El Cuento de La Mujer Del Mar - Manuel Ramos Otero

MANUEl RAMOS OTERO . ELCUENTO DE LA MUJER .. DELMAR RIO PIEDRAS, PUERTO RICO 1 979 · .. y en resumen, tiernpo perdid

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MANUEl RAMOS OTERO

. ELCUENTO DE LA MUJER .. DELMAR

RIO PIEDRAS, PUERTO RICO 1 979

· .. y en resumen, tiernpo perdido que me acaba en aburrimiento. Algo entrevisto 0 presentido, poco real mente vivido y mucho de embuste y de cuento.

Luis Pales Matos

Primera edicion, 1979

Diseiio portada: John Anthes

©

by Ediciones Huracan

Inc.

Ave. Gonzalez 1002 Rio Piedras, Puerto Rico

Impreso en Mexico/Printed

in Mexico

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I

Tren que no pasa por La via

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Te conocf en mi ultimo viaje aunque mucha gente pensaria que no fue entonces cuando te conocf porque tu no sabias que te habia conocido y yo tan solo te miraba el traje aquel de sed a blanca y tu cuerpo al otro lado de la tela como escondido como asustado de la brisa que en el Boulevard del VaIle es intensa los miercoles a la hora del alba cuando los marullos se destrozan contra las paredes de la vieja muraIla como en ninguna otra parte porque ni-Io dijiste mientras el ala fnigil de la pamela de paja te ocultaba ellado izquierdo de la cara y no podia saber si tu expresion desnuda era 10 mismo que la sirena de los barcos que se alejaban de la bahia sin saber la profundidad absoluta de las aguas sin saber el azul ni el cristal agrietado por la luz en escamas de sirenas muertas mientras tus ojos oscuros fijos en el ruido metalico de los adoquines de piedra deshollinando zonas de tu memoria para volverte a mi que desde aquel baleen hubiera preferido mirarte disolviendote el calor asimilando el humo por 10 gris de la tristeza que la bruma del amanecer te devuelve en la perpetuidad inalterable del oceano que desde alii desde el Boulevard desde el antepecho de caoba desgastada por el salitre desde mis ojos soiiadores en la fornicacion del camino en sombras delineado por bambiies y almendros desde el saber que al final desde la casa en ruinas siempre en ruinas donde tu llegas y te marchas cara al aire 0 al aire en los p ~rpados entreabiertos te voy mirando en ese espejo donde el mercurio ennegrecido sugiere manchas: que en el rostro de Julian parece. lunares sin serlo porque el rostro blanco de Julian parece hecho de arena no de reloj de arena sino de arena porque la soledad dibuja por ejemplo las rnejillas como si fueran 0

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dunas 0 la nariz que si 10 permitiera el espejo de su habitacion seria perfecta pero solamente queda sugerida en esa superficie de plata corroida y los ojos caracoles en la arena caliente por la fiebre del sol 0 la fiebre de Julian que los miercoles por la maiiana despierta con arrugas en el cefio 0 con palpitaciones de agua viva en los labios que abre y cierra recortando nuevas dunas en la pi I en donde guarda la sospecha de fosiles y formas de su cu rpo hue udam nte hermoso abriendose en el bostezo acostumbrado de los brazo xtendidos en horizonte y sobre los hombres que r fl ja cI 'sp jo alcanza el cuerpo revolcado de la cama de pilar dond ab qu huele a el a Julian y la cama y Julian conoc 'n en la noche de los suefios y en las noches que Julian d .ambula pOl' las regiones desconocidas del limbo pero acaba de despertar por el lado izquierdo de la carna y hi! pensado que el dia sera de mala suerte aunque de todas formas los miercoles del ulian son silenciosos y vacios como floreros sin flores como escaleras de marrnol gastado sin balaustres de caoba como la cama de Julian cuando se queda vacia pero Julian despierta para mirarse el rostro por donde los dedos caminan inseguros como cobitos en busca de cavernas repentinas cuando subitamente retira mechones de pelo que caen sobre Ia frente amplia por donde corren suavemente las venas azules y con las manos anchas aprieta el cabello hasta que esculpe el craneo y se mueve y se viste con debilidad la camisa de lino arrugada las mangas largas que dobla el antebrazo desnudo cubierto por un vello dorado al igual que las piernas que ahora mueve porque tal vez camina y se detiene en la ventana de persianas verdes que abre y cuando la resolana hiere sus ojos se retiran y en uno de los pilares de la cama encuentra el calzoncillo de franela que huele con lentitud mientras descubre zonas familiares de sus cad eras 0 rastros del sexo donde Julian ha recordado a Julian en los olores de .J ulian en las medias hiimedas que posiblemente ha usado desde el rniercoles pasado en Ios pantalones· azul marino

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J/

un poco mareados por el uso continuo 0 en 10 zapulOiI 111\I II que Julian nunca se ocupa de lustrar y finalmcnu- (\11 «I chaqueton que siempre lleva puesto 0 colgado a media 'spaid I regresa al espejo de su habitacion mirador del Boulevard PUI'II decirse hola con la imagen para tomarse de manos 0 amars un poco mas en esa soledad de las habitaciones de hombres que merodean por la vida porque la vida -es calle y callejon porque la vida es zaguan y entonces sonrie y reconoce los Iabios ajados un poco por el cigarrillo como dos de sus dedos en la mana derecha amarillentos y se peina sin prisa con toda la ironia de peinarse para que el viento le despeine las hilachas sucias de su cabello lacio y no sabe si 10 que piensa esta tamhien en el espejo porque alli esta todo inclusive las vigas apolilladas del plafon la telaraiia colgando y los nurneros de telefono en las paredes 0 simples palabras que Julian escribe para Julian que ya son parte de ese cuarto donde la claridad es lujo y hola Julian adios Julian que en el espejo se queda tam bien Ia puerta que se cierra detras de sus pasos nerviosos: cuando me das la mana en Ia oscuridad de bombillas fundidas y me guias el camino por esta escalera maloliente que debiera conocer por Ia costumbre que me ha impuesto bajar cadarniercoles por la misma escalera pero no me preocupa que la luz no llegue y se derrumbe en los peldaiios de esta casa del Boulevard desde la cual descubro sombras 0 aroma de guajana en tu cabello sin que tu mana fria pueda distraerme desde esta soledad cad a dia mas sola porque el frio es calor entre tus dedos y te detienes y me detengo en un descanso de este espiral interminable para buscar el ramo de violetas que seguramente llevabas entre los senos como siempre y 10 buscas y 10 encuentro y 10 beso y 10 vuelvo hasta tu pecho que late mas aun en el descenso eterno de peldaiios y peldaiios en elansia de verte en Ia habitual conformidad de derretirte .como si fueras tu aliento y no solo tti cada vez cada miercoles mientras me esperas al otro lado de la puerta rezando las

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jornadas de un rosario que para rni es un suspiro de la fatiga de siempre porque llegamos al final de la escalera y no podemos movernos de la misma manera miro tus brazos como aspas de molino en la atmosfera que cuando cruzas parece rebus carte debajo de los pliegues de la falda que parece que flotadesde el umbral donde la inmovilidad ocurre desde la vision absorta de tu imagen en vaiven en venirse y venirnos en el viento que viene por donde te vas alejando en el viento que barre los cimientos de nuestro Boulevard porque te lleva hasta las vias del tren cubiertas de matojos de un tren inexistentemente nuestro y desde alli me miras envuelta en la neblina que cubre los rieles y maderas 0 las viejas casetas de madera de estaciones fantasma en el vapor de trenes invisibles que los miercoles borran porque quisiera verte bajandote del ultimo tren que acaba de cruzar cafiaverales envueltos en el rumor de la zafra y tal vez las hogueras y el humo 0 el alba prefiada entre los rieles de aquel ultimo viaje y despues el regreso al Boulevard y a ser: Julian escucha el ruido que las suelas gastadas van dejando en las aceras 0 escucha los ruidos de las voces los carros de pan de mallorca los susurros de los biIIeteros cuando pasa cuando cruza las calies adoquines cuando dobla esquinas desoladas y lIega a la estacion de Autobuses Metropolitanos y Julian se confunde entre el gentfo de llegadas y salidas se recuesta de un farol y busca en los bolsilIos monedas que juegan en sus manos mientras sonrie a veces 0 entonces la tristeza pero nunca el vacio 10 envuelve la alegria y extiende una moneda y del saco tom a el crispe envuelto en papel de cera pegajoso de aziicar derretida y se chupa los dedos cuando puede sobre todo el silencio cad a vez que la espera se alarga y la guagua no lIega se repite en su mente el mimero y las letras como siempre 2 R.P.V.P.Lofza sin saber el por que del mismo autobus Julian 10 espera con la misma actitud conque sus ojos se pierden en 10 que esta mas cerca de todo 10 distante camina y tropieza

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III

prosigue y presiente el ruido sordo de los frenos d ni,'j II calor de los miercoles manana de autobiis y r 'CIII "do mientras sube los escalones engomados y el importe en. cI l