El Instinto Asesino vs La Estructura Perversa

EL INSTINTO ASESINO VS LA ESTRUCTURA PERVERSA Revisión de la película Tenemos que Hablar de Kevin Por: Pérez Sánchez Jua

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EL INSTINTO ASESINO VS LA ESTRUCTURA PERVERSA Revisión de la película Tenemos que Hablar de Kevin Por: Pérez Sánchez Juan Pablo.

Para comenzar por el principio Tenemos que Hablar de Kevin relata la historia de una madre que posteriormente a la masacre ocasionada por su hijo en su familia y localidad, lucha por salir del trauma y superar el dolor, faena no muy fácil a juzgar por el comportamiento de la sociedad a su alrededor. A lo largo de la cinta se los recuerdos se entremezclan con el dolor, el remordimiento, los sentimientos de culpa y responsabilidad, más allá de ofrecernos un panorama romántico de la mente criminal esta película nos acerca a un dilema aún poco comprendido que es la naturaleza de este tipo de conductas antisociales e inadaptativas, sin embargo y he aquí la novedad; todo se nos presenta a través de los ojos de una madre, de “La madre del asesino”. Sin ahondar más en la trama del largometraje nos remitiremos a entrar en materia ya que es importante notar que tenemos dos posturas o dos vertientes que difícilmente se pueden conciliar pues por un lado encontramos la esencia innata de la mente y por otro lado el desarrollo de una estructura psíquica que se aparta de su naturaleza evolutiva para atentar contra su entorno en una condición que psiquiátricamente podríamos llamar TRASTORNO DE PERSONALIDAD ANTISOCIAL. Ahora bien, el film nos presenta un panorama visto desde un solo enfoque que es el de la madre con lo cual sería imposible establecer un diagnostico serio al respecto ya que debemos considerar que además de la comunicación del propio individuo como en el caso de los peritajes psicológicos también es necesario considerar la experiencia de otros individuos que lo hayan conocido durante períodos prolongados de tiempo, por ejemplo; padres, profesores, compañeros de trabajo, familiares, amigos. Que siendo estrictos no nos darán un historial clínico, sin embargo, ayudarían a confrontar la información y determinar la naturaleza de las causas.

No obstante, antes de aseverar causas y demás adheridos también es prudente analizar un poco la personalidad; para ser más precisos las conductas que podemos observar en Kevin, Por ejemplo: No se siente mal ni culpable cuando hace algo malo o fuera de la norma social de convivencia. Por ejemplo, al aparentemente haber lastimado a su hermana dejándola marcada de por vida o al atentar contra la vida de un ser indefenso como un animal. Además, podemos observar una total falta general de preocupación sobre las consecuencias negativas de sus acciones. Por ejemplo, después de haber ocasionado una matanza a sangre fría no se preocupa por las consecuencias de transgredir las reglas. No tiene en cuenta ni le preocupan los sentimientos de los demás, lo vemos muy claramente en la relación con su familia, Es observable su carácter frío e indiferente lo cual incluso podríamos observar en l poca relación con su entorno pues no hay ningún vinculo observable ni dentro ni fuera del hogar familiar. Kevin parece más preocupado por los efectos de sus actos sobre sí mismo que sobre los demás, lo podemos observar en alguna visita posterior de su madre a la cárcel en donde se encuentra pues pareciera que lo que le preocupa o lastima es la reclusión y no se observa un remordimiento, culpa, responsabilidad o incluso que dimensione sus actos. (Esto último podemos observarlo en las grabaciones de sentencias a individuos cuyos actos son equiparables a los de Kevin pues durante el proceso desde la detención hasta la sentencia se mantienen imperturbables sin embargo al escuchar el castigo las conductas de dolor se hacen presentes, desde pedir perdón hasta amenazar a los presentes. Contamos también con una visión algo clara de la relación de Kevin con su padre con quien en apariencia sostiene un vínculo de afecto y decimos en apariencia porque es notable la falta de sentimientos pues si Kevin demuestra emociones hacia los demás, estas son de una forma que parece poco sentida, poco sincera o superficial pues a largo o corto plazo las acciones no concuerdan con los sentimientos expresados, en cambio, lo que sí es observable

es que recurre a expresiones emocionales para obtener beneficios, para manipular o incluso intimidar como lo hace con su madre y su hermana. Ahora bien, podríamos aseverar casi sin lugar a duda que Kevin presenta un trastorno de personalidad antisocial pues presenta los criterios diagnósticos conductuales, afectivos y de temporalidad. Y sin embargo una tesis expuesta indirectamente en este relato es la naturaleza innata de la personalidad asesina que en un sentido muy amplio podríamos dar por acertada y que no obstante deja muchas dudas razonables al respecto. Para ser más claros revisemos los aspectos genéticos y fisiológicos del trastorno de personalidad antisocial; que está influenciado por factores genéticos, ambientales y psíquicos, pues el ser humanos está considerado un ser Bio-psico-social en su visión más simple. Desde esta perspectiva podemos ver que el riesgo aumenta en los niños con un padre biológico o adoptivo, o un hermano con trastorno de conducta. Lo cual nos lleva un poco más al área social que biológica. El trastorno también parece ser más frecuente en los niños con padres biológicos que presentan un trastorno grave por consumo de alcohol, trastorno depresivo y bipolar o esquizofrenia, o con padres biológicos que tienen antecedentes de TDAH o trastorno de conducta. No obstante, estas condiciones no son una razón hereditaria ni contagiosa lo cual nos remitiría en segunda instancia al estilo de crianza bajo estas condiciones lo que termina remitiéndonos a la experiencia y al desarrollo del menor más que a una condición innata. Por otro lado, los antecedentes familiares caracterizan especialmente a los individuos con trastorno de conducta clasificados como de inicio infantil, (como un pequeño paréntesis es licito mencionar aquí los casos de niños con incapacidad de generar lazos afectivos, en estados unidos tenemos una gran cantidad de casos lo cual ha llevado a la creación de casa de cuidado especializadas en el cuidado, atención y readaptación de pequeños con esta condición, cabe mencionar que entre todos los casos estudiados y atendidos en este tipo de residencias sería difícil encontrar alguno cuyo génesis se encuentre en la mera esencia de hacer el mal antes encontraremos muy variados casos de abuso y trauma que van desde el momento del nacimiento y que trastornan la psique de los pequeños generando la incapacidad de generar lazos afectivos uno de los casos más conocidos y estudiados académicamente es el caso de Beth llamada la niña psicópata y cuya historia se

repite incontablemente a lo largo de las instituciones que atienden a menores bajo estas condiciones. Un rasgo fisiológico que se ha observado sin ambigüedades es la frecuencia cardíaca que en reposo es más lenta en los individuos con trastorno de personalidad antisocial que en quienes no lo padecen, además este marcador no es característico de ningún otro trastorno mental. También se ha documentado una reducida respuesta autonómica al condicionamiento al miedo, particularmente una baja conductancia de la piel. Sin embargo, la Asociación Americana de Psiquiatría no reconoce estos hallazgos psico- fisiológicos como un criterio diagnóstico del trastorno. También se han encontrado reiteradamente diferencias funcionales y estructurales en las áreas del cerebro asociadas a la regulación y el procesamiento del afecto, principalmente las conexiones límbico-frontotemporales en que intervienen la amígdala y el córtex prefrontal ventral del cerebro, entre los individuos con trastorno de conducta y los que no presentan este trastorno. Sin embargo, los hallazgos de las pruebas de neuroimagen no son diagnósticos y no hay aun estudios que nos puedan demostrar que estas diferencias son o no causadas por un trauma o la experiencia de vida de quien padece este trastorno. Por otro lado, encontramos factores de riesgo temperamentales que son el temperamento infantil de difícil control y una inteligencia por debajo de la media, especialmente en lo referente al desarrollo verbal. Unas líneas atrás abordábamos las perspectivas desde las que se desenreda la historia de Kevin, también insinuábamos que no es posible o ético generar un diagnostico a simple vista con una sola versión de los hechos y no sólo por el hecho de ser poco confiable sino porque dejamos fuera muchos elementos a considerar como los factores de riesgo a nivel familiar que podrían estar presentes o no pero que es necesario cotejar con la historia de vida así como el historial clínico dentro de estos factores podemos encontrar; el rechazo y la negligencia por parte de los padres, la crianza incoherente, la disciplina severa, el abuso físico o sexual, la falta de supervisión, los cambios frecuentes de cuidadores, la delincuencia de los padres y ciertos tipos de psicopatología familiar, por ejemplo trastornos relacionados con el

consumo de sustancias. Además de los factores de riesgo a nivel social como lo son el rechazo de los compañeros, la asociación con un grupo de compañeros delincuentes y un barrio expuesto a la violencia. Ambos tipos de factores de riesgo tienden a ser más frecuentes y graves entre individuos que desarrollan el trastorno en la infancia como es el caso de Kevin quien presenta señales de alerta durante todo su desarrollo y que a largo plazo desemboca en una conducta agresiva hacia su entorno. A modo de conclusión sobre este caso particular es prudente apuntar al increíble bosque que nos queda por explorar en el campo de la mente humana y sobre todo en cuanto a los trastornos psiquiátricos que podríamos decir que se han estudiado y analizado y cuya bibliografía es harta y numerosa, sin embargo, no alcanzamos a obtener una clasificación de causas o de efectos que sean consistentes con cada trastorno. Y posiblemente no es una cuestión de falta de preparación o de experiencia de la psicología y la psiquiatría sino más bien una cuestión de imposibilidad de origen pues la mente humana más allá de su aspecto físico, fisiológico, neuronal o biológico esta, sujeta a leyes que aún no hemos descifrado y que tal vez aun falte un largo camino por recorrer para poder decir con certeza si un asesino nace o se hace…