El Capitalismo Burocratico en Las Obras de Mao

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Ediciones Bandera Roja

Citas sobre el Capitalismo Burocrático en las obras de Mao Tsetung (Estudio)

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PRESENTACIÓN La polémica acerca del capitalismo burocrático en el Perú, y en otros países del Tercer Mundo, está otra vez en la orden del día. En agosto de 2012, el renegado y traidor Abimael Guzmán, otrora Presidente Gonzalo, difundió a través de su camarilla revisionista, sin argumentar ni demostrar, la tesis de que, “después de 20 años el Perú ha devenido capitalista dependiente del imperialismo con rezagos semifeudales en ideas, usos y costumbres”; y añadió, sin vergüenza alguna, que “en este momento el Perú es una de las mejores economías de América Latina como indica la CEPAL; tiene un importante crecimiento sostenido de 6% hace como 11 años. Pero la cuestión es qué tipo de crecimiento es, para nosotros es capitalista, es decir, basado en la plusvalía que exprime a la clase como limón y despoja al campesinado generando gran propiedad capitalista con inmensas concentraciones de tierra para traficar con el hambre mundial en marcha, esquilmando además nuestros recursos naturales, dañando el medio ambiente y mellando la soberanía nacional.” Gran argumento que, inmediatamente después de ser encarcelado, retoma y actualiza alegremente las viejas tesis esgrimidas por Rodrigo Montoya, y otros de su especie, que en los años 70 fue duramente combatido por el actual defensor de la misma sandez. Y, con contumacia y más desparpajo, repite la baratura propalada por las estadísticas gubernamentales de que más del 70% de la población peruana es lo que ellos denominan “urbano”. En la estadística oficial se usa una variedad de parámetros que, avalada y propalada por los abanderados del revisionismo del Siglo XXI, caracterizarían lo urbano; el parámetro más difundido, pero no por ello menos absurdo y mediocre, es aquel que define un centro poblado urbano como aquel lugar que tiene como mínimo un conjunto de 100 viviendas particulares, agrupadas contiguamente, formando manzanas, calles, plazas o parques; además, se consideran como centros poblados urbanos a todas las capitales distritales aún cuando no reúnan la condición que se acaba de mencionar. Es esto lo que convierte en urbano cualquier rincón andino. Por eso es que, según estas sabias estadísticas, nuestro país tiene sólo un 24% de población que vive en el área rural. En base a esa estadística de escritorio, se lee, por ejemplo, que en Antabamba el 70%

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de la población es urbana, pero al mismo tiempo se da la información de que el 95% de esa población, catalogada como urbana, cocina con leña o con excremento vacuno o caballar y la ocupación principal de más del 80% de esa población es la agricultura. Así, lo pomposamente denominado urbano en los Andes y en todo el territorio nacional no refleja la fuerza de desarrollo y progreso que imprimieron las ciudades con su aparición en la escena histórica. En nuestro caso, en los Andes, lo llamado urbano no es más que una expresión de sobrevivencia de lo caduco, de la evolución de la subyacente estructura económica que sigue dominando el campo en beneficio de terratenientes de viejo y nuevo cuño y de campesinos ricos de viejo y nuevo tipo; y en las grandes ciudades, incluyendo Lima, lo urbano está oscurecido no sólo por la economía informal sino por la mentalidad parasitaria y rentista de las clases explotadoras y opresoras. Los negacionistas del capitalismo burocrático y la semifeudalidad no presentan ni difunden la documentación (si es que la tienen) que sustente sus afirmaciones, se quedan en la afirmación. Sin embargo, su actuación práctica ya los pinta de cuerpo entero como revisionista, como una recua de renegados y traidores que tratan de esconder su latrocinio tras el oropel inútil de una “verdadera amnistía general que sirva a una reconciliación sin vencedores ni vencidos, sin venganzas, persecuciones y restricciones personales contra nadie”; de una “democratización de la sociedad peruana”... “donde haya campo para el desarrollo de la producción nacional”... “y trabajo para el pueblo”... Nos preguntamos: El llamado milagro peruano, que tanto entusiasma a estos señores, ¿ha suprimido las desigualdades y la pobreza? ¿Ha resuelto el problema del agro, el problema de la tierra, el problema campesino? Evidentemente que no, por el contrario, se ha acentuado. Con la traición del renegado Guzmán al marxismo-leninismo-maoísmo, pensamiento gonzalo, al Partido, a la guerra popular, al Ejército Guerrillero Popular, a las Bases de Apoyo, al proletariado, al campesinado y al pueblo en general, se ha restablecido lo poco que el nuevo Poder logró quebrar y barrer de la semifeudalidad en los Andes; permitiendo así, la mayor penetración del capitalismo burocrático en el campo. Bastaría recordarle a Guzmán y a su recua revisionista lo que él mismo dijo en su momento, pero iremos más allá y demostraremos, a través del estudio de una recopilación de escritos sobre el capitalismo burocrático a lo largo de las obras de Mao Tsetung y los documentos del Partido Comunista del Perú*, la validez de esta tesis

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y su crucial importancia para el desarrollo de la revolución en países semifeudales y semicoloniales como el nuestro.

Señor Guzmán y secuaces, recuerden esto:

En La problemática nacional (1974), usted explicó: “Estos problemas del carácter de la sociedad y de la revolución son de vital importancia, pues adherimos firmemente a la posición de que, en el país, o el proletariado con su Partido conduce el movimiento o no hay revolución democrático-nacional, no seremos engañados, directa o indirectamente serviremos a los enemigos de la clase. Para concluir este tema señalamos que hay otras tesis contrarias a las expuestas, destacando que la tesis de que la sociedad peruana es capitalista es hoy la más peligrosa. Si el país es capitalista; y si la revolución es socialista; el proletariado y no el campesinado sería la fuerza principal. Esta tesis cambia a fondo el importantísimo problema del camino de la revolución; como viéramos hay dos caminos: 1) el de la revolución de Octubre que es de la ciudad al campo y lo siguen los países capitalistas a través de una revolución socialista; camino que siguió la vieja Rusia o que hoy tendría que seguir Francia, por ejemplo y 2) el camino de la revolución china, que es del campo a la ciudad y siguen los países semifeudales y semicoloniales o coloniales mediante una revolución democrático-nacional, camino que hoy sigue Vietnam, entre otros. Por tanto, que el país sea semifeudal o capitalista, no es simple discusión bizantina, pues si se yerra en el carácter de la sociedad se yerra en el camino de la revolución y, en consecuencia, ésta no triunfará. La tesis del carácter capitalista de la sociedad peruana ha sido y es sostenida por el trotskismo y posiciones cercanas a él, sin embargo tal tipificación comienza a ser sostenida por el revisionismo para profundizar más su entreguismo al régimen.”

Y en El problema campesino y la Revolución (1976): “Mariátegui resume así cientos de años de lucha campesina y también la necesidad de canalizar esta aspiración campesina de «tierra para quien la trabaja», pues sólo con el proletariado organizando a los campesinos la lucha por la tierra tendrá un buen fin. La entrega de la tierra al campesinado luego de aplastar a la clase terrateniente y a su Estado, permitirá borrar para siempre la ser-

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vidumbre emancipando así al campesinado de las relaciones agrarias feudales. Con el camino campesino en la agricultura se abre la perspectiva de un desarrollo capitalista en las mejores condiciones posibles para el campesinado. Es en la segunda etapa de la revolución, la etapa socialista, en que estas relaciones capitalistas son limitadas y restringidas para dar paso a la colectivización del campo. Así como parte del camino democrático, los campesinos exigen una reforma agraria que liquide la feudalidad; esta reforma significa: - Destrucción del latifundio, su reparto a los campesinos. - Confiscación o «expropiación sin indemnización». - Ejecución por la fuerza, por la guerra campesina, por el poder popular.” Los revisionistas modernos, con Guzmán a la cabeza, declaran “anticuada” la doctrina que alguna vez enarbolaron y, abjurando de las concepciones fundamentales del marxismo, aplican una política que, de hecho, significa una renuncia a la lucha de clases. Dejemos que sigan hundiéndose en el pantano del envilecimiento filosófico ajustando sus “actuales criterios” al sistema económico y social de explotación imperante.

¡La clase y el pueblo persisten en la brega! Ediciones Bandera Roja

noviembre de 2018

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El escrito en mención fue concluido y publicado para su estudio en noviembre de 2011. Salvo pequeñas modificaciones y correcciones se respeta el original.

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Citas sobre el Capitalismo Burocrático en las obras de Mao Tsetung (Partir del análisis de clases centrando en el papel de la burguesía)

TOMO I En Análisis de las clases de la sociedad china[*] (marzo 1926)

En las páginas 9-10, se lee: ¿Cuál es la situación de cada una de las clases de la sociedad china? La clase terrateniente y la burguesía compradora[1]. En China, país semicolonial y económicamente atrasado, la clase terrateniente y la burguesía compradora son verdaderos apéndices de la burguesía internacional, y su existencia y desarrollo dependen del imperialismo. Estas clases representan las relaciones de producción más atrasadas y reaccionarias de China e impiden el desarrollo de las fuerzas productivas del país. Su existencia es absolutamente incompatible con los objetivos de la revolución china. En particular, la clase de los grandes terratenientes y la gran burguesía compradora se coloca siempre del lado del imperialismo y constituyen un grupo extremadamente contrarrevolucionario. Sus representantes políticos son los estatistas[2] y el ala derecha del Kuomintang. En la llamada [1], se lee: Después de la invasión del imperialismo a China, los capitalistas extranjeros empleaban agentes chinos para llevar a cabo su agresión económica. A estos agentes se les llamaba “compradores”. La burguesía compradora, integrada por estos elementos, era mantenida por los capitalistas de los países imperialistas, servía directamente a sus intereses y estaba unida por mil vínculos a las fuerzas feudales del país. En las páginas 15-16

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De todo lo anterior se desprende que son nuestros enemigos todos aquellos que están confabulados con el imperialismo: los caudillos militares, los burócratas, la burguesía compradora, la clase de los grandes terratenientes y el sector reaccionario de la intelectualidad subordinado a todos ellos. __________

[*] Artículo escrito por el camarada Mao Tsetung para combatir dos tendencias existentes entonces en el Partido. La primera, representada por Chen Tu-siu, sólo se interesaba en la cooperación con el Kuomintang y olvidaba al campesinado; era oportunismo de derecha. La segunda, representada por Chang Kuo-tao, sólo prestaba atención al movimiento obrero e igualmente olvidaba al campesinado; era oportunismo de “izquierda”. Ambas corrientes oportunistas sentían que las fuerzas de la revolución eran insuficientes, pero ninguna sabía dónde buscar refuerzos, dónde ganar aliados en gran número. El camarada Mao Tsetung señaló que el campesinado era el aliado más leal y numeroso del proletariado chino, y resolvió así el problema de quién en el principal aliado en la revolución china. Además, señaló que la burguesía nacional era una clase vacilante y previó que, con el ascenso de la revolución, se produciría una división en ella y que su ala derecha se pasaría al lado del imperialismo. Esto fue confirmado por los acontecimientos de 1927.

En ¿Por qué puede existir el poder rojo en china? (5 de octubre de 1928)

En la página 63, se lee: El actual régimen de los nuevos caudillos militares del Kuomintang sigue siendo el de la burguesía compradora en la ciudad y de la clase de los déspotas locales y shenshí malvados en el campo; es un régimen que, en lo externo, capitula ante el imperialismo y, en lo interno, habiendo sustituido a los antiguos caudillos militares por otros nuevos, somete a la clase obrera y al campesinado a una explotación económica y a una opresión política aún más despiadadas que antes. La revolución democrático-burguesa, que comenzó en la provincia de Kuangtung, se encontraba sólo a medio camino cuando la burguesía compradora y la clase de los déspotas locales y shenshí malvados usurparon su dirección y la desviaron de inmediato por el camino de la contrarrevolución. Los obreros, campesinos y demás gente sencilla de todo el país, e incluso la burguesía[1], siguen bajo la dominación contrarrevolucionaria sin haber obtenido ni la más mínima emancipación política ni económica. En la llamada [1], se lee: El camarada Mao Tsetung se refiere aquí a la burguesía nacional. Para una explicación detallada de la diferencia entre la burguesía nacional y la gran burguesía compradora, véanse sus obras “Sobre la táctica de la lucha contra el imperialismo japonés” (diciembre de 1935), en el presente tomo, y “La revolución china y el Partido Comunista de China” (diciembre de 1939), Obras Escogi-

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das de Mao Tsetung, t. II.

En Una sola chispa puede incendiar la pradera (5 de enero de 1930)

En la página 129, se lee: La agresión comercial de los países imperialistas, la explotación por parte del capital mercantil chino, el aumento de los impuestos por el gobierno, etc., traen consigo una profundización aún mayor de la contradicción entre la clase terrateniente y el campesinado, es decir, se agrava la explotación por medio del arriendo de la tierra y la usura, y crece el odio de los campesinos hacia los terratenientes. A causa de la presión de las mercancías extranjeras, del agotamiento de la capacidad adquisitiva de las grandes masas de obreros y campesinos y del aumento de los impuestos por el gobierno, los comerciantes en productos nacionales y los productores independientes se ven empujados cada vez más a la quiebra. En la página 136 En primer lugar, la economía de Chiangsí es principalmente feudal, la fuerza de la burguesía comercial es relativamente débil, y las fuerzas armadas de los terratenientes son más débiles que en ninguna otra provincia del Sur.

En Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria de china (Diciembre de 1936)

En la página 207, se lee: La Guerra Revolucionaria Agraria, que se prolonga desde 1927 hasta ahora, se desarrolla bajo nuevas condiciones. En esta Guerra, el enemigo no es sólo el imperialismo, sino también la alianza de la gran burguesía y los grandes terratenientes. La burguesía nacional se ha convertido en un apéndice de la gran burguesía. Esta Guerra Revolucionaria la dirige sólo el Partido Comunista, que ya tiene establecida su hegemonía absoluta en ella. Esta hegemonía absoluta del Partido Comunista es la condición más importante para conducir firmemente y hasta el fin la guerra revolucionaria. Sin esta hegemonía absoluta del Partido Comunista, sería inconcebible que la

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guerra revolucionaria pudiera hacerse con tal perseverancia. En las páginas 211-212 El desarrollo político y económico de China es desigual. Una débil economía capitalista coexiste con una economía semifeudal preponderante; un pequeño número de ciudades industriales y comerciales modernas coexisten con extensas zonas rurales estancadas; varios millones de obreros industriales coexisten con varios cientos de millones de campesinos y artesanos que viven bajo el yugo del viejo sistema; los grandes caudillos militares que controlan el gobierno central coexisten con los pequeños caudillos militares que dominan las provincias; existen simultáneamente dos tipos de tropas reaccionarias, el llamado Ejército Central bajo el mando de Chiang Kai-shek y las tropas “heterogéneas” al mando de los caudillos militares de las provincias; junto a unas pocas vías férreas, líneas de navegación y carreteras, existen un gran número de caminos para carretillas y de senderos, muchos de los cuales son difícilmente transitables incluso a pie.

En Sobre la contradicción (agosto 1937)

En las páginas 336-337, se lee: ¿Excluye la dialéctica materialista las causas externas? No. La dialéctica materialista considera que las causas externas constituyen la condición del cambio, y las causas internas, su base, y que aquéllas actúan a través de éstas. A una temperatura adecuada, un huevo se transforma en pollo, pero ninguna temperatura puede transformar una piedra en pollo, porque sus bases son diferentes. Existe constante influencia mutua entre los pueblos de los diferentes países. En la época del capitalismo, especialmente en la época del imperialismo y de la revolución proletaria, son extremadamente grandes la influencia mutua y la interacción entre los diversos países en los terrenos político, económico y cultural. La Revolución Socialista de Octubre inauguró una nueva era no sólo en la historia de Rusia, sino también en la historia mundial. Ha ejercido influencia en los cambios internos de los demás países del mundo y también, con especial profundidad, en los cambios internos de China. En la página 348 Por ejemplo, cuando el capitalismo de la época de la libre competencia se desarrolló y convirtió en imperialismo, no cambió ni

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la naturaleza de las dos clases radicalmente contradictorias, el proletariado y la burguesía, ni tampoco la esencia capitalista de la sociedad; pero se agudizó la contradicción entre estas dos clases, surgió la contradicción entre el capital monopolista y el no monopolista, se agudizó la contradicción entre las metrópolis y las colonias, y se manifestaron con especial intensidad las contradicciones entre los distintos países capitalistas, originadas en la desigualdad de su desarrollo; así surgió una fase especial del capitalismo: el imperialismo. El leninismo es el marxismo de la era del imperialismo y de la revolución proletaria precisamente porque Lenin y Stalin han explicado correctamente estas contradicciones y han formulado la teoría y las tácticas correctas de la revolución proletaria para resolverlas. En las páginas 351-352 Dado que la variedad de las cosas es inconmensurable y su desarrollo no tiene límites, lo que es universal en un contexto determinado se hace particular en otro contexto, y viceversa. La contradicción, inherente al sistema capitalista, entre el carácter social de la producción y la propiedad privada de los medios de producción, es común a todos los países donde existe y se desarrolla el capitalismo, y, por tanto, es universal con respecto a éste. Sin embargo, la contradicción propia del capitalismo corresponde sólo a una determinada etapa histórica en el desarrollo de la sociedad de clases en general, y, por consiguiente, tiene carácter particular respecto a la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción dentro de la sociedad de clases en general. Ahora bien, al disecar la particularidad de las contradicciones arriba mencionadas de la sociedad capitalista, Marx elucidó en forma aún más profunda, exhaustiva y completa el carácter universal de la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción dentro de la sociedad de clases en general. Lo particular y lo universal están unidos, y no solamente la particularidad sino también la universalidad de la contradicción son inherentes a toda cosa: la universalidad reside en la particularidad; por eso, al estudiar una cosa determinada, debemos tratar de descubrir estos dos lados y su interconexión, lo particular y lo universal dentro de la cosa misma y su interconexión, y de descubrir las interconexiones entre dicha cosa y las numerosas cosas exteriores a ella. Stalin, al explicar las raíces históricas del leninismo en su famosa obra “Los fundamentos del leninismo”, analizó la situación internacional en que nació el leninismo, analizó las distintas contradicciones del capitalismo, llegadas a su grado extremo bajo las condiciones del imperialismo, y mostró cómo ellas hicieron de la revolución proletaria una cuestión práctica inmediata y crearon condiciones favorables

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para el asalto directo al capitalismo. Además, analizó por qué Rusia fue la patria del leninismo, por qué la Rusia zarista constituía el punto de convergencia de todas las contradicciones del imperialismo y por qué el proletariado ruso se convirtió en la vanguardia del proletariado revolucionario internacional. De esta manera, Stalin analizó lo universal de las contradicciones del imperialismo, demostrando que el leninismo es el marxismo de la época del imperialismo y de la revolución proletaria, y, al mismo tiempo, analizó lo que de particular tenían estas contradicciones generales en el caso del imperialismo de la Rusia zarista, explicando por qué Rusia llegó a ser la cuna de la teoría y las tácticas de la revolución proletaria y cómo dicha particularidad encerraba la universalidad de la contradicción. Este análisis de Stalin nos ofrece un modelo para comprender la particularidad y la universalidad de la contradicción y su interconexión. En las páginas 356-357 El capitalismo, que en la vieja época feudal ocupa una posición subordinada, pasa a ser la fuerza predominante en la sociedad capitalista y, con ello, la naturaleza de la sociedad se convierte de feudal en capitalista. Las fuerzas feudales pasan de su antigua posición dominante a una posición subordinada en la nueva era capitalista, y se acercan paulatinamente a su desaparición. Así sucedió, por ejemplo, en Inglaterra y Francia. A medida que se desarrollan las fuerzas productivas, la burguesía se transforma de clase nueva, que juega un papel progresista, en clase vieja, que juega un papel reaccionario, y finalmente es derrocada por el proletariado, pasando a ser una clase despojada de sus medios privados de producción y del Poder; entonces también se aproxima de manera gradual a su desaparición. El proletariado, muy superior en número a la burguesía y que crece simultáneamente con ésta, pero bajo su dominación, es una fuerza nueva que, dependiente de la burguesía en un comienzo, se robustece poco a poco, llega a ser una clase independiente y que desempeña el papel dirigente en la historia, y finalmente toma el Poder convirtiéndose en la clase dominante. Entonces la sociedad cambia de naturaleza: la vieja sociedad capitalista se transforma en la nueva sociedad socialista. Este es el camino recorrido ya por la Unión Soviética y que seguirán forzosamente todos los demás países. [A partir de la página 357 Ver desde: Veamos el caso de China. El imperialismo ocupa...] En la página 368 En lo económico, la contradicción entre la ciudad y el campo es extremadamente antagónica tanto en la sociedad capitalista (don-

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de la ciudad dominada por la burguesía saquea implacablemente al campo) como en las zonas controladas por el Kuomintang en China (donde la ciudad dominada por el imperialismo extranjero y la gran burguesía compradora china saquea al campo con extremada ferocidad). Pero en un país socialista y en nuestras bases de apoyo revolucionarias, esta contradicción antagónica se ha transformado en no antagónica, y desaparecerá con la llegada de la sociedad comunista. Lenin dijo: “El antagonismo y la contradicción no son en absoluto una y la misma cosa. Bajo el socialismo, desaparecerá el primero, subsistirá la segunda.” [26: V. I. Lenin: “Observaciones críticas sobre el libro de Bujarin Economía del período de transición”] Esto significa que el antagonismo es una forma, pero no la única, de la lucha de los contrarios; no se puede aplicar esta fórmula de manera mecánica y en todas partes.

TOMO II En Líneas políticas, medidas y perspectivas en la lucha contra la ofensiva japonesa (23 de julio de 1937)

En la página 14, se lee: No un gobierno de defensa nacional basado en el centralismo democrático, sino un gobierno autocrático de burócratas, burgueses compradores, déspotas locales, shenshí malvados y terratenientes.

En La situación y las tareas en la guerra de resistencia contra el Japón después de la caída de Shanghái y Taiyuan (12 de noviembre de 1937)

En la página 64, se lee: 28. El ala derecha del frente único nacional antijaponés son los grandes terratenientes y la gran burguesía, y constituye el cuartel general del capitulacionismo de nación. Es inevitable que estos elementos tiendan a la capitulación, pues temen, por un lado, que

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la guerra destruya sus propiedades y, por el otro, que las masas se levanten.

En Con motivo de la aparición de El Comunista (4 de octubre de 1939)

En las páginas 297-299, se lee: 3) La gran burguesía compradora china es una clase al servicio directo del imperialismo y sustentada por él. En consecuencia, ha sido siempre un blanco de la revolución. Sin embargo, como detrás de los diferentes grupos de esta gran burguesía están las distintas potencias imperialistas, cuando se agudizan las contradicciones entre éstas, y cuando el filo de la revolución se dirige principalmente contra una de ellas, es posible que los grupos de la gran burguesía que dependen de otras participen, hasta cierto punto y en determinados períodos, en la lucha contra esa potencia imperialista. En tales períodos, a fin de debilitar al enemigo y robustecer sus propias fuerzas de reserva, el proletariado chino puede establecer con estos grupos de la gran burguesía un frente único y, a condición de que sea útil para la revolución, debe mantenerlo en la medida de lo posible. 4) La gran burguesía compradora continúa siendo muy reaccionaria incluso cuando participa en el frente único y lucha junto al proletariado contra el enemigo común. Se opone obstinadamente al desarrollo ideológico, político y organizativo del proletariado y de su partido y trata de restringirlo, y adopta una política de zapa recurriendo al engaño, el soborno, la “dilución” los ataques, etc.; con esta política prepara el terreno para capitular ante el enemigo y romper el frente único. [...] La justeza de estas leyes ha sido confirmada durante la Primera Gran Revolución y la Revolución Agraria, y también lo está siendo en la presente Guerra de Resistencia contra el Japón. Por lo tanto, en el problema de la formación de un frente único con la burguesía (sobre todo con la gran burguesía), el partido del proletariado debe mantener una decidida y rigurosa lucha en dos frentes. Por un lado, hay que combatir el error de desatender la posibilidad de que la burguesía participe, en ciertos períodos y hasta cierto punto, en la lucha revolucionaria. Este error consiste en identificar a la burguesía china con la de los países capitalistas y, por ello, ignorar la política de for-

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mar un frente único con la burguesía y mantenerlo en la medida de lo posible; ésta es una actitud “izquierdista” de “puertas cerradas”. Por otro lado, hay que luchar contra el error de identificar el programa, la política, la ideología, la práctica, etc., del proletariado con los de la burguesía, pasando por alto las diferencias de principio entre unos y otros. Este error consiste en no tener en cuenta el hecho de que la burguesía (sobre todo la gran burguesía) recurre a todos los medios para influir no sólo sobre la pequeña burguesía y los campesinos, sino también sobre el proletariado y el Partido Comunista, y se esfuerza por liquidar la independencia ideológica, política y organizativa del proletariado y del Partido Comunista, por transformarlos en apéndices de ella y su partido, y por conseguir que los frutos de la revolución caigan en sus manos y en las de su partido; consiste igualmente en desatender el hecho de que la burguesía (sobre todo la gran burguesía) traiciona a la revolución tan pronto como ésta choca con los intereses egoístas de ella y su partido. No prestar atención a estos aspectos es oportunismo de derecha. El rasgo característico del oportunismo de derecha de Chen Tu-siu consistía precisamente en llevar al proletariado a adaptarse a los intereses egoístas de la burguesía y su partido, lo cual fue la causa subjetiva del Fracaso de la Primera Gran Revolución. Este doble carácter de la burguesía china en la revolución democrático-burguesa ejerce una influencia extraordinariamente grande sobre la línea política del Partido Comunista de China y sobre su construcción. Es imposible entender la línea política y la construcción del Partido sin comprender ese doble carácter de la burguesía china. Una parte importante de la línea política del Partido Comunista de China es la alianza y la lucha con la burguesía. Una parte importante de la construcción del Partido Comunista de China la constituye el hecho de que éste crezca y se forje precisamente en la alianza y en la lucha con la burguesía. Por alianza se entiende en este caso el frente único con la burguesía. Por lucha se entiende la lucha “pacífica” e “incruenta” en los terrenos ideológico, político y organizativo, cuando el Partido mantiene la alianza con la burguesía, y la lucha armada, cuando el Partido se ve obligado a romper con la burguesía. Si el Partido no sabe aliarse en ciertos períodos con la burguesía, no podrá avanzar, y la revolución no podrá desarrollarse. Si, durante su alianza con la burguesía, no sabe sostener al mismo tiempo una decidida y seria lucha “pacífica” contra ella, el Partido se desintegrará ideológica, política y organizativamente, y la revolución fracasará; asimismo, si cuando se ve obligado a romper con la burguesía, el Partido no entabla una decidida y seria lucha armada contra ella, se desintegrará también, y la revolución fracasará. Todo esto ha sido confirmado por la historia de los últimos dieciocho años.

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En La revolución china y el Partido Comunista de China (diciembre de 1939)

[Repetición ampliada de lo visto arriba, es la definición más cercana]

En las páginas 320-321 Como ya hemos dicho en la sección z, la sociedad feudal china duró alrededor de tres mil años. Fue sólo a mediados del siglo XIX cuando, con la penetración del capitalismo extranjero, se produjo en ella un importante cambio. Dado que la economía mercantil que se desarrollaba en la sociedad feudal china llevaba ya en su seno los gérmenes del capitalismo, la sociedad china se habría transformado lentamente en capitalista, aun sin mediar la acción del capitalismo extranjero. La penetración de éste aceleró tal transformación. El capitalismo extranjero ha desempeñado un papel muy importante en la desintegración del régimen económico-social de China: por un lado, ha socavado los cimientos de la economía natural y arruinado la industria artesana de las ciudades y la artesanía doméstica de los campesinos; por el otro, ha acelerado el desarrollo de la economía mercantil en la ciudad y el campo. Todo esto no sólo ha conducido a la desintegración de los cimientos de la economía feudal china, sino que, al mismo tiempo, ha creado ciertas condiciones y posibilidades objetivas para el desarrollo de la producción capitalista, porque la destrucción de la economía natural ha abierto al capitalismo un mercado para sus productos, y la ruina de gran número de campesinos y artesanos le ha proporcionado un mercado de mano de obra. En efecto, hace ya sesenta años, en la segunda mitad del siglo XIX, al influjo estimulante del capitalismo extranjero y debido a cierto resquebrajamiento de la estructura económica feudal, algunos comerciantes, terratenientes y burócratas comenzaron a hacer inversiones en la industria moderna. Hace cuarenta años, a finales del siglo pasado y comienzos del presente, el capitalismo nacional de China dio los primeros pasos en su desarrollo. Más tarde, hace veinte años, durante la Primera Guerra Mundial imperialista, debido a que los países imperialistas de Europa y Norteamérica, ocupados en la guerra, relajaron temporalmente su opresión sobre nuestro país, la industria nacional china, principalmente la textil y la harinera, cobró un nuevo desarrollo.

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El proceso del surgimiento y desarrollo del capitalismo nacional chino es al mismo tiempo el del surgimiento y desarrollo de la burguesía y del proletariado. Si los precursores de la burguesía china fueron una parte de los comerciantes, terratenientes y burócratas, los del proletariado chino fueron una parte de los campesinos y artesanos. Como clases sociales con características propias, la burguesía y el proletariado de China son clases recién nacidas, que nunca antes habían existido en la historia de nuestro país. Se han constituido en nuevas clases sociales surgiendo de las entrañas de la sociedad feudal. Son dos clases interrelacionadas y, a la vez, antagónicas, gemelas nacidas de la vieja sociedad (la sociedad feudal) de China. Sin embargo, el proletariado chino ha surgido y se ha desarrollado de modo simultáneo no sólo con la burguesía nacional china, sino también con las empresas directamente explotadas por el imperialismo en China. Así, resulta que una gran parte del proletariado chino es más antiguo y tiene mayor experiencia que la burguesía china, y por ello su fuerza social es mayor, y su base social, más amplia. Sin embargo, el nuevo fenómeno del que hemos hablado, el surgimiento y desarrollo del capitalismo, constituye sólo un aspecto del cambio operado a raíz de la penetración del imperialismo en China. Hay otro aspecto que es concomitante con el primero y que, a la vez, lo obstaculiza: la colusión del imperialismo con las fuerzas feudales chinas para impedir el desarrollo del capitalismo chino. Al penetrar en nuestro país, las potencias imperialistas de ningún modo se proponían transformar a la China feudal en una China capitalista. Su objetivo era todo lo contrario: hacer de ella una semicolonia o colonia. En 322 3) Mediante los tratados desiguales, se han asegurado el control de todos los puertos comerciales importantes de China y han establecido “concesiones”[20] bajo su administración directa en muchos de ellos. Han implantado su control sobre las aduanas, el comercio exterior y las comunicaciones (marítimas, terrestres, fluviales y aéreas). De esta manera, han podido inundar China con sus mercancías, convertirla en un mercado para sus productos industriales y, al mismo tiempo, subordinar la producción agrícola china a sus necesidades imperialistas. 5) Por medio de la concesión de empréstitos a los gobiernos chinos y del establecimiento de bancos, han monopolizado la banca y las finanzas del país. De esta forma, no sólo han abrumado al capitalismo nacional chino en la competencia mercantil, sino que además tienen atenazada a China en la esfera bancaria y financiera. [...]

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7) Han hecho de la clase terrateniente feudal de China, al igual que de la burguesía compradora, el pilar de su dominación en China. El imperialismo “se alía en primer término con las capas dominantes del régimen social precedente —los señores feudales y la burguesía comercial-usurera—, contra la mayoría del pueblo. En todas partes, el imperialismo intenta preservar y perpetuar todas aquellas formas de explotación precapitalistas (particularmente en el campo), que son la base de la existencia de sus aliados reaccionarios.” [22: Cita de las tesis “Sobre el movimiento revolucionario en los países coloniales y semicoloniales” adoptadas por el VI Congreso de la Internacional Comunista] “[...] el imperialismo, con todo el poderío financiero y militar que tiene en China, es la fuerza que apoya, alienta, cultiva y conserva las supervivencias feudales, con toda su superestructura burocrático-militarista.” [23: J. V. Stalin: “la revolución en China y las tareas de la Internacional Comunista”, discurso pronunciado el 24 de mayo de 1927 en la VIII Sesión Plenaria del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista. (Tomo IX página 97)] [Nota: Primero estudiar a fondo: - “Las perspectivas de la revolución en china” (Discurso en la Comisión China del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, 30 de noviembre de 1926) Obras completas Tomo VIII página 129. - En el tomo IX hay varios artículos sobre China. Interesante ver la “Carta a Chugunov” en la página 68; mejor leer a partir de la 65. - Buscar documento citado en 22] En 323 y ss. Así se ve claramente que, con su agresión contra China, las potencias imperialistas, por una parte, han acelerado la desintegración de la sociedad feudal china y el crecimiento de elementos de capitalismo, convirtiendo así la sociedad feudal en semifeudal, y, por la otra, han impuesto sobre China su cruel dominación, transformándola de país independiente en país semicolonial y colonial. Resumiendo los dos aspectos, se puede decir que nuestra sociedad colonial, semicolonial y semifeudal posee las siguientes características: 1) Han sido destruidos los cimientos de la economía natural de la era feudal, pero la explotación del campesinado por la clase terrateniente, base del sistema de explotación feudal, no sólo permanece intacta, sino que, ligada con la explotación ejercida por el capital comprador y el usurario, predomina manifiestamente en la vida económica y social de China.

2) El capitalismo nacional se ha desarrollado hasta cierto

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punto y desempeña un papel considerable en la vida política y cultural de China. Sin embargo, no ha llegado a convertirse en la forma principal dentro de su régimen económico-social; es muy débil, y en su mayor parte está o menos asociado con el imperialismo extranjero y el feudalismo interno. 3) El Poder autocrático del emperador y la nobleza ha sido derrocado y en su lugar ha surgido, primero, la dominación de los caudillos militares y burócratas pertenecientes a la clase terrateniente, y, luego, la dictadura de la alianza entre la clase terrateniente y la gran burguesía. En las zonas ocupadas, detentan el Poder el imperialismo japonés y sus títeres. 4) Los imperialistas controlan no sólo las palancas de la vida financiera y económica de China, sino también sus fuerzas políticas y militares. En las zonas ocupadas, todo lo monopoliza el imperialismo japonés. 5) El desarrollo económico, político y cultural de China es extremadamente desigual porque ésta se halla bajo la dominación total o parcial de muchas potencias imperialistas, porque, en realidad, no está unificada desde hace largo tiempo, y porque su territorio es inmenso. 6) Bajo el doble yugo del imperialismo y el feudalismo, y en especial como resultado de la invasión en vasta escala del imperialismo japonés, las grandes masas populares de China, particularmente los campesinos, se empobrecen cada día más e incluso se arruinan en gran número; viven en medio del hambre y el frío y privadas de todo derecho político. Raros son los lugares del mundo donde se observa tanta miseria y falta de libertad como las que conoce el pueblo chino. Tales son las características de la sociedad china colonial, semicolonial y semifeudal. Esta situación está determinada principalmente por las fuerzas imperialistas del Japón y otras potencias, y es el resultado de la colusión entre el imperialismo extranjero y el feudalismo interno. La contradicción entre el imperialismo y la nación china y la contradicción entre el feudalismo y las grandes masas populares, son las contradicciones fundamentales de la sociedad china moderna. Naturalmente, existen otras, tales como la contradicción entre la burguesía y el proletariado y las contradicciones en el seno de las clases dominantes reaccionarias. Pero, de todas ellas, la contradicción entre el imperialismo y la nación china es la principal. Estas contradicciones y su agudización engendran inevitablemente movimientos revolucio-

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narios cada vez más amplios. Las grandes revoluciones de la China moderna y contemporánea han surgido y se han desarrollado sobre la base de estas contradicciones fundamentales. En 326 Puesto que la sociedad china de hoy es, por su naturaleza, colonial, semicolonial y semifeudal, ¿cuáles son los blancos o enemigos principales de la revolución china en la etapa actual? No son otros sino el imperialismo y el feudalismo, es decir, la burguesía de los países imperialistas y la clase terrateniente de nuestro país. Porque, en la etapa actual, son justamente ellos los principales opresores en la sociedad china y los principales obstáculos para su desarrollo. Ambos se confabulan para oprimir al pueblo chino, pero, como la opresión nacional ejercida por el imperialismo es la más grande, éste es el enemigo número uno, el peor enemigo del pueblo chino. En 330-331 ¿Qué clases existen en la actual sociedad china? Existen la clase terrateniente y la burguesía; la primera y la capa superior de la segunda son las clases dominantes en la sociedad china. [...] La burguesía se divide en gran burguesía compradora y burguesía nacional. La gran burguesía compradora es una clase al servicio directo de los capitalistas de los países imperialistas y sustentada por ellos; está ligada por miles de lazos con las fuerzas feudales del campo. Por eso, en la historia de la revolución china, ha sido siempre un blanco, y nunca una fuerza motriz, de la revolución. Sin embargo, como los diferentes grupos de la gran burguesía compradora china dependen de distintas potencias imperialistas, cuando las contradicciones entre éstas se hacen muy agudas, y cuando la revolución se dirige principalmente contra una de ellas, es posible que los grupos de la burguesía compradora dependientes de otras potencias imperialistas participen, hasta cierto punto y en determinados períodos, en el frente antiimperialista que se forme. Pero apenas sus amos se ponen a combatir a la revolución china, ellos hacen lo mismo.

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En 332 [...] En China, la burguesía nacional es principalmente la burguesía media. [Interesante, ver esta nota: [20] Zonas ocupadas por los países imperialistas en los puertos que el Gobierno de la dinastía Ching se vio obligado a abrir al comercio. En estas “concesiones” se implantó un régimen colonial imperialista, completamente independiente de la administración y la legislación de China. Desde ellas, los imperialistas ejercían, directa o indirectamente, su control político y económico sobre el régimen de la clase feudal y de la burguesía compradora china. Durante la revolución de 19241927, las masas revolucionarias, dirigidas por el Partido Comunista de China, iniciaron un movimiento por la recuperación de las “concesiones”, y en enero de 1927 recuperaron las “concesiones” inglesas en Jankou y Chiuchiang. Pero, con la traición de Chiang Kai-shek a la revolución, los imperialistas lograron conservar sus “concesiones” en diversos lugares de China.]

En Sobre la nueva democracia (enero 1940)

En 355 Con la invasión del capitalismo extranjero y el paulatino crecimiento de elementos de capitalismo en la sociedad china, ésta ha pasado gradualmente a ser una sociedad colonial, semicolonial y semifeudal. Hoy, la sociedad china es colonial en las zonas ocupadas por el Japón y básicamente semicolonial en las zonas dominadas por el Kuomintang, y en unas y otras prevalece el sistema feudal o semifeudal. Tal es, pues, la naturaleza de la actual sociedad china; tal es la índole de la China de hoy. La política y la economía de esta sociedad son preponderantemente coloniales, semicoloniales y semifeudales, y la cultura dominante, reflejo de esa política y esa economía, es también colonial, semicolonial y semifeudal. En 367 y ss. [Para entender mejor “Globalización”]

VI. LA ECONOMÍA DE NUEVA DEMOCRACIA

La república de este tipo que se establezca en China debe ser de nueva democracia no sólo en su política, sino también en su

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economía. Los grandes bancos y las grandes empresas industriales y comerciales deben ser propiedad estatal en esta república. “Todas las empresas, pertenecientes a chinos o extranjeros, que fueren de carácter monopolista o demasiado grandes para la administración privada, tales como bancos, ferrocarriles y líneas aéreas, serán administradas por el Estado, con el fin de que el capital privado no pueda dominar la vida material del pueblo; éste es el sentido fundamental de la limitación del capital.” Así lo declaró también solemnemente el “Manifiesto del I Congreso Nacional del Kuomintang”, que fue un congreso de cooperación entre el Kuomintang y el Partido Comunista, y ésa es una política correcta en cuanto a la estructura económica de la república de nueva democracia. En esta república, dirigida por el proletariado, el sector estatal de la economía será de carácter socialista y constituirá la fuerza dirigente en toda la economía nacional; no obstante, la república no confiscará el resto de la propiedad privada capitalista, ni prohibirá el desarrollo de aquella producción capitalista que “no pueda dominarla vida material del pueblo”, ya que la economía china está todavía muy atrasada. En 369 Hoy, el poderoso imperialismo japonés ha invadido nuestro país y quiere convertirlo en colonia suya; es el Japón el que desarrolla su capitalismo en China, y no ésta la que desarrolla el suyo propio, y es la burguesía japonesa, y no la china, la que ejerce aquí su dictadura. Es cierto que vivimos en el período de los últimos forcejeos del imperialismo, que está a punto de morir; el imperialismo es el “capitalismo agonizante”[6]. Pero, justamente porque está a punto de morir, depende aún más de las colonias y semicolonias y no permitirá en absoluto que en ninguna de ellas se establezca una sociedad capitalista de dictadura burguesa. Precisamente porque el imperialismo japonés está hundido en una grave crisis económica y política, es decir, porque está a punto de morir, tiene que invadir China y convertirla en colonia, cerrándole de este modo el camino hacia la dictadura burguesa y el desarrollo del capitalismo nacional. En 373-374 Su ofensiva política consiste en seducir a los elementos vacilantes dentro del frente antijaponés, dividir el frente único y socavar la cooperación entre el Kuomintang y el Partido Comunista. Los se-

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ñuelos económicos son las llamadas “empresas mixtas”. En el Centro y el Sur de China, los invasores japoneses permiten a los capitalistas chinos aportar el 51 por ciento del capital de tales empresas, completando el capital japonés el 49 por ciento restante; en el Norte de China, les permiten el 49 por ciento, mientras que el capital japonés pone el 51 por ciento restante. Han prometido, además, devolver a los capitalistas chinos sus antiguos bienes en forma de acciones de capital. En 376-377 Por su parte, la teoría de la “doctrina única” es asimismo un absurdo. Mientras existan clases, habrá tantas doctrinas como clases haya, e incluso distintos grupos de una misma clase tienen sus respectivas doctrinas. Puesto que la clase feudal tiene el feudalismo; la burguesía, el capitalismo; los budistas, el budismo; los cristianos, el cristianismo, y los campesinos, el politeísmo, y que, en los últimos años, alguna gente ha abogado también por el kemalismo, el fascismo, el vitalismo[12] y la “doctrina de la distribución según el trabajo”[13], ¿por qué el proletariado no puede tener el comunismo? Puesto que hay innumerables “ismos”, ¿por qué a la sola vista del comunismo se alza el grito de “¡archívenlo!?” Francamente, no se lo puede “archivar”. Más vale que hagamos una competencia. Si el comunismo pierde, los comunistas reconoceremos de buen talante la derrota. Pero, si no, “archiven” cuanto antes su paparrucha de “doctrina única”, contraria al Principio de la Democracia.

TOMO III En Reformemos nuestro estudio (mayo de 1941)

[Interesante] Estudiamos el marxismo, pero el método de estudio empleado por muchos de nosotros va directamente contra el marxismo. En otros términos, esas gentes violan un principio fundamental encarecido por Marx, Engels, Lenin y Stalin: la unidad de la teoría y la práctica. Al infringir este principio, han inventado uno opuesto: la separación de la teoría y la práctica. Tanto en las escuelas como en los cursos para cuadros en funciones, los profesores de filosofía no orientan a sus alumnos hacia el estudio de la lógica de la revolución

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china; los profesores de economía no los encaminan hacia el estudio de las particularidades de la economía de China; los profesores de ciencias políticas no los guían hacia el estudio de la táctica de la revolución china; los profesores de ciencias militares no los conducen hacia el estudio de la estrategia y la táctica adecuadas a las características de China, y así por el estilo. Como resultado de todo esto, los errores se propagan y causan no poco daño. Hay quienes no saben aplicar en Fusien[1] lo aprendido en Yenán. Cuando un profesor de economía es incapaz de explicar la relación entre el piempi y el fapi [2], es natural que sus alumnos tampoco puedan hacerlo. Esto ha engendrado en muchos estudiantes una mentalidad anormal: en lugar de interesarse por los problemas de China y conceder la debida importancia a las instrucciones del Partido, vuelcan su entusiasmo hacia los dogmas pretendidamente eternos e invariables, aprendidos de sus profesores. [2] Piempi, billetes emitidos por el Banco del Gobierno de la Región Fronteriza de Shensí-Kansú-Ningsia. Fapi, papel moneda puesto en circulación a partir de 1935 por los cuatro principales bancos del capital burocrático del Kuomintang, con el apoyo de los imperialistas anglo-norteamericanos. El camarada Mao Tsetung se refiere aquí al problema surgido en ese entonces sobre la fluctuación del cambio entre el piempi y el fapi.

En Sobre el gobierno de coalición (24 de abril de 1945)

En 224 Mientras declara que se propone desarrollar la economía china, en los hechos se dedica a multiplicar el capital burocrático, o sea, el capital de los grandes terratenientes, los grandes banqueros y los magnates de la burguesía compradora, monopoliza las palancas de la economía china y oprime sin piedad a los campesinos, los obreros, la pequeña burguesía y la burguesía no monopolista. En 236 En la etapa actual, estamos completamente de acuerdo con estos planteamientos del Dr. Sun sobre los problemas económicos. Hay quienes sospechan que los comunistas chinos nos oponemos al desarrollo de la iniciativa individual, al desarrollo del capital privado y a la protección de la propiedad privada; pero están equivocados. Son la opresión extranjera y la feudal las que obstaculizan sin piedad

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el desarrollo de la iniciativa individual del pueblo chino, obstruyen el desarrollo del capital privado y destruyen la propiedad de las amplias masas populares. La misión del sistema de nueva democracia, que preconizamos, consiste precisamente en eliminar esos obstáculos y detener esa destrucción, garantizar a las amplias masas populares la posibilidad de desarrollar libremente su iniciativa individual dentro de los marcos de la vida en la sociedad, garantizar el libre desarrollo de una economía privada capitalista que no pueda “dominar la vida material del pueblo”, sino que la beneficie, y proteger toda propiedad privada legítimamente adquirida. En 237-239 Los comunistas nunca ocultamos nuestras aspiraciones políticas. Nuestro programa futuro o máximo es llevar a China a la sociedad socialista y a la comunista. Esto es definitivo y no admite duda. El nombre de nuestro Partido y nuestra concepción marxista del mundo indican de manera inequívoca este supremo ideal para el futuro, infinitamente bello y luminoso. Al ingresar en el Partido, todo comunista tiene presentes dos objetivos claramente definidos: la revolución de nueva democracia, en la actualidad, y el socialismo y el comunismo, en el futuro; y por estos objetivos luchará a pesar de la hostilidad, las calumnias, las injurias y las befas, estúpidas y abyectas, de los enemigos del comunismo, las cuales debemos combatir resueltamente. En cuanto a los incrédulos bienintencionados, no debemos atacarlos, sino explicarles las cosas con buena voluntad y paciencia. Todo esto es sumamente claro, definitivo, y no admite equívocos. Pero, en China, todo comunista, así como todo simpatizante del comunismo, debe luchar por el objetivo de la etapa actual, luchar contra la opresión extranjera y la feudal, por liberar al pueblo chino de su trágica condición colonial, semicolonial y semifeudal, y por crear una China de nueva democracia dirigida por el proletariado, cuya tarea principal es la emancipación del campesinado, una China de los Tres Principios del Pueblo revolucionarios del Dr. Sun Yat-sen, una China independiente, libre, democrática, unificada, próspera y poderosa. Esto es lo que en efecto hemos venido haciendo; los comunistas, junto con las amplias masas populares de China, ya llevamos veinticuatro años de lucha heroica por este objetivo. Si un comunista o simpatizante del comunismo no lucha por dicho objetivo, o si, menospreciando la revolución democrático-burguesa, reduce o debilita aunque sea un poco sus esfuerzos, flaquea un tanto en su devoción y celo por esta causa o no está dispuesto a dar por ella su sangre y su vida, contentándose con disertar sobre socialismo y comunismo, estará traicionando consciente o inconscien-

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temente, en mayor o menor medida, al socialismo y al comunismo, y no será un combatiente consciente y leal del comunismo. Es una ley marxista el que sólo se pueda llegar al socialismo pasando por la etapa de la democracia. En el caso de China, la lucha por la democracia seguirá aún por mucho tiempo. Sería pura quimera tratar de construir una sociedad socialista sobre las ruinas del orden colonial, semicolonial y semifeudal, sin un Estado unificado de nueva democracia, sin el desenvolvimiento del sector estatal de la economía de nueva democracia, sin el desarrollo del sector privado capitalista y del sector cooperativo, sin el desarrollo de una cultura nacional, científica y de masas - la cultura de nueva democracia -, sin la liberación y el desarrollo de la iniciativa individual de los centenares de millones de seres del pueblo, en una palabra, sin una consecuente revolución democrático-burguesa de nuevo tipo, dirigida por el Partido Comunista. Hay quienes no entienden por qué los comunistas, lejos de temer el capitalismo, abogamos por su desarrollo en determinadas condiciones. Nuestra respuesta es sencilla: La sustitución de la opresión del imperialismo extranjero y del feudalismo interno por un cierto desarrollo del capitalismo no sólo es un progreso, sino también un proceso inevitable. Esto no sólo será beneficioso para la burguesía, sino al mismo tiempo, y quizás en mayor medida, para el proletariado. Lo que le sobra a la China de hoy es el imperialismo extranjero y el feudalismo interno, y no el capitalismo nacional; por el contrario, hay en nuestro país demasiado poco capitalismo. [...] Otra gente llega hasta negar categóricamente la necesidad de un determinado desarrollo del capitalismo en China y predica que se puede pasar de buenas a primeras a la sociedad socialista y hacer realidad “de un solo golpe” los Tres Principios del Pueblo y el socialismo. Es obvio que estos fenómenos son, en un caso, reflejo de la debilidad de la burguesía nacional china, y en el otro, demagogia de los grandes terratenientes y la gran burguesía para engañar al pueblo. Basándonos en nuestro conocimiento marxista de las leyes del desarrollo social, los comunistas tenemos clara conciencia de que en China, bajo un régimen estatal de nueva democracia, además de desarrollar la economía estatal, la economía individual de los trabajadores y su economía cooperativa, es necesario, en interés del progreso social, facilitar el desarrollo de la economía privada capitalista, siempre que no domine la vida material del pueblo. Los comunistas chinos tenemos suficiente discernimiento como para no dejarnos desorientar por charlas huecas ni trampas. En 254-255 ¿Por qué decimos que nuestra revolución en la época actual es una “revolución de carácter democrático-burgués”? Porque

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el blanco de esta revolución no es la burguesía en general, sino la opresión extranjera y la feudal; porque las medidas adoptadas en ella no están encaminadas en general a abolir la propiedad privada, sino a protegerla, y porque, si bien, como resultado de esta revolución, la clase obrera podrá acumular las fuerzas para conducir a China hacia el socialismo, el capitalismo se desarrollará en medida apropiada durante un período bastante largo. “La tierra para el que la trabaja” significa transferir la tierra de manos de los explotadores feudales a manos de los campesinos, significa transformar la propiedad privada de los terratenientes feudales en propiedad privada de los campesinos y emancipar así a éstos de las relaciones agrarias feudales, lo cual permitirá convertir el país de agrícola en industrial. “La tierra para el que la trabaja” es, por consiguiente, un postulado democrático-burgués, y no socialista proletario, un postulado de todos los demócratas revolucionarios, y no exclusivamente de los comunistas. La diferencia está en que, en las condiciones de China, sólo los comunistas lo tomamos con toda seriedad: no nos limitamos a hablar sobre él, sino que lo ponemos en práctica. ¿Quiénes son los demócratas revolucionarios? Además del proletariado, que es el sector más consecuente de los demócratas revolucionarios, está el campesinado, que es el más numeroso. Los campesinos en su abrumadora mayoría, o sea, con la sola excepción de los campesinos ricos, que arrastran un rabo feudal, reclaman activamente “La tierra para el que la trabaja”. La pequeña burguesía urbana, que forma también un sector de los demócratas revolucionarios, encuentra provechosa para ella la política de “La tierra para el que la trabaja”, pues ésta permite desarrollar las fuerzas productivas de la agricultura. La burguesía nacional es una clase vacilante; por su necesidad de mercados, también aprueba esta política; pero, al mismo tiempo, como la mayoría de sus integrantes están vinculados a la propiedad de la tierra, muchos de ellos temen esta política. El Dr. Sun Yat-sen fue el primer demócrata revolucionario de China; representando al sector revolucionario de la burguesía nacional, a la pequeña burguesía urbana y al campesinado, emprendió una revolución armada y formuló sus postulados de “igualamiento del derecho a la propiedad de la tierra” y de “La tierra para el que la trabaja”. Pero, lamentablemente, cuando estuvo en el Poder, no tomó ninguna iniciativa para reformar el sistema agrario. Al llegar al Poder, la camarilla antipopular del Kuomintang traicionó por entero esos postulados. Es ella misma la que ahora se opone tercamente a la política de “La tierra para el que la trabaja”, ya que representa a la capa de los grandes terratenientes, los grandes banqueros y los magnates de la burguesía compradora. En China no hay un partido político que represente exclusivamente al campesinado, y los partidos políticos de la burguesía nacional no tienen un programa agrario resuelto; por eso, el Partido Comunista se ha convertido en el dirigente de los campesinos y de todos los demás demócratas revo-

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lucionarios, pues es el único que ha elaborado y llevado a la práctica un resuelto programa agrario y ha luchado concienzudamente por los intereses del campesinado, ganándose así en las amplias masas campesinas a un gran aliado.

En Telegrama al camarada William Z. Foster (29 de julio de 1945)

[Recordar la Nota] [1] Earl Browder fue, de 1930 a 1944, Secretario General del Partido Comunista de los Estados Unidos. Durante la Segunda Guerra Mundial, las ideas derechistas dentro de ese Partido, representadas por Browder, se desarrollaron hasta convertirse en una línea revisionista-capitulacionista, contraria al marxismo. A partir de diciembre de 1943, Browder pregonó esta línea en muchos discursos y artículos, y en abril de 1944 publicó Teherán, que constituyó su programa oportunista de derecha. Revisando la tesis básica leninista de que el imperialismo es el capitalismo monopolista, decadente y agonizante, y negando la naturaleza imperialista del capitalismo norteamericano, afirmó que éste “conserva ciertas características de un capitalismo joven” (bastardilla de Browder) y que hay un “interés común” entre el proletariado y la gran burguesía de los Estados Unidos. De este modo, abogaba por la protección del sistema de los trusts y soñaba con salvar al capitalismo norteamericano de las inevitables crisis por medio de la “conciliación de clases”. Basándose en esta absurda apreciación del capitalismo norteamericano y siguiendo una línea capitulacionista de colaboración de clases con el capital monopolista, Browder presidió en mayo de 1944 la disolución del Partido Comunista de los Estados Unidos, partido del proletariado norteamericano, y formó una organización sin carácter de Partido, la Asociación Política Comunista de los Estados Unidos. Desde su comienzo, la errónea línea de Browder encontró la oposición de muchos comunistas norteamericanos, encabezados por el camarada William Z. Foster. Bajo la dirección de éste, la Asociación Política Comunista aprobó en junio de 1945 una resolución en que se denunciaba la línea de Browder. En julio, la Asociación celebró una convención nacional especial y decidió rectificar definitivamente esta línea y restablecer el Partido Comunista de los Estados Unidos. Browder fue expulsado del Partido en febrero de 1946, porque persistió en su posición de traición al proletariado, apoyó abiertamente la política imperialista de la Administración Truman y realizó actividades fraccionales antipartido.

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Tomo IV En Derrotar la ofensiva de Chiang Kai-shek mediante una guerra en defensa propia (20 de julio de 1946)

En Nota [2] Se refiere a la Conferencia Consultiva [...] La Conferencia aprobó cinco resoluciones: ... 2) [...] En 92 [...] La sección “Asuntos económicos y financieros” establecía que “se frenará el desarrollo del capital burocrático y quedará estrictamente prohibido a los funcionarios abusar de su poder e influencia para dedicarse a la especulación, a actividades monopolistas, a la evasión de impuestos, al contrabando, al desfalco de fondos públicos y al empleo ilícito de los medios de transporte”; que “se reducirán los arriendos y los intereses, se protegerán los derechos de los campesinos arrendatarios, se asegurará el pago de los arriendos de la tierra, aumentarán los créditos agrícolas y se prohibirá estrictamente la usura, a fin de mejorar la vida de los campesinos; además, se pondrá en práctica una ley agraria para alcanzar el objetivo de ‘la tierra para el que la trabaja’”; que “se pondrá en vigor la legislación obrera con el objeto de mejorar las condiciones de trabajo”; que “se hará pública la gestión financiera, se aplicará estrictamente el sistema de presupuesto y de rendición de cuentas, se reducirán sustancialmente los gastos presupuestarios, se equilibrarán los ingresos y los gastos, se definirán las finanzas del Gobierno central y de los gobiernos locales, se reducirá el circulante, se estabilizará el sistema monetario, se harán públicos y se someterán a la supervisión de organizaciones representativas de la opinión pública la adquisición y el uso de los empréstitos tanto interiores como exteriores”, y que “se reformará el sistema tributario y se abolirá toda clase de tributos exorbitantes y exacciones ilegales”. La sección “Educación y cultura” establecía que “se garantizará la libertad académica, no se permitirá injerencia alguna en la administración de los centros de enseñanza por razones de creencias religiosas o ideas políticas”; que “aumentará la proporción del presupuesto nacional asignada a la instrucción pública y a la cultura”, y que “se abolirá la censura impuesta durante la guerra

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sobre la prensa, las publicaciones, el cine, el teatro, el correo y el telégrafo”. [Paréntesis] ATENCIÓN: Dentro de los cuatro tomos de las obras completas del presidente Mao, siguiendo la secuencia por el año de aparición de los escritos, el término “capitalismo burocrático” aparece por primera vez en (*) una nota del editor a un artículo del 46 en el que se hace referencia a un discurso de diciembre de 1958, el artículo es: Conversación con la corresponsal norteamericana Anna Louise Strong (*) (agosto de 1946) La nota del editor está en la página 95: (*) Esta es una exposición muy importante acerca de la situación internacional y nacional, hecha por el camarada Mao Tsetung poco después del término de la Segunda Guerra Mundial [...] El 1° de diciembre de 1958, en una reunión del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China, celebrada en Wuchang, el camarada Mao Tsetung manifestó: [...] ... Para destruir la dominación del imperialismo, del feudalismo y del capitalismo burocrático en China, el pueblo chino necesitó más de cien años y perdió decenas de millones de vidas antes de lograr la victoria en 1949. Otros términos: - El término “clase capitalista burocrática” aparece también por primera vez en una nota a un artículo del 46: En: Un balance de tres meses (1° de octubre de 1946)

En 117

[7] La burguesía nacional es el sector de la burguesía que tiene poca o ninguna conexión con el imperialismo, a diferencia del sector de la burguesía que depende estrechamente de éste y que es de carácter comprador; o sea; la gran burguesía o la clase capitalista burocrática. - Dentro de un texto del Presidente Mao aparece por primera

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vez el 47 en: “La situación actual y nuestras tareas”; luego el 48 en: “Problemas de la actual política del Partido”; y el 49 en: “Informe ante la II Sesión Plenaria del Comité Central” (marzo) y en: “Sobre la dictadura democrática popular” (junio) - El término “burguesía burocrática” recién aparece por primera vez en el TOMO V en un artículo del 52 en “La contradicción entre la clase obrera y la burguesía”; el 56 en “Unidad del Partido y sus tradiciones” y el 57 en “Tratamiento correcto de las contradicciones”. - El término “capital burocrático” aparece en una nota a un artículo del 41 “Reformemos nuestro estudio” (arriba ya visto) y en los textos a partir del 45 (por ejemplo en “Sobre el gobierno de coalición”) - El término “capital burocrático-comprador” aparece el 47 en “Saludemos el nuevo ascenso de la revolución China” (febrero) y en “El gobierno de Chiang Kai-shek” (mayo) - Mientras que el término “capitalismo burocrático” aparece masivamente a partir de 1948 a partir de: “Corregir los errores de “izquierda” en la propaganda de la reforma agraria” (11 de febrero de 1948) [Seguir]

En Saludemos el nuevo ascenso de la revolución china (1° de febrero de 1947)

En 122 7. Debido a que el gobierno de Chiang Kai-shek ha seguido durante largo tiempo una política financiera y económica reaccionaria y debido a que el capital burocrático-comprador de Chiang Kaishek[6] se ha asociado con el capital imperialista de los EE. UU. por medio de un escandaloso tratado de traición nacional, el Tratado de Comercio Chino-Norteamericano[7], se desarrolla rápidamente una inflación maligna; se arruinan de día en día la industria y el comercio de la burguesía nacional china; empeora cada vez más la vida de las masas trabajadoras, de los empleados públicos y de los profesores; ven agotarse sus ahorros hasta perder todos sus bienes gran número de elementos de la clase media; por tanto, se producen constante-

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mente huelgas de obreros y de estudiantes y otras luchas.

En El gobierno de Chiang Kai-shek está asediado por todo el pueblo (30 de mayo de 1947)

En 136-137 Sobre la base de este Tratado, el capital monopolista norteamericano y el capital burocrático-comprador chiangkaishekista se han entrelazado estrechamente y controlan la vida económica de todo el país. Los resultados son la inflación desenfrenada, el alza inusitada de los precios, la quiebra cada día más extendida de la industria y el comercio de la burguesía nacional y el empeoramiento diario de las condiciones de vida de las masas trabajadoras, empleados públicos y profesores. En estas circunstancias, todas las capas populares del país no pueden menos de unirse y luchar por salvarse de la ruina.

En La situación actual y nuestras tareas (25 de diciembre de 1947)

[Este párrafo es el clásico que se usa] Punto VI pág. 170 y siguientes: Confiscar la tierra de la clase feudal y entregarla a los campesinos; confiscar el capital monopolista, cuyos cabecillas son Chiang Kai-shek, T. V. Soong, H. H. Kung y Chen Li-fu, y entregarlo al Estado de nueva democracia; proteger la industria y el comercio de la burguesía nacional: éstos son los tres principios cardinales del programa económico de la revolución de nueva democracia. Durante los veinte años de su dominación, las cuatro grandes familias —Chiang, Soong, Kung y Chen— han amasado enormes fortunas que alcanzan de diez a veinte mil millones de dólares norteamericanos, y han monopolizado las arterias vitales de la economía del país. Este capital monopolista; combinado con el Poder del Estado, se ha convertido en el capitalismo monopolista de Estado. Este capitalismo monopolista, estrechamente vinculado al imperialismo extranjero y a la clase terrateniente y los campesinos ricos de viejo tipo del país, se ha convertido en el capitalismo monopolista estatal, comprador y feudal. Tal es la base económica del régimen reaccionario de Chiang Kai-shek. Dicho capitalismo monopolista de Estado oprime no sólo a los obreros y campesinos, sino también a la pequeña burguesía urbana, y

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perjudica a la burguesía media. Alcanzó la cúspide de su desarrollo durante la Guerra de Resistencia y después de la rendición del Japón; ha preparado suficientes condiciones materiales para la revolución de nueva democracia. Este capital se llama corrientemente en China capital burocrático; y esta clase capitalista, conocida con el nombre de clase capitalista burocrática, es la gran burguesía de China. Además de abolir los privilegios del imperialismo en China, la tarea de la revolución de nueva democracia es eliminar en el país la explotación y opresión ejercidas por la clase terrateniente y la clase capitalista burocrática (la gran burguesía), liquidar las relaciones de producción compradoras y feudales y liberar las fuerzas productivas encadenadas. La capa superior de la pequeña burguesía y la burguesía media, oprimidas y lesionadas por la clase terrateniente y la gran burguesía, así como por el Poder estatal de ambas, pueden tomar parte en la revolución de nueva democracia o permanecer neutrales, aunque ellas mismas sean burguesas. No tienen lazos, o tienen relativamente pocos, con el imperialismo y constituyen la genuina burguesía nacional. Dondequiera que se extienda el Poder estatal de nueva democracia, éste debe protegerlas con firmeza, sin la menor vacilación. En las regiones dominadas por Chiang Kai-shek, entre la capa superior de la pequeña burguesía y entre la burguesía media, hay un pequeño número de personas, elementos del ala derecha de estas clases, que poseen tendencias políticas reaccionarias; esparcen ilusiones acerca del imperialismo norteamericano y la camarilla reaccionaria de Chiang Kai-shek y se oponen a la revolución democrática popular. Mientras las tendencias reaccionarias de estos elementos puedan afectar a las masas, debemos desenmascararlos ante los que estén bajo su influencia política, combatir esta influencia y liberar a las masas de ella. Pero combatir políticamente y aniquilar económicamente son dos cosas diferentes; si las confundimos, cometeremos errores. La revolución de nueva democracia tiene por objetivo liquidar solamente el feudalismo y el capitalismo monopolista, solamente la clase terrateniente y la clase capitalista burocrática (la gran burguesía), y no el capitalismo en general, ni la capa superior de la pequeña burguesía ni la burguesía media. En vista del atraso económico de China, incluso después de la victoria de la revolución en todo el país, será todavía necesario permitir, durante un largo período, la existencia del sector capitalista representado por la extensa capa superior de la pequeña burguesía y por la burguesía media. En correspondencia con la división del trabajo en la economía nacional, será necesario aún cierto desarrollo de todos los elementos de este sector capitalista que sean beneficiosos para la economía nacional. Dicho sector capitalista constituirá todavía una parte indispensable en el conjunto de la economía nacional. La capa superior de la pequeña burguesía aquí mencionada está formada de los pequeños industriales y comerciantes que emplean obreros o dependientes. Además, existe también un gran

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número de pequeños artesanos y comerciantes independientes que no emplean obreros o dependientes; estos pequeños artesanos y comerciantes, no hay ni que decirlo, deben ser protegidos firmemente. El Estado de nueva democracia poseerá, después de la victoria de la revolución en todo el país, inmensas empresas estatales confiscadas a los capitalistas burocráticos, empresas que controlan las arterias vitales de la economía del país; además de eso, habrá entonces una economía agrícola liberada del feudalismo, la que, si bien permanecerá en lo fundamental dispersa e individual durante un tiempo bastante largo, podrá ser más tarde conducida gradualmente a desarrollarse por el camino de la cooperación. En tales circunstancias, la existencia y desarrollo de estos sectores capitalistas pequeños y medios no presentará ningún peligro. Lo mismo puede decirse de la economía del campesinado rico de nuevo tipo, que inevitablemente surgirá en las zonas rurales después de la reforma agraria. Con respecto al sector de la economía representado por la capa superior de la pequeña burguesía y por la burguesía media, sería totalmente inadmisible reincidir en la errónea política ultraizquierdista que adoptó nuestro Partido de 1931 a 1934 (imponer condiciones de trabajo demasiado exigentes, establecer excesivas tasas de impuestos sobre la renta, perjudicar los intereses de los industriales y comerciantes durante la reforma agraria, y adoptar como objetivo el llamado “bienestar de los trabajadores”, concepto miope y unilateral; en vez de proponerse el objetivo de desarrollar la producción, de promover la prosperidad económica, de dar la debida consideración a los intereses públicos y privados a la vez y de beneficiar tanto al trabajo como al capital). Repetir tales errores lesionaría sin duda a los intereses de las masas trabajadoras y del Estado de nueva democracia. Una de las cláusulas de las Disposiciones Generales de la Ley Agraria de China establece: “La propiedad y las actividades legales de los industriales y comerciantes serán protegidas contra todo perjuicio.” Por “industriales y comerciantes” se entiende a todos los pequeños artesanos y comerciantes independientes, así como a todos los elementos capitalistas pequeños y medios. En resumen, la estructura económica de la Nueva China constará de: 1) la economía estatal, que es el sector dirigente; 2) la economía agrícola, en desarrollo gradual de individual a colectiva, y 3) la economía de los pequeños artesanos y comerciantes independientes y la del capital privado pequeño y medio. Estas constituyen el conjunto de la economía nacional de nueva democracia. Los principios que rigen la economía nacional de nueva democracia deben ajustarse estrechamente al objetivo general de desarrollar la producción, promover la prosperidad económica, dar la debida consideración a los intereses públicos y privados a la vez y beneficiar tanto al trabajo como al capital. Todo principio, política o medida que se aparte de este objetivo general es erróneo.

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En Sobre algunos problemas importantes de la actual política del partido (18 de enero de 1948)

[Estudiarlo completo] En 185 Hay que combatir la sobreestimación de la fuerza del enemigo. Por ejemplo: el miedo al imperialismo norteamericano, el miedo a llevar la batalla a las regiones del Kuomintang, el miedo a liquidar el sistema comprador-feudal, a distribuir la tierra de los terratenientes y a confiscar el capital burocrático, el miedo a una guerra de larga duración, etc.; todo esto es incorrecto. En 187 3. Hay que evitar toda política aventurera hacia los industriales y comerciantes medios y pequeños. La política, aplicada en las regiones liberadas, de proteger toda industria y comercio privados beneficiosos para la economía nacional y estimular su desarrollo, es acertada y debe continuarse en el futuro. Es también acertada la política de estimular a los terratenientes y campesinos ricos a dirigir sus actividades hacia la industria o el comercio, política que adoptamos durante el período de la reducción de los arriendos y los intereses; resulta erróneo considerar este cambio de actividad como “disfraz” y, por consiguiente, combatirlo, confiscar y distribuir la parte de propiedad empleada en estas actividades. En general, se deben proteger las empresas industriales y comerciales de los terratenientes y de los campesinos ricos; sólo se pueden confiscar las empresas industriales y comerciales de los capitalistas burocráticos, de los verdaderos tiranos locales y de otros contrarrevolucionarios.

En Corregir los errores de “izquierda” en la propaganda de la reforma agraria[*] (11 de febrero de 1948)

[*] Directiva interna del Partido Comunista de China redactada por el camarada Mao Tsetung en nombre del Comité Central.

[Aquí se emplea, por primera vez, el vocablo “capitalismo burocrático”]

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En 201-202 1. En lugar de propagar la línea de apoyarse en los campesinos pobres y asalariados agrícolas y unirse firmemente con los campesinos medios para abolir el sistema feudal, han difundido unilateralmente la línea de campesinos pobres y asalariados agrícolas. En lugar de propagar el punto de vista de que el proletariado ha de unirse con todo el pueblo trabajador y los demás oprimidos —la burguesía nacional, los intelectuales y otros patriotas (incluidos los shenshí sensatos que no se oponen a la reforma agraria)— a fin de derrocar la dominación del imperialismo, del feudalismo y del capitalismo burocrático y establecer una República Popular China y un gobierno democrático popular, han difundido unilateralmente la idea de que son los campesinos pobres y asalariados agrícolas los que conquistan el país y lo gobiernan, o de que el gobierno democrático tiene que ser un gobierno exclusivo de los campesinos, o de que este gobierno sólo debe escuchar la voz de los obreros, campesinos pobres y asalariados agrícolas, y no han hecho mención alguna de los campesinos medios, los artesanos independientes, la burguesía nacional y los intelectuales. Este es un grave error de principio. Sin embargo, reportajes de este tipo han sido divulgados por oficinas de nuestra agencia de noticias, periódicos y emisoras. Los departamentos de propaganda de los comités del Partido en diversos lugares no han dado ninguna información sobre estos errores a los organismos superiores. En los últimos meses, semejante propaganda, aunque no ampliamente difundida, ha sido bastante frecuente y ha creado una atmósfera en que se cree equivocadamente que se trata de justas ideas de la dirección. Como Radio Norte de Shenshí transmitió algunas informaciones incorrectas, se ha causado incluso la impresión equivocada de que semejantes puntos de vista eran los aprobados por el Comité Central.

En Sobre la política concerniente a la industria y el comercio En 209

(27 de febrero de 1948)

Hay que hacer también una rigurosa distinción entre la política correcta de desarrollar la producción, promover la prosperidad económica, dar la debida consideración a los intereses públicos y privados a la vez y beneficiar tanto al trabajo como al capital, y la política unilateral y estrecha de “socorro”, que se propone defender el “bienestar” de los obreros, pero que en realidad perjudica la industria y el comercio y daña la causa de la revolución popular.

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En Sobre el problema de la burguesía nacional y de los Shenshí sensatos (1° de marzo de 1948)

En 214 En la actualidad, nuestros principales enemigos son el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático, mientras que las principales fuerzas en nuestra lucha contra esos enemigos son todos los trabajadores manuales e intelectuales, que representan el 90 por ciento de la población del país. Y esto determina que nuestra revolución en la actual etapa sea, por su carácter, una revolución democrática popular, de nueva democracia, diferente de una revolución socialista como la Revolución de Octubre.

En Sobre la gran victoria en el noroeste y el movimiento de educación ideológica de nuevo tipo en el ejército de liberación (7 de marzo de 1948)

En 221-222 El vocero dijo: No sólo en el Noroeste ha sido realizado este movimiento de educación ideológica de nuevo tipo en el ejército; lo ha sido o lo está siendo en todo el Ejército Popular de Liberación. Este movimiento, que se lleva a cabo en los intervalos entre batallas, no estorba las operaciones militares. Está ligado a los movimientos por la consolidación del Partido y por la reforma agraria, que ahora lleva adelante con acierto nuestro Partido; está coordinado con nuestra justa política de estrechar el radio de ataque luchando solamente contra el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático, prohibiendo estrictamente golpear y matar sin discriminación (mientras menos muertes, mejor) y uniéndonos resueltamente con las masas populares, que totalizan más del 90 por ciento de la población del país; está coordinado con la aplicación de la acertada política urbana de nuestro Partido y su política de proteger y desarrollar firmemente la industria y el comercio de la burguesía nacional. Gracias a todo esto, el Ejército Popular de Liberación se hará sin duda invencible. Por desesperados que sean los forcejeos de la pandilla de Chiang Kai-shek y su amo, el imperialismo norteamericano, contra la gran lucha del pueblo chino por la revolución democrática, la victoria será indudablemente nuestra.

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En Discurso pronunciado en una conferencia de cuadros de la región liberada de Shansi-Suiyuan (1° de abril de 1948)

[Estudiarlo completo, vale la pena] En 243-245 Frente a esta situación, todos los miembros del Partido deben atenerse firmemente a la línea general del Partido, que es la línea de la revolución de nueva democracia. La revolución de nueva democracia no es una revolución cualquiera; sólo puede y debe ser una revolución de las amplias masas populares, dirigida por el proletariado, contra el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático. Esto significa que la dirección de esta revolución no la pueden ni deben asumir ninguna otra clase y ningún otro partido que el proletariado y el Partido Comunista de China. El Estado y el gobierno que han de fundar éstas, serán la República Popular China y el gobierno democrático de coalición asentado sobre la alianza de todas las clases democráticas y dirigido por el proletariado. Los enemigos a los que esta revolución se propone derrocar sólo son y deben ser el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático. La expresión concentrada de todos estos enemigos es el reaccionario régimen del Kuomintang chiangkaishekista. El feudalismo es el aliado del imperialismo y del capitalismo burocrático y sirve de base a su dominación. Por eso, la reforma del sistema agrario constituye el contenido principal de la revolución de nueva democracia en China. La línea general de la reforma agraria consiste en apoyarse en los campesinos pobres y unirse con los campesinos medios para abolir, de manera metódica y con diferencias en el trato, el sistema de explotación feudal y desarrollar la producción agrícola. La fuerza fundamental en que nos apoyamos durante la reforma agraria sólo pueden y deben ser los campesinos pobres. Esta capa de campesinos pobres constituye, junto con los asalariados agrícolas, alrededor del 70 por ciento de la población rural de China. La tarea principal e inmediata de la reforma agraria es satisfacer las reivindicaciones de las masas de campesinos pobres y asalariados agrícolas. En la reforma agraria es indispensable unirse con los campesinos medios; los campesinos pobres y los asalariados agrícolas deben formar un sólido frente único con los campesinos medios, que representan alrededor del 20 por ciento de la población rural. De otra manera se encontrarán aislados los campesinos pobres y los asalariados agrícolas y fracasará la reforma agraria. Una de las tareas de

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la reforma agraria es satisfacer las reivindicaciones de una parte de los campesinos medios. A un sector de los campesinos medios se les debe permitir poseer individualmente más tierras que las que reciben como promedio los campesinos pobres. Si apoyamos la reivindicación de los campesinos por una distribución por igual de la tierra, es para facilitar la movilización de las amplias masas campesinas a fin de abolir rápidamente el sistema de propiedad territorial de la clase terrateniente feudal, y no para preconizar un igualitarismo absoluto. Quienquiera que abogue por el igualitarismo absoluto, se equivoca. Hay una manera de pensar, en la actualidad corriente en el campo, que perjudica la industria y el comercio y preconiza el igualitarismo absoluto en la distribución de la tierra. Es de carácter reaccionario, atrasado y retrógrado. Debemos criticarla. El blanco de la reforma agraria sólo es y debe ser el sistema de explotación feudal ejercida por la clase terrateniente y por los campesinos ricos de viejo tipo, y no hay que perjudicar ni los intereses de la burguesía nacional ni las empresas industriales y comerciales de los terratenientes y campesinos ricos. Hay que guardarse, en particular, de lesionar a los intereses de los campesinos medios, artesanos independientes, profesionales y campesinos ricos de nuevo tipo, que no ejercen explotación o la ejercen en pequeña medida. El objetivo de la reforma agraria es abolir el sistema de explotación feudal, es decir, liquidar a los terratenientes feudales como clase y no como individuos. Por eso, a cada terrateniente hay que darle la misma cantidad de tierra y de bienes que a un campesino, hacerle aprender el trabajo productivo e incorporarlo a la vida económica nacional. Con excepción de los contrarrevolucionarios y tiranos locales culpables de los peores crímenes confirmados por pruebas concluyentes, quienes se han hecho acreedores del odio implacable de las amplias masas y a quienes, por lo tanto, se puede y debe castigar, hay que aplicar una política de clemencia para con todos; se prohíbe en cualquier caso golpear o matar sin discriminación. El sistema de explotación feudal debe ser abolido de manera metódica, es decir, con arreglo a una táctica. Al desatar la lucha, debemos determinar nuestra táctica de acuerdo con las circunstancias y el grado de conciencia política y de organización de las masas campesinas; no hay que intentar liquidar de la noche a la mañana todo el sistema de explotación feudal. Dadas las condiciones reales del sistema de explotación feudal en las zonas rurales de China, el radio total de ataque en la reforma agraria no debe exceder, por lo general, de un 8 por ciento, más o menos, de las familias rurales, o sea, alrededor del 10 por ciento de la población rural. En las regiones liberadas antiguas y semiantiguas, el porcentaje debe ser aún menor.

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En Telegrama a la comandancia del frente de Luoyang después de la reconquista de la ciudad (8 de abril de 1948)

En 254 En lo que concierne a nuestra política urbana, se debe prestar atención a los siguientes puntos: 1. Hay que ser muy prudente en la liquidación de los órganos de dominación del Kuomintang, arrestar sólo a los reaccionarios principales y no implicar a demasiadas personas. 2. Hay que precisar la definición del capital burocrático; no calificar de capital burocrático y confiscar, por tanto, todas las empresas industriales y comerciales de los miembros del Kuomintang. Debe establecerse el principio de que el gobierno democrático se hará cargo de la propiedad y funcionamiento de todas las empresas industriales y comerciales que han sido, según se verifique definitivamente, administradas por el gobierno central o los gobiernos de provincia, distrito o municipio del Kuomintang, esto es, las empresas manejadas enteramente por organismos oficiales.

En Llevar la revolución hasta el fin (30 de diciembre de 1948)

En 314 El problema que ahora se plantea al pueblo chino, a todos los partidos democráticos y a todas las organizaciones populares, es llevar la revolución hasta el fin o abandonarla a mitad de camino. Llevar la revolución hasta el fin significa emplear métodos revolucionarios para liquidar resuelta, definitiva, cabal y totalmente todas las fuerzas de la reacción, persistir sin vacilaciones en derribar al imperialismo, al feudalismo y al capitalismo burocrático, derrocar en todo el país la dominación reaccionaria del Kuomintang y establecer una república que sea una dictadura democrática popular, dirigida por el proletariado y basada en la alianza de los obreros y los campesinos. De este modo, la nación china se emancipará totalmente, el país se transformará de semicolonia en Estado auténticamente independiente; el pueblo chino se liberará por completo, se sacudirá de una vez por todas el yugo del feudalismo y del capital burocrático (el capital monopolista chino), y, como resultado de ello, se realizará la paz

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basada en la unidad y la democracia, se crearán las condiciones previas para transformar a China de país agrícola en país industrial, y se hará posible el paso de una sociedad fundada sobre la explotación del hombre por el hombre a una sociedad socialista. Abandonar la revolución a mitad de camino significa ir contra la voluntad del pueblo, someterse a la voluntad de los agresores extranjeros y de los reaccionarios chinos y dar tiempo al Kuomintang a curar sus heridas, para que un buen día se abalance repentinamente sobre la revolución con el fin de estrangularla y sumir de nuevo a todo el país en las tinieblas. Así precisamente, con toda claridad y toda agudeza, se plantea ahora el problema. De los dos caminos, ¿cuál elegir? Cada partido democrático, cada organización popular de China debe reflexionar sobre este problema, elegir su camino y aclarar su posición. El que los partidos democráticos y organizaciones populares de China puedan o no cooperar sinceramente, sin separarse a mitad de camino, depende de que concuerden o no en este problema y adopten una acción unánime para derrocar al enemigo común del pueblo chino. Lo que aquí se necesita es la unanimidad y la cooperación, y no crear una “oposición”, ni adoptar un “camino intermedio”.

En Declaración de Mao Tsetung, presidente del Comité Central del Partido Comunista de China, sobre la situación actual (14 de enero de 1949)

En 328 El reaccionario gobierno kuomintanista de Nankín priva al pueblo de todas sus libertades; oprime a todos los partidos democráticos y organizaciones populares, despojándolos de su legalidad; reprime el justo movimiento de los estudiantes contra la guerra civil, el hambre y la persecución, contra la injerencia norteamericana en los asuntos internos de China y contra el apoyo de los EE. UU. al renacimiento de las fuerzas agresoras japonesas; inunda el país con sus emisiones de papel moneda —fapi y chinyuanchüan—, que arruinan la vida económica del pueblo y reducen a la quiebra a las amplias masas; por último, mediante toda clase de expoliaciones, concentra una parte colosal de la riqueza nacional en manos de los capitalistas burocráticos, encabezados por las cuatro grandes familias: Chiang, Soong, Kung y Chen. En suma, al hacer una guerra civil basada en los principios de su política interior y exterior, reaccionaria y entreguista, el reaccionario gobierno kuomintanista de Nankín ha sumergido a la nación entera en horrendos sufrimientos; no puede en absoluto eludir

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la responsabilidad con que debe cargar por entero. En 330 En correspondencia con la voluntad del pueblo, el Partido Comunista de China declara: El Ejército Popular de Liberación posee suficiente fuerza y buenas razones para aniquilar completamente, en un período no muy largo, las restantes fuerzas armadas del gobierno reaccionario del Kuomintang y tiene plena seguridad de lograrlo; sin embargo, a fin de acelerar el término de la guerra, realizar una paz auténtica y aliviar los sufrimientos del pueblo, el Partido Comunista de China está dispuesto a celebrar negociaciones de paz con el reaccionario gobierno kuomintanista de Nankín o con cualquier gobierno local o grupo militar del Kuomintang sobre la base de las siguientes condiciones: 1. Castigar a los criminales de guerra; 2. Abolir la seudoconstitución; 3. Abolir el espurio “orden legal”; 4. Reorganizar a todas las tropas reaccionarias conforme a los principios democráticos; 5. Confiscar el capital burocrático; 6. Realizar la reforma del sistema agrario; 7. Derogar los tratados de traición nacional; 8. Convocar una Conferencia Consultiva Política sin la participación de elementos reaccionarios, y formar un gobierno democrático de coalición encargado de asumir todos los poderes detentados por el reaccionario gobierno kuomintanista de Nankín y los gobiernos subordinados a él en todos los niveles.

En Informe ante la II Sesión Plenaria del Comité Central elegido en el VII Congreso Nacional del Partido Comunista de China (5 de marzo de 1949)

En 381-382 3. La industria moderna de China está sumamente concentrada, aunque el valor de su producción llega sólo al 10 por ciento aproximadamente del valor global de la producción de la economía

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nacional; la parte mayor y más importante del capital está concentrada en manos de los imperialistas y de sus lacayos, los capitalistas burocráticos chinos. La confiscación de esta parte del capital y su traspaso a la república popular dirigida por el proletariado permitirán a ésta controlar las arterias vitales de la economía del país y a la economía estatal convertirse en el sector dirigente de toda la economía nacional. Este sector de la economía es de carácter socialista, y no capitalista. Quienquiera que pase por alto este punto o aminore su importancia cometerá errores oportunistas de derecha. [Estudiar completo: Orden al Ejército para avanzar en todo el país (21 de abril de 1949) “El Acuerdo sobre la Paz Interior...”]

En La bancarrota de la concepción idealista de la historia (16 de septiembre de 1949)

En 471-472 ¿Qué es el «impacto de Occidente» de que habla Acheson? Es el esfuerzo de la burguesía occidental, como lo dijeron Marx y Engels en el Manifiesto del Partido Comunista (1848), para transformar, mediante el terror, el mundo a su imagen y semejanza. En el proceso de este impacto o transformación, la burguesía occidental, que necesitaba compradores y sirvientes familiarizados con las costumbres occidentales, tuvo que permitir que países como China abrieran escuelas y enviaran estudiantes al extranjero; así “se introdujeron nuevas ideas” en China. Luego nacieron en países como el nuestro la burguesía nacional y el proletariado. Al mismo tiempo, el campesinado se arruinó, y esto dio origen a un inmenso semiproletariado. De ese modo, la burguesía occidental creó dos categorías de gentes en Oriente: una pequeña minoría, los sirvientes del imperialismo, y una mayoría que se opone al imperialismo, formada por la clase obrera, el campesinado, la pequeña burguesía urbana, la burguesía nacional y los intelectuales provenientes de dichas clases. Los que forman esta mayoría son todos sepultureros del imperialismo, creados por éste mismo, y la revolución dimana de ellos. No fue la llamada introducción de las ideas de Occidente la que provocó “la agitación y la inquietud”, sino la agresión imperialista la que provocó la resistencia.

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TOMO V

[Después del triunfo]

En El pueblo chino se ha puesto en pie (21 de septiembre de 1949)

En 12 En algo más de tres años, bajo la dirección del Partido Comunista de China, el pueblo chino ha tenido un rápido despertar, se ha organizado y ha formado un frente único de amplitud nacional contra el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático y contra su representante general, el reaccionario gobierno del Kuomintang y, apoyando la Guerra Popular de Liberación, ha derribado básicamente a ese gobierno, echado abajo la dominación del imperialismo en China y revivido la Conferencia Consultiva Política. En 13 [...] Los chinos hemos sido siempre una gran nación valiente y laboriosa, y sólo en los tiempos modernos nos hemos quedado atrás. Este atraso se debió exclusivamente a la opresión y explotación del imperialismo extranjero y de los gobiernos reaccionarios del país. A lo largo de más de un siglo, nuestros antecesores nunca cejaron en sus indomables y tenaces luchas contra los opresores de dentro y de fuera, incluida la Revolución de 1911 dirigida por el Dr. Sun Yat-sen, gran precursor de la revolución china. Nuestros antecesores nos encomendaron dar término a su empresa inconclusa, y nosotros lo hemos hecho. Hemos forjado nuestra unidad y derrocado a los opresores internos y externos a través de la Guerra Popular de Liberación y la gran revolución del pueblo, y ahora proclamamos la República Popular China. De aquí en adelante, nuestra nación formará parte de la comunidad de naciones amantes de la paz y la libertad. [...] Nuestro régimen estatal de dictadura democrática popular es una poderosa arma para preservar las conquistas de la revolución popular y combatir los complots de restauración de los enemigos internos y externos; tenemos que empuñar firmemente esta arma. En el plano internacional, debemos unirnos con todos los países y pueblos amantes de la paz y la libertad, en primer lugar con la Unión Soviética y las Nuevas Democracias, a fin de no estar solos en nuestra lucha por salvaguardar los frutos de la victoria de la revolución popular frente a los complots de restauración de los enemigos internos y ex-

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ternos. [...] La dictadura democrática popular y la unidad con los amigos extranjeros nos permitirán lograr rápidamente éxitos en nuestro trabajo de construcción. [...] El auge de la construcción económica vendrá necesariamente acompañado de un auge de la construcción en la esfera cultural. Ha terminado la época en que los chinos éramos considerados como incivilizados. Surgiremos ante el mundo como una nación de elevada cultura. Nuestra defensa nacional se consolidará y no permitiremos que ningún imperialista vuelva a invadir nuestro territorio. Debemos conservar y desarrollar nuestras fuerzas armadas populares tomando como base el heroico y fogueado Ejército Popular de Liberación. Contaremos no sólo con un poderoso ejército de tierra, sino también con una aviación y una marina poderosas.

En Solicitud de opiniones sobre la táctica para con los campesinos ricos (12 de marzo de 1950)

[Estudiar todo, necesariamente] En 21 [...] en el movimiento de reforma agraria que se iniciará el invierno de este año en varias provincias del Sur y algunas zonas del Noroeste, dejemos intactos no sólo a los campesinos ricos capitalistas, sino también a los campesinos ricos semifeudales, postergando unos años la solución del problema de estos últimos.

En Luchemos por un mejoramiento fundamental de la situación financiera y económica del país (6 de junio de 1950)

En 27

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Siguiendo el principio de abordar los problemas con una visión de conjunto y dar consideración a los intereses de todos los sectores, se debe eliminar de manera gradual la ceguera y la anarquía en el campo económico, reajustar en forma racional la industria y el comercio existentes y mejorar efectiva y apropiadamente las relaciones entre el sector público y el sector privado así como las existentes entre el trabajo y el capital, de modo que, bajo la dirección del sector estatal de naturaleza socialista, todos los sectores de la economía funcionen con una debida división del trabajo y en forma coordinada, desempeñando cada cual su papel. Así se promoverá la recuperación y el desarrollo de toda la economía. Es erróneo y no concuerda con las condiciones de nuestro país el punto de vista, sostenido por algunas personas, según el cual se puede anticipar la liquidación del capitalismo para implantar el socialismo.

En No atacar en las cuatro direcciones (6 de junio de 1950)

En 31 Al propio tiempo, la victoria de la revolución ha conducido a cambios en la economía. Estos, aunque necesarios, suponen por el momento una carga muy pesada para nosotros. Como consecuencia de estos cambios y de los destrozos que ha causado la guerra a la industria y el comercio, muchas personas se muestran descontentas con nosotros. Últimamente se han tornado muy tensas nuestras relaciones con la burguesía nacional, que vive en constante zozobra y rumiando su resentimiento. Los intelectuales y obreros desocupados se sienten insatisfechos con nosotros, así como una parte de los pequeños artesanos. Y también se quejan los campesinos en la mayor parte de las zonas rurales, porque, además de que aún no se ha ejecutado allí la reforma agraria, el Estado les cobra grano en calidad de impuesto. [...] Evidentemente hay, por el momento, dificultades para el cumplimiento de esta tarea, pero debemos procurar zanjarlas por todos los medios. En 32 Es muy importante unirnos con las minorías nacionales. En la totalidad del país, éstas tienen aproximadamente una población de treinta millones.

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En 33 En una palabra, no debemos atacar en las cuatro direcciones. Si lo hiciéramos, pondríamos en tensión a todo el país, y esto sería muy malo. De ninguna manera debemos crearnos demasiados enemigos, sino hacer ciertas concesiones en una dirección y aflojar allí un poco la tensión para concentrar fuerzas y lanzar ataques en otra.

En Ser un revolucionario completo (23 de junio de 1950)

En 35 [...] la clase obrera debe ayudar activamente a los campesinos en la reforma agraria; igualmente, deben favorecer esta reforma la pequeña burguesía urbana y la burguesía nacional y, con mayor razón, los partidos democráticos y las organizaciones populares. La guerra y la reforma agraria son las dos pruebas cruciales para todos en China —individuos y partidos— en el período histórico de la nueva democracia.

En Sobre la lucha contra los “tres males” y los “cinco males” (noviembre de 1951 - marzo de 1952)

[Estudiar todo, vale la pena]

En La contradicción entre la clase obrera y la burguesía es la contradicción principal en el orden interno de china (6 de junio de 1952)

En 79 Una vez derribadas la clase terrateniente y la burguesía burocrática, la contradicción entre la clase obrera y la burguesía nacional pasó a ser la contradicción principal de orden interno en China y, por consiguiente, no se debe seguir calificando de clase intermedia a la burguesía nacional.

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En Unámonos y tracemos una clara línea de demarcación entre nosotros y el enemigo (4 de agosto de 1952)

[Leer todo]

En Criticar el chovinismo de gran Jan (16 de marzo de 1953)

En 89 En algunos lugares vienen acusando una grave anormalidad las relaciones entre las nacionalidades. Tal situación es intolerable para los comunistas. Es indispensable criticar a fondo las ideas chovinistas de gran Jan que se manifiestan de modo grave entre muchos militantes y cuadros de nuestro Partido, ideas reaccionarias de la clase terrateniente y la burguesía, ideas kuomintanistas, reflejadas en las relaciones entre las nacionalidades; se debe proceder inmediatamente a corregir los errores al respecto. [...] En 90 En otras palabras, las ideas burguesas dominan en la mente de una parte de los camaradas y del pueblo que no ha recibido una educación marxista ni asimilado la política del CC sobre la cuestión nacional.

En Resolver el problema de los “cinco excesos” (19 de marzo de 1953)

En 91 1. En el trabajo de nuestros organismos partidarios y gubernamentales en las zonas rurales existe un problema que los aleja seriamente de las masas campesinas y que lesiona los intereses del campesinado y de sus activistas; se trata de los “cinco excesos”. Con este término se alude a lo siguiente: excesivas tareas, excesivas reuniones y cursillos, excesivo papeleo de informes y encuestas, excesivos organismos y excesivas funciones asignadas a los activistas. [...]

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5. La producción agrícola es la tarea de todas las tareas en el campo, y las demás labores que se desarrollan allí deben girar en torno suyo y ponerse a su servicio. Es preciso ahorrarse toda pretendida tarea y todo método de trabajo que obstaculicen la producción de los campesinos. En la actualidad, la agricultura china es fundamentalmente una dispersa economía pequeño-campesina, en la que aún se utilizan aperos anticuados,... En 93 Lo que se llama cinco excesos en el trabajo de los territorios y cantones acusa, en alto porcentaje, una intervención excesiva en las actividades de los campesinos (en un porcentaje menor es producto, hasta hoy persistente, de las necesidades de la guerra revolucionaria y de la reforma agraria). Este fenómeno, que ha producido descontento entre los campesinos, debe ser eliminado. [Nota: Aprender a descubrir el “descontento entre los campesinos” en TODO momento y bajo CUALQUIER circunstancia]

En Critica a Liu Shao-chi y Yang Shang-kun... (19 de mayo de 1953)

[Sólo para hacer paralelos con esos que publican cosas en nombre de...] En 94 De hoy en adelante, cualquier documento o telegrama que se haya de expedir en nombre del Comité Central sólo podrá ser despachado después de que yo lo haya leído; de otra manera, no tendrá validez. Hagan el favor de tener esto en cuenta.

En Crítica a los conceptos de derecha que se apartan de la línea general (15 de junio de 1953)

En 95 La línea general y la tarea general del Partido para el período de transición consisten en cumplir en lo fundamental la industrialización del país y las transformaciones socialistas de la agricultura, de la artesanía y de la industria y comercio capitalistas en un lapso de

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diez a quince años o algo más. Esta línea general es el faro que nos ilumina en todos los frentes de trabajo. No debemos apartarnos de ella, pues de lo contrario incurriremos en errores de “izquierda” o de derecha. Hay quienes consideran demasiado largo el período de transición y se impacientan. Esto los conducirá a errores de “izquierda”. Otros siguen parados en el mismo sitio después de alcanzado el triunfo de la revolución democrática. Sin comprender que ha cambiado el carácter de la revolución, continúan trabajando por su “nueva democracia” y no por las transformaciones socialistas. Esto los conducirá a errores de derecha. Si hablamos de la agricultura, el único camino para la agricultura de nuestro país es el camino socialista. Desarrollar el movimiento de ayuda mutua y cooperación y elevar constantemente las fuerzas productivas agrícolas es el eslabón central de la labor del Partido en las zonas rurales.

En La liga de la juventud debe tener presentes en su trabajo las características propias de los jóvenes (30 de junio de 1953)

En 103 La tarea general del Partido para el período de transición consiste en cumplir en lo fundamental, a través de tres planes quinquenales, la industrialización socialista y las transformaciones socialistas de la agricultura, de la artesanía y de la industria y comercio capitalistas. Tres planes quinquenales suponen quince años [...] [...] La agricultura china, que en su mayor parte es todavía una economía individual, tiene que pasar por una metódica transformación socialista. Al promover el movimiento de ayuda mutua y cooperación en la agricultura, debemos atenernos al principio de voluntariedad.

En Acerca del capitalismo de Estado (9 de julio de 1953)

[Mucha atención a esta cita]

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En 105 La mayor parte de la actual economía capitalista de China es una economía capitalista sometida al control del gobierno popular, vinculada en diversas formas con la economía socialista estatal y supervisada por los obreros. Ya no es una economía capitalista común y corriente, sino particular, valga decir, una economía capitalista de Estado de nuevo tipo. Su principal razón de ser no es brindar ganancias a los capitalistas, sino satisfacer las necesidades del pueblo y del Estado. Es cierto que una parte de las ganancias producidas por los obreros todavía van a parar a manos de los capitalistas, mas ésta sólo representa una pequeña porción —aproximadamente un cuarto— del total de las ganancias mientras que los otros tres cuartos son para los propios obreros (en forma de fondos de bienestar), para el Estado (en forma de impuestos sobre la renta), así como para la ampliación de las instalaciones de producción (una pequeña parte de las ganancias derivadas de esa ampliación va a parar a manos de los capitalistas). En consecuencia, esta economía capitalista de Estado de nuevo tipo lleva en gran medida un carácter socialista y es beneficiosa para los obreros y el Estado.

En Contra las ideas burguesas en el Partido (12 de agosto de 1953)

En 107-108 Podemos advertir ahora que, aún después de las campañas contra los “tres males” y contra los “cinco males”, subsisten dentro del Partido dos tipos de errores de diferente carácter. Unos son errores ordinarios, como los “cinco excesos”, que cualquiera de nosotros puede cometer y en los que puede incurrir hoy o mañana. El error de “cinco excesos” puede, por lo demás, convertirse en el de “cinco suficiencias”. Los otros son errores de principio, como la tendencia al capitalismo. Se trata de un reflejo de la ideología burguesa en el seno del Partido, un problema de posición, de una posición contraria al marxismo-leninismo. [...] [...] ideas burguesas reflejadas en problemas concernientes a la línea. Estas ideas se advierten no solamente en el trabajo económico-financiero, sino también en otros trabajos como el político-jurídico y el cultural-educacional, entre los camaradas tanto del nivel central como del local.

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[...] [...] cuando el camarada Po Yi-po formuló el nuevo régimen tributario de “igualdad entre las empresas estatales y las privadas”, hasta la presente conferencia. Si hubiéramos dejado que ese régimen siguiera su curso, nos habríamos apartado ineluctablemente del marxismo-leninismo y de la línea general del Partido para el período de transición y habríamos marchado hacia el capitalismo. [...] En la crítica a las ideas erróneas de Po Yi-po, hay quienes dicen que su error es de individualismo pequeñoburgués. Esta afirmación es inapropiada. La crítica debe dirigirse principalmente contra sus ideas burguesas, que favorecen al capitalismo y perjudican al socialismo. Sólo una crítica como ésta es acertada. Ya dijimos que los errores oportunistas de “izquierda” eran reflejo del fanatismo pequeñoburgués en el Partido y que habían surgido en períodos de ruptura con la burguesía. En cambio, en los tres períodos de cooperación con la burguesía, esto es, el de la primera cooperación entre el Kuomintang y el Partido Comunista, el de la Guerra de Resistencia contra el Japón y el actual, ha sido siempre la ideología burguesa la que ha influido sobre una parte de los militantes, haciéndoles vacilar. Son éstas las circunstancias en las que Po Yi-po ha cometido su error. En 109

El error de Po Yi-po es un reflejo de la ideología burguesa.

[...] La industria y el comercio capitalistas deben ser conducidos gradualmente a la órbita del capitalismo de Estado. En 110 [...] En Kuichou, hace algún tiempo, un regimiento ocupó grandes extensiones de tierras de los campesinos; éste fue un grave atentado contra los intereses del pueblo. Es incorrecto no preocuparse por la vida del pueblo, mas el énfasis debe estar en la producción y la construcción. [Nota: en tiempos de guerra el centro es combatir pero hay que prestar atención a la construcción y la producción, y no sólo en las Bases de Apoyo] [...]

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Por lo que se refiere a la utilización, restricción y transformación de la economía capitalista, este problema también fue tratado ya con mucha claridad en la II Sesión Plenaria. La resolución señala que no se debe permitir que la economía capitalista privada se desarrolle sin freno, sino que es necesario limitarla empleando diversos medios: la restricción de la esfera de sus actividades, la política tributaria, los precios de mercado y las condiciones de trabajo. La relación economía socialista-economía capitalista es una relación entre lo dirigente y lo dirigido. La restricción y la resistencia a la restricción constituyen la forma principal de la lucha de clases en el Estado de nueva democracia. Ahora bien, el nuevo régimen tributario, que preconiza la “igualdad entre las empresas estatales y las privadas”, contraviene la línea que erige a la economía estatal en sector dirigente. En lo que respecta a la cooperativización de la economía agrícola y la economía artesanal individuales, la resolución de la II Sesión Plenaria dice explícitamente: “Tales cooperativas son organizaciones económicas colectivas de las masas trabajadoras, basadas en la propiedad privada y que se hallan bajo la conducción del Poder estatal dirigido por el proletariado. En 111 Hoy existen dos tipos de frente único, dos tipos de alianza. Una es la alianza entre la clase obrera y el campesinado, que constituye el cimiento, y la otra, la que existe entre la clase obrera y la burguesía nacional. Los campesinos son trabajadores y no explotadores; la alianza de la clase obrera con el campesinado es duradera. Sin embargo, entre la clase obrera y el campesinado hay contradicciones. Debemos conducir gradualmente a los campesinos de la propiedad individual a la propiedad colectiva, con sujeción al principio de voluntariedad. En el futuro existirán igualmente contradicciones entre la propiedad estatal y la colectiva. Todas ellas son contradicciones no antagónicas. En cambio, la contradicción entre la clase obrera y la burguesía es antagónica. En 112-113 Actualmente tenemos que combatir el subjetivismo, tanto en su manifestación de ciego avance temerario como en su manifestación de conservatismo. [...] el dogmatismo y de paso combatimos el empirismo; ambos son subjetivismo. [...] Si no terminamos con el subjetivismo, no podremos obtener éxitos ni en la revolución ni en la construcción. En el período de la revolución democrática, utilizando

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como método la campaña de rectificación, corregimos los errores de subjetivismo y así logramos la unidad de todos los camaradas del Partido, tanto de los que seguían la línea correcta como de los que habían cometido errores; ellos partieron de Yenán, con nuevos bríos, para los distintos frentes de batalla, y todo el Partido, unido en apretado haz, conquistó la victoria nacional. Ahora nuestros cuadros son más maduros y su nivel político, más alto; espero que en un plazo no muy largo terminemos fundamentalmente con el subjetivismo en el trabajo de dirección, logrando que lo subjetivo concuerde con lo objetivo. La clave para la solución de todos estos problemas consiste en fortalecer la dirección colectiva y combatir el dispersionismo. En 114-116 [Sólo para recordar] En la presente conferencia, Liu Shao-chi dijo que había cometido un tantico de errores, y el camarada Teng Siao-ping también dijo que había cometido un tantico de errores. Toda persona, sea quien fuere, tiene que hacer una autocrítica si ha cometido un error, y aceptar la supervisión partidaria y la dirección del comité del Partido del nivel correspondiente: he aquí el requisito principal para poder cumplir las tareas del Partido. En todo el país son muchos los que viven a costillas del anarquismo. Po Yi-po es uno de ellos. Él ha degenerado hasta cierto punto en lo político e ideológico, y es completamente necesario criticarlo. [...] En la II Sesión Plenaria del VII Comité Central se tomaron algunas determinaciones que no fueron consignadas en su resolución. Primero, no celebrar cumpleaños. Celebrarlos no da larga vida a nadie. Lo importante es realizar bien nuestro trabajo. Segundo, no hacer regalos. O, al menos, no dentro del Partido. Tercero, hacer menos brindis, aunque es permisible brindar en ciertas ocasiones. Cuarto, aplaudir menos. Pero no hay que prohibir los aplausos ni echar un balde de agua fría a las masas, que expresan así su entusiasmo. Quinto, no bautizar lugares con nombres de personas. Sexto, no colocar a camaradas chinos en el mismo plano que Marx, Engels, Lenin y Stalin. Así debe ser, pues se trata de una relación entre discípulos y maestros. Cumplir estas determinaciones significa tener una actitud de modestia.

En síntesis, debemos mantener la modestia, el afán de apren-

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der y el espíritu de perseverancia y atenernos firmemente al sistema de dirección colectiva, para llevar a cabo las transformaciones socialistas y conseguir el triunfo del socialismo.

En Camino obligado para la transformación de la industria y comercio capitalistas (7 de septiembre de 1953)

En: 117-118 Llevar a cabo la transformación del sector capitalista en socialista pasando por el capitalismo de Estado. [...] 5. Las tres formas del capitalismo de Estado que se aplican a la industria privada son: empresas mixtas estatal-privadas; encargos a las empresas privadas hechos por el Estado, que es el proveedor único de las materias primas y comprador único de sus productos; y compra por el Estado de la mayor parte de los productos de las empresas. 6. En lo que se refiere al comercio privado, también es factible el capitalismo de Estado, y no se puede despachar el asunto con sólo decir “dejémoslo por fuera”. Todavía es escasa nuestra experiencia a este respecto, y es necesario seguir estudiando el problema. [...] La siguiente tabla muestra la distribución de las ganancias de las empresas adscritas al capitalismo de Estado: Impuesto sobre la renta Fondos de bienestar Fondos de acumulación Dividendos para los capitalistas

34,5% 15,0% 30,0% 20,0%

Total

100%

En 119 13. Un sector es el dirigente y el otro, el dirigido; el primero no procura intereses privados, mientras el segundo todavía lo hace en parte, y así muchas otras cosas en que el uno difiere del otro. Sin embargo, en las condiciones actuales de nuestro país, la industria y

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comercio privados sirven en lo fundamental a la economía nacional y la vida del pueblo (a estos aspectos se destinan aproximadamente tres cuartos de sus ganancias).

En Critica a las reaccionarias ideas de Liang Shu-ming (16-18 de septiembre de 1953)

[Leer todo] En 131 Hay tres tipos de patriotismo: el verdadero, el falso y el vacilante, que es un patriotismo entre verdadero y falso. [...] A aquellos que han roto de veras sus relaciones con el imperialismo y la pandilla de Taiwán, los acogemos con los brazos abiertos, por muy atrasados que sean. Estos son verdaderos patriotas. Los falsos patriotas son los que, tras ese sutil disfraz que lucen, esconden cosas muy diferentes del patriotismo. El tercer tipo lo constituyen los elementos vacilantes, cuyo patriotismo es mitad verdadero y mitad falso y que giran como veletas. Seguirán al Partido Comunista con tal que no estalle una tercera guerra mundial ni retorne aquí Chiang Kai-shek. Si estalla la guerra, concebirán otros planes.

En Dos charlas sobre la ayuda mutua y la cooperación en la agricultura (octubre y noviembre de 1953)

En 143 Entre la oferta y la demanda de cereales y algodón también existe una contradicción agudísima. Dentro de poco, lo mismo sucederá con la carne, la grasa y el aceite comestible. La demanda está aumentando considerablemente, mientras que la oferta se halla muy atrás. Con miras a solucionar esta contradicción entre la oferta y la demanda, debemos resolver la contradicción entre el sistema de propiedad y las fuerzas productivas. ¿Propiedad individual o colectiva? ¿Propiedad capitalista o socialista? Las relaciones de producción basadas en la propiedad individual chocan de lleno con la posibilidad

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de una gran oferta. La propiedad individual debe transformarse en propiedad colectiva, en propiedad socialista. Hay cooperativas de tipo inferior; y en ellas los campesinos aportan sus tierras como cuota; pero también hay cooperativas de tipo superior, y en ellas las tierras pertenecen a la colectividad, a las cooperativas. Se puede decir que la línea general está destinada a solucionar el problema de la propiedad. La propiedad estatal existente se amplía mediante la construcción de nuevas empresas estatales y la reconstrucción y ensanchamiento de otras viejas. La propiedad privada, que se divide en dos clases —la del pueblo trabajador y la de la burguesía—, tiene que transformarse, la primera, en propiedad colectiva y, la segunda, en propiedad estatal (integrándose a la propiedad socialista a través de empresas mixtas estatal-privadas). Sólo de este modo se podrá desarrollar las fuerzas productivas y llevar a cabo la industrialización del país. El desarrollo de las fuerzas productivas es lo único que permitirá resolver la contradicción entre la oferta y la demanda. En 145 Hay un antiguo proverbio que reza: “Cuando se agarra la cuerda clave de la red, se abren todas las mallas. “Sólo agarrando la primera, se pueden abrir estas últimas; la cuerda clave es el tema principal. La contradicción entre el socialismo y el capitalismo y la solución gradual de esta contradicción son nuestro tema principal, la cuerda clave. Agarrando esta cuerda, tendrán su guía todos los trabajos políticos y económicos destinados a ayudar a los campesinos. [Leer el resto o todo el documento; sobre las cooperativas, muy interesante]

En Sobre el proyecto de Constitución de la República Popular China (14 de junio de 1954)

En 151-154 Primero. En este proyecto de Constitución se han sintetizado las experiencias del pasado, en particular, las de la revolución y la construcción en estos cinco años. Allí se han resumido las experiencias de la revolución popular dirigida por el proletariado contra el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático, así como las experiencias de la reforma social, la construcción económica y cultural y la labor gubernamental de los últimos años. También se

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han sintetizado las experiencias relativas a la cuestión constitucional, acumuladas a partir de los últimos años de la dinastía Ching, valga decir, desde los diecinueve preceptos proclamados en los días finales de la dinastía Ching, pasando por la Constitución Provisional de la República de China proclamada en 1912, las constituciones o proyectos de constitución de gobiernos de caudillos militares del Norte y el Convenio de la República de China para el Período de Tutela Política del reaccionario gobierno chiangkaishekista, hasta la espuria constitución de Chiang Kai-shek. De todos ellos sólo uno es positivo, y los demás son negativos. En efecto, la Constitución Provisional de la República de China de 1912 fue un documento relativamente bueno para su tiempo. [...] Segundo. En nuestro proyecto de Constitución se combina la fidelidad a los principios con la flexibilidad. Los principios son fundamentalmente dos: el de la democracia y el del socialismo. La nuestra no es una democracia burguesa, sino una democracia popular o, dicho de otro modo, es la dictadura democrática popular dirigida por el proletariado y basada en la alianza obrero-campesina. El principio de la democracia popular impregna toda nuestra Constitución. El otro es el principio del socialismo. Hoy ya hay socialismo en nuestro país. La Constitución estipula la obligatoriedad de llevar a cabo las transformaciones socialistas y la industrialización socialista del país. He aquí la fidelidad a los principios. Ahora bien, ¿aplicar el principio del socialismo significa implantar el socialismo de la noche a la mañana, a escala nacional y en todos los terrenos? Esto puede parecer muy revolucionario, pero, como carece de flexibilidad, está condenado a caer en la inoperancia, a encontrar oposición y a terminar en fracaso. Así, se debe permitir que se haga de manera gradual lo que no se puede realizar de un golpe. Veamos el caso del capitalismo de Estado; lo que se propone es su implantación gradual. El capitalismo de Estado no se limita a una sola forma —la de empresa mixta estatal-privada—, sino que tiene diversas formas. Nótense las palabras “gradual” y “diversas”. Esto quiere decir que se implantará de manera gradual el capitalismo de Estado en sus diversas formas, hasta llegar al sistema de propiedad socialista de todo el pueblo. Implantar este sistema es un principio nuestro, pero su ejecución debe ir acompañada de la flexibilidad. Aquí, el término “flexibilidad” señala al capitalismo de Estado, que tiene “diversas” formas y no una sola, y cuya realización se logra de manera “gradual” y no de un día para otro. Es así como se flexibilizan las cosas. Consagramos en la Constitución lo que ahora es realizable y dejamos por fuera de ella lo que actualmente es irrealizable. [...] Otro ejemplo es la cuestión de las minorías nacionales, que, si bien se relaciona con lo que es común

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a toda la nación, tiene al mismo tiempo sus particularidades. Para lo común se dan artículos generales, y para lo particular, artículos específicos. Las minorías nacionales tienen sus propias particularidades políticas, económicas y culturales. ¿Cuáles son sus particularidades económicas? Por ejemplo, el Artículo 5 señala que en la República Popular China existen actualmente cuatro formas de propiedad sobre los medios de producción; pero, en realidad, hay otras formas de propiedad en las zonas de minorías nacionales. ¿Subsiste o no el régimen de propiedad de la comunidad primitiva en nuestro país? Supongo que subsiste entre algunas minorías nacionales. Asimismo, en nuestro país existen todavía la propiedad esclavista y la propiedad feudal. Aunque, vistos con los ojos de hoy, no son buenos ni el sistema esclavista, ni el feudal, ni el capitalista, lo cierto es que en la historia fueron más progresistas que el sistema de la comunidad primitiva. Fueron progresistas al comienzo, pero más tarde se volvieron inservibles y, en consecuencia, fueron reemplazados por otros. El Artículo 70 del proyecto de Constitución estipula que, en las zonas de minorías nacionales, “de conformidad con las particularidades políticas, económicas y culturales de la nacionalidad o nacionalidades de una localidad, se pueden elaborar estatutos de autonomía y estatutos específicos”. Todos estos son ejemplos de cómo se integra la fidelidad a los principios con la flexibilidad. [Nota: En cuanto a minorías nacionales y nacionalidades ver la fundamentación en la nueva Constitución (Pekín Informa número 4 del 29 de enero 1975). Tener en cuenta que ambos puntos de partida son en la construcción del socialismo después de la toma del poder. Extractos, dice en: Preámbulo ... Por más de 20 años, el pueblo de todas las nacionalidades de nuestro país, bajo la dirección del partido Comunista de China y prosiguiendo su avance triunfal, ha logrado victorias en la revolución y la construcción socialistas... [...] Debemos consolidar la gran unión del pueblo de todas las nacionalidades dirigidas por la clase obrera y basada en la alianza obrero-campesina y desarrollar el frente único revolucionario. [...]

¡Pueblo de todas las nacionalidades del país, unámonos para

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conquistar mayores victorias!

Capítulo I



Principios generales

[...]

Artículo 4

La República Popular China es un Estado multinacional unitario. Todas las zonas donde se aplica la autonomía nacional regional son parte inseparable de la República Popular China Todas las nacionalidades son iguales en derechos. Se debe combatir el chovinismo de gran nacionalidad y el chovinismo de nacionalidad local. Todas las nacionalidades tienen la libertad de usar sus propias lenguas orales y escritas. [...]

Artículo 5

En la República China existen principalmente, en la actualidad, dos tipos de propiedad sobre los medios de producción: propiedad socialista de todo el pueblo y propiedad colectiva socialista de las masas trabajadoras. El Estado permite que los trabajadores individuales no agrícolas [...] se dediquen al trabajo individual sin explotar a otros y dentro de los límites admitidos por la ley. Al mismo tiempo, se les debe conducir paso a paso a tomar el camino de la colectivización socialista.

Apartado 4



Organismos autónomos de las zonas de autonomía nacional



Artículo 24

Las regiones autónomas, prefecturas autónomas y distritos autónomos son zonas de autonomía nacional. Sus organismos autónomos son las asambleas populares y los comités revolucionarios. Además de las atribuciones de los organismos locales del Estado especificadas en el apartado 3 del capítulo II de esta Constitución (empieza diciendo: Las asambleas populares locales a los diversos

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niveles son los órganos locales del poder del Estado), los organismos autónomos de las zonas de autonomía nacional pueden ejercer la autonomía dentro de los límites de su competencias establecidos por la ley. Los organismos estatales a nivel superiores deben asegurar plenamente a los organismos autónomos de las zonas de autonomía nacional el ejercicio de la autonomía y apoyar activamente a las minorías nacionales en la realización de la revolución y la construcción socialistas.]

En En refutación de la “uniformidad de la opinión publica” (24 de mayo de 1955)

En 184 [Leer todo]

En Prefacio y glosas a materiales sobre la camarilla contrarrevolucionaria de Ju Feng (mayo y junio de 1955)

En 187 [Leer todo]

En Sobre el problema de la cooperativización agrícola (31 de julio de 1955)

En 215-216 Partiendo de la posición de la burguesía, de los campesinos ricos o de los campesinos medios acomodados, que tienden espontáneamente al capitalismo, algunos camaradas abordan de manera errónea un problema de importancia capital como es el de la alianza obrero-campesina. Ellos opinan que es muy peligrosa la actual situación del movimiento de cooperativización, y nos aconsejan “apearnos inmediatamente del caballo” en nuestro actual camino de la coope-

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rativización. [...] Como todos saben, hemos forjado la alianza obrero-campesina, establecida sobre la base de la revolución democrático-burguesa antiimperialista y antifeudal, revolución que arrancó la tierra a los terratenientes y la distribuyó entre los campesinos, liberándolos del yugo de la propiedad feudal. Pero esa revolución pertenece al pasado, y la propiedad feudal ya está liquidada. Lo que subsiste actualmente en el campo es la propiedad capitalista de los campesinos ricos y el inmenso océano de la propiedad campesina individual. Está a la vista de todos que, durante los últimos años, las fuerzas espontáneas del capitalismo han venido aumentando diariamente en el campo. En todas partes han surgido nuevos campesinos ricos, y muchos campesinos medios acomodados procuran hacerse campesinos ricos. Por otro lado, multitud de campesinos pobres siguen en la miseria debido a la escasez de medios de producción; algunos se han endeudado y otros han vendido su tierra o la han dado en arriendo. Si se deja que esta situación prosiga, se irá agravando de día en día la polarización en el campo. Los campesinos que hayan perdido su tierra o continúen en la pobreza, se quejarán de que no movemos un solo dedo para salvarlos de la ruina o para ayudarlos a salir de las dificultades. También se sentirán descontentos con nosotros los campesinos medios acomodados, que tienen tendencia al capitalismo, pues jamás podremos satisfacer sus demandas a menos que queramos emprender el camino capitalista. ¿Puede permanecer sólida la alianza obrera-campesina en tales circunstancias? Claro que no. Este problema sólo puede resolverse sobre una base nueva. Esto significa que, simultáneamente con la realización gradual de la industrialización socialista y de las transformaciones socialistas de la artesanía y de la industria y comercio capitalistas, debemos efectuar paso a paso la transformación socialista de toda la agricultura, en otras palabras, realizar la cooperativización, eliminando en el campo la economía de campesino rico y la economía individual, para que prospere conjuntamente toda la población rural. Sostenemos que ésta es la única manera de consolidar la alianza obrero-campesina. Si no procedemos así, surgirá el peligro de que se rompa. [...] Para fines del último año del Primer Plan Quinquenal y comienzos del primer año del Segundo, es decir, para la primavera de 1958, habrán ingresado en cooperativas de carácter semisocialista unos 250 millones de individuos, o sea, unos 55 millones de familias campesinas (calculando un promedio de 4,5 personas por familia), cifra que representa la mitad de la población rural. En 220-221

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En la actualidad, estamos realizando no sólo una revolución en el sistema social, esto es, la transformación de la propiedad privada en propiedad social, sino también una revolución técnica: la transformación de la producción manual en producción moderna, mecanizada y en gran escala. Ambas revoluciones se hallan ligadas entre sí. En la agricultura, dadas las condiciones de nuestro país, hay que realizar primero la cooperativización (lo que sucedió en los países capitalistas fue la transformación capitalista de la agricultura), y sólo después se podrán emplear grandes máquinas. De ahí que en ningún caso podamos considerar la industria y la agricultura, la industrialización socialista y la transformación socialista de la agricultura, como dos cosas separadas y aisladas la una de la otra, ni destacar una en desmedro de la otra. [...] El desenvolvimiento en gran escala de la industria ligera no sólo exige expandir la industria pesada sino también la agricultura, ya que no puede realizarse sobre la base de la economía pequeño-campesina; para ello se requiere la gran explotación agrícola, que en nuestro país significa agricultura cooperativa socialista, pues únicamente este tipo de explotación puede dar a los campesinos una capacidad adquisitiva incomparablemente superior a la actual. Esta experiencia también nos la ha suministrado la Unión Soviética, pero algunos de nuestros camaradas no la han tomado en cuenta. Colocándose en la posición de la burguesía, de los campesinos ricos o de los campesinos medios acomodados, que tienden espontáneamente al capitalismo, ellos siempre piensan en los intereses de una minoría, en lugar de considerar los intereses de todo el país y de todo el pueblo desde la posición de la clase obrera. [Leer todo. Muy aleccionador]

En Para la cooperativización agrícola debemos apoyarnos en la militancia del partido y de la liga y en los campesinos pobres y campesinos medios inferiores (7 de septiembre de 1955)

En 223 [...] 3) los antiguos campesinos medios inferiores. Con respecto a los campesinos medios acomodados —los nuevos y antiguos campesinos medios superiores— que no desean temporalmente ingresar en las cooperativas, no hay que incorporarlos por la fuerza. En muchos lugares, ha sucedido que se los ha forzado a ingresar en las cooperativas echando el ojo a sus bestias y aperos de labranza (el valor fijado es demasiado bajo, y el plazo de amortización, demasiado largo). Esto es, en la práctica, una vulneración de sus in-

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tereses y va en contra del principio de “unirnos sólidamente con los campesinos medios”, principio marxista que no debemos infringir en ningún momento. En cuanto a aquellos campesinos medios acomodados con una espesa mentalidad capitalista (sin que esto se refiera, desde luego, a los pocos que son ecuánimes y competentes y que tienen una alta conciencia política), arrastrarlos a las cooperativas, permitirles colarse en ellas para escalar la dirección (su ingreso no obedece a una verdadera conciencia política), o dejarles organizar un tipo rebajado de cooperativas tales como las descubiertas en el distrito de Shuangeheng, provincia de Jeilungchiang, sería muy desfavorable para la implantación de la posición dirigente de los campesinos pobres y los campesinos medios inferiores, dondequiera que las cooperativas estén recién fundadas o no hayan alcanzado todavía el predominio; es, pues, imperativo implantar en todas las cooperativas la posición dirigente de los campesinos pobres y los campesinos medios inferiores. En 224 [...] Hay que tener en claro algunos puntos más respecto al problema de en quiénes debemos sustentarnos en el campo. Debemos sustentarnos, en primer lugar, en la militancia del Partido y de la Liga. Es incorrecto que los organismos dirigentes del Partido de comité territorial para arriba, así como los cuadros enviados al campo para guiar el trabajo, no se sustenten en los miembros del Partido y de la Liga, como lo primero que deben hacer, sino que los metan en un mismo saco que a la gente de fuera del Partido y de la Liga. Debemos apoyarnos, en segundo lugar, en los elementos más activos, no militantes del Partido, los cuales deben llegar a constituir más o menos un 5 por ciento de la población rural (por ejemplo, para un cantón de unos 2.500 habitantes, aproximadamente 125 activistas). Debemos esforzarnos por formar un contingente de tales activistas; tampoco a ellos conviene confundirlos con las masas en general. Y, sólo en tercer lugar, debemos sustentarnos en las amplias masas de los campesinos pobres y los dos sectores de los campesinos medios inferiores. Si no tenemos en claro el problema de en quiénes debemos sustentarnos ni de cómo hacerlo, cometeremos errores en el movimiento de cooperativización.

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En Un debate en torno a la cooperativización agrícola y la actual lucha de clases (11 de octubre de 1955)

En 225 El problema de la relación entre la cooperativización agrícola y la transformación de la industria y comercio capitalistas, o sea, la relación entre la tarea del cumplimiento fundamental de la transformación socialista de la agricultura en el plazo de unos tres planes quinquenales y la tarea del cumplimiento fundamental, en el mismo plazo, de la transformación socialista de la industria y comercio capitalistas, es el problema de la relación entre la cooperativización agrícola y la burguesía. A nuestro juicio, sólo a medida que, en el proceso de la radical transformación socialista de la agricultura, se consolide gradualmente la alianza de la clase obrera con el campesinado sobre una base nueva, la base del socialismo, podremos ir cortando todos los vínculos existentes entre la burguesía urbana y el campesinado y llegar a aislar de manera definitiva a la burguesía, lo que nos facilitará transformar radicalmente la industria y comercio capitalistas. El objetivo que buscamos al realizar la transformación socialista de la agricultura consiste en extirpar las raíces del capitalismo en la vastedad del campo. Hasta ahora no hemos consumado la cooperativización agrícola; la clase obrera todavía no ha establecido, sobre una base nueva, una alianza sólida con el campesinado, y la que tiene ahora es aún inestable. Actualmente los campesinos no están satisfechos con la alianza que forjamos con ellos en el pasado sobre la base de la revolución agraria. Ya han olvidado un poco los beneficios que obtuvieron en aquel entonces. Ahora es menester darles nuevos beneficios: el socialismo. Hasta hoy no todos los campesinos han logrado una vida holgada, y la producción de cereales y de materias primas industriales sigue siendo muy insuficiente. En tales circunstancias, es posible que la burguesía utilice este problema como un asidero para atacarnos. Pero a la vuelta de unos cuantos años, presenciaremos una situación completamente distinta: La clase obrera y el campesinado habrán establecido sobre la nueva base una alianza más sólida que la de antes. En 278-228

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Tenemos ahora dos alianzas: una, con el campesinado y, la otra, con la burguesía nacional. Ambas son indispensables para nosotros, y de este problema también ha hablado el camarada Chou Enlai. ¿Qué beneficio nos trae la alianza con la burguesía? La obtención de una mayor cantidad de productos industriales para el intercambio por productos agrícolas. Esta fue la idea que Lenin concibió en un momento posterior a la Revolución de Octubre. Como el Estado no poseía artículos industriales para el intercambio, los campesinos, renuentes a que se les pagara únicamente en papel moneda, no le vendían sus cereales. En estas circunstancias, Lenin propuso que el Poder estatal del proletariado concluyera una alianza con el capitalismo de Estado para incrementar los productos industriales y hacer frente así a las fuerzas espontáneas del campo [1 Véase V. I. Lenin, Sobre el impuesto en especie]. Con la alianza que hemos concertado con la burguesía, absteniéndonos, por el momento, de confiscar las empresas capitalistas y aplicándole la política de utilización, restricción y transformación, nos proponemos obtener más productos manufacturados para satisfacer las necesidades de los campesinos y, de esta manera, lograr que éstos abandonen la renuencia que tienen a vender cereales e incluso ciertas materias primas industriales. Así es como nos valemos de la alianza con la burguesía para hacer cambiar esa actitud de los campesinos. Al mismo tiempo, nos sustentamos en la alianza con el campesinado para obtener cereales y materias primas industriales y, con ello, sujetar a la burguesía. Los capitalistas no disponen de materias primas; el Estado sí. Para obtener las que necesitan, tienen que vender a éste sus productos manufacturados y tomar el camino del capitalismo de Estado. Si no acceden, nos negaremos a suministrarles materias primas, cerrándoles así cualquier otra salida. De esta manera, bloquearemos el camino capitalista que trata de seguir la burguesía fomentando el mercado libre, adquiriendo libremente las materias primas y vendiendo del mismo modo los productos industriales; además, aislaremos a la burguesía en lo político. He aquí la acción recíproca entre estas dos alianzas. De ellas, la alianza con el campesinado es la principal, fundamental y de primer orden, mientras que la alianza con la burguesía es temporal y de orden secundario. Tanto la una como la otra son hoy indispensables en un país económicamente atrasado como el nuestro. La reforma agraria nos permitió a nosotros formar una alianza con el campesinado sobre la base de la democracia, y a los campesinos les permitió obtener tierra. La distribución de la tierra a los campesinos corresponde, por su naturaleza, a la revolución democrático-burguesa, pues con ella solamente se destruye el sistema de la propiedad feudal, pero no el de la propiedad capitalista ni el de la individual. Esta alianza Hizo que, por primera vez, la burguesía se sintiera aislada. En la III Sesión Plenaria del Comité Central, celebrada

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en 1950, yo dije que no debíamos atacar en las cuatro direcciones. En aquel entonces, todavía no se había llevado a cabo la reforma agraria en gran parte del país, y no todos los campesinos se habían puesto de nuestro lado; en esas circunstancias, no era conveniente abrir fuego contra la burguesía. Sólo después de que se realizó la reforma agraria y de que todo el campesinado se puso de nuestro lado, se hizo posible y necesario desplegar las campañas contra los “tres males” y contra los “cinco males”. La cooperativización agrícola nos permitirá reforzar nuestra alianza con el campesinado, ya no sobre la base de la democracia burguesa, sino del socialismo proletario. Así se podrá aislar en definitiva a la burguesía y facilitar la liquidación final del capitalismo. En 245-246 [muy interesante] Octavo. Hay que continuar combatiendo el chovinismo de gran Jan. Este constituye una manifestación de la ideología burguesa. Los janes tienen tanta gente que tienden a subestimar a las minorías nacionales y a no ayudarles de todo corazón; de ahí la necesidad de combatir implacablemente el chovinismo de gran Jan. Desde luego, también puede surgir de parte de las minorías nacionales el nacionalismo estrecho, que igualmente debemos combatir. Pero, el principal de estos dos fenómenos, el que debe ser combatido en primer lugar, es el chovinismo de gran Jan. Con tal que los camaradas de la nacionalidad Jan adopten una actitud correcta, traten de manera realmente justa a las minorías nacionales y que, en la aplicación de la política sobre la cuestión nacional y en su posición respecto a las relaciones entre nacionalidades, se adhieran completamente al marxismo y no a las ideas burguesas, es decir, con tal que estén exentos del chovinismo de gran Jan, será relativamente fácil superar la mentalidad de nacionalismo estrecho que pueda existir entre las minorías nacionales. Todavía hoy son muchas las manifestaciones de chovinismo de gran Jan, tales como el acaparamiento del manejo de todos los asuntos de las minorías nacionales, la falta de respeto a sus costumbres y prácticas tradicionales, las ínfulas de infalibilidad, el menosprecio a las minorías nacionales y la afición a hablar de su atraso. En la Conferencia Nacional del Partido celebrada en marzo pasado, dije que China no podía prescindir de las minorías nacionales. Nuestro país cuenta con decenas de nacionalidades. Las zonas donde habitan las minorías son más extensas que las de la nacionalidad Jan, y allí existen abundantes recursos naturales. La economía nacional no puede sostenerse prescindiendo de la economía de las minorías.

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En Prefacios a El auge socialista en el campo chino (septiembre y diciembre de 1955)

En 252 En la etapa inicial de la cooperativización, una parte de los campesinos medios fueron reacios a la transformación socialista, y lo fueron, sobre todo, los campesinos medios acomodados, que tienen una fuerte inclinación al capitalismo. De lo que aquí se trata es de la política y los métodos de trabajo del Partido para con los campesinos medios en el movimiento de cooperativización. En 256 [...] Nos indica que basta un año más, el de 1956, para concluir básicamente la cooperativización agrícola semisocialista. Y en otros tres o cuatro años, es decir, en 1959 ó 1960, podremos terminar, en lo fundamental, la conversión de las cooperativas semisocialistas en cooperativas plenamente socialistas. Nos demuestra, además, que también debemos esforzarnos por cumplir, antes de lo programado, las transformaciones socialistas de la artesanía y de la industria y comercio capitalistas de China, para responder a las necesidades del desarrollo agrícola.

En Algunas experiencias en la historia de nuestro Partido (25 de septiembre de 1956)

Parte de una conversación sostenida por el camarada Mao Tsetung con delegados de algunos Partidos Comunistas latinoamericanos. [Estudiar completo, muy, muy interesante]

En Discurso pronunciado en la II Sesión Plenaria del VIII Comité Central del Partido Comunista de China (15 de noviembre de 1956)

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En 369-370 Un país y otro constituyen, igualmente, una unidad de contrarios. Tanto China como la Unión Soviética llevan el nombre de países socialistas, pero, ¿hay o no diferencias entre ellas? Sí. Son diferentes en cuanto a su composición nacional. Además, allí la Revolución de Octubre tuvo lugar hace ya treinta y nueve años, en tanto que aquí sólo han pasado siete años desde que conquistamos el Poder a escala nacional. Son diferentes también muchas de las cosas que se hacen en uno y otro país. Por ejemplo, a diferencia de lo allí sucedido, nuestra colectivización agrícola se efectúa pasando por varias etapas; son asimismo distintas de las suyas nuestra política para con los capitalistas, nuestra política de precios en el mercado y nuestra manera de tratar la relación de la agricultura y la industria ligera con la industria pesada; finalmente, difieren de los suyos los sistemas que practicamos en nuestro Ejército y nuestro Partido. A ellos les hemos dicho: No estamos de acuerdo con ustedes en algunas de las cosas que hacen ni aprobamos algunas de sus maneras de proceder. Cierto número de camaradas nuestros se desinteresan de la dialéctica y no hacen análisis. Creen que es bueno todo lo de la Unión Soviética y lo trasplantan mecánicamente. En realidad, todas las cosas, tanto chinas como extranjeras, son analizables; unas son buenas y otras, malas. En 373-374 La democracia es un medio; todo depende de a quién se aplica y con qué propósito. Nos gusta la democracia grande, pero una democracia grande bajo la dirección del proletariado. Movilizamos a las masas en la lucha contra Chiang Kai-shek y lo derribamos al cabo de veintitantos años de lucha; en el movimiento de reforma agraria, las masas campesinas se levantaron contra la clase terrateniente y, luego de tres años de lucha, obtuvieron la tierra. Todo esto significó democracia grande. La campaña contra los “tres males” tuvo como blanco a los funcionarios corrompidos por la burguesía, y la campaña contra los “cinco males”, a la burguesía; fueron duros golpes contra ellos. Todas estas luchas constituyeron vigorosos movimientos de masas implicaron democracia grande. Días atrás, las masas efectuaron manifestaciones frente a la Oficina del Encargado de Negocios de Inglaterra acreditado en China y centenares de miles de personas realizaron un gran mitin en la Plaza Tienanmen, de Pekín, como actos de apoyo a Egipto en su resistencia a la agresión anglo-francesa. Esto también significa democracia grande, dirigida contra el imperialismo. ¿Por qué no nos va a gustar una democracia grande como ésta? Nos gusta de veras. ¿Contra quiénes está dirigida esta democracia gran-

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de? Contra el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático, así como contra el capitalismo. La transformación socialista de la industria y el comercio privados está dirigida contra el capitalismo. La transformación socialista de la agricultura tiene por objeto abolir la propiedad privada de los pequeños productores y, por su naturaleza, también está dirigida contra el capitalismo. La transformación socialista de la agricultura la efectuamos mediante el movimiento de masas, es decir, mediante la movilización del campesinado, siendo lo más importante hacer que primero se organizaran los campesinos pobres y los campesinos medios inferiores, de modo que luego los campesinos medios superiores no tuvieran otro remedio que dar su aprobación. En cuanto a la aprobación que a la transformación socialista dieron los capitalistas batiendo tambores y gongs, eso se explica porque no les quedaba otra alternativa ante el auge socialista en el campo y el empujón que desde abajo les propinaron las masas obreras. En 374-375 Hace unos pocos años, se decidió construir un aeropuerto en cierto lugar de la provincia de Jonán. Pero, se obligó a los campesinos del lugar a mudarse, sin antes haberlos acomodado debidamente ni haberles explicado con claridad las razones. Los campesinos protestaron: “Ni los mismos pájaros dejarían de lanzar unos chillidos si ustedes, armados de una vara, hurgaran y derribasen sus nidos.” También tú, Teng Siao-ping, tienes un nido; ¿no lanzarías gritos si yo te lo destruyera? [...] Debemos permitir que los obreros se declaren en huelga y que las masas hagan manifestaciones. El derecho a realizar manifestaciones está estipulado en la Constitución. Propongo que, en el futuro, cuando se modifique la Constitución, se agregue la libertad de huelga, permitiendo así que los obreros se declaren en huelga. Esto facilitará la solución de las contradicciones del Estado y los directores de fábrica con las masas. Estas son contradicciones y nada más. El mundo está lleno de contradicciones. La revolución democrática resolvió aquellas que teníamos con el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático. Hoy, también se han resuelto en lo fundamental nuestras contradicciones con el capitalismo nacional y la pequeña producción en cuanto al sistema de propiedad, pero, al mismo tiempo, se ha puesto de relieve contradicciones distintas y han surgido otras nuevas.

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En Discursos en una conferencia de secretarios de comités provinciales, municipales y de región autónoma del Partido (enero de 1957)

En 397 Quisiera decir algo sobre las relaciones chino-soviéticas. Creo que es inevitable que haya forcejeos y no hay razón para pensar que éstos no tengan cabida entre comunistas. ¿Existe en el mundo lugar alguno libre de forcejeos? El marxismo es un ismo de forcejeos, pues trata de las contradicciones y la lucha. Siempre existen contradicciones, y donde hay contradicciones hay lucha. Entre China y la Unión Soviética actualmente se presentan algunas contradicciones. En 400-402 En filosofía, materialismo e idealismo forman una unidad de contrarios, son dos cosas que luchan entre sí. Además de esta pareja, hay otra —dialéctica y metafísica—, con la cual sucede lo mismo. Siempre que se habla de filosofía, no pueden faltar estas dos parejas. En la Unión Soviética, ahora ya no se enfocan las cosas en términos de pareja, sino de solitario, y ello con el argumento de que sólo se debe franquear el paso a las flores fragantes, cerrándolo a las hierbas venenosas, con lo que se niega la existencia del idealismo y de la metafísica en los países socialistas. En realidad, en todos los países se puede advertir la presencia de idealismo, de metafísica, de hierbas venenosas. En la Unión Soviética, muchas hierbas venenosas hacen su aparición bajo el manto de flores fragantes y muchos planteamientos peregrinos salen con el rótulo de materialismo o realismo socialista. Nosotros, en cambio, reconocemos abiertamente la lucha entre materialismo e idealismo, dialéctica y metafísica, flores fragantes y hierbas venenosas. Esta lucha continuará por siempre, dando un paso adelante en cada etapa. Quisiera dar un consejo a los camaradas aquí presentes. Si ustedes poseen conocimientos de materialismo y dialéctica, deben estudiar, a modo de complemento, algo de sus contrarios, el idealismo y la metafísica. Es preciso leer materiales negativos como libros de Kant y Hegel, de Confucio y Chiang Kai-shek. Si no conocen nada acerca del idealismo y la metafísica ni han entrado en lucha con tales cosas negativas, sus conocimientos de materialismo y dialéctica carecerán de solidez. Un defecto de algunos de nuestros militantes e intelectuales del Partido reside precisamente en su escasísimo conocimiento de las cosas negativas. Se limitan a repetir lo que han

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aprendido en unos cuantos libros de Marx, y eso suena bastante monótono. Sus discursos y artículos carecen de fuerza convincente. Si uno no ha estudiado las cosas negativas, no puede refutarlas. Marx, Engels y Lenin procedieron de otra manera. Estudiaron e investigaron con ahínco las más variadas cosas de su tiempo y de la historia y, además, enseñaron a la gente a obrar así. Las tres partes integrantes del marxismo nacieron en el proceso del estudio de teorías burguesas —la filosofía clásica alemana, la economía política clásica inglesa y el socialismo utópico francés— y de la lucha contra ellas. Stalin fue un poco débil en este sentido. En su tiempo, la filosofía idealista clásica de Alemania fue considerada como una reacción de la nobleza alemana contra la revolución francesa. Con semejante conclusión se la descalificó a toda ella en bloque. Stalin negó la ciencia militar alemana al afirmar que, como los alemanes habían sido derrotados, ya no tenía validez su ciencia militar y no había para que leer los trabajos de Clausewitz. En Stalin hubo mucho de metafísica; además, él enseñó a mucha gente a ponerla en práctica. En el Compendio de Historia del Partido Comunista (bolchevique) de la URSS, planteó que al método dialéctico marxista lo caracterizaban cuatro rasgos fundamentales. Presentó como el primero de ellos la conexión de los objetos y fenómenos y lo hizo como si todos ellos estuvieran vinculados sin más ni más. Pero, ¿qué es lo que se halla vinculado? Los dos términos contrarios. Toda cosa supone la existencia de dos términos contrarios. Al explicar el cuarto rasgo —las contradicciones internas implícitas en los objetos y fenómenos—, se limitó a hablar de la lucha de los contrarios sin mencionar su unidad. De acuerdo con la ley de la unidad de los contrarios —la ley fundamental de la dialéctica—, los contrarios están en lucha pero al mismo tiempo conforman una unidad; se excluyen mutuamente pero también están vinculados entre sí y, en determinadas condiciones, se transforman el uno en el otro. La cuarta edición del Diccionario filosófico abreviado, redactado en la Unión Soviética, refleja en su definición de la “identidad” este punto de vista de Stalin. El diccionario dice: “Fenómenos tales como la guerra y la paz, la burguesía y el proletariado, la vida y la muerte, no pueden ser idénticos, porque son radicalmente contrarios y se excluyen mutuamente.” Esto quiere decir que tales fenómenos radicalmente contrarios, en vez de tener una identidad marxista, sólo se excluyen entre sí, no están mutuamente vinculados ni pueden, en determinadas condiciones, transformarse el uno en el otro. Tal afirmación es por completo errónea. Según la opinión de ellos, la guerra es la guerra y la paz, la paz, sin que entre una y otra haya conexión alguna sino simple

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exclusión mutua; la guerra no puede transformarse en paz, ni viceversa. Lenin citó una vez las siguientes palabras de Clausewitz: “La guerra es la continuación de la política por otros medios.” La lucha en los tiempos de paz es política, y lo es también la guerra, aunque valiéndose de medios especiales. La guerra y la paz se excluyen mutuamente y al mismo tiempo están interconectadas; además, en determinadas condiciones, la una se transforma en la otra. Si la guerra no se incubara en los tiempos de paz, ¿cómo podría estallar de repente? Y, si durante la guerra no se incubara la paz, ¿cómo podría ésta llegar súbitamente? Si la vida y la muerte no pudieran transformarse la una en la otra, cabría preguntar: ¿De dónde salieron entonces los organismos vivos? En un principio, en la Tierra sólo existía materia inerte; la materia viva apareció más tarde, gracias a las transformaciones operadas en la materia inerte, es decir, en la materia muerta. En todos los organismos vivos tiene lugar el metabolismo, tiene lugar el crecimiento, la reproducción y la muerte. En el proceso total de la existencia, vida y muerte incesantemente luchan entre sí y se transforman la una en la otra. [...] A Stalin se le escapó la conexión existente entre la lucha y la unidad de los contrarios. La mentalidad de ciertas personas en la Unión Soviética es metafísica; es tan rígida que, para ellas, esto es esto y lo otro es lo otro, sin que reconozcan la unidad de los contrarios. En 405 Quinto. El problema de los desórdenes. El hecho de que en la sociedad socialista unas cuantas personas promuevan desórdenes, es un nuevo problema que merece ser estudiado con seriedad. En la sociedad, toda cosa constituye una unidad de contrarios. La sociedad socialista es también una unidad de contrarios, y en ella hay unidad de contrarios en el seno del pueblo y la hay entre nosotros y el enemigo. La razón fundamental de que en el país todavía se presenten desórdenes promovidos por unas cuantas personas es que aún existen en nuestra sociedad diversos tipos de términos opuestos —los positivos y los negativos— y clases, personas y opiniones contrarias. Hemos cumplido en lo fundamental la transformación socialista de la propiedad sobre los medios de producción, pero subsisten la burguesía, los terratenientes y los campesinos ricos, así como tiranos locales y contrarrevolucionarios. Ellos conforman las clases expropiadas y son objeto de nuestra opresión. Sienten odio y, en muchos de ellos,

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este odio estalla en la primera oportunidad. Cuando se produjeron los acontecimientos de Hungría, alimentaron la esperanza de que Hungría se hundiera en el caos y pensaron que lo mejor sería que China corriera idéntica suerte. Esto se halla determinado por su naturaleza de clase. En 406 En la manera de pensar de los hombres, la búsqueda de la verdad en los hechos y el subjetivismo están en oposición. Pienso que habrá subjetivismo todos los años. ¿No habrá ni un ápice de subjetivismo de aquí a diez mil años? No lo creo. En 410 La lucha contra la ideología burguesa y contra los elementos malvados y sus fechorías será prolongada y durará decenios o hasta centenares de años. En su curso, la clase obrera, los demás trabajadores y los intelectuales revolucionarios irán adquiriendo experiencias y templándose, lo cual será de gran provecho. En 411-412 La razón fundamental de que uno tenga miedo a los desórdenes y, al mismo tiempo, los trate de manera simplista, es que ideológicamente no reconoce que la sociedad socialista constituye una unidad de contrarios y que en ella existen contradicciones, clases y lucha de clases. Durante largo tiempo, Stalin se mantuvo sin reconocer que en el sistema socialista subsisten la contradicción entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas y la contradicción entre la superestructura y la base económica. No fue sino en su obra Problemas económicos del socialismo en la URSS, escrita un año antes de su fallecimiento, en la que se refirió, pero a medias palabras, a la contradicción entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas en el sistema socialista, afirmando que podrían surgir problemas si la política no era correcta o si faltaba una regulación apropiada. Sin embargo, ni siquiera entonces planteó como un problema que afectase a todo el conjunto la contradicción entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas y la contradicción entre la superestructura y la base económica en el sistema socialista, ni llegó a comprender que éstas son las contradicciones fundamentales que impulsan hacia adelante la sociedad socialista. El estimaba que el Estado bajo su dirección era ya estable y sólido. Por lo que a nosotros respecta, no debemos considerar que el nuestro sea ya estable y sólido, pues si-

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multáneamente es y no es así. Según la dialéctica, del mismo modo que el hombre tiene que morir tarde o temprano, también el sistema socialista, corno fenómeno histórico que es, ha de desaparecer un día, ha de ser negado por el sistema Comunista. Si uno afirmase que nunca desaparecerá el sistema socialista, ni las relaciones de producción y la superestructura socialistas, ¿en dónde habría dejado el marxismo? ¿No equivaldría esto a un dogma religioso, a la teología, que predica la eternidad de Dios? Cómo tratar las contradicciones entre nosotros y el enemigo y las existentes en el seno del pueblo en la sociedad socialista es una ciencia, una ciencia que merece ser estudiada concienzudamente. En las condiciones de nuestro país, la actual lucha de clases es, parcialmente, manifestación de las contradicciones entre nosotros y el enemigo, pero, en la mayoría de los casos, manifestación de las contradicciones en el seno del pueblo. Un reflejo de este estado de cosas son los desórdenes que ahora promueve un reducido número de personas. Suponiendo que el globo terrestre se destruya dentro de diez mil años, por lo menos durante estos diez mil años enteros habrá desórdenes. Pero no nos corresponde ocuparnos de asuntos tan lejanos como los que han de ocurrir en términos de diez mil años. Lo que nos incumbe es hacer serios esfuerzos por adquirir, en un período de varios quinquenios, las experiencias necesarias para tratar este problema. [...] En un período posterior a la Segunda Guerra Mundial, el Partido Comunista de la Unión Soviética y los Partidos de algunos países de Europa Oriental dejaron de lado los principios fundamentales del marxismo. Tendieron un manto de silencio sobre la lucha de clases, la dictadura del proletariado, la dirección del Partido, el centralismo democrático, los vínculos del Partido con las masas, etc., y la atmósfera que allí se vivía era de escaso interés por estas cosas. Fue por eso que se produjeron los acontecimientos de Hungría. Nosotros hemos de atenernos firmemente a la teoría básica del marxismo. En todas las provincias, municipios y regiones autónomas es preciso emprender el trabajo teórico y preparar, en forma planificada, teóricos y críticos marxistas. En 413 Es preciso mantener estrechos vínculos con las masas. El que se divorcia de las masas y practica el burocratismo necesariamente sufre golpes. Por no haber hecho investigaciones, los dirigentes húngaros ignoraban el estado de ánimo de las masas y, en consecuencia,

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al sobrevenir los graves desórdenes, ni siquiera atinaron a comprender sus causas. En 415 Hay que persistir en eliminar a los contrarrevolucionarios. Todos los contrarrevolucionarios comprobados deben ser eliminados. Es necesario que acatemos nuestra legalidad, pero actuar conforme a la ley no significa atarnos de pies y manos. Es incorrecto dejar de eliminar a los contrarrevolucionarios atándonos de pies y manos. Debemos actuar conforme a la ley y con las manos libres.

Séptimo. El problema de la agricultura.... [Leer todo]

En 418 He aquí la naturaleza zigzagueaste del movimiento contradictorio de las cosas. En resumen, se impone proceder con arreglo a la dialéctica. Es a esto a lo que se ha referido el camarada Teng Siao-ping. A mi modo de ver, todo el Partido debe estudiar la dialéctica y promover la práctica de obrar conforme a ella. Todo el Partido debe prestar suficiente atención al trabajo ideológico y teórico, forjar un contingente teórico marxista y reforzar el estudio y la propaganda de la teoría marxista. Hay que aplicar la teoría marxista de la unidad de los contrarios para observar y abordar los nuevos problemas relativos a las contradicciones de clase y a la lucha de clases en la sociedad socialista, así como los nuevos problemas que surjan en las luchas a nivel internacional.

En Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo (27 de febrero de 1957)

En 420-421 En el período de la Guerra de Liberación, los enemigos del pueblo eran los imperialistas norteamericanos y sus lacayos —la burguesía burocrática y la clase terrateniente, así como los reaccionarios del Kuomintang que representaban a estas clases—; el pueblo lo constituían todas las clases, capas y grupos sociales que luchaban contra estos enemigos. En la etapa actual, período de edificación del

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socialismo, integran el pueblo todas las clases, capas y grupos sociales que aprueban y apoyan la causa de la construcción socialista y participan en ella, mientras que son enemigos del pueblo todas las fuerzas y grupos sociales que oponen resistencia a la revolución socialista y se muestran hostiles a la construcción socialista o la sabotean. Las contradicciones entre nosotros y el enemigo son antagónicas. En cuanto a las contradicciones en el seno del pueblo, las que existen dentro de las masas trabajadoras no son antagónicas, mientras que las existentes entre la clase explotada y la explotadora tienen, además del aspecto antagónico, otro no antagónico. Las contradicciones en el seno del pueblo no datan de hoy, pero tienen distinto contenido en los diferentes períodos de la revolución y el período de la construcción socialista. En las condiciones actuales de nuestro país, esas contradicciones comprenden: las contradicciones dentro de la clase obrera, dentro del campesinado y dentro de la intelectualidad; las contradicciones entre la clase obrera y el campesinado; las contradicciones entre los obreros y campesinos, por una parte, y los intelectuales, por la otra; las contradicciones entre la clase obrera y los demás trabajadores, de un lado, y la burguesía nacional, del otro; las contradicciones dentro de la burguesía nacional, etc. Nuestro gobierno popular es un gobierno que representa realmente los intereses del pueblo y que está al servicio de éste. Sin embargo, entre el gobierno y las masas populares también existen ciertas contradicciones. Estas incluyen las contradicciones entre los intereses del sector estatal, los intereses del sector colectivo y los intereses individuales, entre la democracia y el centralismo, entre dirigentes y dirigidos y entre las masas y ciertos trabajadores gubernamentales con estilo burocrático. Todas éstas también son contradicciones en el seno del pueblo. Hablando en términos generales, las contradicciones en el seno del pueblo son contradicciones que se dan sobre la base de la identidad fundamental de los intereses de éste. En 445-446 También el marxismo se ha desarrollado en medio de luchas. Al principio, Fue objeto de toda suerte de ataques y considerado como hierba venenosa. Esto sucede todavía hoy en muchos lugares del mundo. Sin embargo, el marxismo goza de una posición muy diferente en los países socialistas. Pero, incluso en éstos, subsisten ideas no marxistas, y aun antimarxistas. En China, aunque ha culminado básicamente la transformación socialista en lo tocante a la propiedad y han terminado en lo fundamental las vastas y tempestuosas luchas clasistas de las masas, características de los períodos de revolución, subsisten remanentes de las clases derrocadas: la clase terrateniente

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y la burguesía compradora; subsiste la burguesía, y la transformación de la pequeña burguesía acaba de empezar. La lucha de clases no ha terminado. La lucha de clases entre el proletariado y la burguesía, entre las diferentes fuerzas políticas y entre el proletariado y la burguesía en el terreno ideológico, será aún larga, tortuosa y a veces incluso muy enconada. El proletariado aspira a transformar el universo según su concepción del mundo, y a otro tanto aspira la burguesía. A este respecto, aún no ha sido solucionada realmente la cuestión de si será el socialismo o el capitalismo el que venza. Los marxistas siguen constituyendo una minoría lo mismo en el conjunto de la población que entre los intelectuales. Por eso el marxismo tiene que seguir desarrollándose a través de la lucha. El marxismo sólo puede desarrollarse en la lucha; esto no sólo es cierto para el pasado y el presente, sino necesariamente también para el futuro. Lo correcto se desarrolla siempre en el proceso de la lucha contra lo erróneo. Lo verdadero, lo bueno y lo hermoso sólo existen en comparación con lo falso, lo malo y lo feo y siempre se desarrollan en lucha con ellos. En el mismo momento en que la humanidad desecha un error y acepta una verdad, una nueva verdad comienza a luchar contra nuevas ideas erróneas. Esta lucha no cesará jamás. Esta es la ley del desarrollo de la verdad y, desde luego, también la ley del desarrollo del marxismo. En 448 A la par que criticamos el dogmatismo, debemos prestar atención a criticar el revisionismo. El revisionismo, oportunismo de derecha, es una corriente ideológica burguesa; es más peligroso que el dogmatismo. Los revisionistas, oportunistas de derecha, siempre tienen en la boca el marxismo y también atacan el “dogmatismo”. Pero lo que atacan es precisamente la quintaesencia del marxismo. Combaten o tergiversan el materialismo y la dialéctica; combaten o intentan debilitar la dictadura democrática popular y la dirección del Partido Comunista; combaten o intentan debilitar las transformaciones socialistas y la construcción socialista. Incluso después de la victoria Fundamental de la revolución socialista en nuestro país, quedan todavía cierto número de personas que sueñan con restaurar el sistema capitalista y que luchan contra la clase obrera en todos los frentes, incluido el ideológico. Y en esta lucha, tienen en los revisionistas a sus mejores ayudantes.

En Discurso ante la conferencia nacional del partido comunista de china sobre el trabajo de propaganda (12 de marzo de 1957)

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En 459-460 Vivimos ahora un período de grandes cambios sociales. Desde hace mucho tiempo la sociedad china se encuentra en medio de grandes cambios. La Guerra de Resistencia contra el Japón fue un período de grandes cambios y la Guerra de Liberación, otro. Pero los cambios actuales son, por su carácter, mucho más profundos que los anteriores. Estamos construyendo el socialismo. Cientos de millones de personas se han incorporado al movimiento de transformación socialista. Las relaciones de todas las clases entre sí se hallan en proceso de cambio. Tanto la pequeña burguesía agraria y artesanal como la burguesía industrial y comercial han sufrido mutaciones. Se ha transformado el sistema económico-social; la economía individual ha devenido en economía colectiva y la propiedad privada capitalista está siendo transformada en propiedad pública socialista. Cambios de tal magnitud, por supuesto, tienen que reflejarse en el pensamiento de la gente. El ser social determina la conciencia. Ante estos grandes cambios en el sistema social, la gente reacciona de distinto modo de acuerdo a las clases, capas o grupos sociales a que pertenece. Las grandes masas del pueblo los respaldan cálidamente, pues la vida misma ha demostrado que el socialismo es la única solución posible para China. Derribar el antiguo sistema social y establecer uno nuevo, el socialismo, es una gran batalla, un inmenso cambio en el sistema social y en las relaciones entre los hombres. Debe decirse que la situación es básicamente saludable. Pero, el nuevo sistema social acaba de establecerse y su consolidación todavía requiere tiempo. No es dable suponer que un sistema nuevo pueda consolidarse totalmente en el momento en que se establece; ello es imposible. En 472-473 En nuestro país subsistirá por largo tiempo la ideología burguesa y pequeñoburguesa, las ideas antimarxistas. Se ha establecido en lo fundamental el sistema socialista. Hemos obtenido la victoria básica en la transformación de la propiedad de los medios de producción, pero todavía no hemos logrado la victoria completa en los frentes político e ideológico. En el terreno ideológico, todavía no se ha resuelto en definitiva la cuestión de quién vencerá: el proletariado o la burguesía. Aún debemos sostener una lucha prolongada contra la ideología burguesa y pequeñoburguesa. Es erróneo ignorar esto y abandonar la lucha ideológica. Todas las ideas erróneas, todas las hierbas venenosas y todos los absurdos e inmundicias deben ser sometidos a crítica; en ninguna circunstancia podemos tolerar que cundan libremente. Sin embargo, la crítica debe ser plenamente razonada, analítica y convincente, y no burda y burocrática, ni metafísica y dogmática.

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Desde hace mucho tiempo se ha venido criticando profusamente el dogmatismo. Esto es necesario, pero con frecuencia se descuida la crítica al revisionismo. Tanto el dogmatismo como el revisionismo son contrarios al marxismo. Indefectiblemente, el marxismo avanzará, progresará con el desarrollo de la práctica y no permanecerá estático. Quedaría sin vida si se estancara y estereotipara. No obstante, nunca se deben violar los principios básicos del marxismo; violarlos conduce a cometer errores. Es dogmatismo enfocar el marxismo desde el punto de vista metafísico, considerándolo como algo fosilizado. Es revisionismo negar los principios básicos del marxismo, la verdad universal del marxismo. El revisionismo es una variedad de la ideología burguesa. Los revisionistas borran lo que distingue al socialismo del capitalismo, a la dictadura del proletariado de la dictadura burguesa. Lo que preconizan no es, de hecho, la línea socialista, sino la capitalista. En las circunstancias actuales, el revisionismo es más pernicioso aún que el dogmatismo. Una importante tarea que actualmente encaramos en el frente ideológico es desplegar la crítica al revisionismo.

En Rechazar la ofensiva de los derechistas burgueses (9 de julio de 1957)

En 502 La revolución socialista vino de manera veloz. En seis o siete años se consumó en lo fundamental la transformación socialista de la propiedad capitalista y la de la propiedad individual de los pequeños productores. La transformación del hombre, en cambio, aún deja mucho que desear, pese a que algo se ha hecho en este sentido. La transformación socialista consta de dos aspectos: la del sistema y la del hombre. Por sistema se entiende no sólo la propiedad, sino también la superestructura, que está integrada principalmente por el aparato del Poder y la ideología. La prensa, por ejemplo, entra en la esfera de la ideología. Hay quienes dicen que la prensa no tiene carácter de clase, que no es un instrumento de la lucha de clases. Esta aseveración es incorrecta. Por lo menos hasta que sea eliminado el imperialismo, la prensa y todo lo que pertenezca a la ideología tienen que reflejar las relaciones de clase. Tanto la educación escolarizada como el arte y la literatura se hallan dentro de la ideología, forman parte de la superestructura y tienen todos carácter de clase. Respecto a las ciencias naturales, es preciso enfocarlas desde dos ángulos diferentes. Las ciencias naturales, como tales, no tienen carácter de clase, pero sí lo tiene el problema de quién es el que las estudia y

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las utiliza. En la universidad, donde más cunde el idealismo es en las facultades de lengua china y de historia. Otro tanto se puede afirmar de los que se dedican al trabajo periodístico. No crean ustedes que el idealismo abunda únicamente en el terreno de las ciencias sociales, pues también en el de las ciencias naturales es mucho el idealismo que hay. Es idealista la concepción del mundo de gran número de los que se consagran a éstas. Cuando se habla de la composición del agua, ellos se conducen como materialistas al decir que ésta se compone de dos elementos. En este aspecto, se sujetan a la realidad. Pero, cuando se habla de la transformación de la sociedad, se comportan como idealistas. La campaña de rectificación, según nosotros, tiene por objeto fortalecer al Partido Comunista, pero algunos de ellos sostienen que debe servir para barrer con el Partido Comunista. He aquí lo que ha quedado al descubierto esta vez. En 511-513 ¿Debe ser el proletariado el que dirija a la burguesía, o a la inversa? ¿Debe ser el proletariado el que dirija a los intelectuales, o a la inversa? Los intelectuales tendrán que hacerse intelectuales del proletariado; no les queda otra salida. “Desaparecida la piel, ¿a qué podrá adherirse el pelo?” Antes, el “pelo” —los intelectuales— estaba adherido a cinco “pieles” distintas, viviendo a costillas de ellas. La primera piel era la propiedad imperialista. La segunda, la propiedad feudal. La tercera, la propiedad del capitalismo burocrático. ¿No se proponía la revolución democrática derribar las tres grandes montañas? Se proponía justamente derribar el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático. La cuarta piel era la propiedad del capitalismo nacional. La quinta, finalmente, era la propiedad de los pequeños productores, o sea, la propiedad individual de los campesinos y los artesanos. En el pasado, los intelectuales estaban adheridos o a las primeras tres pieles o a las dos últimas, y vivían de ellas. ¿Existen aún o no estas cinco pieles? Como antes se decía, “la piel ha desaparecido”. Los imperialistas se largaron y nosotros tomamos posesión de sus bienes. La propiedad feudal quedó eliminada y la tierra fue distribuida entre los campesinos, que hoy, además, se han cooperativizado. Las empresas del capitalismo burocrático fueron confiscadas por el Estado. Las empresas industriales y comerciales del capitalismo nacional se han transformado en empresas mixtas estatal-privadas, pasando a ser en lo fundamental (aún no completamente) socialistas. La propiedad individual de los campesinos y los artesanos se ha convertido en propiedad colectiva, aunque este sistema de propiedad todavía no está consolidado y para ello se requiere aún varios años. Estas cinco pieles han dejado de existir, pero siguen ejerciendo su influencia sobre el “pelo”, sobre los capitalistas y los intelectuales, que las evocan siempre, hasta en sueños. Quienes proceden de la

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vieja sociedad y vienen de transitar los viejos carriles, añoran constantemente la antigua vida y las antiguas costumbres. Por lo tanto, la remodelación del hombre requiere un tiempo más largo. En el presente, ¿a qué piel están adheridos los intelectuales? A la piel de la propiedad social, al cuerpo del proletariado. ¿Quién les da de comer? Los obreros y los campesinos. Los intelectuales son maestros contratados por la clase obrera y demás trabajadores para enseñar a sus hijos. Si tú desobedeces al contratante e insistes en inculcar a los alumnos tus propias cosas, los ensayos de cliché, la doctrina confuciana o los cachivaches capitalistas y, con tu educación, formas unos cuantos contrarrevolucionarios, eso no lo tolerará la clase obrera, que te despedirá o no te renovará el contrato para el año siguiente. Como dije hace cien días en este mismo lugar, los intelectuales procedentes de la vieja sociedad ya no tienen ninguna base, pues han perdido su antigua base económico-social; en otras palabras, han desaparecido aquellas cinco pieles, y así a ellos no les queda más alternativa que adherirse a la nueva piel. Algunos intelectuales se sienten intranquilos, andan con el alma en vilo. Flotan en el aire, sin poder prenderse del cielo ni asentar los pies en la tierra. Esas personas, dije entonces, deben ser llamadas “caballeros suspendidos en el vacío”. Flotan en el aire sin tener dónde posarse. Desean volver a su vieja querencia, pero como allí no queda nada, como esas pieles ya no existen, es imposible el regreso. Aunque huérfanos de hogar, no se resignan, sin embargo, a adherirse al cuerpo del proletariado. Para hacerlo, tendrían que estudiar la ideología del proletariado, adquirir algún sentimiento de cariño por él y trabar amistad con los obreros y campesinos. Pero ellos no quieren proceder así y, a sabiendas de que allí ya no queda nada, todavía piensan en su viejo hogar. Lo que hacemos ahora es persuadirlos a que despierten. Creo que, a través de esta crítica masiva, despertarán en uno u otro grado.

En Ser promotores de la revolución (9 de octubre de 1957)

En 537-538 Sexto. La contradicción entre el proletariado y la burguesía, entre el camino socialista y el capitalista, es sin duda alguna la contradicción principal en nuestra sociedad actual. La tarea que enfrentamos hoy es diferente a la del pasado. Antes, la principal tarea del proletariado era dirigir a las amplias masas populares en la lucha contra el imperialismo y el feudalismo, tarea que ya fue cumplida. ¿Cuál es entonces la contradicción principal de hoy? Actualmente, cuando

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hacemos la revolución socialista, una revolución enfilada contra la burguesía y, al mismo tiempo, destinada a transformar el sistema de la pequeña producción, es decir, a llevar a cabo la cooperativización, la contradicción principal es la que existe entre el socialismo y el capitalismo, entre el colectivismo y el individualismo, en resumen, la contradicción entre el camino socialista y el capitalista. La resolución del VIII Congreso no mencionó este problema. En ella hay un párrafo según el cual la contradicción principal es la existente entre el avanzado sistema socialista y las atrasadas fuerzas productivas de la sociedad. Esa Formulación es errónea. En la II Sesión Plenaria del VII Comité Central, nosotros dejamos ya señalado que, después de la conquista de la victoria en todo el país, la contradicción principal en el plano interno sería la existente entre la clase obrera y la burguesía y, en el plano externo, la contradicción entre China y el imperialismo. Desde que tuvo lugar dicha sesión, si bien no hemos hecho público este punto de vista, en la práctica hemos venido actuando de acuerdo con él. La revolución ha pasado a ser socialista y lo que estamos realizando es una revolución socialista. Las tres grandes transformaciones, concluidas ya en lo fundamental, formaron parte de ella y constituyeron una revolución socialista hecha principalmente sobre la propiedad de los medios de producción. Implicaron una aguda lucha de clases. En la segunda mitad del año pasado se produjo una distensión de la lucha de clases, distensión que nosotros propiciamos de intento. Pero tan pronto como la distendimos, la burguesía, los intelectuales burgueses, los terratenientes, los campesinos ricos y parte de los campesinos medios acomodados emprendieron un ataque contra nosotros, tal como ocurrió este año. No bien nosotros morigeramos la lucha, ellos lanzaron el ataque; eso no estuvo mal, pues nos permitió ganar la iniciativa. Como dice un editorial de Diario del Pueblo, “el árbol preferiría la calma, pero el viento no cesa”. ¡Ellos se empeñan en levantar un viento, un tifón de gran intensidad! Así las cosas, nosotros erigimos, por nuestra parte, una “franja forestal protectora”: la lucha contra los derechistas, la campaña de rectificación. La campaña de rectificación tiene dos tareas: Una es la lucha contra los derechistas, incluida la lucha contra la ideología burguesa, y la otra, las rectificaciones y reformas, que implican también una lucha entre las dos líneas. El subjetivismo, el burocratismo y el sectarismo son cosas de la burguesía, y su existencia en el seno del Partido es una cuenta que hay que cargar a ésta. ¿Podrá seguírsele cargando transcurridos cien o doscientos años? Tal vez sea difícil. ¿Subsistirán para ese entonces el burocratismo y el subjetivismo? Sin duda alguna, pero ya correrán por cuenta del atraso. En la sociedad siempre existirán la izquierda, el centro y la derecha, siempre existirán lo

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avanzado, lo intermedio y lo atrasado. Quien incurra, para ese entonces, en burocratismo o subjetivismo, será un elemento atrasado. En 539 Hemos dicho que el problema de la propiedad se ha resuelto en lo fundamental, pero no que se haya resuelto por completo. La lucha de clases no se ha extinguido. Por eso, no se trata aquí de una concesión de principio, sino de una distensión exigida por las circunstancias. En 540 ¡De Stalin, de su persona, tú deberías hacer una apreciación de 7 a 3! Consideramos que los méritos de Stalin suman un 70 por ciento y sus errores, un 30 por ciento. Es probable que esta apreciación no sea muy exacta, pues a lo mejor él sólo tuvo un 20 ó 10 por ciento de errores, o un poco más de un 30 por ciento. Sea como fuere, los méritos de Stalin constituyen su aspecto principal y sus defectos y errores, el secundario. Sobre este punto tenemos opiniones diferentes a las de Jruschov.

En Confiar firmemente en la gran mayoría de las masas (13 de octubre de 1957)

En 545-546 Para todos nosotros, la revolución socialista es algo nuevo. La que hicimos en el pasado fue una revolución democrática, de carácter burgués, llamada a eliminar únicamente la propiedad imperialista, la Feudal y la del capitalismo burocrático, y no la propiedad individual ni la del capitalismo nacional. Esto permitió que muchos pasaran la prueba de la revolución democrática. Algunos de ellos, que no sentían suficiente afán por una revolución democrática cabal, pasaron por ella a duras penas; otros, que trabajaban a conciencia por una revolución democrática cabal, salieron, ellos sí, airosos de esta prueba. Ahora se trata de pasar la prueba del socialismo, que para algunos resulta difícil. Vale traer aquí, a modo de ejemplo, el caso de un militante del Partido en Jupei, procedente de una familia de asalariados agrícolas que vivió de la mendicidad durante tres generaciones. Con la Liberación, se emancipó y comenzó a llevar una vida cómoda, y llegó a ser un cuadro de nivel territorial. Pues bien, hace poco se mostró muy descontento del socialismo, muy en desacuerdo con la cooperativización y, queriendo “ser libre”, se opuso al monopolio es-

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tatal de compra y venta de cereales. Ahora se ha abierto, con fines de educación clasista, una exposición sobre su vida, y allí el hombre lloró a mares y se manifestó dispuesto a corregir sus errores. ¿Por qué cuesta tanto pasar la prueba del socialismo? Porque de lo que se trata en esta prueba es de eliminar la propiedad capitalista convirtiéndola en propiedad socialista de todo el pueblo, y de eliminar la propiedad individual convirtiéndola en propiedad colectiva socialista. Es obvio que esta lucha ha de durar muchos años, siendo por ahora difícil predecir con exactitud cuánto tiempo durará el período de transición. Este año se ha presentado una creciente de la lucha. ¿Se presentará en adelante una creciente cada año, como ocurre con el río Amarillo? Me parece que su frecuencia no será tanta, pero no faltarán en el futuro crecientes como ésta. Ahora, ¿cuánta gente en todo el país desaprueba el socialismo? A este respecto, un buen número de camaradas de diversos lugares y yo hemos hecho algún cálculo. De toda la población del país, probablemente un 10 por ciento desaprueba el socialismo o se opone a él. Este porcentaje comprende a la clase terrateniente y los campesinos ricos, así como a una parte de los campesinos medios acomodados, de la burguesía nacional, de los intelectuales burgueses y de la pequeña burguesía superior urbana, e incluso a unos pocos obreros, campesinos pobres y campesinos medios inferiores. ¿Qué representa el 10 por ciento de seiscientos millones de habitantes? Sesenta millones. Esta cifra es considerable y no debemos subestimarla. En 547 Los campesinos ricos son la burguesía del campo. Ya no tienen allí quién los oiga. Los terratenientes están aún más desacreditados. Por su parte, la burguesía compradora tiene, desde hace tiempo, muy triste fama. En cambio, la burguesía y los intelectuales burgueses, la pequeña burguesía superior del campo (los campesinos medios acomodados) y la pequeña burguesía superior urbana (incluidos los pequeños propietarios relativamente acomodados), así como sus intelectuales, ellos sí que tienen cierta influencia. Particularmente los intelectuales son muy apreciados, pues su concurso es imprescindible en cualquier trabajo. La enseñanza requiere profesores universitarios y maestros de secundaria y primaria; la prensa, periodistas; el teatro, actores, y la construcción, hombres de ciencia, ingenieros y técnicos. En la actualidad, existen en nuestro país cinco millones de intelectuales y setecientos mil capitalistas. Sumados, constituyen unos seis millones. Calculando cinco individuos por familia, tenemos un total de treinta millones de personas. La burguesía y sus intelectuales son los que más conocimientos culturales y técnicos poseen.

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He aquí por qué los derechistas andaban con el rabo erguido. ¿No ha dicho Luo Lung-chi que los pequeños intelectuales proletarios son incapaces de dirigir a un gran intelectual pequeñoburgués como él? Al hablar así, en lugar de admitir su pertenencia a la burguesía, insistió en que pertenecía a la pequeña burguesía y en que era un gran intelectual pequeñoburgués. A mi juicio, no sólo los pequeños intelectuales proletarios, sino también los obreros y campesinos que apenas conocen unos cuantos caracteres, están a cien codos por encima de él. En 550-551 Antes de la Liberación, en nuestro país, sólo había cuatro millones de obreros industriales, mientras que ahora hay doce millones. Con ser poco numerosa, la clase obrera es la única clase que tiene porvenir, en tanto que todas las demás son transitorias y tendrán que ir pasándose a la clase obrera. Los campesinos pasan primero a ser campesinos colectivizados, para transformarse luego en obreros de granjas estatales. La burguesía ha de ser liquidada —no físicamente, como individuos, sino como clase—, y sus integrantes serán remodelados. Los intelectuales burgueses también tienen que remodelarse, así como tienen que hacerlo los intelectuales pequeñoburgueses; existe la posibilidad de que, poco a poco, se remodelen y lleguen a ser intelectuales proletarios. Dije en otra ocasión: “Desaparecida la piel, ¿a qué podrá adherirse el pelo?” De no adherirse al proletariado, los intelectuales estarán expuestos al peligro de encontrarse en la situación de esos “caballeros suspendidos en el vacío”. Actualmente muchos de ellos están sindicalizados, y hay quienes se preguntan: ¿Ingresar en un sindicato no significa entrar a formar parte de la clase obrera? Nada de eso. Algunos individuos, aunque se han afiliado al Partido Comunista, son anticomunistas. ¿No son anticomunistas Ting Ling y Feng Süe-feng aun siendo militantes del Partido Comunista? La simple afiliación sindical no equivale a formar parte de la clase obrera, pues todavía queda de por medio un proceso de remodelación. En el momento actual, los afiliados a los partidos democráticos, los profesores universitarios, los literatos y los escritores no tienen amigos entre los obreros ni entre los campesinos, lo que constituye una grave deficiencia. Citemos el caso de Fei Siao-tung. El trabó amistad con más de doscientos intelectuales de alta categoría en Pekín, Shanghai, Chengtú, Wuján, Wusi y otros lugares. Se confinó en ese tipo de encierro; más aún, organizó a aquéllos deliberadamente y, hablando en su nombre, se desbordó en la gran apertura de opiniones. De ahí que haya salido mal parado. Yo le dije una vez: “¿No podría usted cambiar un poco? Deje de lado ese su grupo de doscientos, vaya a los obreros y los campesinos y haga doscientos amigos entre ellos.” Pienso que todos los intelectuales deben buscar amigos entre las masas

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de obreros y campesinos, pues allí es donde se hallan sus verdaderos amigos. Deben hacerse amigos de obreros veteranos y, entre los campesinos, en lugar de actuar a la ligera trabando amistad con los campesinos medios acomodados, deben hacerla con los campesinos pobres y campesinos medios inferiores. Los obreros veteranos son extraordinariamente perspicaces en distinguir el rumbo a seguir, y lo son también los campesinos pobres y los campesinos medios inferiores. En 552 Es muy necesario emprender una campaña así, pues de lo contrario, volverá a expandirse el “mercado libre”. Cosas tan extrañas ocurren en el mundo que bastan tres años sin campaña de rectificación para que de nuevo corran todo tipo de peregrinas especies y cunda la mentalidad capitalista en el Partido Comunista, en la Liga de la Juventud, en los partidos democráticos y entre los profesores universitarios, maestros de secundaria y primaria, periodistas, ingenieros y hombres de ciencia. Así como una casa necesita una limpieza diaria y la gente se lava la cara todos los días, también la campaña de rectificación debe efectuarse, a mi juicio, aproximadamente una vez por año y, cada vez, con un mes de duración. En 554-555 Cabe preguntar: Si no son rojos ahora, ¿qué color tienen? ¿No es acaso el color blanco? Los intelectuales deben ser rojos y a la vez calificados. Para tornarse rojos, tienen que tomar la decisión de desprenderse definitivamente de su concepción burguesa del mundo. Esto no implica la necesidad de leer gran cantidad de libros, pero sí la de adquirir una verdadera comprensión de qué es el proletariado y qué la dictadura proletaria, por qué el proletariado es la única clase que tiene porvenir en tanto que todas las demás son clases transitorias, por qué nuestro país debe seguir el camino socialista y no el capitalista, por qué es indispensable la dirección del Partido Comunista, etc., etc. A muchos no les entró lo que dije el 30 de abril. “Desaparecida la piel, ¿a qué podrá adherirse el pelo?” Afirmé entonces que en China habían existido cinco pieles. Las tres viejas pieles eran la propiedad imperialista, la propiedad Feudal y la propiedad del capitalismo burocrático. En el pasado, los intelectuales vivían a costillas de estas tres pieles; a costillas, además, de la propiedad del capitalismo nacional y la propiedad de los pequeños productores, o sea, la de la pequeña burguesía. La revolución democrática en nuestro país se dirigía contra las primeras tres pieles, y duró más de cien años a con-

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tar desde Lin Tse-sü. La revolución socialista se dirige contra las dos últimas: la propiedad del capitalismo nacional y la de los pequeños productores. Ahora todas estas cinco pieles han dejado de existir. Las tres antiguas desaparecieron hace tiempo y las otras dos tampoco existen ya. ¿Qué piel hay ahora? La de la propiedad social socialista. Esta, desde luego, comprende dos partes: la propiedad de todo el pueblo y la colectiva. ¿A costillas de quiénes viven ellos ahora? Sean los partidos democráticos, los profesores universitarios, los científicos o los periodistas, todos ellos viven a costillas de la clase obrera y los campesinos colectivizados, de la propiedad de todo el pueblo y la colectiva y, en síntesis, de la propiedad social socialista. Aquellas cinco viejas pieles ya no existen, y el pelo, ¿qué? Se ha quedado volando en el aire y ni cayendo puede afianzarse. Los intelectuales todavía miran con desprecio esta nueva piel. ¡Vaya con el proletariado y los campesinos pobres y campesinos medios inferiores! ¡Vaya con esa gente tan ignorante, que no entiende ni de astronomía ni de geografía, y que es inferior a Sus Señorías en cuanto a los conocimientos sobre “las tres religiones y las nueve escuelas”! Los intelectuales son renuentes aceptar el marxismo-leninismo. A él se le oponía antes mucha gente. Se le oponían los imperialistas, y Chiang Kai-shek lo combatía todos los días aseverando que “el comunismo es extraño a la índole nacional de China”, lo que infundió a muchos el miedo a esta cosa. Se requiere un proceso y una campaña de revolución ideológica socialista para que los intelectuales acepten el marxismo-leninismo y transformen su concepción burguesa del mundo en proletaria. La campaña desplegada este año tiene precisamente por objeto desbrozar ese camino.

En Método dialéctico para la unidad interna del Partido (18 de noviembre de 1957)

En 561-562 [...] A mi parecer, debemos tomar una actitud de unidad para con todos los camaradas, sean quienes fueren, exceptuando a los elementos hostiles y saboteadores. En el trato con los camaradas, debemos adoptar el método dialéctico y no el metafísico. ¿Qué significa aquí el método dialéctico? Significa tratar todas las cosas de manera analítica, reconocer que todo hombre puede incurrir en errores y no descalificar completamente a alguien por el hecho de haberlos cometido. Lenin dijo que no hay en el mundo persona alguna que no cometa errores. Toda persona necesita el apoyo de otras. Hasta un valiente precisa la ayuda de otras tres personas y una cerca, el sos-

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tén de tres estacas. [...] El concepto fundamental de la dialéctica es la unidad de los contrarios. Si se lo acepta, ¿cómo se debe entonces tratar a los camaradas que han cometido errores? En primer lugar, luchar contra ellos a fin de liquidar completamente sus ideas erróneas y, en segundo, ayudarles. O sea, primero, luchar y, segundo, ayudar. Partiendo de la buena voluntad, ayudarles a corregir sus errores de modo que tengan una salida.

En Acerca de los Problemas Económicos del Socialismo en la URSS de Stalin (noviembre 1958)

En 183-185 Los comités provinciales y regionales del Partido deben estudiar este libro. Su lectura no ha dejado en el pasado una impresión profunda. En adelante conviene estudiarlo confrontándolo con la realidad china. En los tres primeros capítulos muchas cosas merecen retener nuestra atención. Muchas cosas descritas en estos capítulos son correctas. En ciertos pasajes es posible, sin embargo, que el mismo Stalin no haya logrado acertar. En el primer capítulo, por ejemplo, sólo dedica unas frases a las leyes objetivas y a la economía planificada sin desarrollar estos problemas. Quizá en su espíritu la economía planificada de la Unión Soviética reflejaba ya esas leyes objetivas. En cuanto a los problemas de la industria pesada, de la industria liviana y de la agricultura, la Unión Soviética ha prestado escasa atención a los dos últimos. Por esto ha tenido que sufrir las consecuencias. Además, las relaciones entre el interés inmediato y el interés a largo plazo del pueblo están, entre los soviéticos, mal establecidas; esencialmente caminan con una sola pierna. Entre el Plan soviético y el Plan chino, ¿cuál es, al fin de cuentas, el más conforme con el desarrollo planificado y proporcionado? En fin, Stalin no destaca más que tecnología y los cuadros técnicos. Sólo quiere la técnica y los cuadros. Ignora la política y las masas. También aquí camina con una sola pierna. En el dominio de la industria pone el acento sobre la industria pesada y descuida la industria liviana. De nuevo camina con una sola pierna. En lo que concierne a la mutua relación entre los diferentes sectores de la industria pesada, Stalin no indica tampoco el aspecto esencial de la contradicción. Pone el acento en la industria pesada, diciendo que el acero es su base y las máquinas su corazón. En cuanto a nosotros, creemos que en el dominio de la agricultura la producción de cereales constituye el principio director; y que en el dominio de la industria es la producción

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de acero la que constituye el principio director. Considerando el acero como el principio director, procuramos la materia prima a nuestras industrias, y la industria mecánica se desarrolla en consecuencia. En el primer capítulo de su libro, Stalin plantea el problema y habla de las leyes objetivas. Pero no da respuesta satisfactoria este problema. [...] Stalin divide la producción en dos grandes categorías y afirma que los medios de producción no son mercancías. Esto merece ser estudiado. En China, en el sector de la agricultura, buen número de medios de producción deben considerarse aún como mercancías. En mi opinión, la última de las tres cartas de Stalin, colocadas como anexo de su libro expresa un punto de vista casi totalmente erróneo. Se descubre allí una gran desconfianza respecto a los campesinos, así como la voluntad de no aflojar el control sobre las máquinas agrícolas. De un lado, Stalin dice que los medios de producción pertenecen al Estado, mientras de otro afirma que éstos son muy caros para los campesinos. En realidad se engaña a sí mismo. El Estado ejerce un control asfixiante sobre los campesinos y Stalin no ha encontrado el buen método y el camino correcto que lleven del capitalismo al socialismo y del socialismo al comunismo. Para él esto es una cosa sumamente embarazosa. La forma mercancía es un legado del capitalismo. Provisionalmente debemos conservarla. El cambio de mercancías y la ley del valor no desempeñan un papel regulador en nuestra producción. En China, los que ejercen una función reguladora son la planificación, el Gran Salto adelante planificado y el principio de la primacía de la política. Stalin no habla más que de relaciones de producción. No habla ni de la superestructura ni de las relaciones entre ésta y la base económica. Entre nos otros, los cuadros participan en el trabajo manual y los obreros participan en la gestión de las empresas. Enviamos los cuadros a trabajar en el campo o en las fábricas a fin de formarlos. Abolimos las viejas reglas y los viejos sistemas. Todo esto tiene que ver con la superestructura, es decir, con la ideología. Stalin habla únicamente de economía; no aborda la política. Aunque mencione el trabajo voluntario, en realidad en su país nadie quiere sacrificarse trabajando una hora más. No habla del papel del hombre ni del de los trabajadores. Hay que saber que sin movimiento comunista es difícil llegar al comunismo. La expresión “todos para uno, uno para todos” no es apropiada porque allí sigue estando el uno. Algunos dicen que Marx empleó esta expresión. Aún si fuese cierto, no estamos obligados a hacerle propaganda. “Todos para uno” significa que todo el mundo trabaja para mí. “Uno para todos”: ¿a cuántas personas podría servirles yo? [Nota: Simplemente genial. El 70% va quedando poco a poco en 30% Estudiar el artículo completo.]

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En 187-189 [...] En las comunas populares, por ejemplo, la producción de bienes destinados al consumo interno debe aumentarse y el cambio de mercancías debe desarrollarse conjuntamente. Hemos recurrido al cambio de mercancías y a la ley del valor como instrumentos para facilitar el desarrollo de la producción y el paso al comunismo. La China es un país en el que la producción mercantil está muy atrasada. [...] En resumen, en el plano de la producción para el mercado, la China es un país subdesarrollado que sin embargo se ha comprometido profundamente en el socialismo. [...] Ahora, e incluso durante un cierto período en el porvenir, debemos ampliar los cambios de productos entre las comunas populares y aumentar aún más la producción mercantil. De otro modo no podrá asegurarse el pago de salarios, ni podrá mejorarse el nivel de vida. En 190-193

[...] Hemos formulado dos criterios:

1. El logro de la construcción del socialismo se manifiesta por la aplicación general del sistema socialista de la propiedad de todo el pueblo. 2. Cuando el sistema de la propiedad de todo el pueblo haya reemplazado al sistema de la propiedad colectiva de las comunas populares. Algunos camaradas no están de acuerdo con que se haga una distinción entre estos dos sistemas de propiedad. Pretenden que lo que existe en las comunas populares no es más que el sistema de propiedad de todo el pueblo. En realidad hay dos sistemas: uno es el sistema de la propiedad de todo el pueblo como en la “Acería de Anshan”; otro es el sistema de la propiedad de la gran colectividad de las comunas populares. Si se ignora esto, ¿para qué sirve pues, todavía, la edificación socialista? Stalin trazó una línea de demarcación entre los dos sistemas y preconizó tres condiciones para pasar al comunismo. Estas tres condiciones fundamentales no son malas. Las dos primeras pueden resumirse como sigue: 1) aumento de la producción social; 2) paso del sistema de la propiedad colectiva

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al sistema de la propiedad de todo el pueblo, substitución por un sistema de cambio de productos del sistema de cambio de mercancías, paso de la etapa del valor de cambio a la etapa del valor de uso. En China, estas dos condiciones significan: primero, aumentar enérgicamente la producción y desarrollar simultáneamente la industria y la agricultura manteniendo siempre el principio del crecimiento preferencial de la industria pesada; segundo, llevar el sistema de la propiedad de las pequeñas colectividades hasta el nivel de la propiedad del pueblo entero. Están equivocados aquellos de entre nosotros que no quieren trazar la línea de demarcación y que pretenden que ya hemos entrado a la era del sistema de la propiedad de todo el pueblo. La tercera condición fijada por Stalin concierne a la cultura: preconiza un desarrollo de la educación física y de la educación de todo el pueblo. Para alcanzar este objetivo Stalin propone cuatro medidas: 1) la jornada de trabajo de seis horas; 2) la institución de una educación politécnica; 3) el mejoramiento de las condiciones del hábitat; 4) el aumento de los salarios y la disminución de los precios. Las tres condiciones de Stalin son excelentes. Pero entre ellas falta una condición político-ideológica. Las condiciones que acabamos de citar se orientan esencialmente a aumentar la producción. Una abundancia muy grande de productos facilita en efecto el paso del sistema de la propiedad colectiva al sistema de la propiedad de todo el pueblo. Pero para aumentar la producción hay que producir más, más rápidamente, mejor, y de una manera más económica. Y si se quiere lograr este resultado hay que colocar la política en el puesto de mando y esforzarse por alcanzar simultáneamente los cuatro objetivos: cantidad, rapidez, calidad, economía. Hay que lanzar también movimientos de rectificación con el fin de destruir la ideología del poder legal de la burguesía. Agregar una forma de estructura como la comuna popular a un país como la China, es hacer aún más fácil la realización de los cuatro objetivos: cantidad, rapidez, calidad, economía. ¿Cuál es el significado del sistema general de la propiedad de todo el pueblo? Este sistema significa: 1) que los medios de producción de la sociedad pertenezcan a todo el pueblo; 2) que los productos de la sociedad pertenezcan a todo el pueblo. ¿Cuál es la naturaleza de la comuna popular? Esta es la unidad de base de la estructura social china que reúne a obreros, campesinos, soldados, intelectuales y comerciantes. Actualmente constituye la organización administrativa de base. En cuanto a la milicia, está destinada a hacer frente al extranjero, especialmente al imperialismo. La comuna popular es la mejor forma de organización para la realización de los dos pasos: el paso del socialismo de hoy al sistema

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general de la propiedad de todo el pueblo, y el paso del sistema general de la propiedad de todo el pueblo al comunismo. Después de estos pasos, la comuna popular constituirá la estructura de base de la sociedad comunista. [Nota: ¿25%?]

En Anotaciones a los Problemas Económicos del Socialismo en la URSS (1959) En 195 Del comienzo al fin de su libro, Stalin no habla en ninguna parte de la superestructura. No toma al hombre en consideración. Él ve las cosas pero no al hombre. [...] Se encuentran cosas justas en los tres primeros capítulos de este libro. Pero hay otras cosas que no son claras. No se ahonda en él, por ejemplo, en la consideración de la economía planificada. En 209 Algunos no quieren la producción mercantil. Están equivocados. En lo que a este problema concierne, debemos aún referirnos a Stalin quien, por su parte, se ha referido a Lenin. Este último dijo que era necesario concentrar todos los esfuerzos en el desarrollo del comercio. En cuanto a nosotros, decimos que hay que desarrollar con todas nuestras fuerzas la industria, la agricultura y el comercio. El fondo del problema reside en el campesinado. Algunos van hasta a considerar a los campesinos como superiores a los obreros. Los cinco puntos mencionados aquí por Lenin o bien ya están realizados o bien están a punto de estarlo en China. En algunos puntos, hemos incluso ido más lejos. Por ejemplo: las comunas populares y el desarrollo simultáneo de la industria y de la agricultura. [...]

Lenin dijo igualmente lo mismo.

“No se puede considerar la producción mercantil como algo que se basta a sí mismo, con independencia del ambiente económico. La producción mercantil es más vieja que la producción capitalista.

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Existía bajo el régimen feudal y le servía, sin desembocar en el capitalismo, aunque haya preparado ciertas condiciones para el advenimiento de la producción capitalista” (p. 105). Esta afirmación es un poco forzada. La producción mercantil no lleva al capitalismo. “Se plantea el problema: por qué la producción mercantil no puede de igual manera, por un tiempo, servir a nuestra sociedad socialista, sin desembocar en el capitalismo” (pp. 105-106). Perfectamente justo. Estas situaciones y estas condiciones no existen más en China. Si, entre nosotros, algunas personas tienen miedo de las mercancías, es sólo porque tienen miedo del capitalismo. No comprenden que si se elimina a los capitalistas se puede desarrollar enormemente la producción de mercancías. La China es un país atrasado en lo que concierne a la producción de mercancías. En este aspecto se encuentra detrás del Brasil y la India. La producción de mercancías no es un fenómeno aislado. Todo depende de a qué esté asociada: al capitalismo o al socialismo. Si está ligada al capitalismo entonces es producción mercantil capitalista. Si está ligada al socialismo es entonces producción mercantil socialista. La producción de mercancías existe desde la antigüedad. En la historia de la China existe una dinastía denominada la dinastía de los Shang. Se la ha llamado así porque fue en aquella época cuando apareció el comercio, En los libros, el emperador Chou de la dinastía Yin es descrito como un gran letrado y un excelente soldado mientras que el primer emperador de la dinastía Chín y T’sao T’sao son pintados como personajes villanos, lo que es falso. Si se confía ciegamente en los libros, más vale no leer ninguno. En una sociedad capitalista, el socialismo como sistema social no existe, pero la clase obrera y la ideología socialista sí existen ya. ¿La producción de mercancías, que está determinada por las condiciones económicas circundantes, puede ser considerada como un instrumento útil para hacer progresar la producción socialista? En mi opinión, la producción de mercancías sirve dócilmente al socialismo. [Nota: Otra vez, simplemente genial: ¡Esto es manejo de la ley de la contradicción y la unidad de los contrarios; manejo extraordinario de la dialéctica! ¿10%?] [Estudiar todo de nuevo]

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En Notas de lectura acerca del Manual de Economía Política de la Unión Soviética (1960) [Estudiarlo todo. Muy bueno] En 25 y ss. 5. Algunos problemas concernientes a la transformación de la revolución democrática en una revolución socialista El último parágrafo de la página 330 habla de la transformación de la revolución democrática en una revolución socialista. ¿Pero cómo se efectúa? El Manual no da explicación clara. La revolución de Octubre es una revolución socialista. Accesoriamente ha cumplido tareas que dejó inconclusas la revolución democrático burguesa. El decreto de la nacionalización de tierras se promulgó inmediatamente después de la revolución de Octubre. Pero la revolución democrática que debía resolver el problema agrario se prolongó aún durante un cierto tiempo. En China cumplimos las tareas de la revolución democrática durante la guerra de liberación. La fundación en 1949 de la República Popular de China marcó la coronación, en lo esencial, de la revolución democrática y el comienzo del paso al socialismo. En seguida se necesitaron aún tres años para realizar la reforma agraria. Pero, desde la fundación de la República Popular de China, confiscamos las empresas capitalistas burocráticas que representaban el 80% de los capitales fijos de la industria y del transporte del país para hacerlas propiedad de todo el pueblo. Durante el período de la guerra de Liberación en China, lanzamos llamados para luchar no sólo contra el imperialismo y el feudalismo, sino también contra el capitalismo burocrático. La lucha contra el capitalismo burocrático tiene un doble carácter: de un lado lucha contra el capital comprador, lucha que entra en el cuadro de la revolución democrática y, del otro lado, lucha contra la gran burguesía, lucha que hace parte de la revolución socialista. Una parte muy grande del capital burocrático chino pertenecía a empresas japonesas, alemanas e italianas de las que el Kuomintang había tomado posesión después de la victoria, al fin de la guerra antijaponesa. En esta época la relación entre el capital burocrático y el capital nacional, en China, era de ocho a dos. Después de la Liberación confiscamos la totalidad del capital burocrático, destruyendo

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así el elemento principal del capitalismo chino. Es pues erróneo pensar que después de la Liberación, “la revolución china, en su primera etapa, esencialmente hizo parte de la revolución democrática; fue sólo más tarde cuando se desarrolló poco a poco en una revolución socialista”. En 89-90 El aumento prioritario de la producción de los medios de producción es una ley económica, común a todas las sociedades, para aumentar la reproducción. En una sociedad capitalista también, si no hay aumento prioritario de la producción de los medios de producción, no es posible ampliar la reproducción. En la época de Stalin, como se puso el acento particularmente sobre el desarrollo preferencial de la industria pesada, se descuidó en consecuencia a la agricultura en la planificación. El mismo problema se planteó, hace algunos años, en los países de Europa oriental. El método nuestro ha consistido en desarrollar simultáneamente, bajo la condición de un desarrollo preferencial de la industria pesada, a la industria, la agricultura y algunos otros sectores. En los sectores desarrollados simultáneamente existen también sectores esenciales. Si la agricultura no se desarrolla no puede resolverse un buen número de problemas. Hace ya cuatro años que hemos preconizado el desarrollo simultáneo de la industria y de la agricultura. Esta política se puso realmente en práctica en 1960. En 98-100 El equilibrio y el desequilibrio entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, de una parte, y entre las relaciones de producción y la superestructura, de otra, éste es el principio que debemos tener presente en el estudio de los problemas económicos del socialismo. La economía política tiene como objeto principal el estudio de las relaciones de producción. Pero si se quiere analizar claramente las relaciones de producción, hay que estudiar conjuntamente las fuerzas productivas, por una parte, y los efectos positivos y negativos ejercidos por la superestructura sobre las relaciones de producción, por otra parte. El Manual habla del Estado pero sin embargo no lo estudia. He aquí uno de los defectos del libro. Naturalmente, en las investigaciones de economía política, no hay que dar una importancia muy grande ni a las fuerzas productivas ni a la superestructura. Si se desarrolla demasiado la investigación sobre las fuerzas productivas, se llega a las ciencias técnicas y a las ciencias naturales. Si se desarrolla mucho la investigación sobre la superestructura, se llega

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a la teoría del Estado y a la teoría de la lucha de clases. Uno de los tres componentes del marxismo es el socialismo científico que tiene por objeto la investigación acerca de la teoría de la lucha de clases, la teoría del Estado, la teoría de la revolución, la teoría del Partido, la estrategia, las tácticas, etc. No existe en el mundo de las cosas nada que no pueda analizarse. Pero, para analizar cada cosa hay que tener en cuenta que: 1) las condiciones son diferentes; 2) las características no son las mismas. Muchas categorías y leyes fundamentales son aplicables por doquier, por ejemplo la unidad de las contradicciones. Si se mira y se estudia el problema desde este ángulo, se puede tener una concepción del mundo y una metodología globales y definidas. En 158-160

68. La filosofía debe servir a la política de su tiempo



Toda filosofía debe servir a la política de su tiempo.

Esto es verdad para la filosofía burguesa. En cada país, a todo momento, han hecho su aparición nuevos teóricos y han desarrollado nuevas teorías para servir a la política de la época. En Inglaterra hubo materialistas burgueses tales como Francis Bacon y Thomas Hobbes. En Francia, en el siglo XVIII, aparecieron materialistas como los enciclopedistas. Las burguesías alemana y rusa tuvieron también sus materialistas. Eran todos materialistas burgueses que servían a la política burguesa de su época. No porque la burguesía inglesa tuviese sus materialistas, podía la burguesía francesa prescindir de los suyos; y no porque Inglaterra y Francia tuviesen sus materialistas burgueses podían Alemania y Rusia prescindir de los suyos. Con absoluta evidencia, la filosofía marxista del proletariado debe servir aún más estrechamente a la política de su época. En lo que concierne a China, lo primero que hay que hacer es estudiar las obras de Marx, Engels, Lenin y Stalin. Pero los comunistas y los pensadores proletarios de todos los países deben crear nuevas teorías, escribir nuevas obras, formar sus propios teóricos con el fin de servir a la política de su época. No es bueno para un país, cualquiera que sea, apoyarse en un momento cualquiera sobre cosas superadas. Si sólo hubiesen existido Marx y Engels y si no hubiese habido un Lenin para escribir obras tales como Dos Tácticas, hubiese sido imposible resolver los nuevos problemas aparecidos desde 1905. Igualmente, si sólo hubiese existido Materialismo y empiriocriticismo de 1907, hubiese sido

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imposible hacer frente a los nuevos problemas que surgieron antes y después de la revolución de octubre. Para satisfacer las exigencias de esta época, Lenin redactó Sobre el Imperialismo, El Estado y la Revolución, etc. Después de la muerte de Lenin, para hacer frente a los reaccionarios y para defender el leninismo, Stalin debió escribir obras como Los fundamentos del leninismo, Las cuestiones del leninismo, etc. Al fin de la segunda guerra civil y al comienzo de la guerra de resistencia contra el Japón, yo redacté Acerca de la Práctica y Acerca de la Contradicción. Yo no podía dejar de escribir estas obras para satisfacer las exigencias del momento. Ahora entramos en la era del socialismo. Una serie de problemas nuevos ha aparecido. Es imposible no escribir nuevas obras y no elaborar nuevas teorías para satisfacer a las nuevas exigencias. *** Bien, hasta aquí algunas citas acerca del Capitalismo Burocrático en las obras de Mao Tsetung; ahora compárece con lo fundamentado en algunos documentos del Partido Comunista del Perú.

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Citas sobre el Capitalismo Burocrático en los documentos del Partido Comunista del Perú En La problemática nacional (1974) [...]

¿Qué Entendemos por Capitalismo Burocrático?

Es el capitalismo que impulsa el imperialismo en un país atrasado; el tipo de capitalismo, la forma especial de capitalismo, que impone un país imperialista en un país atrasado, sea semifeudal, semicolonial.

En Retomemos a Mariátegui y reconstituyamos su Partido (1975) [...] Desarrollo y lucha de clases en la sociedad peruana.Desde 1895 se desarrolló la industria moderna en el Perú rematando en la década del 20, década que marca el impulso del capitalismo burocrático bajo dominio yanqui. Esta industrialización se produce en una sociedad semifeudal cuya economía se desenvuelve cada vez más sometida al imperialismo norteamericano que desplaza el dominio inglés. Así el capitalismo burocrático implica el desarrollo de nuestra condición semicolonial y signa todo el desenvolvimiento de la sociedad peruana, y su comprensión es indispensable para interpretar la lucha de clases en el Perú del siglo XX. [...] Más aquí no acaban las cuestiones sobre economía. [Mariátegui] También se ocupó de la economía en los países atrasados; analizó sagazmente la condición semifeudal y semicolonial de los países de América Latina, principalmente del nuestro. Mostró que la industrialización en los países atrasados está atada y es desarrollada en función de las potencias imperialistas, en el caso peruano del imperialismo yanqui. Vio con claridad que a los países atrasados el

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imperialismo no les consiente desarrollar una economía nacional ni una industrialización independientes; que sobre su base semifeudal se instaura un capitalismo de monopolios, ligado a los terratenientes feudales y que genera una “burguesía mercantil”, una burguesía controlada por el imperialismo del cual es intermediaria succionadora de las riquezas nacionales y de la explotación del pueblo. Y sentó la siguiente tesis que no debemos olvidar, referida a las repúblicas latinoamericanas: “La condición económica de estas Repúblicas es, sin duda, semicolonial; y a medida que crezca su capitalismo y, en consecuencia, la penetración imperialista, tiene que acentuarse este carácter de su economía”. ¿Se han cumplido estas tesis? El más superficial vistazo sobre América comprueba fehacientemente el dominio semicolonial que ejerce el imperialismo yanqui. Por lo demás, las tesis de Mariátegui sobre el capitalismo en los países atrasados deben entenderse en relación con las de Mao Tsetung, sobre el capitalismo burocrático y apreciarlas teniendo en cuenta las condiciones específicas de América Latina. [...] Finalmente, en economía política, recordemos sus tesis sobre cooperativismo: “En la medida en que en un país se entraba el avance del sindicalismo, se entraba también el progreso de la cooperación” y “la cooperativa, dentro de un régimen de libre concurrencia, y aún con cierto favor del Estado, no es contraria sino, por el contrario, útil a las empresas capitalistas”. Preguntémonos, ¿puede desarrollarse, como se pretende, un cooperativismo simultáneo con una ofensiva antisindical y, más aún cuando se impulsa un sindicalismo corporativista?, ¿puede en la época del imperialismo servir el cooperativismo, dentro de un régimen como el nuestro, de otra cosa que no sea complemento del capitalismo burocrático? A la luz de las ideas transcritas la respuesta es obvia: ¡no!, y tengamos presente que el cooperativismo puede servir a la clase obrera y al pueblo sólo cuando el proletariado tiene el poder en sus manos. Y para concluir este punto, recordemos su enseñanza de que el imperialismo desarrolla crecientemente la intervención del Estado en el proceso económico y que, en representación y defensa de la burguesía, se ve urgido incluso a llevar adelante “nacionalizaciones”; así, la cuestión es ver a quien sirven las nacionalizaciones y esto lo decide qué clase detenta el poder. ¿A la luz de lo dicho, a quién sirven las nacionalizaciones del actual gobierno? [Nota: Especificar y ver actualmente lo de “la intervención del Estado” (“como palanca económica principal”) y las “nacionalizaciones”. Dentro de la globalización (también se usa la “otra palanca”, la actividad no estatal) y las privatizaciones. Ambas “palancas”, cuál, cuándo,

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cómo y dónde.] [...] Carácter de la Sociedad Peruana.- Partamos de las propias palabras del fundador del Partido Comunista: “El capitalismo se desarrolla en un pueblo semifeudal como el nuestro; en instantes en que, llegado a la etapa de los monopolios y del imperialismo, toda la ideología liberal, correspondiente a la etapa de la libre concurrencia, ha cesado de ser válida. El imperialismo no consiente a ninguno de estos pueblos semicoloniales, que explota como mercados de su capital y sus mercancías y como depósitos de materias primas, un programa económico de nacionalización e industrialismo; los obliga a la especialización, a la monocultura (petróleo, cobre, azúcar, algodón, en el Perú), sufriendo una permanente crisis de artículos manufacturados, crisis que se deriva de esta rígida determinación de la producción nacional, por factores del mercado mundial capitalista”. En estas palabras que son del punto 3 del Programa del Partido se sienta el carácter semifeudal y semicolonial de nuestra sociedad. La primera, la semifeudalidad, “no debe ser buscada ciertamente en la subsistencia de instituciones y formas políticas o jurídicas del orden feudal. Formalmente el Perú es un Estado republicano y demo-burgués. La feudalidad o semifeudalidad supervive en la estructura de nuestra economía agraria”, sienta Mariátegui. Y ahí hay que buscarla hoy, pese a los años transcurridos, pues se mantiene y desarrollan nuevas modalidades de raíz semifeudal, formas de trabajo gratuito, obligación familiar y salarios diferidos, prestaciones personales, mantención y fusión de viejos latifundios y predominio del gamonalismo, sólo que encubierto bajo nuevas condiciones y rimbombantes palabras. La semifeudalidad duramente atacada en años pasados y devenido verdad aceptada como evidente, pues la propia lucha de clases, con la explotación campesina que tantas veces hemos visto, las medidas agrarias y la acción contrarrevolucionaria desde los años 60, muestra la base semifeudal de la sociedad peruana. En cuanto a la semicolonialidad Mariátegui sustentó que un país puede ser políticamente independiente mientras su economía sigue controlada por el imperialismo; más aún, sostuvo con certeza que los países sudamericanos, como el nuestro, “políticamente independientes, son económicamente coloniales”. Y esta situación se sigue desenvolviendo; nuestra economía sufre creciente y diversificada penetración imperialista y socialimperialista, directa o indirectamente. La situación semicolonial ha sido cuestionada hace pocos años sosteniéndose, como afirmación, pero sin pruebas, que el Perú ha deveni-

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do colonia, pues tal es lo que se afirma cuando se tipifica al país como una “neocolonia”; y, tal afirmación llega al extremo, cuando postulan que somos una “neocolonia”, pero que tenemos al mando un gobierno reformista burgués. El párrafo transcrito plantea que en el Perú se desarrolla el capitalismo, pero un capitalismo sometido al control del imperialismo norteamericano, principalmente, no un capitalismo que permita una economía nacional y una industrialización independiente; sino todo lo contrario, un capitalismo en función de la metrópoli imperialista que no consiente una verdadera economía nacional que sirva a nuestra nación, ni una industrialización independiente, implicando que ambas exigen previamente el quebrantamiento del dominio imperialista. Así, Mariátegui no niega el desarrollo del capitalismo en el país, sino que precisa el tipo de nuestro capitalismo; un capitalismo en un pueblo semifeudal que vive en la época de los monopolios y de la reacción política, un capitalismo que a medida que se desarrolla acentúa nuestra condición semicolonial; un capitalismo que engendra una burguesía compradora ligada al imperialismo norteamericano. En síntesis, un capitalismo burocrático desde el punto de vista de Mao Tsetung.

[Nota: Leer con detenimiento y, si se quiere, hacer comparaciones. El Presidente Gonzalo condensa, sintetiza y llega a una definición mucho más exacta que la hecha por el presidente Mao. He ahí la genialidad, vigencia y perspectiva del pensamiento gonzalo; una fuerza y validez que se imponen en contra y por encima del mismo Guzmán y sus “desbarres” de fondo revisionista. Por ejemplo, y sólo para citar uno de los tantos “desbarres” del renegado Guzmán, veamos su punto de vista en el “análisis” sobre la globalización.

Repitiendo parcialmente a Lenin transcribe: ¿Qué significa, pues, la palabreja «entrelazamiento? Expresa únicamente el rasgo más acusado del proceso que se está desarrollando ante nosotros; muestra que el observador cuenta los árboles y no ve el bosque. Pero lo que constituye la base de dicho entrelazamiento, lo que se halla detrás del mismo son las relaciones sociales de producción sometidas a un cambio continuo... [...]

Y ¿qué deriva de lo dicho hasta aquí? Concretamente, nos

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parece: Uno, la globalización no es sino la mayor socialización de la producción que el mundo vive; implica más profunda y expansiva explotación y opresión de naciones y pueblos por el imperialismo, principalmente en beneficio del norteamericano. Dos, la mayor socialización de la producción que somete cada vez a más de cientos de millones de personas al mismo proceso explotador, sigue madurando la realidad objetiva que incrementará su clamor por la transformación del orden imperante. Tres, el imperialismo norteamericano no es sólo el gendarme sino, principalmente y de nuevo, el enemigo de los pueblos del mundo. Este es un resumen que no tiene nada de “concreto”, nada de nuevo y mucho menos de actual salvo el seguir señalando al imperialismo norteamericano como enemigo principal; es difuso porque no basta reiterar lo evidente. Es una perogrullada tan general e imprecisa que, repitiendo lo ya dicho por Marx, hace un montón de años, para la época del capitalismo premonopolista, desarrollada por Lenin para la época del imperialismo y por Mao al especificar las particularidades del capitalismo burocrático, se limita a machacar en lo evidente y ya sabido pero no dice nada al respecto de cómo se especifica esa «socialización de la producción» en la actualidad; no dice cuál es el aspecto principal del fenómeno en desarrollo; ni tampoco señala el camino a seguir, salvo: el “clamor por la transformación del orden imperante”; sólo trasluce su actual miopía e indica con claridad que él mismo no se dio cuenta de la existencia y desarrollo de una nueva etapa en la agonía del imperialismo, de un fenómeno al que algunos han bautizado, no hace mucho, con el nombre de “globalización”, como parte y desarrollo de la explotación del mercado mundial, del intercambio universal y la interdependencia universal de las naciones ya señaladas por Marx; globalización que, encubada en la decada de los 60, ya estaba en marcha a partir de la segunda mitad de los 70, antes del inicio de la lucha armada. Y Guzmán recién le da importancia a éste fenómeno a partir de 1999, aunque sus secuaces dicen que el 92 ya había establecido algunos puntos; y aunque así fuera, de todas maneras bastante tarde. Decir que “la globalización no es sino la mayor socialización de la producción que el mundo vive” es una afirmación imprecisa. La socialización de la producción no es una característica exclusiva de la llamada “globalización”, ni aunque le añadan el vocablo “mayor”; lo es del sistema capitalista desde sus inicios. La socialización de la producción es una característica del capitalismo premonopolista que adquiere determinadas dimensiones cuando la competencia se convierte en monopolio: “de aquí resulta un gigantesco progreso de la socialización de la producción”, tal como

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explicara Lenin.

Pero veamos.

Guzmán, en su “análisis”, incluso deja de lado la parte más importante de lo establecido por Lenin.

Lenin, desarrollando a Marx, en Imperialismo fase..., dice: La competencia se convierte en monopolio. De aquí resulta un gigantesco progreso de la socialización de la producción. Se efectúa también, en particular, la socialización del proceso de inventos y perfeccionamientos técnicos. Esto no tiene ya nada que ver con la antigua libre concurrencia de patronos dispersos, que no se conocían entre sí y que producían para un mercado ignorado. La concentración ha llegado hasta tal punto, que se puede hacer un cálculo aproximado de todas las fuentes de materias primas (por ejemplo, yacimientos de minerales de hierro) en un país, y aun, como veremos, en varios países, en todo el mundo. No sólo se realiza este cálculo, sino que asociaciones monopolistas gigantescas se apoderan de dichas fuentes. Se efectúa el cálculo aproximado del mercado, el que, según el acuerdo estipulado, las asociaciones mencionadas se “reparten” entre sí. Se monopoliza la mano de obra calificada, se toman los mejores ingenieros, y las vías y los medios de comunicación —las líneas férreas en América, las compañías navieras en Europa y América— van a parar a manos de los monopolios citados. El capitalismo, en su fase imperialista conduce de lleno a la socialización de la producción en sus más variados aspectos; arrastra, por decirlo así, a pesar de su voluntad y conciencia, a los capitalistas a un cierto nuevo régimen social, de transición entre la plena libertad de concurrencia y la socialización completa. La producción pasa a ser social, pero la apropiación continúa siendo privada. Los medios sociales de producción siguen siendo propiedad privada de un número reducido de individuos. El marco general de la libre concurrencia formalmente reconocida persiste, y el yugo de un grupo poco numeroso de monopolistas sobre el resto de la población se hace cien veces más duro, más sensible, más insoportable.” [...] [...] el desarrollo del capitalismo ha llegado a un punto tal, que, aunque la producción de mercancías sigue “reinando” como antes y siendo considerada como la base de toda la economía, en

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realidad se halla ya quebrantada, y las ganancias principales van a parar a los “genios” de las maquinaciones financieras. En la base de estas maquinaciones y de estos chanchullos se halla la socialización de la producción; pero el inmenso progreso logrado por la humanidad, que ha llegado a dicha socialización, beneficia ... a los especuladores. Más adelante veremos cómo, “basándose en esto”, la crítica pequeñoburguesa y reaccionaria del imperialismo capitalista sueña con volver atrás, a la concurrencia “libre”, “pacífica”, “honrada”. [...] En lo que se refiere a la socialización de la economía capitalista, empiezan a competir con los bancos las cajas de ahorro y los establecimientos postales, los cuales son más “descentralizados”, es decir, atraen al círculo de su influencia a un número mayor de localidades, a un número mayor de puntos recónditos, a sectores más vastos de la población. He aquí los datos recogidos por la comisión norteamericana encargada de investigar el desarrollo comparado de los depósitos en los bancos y en las cajas de ahorro:...” [...] De todo lo que llevamos dicho más arriba sobre la esencia económica del imperialismo, se desprende que hay que calificarlo de capitalismo de transición o, más propiamente, agonizante. Es, en este sentido, extremadamente instructivo que los términos más corrientes empleados por los economistas burgueses que describen el capitalismo moderno son: “entrelazamiento”, “ausencia de aislamiento”, etc.; los bancos son “unas empresas que, por sus fines y desarrollo, no tienen un carácter puramente de economía privada, sino que cada día más se van saliendo de la esfera de la regulación de la economía puramente privada”. ¡Y es ese mismo Riesser, al cual pertenecen las últimas palabras, quien con la mayor seriedad del mundo declara que las “predicciones” de los marxistas respecto a la “socialización” “no se han realizado”! Y en relación a la parte de la cita que usa Guzmán, en la cita original de Lenin se lee: “¿Qué significa, pues, la palabreja «entrelazamiento»? Dicha palabra expresa únicamente el rasgo más acusado del proceso que se está desarrollando ante nosotros; muestra que los árboles impiden al observador ver el bosque, que copia servilmente lo exterior, lo accidental, lo caótico, indica que el observador es un

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hombre aplastado por los materiales y que no comprende nada del sentido y de la significación de los mismos, son las relaciones sociales de la producción que se están modificando. [...] [Uno] aparece entonces con evidencia que nos hallamos ante una socialización de la producción y no ante un simple “entrelazamiento”; que las relaciones de economía y propiedad privadas constituyen una envoltura que no corresponde ya al contenido, [Dos] que debe inevitablemente descomponerse si se aplaza artificialmente su supresión, que puede permanecer en estado de descomposición durante un período relativamente largo (en el peor de los casos, si la curación del tumor oportunista se prolonga demasiado), pero que, sin embargo, [Tres] será ineluctablemente suprimida”, etc. (Uno, Dos y Tres son agregados nuestros)

Pero sigue pendiente el cómo se da y desarrolla esa “socialización de la producción” en la actualidad ya que la “globalización”, a pesar de las geniales especificaciones y previsiones hechas por Lenin, tiene sus propias peculiaridades y, en este caso, no basta añadir el vocablo “mayor”; y, por otro lado, de lo señalado por Lenin, cuál es el aspecto principal hoy en día: ¿el gigantesco progreso de la socialización de la producción (definido simplemente como “mayor” por Guzmán); el estado de descomposición durante un período relativamente largo (lo que incluye la famosa “recuperación transitoria” de Guzmán); o el que será ineluctablemente suprimida? En el Manifiesto del Partido Comunista; Marx y Engels escriben: La burguesía no puede existir sino a condición de revolucionar incesantemente los instrumentos de producción y, por consiguiente, las relaciones de producción, y con ello todas las relaciones sociales. La conservación del antiguo modo de producción era, por el contrario, la primera condición de existencia de todas las clases industriales precedentes. Una revolución continua en la producción, una incesante conmoción de todas las condiciones sociales, una inquietud y un movimiento constantes distinguen la época burguesa de todas las anteriores. Todas las relaciones estancadas y enmohecidas, con su cortejo de creencias y de ideas veneradas durante siglos, quedan rotas; las nuevas se hacen añejas antes de llegar a osificarse. Todo lo estamental y estancado se esfuma; todo lo sagrado es profanado, y los hombres, al fin, se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocas. Espoleada por la necesidad de dar cada vez mayor salida a

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sus productos, la burguesía recorre el mundo entero. Necesita anidar en todas partes, establecerse en todas partes, crear vínculos en todas partes. Mediante la explotación del mercado mundial, la burguesía ha dado un carácter cosmopolita a la producción y al consumo de todos los países. Con gran sentimiento de los reaccionarios, ha quitado a la industria su base nacional. Las antiguas industrias nacionales han sido destruidas y están destruyéndose continuamente. Son suplantadas por nuevas industrias, cuya introducción se convierte en cuestión vital para todas las naciones civilizadas, por industrias que ya no emplean materias primas indígenas, sino materias primas venidas de las más lejanas regiones del mundo, y cuyos productos no sólo se consumen en el propio país, sino en todas las partes del globo. En lugar del antiguo aislamiento y la amargura de las regiones y naciones, se establece un intercambio universal, una interdependencia universal de las naciones. Y eso se refiere tanto a la producción material, como a la intelectual. La producción intelectual de una nación se convierte en patrimonio común de todas. La estrechez y el exclusivismo nacionales resultan de día en día más imposibles; de las numerosas literaturas nacionales y locales se forma una literatura universal. Merced al rápido perfeccionamiento de los instrumentos de producción y al constante progreso de los medios de comunicación, la burguesía arrastra a la corriente de la civilización a todas las naciones, hasta a las más bárbaras. Los bajos precios de sus mercancías constituyen la artillería pesada que derrumba todas las murallas de China y hace capitular a los bárbaros más fanáticamente hostiles a los extranjeros. Obliga a todas las naciones, si no quieren sucumbir, a adoptar el modo burgués de producción, las constriñe a introducir la llamada civilización, es decir, a hacerse burgueses. En una palabra: se forja un mundo a su imagen y semejanza. Marx escribe en el Tomo I de El Capital; en 7. Tendencia histórica de la acumulación capitalista: La expropiación del productor directo se lleva a cabo con el más despiadado vandalismo y bajo el acicate de las pasiones más infames, más sucias, más mezquinas y más odiosas. La propiedad privada fruto del propio trabajo y basada, por así decirlo, en la compenetración del obrero individual e independiente con sus

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condiciones de trabajo, es devorada por la propiedad privada capitalista, basada en la explotación de trabajo ajeno, aunque formalmente libre. Una vez que este proceso de transformación corroe suficientemente, en profundidad y en extensión, la sociedad antigua; una vez que los trabajadores se convierten en proletarios y sus condiciones de trabajo en capital; una vez que el régimen capitalista de producción se mueve ya por sus propios medios, el rumbo ulterior de la socialización del trabajo y de la transformación de la tierra y demás medios de producción en medios de producción explotados socialmente, es decir, colectivos, y, por tanto, la marcha ulterior de la expropiación de los propietarios privados, cobra una forma nueva. Ahora, ya no se trata de expropiar al trabajador independiente, sino de expropiar al capitalista explotador de numerosos trabajadores. Esta expropiación la lleva a cabo el juego de las leyes inmanentes de la propia producción capitalista, la centralización de los capitales. Cada capitalista desplaza a otros muchos. Paralelamente con esta centralización del capital o expropiación de muchos capitalistas por unos pocos, se desarrolla en una escala cada vez mayor la forma cooperativa del proceso de trabajo, la aplicación técnica consciente de la ciencia, la explotación sistemática y organizada de la tierra, la transformación de los medios de trabajo en medios de trabajo utilizables sólo colectivamente, la economía de todos los medios de producción al ser empleados como medios de producción de un trabajo combinado, social, la absorción de todos los países por la red del mercado mundial y, como consecuencia de esto, el carácter internacional del régimen capitalista. Conforme disminuye progresivamente el número de magnates capitalistas que usurpan y monopolizan este proceso de transformación, crece la masa de la miseria, de la opresión, del esclavizamiento, de la degeneración, de la explotación; pero crece también la rebeldía de la clase obrera, cada vez más numerosa y más disciplinada, más unida y más organizada por el mecanismo del mismo proceso capitalista de producción. El monopolio del capital se convierte en grillete del régimen de producción que ha crecido con él y bajo él. La centralización de los medios de producción y la socialización del trabajo llegan a un punto en que se hacen incompatibles con su envoltura capitalista. Esta salta hecha añicos. Ha sonado la hora final de la propiedad privada capitalista. Los expropiadores son expropiados. Estos son algunos de los puntos de partida que Lenin toma para llegar, desarrollando a Marx, a establecer el imperialismo como fase superior del capitalismo; con sus características particulares y su

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ineludible perspectiva. Además, para hacerse una idea más general, es muy recomendable volver a estudiar a Mao en lo relacionado a la producción mercantil en Anotaciones a los Problemas Económicos del Socialismo en la URSS (1959) Pues bien, según mi opinión, del establecimiento del aspecto principal de la contradicción en cada momento dependerá lo qué hay que hacer y cómo hacerlo. Es evidente que ambos extremos, marxismo y revisionismo, llegan a establecer que lo principal a destacar, en este momento, no es el estado ni el (mayor) volumen en que se encuentra la “socialización de la producción”, que es tan vieja como el capitalismo mismo y que alcanza una nueva fase con el imperialismo, sino que el aspecto principal hoy es el hecho de que el imperialismo “puede permanecer en estado de descomposición durante un período relativamente largo”; (lo que yo especifico como la “existencia y desarrollo de una nueva etapa en la agonía del imperialismo”) más aún, si se toma en cuenta la carta China y sus posibilidades. El que los revisionistas, con el renegado Guzmán a la cabeza, sean conscientes o no de dónde ponen el acento es una cosa y otra la cháchara que repiten; el asunto es que su práctica así lo confirma. La diferencia entre ambas posiciones radica en que los revisionistas, al amparo de lo que denominan la “recuperación transitoria del imperialismo y la reacción” y en espera de mejores tiempos, se venden por un plato de lentejas que no habrán de probar; y, con sus desesperados llamados a una “verdadera amnistía general” y su posible participación en procesos electorales, se coluden con los opresores y explotadores del pueblo. Mientras que los marxistas, sin olvidar lo adicional dicho por Lenin: “que debe inevitablemente descomponerse si se aplaza artificialmente su supresión, que puede permanecer en estado de descomposición durante un período relativamente largo (en el peor de los casos, si la curación del tumor oportunista se prolonga demasiado)”, persisten en combatir al revisionismo y pugnan por continuar y desarrollar la guerra popular retomando el pensamiento gonzalo; pensamiento traicionado por el renegado Guzmán. Ya sé que algunos saldrán en defensa de Guzmán esgrimiendo argumentos similares a los siguientes, donde no se destaca nada sino que se enumeran tres puntos: El Presidente Gonzalo desarrollando el marxismo en cuanto a economía política proletaria desarrolla la tesis leninista sobre el imperialismo en cuanto a su caracterización económica y los desarrollos del Presidente Mao Tsetung y reitera el 99 que una correcta

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comprensión de la lucha de clases internacional demanda partir de la relación imperialismo-naciones oprimidas y especificando la tesis leninista “entrelazamiento” es socialización de la producción, establece tres cuestiones: 1) “globalización” es mayor socialización de la producción; 2) la explotación y opresión del imperialismo son innecesarias para los pueblos del mundo; y 3) se debe seguir combatiendo hasta el fin a la superpotencia hegemónica única de Estados Unidos. [Si esto es desarrollo del marxismo; de marx, de Lenin y de Mao, entonces estamos...] En cuanto a la futura nueva ola de la revolución proletaria mundial establecida por el Presidente Gonzalo desde el 92 y desarrollada y especificada el 99 nos plantea que su desarrollo y perspectiva solo podrá conocerse conforme se desarrolle y en cuanto participemos en ella pero ya pueden verse muchas cuestiones de las que resalta tres: 1) El imperialismo desenvuelve la globalización que expande su dominio explotador y opresivo en beneficio de Estados Unidos principalmente, lo que agudiza las contradicciones antiimperialistas y que lo fundamental es que la globalización que ya genero su primera crisis económica mundial desde 1997, preludio de otras más graves, al implicar en esencia la mayor socialización de la producción madura la necesidad de transformar la sociedad. 2) El mundo registra una desocupación creciente producto de la globalización y del neoliberalismo que asuela el orbe, pero esta desocupación y las siete plagas que la globalización desata sobre la clase y el pueblo engendra respuesta, el proletariado y el pueblo luchan y combaten desenvolviendo verdaderas luchas políticas pues enarbolan reivindicaciones generales, necesidades comunes. 3) La agresión imperialista sobre todo norteamericana se descarga desenfrenada sobre las naciones oprimidas y si bien la rebatiña por el dominio mundial sigue librándose principalmente en lo económico, lo central es que el imperialismo bajo bastón de mando norteamericano desata agresiones o libra contiendas entre potencias arrasando naciones oprimidas, perpetrando genocidio de sus pueblos y pregona la caducidad de la soberanía nacional, la integridad territorial y el derecho a la autodeterminación y más que nada al derecho de los pueblos a transformar el mundo haciendo la revolución. Pero esta agresión imperialista engendra la reacción nacional. El Presidente Gonzalo sintetizando estos tres puntos define “¡y el viejo topo sigue hozando!” y que esto demanda verdaderos Partidos Comunistas marxistas-leninistas-maoístas que sean la garantía en cuanto a dirigentes del rumbo comunista al cual se llegará a través de la guerra popular que es el camino y guiada por la ideología del proletariado, el marxismo-leninis-

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mo-maoísmo, pues la futura nueva gran ola será comandada por el maoísmo y por ello es que bregamos por desarrollar la IV etapa del Partido para que cumpla su papel de eje y gozne bajo la dirección personal del Presidente Gonzalo cuya jefatura estratégica y decisiva es indispensable no solo para la revolución peruana sino para la revolución proletaria mundial y se abre paso como cabeza del Movimiento Comunista Internacional así como se abren paso sus justas posiciones proletarias dando rumbo a los comunistas del mundo y por ello resaltamos los desarrollos que hace el Presidente Gonzalo aportando a un nuevo desarrollo del marxismo y a la revolución proletaria mundial, pues el pensamiento Gonzalo nuestra arma ideológica, estratégica, especifica y principal a entrado a desenvolverse y aplicarse no solo a nuestra realidad sino que está abocándose a la solución de los nuevos problemas de la revolución proletaria mundial, en este momento de repliegue político general y futura nueva etapa como lo muestra el gran balance de 150 años y lo que hoy sigue desarrollando en el documento “¡Y el viejo topo sigue hozando!” que viene preparando junto con la camarada Miriam, documento que saludamos reiterando nuestro compromiso de encarnarlo y aplicarlo. A parte de tocar unos pocos puntos ciertos, correctos e importantes adornados con palabrería fanfarrona y rimbombante, el asunto es que ese “bregar por desarrollar la IV etapa del Partido”, bajo la férula del renegado Guzmán, los ha llevado directamente a capitular ante el enemigo de clase; a traicionar la ideología y los principios; a traicionar al Partido, a las masas populares y la guerra popular para desbrozarse un camino que les permita seguir medrando y “hozando” dentro de la legalidad del pútrido sistema y en colusión no sólo con criminales de guerra sino con el imperialismo, la burguesía burocrática y los terratenientes; todo en nombre de estar “abocándose a la solución de los nuevos problemas de la revolución proletaria mundial, en este momento de repliegue político general y futura nueva etapa”. Y a eso llaman desarrollo del marxismo, desarrollo de la tesis leninista sobre el imperialismo en cuanto a su caracterización económica. ¡Por favor! este:

Aunque el argumento principal de Guzmán para capitular es

Si uno coge la lucha de clases, ve lo que la realidad le demanda, así, lucha de clases a nivel internacional (década del 80-90 del siglo XX) (¡sic!) iba a un repliegue político general de la revolución proletaria mundial porque había ofensiva general del imperialismo con recuperación transitoria y opinión pública contra la revolución; movimiento proletario antiimperialista debilitado, no

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organizaciones de la clase obrera, no Partidos Comunistas marxista-leninista-maoístas, no guerras populares dirigidas por Partidos Comunistas marxista-leninista-maoístas y eso implica un problema complejo para que los comunistas manejen, y sobre ese vivo problema del Partido, dirección proletaria, repercusión en guerra popular y dos caminos, el democrático se debilitó y el otro se viabilizó, implica giro estratégico, gran giro político. Y es que ante semejante afirmación la gente no se pregunta: ¿Y cuándo se inició la lucha armada? ¿Cuándo impone Guzmán el equilibrio estratégico? ¿Y en dónde se quedó aquello de que “si uno coge la lucha de clases, ve lo que la realidad le demanda”? ¡Sólo él, y nadie más que él, podía ir contra la realidad e imponer su voluntad! Miserias de renegado y traidor. Bien, de regreso a “entrelazamientos” y otros contubernios de Guzmán. Hay que entender que una cosa es lo dicho por Marx sobre el “libre cambio”, “la explotación del mercado mundial”, “la concentración de los medios de producción y la socialización del trabajo”, “la socialización de grandes masas de medios de producción”, “la socialización de los medios de producción”, etcétera; que su desarrollo es lo dicho por Lenin: “La competencia se convierte en monopolio. De aquí resulta un gigantesco progreso de la socialización de la producción”; que el desarrollo de lo anterior y su complemento es el análisis del capitalismo burocrático realizado por Mao y que, en la actualidad, si nos sujetamos firmemente a esa línea continua de desarrollo del marxismo, podríamos llegar a comprender que la llamada “globalización” es el paliativo con que el imperialismo pretende alargar su agonía; que ese es su aspecto principal hoy en día y precisamente por ahí hay que darle duro. Y otra, bien diferente, son las generalidades de Guzmán dentro de su manida “recuperación transitoria del imperialismo y la reacción” que no hacen otra cosa que no sea alimentar el tumor oportunista, el cáncer revisionista. Aparentemente, “explotación del mercado mundial” y “globalización”, etimológicamente hablando, podrían ser sinónimos, pero no es así pues el contenido de cada uno de los vocablos expresa cosas específicas. Lo expuesto por Marx es desarrollado por el capitalismo de la libre concurrencia (lo que incluso puede llevar a que algunos despistados digan que Marx era fanático defensor del “librecambio” en base a su Discurso sobre el libre cambio, pero olvidan que esas afir-

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maciones se debían a que Marx consideraba al sistema capitalista como un sistema destructor y que su desarrollo aceleraría la revolución social). Lo expuesto por Lenin especifica la socialización de la producción en la fase imperialista del capitalismo; y la “globalización” expresa los actuales mecanismos que permiten la prolongación de la agonía del imperialismo y la imperiosa necesidad de persistir en el camino de la violencia revolucionaria y su desarrollo en medio del combate y desenmascaramiento del revisionismo. ¿Qué todo esto no tiene nada que ver con el capitalismo burocrático? Todo lo contrario, sólo de su correcta comprensión nace una línea justa y correcta como la establecida por el pensamiento gonzalo. En el pensamiento gonzalo se encuentra muy bien establecido que hoy, para ser marxista, hay que ser marxista-leninista-maoísta, principalmente maoísta, y que hay que bregar incansablemente por coadyuvar a ponerlo como mando y guía de la revolución mundial. Reitero, una vez más, he ahí la genialidad, vigencia y perspectiva del pensamiento gonzalo; una fuerza y validez que se imponen en contra y por encima del mismo Guzmán y sus “desbarres” de fondo revisionista.] Fin de la nota, seguimos con los documentos del PCP. [...] Retomando el Camino de Mariátegui.- La década del 60 estremeció el mundo comunista internacional con la lucha entre el marxismo-leninismo y revisionismo, la que repercutió en nuestra patria, principalmente a través de las grandes obras del camarada Mao Tsetung y de la importantísima lucha librada por el Partido Comunista de China junto a otros partidos hermanos. Simultáneamente en nuestra patria los años 60 implicaron la agudización de la lucha de clases y el gran auge del movimiento de masas, particularmente campesinas: el país vivió la profundización del capitalismo burocrático que aún se desenvuelve; los obreros desarrollaron grandes movimientos huelguísticos y acrecentaron su organización sindical; el campesinado llevó adelante espontáneamente, las más de las veces, la conquista de la tierra por sus propias manos y en oleada incontenible la invasión de tierras, para recuperarlas, recorrió nuestro suelo; mientras la pequeña burguesía, en especial maestros y estudiantes, se incorporaba más a las luchas populares. Paralelamente el ordenamiento demoliberal parlamentario entraba en crisis, como en otras partes de América, y sus partidos políticos reaccionarios se enzar-

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zaban en febril pugna por ganar posiciones y cosechar prebendas. Todo esto presentó a la reacción la exigencia de cumplir dos tareas: profundizar el capitalismo burocrático, tomando como palanca económica principal al Estado, y remodelar la sociedad peruana corporativamente para superar la crisis del parlamentarismo burgués. He ahí las condiciones y la causa del surgimiento del actual gobierno fascista y las tareas que le compete cumplir por encargo de las clases explotadoras y el imperialismo que vieron el peligro de cuestionamiento de su orden que encerraba el auge ascensional de las masas y sus luchas un capítulo de las cuales es la lucha guerrillera que dejó importantes lecciones para el futuro del pueblo.

En Bases de discusión Revolución democrática (1987)

[...]

1. CARÁCTER DE LA SOCIEDAD PERUANA CONTEMPORÁNEA Basándose en el materialismo histórico analiza el proceso peruano y muestra que en la vieja sociedad se desenvolvió un orden agrario basado en el ayllu, era un orden comunitario agrario y en éste recién se empezaba a desarrollar una forma esclavista, el imperio incaico erigido a través de guerras de dominación; luego en el siglo XVI los españoles trajeron un sistema feudal caduco y lo impusieron por las armas contra la resistencia de los nativos y el Perú devino en feudal y colonial; posteriormente, con la emancipación se rompe con el dominio español, pero no así con el sistema feudal, los emancipadores eran terratenientes y los campesinos no logran conquistar la tierra. El siglo XIX expresa intensa pugna entre Inglaterra y Francia por dominarnos; y, a mediados de siglo se dan brotes de capitalismo, desenvolviéndose sobre la base feudal existente; y todo este proceso en el Perú va a significar un cambio: pasar de feudal a semifeudal y de colonial a semicolonial. Luego, caracterizando la sociedad peruana contemporánea, el Presidente Gonzalo dice: “... el Perú contemporáneo es una sociedad semifeudal y semicolonial en la cual se desenvuelve un capitalismo burocrático”; carácter que si bien Mariátegui lo definiera en el punto 3 del Programa de la Constitución del Partido es a la luz del marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente del maoísmo que el Presidente Gonzalo ha demostrado cómo el carácter semifeudal y semicolonial se mantiene y desarrollan nuevas modalidades, y parti-

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cularmente cómo es que se ha desarrollado el capitalismo burocrático sobre esta base en todo el proceso de la sociedad contemporánea, problema de trascendencia para comprender el carácter de la sociedad y de la revolución peruana. El capitalismo burocrático es una tesis fundamental del Presidente Mao que no es aún comprendida ni aceptada por todos los marxistas en el mundo y que obviamente por razones históricas no fuera conocida por Mariátegui y que el Presidente Gonzalo la aplica a las condiciones concretas de nuestro país. Sustenta que para analizar el proceso social contemporáneo hay que partir de tres cuestiones íntimamente ligadas: los momentos que atraviesa el capitalismo burocrático; el proceso del proletariado plasmado en su más alta expresión: el Partido Comunista; y, el camino que ha de seguir la revolución. Así, pues, nos enseña que en la sociedad peruana contemporánea se pueden diferenciar tres momentos a partir de 1895: I momento. Desarrollo del capitalismo burocrático. Constitución del PCP. Señalamiento y esbozo del camino de cercar las ciudades desde el campo; II momento. Profundización del capitalismo burocrático. Reconstitución del PCP. Establecimiento del camino de cercar las ciudades desde el campo; y III momento. Crisis general del capitalismo burocrático. Dirección del PCP de la guerra popular. Aplicación y desarrollo del camino de cercar las ciudades desde el campo. Al mismo tiempo plantea que la sociedad peruana contemporánea está en crisis general, enferma, grave, incurable y sólo cabe transformarla a través de la lucha armada como lo viene haciendo el Partido Comunista del Perú dirigiendo al pueblo y, que no hay otra solución. [Nota: Estudiar el documento completo. Esto sí que es análisis, sistematización, síntesis y desarrollo. ¡Dialéctica marxista! ¡Pensamiento gonzalo! (A pesar de mis diferencias en lo relacionado al contenido de la expresión “orden agrario basado en el ayllu” y a la afirmación de que “recién se empezaba a desarrollar una forma esclavista”; cosas se sólo se dicen repitiendo a Mariátegui.)]

En la llamada Entrevista del Siglo (julio 1988)

EL DIARIO: Por qué Ud. considera fundamental la tesis del capitalismo burocrático? PRESIDENTE GONZALO: Consideramos clave esta tesis del Presidente Mao Tsetung porque sin comprenderla y manejarla no es

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factible desarrollar una revolución democrática y menos concebir su continuación ininterrumpida como revolución socialista. Es realmente muy inconveniente que esta tesis del Presidente Mao sea soslayada y que simplemente se enrede el análisis en hablarnos de desarrollo del capitalismo en países atrasados o de capitalismo dependiente que a nada conducen sino a cambiar el carácter de la revolución; creemos que es partiendo del Presidente Mao Tsetung que nosotros vamos a entender bien la sociedad peruana y las sociedades llamadas atrasadas. Entendemos que el capitalismo burocrático, comienza a darse en el Perú desde el 95 del siglo pasado, en los tres momentos que acabo de esbozar. Lo concebimos de esta forma, sobre una base semifeudal y bajo un dominio imperialista se desarrolla un capitalismo, un capitalismo tardío, un capitalismo que nace atado a la feudalidad y sometido al dominio imperialista, son esas condiciones las que generan lo que el Presidente Mao Tsetung ha denominado capitalismo burocrático. Pues bien, el capitalismo burocrático se desenvuelve ligado a los grandes capitales monopolistas que controlan la economía del país, capitales formados, como lo dice el Presidente Mao, por los grandes capitales de los grandes terratenientes, de los burgueses compradores y de los grandes banqueros; así se va generando el capitalismo burocrático, atado, reitero, a la feudalidad, sometido al imperialismo y monopolista, y esto hay que tomarlo en cuenta, es monopolista. Este capitalismo, llegado a cierto momento de evolución se combina con el Poder del Estado y usa los medios económicos del Estado, lo utiliza como palanca económica y este proceso genera otra facción de la gran burguesía, la burguesía burocrática; de esta manera se va a dar un desenvolvimiento del capitalismo burocrático que era ya monopolista y deviene a su vez en estatal, pero este proceso lo lleva a generar condiciones que maduran la revolución; éste es otro concepto importante, políticamente hablando, que el Presidente plantea sobre el capitalismo burocrático. Si comprendemos el capitalismo burocrático, podemos muy bien entender cómo en el Perú se da una situación semifeudal, un capitalismo burocrático y un dominio imperialista, principalmente yanqui. Eso es lo que debemos comprender, lo cual permite entender y manejar la revolución democrática. Ahora, ¿qué otra importancia más tiene el capitalismo burocrático? el Presidente nos dice que la revolución democrática cumple algunos avances socialistas lo cual, dice, ya se expresaba por ejemplo en la ayuda mutua que se daba en el campo, en las bases de apoyo; pues bien, para pasar de la revolución democrática a la socialista es clave, desde el punto de vista económico, la confiscación de todo el capitalismo burocrático, lo cual permite al Nuevo Estado controlar la economía, manejarla y servir a desarrollar la revolución socialista. Entendemos que este concepto estratégico es de gran importancia y, reitero, lamentablemente se le soslaya y mientras se le siga soslayando no se entenderá bien lo que es una revolución democrática, en

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las actuales circunstancias en que nos debatimos. Es erróneo considerar que el capitalismo burocrático es el capitalismo que desarrolla el Estado con los medios económicos de producción que tiene en sus manos; es erróneo, eso no se compagina con la tesis del Presidente Mao Tsetung. Bastaría pensar en esto, si el capitalismo burocrático fuera solamente el estatal, se confiscaría ese capitalismo estatal y el otro, capitalismo monopolista no estatal en ¿qué manos quedaría? en las de la reacción, en las de la gran burguesía. Esa interpretación de identificar capitalismo burocrático con capitalismo monopolista estatal es una concepción revisionista y en nuestro partido fue sostenida por el liquidacionismo de izquierda. Por eso este problema, entendemos, que es muy importante. Además, políticamente nos permite diferenciar con mucha nitidez la gran burguesía de la burguesía nacional o media; y, eso nos da instrumentos de comprensión para no ponernos a la cola de ninguna de las facciones de la gran burguesía, ni de la compradora ni de la burocrática, que es lo que en el Perú ha hecho el revisionismo y el oportunismo y siguen haciéndolo, décadas de esa siniestra política de rotular a una facción de la gran burguesía como burguesía nacional, progresista, y apoyarla. La comprensión del capitalismo burocrático nos permitió entender bien la diferenciación, reitero, entre burguesía nacional y gran burguesía y comprender la táctica correcta que teníamos que seguir, retomando precisamente lo que Mariátegui estableciera. Por eso consideramos sumamente importante la tesis del capitalismo burocrático.

En Tercer pleno del Comité Central (1992) [...] II. Análisis de la Sociedad Peruana contemporánea. Centrado en el capitalismo burocrático, basarse en lo planteado sobre esto, por ejemplo en el documento de agosto (“Sobre Campaña de Rectificación con ¡Elecciones, no! ¡Guerra Popular, Sí!”). El capitalismo burocrático madura las condiciones para la revolución. Considerar la reaccionarización del viejo Estado peruano, las fuerzas armadas, columna vertebral, grupos y facciones de la gran burguesía, en la compradora y la burocrática. La Iglesia y su creciente influencia, particularmente la católica. Ver la importancia del problema de la tierra; ver la semifeudalidad y los cambios que la guerra popular ha impreso en este problema. Cómo se concretan las contradicciones fundamentales masas-feudalidad, nación-imperialismo, pueblo-capitalismo burocrático. Camino democrático, República Popular del Perú. Apuntar a ver la sociedad peruana y su derrotero en proceso de destrucción inexorable.

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[Nota: No dejarse impresionar por la palabra “cambios”, se refiere a las Bases de Apoyo. Desaparecen las Bases de Apoyo, desaparecen los “cambios” a falta de quién y cómo se ejerce el Poder; de quién y cómo se impulsan y desarrollan esos “cambios”. Papel del Partido y la guerra popular. Contienda restauración-contrarrestauración.] [...]

IV. SOCIEDAD PERUANA

Hay varios documentos, ver la Sesión Preparatoria del II Pleno, el capitalismo burocrático se desenvuelve en ciclos con gradientes, tiene recuperaciones transitorias pero cada nuevo ciclo parte del punto más bajo que el anterior. [Genial, nada que ver con la estupidez de “recuperación transitoria del imperialismo” como argumento para vender los principios y la guerra popular] En 30 años se da así. Ver cómo se está desenvolviendo: la tercera parte del capitalismo burocrático, de la sociedad peruana contemporánea comenzó el 80. Crisis general y cómo pueden ser sus recuperaciones hasta su destrucción, opera la guerra popular y esto agrava ese proceso de destrucción del sistema económico. Al proceso de destrucción del capitalismo burocrático se suma la guerra popular, por eso no puede recuperarse su economía como la de los países vecinos. Nuestra guerra está manejada políticamente con sabotaje y con paros armados, la guerra popular limita las inversiones, el factor seguridad eleva los seguros, etc., etc. El capitalismo burocrático es declinante, está en descomposición desde los 80 y declina más y lo hunde la guerra popular. Los préstamos, dinero que dan los imperialistas son en condiciones más duras para las naciones oprimidas, sólo pueden esperar mayor inversión cuando el interés del imperialismo aumente, cuando digan “qué mal ejemplo, hay que aplastar, meter plata”, pero eso lleva a putrición más generalizada, así fue en Vietnam y en Corea. Es necesario desarrollar los criterios de los dos caminos. Ver el camino campesino cómo se desarrolla, ver también cómo se desarrolla la nueva economía para contraponer. Pedraglio dice condiciones beneficiosas para la zona del Huallaga. Vemos un declinamiento atizado por la guerra. Ver cómo se desarrolla el camino campesino, ver cómo en el derrumbe hay florecillas que se abren paso, nueva economía, Nuevo Estado.

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Para terminar hay que recordar.

En SOMOS LOS INICIADORES (1980) La situación no es la de ayer. El tiempo ha transcurrido, el capitalismo burocrático ha madurado la revolución, las leyes agrarias son frustraciones una tras otra y el campesinado ha comprendido la lección: nada le será dado, nada puede esperar de una ley; la tierra tendrá que conquistarla con sus propias manos armadas. La clase obrera es cada vez más pujante, más madura, más alta en conciencia, más grande en número, más poderosa en política; más fuerte que ayer. Las masas populares crecen en nuestro país. La pequeña burguesía se proletariza, no tiene otro destino sino servir a la revolución y ponerse a disposición del proletariado; no tiene otro destino, no puede tener más camino que servir a la revolución, según los dictados de la clase obrera, bregar esforzadamente tras el camino del Partido. Esto es bueno recordarlo, porque de ella debemos ganar particularmente a la intelectualidad, lo que demanda mover a la masa como ya Mariátegui nos enseñó; sólo así cumplirá su papel y podrá servir a la más grande batalla que la historia está gestando. Camaradas, hemos concluido que entrábamos a la tercera etapa de la sociedad peruana contemporánea. Pero si como ayer, cuando planteamos los dos momentos de la sociedad peruana contemporánea, como partes del proceso de desarrollo del capitalismo burocrático en el país, y algunos nos condenaban, rechazaban nuestras tesis, nuestras ideas y hasta con insolencia supina las tildaban menospreciativamente de infantilismo; lo que planteamos hoy con clara y precisa visión histórica, de que nuestro país entra a una tercera etapa, también será objeto de incomprensión pero ya no será posible simplemente condenarnos con etiqueta pueril de infantilismo, porque los tiempos nos han dado la razón en muchísimas cosas y también ellos sacarán lección. Sin embargo no va a ser fácil que acepten, que comprendan, requerirán hechos contundentes, acciones concretas que les martillen en sus duras cabezas, que les hagan saltar a pedazos sus especulaciones, para que en sus almas también anide la realidad de esta patria nuestra. La comprensión de la tercera etapa es clave para que este pueblo [note] nuestro avance. Esta tercera etapa qué implica. Implica que la revolución, el pueblo con las manos armadas comienza a tomar el poder; y que la reacción con 400 años de explotación, que se suma a la explotación anterior porque también la hubo, (camaradas, debemos pensar muy bien, 400 años de opresión extranjera, un vil sistema servil que aún subsiste, un Estado que si bien no es sólido, tiene fuerza en la actualidad), implica que la reacción preten-

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derá contenernos, pretenderá oponerse al avance de la revolución. Es que, como bien sabemos los materialistas, lo que existe se niega a morir y la reacción existe y por tanto se niega a morir; es un cadáver insepulto pero niega, protesta, resiste y ataca con furia y desespero, no quiere que la metamos al cajón, no quiere que la enterremos. Así, debemos entender que la lucha revolucionaria será dura, violenta, cruelmente contestada por la reacción y mandará sus negras huestes a combatirnos, armados hasta los dientes embestirán a la clase obrera, al campesinado, a las masas populares; extenderán sus garras siniestras, sangrientas, así será: nos tenderá cercos, buscará aislarnos, aplastarnos, borrarnos, pero nosotros somos el futuro, somos la fuerza, somos la historia. Camaradas, revolución y contrarrevolución contienden también en nuestro país, somos dos partes de una unidad ligadas y en lucha creciente. Los reaccionarios centrados, artillados, defendidos en las urbes, en las capitales; nosotros nos arraigaremos en el campo, en los poblados pequeños, con la masa, con el campesinado pobre en especial, con la fuerza, con el poder desorganizado para organizarlo en un poderoso ejército. Pero esto no será fácil: sus huestes negras y siniestras irán contra nosotros, montarán poderosas agresiones, grandes ofensivas. Nosotros responderemos, los desvencijaremos, los dividiremos; sus ofensivas las convertiremos en multitud de pequeñas ofensivas nuestras y los cercadores serán cercados y los pretendidos aniquiladores serán aniquilados y los pretendidos triunfadores serán derrotados y la bestia finalmente será acorralada y como se nos ha enseñado, el estruendo de nuestras voces armadas los hará estremecer de pavor y terminarán muertos de miedo convertidos en pocas y negras cenizas. Así ha de ser camaradas, así ha de ser. Sin embargo, la brega será dura, larga, difícil, cruenta; hay que acerar el alma, ser fuertes, vigorosos, no temer y estar seguros de la victoria; que la confianza en su conquista anide en nuestro corazón pues servimos al pueblo y a la clase. El problema es que con decisión y firmeza iniciaremos la lucha armada, la desplegaremos y sus banderas poblarán nuestra tierra, con rotundas acciones que registrará la historia. Camaradas, nuestro pueblo entra a tomar el poder por las armas; está en marcha, la gesta más grandiosa que nuestra patria ha visto. Como eso, no se verá nunca más, será grandioso. ¡Eso haremos nosotros!; a eso servimos y serviremos, el pueblo y la clase, el proletariado lo mandan. No podemos, no debemos fallar.

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Otros puntos Ver dos de los artículos mencionados en: ¿Por qué puede existir el poder rojo en china?

En Sobre la táctica de la lucha contra el imperialismo japonés (27 de diciembre de 1935)

Tomo I

En 167-168 Los grandes déspotas locales y shenshí malvados, los grandes caudillos militares, los grandes burócratas y los magnates de la burguesía compradora ya han tomado hace mucho su decisión. Han sostenido y sostienen que toda revolución (sea cual fuere) es peor que el imperialismo. Constituyen el campo de los vendepatrias; para ellos no se plantea el problema de ser o no esclavos de una nación extranjera, porque han perdido todo sentido de la nacionalidad y sus intereses están indisolublemente ligados a los del imperialismo. [...] ... La cuestión reside en si hay posibilidad de que, en las circunstancias actuales, esta clase sufra un cambio. Creemos que sí, pues la burguesía nacional no es igual a la clase terrateniente o la burguesía compradora; entre ella y estas últimas existen diferencias. La burguesía nacional no es tan feudal como la clase terrateniente, ni tan compradora como la burguesía compradora. Un sector de la burguesía nacional mantiene vínculos más o menos numerosos con el capital extranjero y con la propiedad de la tierra en el país; constituye su ala derecha. Por el momento no especularemos sobre la posibilidad de que este sector sufra un cambio. El problema está en aquellos sectores de la burguesía nacional que no tienen tales vínculos o los tienen escasamente. Estimamos que en la nueva situación, en que sobre China se cierne el peligro de la colonización, es posible que estos sectores cambien de actitud. La característica de este cambio será su vacilación. [...] ... ¿Han ganado estos sectores de la burguesía nacional alguna ventaja en los últimos nueve años, desde que abandonaron a su aliado, la clase obrera, y trabaron amistad con la clase terrateniente y la burguesía compradora? Ninguna. Lo único que han logrado es la

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ruina total o parcial de sus empresas industriales y comerciales. [...] ... es posible que la burguesía nacional cambie de actitud. ¿Hasta qué punto puede cambiar? Su característica general es la vacilación. Sin embargo, en ciertas etapas de la lucha, un sector de la burguesía nacional (el ala izquierda) puede tornar parte en ella, mientras otro sector puede pasar de la actitud vacilante a una neutral. En 170 ... Una de las principales características políticas y económicas de un país semicolonial es la debilidad de su burguesía nacional. Precisamente por esa causa, el imperialismo se atreve a abusar de ella, y esto determina uno de los rasgos de la burguesía nacional: no le gusta el imperialismo. En 174 Ya nos hemos referido a la vacilación de la burguesía nacional, los campesinos ricos y los pequeños terratenientes y a la posibilidad de su participación en la lucha antijaponesa. Las minorías nacionales, en particular el pueblo de Mongolia Interior, directamente amenazado por el imperialismo japonés, se alzan ahora a la lucha. En el futuro, su lucha se fundirá con la de todo el pueblo del Norte de China y con las operaciones del Ejército Rojo en el Noroeste. En 181-182 Por supuesto que la república popular no representa los intereses de las clases enemigas. Al contrario, es diametralmente opuesta a la clase de los déspotas locales y shenshí malvados y a la burguesía compradora, lacayos del imperialismo, y no los incluye dentro del pueblo, tal como el “Gobierno Nacional de la República de China” de Chiang Kai-shek representa sólo a los plutócratas, y no a la gente sencilla, a la que no considera parte de la “nación”. Dado que los obreros y campesinos constituyen del 80 al 90 por ciento de la población china, la república popular debe representar en primer lugar sus intereses. Sin embargo, al acabar con la opresión del imperialismo para hacer a China libre e independiente y al terminar con la opresión de los terratenientes para liberar a China del semifeudalismo, la república popular no sólo beneficiará a los obreros y campesinos, sino también a los demás sectores del pueblo. Los intereses de

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los obreros, los campesinos y el resto del pueblo constituyen, en su conjunto, los intereses de toda la nación china. Aunque la burguesía compradora y la clase terrateniente viven también en el suelo chino, les tienen sin cuidado los intereses de la nación; sus intereses chocan con los de la mayoría de la población. Ya que nosotros no dejamos fuera más que a esta reducida minoría y chocamos sólo con ella, tenemos derecho a llamarnos representantes de toda la nación.

En La revolución china y el Partido Comunista de China (diciembre de 1939)

Tomo II

En 320-323 El proceso del surgimiento y desarrollo del capitalismo nacional chino es al mismo tiempo el del surgimiento y desarrollo de la burguesía y del proletariado. Si los precursores de la burguesía china fueron una parte de los comerciantes, terratenientes y burócratas, los del proletariado chino fueron una parte de los campesinos y artesanos. Como clases sociales con características propias, la burguesía y el proletariado de China son clases recién nacidas, que nunca antes habían existido en la historia de nuestro país. Se han constituido en nuevas clases sociales surgiendo de las entrañas de la sociedad feudal. Son dos clases interrelacionadas y, a la vez, antagónicas, gemelas nacidas de la vieja sociedad (la sociedad feudal) de China. Sin embargo, el proletariado chino ha surgido y se ha desarrollado de modo simultáneo no sólo con la burguesía nacional china, sino también con las empresas directamente explotadas por el imperialismo en China. Así, resulta que una gran parte del proletariado chino es más antiguo y tiene mayor experiencia que la burguesía china, y por ello su fuerza social es mayor, y su base social, más amplia. [...] Para ello, las potencias imperialistas han utilizado y siguen utilizando todos los medios de opresión militar, política, económica y cultural, lo que les ha permitido convertir gradualmente a China en una semicolonia y colonia. Esos medios son los siguientes: [...] 7) Han hecho de la clase terrateniente feudal de China, al igual que de la burguesía compradora, el pilar de su dominación en

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China. El imperialismo “se alía en primer término con las capas dominantes del régimen social precedente —los señores feudales y la burguesía comercial-usurera—, contra la mayoría del pueblo. En todas partes, el imperialismo intenta preservar y perpetuar todas aquellas formas de explotación precapitalistas (particularmente en el campo), que son la base de la existencia de sus aliados reaccionarios.”[22: Cita de las tesis “Sobre el movimiento revolucionario en los países coloniales y semicoloniales” adoptadas por el VI Congreso de la Internacional Comunista] “[...] el imperialismo, con todo el poderío financiero y militar que tiene en China, es la fuerza que apoya, alienta, cultiva y conserva las supervivencias feudales, con toda su superestructura burocrático-militarista.”[23: J. V. Stalin: “la revolución en China y las tareas de la Internacional Comunista”, discurso pronunciado el 24 de mayo de 1927 en la VIII Sesión Plenaria del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista.] [...] En 326 Puesto que la sociedad china de hoy es, por su naturaleza, colonial, semicolonial y semifeudal, ¿cuáles son los blancos o enemigos principales de la revolución china en la etapa actual? No son otros sino el imperialismo y el feudalismo, es decir, la burguesía de los países imperialistas y la clase terrateniente de nuestro país. Porque, en la etapa actual, son justamente ellos los principales opresores en la sociedad china y los principales obstáculos para su desarrollo. Ambos se confabulan para oprimir al pueblo chino, pero, como la opresión nacional ejercida por el imperialismo es la más grande, éste es el enemigo número uno, el peor enemigo del pueblo chino. En 330-331 ¿Qué clases existen en la actual sociedad china? Existen la clase terrateniente y la burguesía; la primera y la capa superior de la segunda son las clases dominantes en la sociedad china. [...] La burguesía se divide en gran burguesía compradora y burguesía nacional. La gran burguesía compradora es una clase al servicio directo de los capitalistas de los países imperialistas y sustentada por ellos;

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está ligada por miles de lazos con las fuerzas feudales del campo. Por eso, en la historia de la revolución china, ha sido siempre un blanco, y nunca una fuerza motriz, de la revolución. Sin embargo, como los diferentes grupos de la gran burguesía compradora china dependen de distintas potencias imperialistas, cuando las contradicciones entre éstas se hacen muy agudas, y cuando la revolución se dirige principalmente contra una de ellas, es posible que los grupos de la burguesía compradora dependientes de otras potencias imperialistas participen, hasta cierto punto y en determinados períodos, en el frente antiimperialista que se forme. Pero apenas sus amos se ponen a combatir a la revolución china, ellos hacen lo mismo. En 332 En China, la burguesía nacional es principalmente la burguesía media. Interesante, ver esta nota: [20] Zonas ocupadas por los países imperialistas en los puertos que el Gobierno de la dinastía Ching se vio obligado a abrir al comercio. En estas “concesiones” se implantó un régimen colonial imperialista, completamente independiente de la administración y la legislación de China. Desde ellas, los imperialistas ejercían, directa o indirectamente, su control político y económico sobre el régimen de la clase feudal y de la burguesía compradora china. Durante la revolución de 1924-1927, las masas revolucionarias, dirigidas por el Partido Comunista de China, iniciaron un movimiento por la recuperación de las “concesiones”, y en enero de 1927 recuperaron las “concesiones” inglesas en Jankou y Chiuchiang. Pero, con la traición de Chiang Kai-shek a la revolución, los imperialistas lograron conservar sus “concesiones” en diversos lugares de China. [¿Y Mariátegui, qué dice al respecto?]

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Puntos muy interesantes a tener en cuenta En Las tareas del partido comunista de china en el periodo de la resistencia al Japón (3 de mayo de 1937)

En 291-292 13. ¿Errónea nuestra anterior consigna de república democrática de obreros y campesinos? No, no lo era. Puesto que la burguesía, y sobre todo la gran burguesía, se retiró de la revolución, se entregó al imperialismo y a las fuerzas feudales y se convirtió en enemiga del pueblo, quedaron como fuerza motriz de la revolución únicamente el proletariado, el campesinado y la pequeña burguesía urbana, y como partido revolucionario, sólo el Partido Comunista; la responsabilidad de organizar la revolución recayó por fuerza sobre los hombros del Partido Comunista, el único partido revolucionario del país. Solamente el Partido Comunista continuó manteniendo en alto la bandera de la revolución, conservó las tradiciones revolucionarias, lanzó la consigna de república democrática de obreros y campesinos y, para hacerla realidad, sostuvo una lucha ardua durante muchos años. Esta consigna no iba en contra de la tarea de la revolución democrático-burguesa, sino que, al contrario, significaba cumplirla resueltamente. En ninguno de sus aspectos, la política que seguíamos en nuestra lucha práctica discrepaba de esta tarea. Nuestra política, que preveía, entre otras cosas, la confiscación de las tierras de los terratenientes y la implantación de la jornada de ocho horas, de ninguna manera traspasaba los marcos de la propiedad privada capitalista y en modo alguno significaba llevar a la práctica el socialismo. ¿Cuál será la composición de la nueva república democrática? La integrarán el proletariado, el campesinado, la pequeña burguesía urbana, la burguesía y todos los individuos que en el país estén en favor de la revolución nacional y democrática; ella será una alianza de estas clases en la revolución nacional y democrática. El rasgo distintivo aquí es la inclusión de la burguesía; esto obedece a que, en las circunstancias actuales, cabe la posibilidad de que la burguesía coopere nuevamente con nosotros y participe en la resistencia al Japón; por lo tanto, el partido del proletariado no debe rechazarla, sino acogerla y reanudar la alianza con ella para la lucha común, a fin de favorecer el avance de la revolución china. Con miras a poner término a los conflictos armados internos, el Partido Comunista está dispuesto a suspender su política de confiscación violenta de las tierras de los terratenientes y a solucionar el problema de la tierra por la vía legislativa y por otros medios apropiados en el curso de la construcción de la nueva república democrática. El primer problema por resolver es si la tierra de

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China será de los japoneses o de los chinos. Puesto que la solución del problema de la tierra para los campesinos tiene como premisa la defensa de China, es absolutamente necesario pasar de la confiscación violenta a métodos nuevos y apropiados. Así como en el pasado fue correcto lanzar la consigna de república democrática de obreros y campesinos, también ahora es correcto renunciar a ella. (En la nota 3. En 299, se repite: Además, dentro del campo de la clase terrateniente y de la burguesía compradora tampoco existe completa unidad. Dado que la disputa por China entre numerosas potencias imperialistas ha hecho surgir diferentes grupos de vendepatrias a su servicio, con sus contradicciones y conflictos, el Partido también debe recurrir a diversos medios para que, por el momento, algunas de las fuerzas contrarrevolucionarias no se opongan activamente al frente antijaponés. La misma táctica debe aplicarse hacia las potencias imperialistas a excepción del Japón.)

Otro más En Sobre la práctica (julio 1937)

En 321 y ss. Nadie antes del marxismo elaboró una teoría como ésta, la materialista dialéctica, sobre el proceso de desarrollo del conocimiento, el que se basa en la práctica y va de lo superficial a lo profundo. Es el materialismo marxista el primero en resolver correctamente este problema, poniendo en evidencia de manera materialista y dialéctica el movimiento de profundización del conocimiento, movimiento por el cual el hombre, como ser social, pasa del conocimiento sensorial al conocimiento lógico en su compleja y constantemente repetida práctica de la producción y de la lucha de clases. Lenin dijo: “La abstracción de la materia, de una ley de la naturaleza, la abstracción del valor, etc., en una palabra, todas las abstracciones científicas (correctas, serias, no absurdas) reflejan la naturaleza en forma más profunda, veraz y completa.” [4: V. I. Lenin: Resumen del libro de Hegel “Ciencia de la lógica”] El marxismo-leninismo sostiene que cada una de las dos etapas del proceso cognoscitivo tiene sus propias características: en la etapa inferior, el conocimiento se manifiesta como conocimiento sensorial y, en la etapa superior, como conocimiento lógico, pero ambas son etapas de un proceso cognoscitivo

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único. Lo sensorial y lo racional son cualitativamente diferentes; sin embargo, uno y otro no están desligados, sino unidos sobre la base de la práctica. Nuestra práctica testimonia que no podemos comprender inmediatamente lo que percibimos, y que podemos percibir con mayor profundidad sólo aquello que ya comprendemos. La sensación sólo resuelve el problema de las apariencias; únicamente la teoría puede resolver el problema de la esencia. La solución de ninguno de estos problemas puede separarse ni en lo más mínimo de la práctica. Quien quiera conocer una cosa, no podrá conseguirlo sin entrar en contacto con ella, es decir, sin vivir (practicar) en el mismo medio de esa cosa. En la sociedad feudal era imposible conocer de antemano las leyes de la sociedad capitalista, pues no había aparecido aún el capitalismo y faltaba la práctica correspondiente. El marxismo sólo podía ser producto de la sociedad capitalista. Marx, en la época del capitalismo liberal, no podía conocer concretamente, de antemano, ciertas leyes peculiares de la época del imperialismo, ya que no había aparecido aún el imperialismo, fase final del capitalismo, y faltaba la práctica correspondiente; sólo Lenin y Stalin pudieron asumir esta tarea. Aparte de su genio, la razón principal por la cual Marx, Engels, Lenin y Stalin pudieron crear sus teorías fue su participación personal en la práctica de la lucha de clases y de la experimentación científica de su tiempo; sin este requisito, ningún genio podría haber logrado éxito. La expresión: “Sin salir de su casa, el letrado sabe todo cuanto sucede en el mundo” no era más que una frase hueca en los tiempos antiguos, cuando la técnica estaba poco desarrollada; y en nuestra época de técnica desarrollada, aunque tal cosa es realizable, los únicos que tienen auténticos conocimientos de primera mano son las personas que en el mundo se dedican a la práctica. Y sólo cuando, gracias a la escritura y a la técnica, llegan al “letrado” los conocimientos que estas personas han adquirido en su práctica, puede éste, indirectamente, “saber todo cuanto sucede en el mundo”. Para conocer directamente tal o cual cosa o cosas, es preciso participar personalmente en la lucha práctica por transformar la realidad, por transformar dicha cosa o cosas, pues es éste el único medio de entrar en contacto con sus apariencias; asimismo, es éste el único medio de poner al descubierto la esencia de dicha cosa o cosas y comprenderlas. Tal es el proceso cognoscitivo que en realidad siguen todos los hombres, si bien alguna gente, deformando deliberadamente los hechos, afirma lo contrario. La gente más ridícula del mundo son los “sabelotodo” que, recogiendo de oídas conocimientos fragmentarios y superficiales, se las dan de “máxima autoridad en el mundo”, lo que testimonia simplemente su fatuidad. El conocimiento es problema de la ciencia y ésta no admite ni la menor deshonestidad ni la menor presunción; lo que exige es ciertamente lo contrario: honestidad y modestia. Si quieres conocer, tienes que participar en la práctica transformadora de la realidad. Si quieres conocer el sabor de una pera, tienes tú mis-

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mo que transformarla comiéndola. Si quieres conocer la estructura y las propiedades del átomo, tienes que hacer experimentos físicos y químicos, cambiar el estado del átomo. Si quieres conocer la teoría y los métodos de la revolución, tienes que participar en la revolución. Todo conocimiento auténtico nace de la experiencia directa. Sin embargo, el hombre no puede tener experiencia directa de todas las cosas y, de hecho, la mayor parte de nuestros conocimientos proviene de la experiencia indirecta, por ejemplo, todos los conocimientos de los siglos pasados y de otros países. Estos conocimientos fueron o son, para nuestros antecesores y los extranjeros, producto de la experiencia directa, y merecen confianza si en el curso de esa experiencia directa se ha cumplido la condición de “abstracción científica” de que hablaba Lenin y si reflejan de un modo científico la realidad objetiva; en caso contrario, no la merecen. Por eso, los conocimientos de una persona los constituyen sólo dos sectores: uno proviene de la experiencia directa y el otro, de la experiencia indirecta. Además, lo que para mí es experiencia indirecta, constituye experiencia directa para otros. Por lo tanto, considerados en su conjunto, los conocimientos, sean del tipo que fueren, no pueden separarse de la experiencia directa. Todo conocimiento se origina en las sensaciones que el hombre obtiene del mundo exterior objetivo a través de los órganos de los sentidos; no es materialista quien niegue la sensación, niegue la experiencia directa, o niegue la participación personal en la práctica transformadora de la realidad. Es por esto que los “sabelotodo” son ridículos. Un antiguo proverbio chino dice: “Si uno no entra en la guarida del tigre, ¿cómo podrá apoderarse de sus cachorros?” Este proverbio es verdad tanto para la práctica del hombre como para la teoría del conocimiento. No puede haber conocimiento al margen de la práctica.

En Prefacio y epilogo a investigaciones rurales (Marzo y abril de 1941)

[Bueno para comparar con José Carlos Mariátegui sin olvidar los momentos por los que pasa la revolución o en qué etapa de su desarrollo se encuentra y los por qué de tal o cual línea táctica.] En 10 y ss.

EPILOGO

19 de abril de 1941

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La experiencia de los diez años de la guerra civil es la mejor y más inmediata referencia para el actual período, el de la Guerra de Resistencia. Sin embargo, esto no se refiere a la línea táctica, sino a cómo hemos de vincularnos con las masas y movilizarlas en la lucha contra el enemigo. La actual línea táctica del Partido presenta una diferencia de principio con la que seguirnos en el pasado. Antes, combatíamos a los terratenientes y a los burgueses contrarrevolucionarios; ahora, nos unimos con todos aquellos terratenientes y burgueses que no se opongan a la Resistencia. Incluso en la última etapa de la guerra civil, fue incorrecto no haber adoptado una política diferenciada respecto al gobierno y el partido reaccionarios que realizaban ataques armados contra nosotros, por una parte, y a las diversas capas sociales de carácter capitalista bajo nuestro régimen, por la otra, y no haberlo hecho tampoco respecto a los distintos grupos dentro del gobierno y el partido reaccionarios. En aquella época, se seguía hacia todos los sectores de la sociedad, excepto el campesinado y la capa inferior de la pequeña burguesía urbana, la política de “mera lucha” indudablemente errónea. En cuanto al problema agrario, también fue erróneo repudiar la justa política aplicada en las primeras dos etapas de la guerra civil, que consistía en asignar a los terratenientes lotes de tierra iguales que a los campesinos, de suerte que pudieran dedicarse a cultivar la tierra y no se convirtieran en vagabundos o se echasen al monte como bandidos, perturbadores del orden social. Actualmente, la política del Partido tiene que ser distinta; no es ni de “mera lucha sin alianza”, ni de “mera alianza sin lucha” (como el chentusiuísmo, en 1927), sino de aliarse con todas las capas sociales en cuestión que se oponen al imperialismo japonés, formando con ellas un frente único, y sostener a la vez distintas formas de lucha contra ellas, de acuerdo con los diferentes grados de su vacilación y de su posición reaccionaria, que se manifiestan en su tendencia a capitular ante el enemigo y en su oposición al Partido Comunista y al pueblo. Nuestra política actual es una doble política que combina la alianza y la lucha. En el terreno laboral, esta política consiste en mejorar adecuadamente las condiciones de vida de los obreros y, al mismo tiempo, no obstaculizar el desarrollo apropiado de la economía capitalista. En el problema agrario, consiste en exigir a los terratenientes la reducción de los arriendos y los intereses y, al mismo tiempo, estipular el pago por los campesinos de esos arriendos e intereses reducidos. En lo que se refiere a los derechos políticos, consiste en garantizar a todos los terratenientes y capitalistas que se opongan al Japón los mismos derechos de la persona, políticos y de propiedad que a los obreros y campesinos, y, al mismo tiempo, prevenirse contra toda posible actividad contrarrevolucionaria de su parte. Hay que desarrollar la economía estatal y la economía cooperativa; sin embargo, en la actualidad, en las bases de apoyo rurales, el sector económico principal no es el estatal, sino el privado, y hay

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que ofrecer al sector capitalista no monopolista la oportunidad de desarrollarse, en interés de la lucha contra el imperialismo japonés y contra el sistema semifeudal. Esta es la política más revolucionaria para la China actual, y sería indudablemente un error oponerse a ella u obstaculizar su ejecución. Preservar seria y resueltamente la pureza de la ideología comunista en los militantes del Partido y, al mismo tiempo, proteger la parte útil del sector capitalista en la economía de la sociedad y permitirle un desarrollo adecuado, son para nosotros dos tareas indispensables en el período de la Guerra de Resistencia y de la construcción de una república democrática. En este período, es posible que algunos comunistas se dejen corromper por la burguesía y que surjan ideas capitalistas entre nuestros militantes; debemos luchar contra estas ideas corruptoras en el seno del Partido, pero no debemos cometer el error de trasladar esa lucha al terreno de la economía de la sociedad y combatir al sector capitalista. Tenemos que trazar una clara línea de demarcación entre ambas cosas. El Partido Comunista de China trabaja en condiciones complejas, y todos sus miembros, especialmente los cuadros, deben templarse para ser combatientes que conozcan bien la táctica marxista; examinar los problemas de manera unilateral y simplista nunca podrá conducir la revolución a la victoria. [Nota: Siempre tener en cuenta la fecha, las circunstancias y la trayectoria en que se llega a esa situación. Estudiar completo, junto al artículo anterior, lo siguiente: - Sobre las negociaciones de Chungching (17 de octubre de 1945) - La reducción de los arriendos y el desarrollo de la producción son dos asuntos importantes para la defensa de las regiones liberadas (7 de noviembre de 1945)] Ediciones Bandera Roja noviembre de 2011