El Pecado Original

TEMA 24: EL PECADO ORIGINAL El relato del paraíso y la caída en el Génesis. El pecado de Adán a la luz de Cristo. Agustí

Views 224 Downloads 4 File size 66KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

TEMA 24: EL PECADO ORIGINAL El relato del paraíso y la caída en el Génesis. El pecado de Adán a la luz de Cristo. Agustín, Pelagio y los concilios africanos. La síntesis tomista. Lutero y Trento. El debate moderno. Afirmaciones del Magisterio a la luz de la Biblia. El pecado original originado. La concupiscencia. El pecado de Adán. El estado de justicia original Introducción El pecado original no solo ha de ser explicado como el mal universal que viene desde el principio de la humanidad, sino que ha de explicarse junto a la afirmación del bien, la gracia y la amistad con Dios, que son anteriores, y que son los que se acabarán imponiendo. 1. El relato del paraíso y la caída en el Génesis 1.1. El relato yahvista de Adán y Eva en Gn 2,4b - 3,24 o En la historia de la Iglesia: se ha leído en sentido histórico, como un relato sobre el estado de justicia original (paraíso), y el pecado de Adán y Eva con consecuencias para todos los hombres. o Modernamente (sobre todo entre los protestantes): se ha interpretado como un mito, como algo meramente simbólico, no se hablaría del pasado sino del presente. o Entre los católicos actualmente se tiene la convicción de que este relato forma una unidad que se integra en una unidad superior: la teología de los orígenes de Gn 1-11; unidad en la que se reconoce el carácter sapiencial y etiológico: los autores han partido del presente y han tratado de explicarlo remitiéndose a los orígenes (Rahner habla de etiología histórica, otros de etiología meta histórica); de modo que se pretende explicar el origen del pecado y del mal como algo procedente de una desobediencia cometida por el ser humano en los comienzos de la historia. Y se afirma que el relato del paraíso es mixto (CEC 390) debido a que contiene: - Elementos míticos (anonimato de los protagonistas, ausencia de testigos, presencia de lo sobrenatural, imprecisión de lugar) - Elementos históricos (el deseo de cubrir el tiempo con una continuidad en el relato-según las leyes de causa y efecto-, acción y reacción de personajes responsables, el autor hace juicios y también quiere provocarlos en el lector). 1.2. Enseñanzas fundamentales del relato 1. No se limita a describir cómo es el hombre, sino que quiere referirse también a la causa del deterioro de su existencia actual. 2. Dios es fuente de la vida y tiene vida el que vive en amistad con Él, y no tienen vida los que se alejan de Él (Dt 30,15-20; Jr 2,13). 3. El hombre se ha apartado de Dios no por necesidad, sino por una decisión libre de Adán (estimulada exteriormente por la serpiente) 4. El pecado tiene su raíz en el intento de ser como Dios al margen de Dios. 5. El Adán pecador de Gn 2,7 tiene un cierto carácter colectivo, se refiere a la humanidad de los orígenes (se habla de Adán y Eva), pero el relato está abierto a ser interpretado en el sentido de que Adán es el causante de la situación negativa actual (literatura sapiencial ). 6. Es el proto-evangelio: anuncia la salvación. La voluntad originaria de Dios es que el hombre viva en amistad con Él. *A partir de este relato no podemos decir que el pecado de Adán se transmita por generación a todos sus descendientes (lo hará San Pablo). *Otros textos en el AT que parecen hacer referencia al mismo pecado de Gn 3: Sal 50, 6-7; Eclo 25, 24 y Sab 2, 23-24 aluden a la muerte como consecuencia del primer pecado. 2. El pecado de Adán a la luz de Cristo 2.1. NT: S. Pablo En S. Pablo encontramos referencias al pecado original. Las afirmaciones respecto a la situación de pecado del hombre se entienden a partir de la salvación que trae Cristo. El hombre está en una situación tal que necesita la redención de Cristo. − Textos fundamentales:

o 1Cor 15, 21-49: se contrapone Adán (vinculado a muerte\origen de vida corporal) con Cristo (salvación\trae el espíritu). Llevamos ahora la imagen del hombre terreno (Adan), con todo lo que esto supone de muerte. Por Adán hemos heredado la vida corporal, por Cristo recibimos el Espíritu. o Ef 2, 1-3: desde el nacimiento en nuestra naturaleza tenemos ya una enemistad con Dios, nos viene con nuestra naturaleza caída. o Rom 5, 12-21: Es el texto principal. Se pretende mostrar la absoluta necesidad de Jesucristo, contraponiendo la economía del pecado(Adán), a la de la gracia(Jesucristo). + v.12 se dice que el pecado entró en el mundo por Adán, por un solo hombre, y ese pecado dio lugar a la muerte. El punto fundamental: “por cuanto todos pecaron” (que había sido entendida, “en el que todos pecaron”). San Pablo quiere decir que Adán tiene una capitalidad en el pecado, y de ahí que la muerte pase a todos. + vv.13-14: se insiste en el influjo causal del pecado de Adán sobre todos los hombres. +v.19, por el pecado de un solo hombre todos fueron constituidos pecadores. El pecado de Adán fue algo que afectó a la naturaleza humana. *La apelación a Adán es un argumento ad hominem que Pablo propone a los judíos. Estos admiten el influjo de Adán. De modo que la referencia a Adán es indirecta y subordinada a la de Cristo. *En el resto del N. T. encontramos eco de la enseñanza del A.T. de que el pecado va más allá del que lo comete. 2.2. Enseñanzas fundamentales del relato 1. Se hace un paralelismo entre Adán-Cristo, pero el tema principal es la universalidad de la salvación de Cristo, entendida como reconciliación de los hombres con Dios. Jesucristo introduce una situación objetiva de gracia, que afecta a todos los hombres. Se da una solidaridad en Cristo. Si el pecado reinó en el mundo por un solo hombre, cuánto más la gracia de Dios llegará a todos a través de Cristo (Rm 5,20). 2. Adán ejerce un influjo real sobre los demás hombres. El pecado, que entra en el mundo a través de uno sólo, no es solamente un acto pecaminoso, sino más bien es una fuerza de pecado (amartía) que arrastrará a los hombres a pecar. Pablo asume dos cosas: todos somos pecadores y además el pecado de Adán ha ejercido un influjo en ese estado de pecado que afecta a todos. el Magisterio ha visto en Rom 5, 12ss la doctrina del pecado original (CEC 402). 3. Agustín, Pelagio y los concilios africanos. - Antecedentes: Ambrosio, Ambrosiáster, Cipriano, Tertuliano. Recogen ya las líneas de la doctrina del pecado original: unión de todos los hombres en Adán y en Cristo, muerte como consecuencia del primer pecado, la existencia de una transmisión, necesidad del Bautismo de niños. S. Agustín Es el primero en emplear el término pecado original, pero no inventó la doctrina, sino que es el primero que ofrece una reflexión sistemática. Pero siempre atribuye superioridad a la Gracia sobre el pecado original. Su fundamento es afirmar la absoluta necesidad de Cristo para salvarse. •

Etapas en el pensamiento de Agustín: 1. Contra el maniqueísmo: el mal no es un principio en sí, sino privación de un bien debido. Por tanto, el origen del mal en la criatura tiene que explicarse como consecuencia siempre del pecado, del mal uso de la libertad. 2. La formación de su doctrina del pecado original y su transmisión se refleja en sus obras (De diversis quaestionibus ad Simplicianum). En ellas San Agustín intenta defender que Dios no ha sido injusto cuando a causa del pecado de Adán, todos hemos sido hechos pecadores.

3. Controversia pelagiana: El pelagianismo es el primer ataque a la doctrina eclesial del pecado original. - Tesis básicas de Pelagio (cf. DH 222-230): o Dios no exige nada imposible, pues ha creado al hombre plenamente libre. o No existe pecado original que se transmita y merme esa libertad. El hombre, con sus solas fuerzas, es libre para hacer el bien, evitando el pecado. o Solo hay una inclinación al pecado introducida en todos por el mal ejemplo de Adán. También el influjo de Cristo en nosotros es solamente un ejemplo moral externo. La gracia es la libertad humana. o Si Adán no hubiese pecado habría muerto por la condición de su naturaleza. o El Bautismo de los niños es una mera consagración a Dios, pero no perdona el pecado original, que no existe (no es necesario para entrar en la vida eterna, pero sí para entrar en el reino de los cielos). El bautismo solo perdona los pecados personales del adulto. Niega que los niños muertos sin bautismo vayan al infierno. - Refutación de San Agustín: o Argumento escriturístico: Agustín se basa en el mismo pasaje que utilizaban los pelagianos (Rm 5,12ss) para defender la doctrina eclesial. Parte de esta afirmación: “en el cual pecaron todos”. Así llama “pecado original” no sólo al pecado de Adán, sino también al pecado que hemos contraído todos (la muerte es consecuencia del pecado, pues el estado de Adán era tal, que no hubiera muerto de no haber pecado). o Argumento de tradición: la idea fundamental de una salvación en el nuevo Adán, que rescata a la humanidad entera perdida en el primer Adán. o Argumento litúrgico: Bautismo de los niños para la remisión de los pecados. o Afirma que el pecado original se transmite y tiene lugar por la generación, no por imitación. Por eso, no nos salvamos imitando a Cristo, si nos falta la Gracia del Espíritu Santo. De ahí que todos-incluso los niños- necesitamos de esa salvación que acontece por la mediación de la Iglesia, que se hace operativa en el Bautismo(Rm 5, 12; Jn 3,5). Ello impone la conclusión de que también los niños son pecadores, aunque no del mismo modo que los adultos. •

Sínodos africanos: (recogen la doctrina agustiniana) o Sínodo de Cartago (411): se condena a Celestio, seguidor de Pelagio, que niega la necesidad del bautismo a los niños puesto que no están sometidos al pecado, y defiende que la mortalidad humana es un hecho natural. o II Sínodo en Cartago (418): El canon 1 habla de la muerte física como consecuencia del pecado original. El canon 2 anatematiza a los que niegan que los niños tengan que ser bautizados, apelando a Rm 5, 12 (como lo entendió San Agustín) que debe interpretarse como lo entendió siempre La Iglesia. Por primera vez aparece “pecado original” en el Magisterio. (DH 222-230) o El II Concilio de Orange del 529: señalará que el hombre entero, cuerpo y alma, fue dañado por el pecado original (y no sólo el cuerpo, mientras el alma permanecería intacta, como señalaba Pelagio). Además señala lo ya dicho por el Sínodo de Cartago (418), gravedad del pecado de Adán y su influencia en todos los hombres, para lo cual toma la cita de san Pablo de Rom 5, 12 –in quo omnes peccaverunt-. (DH 371) *El Magisterio a raíz del problema con el protestantismo volverá sobre dicha doctrina, la recogerá y la ampliará. • La clave última de su pensamiento sobre el pecado original radica en la universalidad y necesidad absoluta que el hombre tiene de la gracia redentora de Cristo(Rm 7.9; 1 Cor 15,21; Ef 2,3). Como consecuencia del pecado de Adán todos se han convertido en una massa damnata, de modo que todos nacemos en un estado de culpa, nacemos bajo las consecuencias del pecado de Adán. El libre

albedrío, deteriorado por el pecado, no puede hacer el bien sin la Gracia. La predestinación es anterior al pecado, y se refiere a la voluntad de que todos se salven. • Argumento decisivo: todos tienen necesidad de la salvación de Cristo, también los niños. Va de la necesidad de Cristo-Iglesia- Bautismo a la existencia del pecado original. *Hemos de advertir que Agustín leyó Rom 5 directamente en el latín de la Vulgata, por tanto traduce: en Adán todos pecaron. 4. La síntesis tomista - Afirma que el hombre fue creado en estado de gracia, y el fruto de este estado fue la justicia original: rectitud de la naturaleza que se manifiesta en la sumisión del hombre a Dios. Como consecuencia de ello las facultades inferiores estaban sometidas a las superiores. - Pero el pecado de Adán le hizo perder la justicia original, permitió que se afianzara la concupiscencia. - La muerte se deriva del pecado original como pena tasada (La incorruptibilidad del cuerpo en el estado de justicia original fue un don gratuito de Dios). - Dicho pecado se transmite a todos los hombres . Considera que todos los hombres están presentes en Adán según la analogía de la solidaridad de todos los miembros en un solo cuerpo. El pecado voluntario de la persona de Adán se convierte en un pecado de naturaleza para la humanidad. - A su vez, la naturaleza viciada que hemos recibido se convierte en fuente de nuestros pecados personales. El pecado original es un estado o hábito, no es solo una privación. - Por el pecado el hombre no pierde el libre albedrío, pero necesita la ayuda de la gracia para elegir el bien y la verdad. - Distingue 4 daños que se siguen por el pecado original: ignorancia, malicia, debilidad, concupiscencia. - En el bautismo se recupera la justicia original, pero queda la inclinación al mal. 5. Lutero y Trento 5.1. Lutero 1. No distingue suficientemente entre la inclinación al mal y el acto pecaminoso que deriva de ella. De este modo identifica el pecado original con la concupiscencia. Afirma, por tanto, que todo hombre, incluido el bautizado, está corrompido intrínsecamente. 2. Hace coincidir la verdad de la justificación con la conciencia de la misma. Interpreta la justificación como una simple no imputación del pecado que, como prueba la permanencia de la concupiscencia y del complejo de culpa, permanece intacto en el bautizado, aunque no imputado por una especie de acto jurídico extrínseco en consideración de los méritos de Cristo. 5.2. Trento La respuesta formal por parte de la Iglesia Católica se da en la quinta sesión de este concilio (1546). El Concilio no se limitó sólo a los errores de Lutero, sino también a los errores de Erasmo(negaba que Rom 5,12 tratara el pecado original), valentinianos, maniqueos y priscilianistas(negaban que el pecado original se transmitiera a los hijos de padres cristianos). - Enseñanzas fundamentales frente a Lutero: o La existencia de una pecaminosidad originaria y universal, anterior a los pecados personales dependiente del pecado de Adán. o Distinción real entre pecado original originado y la concupiscencia que se conserva en los bautizados, la cual procede del pecado e induce al pecado(pero no es pecado) (DH 1515§3) o En el bautizado se da una regeneración interior (no solo jurídica o exterior) (DH 1515§1) * CEC 406

6. El debate moderno 6.1. 1ª Mitad del s. XX: Hay cierta uniformidad. Se mantiene la doctrina clásica del Pecado Original. Se remite a la teología medieval (fundamentalmente santo Tomás), y asume a Trento como cuadro de referencia. 6.2. 2ª Mitad del s. XX: La anterior presentación clásica entra en crisis a partir de los años 60, pues se comienza a tener la impresión de que es incompatible con algunos logros del mundo moderno: visión evolucionista del mundo y del hombre, sensibilidad personalista, optimismo ilustrado (la autosalvación del hombre), método históricocrítico aplicado a la Biblia. Entonces surgen explicaciones que intentan hacerlo más comprensible. Surge el convencimiento de que es posible y necesario distinguir entre el núcleo esencial e inmutable del dogma y las formas de expresarlo que pueden cambiar con el tiempo (p.e. el poligenismo tratado en la Humanae Generis DH 3897). Algunas reflexiones han servido para profundizar en el misterio; otras han sido desacertadas. 7. Afirmaciones del magisterio a la luz de la Biblia *Elementos de la Biblia: o Cristo Jesús es el fundamento y corazón de la creación, existe una unidad originaria de toda la humanidad con Él –y gracias a Él entre todos–, que precede y funda cualquier otra relación. o Cristo Jesús es el verdadero y único vencedor del pecado en todas sus formas. Sin Cristo el pecado y el mundo serían invencibles. Pecado y mundo han sido vencidos radicalmente por la cruz del Salvador: “Donde abundó el pecado sobreabundó la Gracia” Rm 5,20. o La pecaminosidad universal, la pecaminosidad originaria constituye su trasfondo, aparece en los orígenes de la humanidad, y es alimentada y consolidada por los pecados personales de la historia posterior. - Existe en todo hombre un pecado verdadero y propio, diverso de los personales, el Pecado Original originado. El Magisterio lo describe como muerte del alma, enemistad con Dios y privación de la santidad y justicia originales (CEC 404). - La gracia de Cristo Salvador libera a los hombres de este pecado a través del bautismo; la concupiscencia que permanece en los bautizados no es pecado (CEC 407). - Ese pecado original originado se vincula con el pecado/culpa de Adán: pecado original originante. Para explicar ese vínculo el Magisterio habla de generación o propagación, como condición de ese pecado( este se transmite por ella). Se recibe una naturaleza herida. Resumen del Magisterio sobre el tema, lo ofrece Pablo VI en el Credo del Pueblo de Dios nº 16: “Creemos que todos pecaron en Adán; lo que significa que la culpa original cometida por él hizo que la naturaleza, común a todos los hombres, cayera en un estado tal en el que padeciese las consecuencias de aquella culpa. Este estado ya no es aquel en el que la naturaleza humana se encontraba al principio en nuestros primeros padres, ya que estaban constituidos en santidad y justicia, y en el que el hombre estaba exento del mal y de la muerte. Así, pues, esta naturaleza humana, caída de esta manera, destituida del don de gracia del que antes estaba adornada, herida en sus mismas fuerzas naturales y sometida al imperio de la muerte, es dada a todos los hombres; por tanto, en este sentido, todo hombre nace en pecado. Mantenemos, pues, siguiendo al concilio de Trento, que el pecado original se transmite, juntamente con la naturaleza humana, por propagación, no por imitación, y que se halla como propio en cada uno”. 8. El pecado original originado Es un estado de ruptura con Dios; un estado de la naturaleza sin los dones dados al inicio. Se vincula con el pecado de Adán (pecado original originante), pero es diferente de este. Se trata de una situación universal con anterioridad al ejercicio de la libertad personal, es la condición de pecado en que se encuentra la

humanidad; una situación que es histórica y no esencial, causada por el hombre, no dada por Dios ni en la creación ni en el acto electivo. Podemos salir de ese estado de pecado gracias al bautismo, pero en cierto modo ese pecado revive en nosotros con los pecados personales. *¿Cómo es posible? -Razones antropológicas próximas: Es posible porque el hombre es simultáneamente historia y reciprcidad. Siendo historia su pasado influye en su presente, siendo relación interpersonal su situación de presente no está determinado sólo por lo que hay en él sino por lo que hay en otras libertades, y por consiguiente también en sus culpas. -Razón cristológica última: En la Pascua de Cristo se nos revela que Dios al crearnos nos predestinó a ser uno en Cristo. Ahora bien, que Cristo sea el principio de unidad de toda la humanidad explica la universalidad de su obra salvadora, pero dicha unidad tiene como consecuencia no querida pero necesaria la codeterminación en el mal, en el pecado original (Rom 5,14). *¿Es verdadero pecado? El pecado original es análogo a los pecados personales. * Trento: se perdona o se quita por los méritos de Cristo que se aplican en el Bautismo. -Concupiscencia de los bautizados: Por su naturaleza esencialmente dinámica inaugura el ser bautismal, pero no lo concluye. Proporciona ya una cierta plenitud, pero sólo alcanza su plenitud a través de la fidelidad de cada día. -Los que no reciben el bautismo-rito: Adultos: la tradición distingue 3 tipos de bautismo(ritual o de agua, el de deseo, el de sangre); Niños: La Iglesia ve desde el principio que si excluimos el martirio ello significa que el niño no bautizado no puede substraerse a la fuerza del pecado original. Una consistente tradición teológica que el magisterio tiene en cuenta pero no ha hecho nunca propia responde que sí, se trata de la doctrina del limbo, ella afirma que el único modo de librarlos de la condenación es administrarles el bautismo-rito (no tiene fundamento bíblico, limita la verdad de la voluntad salvífica universal y la redención de Cristo, supone que las acciones de Dios están vinculadas a los sacramentos y Dios puede actuar más allá de los sacramentos. La teología de la segunda mitad del s. XX se ha opuesto a esta doctrina, y lo que ha dicho ha sido incorporado primero en el rito del bautismo para niños, luego en el rito de exequias para los niños muertos sin bautismo, y finalmente en un documento de la congregación para la doctrina de la fe del 2007: la esperanza de salvación para los niños no bautizado. La Iglesia es portadora de una esperanza para todos los hombres(Ef 4,4). Dios ha revelado que el camino ordinario de salvación pasa por el sacramento del bautismo . En cambio Dios no ha revelado y la Iglesia no tiene un conocimiento cierto de la salvación de los niños que mueren sin bautismo, pero de lo que se nos ha revelado acerca de Dios, de Cristo y de la Iglesia emanan motivos para esperar en su salvación. El documento señala los siguientes: la filantropía misericordiosa de Dios, la solidaridad con Cristo, la comunión de los santos en la Iglesia, lex orandi, lex credendi. 9. La concupiscencia Es el efecto-signo del pecado. No es pecado, sino que procede de la desobediencia del primer pecado (Gn 3, 11). Es la tendencia desordenada y espontánea de las facultades naturales sensibles y espirituales del hombre, previa al concurso de su voluntad y su razón. Es la inclinación al mal. *Trento (DH 1515): inclinación al pecado, no es pecado sino que procede de él; la concupiscencia permanece en los bautizados para el combate. *CEC 2515: “La “concupiscencia” puede designar toda forma vehemente de deseo humano. La teología cristiana le ha dado el sentido particular de un movimiento del apetito sensible que contraría la obra de la razón humana. El apóstol san Pablo la identifica con la lucha que la “carne” sostiene contra el “espíritu”. Procede de la desobediencia del primer pecado. Desordena las facultades morales del hombre y, sin ser una falta en sí misma, le inclina a cometer pecados”. 10. El pecado de Adán Es el pecado previo que ha dado y da origen a la situación de pecado que afecta a todo hombre.

La Biblia y el Magisterio le atribuyen una importancia especial: ha sido el único que no se ha cometido por influjo de otros pecados. El Adán de los orígenes era inocente, no tenía la inclinación al pecado ni estaba sometido a influjos y condicionamientos extrínsecos, a excepción del satánico. Esto le confiere, por tanto, una responsabilidad mayor. El pecado de Adán constituye la puesta en movimiento de la pecaminosidad del mundo. *El pecado de Adán es el que cometió un hombre concreto; “Adán y Eva cometen un pecado personal” (CEC 404). *El canon 3º de Trento afirma que este pecado de Adán es uno solo por su origen (DH 1513). *Por pecar, Adán entero en su cuerpo y en su alma se vio cambiado en un estado peor (DH 1511); y su pecado no le dañó a él solo sino a su descendencia, la cual también se vio privada de la santidad y justicia originales (DH 1512). 11. El estado de justicia original Afirmar el estado de justicia original equivale a decir que Dios ha puesto al hombre en este mundo en un estado de amistad con Él y no en estado de pecado (CEC 404: “Adán había recibido la santidad y la justicia originales no para él solo sino para toda la naturaleza humana”), y que, por consiguiente, el pecado, con el conjunto de sus nefandas consecuencias, existe por responsabilidad del hombre y no de Dios. Según la tradición teológica hay que distinguir dos elementos en él: 11.1. Gracia y justicia original: comunión con Dios en Cristo En el ámbito de la teología católica actual existen 3 opiniones sobre la gracia del estado original: - Una mera oferta por parte de Dios. Dios ofreció a Adán su gracia, pero su negativa a este ofrecimiento divino le privó a él y a sus descendientes de la gracia y demás dones a ella vinculados. - Una posesión virtual . En el hombre anterior al pecado, la gracia está seminalmente. Esta presencia virtual es la ordenación a la visión beatífica. - Una posesión real y formal de dicha gracia (consideramos que es la más acertada) 11.2 Los dones preternaturales La teología y el Magisterio llama así a la inmunidad de la concupiscencia, la inmortalidad, y a la omnisciencia. Hay dos modos de hablar de ellos: - Cualidades que ayudan al hombre a la realización de sí mismo por la autoposesión activa de la voluntad libre. Se trata de una perfección del núcleo de la persona para que pueda responder a su destino, sin los impedimentos de la naturaleza actual que frenan sus determinaciones. - Hay autores que hablan de ellos para explicar que la muerte y la concupiscencia vienen del pecado. “Adán” poseyó una naturaleza como la nuestra y, por consiguiente, era mortal y sentía la concupiscencia, pero no como la sentimos nosotros.