El Dia Que Nietszche Lloro

EL DIA QUE NIETSZCHE LLORO "No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, n

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EL DIA QUE NIETSZCHE LLORO "No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada." Federico Nietzsche El ser humano con su inmensa complejidad permite navegar sin límites dentro de un mundo misterioso en el que hay miles de preguntas y respuestas para unos y otros con pensamientos diferentes, en el que la libertad para interpretar enriquece la naturaleza de lo desconocido y mas intimo del hombre: su mente, constituida por sus ideas, percepciones, deseos, temores y un sinfín de contenidos que solo cada quien puede llegar a conocer. “El día que Nietzsche lloró” es una obra que describe la historia de Nietzsche y el Dr. Breuer principalmente, acompañado de otros personajes como Freud, Anna O-Bertha, Lau Andreas-Salomé, entre otros. Esta novela narra la historia del filósofo Federico Nietzsche y el Dr. Josep Breuer quienes sufren una notable transformación en la forma que ven la vida y como la asumen.

Nietzsche, filósofo alemán y profesor que se caracterizaba por ser una persona fría, amargada y llena de desesperanza, para él Dios estaba muerto como resultado de la falta de moral en el hombre, no tenía obligaciones ni ataduras a la vida, por ello tenía una tendencia alta al suicidio, aspecto que preocupa a Lau, quien va a pedir ayuda con el Dr Breuer para evitar tal acto. Por otro lado el Dr. Josef Breuer médico reconocido y talentoso, quien aparentemente llevaba una vida feliz, tenía su hogar, su esposa, hijos y una buena profesión. Aunque todo pareciese bueno, él llevaba un sufrimiento consigo mismo, a raíz del enamoramiento y obsesión que sufre por una de sus pacientes Bertha, trayéndole consecuencias como conflictos en su hogar e inestabilidad emocional y psicológica. La historia se desarrolla en la relación que construyen estos dos personajes, en este caso el Dr. Breuer acepta tomar el caso de Nietzsche inicialmente tratando los síntomas físicos (las migrañas) y manejando los síntomas psicológicos sobre el suicidio de una manera sutil, en la que Nietzsche no debería darse cuenta. Esto fue pedido por Lau, quien había sido la enamorada de dicho personaje. Nietzsche inicialmente se opuso a este tratamiento porque no tendría

el dinero suficiente para pagarlo, al tratarse de un favor que le habían pedido al doctor, este hombre decide hacerlo gratuitamente, aspecto que le disgustaría a Nietzsche porque pensaba que se trataba de utilizar su imagen para darse fama como médico de la época. Ante tanta discordancia el Dr. Breuer le propone que le pague de la misma forma que lo haría el, es decir, mientras uno ofrece atención médica el otro lo trataría psicológicamente. De allí en adelante, se desarrollan una serie de sucesos que indudablemente se relacionan con la psicología desde una perspectiva psicoanalítica. Dentro de la relación se empiezan a dar muestras claras de una dependencia afectiva y obsesiones similares que viven estos dos hombres generándoles malestar e incomodidad. La terapia se va a enfocar en las confesiones que realiza el Dr. Breuer con el fin de que Nietzsche reconozca su propia obsesión y hable de este tema que tiende a ocultar y evitar. Cada consulta consistía en el intercambio de servicios profesionales. Dos sujetos que establecen un vínculo muy cercano, al sentirse identificados con el otro; los síntomas como infelicidad, temor a la vejez y a la muerte, odio a si mismo, la desesperanza, impulsos

suicidas, eran aspectos que compartían y cada uno percibía a su manera. El tratamiento consistía en la cura por la palabra, en el que se busca liberar los deseos sepultados, lograr que el paciente pida ayuda abiertamente, acepte que padece una alteración mental y por supuesto realizar una integración del inconsciente con el consciente. Durante el proceso se generan varios eventos claves para tratar el sufrimiento psicológico del Dr. Breuer, sus sueños eran un síntoma muy persistente que querían enviar un mensaje que le permitiera analizar lo padecido. Aquellos sueños constituidos por contenidos latentes que se disfrazaban para darle una respuesta al misterio que lo aquejaba. Cuando Nietzsche trabaja sobre los sueños del Dr. Breuer, se da cuenta que los contenidos no estaban reflejados hacia Bertha, la mujer que fue su paciente, sino que se dirigían a su madre, también llamada así, con la mujer que poco tiempo compartió y de la que indudablemente no había podido desprenderse, era evidente que no se había elaborado un duelo de la madre, una perdida significativa para el y por ello trataba de sublimar ese sentimiento hacia su

paciente que de alguna manera representaba algo similar. Ante tanto desespero del Dr. Breuer pide encarecidamente a Freud, su gran amigo, que lo hipnotice con un reloj para intentar tener una respuesta y aliviar la angustia que su ex paciente le había dejado. En esa fase el visualiza las consecuencias que podrían venir en caso de que el decidiera irse con Bertha y abandonar su vida como la llevaba hasta el momento, en esta experiencia se da cuenta que esa no sería la mejor decisión y que la imagen que alguna vez creo de esta mujer ahora se distorsionaba, no era la Bertha de la que se enamoro. Al saber esto, el Dr. Breuer quiere darse una nueva oportunidad con su familia, intentar reparar los conflictos y las relaciones fue su objetivo de ahí en adelante. Gracias a la ayuda ofrecida por Nietzsche el Dr. Breuer supera su sufrimiento y no solo eso, sino que en cada situación de afrontamiento con su obsesión, Nietzsche descarga emociones y simultáneamente va reconociendo sus temores, angustias y sufrimientos. Así es, Nietzsche durante el tratamiento elabora sus angustias y utiliza al Dr. Breuer como canal para hacer catarsis de sus propias molestias, gracias a los fenómenos de transferencia que permiten comprender mejor la realidad del otro.

Esta historia refleja la complejidad del aparato psíquico y de las expresiones que da como respuestas a estímulos y eventos cargados de emociones fuertes, muchas veces incontrolables para el ser humano. El sufrimiento y la angustia es un aspecto que todo individuo contiene, unos quizás lo conocen, otros lo tratan de ignorar, mientras que otros no saben de ello. Los contenidos reprimidos buscan una forma para salir del mundo del inconsciente e intentar dar una explicación de aquello que se teme y genera sensación de malestar. Todo lo que sucede tiene una explicación en lo mas profundo del ser, en lo que se oculta y de lo que poco se quiere saber, simplemente porque asusta reconocer la verdad que hay en cada uno de nosotros. Normalmente al sentir miedo se huye de eso, pero ¿cómo huir de si mismos?