El Increible Mundo de Llanca Resumen

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El Increible Mundo de Llanca Este libro trata de una perra dálmata llamada Llanca que no está conforme en el estado en que está, como una perra de casa y, a partir del tiempo, quiere salir a recorrer el mundo, lo quiere conocer verdaderamente. La obra se ve desenvuelta en la costanera del Rio CalleCalle en Valdivia y en la Isla Teja, donde vive Llanca. La historia comienza cuando Llanca espera que se vaya su Ama y salta la reja, como lo había visto hacer a la Gata Blanca, la otra mascota de la casa. Llanca pensaba que la Isla Teja donde ella vivía no era todo el mundo, por eso iba a salir a recorrer la ciudad de Valdivia, todo lo que ella pensaba o imaginaba lo hacía a través de imágenes, no de palabras como nosotros. Ese día al salir, se encuentra con un tiuque que la comienza a molestar. Después se aleja y llega a la costanera, donde se hace amiga de un lobo marino. Este tenía por sus bigotes un aspecto bonachón y le decía que se había comido una carpa, y Llanca no entendía que era eso, así es que le pidió al lobo que le buscara una, él le pescó una y se la tiró a la orilla. Mientras la miraba, el pez dio unos saltos y cayó de nuevo al río, el lobo la reto diciéndole que era una mala pescadora, que las gaviotas lo hacían mejor y regresó al río. Caminó unas cuadras para conocer un poco la ciudad y después se vuelve su casa. En la casa había un gallo de pelea, que lo habían llevado de regalo a la casa. El gallo siempre peleaba con el tiuque porque le comía la comida. A pesar de las peleas constantes a veces al gallo le gustaba conversar con el tiuque y le hacía todo tipo de preguntas. Un día el gallo conquistó a una linda gallina castellana que estaba en la casa de al lado, y cuando Llanca se dispuso a acercársele, este se enfrentó a la perra, para defender a su novia. También la gata blanca quiso comerle la comida al gallo y fue la gallina quien se le enfrentó, demostrándole que desde ahora ella mandaba ahí. Después de un tiempo el niño de la casa, encontró donde la gallina ponía sus huevos, así es que se los sacaba, luego la gallina logró esconderlos muy bien y se puso a empollarlos. El niño de la casa, por más que buscó no logró encontrarlos hasta que después de 21 días aparecieron. En las cercanías de la casa había un zorro, que le gustaba el alimento a la mano. Un día se enfrentó con esta bella gallina, la agarró del cuello, y después la soltó al ver que venía la Ama de Llanca. La gallina murió desangrada. La gata blanca que vivía en la casa de la Abuela pero que comenzó a acercarse a la casa grande porque se da cuenta que puede robarle la comida a Llanca, que es más rica que la del gallo de pelea. Se pone regalona con el Ama de Llanca quien además le da un platito de leche. Llanca se acerca a esta con intención de jugar, pero la gata se defiende largando un zarpazo. Decía que ya no estaba para esos juegos. Era una gata cínica y engreída. Otra razón por la que se acercó a la casa grande, era porque al niño de la casa le habían regalado un cocker spaniel que odiaba a los gatos. Un día, que hacía mucho frío, Llanca quiso entrar a la casa y tuvo una discusión con la gata quien le decía que ahora tenía que pedirle permiso a ella para entrar a la casa, porque ella es la que manda ahora ahí, que lo hace como venganza por todas las veces que los perros le ladraron y persiguieron. Llanca no le hizo caso y se puso al lado de la chimenea, la gata se enojó y se fue a la casa de la Abuela. Al salir de la casa la gata blanca el tiuque, confundió a la gata con un conejo. Este se lanzó, pero por mala suerte calló en un matorral con espinas, y la gata se burlaba de eso. Por el acto, la gata fue a buscar a la culebra que rondaba por el jardín y le dijo que había en el viejo aromo tiuques para que comiera, pero la culebra no le dio mayor importancia, así es que ella misma subió hasta la cima del árbol para comerse a los hijos del tiuque, pero subió tanto que cuando miró hacia abajo le dio mucho miedo la altura, por lo que decidió bajar, sin embargo, todos los pájaros

tuvieron miedo cuando la vieron que salieron arrancando, el tiuque se había dado cuenta que el ataque era para su familia así es que decidió cuidarlos mucho más. Un día Llanca salió a la costanera y vio como unas vacas mugían ya que ella se les acercaba mucho y las confundían con gaviotas. Una de las vacas le dijo que se fuera al potrero donde viven las gaviotas para que pudiera comer todo lo que quisiera, así es que Llanca decidió buscar donde vivían las gaviotas. Entre ese recorrido se encontró con un perrito muy simpático que tenía una oreja caída y una pata coja. Se hace llamar Abandonado, comienzan a conversar y Abandonado le pregunta si quiere guarecerse dentro de los túneles y cazar ratones, a lo que Llanca acepta encantada. Él vivía en unos subterráneos que cruzaban de lado a lado la Isla Teja. Llanca le dice que es un perrito muy simpático y este le responde: eso dice la perra del pescador. Y comienzan a conversar sobre el tema. Tregua, la perra del pescador, era parecida a una loba, ya que tenía el pelaje plomo y acompañaba a su amo en bote a la pesca, y a Llanca le llamó la atención. Después de recorrer un rato los túneles, perseguir unos coipos, Llanca decidió que quería volverse a su casa, por lo que le dice a Abandonado que otro día le presentara a la perra del pescador. Justo en ese momento sintió que su ama la estaba llamando. Pelusa, que así se llamaba la perra cocker spaniel, se acerca un día a Llanca y conversar con ella. Se hacen amigas y le pide que la próxima vez que salga, que la lleve. La Gata Blanca escucha todas estas conversaciones y les dice que son unas vulgares y estas, que ya le tenían un gran odio a la gata, la salieron persiguiendo. Después salen, especialmente Pelusa, con gran emoción, a conocer lo que es la verdadera vida. Fueron a los túneles subterráneos a buscar a su amigo Abandonado. Lo encontraron y le pidieron permiso para recorrer los túneles, pero este le dijo de primera que no podían, ya que estaba cuidando a una familia de pudúes que tenían recién nacidos. Lo estaban refugiando del zorro que los quería comer. Convencen a Abandonado para que las lleve a conocer a los ciervos, que no los molestarán, Abandonado las lleva a conocerlos y después siguen paseando los tres amigos. En el camino se encuentran con el zorro que andaba buscando el escondite de los ciervos, por lo que Llanca le ofrece su comida durante un tiempo para que ya no moleste a los pudúes, el zorro acepta y esa noche va a la casa de Llanca. En la casa, a la mañana siguiente, unos pájaros carpinteros los despiertan. Llanca invita a Pelusa a dar una vuelta en bote con Abandonado el la lancha de la perra del pescador, que era de largas patas y de raza brava. Fueron, y de primera a Llanca no le pareció muy amigable la perra, pero después se olieron y comenzaron a tenerse confianza. Fueron a dar unas vueltas a las islas, en los alrededores. Llegaron a una isla Sofía, y Tregua le contó que se había hundido por el terremoto que hubo en Valdivia, cuando quisieron arribar no pudieron hacerlo porque había salido un ventarrón que no se los permitió, Llanca y Pelusa se asustaron, pero Treguar les dijo que no tenían espíritu aventurero, que a lo mejor así podían llegar a la Isla Rey. Finalmente llegaron a esta isla, Tregua saltó al agua para guiar el bote con su hocio hasta donde pudiera amarrarlo, Abandonado hizo lo mismo, pero el agua se lo llevó, a pesar de que sabía nadar muy bien. Llanca y Pelusa quedaron muy tristes, pensando que su amigo se había ahogado. Tregua aseguró el bote, mientras que Pelusa y Llanca se escondían en unos matorrales. Hasta que de pronto llegaron Tregua y Abandonado y todos se pusieron muy felices, pero como estaban cansados y había mucha lluvia, decidieron dormir bajo los matorrales. Despertaron al otro día, buscaron comida y luego Tregua les dijo que iban a ir a un castillo sumergido. De repente se les perdió, pero al rato la encontraron en una madriguera un tanto grande, que era cuidada por un coipo, ellos primero pensaron que se trataba de un

puma, luego con la ayuda de Tregua se dieron cuenta de que era en realidad. Tregua les dice que para llegar al castillo deben nadar bajo el agua así es que se llenan los pulmones de aire y se lanzan al agua, y nadan hasta el castillo, que lo ven de muy cerca, y entonces, la perra comenzó a contar la historia del Castillo y la campana de oro. Les cuenta que a estas tierras llegaron hombres que se creían dioses, con cuerpos brillantes, montados en animales poderosos y extraños. Con esos trajes las flechas de los araucanos que les hicieron la guerra rebotaban, luego se dieron cuenta que debajo de esos armazones eran de piel blanca. En un principio los huilliches fueron buenos y amables con los españoles, compartían sus comidas y cazaban animales. Los españoles construyeron la primera ciudad que llamaron Santa María Blanca y Valdivia. Pero los españoles comenzaron a abusar de los indios guiados por la ambición del oro, haciéndoles trabajar como esclavos. Por lo que los huilliches se aliaron en secreto con los araucanos. Los españoles habían fundido casi todo el oro construyendo una gran campana de oro. Un día que estaban de fiesta, un ejército en la oscuridad comenzó a matar a los centinelas, y a quemar la ciudad, quedó un gran alboroto, tomaron prisioneros a mujeres y niños, y los huilliiches con mucho odio lanzaron la campana de oro al río Calle- Calle. Dicen que en las horas de tormenta se escucha la campana y cuando la luna atraviesa el mar se le ve brillar. Todos quedaron encantados con la historia, Llanca quedó más pensativa por un rato y luego dijo que echaba de menos a su dueña y que quería volver a casa, así es que como el tiempo estaba bueno decidieron que ya era tiempo