EL Cuento de La Isla Desconocida

Mendoza Acosta Edgar Iván 2”A” Punto de lectura, José Saramago (Octubre 2006). El cuento de la isla desconocida. 1° ed.,

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Mendoza Acosta Edgar Iván 2”A” Punto de lectura, José Saramago (Octubre 2006). El cuento de la isla desconocida. 1° ed., 78 p.

La historia en sí llega a ser muy interesante por lo cómica que es, pero con el tiempo si buscas un punto de descanso no lo encontraras fácilmente, ya que toda la historia parece desarrollarse en un acto único, o un solo capítulo, es decir, va corrida y sin pausas. Aun así lo anterior no supone problema grave, ya que hay ocasiones en que al llegar a un diálogo o suceso de relevancia en la trama, se presenta una imagen distinta en la que se repite tal frase llamativa, la primera que encontré fue “Cuando la mujer de la limpieza le preguntó por el resquicio de la puerta, Y tú qué quieres, el hombre respondió, Quiero hablar con el rey”. Lo peculiar de cada imagen es que en ocasiones hay una mezcla de palabras y clips, que junto con unos detalles forman personas y escenarios. Volviendo al tema de que la historia posee una trama cómica, está el claro inicio, donde al empezar a leer piensas que va a ser algo serio, ya que hablan de un rey en cuyo castillo hay varias puertas en la cual tú vas a aquella que es de lo que te interese, como quejas, obsequios (para el rey), peticiones, etc., el personaje principal va a la de peticiones con el fin de que el rey se presente personalmente, lamentablemente este último es muy perezoso y manda a su secretario, el cual también es muy perezoso y manda a su ayudante, y el ayudante al sub-ayudante, y así tras una larga cadena hasta llegar a la mujer de la limpieza, la cual al no tener a quien mandar no tiene más opción que atender, y es allí donde ocurre la frase que cité en el 2do párrafo, para luego descubrir que lo que quiere este personaje es un barco. Tras un revoltijo de quién atendía y que se tomó la petición esta fue negada, pero el personaje principal no se rendiría así como si nada, sino que se quedaría acostado frente la puerta sin dejar pasar a nadie, ya que una regla dice que

mientras este alguien a la puerta, todos los demás deben esperar hasta que se desocupe. Tras varios días el rey se vio forzado a atender por sí mismo a aquel sujeto, y no por el hecho de que se le removió la conciencia, sino que la gente empezaba a enfurecerse, ya que al tener bloqueada una puerta, y la de las peticiones, el pueblo estaba poniéndose en contra suya. En fin, el simple hecho de estar presente al abrir la puerta dejó a todos los que estaban formados con las bocas abiertas, era un suceso nunca antes visto, pero a nuestro personaje no le asombro nada, ya que lo había previsto así. El rey le preguntó varias cosas al personaje, el cual solo respondió la primera (¿qué quieres?) diciendo: un barco; esto dejo al rey más desorientado, y aún más al decir que era para buscar la isla desconocida. En una parte el texto es algo confuso, ya que el autor no acude a los clásicos guiones para separar los textos de cada personaje, sino que solo utiliza comas y letra mayúscula cuando el texto corresponde al diálogo de alguien diferente, dificultándome así el saber quién decía qué. Pero tras lograr entender eso, me entero de que tras una larga discusión entre el rey y el personaje sobre la importancia de las islas conocidas y desconocidas, el rey bajo la presión del pueblo acepta otorgarle un barco pero sin tripulación, aunque sin saberlo, la mujer de la limpieza sigue a tal hombre, siendo sin que él se diera cuenta, su primera nueva integrante de la tripulación. Tras este suceso el autor menciona una reflexión usando lo anterior como una metáfora de cómo el destino nos está pisando los pies sin saberlo, personalmente no creo en el destino. Estas y más situaciones un tanto cómicas y con descontrol me llevaron a leer el libro con alegría, y sin hacerlo pesado, es un libro que recomiendo, además de que puede ser leído en unos cuantos breves momentos de lectura, dado a su mediana extensión y lenguaje sencillo, lo único si complicado es entender quién está diciendo qué.