús estuvo a los pies de mi cama, rodeado por un maravilloso resplandor. Esta experiencia me impactó con tanta fuerza que pensé que estaba flotando en el aire mientras caminaba. Poco después de esto, durante un ayuno de 5 días, empecé a orar en una nueva lengua extraña la cual era desconocida para mí. Era el don de las lenguas, del cual se habla en 1 Corintios capítulos 12 y 14. Un misionero de Roma descubrió que había hablado italiano. Él lo tradujo. Después de otros 7 días más de ayuno el Señor trajo avivamiento en Dayton, Ohio, donde mucha gente se sanó y se salvaron muchos. Un día, una señora me dio el libro de Franklin Hall sobre el ayuno y la oración. Ahora he aprendido a ayunar durante más de 2 semanas. El Señor puso los pecados de toda la gente que no era salva y que necesitaban sanidad como una carga sobre mi corazón, de manera que no podía conciliar el sueño debido al sentimiento de compasión y pena. Una vez más Jesús me mostró que pronto vendrían misioneros del mundo entero. Ellos servirían a la humanidad a través de la oración y el ayuno. Desde entonces se sucederían avivamientos, tales como no había habido nunca antes, como dijo Jesús: “El que en mí cree, las obras que yo hago, él también las hará; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.” JUAN 14:12 Si consideramos la terrible destrucción que satán causó en los últimos 50 años durante las dos Guerras Mundiales, y el periodo de posguerra, entenderemos que al final de esta era, el Señor Jesús obrará milagros que aún no han tenido lugar. ¡A Él sea la Gloria para siempre! Después de haber ayunado y orado durante 40 días, pude ver muchos milagros del Espíritu Santo. Parecía como si mi espíritu hubiese salido de mi cuerpo. Pude ver en una visión unas 30.000 personas en un gran auditorio en Detroit, aceptando a Jesús como su Salvador. Esta visión se cumplió en el ministerio de los evangelistas William Branham, G. Lindsay , F. Bosworth y otros. En estas reuniones miles de personas se convertían a Cristo y muchas eran sanadas.” De Norbert Traducido del Alemán: “Fasten und Gebet - die Atomkraft Gottes”

Homuth