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• Wilson Alexander Arizmendy Garcia

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EL FRAUDE EN LA EMPRESA Michael J. Comer – Editorial Deusto RESEÑA – Sistemas Administrativos – Curso 05: Lic. Roberto Binetti

Antecedentes Existen pérdidas encubiertas en las organizaciones debido al fraude, posiblemente aún más perjudiciales a largo plazo que en el corto, a las que, por lo general, el management no suele prestarle atención y que prosperan por dicha negligencia. En los últimos años, empujadas por el incremento de delitos violentos, las organizaciones han tratado de mejorar las medidas de seguridad física. Al tiempo que ha aumentado la atención prestada a las pérdidas manifiestas o más “tangibles”, han dejado de atenderse debidamente riesgos derivados de la acción de: empleado desleal o corrupto, espionaje industrial, etc. Suele tratarse de un combate desigual entre unos directivos ingenuos, honrados y bienintencionados, que sólo pueden dedicar algo de su tiempo y unos recursos limitados a la seguridad, y unos delincuentes bien informados, que aplican su tiempo para hacer planes y cometer fraudes. La esencia de cualquier fraude bien conseguido es que las personas honradas o dedicadas al control no sospechen.

El fraude y su denuncia Las estimaciones parecen indicar que menos del 15% de los casos descubiertos son denunciados a la policía. Los motivos de esta omisión pueden ser variados, pero, por lo general, se basan en la renuencia, por parte de la organización o del management responsable, en admitir que han sido defraudados. Es importante destacar que, en algunos casos, los fraudes no pueden perseguirse como delitos, debido a que la Ley penal no es actualizada en la medida del incremento en la sofisticación que alcanza el fraude en estos días. En muchos países se encuentra pobremente tipificados o bien, sin tipificación alguna, fraudes como: espionaje industrial, jackeo, etc.

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Alcances Un informe generado en los Estados Unidos para uso del gremio de aseguradores de riesgos sobre el comportamiento de todos los empleados que conforman una organización, desde quienes componen los órganos máximo nivel jerárquico hasta el empleado menos calificado, concluyó lo siguiente:

Comportamiento plenamente fraudulento en cuanto las circunstancias lo permiten

Tan honrados como lo permiten los controles y la motivación del personal

Comportamiento honrado en frente a cualquier circunstancia

Dicha conclusión nos está diciendo que: el 75% de los miembros que compone una organización, por motivaciones distintas, están dispuestos a cometer fraude contra ella. A pesar de ello, no caben dudas que los fraudes más peligrosos son los que son producidos por los miembros de la alta dirección de la organización. Diversos estudios de investigación de este fenómeno han realizado estimaciones respecto al alcance del fraude en las organizaciones, cuyos resultados pueden resumirse en:

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Alcances del fraude En el Reino Unido el fraude representa, aproximadamente, el 2,5% de su PBI. Al parecer, el 30% de las quiebras de empresas en EEUU son el resultado del fraude. La malversación media se prolonga durante tres años y medio antes de ser descubierta. Las pérdidas por fraude que sufren los bancos son cinco veces superiores a las que experimentan por atracos y otros actos violentos. En promedio, las organizaciones pierden entre un 2 y un 6% de su facturación bruta en fraude. En el futuro, parece poco probable que las pérdidas por fraude se reduzcan, ya que, según los indicios sociales, las generaciones más jóvenes se manifiestan más inclinadas al delito que las predecesoras. El comportamiento social evidenciado en las escuelas del Reino Unido parece sostener lo afirmado en el punto anterior, como lo muestra la encuesta dirigida por la London Shool of Economics, que revelo: o El 90% de los escolares admitían haber robado antes de finalizar sus estudios. o El 88% había robado en la escuela. o El 70% había robado en comercios. o El 25% había robado en vehículos.

En definitiva, todas las organizaciones están sometidas a la amenaza del fraude, debiendo afrontar riesgos singulares y diversos grados de pérdidas.

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Actitudes ante el fraude Probablemente, no exista un aspecto más controvertido en las organizaciones que la prevención del fraude y su detección. Si el fraude, cualquiera sea su alcance o magnitud, escapan a la sanción, pronto comenzará a multiplicarse. De esta manera, el alcance del fraude en una organización constituye un reflejo de la capacidad gerencial de su dirección La experiencia indica que la dirección no ejerce el control adecuado por alguno o algunos de los siguientes motivos: 1. No comprender los riesgos: No sorprende que un directivo honrado esté convencido que sus colegas y subordinados se comportan con similar honradez, aunque lo contrario también es cierto: pregúntenle a una persona deshonesta sobre el fraude y responderá que nadie es honrado. 2. Nunca nos alcanzará a nosotros. 3. Los controles son costosos: Para este análisis debe considerarse el costo del control, versus el costo provocado por el fraude. 4. Desconfianza en los controles: Un nivel eficaz de seguridad implica normalmente lo siguiente: a. Determinación y cuantificación de los riesgos b. Estrategia clara para el establecimiento del control que involucre la alta dirección y de una política de comunicación hacia todos los miembros de la organización respecto a lo que se espera de ellos. c. Asignación de responsabilidades d. Un sistema de control compaginado con los riesgos. e. Sanciones por incumplimiento. 5. La seguridad no es buena para la moral del personal. 6. Nuestros auditores detectarán el fraude.

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Detección del fraude Riichard Briston, profesor de Contabilidad de la Strathclyde University, estableció que: 1. Las auditorías tradicionales, exigidas por ley, son improcedentes y deberían suprimirse. 2. La profesión contable debería buscar un nuevo enfoque de la auditoría. 3. Ni los accionistas ni la dirección obtienen ventajas claras del proceso de auditoría. 4. Los informes de auditoría son rara vez informativos

Un informe elaborado por Brian Ruder, del Stanford Research Institute para el Institute of Internal Auditors, reveló que la mayoría de los miembros de la alta dirección consideraba que los auditores internos eran responsables de la detección del fraude, aunque, en cambio, menos del 20% de éstos compartía esta opinión. Un estudio realizado para el Computer Fraud and Security Bulletin puso de manifiesto que los fraudes se descubrían por algunas de las siguientes causas: Amantes despechadas Controles de dirección

Por accidente

Mediante auditores

La prevención del fraude debe comenzar por la alta dirección ya que se trata, sin duda, de una responsabilidad al más alto nivel de la organización.

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