El Consejero Social

MODERNO CÓDIGO SOCIAL PARA EL HOMBRE Y LA MUJER Editorial Avenida BUENOS AIRES URBANIDAD Y SOCIABILIDAD Hecho el dep

Views 75 Downloads 0 File size 27MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

MODERNO CÓDIGO SOCIAL PARA EL HOMBRE Y LA MUJER

Editorial Avenida BUENOS AIRES

URBANIDAD Y SOCIABILIDAD

Hecho el depósito correspondiente en el Registro Nacional de la Propiedad Intelectual. REPRODUCCIÓN PROHIBIDA E» propiedad de] Editor

Hablar de las costumbres y de sociabilidad humanas parecería impropio en esta época en que hasta aquello que aparenta ser más sólido e indestructible ha cedido paso al aluvión arrollador de las nuevas ideas y otros sistemas de vida. Pero la convivencia humana, mejor dicho los preceptos que la regulan, han salido incólumes del trance. Esa vida de relación, aún hoy que las costumbres experimentan un relajamiento generalizado, está sometida sin embargo a un código en cuya realización han intervenido factores de distinta naturaleza, si bien todos perfectamente comprensibles y de características casi comunes. De esos factores los más importantes son: el buen gusto, la moral, la naturalidad de expresión y la espontaneidad. Todos estos contribuyen a formar

lo que se ha dado en llamar, comúnmente: la buena educación. A ninguna de esas cualidades es ajeno el individuo y sólo se trata en este libro de indicar la mejor forma, con arreglo a las normas establecidas, de que las condiciones personales de cada uno se pongan de manifiesto, proporcionándole una satisfacción, a la vez que un arma más para competir ventajosamente en la vida común. Es necesario tener presente que el comportamiento de una persona ante otras está condicionado al ambiente en que ella actúa y es indudable que logrará una posición más ventajosa si posee los medios que le permitan adaptarse rápidamente, casi sin que ella misma lo advierta, a las distintas situaciones que la vida social le ofrezca. Tampoco hay que olvidar que la naturalidad en la expresión y el comportaminto, es el principal elemento de éxito en la vida humana. Así, por ejemplo, si una persona de condición elevada en su trato con otra más modesta pone de manifiesto' ya conversando o con sus modales, esa diferencia, no hará cosa buena, ya que sólo ha tro todo de hacer resaltar esa diferencia de clases. Su condición no hubiera perdido nada en cambio, si adoptando otro proceder, hubiera tratado con llaneza a sus interlocutores ocasionales.

En este libro procuramos que del modo más comprensible y simple se ponga de manifiesto el valor de la naturalidad como medio eficaz que destaque la personalidad, ya sea hombre o mujer, el interesado. La buena educación o urbanidad no es otra cosa que una ley, no escrita, que rige las relaciones entre las personas. No hay que confundir la educación y la urbanidad con la etiqueta y el protocolo, pues mientras las primeras son aplicables a todas las ocasiones y clases sociales, estas últimas no constituyen más que reglas sujetas a un código muy estricto y sólo aplicable en determinados casos. Todas las costumbres tienen su base en la moral y el respeto por el prójimo y la urbanidad procura que las relaciones entre los hombres sean lo más cordiales y perfectas posibles. Muchas veces ha de haber llamado la atención del lector, determinada figura, ya sea político, comerciante, hombre de ciencias, orador, deportista o militar. Explicar el porqué de esa atracción resultaría difícil, y más todavía, su popularidad, en determinados casos. Sin embargo no es otra cosa que una corriente de simpatía natural que parece brotar de su figura. Y ello es, en otras palabras: la personalidad. Por sus actos, sus palabras o sus pensamientos, esas personas han captado la simpatía de los

demás, de tal forma que todos sus movimientos y palabras resultan fácilmente comprendidas e interpretadas, por aquellas a quienes van dirigidas. Cultivar la personalidad es uno de los puntos más importantes de este trabajo. En cualquier reunión es fácil también advertir la presencia de varias personas que por su educación o gracia sobresalen entre las demás. Y son precisamente aquellas que han logrado formar su personalidad. Si se las observa se verá igualmente que su conducta es natural, que sus gestos están libres de amaneramientos y que en su conversación son sencillos y llanos. Casi siempre esas personas, aunque carezcan de una instrucción superior, la corrección de sus modales les asegura el monopolio de la simpatía y la atención de quienes las rodean. De esta forma, no sólo alcanzan a distinguirse entre sus semejantes, sino que a éstos los hacen felices con su trato y amistadUn gran enemigo en la formación de la personalidad es la timidez. No es preciso, sin embargo, para revelar aquella, mostrar descaro o despreocupación. Generalmente se confunde la naturalidad con la grosería, que es ofensiva y contraria a todo sentimiento de sociabilidad. Es exacto que las costumbres han evolucionado, siguiendo el ritmo dinámico del siglo, pero sin

10

abandonar las formas clásicas de la cortesía. Al crearse nuevos ambientes, también las formas de presentación han variado de acuerdo a las circunstancias. Al hojear este libro, hallará el lector interesado, temas agradables, tales como el de la conversación, uno de los puntos aparentemente más fáciles, pero que en realidad ofrece mayores dificultades. No es posible al tratar de la conversación, señalar normas precisas y fijadas de antemano, pues su desarrollo depende de las circunstancias y de la iniciativa personal del interesado. Sin embargo se procura indicar la forma más correcta para entablar y llevar adelante una conversación, ya sea en un ambiente refinado o en un lugar desprovisto de etiqueta o estiramiento protocolar. Las presentaciones también es otro de los capítulos importantes de este libro, cuyas enseñanzas han de resultar beneficiosas para todos aquellos interesados en acumular conocimientos y triunfar así en la vida. Tanto para el comerciante o industrial, el universitario que asoma a la vida, como al simple ciudadano, a todos interesan estas cuestiones de sociabilidad. Hallarán los interesados un sinnúmero de indicaciones que les harán más fácil y menos áspero el camino hacia el éxito en sus actividades, cualesquiera sea el ambiente en que actúan, conquistando amista-

De las presentaciones y salí

des y simpatías, por sola obra de su educación exquisita. Tan umversalmente es considerada la cultura que, la persona dotada de ella, encuentra allanado el camino para el logro de sus éxitos, todos los ambientes se abren acogedores para ella y se rodea de la admiración y respeto generales. La influencia que ejerce la palabra adecuadamente empleada; la facilidad con que se expone una idea; la desenvoltura de movimientos y la corrección en las costumbres,, son los medios esenciales que con el presente trabajo, se ponen al alcance de todos los que, hombres o mujeres, deseen lograr mejores posiciones en la vida. El Editor

PRIMERA PARTE CAPITULO I

DE LAS PRESENTACIONES Y SALUDOS EN GENERAL Ln primera impresión. — Orden en Jas presentaciones, — Las personas de categoría. — Cómo deben hacerse las presentaciones. — Actitud de las damas al ser presentadas. — Actitud del caballero. — Expresiones a emplearse en las presentaciones. — De loa saludos. — Cómo se presentan a dos damas. — A| quién se nombra primero. — Presentaciones entre caballeros. — Cuando la categoría social do las damas es Igual. — Presentaciones entre Jumas y caballeros. — Cuando se es presentado a una dama. — Del caballero d> poca posición social. — En el caso de damas jó* venes. — Presentación entre una dama y nn funcionario muy representativo. — Permiso para la presentación. — Expresiones a emplearse en las presentaciones. — Cuando un matrimonio o pareja de novios debe presentar un amigo. — Quién efectúa la presentación. — Fresen tac iones entre et-posos. — Cuando una dama se halla sentada y le presentan un caballero. —• Cuando le presenten, otra dama. — Cómo conducirse los caballero* y las damas en laa presentaciones. — Presentación de personas ancianas. — Expresiones a emplearse en la presentación de una hermana. — La expresión de "joven". — Al presentar a la esposa. — Al presentar un Doctor o funcionario importante. — Guando se trate del Presidente de la Nación o Vi ce-presidente. — En el caso de un Ministro. — De la convenación con grandes magistrados. — En el caso de un General, Diputado y profesionales. — En el caso de comerciantes. — De las relaciones comerciales. — Cartas recomen-

13

12

De las presentaciones y saludos en general De lu presentaciones y .aludos en general

dación. — Estudio de tas presentacionea. — Frasea de cumplido. — Frases galnntes a las damaa. — Cuando un caballero desea aer galante con una dama. — De loa apodos. — Cuando se entra en una casa de familia. — Si hubiera muchos invitados. — Saludo colectivo. — De U atención de los Invitados. — Quiénes rinden honores. — Presentación mutua. — Frases usuales. — Maneras de resultar agradables. — Deseos de cultivar determinada amistad. — Presentaciones accidentales. — Presentaciones en los viajes. — Cuando 1a categoría social de laa damas sea igual. — Iniciativa al saludar. — Cómo tender la mano. — Acto de Quitarse el guante. — Si se trata de damas de la misma edad. — Presentaciones en la vía pública, etc.

Nada tan sencillo, en apariencia, como el presentarse y presentar a los demás; sin embargo, no es así. Son tan variadas las situaciones y problemas que suelen plantearse, que para solucionarlos en forma rápida y correcta, es necesario haberlos estudiado con anterioridad. Por otra parte, constituyen las presentaciones la primera manifestación de la iniciación de la vida de relación entre los individuos, de modo, que en esas ocasiones, debe tratarse, de causar impresión favorable. Esa impresión, cuando es buena, ayu-

da enormemente a proseguir la conversación recién iniciadaEn cambio, la persona, se encuentra inhibida y en inferioridad de condiciones y trabajo le costará despreocuparse de la falta cometida. Las presentaciones deben hacerse mencionando primero a la persona de menos categoría, ya sea en edad o posición social. Entre dos damas se presenta la de menor edad a la de mayor edad, salvo que la posición social de aquella sea muy superior. Entre dos damas de la misma edad, se nombra primero a la de menor categoría, es decir se la presenta a la dama cuya posición social es superior. Cuando la categoría social de dos damas es igual y sus edades más o menos la misma, puede, indistintamente, nombrarse primero a cualquiera de ellas. Entre caballeros solamente, la sitúa-

De I»

presentaciones y «aludos en gene De las presentaciones y saludos en general

ción es la misma, es decir, el caballero de menor edad es presentado al de mayor edad, salvo que la posición social de aquél sea muy superior. Cuando las edades son más o menos iguales, se nombra en primer término al caballero de posición social inferior. A igualdad de posición social y edades, se menciona primero a cualquiera de ellos. Entre damas y caballeros, éstos son presentados a aquéllas, ya se trate de civiles, militares, marinos, etc., salvo el caso en que la dama sea muy joven y el caballero de mucha mayor edad, precediéndose entonces a la inversa. La jerarquía que da el sexo, en el orden de las presentaciones, debe dejarse de lado cuando deba efectuarse presentación entre una dama y un funcionario muy representativo, siempre que la posición social de la dama no sea también muy importante. Supongamos que se desee hacer una presentación entre un General y una

dama. La dama debe ser presentada al General y no éste a aquélla. Además, en esos casos, debe tácitamente pedirse permiso para la presentación, permiso que implícitamente va comprendido en una expresión como ésta: "Señor General, permítame que le presente a la señora fulana de tal". Según las circunstancias, las presentaciones las podrán hacer tanto el hombre como la mujer. Cuando un matrimonio o una pareja de novios, por ejemplo, deba presentar a un amigo o amiga de ambos, a otro caballero o a una dama, la presentación la efectuará el hombre y no la mujer. Cuando un caballero o una dama, debe presentar un amigo o una amiga, a un matrimonio, procederá así: Si se trata de una amiga hará las presentaciones entre las damas y la esposa presentará luego a su esposo; si se trata de un amigo, presentará a los caballeros entre sí y el esposo presentará después a su esposa-

De las presentaciones y saludos en general

A! presentar un matrimonio a otro matrimonio, se presentará primero a los esposos y éstos presentarán luego a sus respectivas esposas. Cuando una dama se halle sentada y le presentan un caballero, no debe incorporarse para saludar. Seguirá sentada y se limitará exclusivamente a extender su mano. Si el caballero presentado es un anciano, entonces sí, se incorporará para saludarlo. Cuando le presenten a otra dama de su misma o mayor edad, también se incorporará para saludar y en cambio puede permanecer sentada si la dama que le presentan fuera notablemente menor que ella. Los caballeros nunca permanecerán sentados cuando les presentan otros caballeros, salvo que se trate de personas muy ancianas y el presentado sea muy joven. Al hacer las presentaciones debe anteponerse la designación de señora, señorita o señor, salvo que se presente a

De las presentaciones y saludos en general

un familiar en cuyo caso dicha designación será reemplazada por el parentesco que una al que presenta con el presentado. Se dirá, por ejemplo, al presentar a una hermana: "Mi hermana Leonor". La expresión de "joven", no debe utilizarse, ni para presentar ni para dirigirse a un caballero. Cuando se presente a un caballero, se dirá: "El señor fulano de tal" y no: "el joven fulano de tal". Al presentar a la esposa, se dirá simplemente, "mi esposa". La expresión "mi señora" no es tan adecuada como la mencionada, y menos aún, "mi mujer", frase que es dado escuchar muy a menudo y que denota, en quien la expresa, falta de cultura y de respeto hacia la propia esposa. Cuando exista entre dos personas un grado relativo de amistad o conocimiento, la presentación de la esposa puede hacerse en un tono más ceremonioso. En este caso se dirá: "mi señora

De las presentaciones y saludos en general

esposa" o "presento a usted a mi señora esposa", etc. Al presentar a una persona deben citarse los títulos que posean. El más común es el de doctor. No debe especificarce, al mencionarlo, la profesión o especialidad. Por ejemplo, no debe decirse : "El doctor en Leyes fulano de tal", sino simplemente: "El doctor fulano de tal"- En cambio, cuando el doctor que se presenta sea un funcionario importante como ser ministro, juez, o legislador, debe hacerse referencia al cargo. Ejemplo: "El señor juez doctor fulano de tal". Cuando se trate del Presidente o Vicepresidente de la República; miembros del poder ejecutivo y gobernadores de provincias y territorios, debe anteponerse a la presentación la designación de "Su Excelencia". Debe decirse por ejemplo: "Su Excelencia el Señor Ministro de Hacienda". En éstos casos, como se trata de personas muy conocidas, no es necesario citar el nombre. Durante la conversación con dichos fun20

De las presentaciones y saludos en genera)

cionarios, al dirigirse a ellos, se utilizará también la expresión: "Su Excelencia" o bien: "señor Ministro", "Señor Gobernador", etc. Los títulos permanentes deben anteponerse al nombre. Se dirá por ejemplo: "El Ingeniero Señor fulano de tal"; "El General Señor fulano de tal"! etc. En cambio, si los títulos no son permanentes, como acontece, con los de Diputado, éstos se mencionan a continuación del nombre, así: "El señor fulano de tal, diputado Nacional". En las presentaciones de carácter comercial, luego de citar el nombre de la persona presentada, se hará referencia al negocio, comercio o profesión a que se dedica, ya que la presentación tiene por objeto entablar relaciones comerciales. Se dirá por ejemplo: "El señor fulano de tal, propietario del comercio XX". Cuando se presenta a un profesional, se mencionará la profesión. Se dirá por ejemplo: "El procurador señor

,De las presentaciones y saludos en general

fulano de tal" "El abogado doctor fulano de tal", etc. Entre las relaciones comerciales, es muy común la presentación por carta. Casi siempre se trata de "carta recomendación". En esas oportunidades, antes de ensobrarla deberá pedírsele al recomendado que la lea. Se le entregará luego con el sobre abierto .y en esa misma forma, deberá presentarla el recomendado al destinatarioEn el sobre debe consignarse únicamente el nombre y apellido o razón social del destinatario y debajo, la palabra: "Presente", o bien, la abreviatura "S. D.", que significa: "Su despacho". Un defecto, que es muy común observar, consiste en mencionar a media lengua o en voz baja, los nombres o apellidos de las personas que se presentan. Esa deficiencia, es ocasionada, la mayoría de las veces, por la nerviosidad con que actúa la persona que hace las presentaciones, ante el temor de incurrir en el ridículo, porque no recuerda exac-

presentaciones y saludos en general

tómente el nombre de los que deben ser presentados y con mayor frecuencia porque desconoce la forma correcta en que deben hacerse las presentaciones. Esa deficiencia se traduce en enojosas situaciones, tanto para quien presenta, como para los presentados. Para quien presenta, porque en realidad hace el ridículo, como dijéramos anteriormente y para los presentados porque no saben qué partido tomar, ya que se encuentran ante el absurdo de acabar de ser presentados y no saber ni unos ni otros, con quiénes están tratando. Para evitar todo ello, es necesario, antes que nada, estudiar de antemano, para saber resolver en un momento determinado, las distintas situaciones que suelen presentarse con motivo de las presentaciones y aún después de conocerlas y saber resolverlas, es indispensable, en cualquier reunión, estar siempre atentos observar, por ejemplo, si se acerca al grupo del cual uno está for-

De las presentaciones y «aludos en general

mando parte, algún conocido, para con tiempo recordar su nombre y hacer una rápida composición de lugar sobre la forma en que debemos presentarlo. Al ser presentado a una persona, deben evitarse ías frases de cumplido muy largas, como por ejemplo: "tengo el mayor placer de conocer a Vd."; "me siento encantado de conocerle"; La frase más usual es: "muchogusto", o bien: "mucho placer". Quien presenta, tampoco debe abusar de frases muy extensas, como por ejemplo: "Tengo el agrado de presentar a Vd. al señor fulano de tal" se dirá simplemente el nombre del presentado anteponiendo la designación de señora, señorita o señor, según corresponda. Luego se pasará paulatinamente a la conversación. Las frases galantes a las damas que son recién presentadas, deben utilizarse con mucho tino para no caer en el ridículo. Resulta intempestivo, conforme se es presentado a una dama, decirle

24

De la» presentaciones y saludos en general

por ejemplo: "qué hermosa es Vd." Si se desea ser galante, cosa que toda mujer agradece, deberá esperarse para ello que se presente la oportunidad en el transcurso de la conversación o bien en un aparte que se haga. Cuando un caballero note que sus galanterías incomodan a una dama, debe abstenerse de hacerlo. En esa forma ganará ante aquélla en su concepto y en cambio, si insiste, se tornará molesto. No debe presentarse a ninguna persona mencionándola con su apodo, salvo casos excepcionales, tal como sería el presentar, un hermano a un grupo de personas Intimas y que por esa misma razón, pueden conocer de antemano, cuál es el apodo del pariente presentado. Los apodos aún sin tratarse de presentaciones, deben emplearse de manera que nunca perjudiquen a la persona que se nombra en esa forma. Podrán utilizarse sólo en los casos que exista mucha confianza o intimidad con la per-

26

De las presentaciones y saludos en general

sonó que se llame de esa manera y cuando la mayoría de los concurrentes se conozcan entre sí. El proceder de otra manera significa una falta de consideración y por lo tanto un desconocimiento absoluto de las más elementales reglas de urbanidad. Nunca resulta agradable para una persona, especialmente si se trata de un hombre, oirse nombrar con un apodo, pues aunque signifique una prueba de cariño de parte de los familiares y amigos, se sentirá incómodo en una reunión donde para muchos sea desconocido. Naturalmente que nos estamos refiriendo a esos apodos que pueden parecer ridículos a quiénes no están familiarizados con ellos, en razón de que no tienen intimidad con la persona a que van dirigidosLas presentaciones y formas de saludar, difieren según los lugares y circunstancias. Cuando se entra en una casa de familia debe saludarse a todos los miembros de la misma, uno por uno. Si

De las presentaciones y saludos en general

en esas circunstancias hubiera muchos invitados, el saludar uno por uno resultaría muy pesado, por lo que debe evitarse y aprovechar otra oportunidad para hacerlo. Se saludará en esos casos en forma colectiva, inclinando levemente la cabeza, con un "buenas noches", "buenas tardes", etc. Inmediatamente debe uno dirigirse a los dueños de casa para estrecharles la mano. Si en el mo-. mentó de hacerlo se cruzara una persona conocida, se la saludará primero, en forma rápida y se le pedirá permiso para ir a cumplimentar a los dueños de casa, los que deberán situarse a la entrada del salón, para atender a los invitados conforme vayan llegando. Esto lo harán hasta una hora determinada, es decir, hasta que presuman que llegaron todos; luego se confundirán con la concurrencia. Los que rinden los honores en la casa, son los padres y en ausencia de ellos, los hijos mayores o familiares más representativos.

Dt las presentaciones y saludos en general

Cuando se ha sido invitado a una casa por primera vez a solicitud de un amigo que desea presentarnos a los dueños de aquélla o a quien le hemos expresado nuestro interés en ese sentido, el amigo común debe concurrir con el nuevo invitado o estar antes que él, para hacer las presentaciones de rigor. Si el invitado es un caballero, se lo presentará primero al dueño de casa y éste lo presentará luego a su esposa si se trata de una dama, será presentada a la dueña de casa y ésta, a su vez, la presentará a su esposo. Si se trata de un matrimonio, se procederá así: I 9 : el invitado es presentado al dueño de casa; 2°: el dueño de casa lo presenta a su esposa; B9: el invitado presenta a su esposa a los dueños de casa, debiendo aquélla saludar primero a la dueña de casa y después al esposo. Se habrá notado, que en los ejemplos que hemos mencionado, los invitados son siempre presentados a los dueños de casa y no éstos a aquéllos, sin entrar a con-

28

De las presentaciones y saludos en general

siderar la posición social de ninguno de ellos. Sin embargo, si los invitados fuesen de muchísima más jerarquía que los dueños de casa, se invertirá el orden de las presentaciones. Luego de saludar a los dueños de casa, los invitados recorrerán las dependencias de la casa habilitadas para la fiesta o reunión, para ir saludando a las personas conocidas y enterarse de quiénes han asistido, pues no resulta lógico estar en una reunión o fiesta y desconocer si en la misma se hallan algún amigo o persona íntima. Al incorporarse a cualquiera de los grupos que se hayan formado, se saludará a las personas conocidas, con una inclinación de cabeza o estrechando la mano a los íntimos. Si el grupo es muy numeroso, no debe estrecharse la mano ni aún a los íntimos. Si se encontraran algunas caras desconocidas, se saludará con una inclinación de cabeza y los

De las presentaciones y saludos en general

amigos comunes harán las presentaciones de estilo. En esas oportunidades, un caballero puede dirigirse a otro, aunque no haya mediado presentación, pero no está bien que lo haga con una dama a la cual no fue presentado, salvo que note en ella, ya sea en su expresión o en su actitud, un consentimiento tácito. Luego de conversar con una persona a la cual no se fue presentado, corresponde que en el momento de separarse, ambos se presenten, ya se trate de caballeros o damas solamente, o de damas y caballeros. Quiénes se hallen incorporados a esos pequeños grupos, cuando deban retirarse para saludar a algún conocido ,etc., deberán solicitar permiso a los demás, siendo las frases usuales: "excúsenme Vds. un momento"; "con el permiso de Vds." o simplemente "con permiso". El acto de extender la mano, tan simple en apariencia, está sin embargo sujeto a ciertas formalidades.

so

De las presentaciones y saludos en general

En la época que vivimos, de verdadera lucha por lograr mejores posiciones económicas, se ha desvirtuado ese acto que siempre significó y que también ahora significa la exteriorización de un sentido afecto, que mal puede existir en tina presentación de carácter accidental, como la comercial, por ejemplo. Y es precisamente, en esas oportunidades, donde más se nota la prodigalidad con que todo el mundo extiende su mano. En efecto, es común observar a comerciantes o profesionales que extienden su mano a personas que acaban de conocer por motivo relacionados con sus actividades, con el agravante de que ni siquiera han sido presentados por un amigo común, circunstancia ésta última, que tampoco justificaría ese acto.. Es que los mueve a proceder así el afán de resultar agradables o de infundir confianza o testimoniar de esa manera la seriedad de procederes o la seguridad de que se cumplirá lo pactado.

De las presentaciones y saludos en general De las presentaciones y saludos en general

Mal sistema es ése; la seriedad de un comerciante se demuestra por su actuación comercial y la seguridad de que se cumplirá lo pactado, se logra firmando los contratos correspondientes. Déjese el apretón de manos para lo que es: para testimoniar un verdadero afecto o para expresar el deseo de cultivar la amistad de la persona que nos acaban de presentar. En las presentaciones puramente accidentales, no debe extenderse la mano. Tal sería el caso de dos amigos que viajando juntos en un vehículo de transporte colectivo, se encontraron con un caballero, amigo de uno de ellos. Los amigos que acaban de encontrarse, se estrecharán la mano, y el amigo común presentará al recién llegado al otro caballero, no correspondiendo en esta circunstancia que ninguno de los dos extienda la mano. En cambio, si uno de los caballeros que acaban de ser presentados, tuviera referencias anteriores del otro y deseo-

ra cultivar su amistad, le extenderá la mano, con lo que dará a entender que no considera la presentación que se acaba de realizar, como un simple formulismo, sino como una oportunidad que se le presenta para exteriorizar los deseos que tenía de conocerlo y de tratar con él. Si la presentación no es accidental, pues la misma se ha concertado de antemano con la anuencia de la persona a quien deseamos presentarle un amigo, en virtud de que éste nos ha expresado ese deseo, corresponde que se extienda la mano, pues el no hacerlo es un desaire que se comete con el amigo que hace la presentación y con el presentado. Las damas procederán de la misma manera que hemos indicado en los párrafos anteriores para los caballeros, siendo necesario aclarar que la prodigalidad con que éstos puedan extender su mano, es mucho más tolerable que tratándose de damas, sobre todo cuando éstas extienden su mano a caballeros. La iniciativa de extender la mano

De las presentaciones y saludos en general

parte siempre de la persona de mayor categoría, ya sea en edad o posición social. Entre dos damas tiende primero la mano la de mayor edad, salvo que la posición social de la otra sea muy superior. Entre dos damas de la misma edad, extiende la mano aquélla cuya posición social sea superior. Cuando la categoría social de las damas sea igual, y sus edades más o menos la misma, puede, una u otra, indistintamente, extender primero la mano. Entre caballeros solamente, la situación es la misma. Entre damas y caballeros, la iniciativaparte siempre de la dama, ya se trate de civiles, militares, marinos, etc., salvo el caso en que la dama sea muy joven y el caballero de mucha mayor edad, precediéndose entonces a la inversa. También extenderá la mano primero el caballero cuando se trate de un funcionario muy importante, siempre que la

34

De las presentaciones y saludos en general

posición social de la dama no sea también muy importante. Corresponda o no tender la mano, cuando una persona lo haga, la otra debe -tomarla. El proceder de otra manera constituye una grave ofensa que puede provocar enojosas situaciones. La acción de quitarse el guante al estrechar la mano, para testimoniar en esa forma la alta consideración que merece la persona que así se saluda, debe hacerse siempre que se la domine perfectamente y en forma rápida y natural, pues en caso contrario es preferible extender la mano con el guante puesto. No es común que los caballeros tengan la gentileza de quitarse el guante al saludar a otros caballeros, pero sí, al saludar a las damas, sobre todo si éstas no llevaran el guante puesto. Las damas no se quitarán los guantes para estrechar la mano, ni aún en el caso de que lo hagan los caballeros. No debe estrecharse la mano con excesiva fuerza ni con demasiada suavi-

dad; debe hacerse en forma natural, y sobre todo, con franqueza. La iniciativa de saludar quitándose el sombrero o inclinando levemente la cabeza, parte siempre del inferior, ya seo en edad o posición social. Entre dos damas saluda primero la de menor edad, salvo que la posición social de la otra sea muy inferior. Si se trata de dos damas de la misma edad, saluda primero aquella cuya posición social es inferior. Cuando la categoría social de las damas es igual y sus edades más o menos la misma, cualquiera de las dos puede saludar primero. Entre caballeros solamente, procederán de la misma manera. Tratándose de damas y caballeros, la iniciativa debe partir de la mujer. A este respecto, cabe aclarar, que no se trata precisamente de que la dama salude primero, sino más bien de que otorgue su consentimiento para que el caballe-

36

ro la salude. Bastará con que lo mire en forma sostenida o que le sonría. Aunque parezca absurdo lo que acabamos de mencionar, tiene su explicación lógica. Una dama especialmente cuando se encuentra acompañada, puede tener sus razones particulares que le induzcan a no desear que la salude determinado caballero. Las presentaciones y saludos en la vía pública, paseos, lugares al aire libre, etc., están también sujetas a ciertas reglas que es ¡necesario observar. Como son muchas las situaciones que se presentan, las expondremos con ejemplos. Dos caballeros que se encuentran en una calle determinada, se cruzan con otro caballero conocido de uno de ellos. Si los amigos se detienen a saludarse, el acompañante dará unos-pasos más y esperará a que su amigo se despida de la persona conocida o estará atento por si su compañero deseara presentarlo. No existe obligación de presentar a la persona que se cruzó en el camino, pero en

De las presentaciones y saludos en general

esos casos resulta de mal gusto hacer esperar al amigo Si la conversación se prolonga, debe presentarse a éste o bien pedirle permiso para atender a la persona que se acaba de encontrar, cuando la índole de la conversación así lo exija, pero debe tratarse de apurar la conversación o dejarla para otra oportunidad. Un caballero y una dama se encuentran paseando. Se cruza en el camino un caballero conocido de aquél- Ambos se quitarán el sombrero para saludarse partiendo la iniciativa del caballero que se encontró con la pareja. El acompañante de la dama, de ninguna manera detendrá su camino. La dama no tiene obligación de saludar, pero resulta simpático que lo haga, con una pequeña inclinación de cabeza. La misma situación anterior, pero quien se cruza en el camino es un caballero amigo de la dama. La iniciativa de saludar es de la dama. Si ésta así lo hace, el caballero acompañante saludará

De tas presentaciones y saludos en genera!

descubriéndose. Si la dama detiene la marcha para saludar al amigo, el acompañante no debe separarse de ella. La actitud a adoptar es quitarse el sombrero y esperar a que la dama haga la presentación de estilo, presentación que es de rigor. Un caballero y una dama se cruzan con otra dama amiga de aquélla. Al saludarse, entre ellas, el caballero se descubrirá. Si se detienen a saludarse, el caballero se quitará el sombrero y no se separará del grupo salvo que la dama así lo pida. No existe obligación de la dama de hacer presentaciones, pero queda mejor hacerlo. Los caballeros al saludar a otros caballeros de la misma edad, no deben necesariamente quitarse el sombrero. Pueden saludar tocándose el ala del sombrero o bien con un ademán que lleve la intención de hacerlo. Pero si un caballero debe saludar a otro de mucha más edad, debe quitarse el sombrero con todo respeto. La persona así saludada, de-

De las presentaciones y saludos en

be también quitárselo, pero si se tratara de un anciano quedará librado al criterio de éste o a su comodidad, el quitarse o no el sombrero, sin que nadie se encuentre molesto por ello. No debe olvidarse, que la edad confiere jerarquíaPero-en cambio, si el saludado es una persona de mayor posición social que el que saluda, no debe tener en cuenta que es socialmente superior para no descubrirse. Mientras más altas sean las posiciones que se ocupan, más obligaciones existen de proceder con toda corrección. Lo que podría disimularse en una persona de mediana cultura, es inadmisible en otra que la posea. Bajo ningún concepto debe el caballero dejar de descubrirse al presentar una dama a otra o a un caballero, aunque le unan a ella o a él lazos de parentesco, como sucedería con una hermana o hermano. Cuando dos o más caballeros paseen juntos y uno de ellos se quite el sombrero para saludar a alguien que pasa, to-

De las presentaciones y saludos en general

dos los demás deben hacer lo mismo, aunque no conozcan a la persona que se saluda. Cerraremos este capítulo, refiriéndonos expresamente a una inconveniencia muy generalizada entre los caballeros: "el no quitarse el sombrero cuando no saludan a una dama de la propia familia". Ya hemos dicho en otra parte de este libro, que el verdadedo caballero, es siempre tal, en cualquier lugar y circunstancia. Francamente, no se alcanza a comprender, que un novio que siempre saludó a su novia quitándose el sombrero- no lo haga cuando la misma se convirtió en su esposa. Lamentable equivocación: a la esposa, a la madre, a la hermana, se las debe saludar descubriéndose, cuando así corresponda. ¿Acaso no son damas, como las demás?

Técnica de la conversación

Técnica de la conversación

CAPITULO it TÉCNICA

DE LA CONVERSACIÓN

La personalidad y la conversación. — Quién deseo tener facilidad de palabra. — Arta da conversar. — Cultura general. — De loa temas a tratarse. — Cómo hacer para llegar a hablar correctamente. — La buena lectura. — Autores clásicos — El idioma. — Frasea incorrectas. — Ixis clásicos. — Hechos históricos. — La cosmografía. — Estudio de la lógica y la filosofía. — Ite las tertulias. — La buena dicción. — El estilo. — La naturalidad. — Palabras rebuscadas. — Los hombrea de letras. — Elección de los temas. — Lectura superficial. — En los bailes y en Ins fiestas «n general. — De los religiosos. — Las discusiones. — La ofuscación. — E) énfasis. — De los ausentes. — La buena educación. — Cómo resultar simpático. — El arte de escuchar.

Nada existe que realce tanto la personalidad como la buena conversación. El ser elegante, el poseer buenas maneras, el conocer con exactitud la forma correcta de conducirse en todas las ocasiones, son atributos que no bastan por sí solos para conferir personalidad. Es indispensable además saber conversar.

El saber conversar es todo un arte, y como tal, sólo llegan a dominarlo plenamente quienes nacieron dotados para ello. El resto, que son los más, aunque no alcancen nunca la brillantez del orador innato, pueden llegar a perfeccionar su conversación, pero será necesario que dediquen todos sus esfuerzos en lograrlo, pues el hablar bien no es imposible, pero sí difícil. La cultura general, es indispensable. Nunca será agradable la conversación de una persona carente de los conocimientos generales de las artes, las letras, la historia o la geografía. No queremos significar con esto que se deba ser erudito en todas las materias —cosa imposible para cualquier mortal— pero sí que deban conocerse, tomando la historia por ejemplo, los principales acontecimientos. Debe suponerse, que en el transcurso de la conversación, pueden ser tocados todos los temas y también que un tema determinado derive hacia otro, de modo

43

Técnica de la conversación

que el locutor, aún en el caso de haber elegido una materia de su agrado o de su especialidad, pueda verse obligado a abordar otra distinta, y mal papel hará si no la conoce o si sus conocimientos son insuficientes. Esa falla determinará, forzosamente, que su conversación resulte deslucida o bien—y esto es peor— que signifique el punto final de la misma, al encontrarse imposibilitado para continuarla. Por cultura general no debe entenderse la que proporcionan los estudios superiores, únicamente. Naturalmente que las personas familiarizadas con la práctica del estudio cotidiano, se encuentran, a veces, en mejores condiciones para formar su cultura general, que aquellos que no siguen ninguna carrera. Y decimos, a veces, porque también sucede que no sean precisamente los universitarios, los más cultos, y sí personas que no se han dedicado a ninguna especialidad, pero que hacen un culto de la buena lectura. Ahí está el secre-

Técnica de la conversación

to: los buenos libros, que están al alcance de todos, universitarios o no. No debe leerse lo primero que llegue a las manos; grave error, que sólo se traduce en tiempo perdido. Debe seleccionarse la lectura, comenzando por los autores clásicos y concluyendo con los contemporáneos. Tampoco debe leerse siempre sobre una misma materia. Aunque se de prefrencia a determinados temas, deben alternarse con otros distintos, única manera de llegar a poseer una cultura general. De lo contrario, se será muy versado en ciertos tópicos pero ignorante en los demás. No se interprete por lo que queda dicho, que deba leerse de todo. Hay materias, como las matemáticas, que sólo pueden interesar a quienes hayan profundizado en su estudio, pero en cambio, existen otros, que mencionaremos a continuación, que en términos generales interesan a todo el mundo y que es necesario conocerlas para poder alternar

45

Técnica do la conversación

en sociedad sin menoscabo de la cultura. El perfecto conocimiento del idioma, es indispensable. Por muy erudito que sea el locutor con respecto al tema que esté exponiendo, cometerá el ridículo si tiene expresiones como éstas: "la calor" "me se escurrió"; "haiga". Deliberadamente hemos extremado la nota en los ejemplos, para demostrar el mal efecto que puede causar el desconocimiento del idioma, aunque la persona que esté conversando sea muy culta respecto al tema que esté tratando. Siguiendo siempre con el idioma, es necesario también conocer literatura y haber leído, por lo menos, a los grandes clásicos. Y hablando de éstos, es imprescindible asimismo, conocer los extranjeros. Tan imperdonable es no conocer a Cervantes como a Shakespeare. Respecto a las artes, bastará con conocer a los grandes maestros de la música, la pintura y la escultura, y sus

Técnica de la conversación

principales obras, sin que sea necesario profundizar excesivamenteDe la historia es necesario estar familiarizado con los principales personajes y hechos históricos y en cuanto a la geografía preciso es conocer los p'rincipales países, su importancia y, sus capitales y principales accidentes geográficos. Lo mismo diremos en cuanto a los conocimientos de los continentes, los mares y la topografía del globo terráqueo. La cosmografía, es materia que tampoco debe dejarse de lado, al menos en sus principales aspectos. El estudio de la lógica y de la filosofía, brindan abundante material para lucirse en cualquier tertulia de modo que debe leerse con frecuencia sobre esos temas. No escapará al criterio del lector que sólo hemos querido establecer, en forma aproximada, el mínimo de conocimientos que debe poseer una persona para poder desempeñarse correctamente en el transcurso de una conversación.

Técnica de la conversación

Lógicamente, conforme los conocimientos que se posean sobrepasen ese límite, aumentará el grado de cultura. La buena dicción ayuda enormemente a que la conversación resulte grata. Debe hablarse en forma pausada y sin alzar la voz. La conversación precipitada y los gritos, terminan por cansar. No obstante, según los pasajes de la charla, queda bien el énfasis o el giro apresurado, pero no se debe abusar de esos recursos. La buena dicción se adquiere conversando a menudo y cuando ello no es posible, leyendo en voz alta y tratando de descubrir y corregir los defectos. El estilo requiere mucha prudencia para no caer en exageraciones que puedan resultar contraproducentes. Se debe hablar con naturalidad, sin utilizar palabras rebuscadas ni expresiones poco usuales, que si bien pueden denotar conocimientos, indican también, con respecto a quien las utiliza, el evidente propósito de hacerse notar.

Técnica de la conversación

Las expresiones complejas y las palabras poco usuales, quedan bien según las circunstancias. A los hombres de letras, por ejemplo, puede tolerárseles la vanidad de que se expresen en esa forma, pues en ellos es completamente normal y por ello agrada. En cambio, ese mismo lenguaje, en boca de otras personas, resulta antinatural y, por ende ridículo. Siempre el locutor debe utilizar un lenguaje accesible a sus oyentes. Es así que un profesional, en rueda de amigos, al hablarles de motivos relacionados con su profesión, no debe hacerlo en términos tan técnicos que resulten incomprensibles- Denotarán con ello mucha erudición, pero también, una falta grande del sentido de la realidad, pues la mayoría de sus oyentes no llegarán a comprenderlo. Un detalle muy importante y que por esta razón debe tenerse en cuenta, es la elección de los temas; motivos de la conversación.

Técnica de la conversación

Técnica de la conversación

Los temas, por supuesto, varían según las circunstancias y según los oyentes. Los más usuales y por lo mismo, los más convenientes, ya que a todos interesan, son los de actualidad. Por eso es necesario estar al corriente de todos los acontecimientos, tanto los de índole local como los del extranjero. Para ello: es indispensable leer cotidianamente los periódicos en forma extensa a fin de compenetrarse a fondo de lo que ocurre en el mundo y poder así sostener una conversación con conocimiento de los hechos. La lectura superficial de los acontecimientos mundiales, tienen el inconveniente de que la noticia importante escape al lector, constituyendo una desventaja, pues el contrario en la conversación puede esgrimir esa circunstancia para demostrar que a su oponente no le asiste razón, ya que no conocía ese hecho que puede hacer variar todos los argumentos invocados. Es de una lógica meridiana que pier-

60

de un cincuenta por ciento de ventaja quien en el transcurso de una discusión y a raíz de una pregunta de su adversario, conteste con frases como éstas: "No, eso no lo sabia", o bien: "No, eso no lo leí". Lo primordial, cuando se aborda cualquier tema, es tener un conocimiento profundo de la noticia o de los hechos de que se trata. En la mesa, los temas a tratar deben ser siempre agradables, cuidando especialmente el no referirse a enfermedades, accidentes, etc., que por la índole del asunto tienen que resultar necesariamente desagradables. En cambio, durante la sobremesa, la situación varía. En ese momento, pueden abordarse los temas que se deseen. En el transcurso de la sobremesa se producen las conversaciones más interesantes. Parecería que una vez satisfecho el cuerpo, el espíritu se emancipa dando rienda suelta a los recuerdos. Las narraciones en esos momentos, de acontecimientos vividos, de anécdotas, etc., ya sean pro-

51

Técnica de la conversación

pios o ajenos, constituyen temas interesantes que a todos los oyentes agradaEn los bailes y en general en cualquiera fiesta, la conversación debe referirse a asuntos no muy complejos. Deben elegirse temas alegres y triviales. Cuando en las reuniones estén presentes señoras no debe hablarse de política, salvo que éstas aborden ese tema. Respecto a los asuntos de carácter religioso, deben tratarse con mucho tino, sin herir los sentimientos de ninguno de los presentes. En general, no conviene hablar de política o de religión, cuando alguna persona del grupo profese ¡deas contrarias. Son temas, que por su índole, escapan, la mayoría de las veces, a toda lógica y razonamiento, apoyándose únicamente en profundas convicciones, y el apasionamiento con que se pretende imponer la propia tesis provoca, con frecuencia, enojosas situaciones que es necesario evitar. Fn la elección del tema, no debe per-

nica de la conversación

derse de vista que sea accesible para todos los que forman el grupo o para la mayoría de ellos. No puede resultar agradable la conversación —de negocios por ejemplo—en una reunión integrada en su mayor parte por damas. Al conversar no debe abusarse del odioso "yo". Hay personas que todo lo que cuentan les ha ocurrido a ellos mismos. Aunque esa fuese la realidad, deben variarse los hechos en forma impersonal, siempre que sea posible. Otra costumbre intolerable, es la de apropiarse de las ideas o conceptos que acaban otros de exponer en el momento- modificándolas superficialmente para que aparezcan como originales. Cuando un interlocutor quiera utilizar un concepto recién vertido en el grupo del cual forma parte, debe indicar la fuente, más o menos de esta manera: "Como acaba de expresar el Sr. N. N. pienso que . . . —El proceder de esta manera no puede interpretarse como insuficiencia, pues, debe suponerse que

Técnica de la conversación

quien sea capaz de comprender una ¡dea recién expuesta, puede también emitirla, sobre todo si al mencionarla le da otra forma o agrega otras consideraciones. Deben evitarse las discusiones acaloradas. Puede, el locutor, en ciertas ocasiones, expresarse con énfasis, pero siempre dentro de los límites tolerables. Las discusiones van cobrando violencia, sin que los adversarios, en su ofuscación, noten el mal efecto que causan entre los demás. Bastará que el más prudente, modere el tono, para que su oponente haga lo mismo. Nunca debe conversarse "saboreando" las palabras, ni dando la sensación de que se las rebusca y, menos aún, de que el locutor se escucha a sí mismo Cualquiera de estos defectos denotan pedantería, lo mismo que el aire docto o de suficiencia. La modestia es una gran virtud, que aumenta en significado, cuando quien la posee es persona de verdaderos méritos.

Técnica de la conversación

El expresarse en idiomas extranjeros, cuando la mayoría del grupo no los conoce; los apartes en voz baja y el dirigirse siempre a determinada persona o grupo de ellas, son ofensas que se infieren a los demás, pues se está significando que se las tiene a menos. Demás está decir, que no debe hacerse bajo ninguna circunstancia. Al hablar no deben exagerarse los ademanes y en las discusiones no debe emplearse la violencia al expresarse. Tratar de convencer a los demás alzando la voz, resulta de mal gusto. A nadie se convence con ademanes impropios o a gritos. El hacerlo es reconocer que las razones por uno invocadas son de poco peso. En cambio la mesura, aparte de significar una ventaja, denota en quien la posee pleno dominio de sí mismo. Las expresiones "claro", "naturalmente", "así pienso yo", etc., no deben utilizarse sino en determniados casos. Debe escucharse a quien habla y cuando ha terminado de hacerlo, recién entonces puede

Técnica de la conversación

Técnica de la conversación

asentirse si se está de acuerdo o expresar la propia tesis. No debe tratarse de exponer ideas propias que no tengan fundamento, o no sean razonadas. El querer llevar el convencimiento a los demás con expresiones como: "yo lo digo", "me van a decir a mí", "porque sí", etc., son frases huecas, que nada aclaran y convierten en pretencioso a quien las pronuncia. Tampoco en las conversaciones debe hacerse alarde de los propios conocimientos o desmerecer los de los demás. Nada más simpático en una conversación, que la persona modesta, por muy versada o culta que sea. Ya se encargarán ios concurrentes de apreciar el grado de preparación de la persona que conversa, sin que ésta tenga necesidad de hacerlo resaltar. Una costumbre muy fea y muy generalizada, es el tratar de ayudar a los demás mientras se conversa. Hay que dejar a los demás que se expresen por sí solos aunque; tengan alguna dificul-

56

tad, ya saldrán del paso y encontrarán la palabra que en ese momento no asoma a sus labios- El tratar de ayudarlos, es ponerlos en ridículo y no debe hacerse. El mencionar en las conversaciones a los ausentes en términos hirientes o despectivos, o el ocuparse de su vida privada, para denigrarlos, resulta muy bajo y de pésima educación, pues ésta, no consiste únicamente en las buenas maneras, sino también en los buenos sentimientos. Siempre resultará más simpática la persona que defiende a los ausentes que aquella que los critica, aunque la crítica sea cierta. Cuando no haya más remedio que hacerlo por el giro de la conversación, se tratará en todo io posible de disimular los defectos de los demás. Poca fe puede tenerse de la persona que se ocupa con exceso de los defectos de los demás. Lógico es presumir que hablará también de nosotros cuando no estemos presentes. Ese defecto lo apar-

Técnica de la conversación

taró de su amistades serias; nadie será su confidente y poco a poco se verá aislado de la gente de valer. Hasta ahora nos hemos referido al "arte de conversar", pero quedaría inconcluso este capítulo si en el mismo no nos ocupáramos del "arte de escuchar". Saber escuchar no es tan fácil, ¡Cuántas veces se sienten vehementes deseos de apoyar el concepto ajeno con el propio, y cuántas veces también, de discutirlo! En otras ocasiones, ante un pasaje de la conversación que no hemos entendido, quisiéramos pedir aclaraciones Nada de eso debe hacerse y es necesario frenar esos impulsos, pues las interrupciones pueden perjudicar enormemente la exposición de quien habla. Para solicitar aclaraciones y para expresar las propias ideas, debe esperarse a que el locutor termine de hablar, o bien, aprovechar las pausas que en la conversación se producen.

Técnica de la conversación

En uno de los pasajes de este capítulo dijimos "que el hablar bien no es imposible, pero sí difícil". Agregaremos, para concluir, que también es difícil que el locutor resulte grato a quienes lo escuchan, si no ajusta su conducta a las sugestiones que hemos expuesto, por muy florida que sea su exposición o por muy versado que fuera en la materia.

Corno conducirse en las confiterías

CAPITULO III COMO CONDUCIRSE EN LAS CONFITERÍAS

Cómo entrar en las confitería!. — Cuando se amigos, familiares o la novia. — Cuando laa damas concurren aolaa. — En el case de ascensor. — En los locales donde existen puertas siratorins. — Al sabir o bajar escaleras cuando na concurre con damas. — Elección de la mesa. — Maneras de localizarla. — Ademanes desacostumbrados. — De la indecisión. — Si se encontrare un grupo de personas amigas. — Cómo proceder el grupo que BC halle sentado. — Cuando concurre un matrimonio. — Al sentarle a la mesa. — Acto en que la dama ae dispone a ocupar su lugar. — Acto de acercar y retirar la Billa a laa damas. — En caso de que la dama debe abandonar la mesa. — Cuantío regrese la dama. — Loa sombreros y abrigos de! caballero. — Una vez ubicados loa concurrentes. -- Si una dama o un caballero amigo so acercara a ta mesa. — Como hacer las presentaciones. — Cómo invitar a lo» recién liegr.dos. — Del caballero Que al ver en una mesa cercana un amigo deseara saludarlo. — Permiso para cumplimentar a otras personas. — 31 el caballero ee halla acompañado de damas y deseara a-Judar a BUS amigod. — Cuma solicitar la que Cómo se sirven laa bebidas a las damas. — Acto de ofrecer a las damas los platoi. — Cómo entablar conversación. — Los temaa a tratarse. — Cómo solicitar al diractor de la orquesta una pieza determinada. — Lo correcto y lo Incurreoto. — De la mutua atención. — De las masas, sand-

Cómo conducirse en las confiterías

wiches y frutas de los copetines. — Cuando algtiii objeto cae de la mesa. — La propina a los moios. — Del «sarrillo. — La dama que fuma. Elegancia y afectación. — La personalidad. — Arreglo da la mujer mientras permanece en la mesa. — Al retirarse de la confitería. — 81 la dama insiste en quedarue.

Al entrar a las confiterías, lo harán primero las damas y a continuación los caballeros, quienes facilitarán la entrada de aquellas, sosteniendo las puertas. Las damas no deben empujar o abrir las puertas. Cuando deban tomar el ascensor, tampoco lo harán. Casi siempre existe persona! que atiende el ascensor y que se encarga de ello, pero en caso de que así no fuera, son los caballeros quienes deben hacerlo, salvo el caso en que las damas concurran solas. Los caballeros deben descubrirse dentro del ascensor y también al entrar al salón de la confitería; no deben esperar al sentarse a la mesa para hacerlo. En los locales donde existan puertas giratorias, debe introducirse una sola persona en cada una de las divisiones de que se componen aquéllas.

61

Cómo conducirse en las confiterías

Esas puertas, giran todas de izquierda a derecha, de modo que no debe cometerse la torpeza de pretender entrar por la izquierda, pues la puerta se trabará. Al subir o bajar escaleras debe cederse el lado de la derecha. No debe mostrarse indecisión en la elección de la mesa. A tal efecto no debe entrarse en forma apresurada, sino que se hará despacio, paseando al mismo tiempo la mirada por el salón. Esto permitirá que se localice la mesa deseada y una vez conseguido se encaminarán los concurrentes en forma resuelta, sin prestar demasiada atención a los demás asistentes. Los ademanes desacostumbrados, tales como tocarse o arreglarse el peinado o la ropa, denotan indecisión en las personas que entran al salón y así es efectivamente, por lo que deben abstenerse de hacerlo. Debe entrarse en forma resuelta, como si fuera en la propia

C6mo conducirse tn las confiterías

casa, sin adoptar gestos o actitudes extrañas. Si al entrar a la confitería se encontrase al pasar un grupo de gente amiga, se detendrá la marcha para saludarlos, en forma breve y luego se continuará la marcha hacia el lugar elegido. Si en cambio, el grupo de personas amigas se encontrara fuera del trayecto a recorrer, se saludará desde lejos. El grupo que se halle sentado, podrá invitar a los que [leguen, pero la invitación deberá ser colectiva y no para determinada persona. La elección de la mesa tanto podrán efectuarla los caballeros como las damas, pero por supuesto siempre se seguirá cualquier sugestión de estas últimas. Resulta poco elegante el ver que una dama elija una determinada mesa y que el caballero insista ubicarse en otro lugar. Con frecuencia es dado observar que cuando concurre un matrimonio, el esposo insiste en ubicarse donde a él le

Cómo conducirse en las confiterías

resulte más cómodo, prescindiendo del deseo de su esposa. No está demás recordar que las reglas sociales no han sido impuestas solamente para las relaciones entre desconocidos, sino también para las relaciones entre los familiares. Al sentarse a la mesa, los caballeros dejarán que las damas elijan el lugar que más les agrade. En el acto en que la dama se dispone a ocupar su lugar, el caballero retirará la silla y luego la acercará suavemente en el momento en que aquella se inclina para sentarse. En toda ocasión en que una dama abandone la mesa, los demás caballeros se pondrán de pié; igual cosa harán cuando la dama regrese y deben ponerse de pie hasta que ésta tome asiento. El caballero que está a su lado, retirará la silla cuando la dama se incorpore y, le facilitará el sentarse cuando vuelva. Los sombreros y abrigos de los caballeros, cuando no exista guardaropa,

Cómo conducirse en las confiterías

se dejarán en una silla que el mozo coloca de exprofeso junto a la mesa. En esa silla dejarán las damas sus carteras y también los abrigos, si es que prefieren quitárselos. Los caballeros deben.ayudar a las damas a quitarse o ponerse los tapados. Esta ayuda consiste en sostener el tapado por el cuello. Una vez ubicados los concurrentes, pasearán la vista por el salón para enterarse si han concurrido personas amigas. Si así fuera, saludarán desde lejos con una inclinación de cabeza. Si una dama o un caballero amigo se acerca a la mesa, los caballeros se pondrán de pié y presentarán a los recién llegados. Cuando los caballeros no los conozcan presentarán las damas. Procede que los recién llegados sean invitados a ocupar la mesa; si no aceptan, deben retirarse en tiempo prudencial, pues mientras no lo hagan los caballeros tendrán que permanecer de pié. El caballero que al ver en otra mesa 66

Cómo conducirse en laa confiterías

cercana a algún amigo deseara ir a saludarlo, puede hacerlo sjempre que pida permiso a las personas que lo acompañan, y cuando así lo haga, debe ausentarse solamente unos momentos y no hacer esperar a sus acompañantes demasiado tiempo. Y si en estas circunstancias fuera invitado a participar de la mesa de estas personas, no debe aceptar si la invitación no es extensiva también a sus amigos. Si el caballero está acompañado de damas, no debe abandonarlas para ir a saludar a conocidos, salvo que en la mesa quedara otro caballero. Los caballeros consultarán a las damas sobre lo que deseen servirse y transmitirán la orden al mozo. No procede que cada uno de los concurrentes solicite para sí lo que desea. El caballero más representativo debe hacerlo. Esta regla no se aplica cuando se trata de reuniones a las que concurren solamente caballeros. En este caso, cada uno de

Cómo conducirse en las confiterías

ellos puede pedir para sí lo que deseara servirse. Los caballeros servirán las bebidas a las damas, cuando no lo haga el mozo que atiende la mesa. También ofrecerán a las damas los platos o bandejas con las masas y sandwiches y luego se servirán ellos. Con el azúcar debe hacerse lo mismo: primero se sirven las damas y luego los caballeros. Las damas pueden servir el té si lo desean. En este caso servirán primero a las otras damas y luego a los caballeros; sirviéndose ellas al final. La conversación a entablarse puede girar alrededor del tema que se desee, pero debe tratarse que sean agradables, cuidando especialmente el no referirse a enfermedadesLas orquestas que actúan en algunas confiterías contribuyen a que reine un ambiente de alegría, que se vería disminuido si al conversar se trataran temas inapropiados. 67

Cómo conducirte en las confiterías

Cualquiera de los concurrentes puede solicitar al director de la orquesta que haga ejecutar la pieza de su agrado. A ese efecto, le hará llegar, por intermedio del mozo que atiende la mesa, una tarjeta con el nombre de aquélla. No deben los caballeros leer en las confiterías cuando se encuentren acompañados de damas. Con frecuencia es dable observar, sobre todo tratándose de matrimonios que el esposo solo se ocupa de leer su periódico. Constituye ello una incalificable grosería que se comete con la dama y realmente, si no se viera, costaría creer que existan hombres tan faltos de educación. Tampoco la dama debe leer y desatender al caballero. Ambos deben prestarse mutua atención. Resulta también de muy mal gusto el prestar atención excesiva a los concurrentes a la confitería que se encuentran en las demás mesas. Debe mirarse en forma general, como paseando la

Cómo conducirle en tac confiterías

vista sobre el salón y sin fijarse en forma ostensible sobre determinadas personas o grupos de ellas. En algunas confiterías sirven las masas y sandwiches con cubierto. Su uso resulta cómodo; sin embargo, puede prescindirse de ellos y tomar los sandwiches y las masas con las manos. No resulta incorrecto tomar los trozos de frutas que con frecuencia se sirven dentro de los copetines. Para hacerlo se utilizarán mondadientes o los pinches especiales de metal que se colocan en la mesa para ese efecto. Cuando algún objeto cae de la mesa, como ser los cubiertos, no deben los concurrentes inclinarse a recogerlos, deben solicitar la presencia del mozo, para que así lo haga. Cuando se deje la propina al mozo, se • hará sin ostentación. La mejor forma es dejarla al recoger el vuelto y sin llamar al mozo para ello. Al fumar en las confiterías no debe nunca depositarse la ceniza en los pla69

Cómo conducirse en las confiterías

tos sino en los ceniceros que hoy día se colocan en casi todas las confiterías. En caso de que no hubiera, debe solicitarse uno al mozo. Habiendo encendido ya el cigarrillo y no existiendo cenicero, es preferible dejar el fósforo sobre el mantel y no tirarlo al suelo. Lo mismo debe hacerse con todo, ya sean las envolturas de las masitas y sandwiches y hasta la del mismo azúcar; todo debe quedar en la mesa conforme se haya empleado o servido. Los caballeros, al sacar cigarrillos para fumar ellos, deben ofrecerlos primeramente a las damas que los acompañan; seguidamente les suministrarán lumbre para encenderlos y finalmente lo harán ellos. Si en la mesa hubiese únicamente caballeros, se procederá de la misma manera, es decir, se ofrecerá cigarrillos y lumbre primeramente a los demás. Las damas pueden fumar si lo desean. Esa costumbre ha ido poco a poco imponiéndose en la sociedad y ha lle-

Cómo conducirse en las confiterías

gado a generalizarse entre las damas elegantes, hasta el punto de que muchas mujeres fuman por el solo hecho de estar a tono con la moda y no por placer. Sea por una u otra causa, cuando una mujer fume, deberá hacerlo con elegancia y sobre todo con femineidad, de modo que no adoptará actitudes masculinas, tales como permanecer con el cigarrillo en la boca o arrojar el humo por la nariz. Deberá fumar cigarrillos de los denominados rubios y preferentemente de marcas destinadas exclusivamente a la mujer No debe entenderse por lo que queda dicho que el fumar realza la personalidad femenina o que le confiere mayores encantos. Hemos querido tan solo significar que en la época actual no debe ser mal vista la mujer que fume. Las costumbres que poco a poco van arraigándose en las gentes, llegan a convertirse con

Cómo conducirse en las confiterías

Cómo conducirse en las confiterías

el tiempo en leyes y lo que otrora pudiera ser o considerarse una falta es admitido en la actualidad. Sin embargo, no deben las damas olvidar que los hombres, aún si se quiere injustamente, son celosos conservadores de sus costumbres y de sus atributos masculinos, como lo es el fumar; que no los desean ver reproducidos en las mujeres y que aunque en apariencia acepten la situación por la fuerza incontrastable de las costumbres, en su fuero interno desearían que fuera de otra manera. Las damas durante su permanencia en las mesas, pueden pintarse y empolvarse, pero ambas cosas las harán con mucha discreción. El retocarse el cabello con el peine es de pésimo gusto, de modo que se abstendrán de hacerlo. Pueden en cambio arreglarse el peinado con las manos, pero también en estos casos procederán en forma que no sea llamativa. El momento de retirarse de la confi-

tería, queda librado a la sugestión que en ese sentido haga cualquiera de los concurrentes. Cuando dicho deseo sea manifestado por una dama, el caballero no debe insistir en quedarse. Si ese fuera su deseo, así se lo hará conocer a la dama, pero si ésta insiste en querer dejar el lugar, el caballero debe con • placerla. Al dejar el salón, lo harán primero las damas. Los caballeros deben cubrirse después que hayan abandonado el salón.

L

Do las comidas y banquetes en general

CAPITULO IV

DE LAS COMIDAS Y BANQUETES EN GENERAL De los almuerzos y ceños. — Protocolo. — El verdadero caballero y la perfecta dama. — El art« dos de carácter común. — Invitaciones a comidas de carácter extraordinario. — Invitación por tarjeta. — Contestación. — Impresión y redacción de las tarjetas. — Tamaños de las tarjetas. — Si la reunión e» de etiqueta o no. — Ejemplos de invitaciones a comidas. — Redacción. — Cómo se dirigen las invitaciones. — Con O ae invita a los cacados y a los solteros. — Invitación a una — Redacción. Cuando no se puede asistir. — Reducción. — De la persona a candelabros. — Colocación de las cop: .ano so ofrece la fuente a la distiutos c"metiía!js, — Cubiertos que ¡leva la fuente. — De los platos servidos d, sde el "office". — Cuando se cuenta con dos criados. — CÓMO se sirven masBj con dos cabecera). — Cómo se sir.-*n meana con una cabecera. — Si & la iziuieida de la, dj^fia de casa se ha ííntado una dama. — Como ee debe comer. — C¿mo se tomón Io< cubiertos. -- De la cuc»ar¡ta del café. — Cámn se corta U finta. — Cómo ae come la salsa, etc. — Cómo

De> las comidas y banquetes en general

Re comen los huevos. — El pencado y lc« espártanos. — Cuándo deben cambiarse los cubiertos. — Cómo se loman las copas. — Como se sirven Ins bebidna. — Atenciones con los demos. — Uso de loe mondadientes. — Temas a tratarse en U mesa. — De los brindis. — Palabrcs de agradecimiento.

Las reuniones que se realizan con motivos de almuerzos y preferentemente de cenas, constituyen la más acabada expresión de la sociabilidad, y por esa razón, tanto los dueños de caso como los invitados, deben sujetarse al protocolo establecido para esas ocasiones. Es en la mesa donde se conoce al verdadero caballero y a la perfecta dama, y es también en la mesa, donde más se nota la ausencia de esos atributos. El sentarse a la mesa con propiedad y proceder de acuerdo a las normas establecidas, no es tan complicado, como muchos suponen. Bastará que se observen las reglas que expondremos a continuación, para que cualquier persona pueda participar de esos momentos tan gratos que transcurren alrede76

De las comidas y banquetes en general

dor de una mesa bien servida, sin el temor de hacer el ridículo. Pero antes de proseguir, es necesario aclarar, que nunca llegará a dominarse el arte de proceder en la mesa, si el mismo no se practica en la propia casa. Las invitaciones a comidas de carácter común, es decir, cuando no son de gran categoría, se formulan personalmente o por teléfono, con unos cuantos días de anticipación y en oportunidad de hacerlas se inquiere si los invitados podrán o no concurrir. En cambio, a las comidas de carácter extraordinario, debe invitarse por tarjeta, con ocho días de anticipación y cuando en las mismas se ruega contestar si se asistirá o no, debe hacerse dentro de las 48 horas de recibida la invitación. Las invitaciones deben ser impresas en papel liso blanco, evitando los papeles con grumos o de la clase de hilo, siendo el más adecuado el papel opaco. 77

De las cor ildrs y banquetes en general

La impresión más perfecta es la Utográfica, es decir el texto trabajado a mano sobre plancha de piedra o de cobre. Deber; evitarse los adornos, tales corno bordes golpeados y pintados con dorado o plateado. El tamaño más adecuado de la tarjeta invitación debe ser as 9 ctms. de alto por 15 ctms. de ancho. En el ángulo inferior irquierdo debe consignarse si la reunión es de etiqueta o no, a cuyo efecto sólo bastará establecer: frac, smoking o saco, según esté dispuesto. Cuando se desee contestación a la invitación, deben colocarse las siguientes letras, también en el ángulo inferior izquierdo: R.S.V.P. (Repondez s'il vous piait) cuya traducción al castellano significa: Se ruega contestar. Le letra más elegante y la que debe emplearse para el texto, es la cursiva inglesa, delgado. Con excepción de los nombres de las 78

De las comidas y banquetes en general

personas a quiénes se invita, todo el resto del texto de la tarjeta debe ser impreso, cuidando que los nombres de quiénes invitan se destaquen, a cuyo efecto la letra puede ser un poco mayor y de rasgos más pronunciados. A continuación damos un ejemplo de invitaciones a comidas. Alfredo Rodríguez y señora, tienen el agrado de invitar al señor , a la comida que se realizará el jueves 15 de octubre, a las 21 horas. Frac. — R.S.V.PAvenida Alvear 10001 Cuando la comida se ofrece,con motivo de algún acontecimiento o en honor de determinada persona, la redacción es así: , Alfredo Rodríguez y señora, tienen el agrado de invitar al señor , a la comida que se realizará el jueves 15 de octubre, a las 21 horas en honor del señor Ricardo Arieta y.señora. Frac. — R.S.V.P. Avenida Alvear 1001

79

De las comidas y banquetes en general

En los dos ejemplos que hemos dado, en las líneas de puntos van los nombres de las personas que se invitan, por ejemplo: Juan Fernández y señora, en forma manuscrita. Las invitaciones no van firmadas y siempre invitan los esposos, nunca uno de ellos solamente, salvo que el esposo invite nada más que a caballeros o la esposa únicamente a damas. Las invitaciones son siempre dirigidas al caballero y a su esposa y es falta imperdonable excluir a cualquiera de ellos, salvo, claro está, que se trate de uncí comida para hombres o para damas, exclusivamente. A los caballeros solteros puede invitárseles sin que exista obligación de hacerlo con los padres de los mismos. En cambio, la invitación a una señorita debe hacerse extensiva a sus padres y en ausencia de éstos a la persona más representativa de la familia. Dentro de las 48 horas de recibida la invitación, debe contestarse por escrito

so

De las comidas y banquetes en señera!

si se concurrirá o no, más o menos en los siguientes términos utilizando papel tamaño esquela: Juan Fernández y señora, agradecen al señor Alfredo Rodríguez y señora, su amable invitación a la comida a realizarse el jueves 15 de octubre, a las 21 horas, a la que tendrán el honor de concurrir. Octubre 9 de 1945. Cuando no se pueda asistir, se contesta más o menos, así: Juan Fernández y señora, agradecen al señor Alfredo Rodríguez y señora, su amable invitación a la comida a realizarse el jueves 15 de octubre a las 21 horas y mucho lamentan no poder asistir por haber contraído un compromiso anterior. Octubre 9 de 1945. Debe concurrirse de 15 a 20 minutos antes de la hora fijada en la invitación. El llegar con demasiada anticipación puede resultar molesto tanto para los

De ¡as comidas y banquetes en general

invitados como para los anfitriones, ds manera que debe evitarse. Nunca debe llegarse tarde a una comida, salvo por causa de fuerza mayor r.\ hacerlo, se traduce en innumerables perjuicios para los dueños de casa que l'.an dispuesto todo para una hora de* terminada. Si se ven obligados a espe:ar a los comensales, la comida puede sufrir perjuicios que la desluzcan. Si por el contrario se ven obligados a sentarse a la mesa por que la hora fijada ha transcurrido en exceso, el invitado que llega tarde se sentirá molesto al ver los inconvenientes que ocasiona. Sólo se justifica el llegar tarde por razones muy poderosas. En este caso se pedirán excusas a los comensales y se invocarán las causas que justifiquen la tardanza. Si estos motivos son razonables, ni los dueños de casa ni los invitados se sentirán molestos. Cuando uno de los invitados llegase tarde y los demás se hallen sentados a la mesa, no saludará a uno por uno. El

De las comidas y banquetes en general

saludo deberá ser colectivo y sólo personal para los dueños de casa. La expresión "buen provecho" ha caído en desuso, de modo que no debe ser utilizada. En los grandes banquetes, los homenajeados son los últimos en llegar, debido a que siempre se producen demoras por el gran número de concurrentes, y en esas circunstancias, sería ridículo que los invitados de honor tuvieran que esperar a los demás. Los anfitriones reciben a los invitados en el hall o vestíbulo, cerca de la entrada principal. Es obligación primordial, conforme se llega a la casa, saludar a los anfitriones y cuando concurra un invitado que hasta ese momento no fue presentado a aquellos, debe buscarse la oportunidad para que así lo haga, un amigo común. Este acto de saludar no debe dilatarse y cuando al pretender hacerlo se interponga en el camino algún conocido y 83

De las comidas y banquetes en general

entable conversación, debe por supuesto atendérsele, pero enseguida se pedirá permiso para ir a cumplimentar a los dueños de casa. Conforme los invitados saluden a los dueños de casa deben dirigirse al lugar donde se encuentre el resto de los invitados y tratarán de no quedarse aislados. Bastará con que busquen alguna persona amiga la que se encargará de presentarlos al grupo del cual está formando parte. En esta forma alternarán con los demás hasta que llegue el momento de pasar al comedorResulta muy agradable y contribuye a alegrar los ánimos, el que se sirva copetines un rato antes de comenzar la cena. El copetín se ofrece en la sala, hall o living. Cuando no existan esas dependencias, puede servirse en el comedor, pero antes de sentarse a la mesa. A la hora establecida de antemano para la iniciación de la comida y que los anfitriones pueden prolongar hasta

De las comidas y banquetee en general

15 minutos en espera de algún invitado que no concurrió a tiempo, el dueño de casa ofrece su brazo a la dama más representativa o a la esposa del homenajeado, y se dirige con ella al comedor. El resto de los invitados, en parejas o en pequeños grupos, harán lo mismo y en último termino pasará la dueña de casa tomada del brazo del caballero más calificado o del homenajeado. También puede la dueña de casa con el caballero más representativo o con el homenajeado, según el caso, entrar a continuación del esposo y de la dpma a quién éste ofreció su brazo. El resto de los caballeros, antes de pasar al comedor deben ofrecer su brazo o simplemente invitar a trasladarse al comedor a las damas que deben acompañar. En los banquetes, la entrada y salida del comedor la incia la persona que ocupa el lugar de honor con la dama que le fue asignada como compañera. En general, el primer lugar en una SIS

D« las comidas y banquetes en general

mesa, cualquiera sea la disposición del salón comedor, es aquel que se halla frente a la puerta principal de entrada, se encuentre ésta en el centro o a un costado del salón. Dicho lugar es ocupado por la dueña de casa. El esposo se sienta en el lugar opuesto. El caballero más representativo o el homenajeado cuando lo hubiera se ubica a la derecha del dueño de casa. El caballero que siga en importancia se sienta a la izquierda de la dueña de casa. Las esposas de los caballeros sentados a la derecha e izquierda de la dueña de casa., se ubican a la derecha e izquierda, respectivamente, del dueño de casa. No concurriendo las esposas, ocupan dichos lugares las damas más representativas, teniendo en cuenta que es más importante el lugar de la derecha que el de la izquierda. El resto de los asientos los ocuparán

De las comidas y banquetes en señera!

los demás comensales según su posición social, alternando las damas con los caballeros y teniendo presente quilos lugares pierden importancia conforme se alejan de los sitios ocupado-i por los dueños de casa. En el esquema que se inserta a continuación se expone un caso prácticoK

UPI; REFERENCIAS: C: Cebolleros D: Damas H: Homenajeado

Entrada

Salón Comedor 1 2 3 4 5 G

• 6 II. C. D. H.

Uaer.a de casa Dueño de caaa Uniripnajoado o caballero mis representativo Caballero vue íijrne en importancia Espesa de '•! H o dama más representativa Eípu;a de 1 C o dama que siffuc en importancia a 5 D

87

Oo tas comidas y banquetes en general

8 D. Esposa ¿o 10 C o dnmu fine sigue «n, importancia o 7 D 8 C. Caballero que sisuc en importancia a 4 C 10 C. Caballero que sisue en importancia a 9 C

En caso de que concurra a la comida una persona de muchísima mayor jerarquía que la persona homenajeada, aquella ocupará-la derecha y ésta la izquierda, de los dueños de casa. Los hijos de los dueños de casa, ocupan los lugares de mayor importancia, no así los padres de éstos, a quienes corresponden los lugares de honor, de modo que la suegra y suegro, se sentarán, respectivamente, a la derecha e izquierda de sus hijos políticos. Cuando la mesa es presidida por uno sólo de los dueños de casa, los sitios de honor son a su derecha e izquierda, respectivamente siendo más importante el de la derecha. No siendo redonda la mesa, el anfitrión se ubicará en el centro de la parte más larga de la misma, aunque ese lugar no quede al frente de la entrada principal. De esta manera se consigue que quede desocupado el lugar situado frente al anfitrión,

De las comidas y banquetes en general

sin que pierda unidad la distribución de los comensales, cosa que no sucedería si el dueño o dueña de casa se sitúa frente a una.de las cabeceras de la. mesa pues, quedaría desocupada la otra, por lo que resultaría desagradable. Como son muchas las situaciones que pueden presentarse, las expondremos con ejemplos gráficos. Ejemplo N° 1 CUANDO LA COMIDA ES EN HONOR DE DETERMINADA PERSONA Y NO SE POSEE MESA REDONDA

REFERENCIAS;

Entrado

C: Caballeros D: Domos H: Homenajeado „.

í >j

>

3"

8

i—i n m

,

]"

~j 28

•[



i—i i—i

MESA

"C »[

MODELO 4 3 4

"C

„[

-i

JM

"L

n

1

MESA

-C

,.[

MESA

l_J 1—I I—1 14

10

6

3* 3" 3"

9 1—I I—1 1—1

;

Los caballeros invitarán a sentarse a damas retirando las sillas corresF ondientes al lugar que aquellas tengan C ¡esignadas. En el acto de sentarse la dama emf>ujarán suavemente la silla para que

1as

106

Do lia comidas y banquetes en genjral

aquélla no tenga necesidad de asirla. La iniciativa de sentarse corresponde a los anfitriones y homenajeados; inmediatamente lo harán los demás. La posición a adoptarse en la silla, no debe ser rígida; no obstante, debe mantenerse erguido el busto. Al utilizar los cubiertos deben mantenerse los brazos, dentro de lo posible, pegados al cuerpo, de modo que los movimientos se efectúen con las monos y los antebrazos, únicamente. Las manos deten estar siempre visibles sobre la mesa y nunca sobre las piernas o falda. La mesa conviene que esté tendida antes de que comiencen a llegar los invitados. En esa forma, la dueña de casa puede así observar si están cumplidos todos los detalles, cosa que no podría hacer con comodidad si se hallaran presentes los asistentes a la comida, pues tendría que desatenderlos. El servicio . X&¿¿¿ ét¿¿ev¿zla. o¿¿L¿n ¿e. AtirniÁetas At&ymemalaÁ.J U N I N 13OO

3f'fí>-4S

252

Los deudos, dentro de los 15 días subsiguientes a la fecha del fallecimien-

253

Las tarjetas de visita

Las tarjetas de visita

to.. deben contestar los pésames recibidos, en tarjetas impresas como indica el siguiente ejemplo: EJEMPLO DE TARJETA DE AGRADECIMIENTO

LA FAMILIA D« GUILLERMO

FERNANDEZ

sámente a las relaciones con el propósito de comunicarles el viaje, en cuyo caso no se enviará tarjeta. La comunicación debe realizarse con tarjetas donde conste el nombre de ambos cónyuges, salvo que el esposo anuncie el viaje a un amigo que no frecuente su casa, en cuyo caso, le enviará su tarjeta personal. Debajo del nombre o nombres, se gún el caso, se indicará, en forma manuscrita: "Se despiden", o bien: "Se ausentan". Ejemplo: EJEMPLO DE TARJETA DE DESPEDIDA

Estas tarjetas no llevan domicilio y la leyenda "Muy agradecida" debe estar también impresa. Con motivo de los viajes al extranjero y sobre todo cuando se permanecerá ausente del país un largo tiempo, corresponde enviar tarjetas de despedida, siempre que no se haya visitado expre-

254

CERRITO 3 e o

Procede, que a su vez, que quien reci-

265

Las tarjetas cíe visita

Las tarjetas de visita

be la tarjeta, la conteste con un breve mensaje, como por ejemplo:

consignará el nuevo domicilio y el día de recibo, en la siguiente forma: EJEMPLO DE TARJETA CONSIGNANDO EL DÍA DE RECIBO

EJEMPLO DE RESPUESTA A TARJETA DE DESPEDIDA

¿seattict a* wu 5Í&. AJ íí ¿HAZA, TnMcíubi 1

Sitcum •mtf-

cU.

Al regreso, debe enviarse tarjeta a las personas que se les había anunciado el viaje y siempre que no se las visite personalmente. El esposo enviará su tarjeta personal, en la que deberá constar el nuevo domicilio, a los amigos que nunca han frecuentado su casa. En los demás casos procede enviar tarjeta con el nombre de ambos cónyuges, en la que se

25S

La frase "2do. jueves" significa que los días de recibo son el segundo jueves de cada mes. Por supuesto que puede establecerse cualquier día para recibo de las visitas, inclusive los de fiesta y domingos. Si en la tarjeta se hubiera consignado únicamente "jueves" significaría que los días de recibo son los jueves de todas las semanas.

257

Las tarjetas de visita

Las tarjetas de visita

En lugar de la tarjeta cuyo modelo hemos ¡lustrado precedentemente, puede enviarse en el mismo sobre la tarjeta personal del esposo con la indicación del domicilio y la tarjeta personal de la esposa con el día de recibo.

EJEMPLO DE TARJETA PARTICIPANDO NACIMIENTO

]gí

-MARÍA TERESA

En oportunidad del nacimiento de un hijo, puede enviarse a las relaciones, una participación del grato acontecimiento. En la actualidad se estila enviar una participación, en forma de librito, de 5 cm. de ancho, por 9 cm. de largo, compuesta de tapa, contratapa y una hoja en el centro ,sujetadas con un lazo de seda. En el centro de la tapa, se consigna el nombre de pila del recién nacido, y en el ángulo inferior de la derecha el día del nacimiento, sin precisar el año, así:

258

SO d« AQOBIO

En la hoja de! centro, se consignará lo siguiente:

o Ricardo luán Saravía Angela Milano de Saravla partlcipaa a Vd. «1 nacimlanio de «u hltüa

0

269

Las tarjetas de visita

Las tarjetas de visita

Como puede observarse, ambos cónyuges participan el nacimiento. La contratapa del librito participación, o sea la hoja número 3, va en blanco. Si no se frecuenta la casa de los padres del recién nacido, corresponde acusar recibo de la participación, más o menos en los siguientes términos:

& 9hto i?n¿£>& ¡z¿¿c. a£ ¿fa. ^¿G&Ad&Jtt&rZ' ¿¿&%¿Uw2sj£~

que hayamos leído en un diario o revista y que enviemos a determinado amigo por creer que pueda interesarle. En esos casos ,se adjunta la tarjeta sin ninguna leyenda, pues su fin es simplemente el de indicar quien remite. Los regalos, cuando no se entregan personalmente, deben ir acompañados de tarjeta. En esas ocasiones, pueden consignarse breves leyendas en las mismas, más o menos como la que mencionamos a continuación, para el caso de un obsequio realizado con motivo de un cumpleaños.

S&ñ&t&s >V -CÍd .£¿£¿£¿¿3S Jl&ts £¿'K&£¿