El Capital: Karl Marx

El Capital Karl Marx Sección 1: mercancía y moneda • Capítulo 1: La mercancía Objeto que, en vez de ser utilizado por el

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El Capital Karl Marx Sección 1: mercancía y moneda • Capítulo 1: La mercancía Objeto que, en vez de ser utilizado por el productor, se destina a la venta. Es la forma elemental de la riqueza de las sociedades capitalistas. o I. Valor de Uso y Valor de Cambio Para transformarse un valor en mercancía, debe ser un objeto útil que sirva para satisfa cer necesidades humanas. Valor de uso: es la aptitud que posee un objeto para satisfacer una necesidad, determinado por sus condiciones naturales. Valor de cambio: capacidad de compra de un bien. Cantidad de otro bien que puede ser adquirida a cambio de dicho bien. ▪ Valor, su sustancia Valor: Magnitud empleada para medir bienes, productos o servicios, comparando beneficio y utilidad. Existe algo en común en la relación de cambio de dos mercancías. Este algo no puede ser una propiedad natural, debido a que no se tienen en cuenta sus cualidades naturales sino cuando se les da una utilidad que las transforma en valores de uso. En el intercambio (lo que caracteriza la relación de cambio) no se tiene en cuenta su utilidad respectiva (valor de uso) sino si se encuentran en cantidad adecuada. Como valores de uso son de cualidad distinta, pero como valores de cambio, solo pueden diferenciarse en cantidad. Si se pasan por alto las propiedades naturales, solo se quedan con una cualidad, la de ser generadores de trabajo. Debemos prescindir de la utilidad de los objetos, para quedarnos con su carácter común: un gasto de fuerza humana de trabajo, a un desgaste del organismo del ser humano sin vínculo con la forma individual en que se ha gastado esta fuerza. Las mercaderías muestran que en su producción se ha consumido una fuerza de trabajo, un consumo de fuerza humana en general, dicho de otra forma, en ellas se ha acumulado trabajo. Las mercancías son valores en tanto que son materialización de ese trabajo, sin considerar su forma. Lo que se observa de común en la relación de cambio o en el valor de cambio de las mercancías, es su valor.



Magnitud del valor, tiempo de trabajo socialmente necesario La sustancia del valor es el trabajo. La medida de cantidad de valor es la cantidad de trabajo, se mide por la duración, el tiempo de trabajo. El tiempo de trabajo que determina el valor de un producto es el tiempo socialmente necesario para conseguirlo, es decir, es el tiempo necesario tenido en cuenta como término medio. Esto es el tiempo que necesita un trabajo ejecutado conforme el grado medio de habilidad e intensidad y en las condiciones ordinarias con respecto al medio social convenido (esto es, en condiciones normales de fabricación y de acuerdo al contexto histórico y social) La magnitud del valor de una mercancía no sufriría cambio si el tiempo necesario para producirla continuara siendo el mismo. Este varía cada vez que se modifica la productividad del trabajo con cada alteración (pericia de los trabajadores, factores naturales, amplitud y eficacia de los medios de producción…) Si la productividad del trabajo aumenta, disminuyendo el tiempo necesario para producir un artículo, el valor de ese artículo disminuye, y si la productividad disminuye, el valor aumenta. El mismo trabajo crea el mismo valor, solo que suministra en un tiempo determinado una cantidad mayor o menor de valores de uso según aumente o disminuya su productividad. Aunque en un aumento de la productividad se obtenga en el mismo tiempo dos productos en vez de uno, se seguirá teniendo la misma utilidad que antes de aumentar la productividad, pero existe un aumento de riqueza material. Sin embargo, el valor del conjunto de objetos útiles sigue siendo el mismo: dos productos hechos en el mismo tiempo que antes hacer uno no vale más de lo que anteriormente era no solo. (mismas horas de trabajo= mismo precio) Cualquier aumento de la productividad aumenta la cantidad de productos que ese trabajo trae consigo y, por lo tanto, la riqueza material, pero no modifica el valor de esa cantidad, debido a que el tiempo de trabajo sigue siendo el mismo. La sustancia del valor es el trabajo, su medida es la duración del trabajo. Una cosa puede ser valor de uso sin ser un valor. Basta que sea útil para el ser humano, sin que proceda de su trabajo (ej: prados vírgenes, aire, mar…) Un valor de uso solo obtiene valor cuando se le suma cierta cantidad de trabajo humano. (ej: el agua de un río no tiene valor, pero si se ponen cañerías para que llegue a una casa, adquiere valor) Una cosa puede ser útil y producto del trabajo sin ser mercancía. Todo el que con su producto satisface sus necesidades, solo crea un valor de uso por su propia cuenta. Para obtener mercancías hay que producir valores de uso, con la finalidad de darlos al consumo general por medio del cambio. Ningún objeto puede convertirse en valor si no es útil.

o II. Doble aspecto de trabajo El trabajo de distintos trabajadores, producen valor por su condición común de trabajo humano. Cada clase de trabajo conlleva gasto físico de fuerza humana, formando el valor de las mercancías. Todo trabajo trae consigo un gasto de fuerza humana en una u otra forma productiva determinada por un fin particular, y esta idea de trabajo útil diferente, da lugar a valores de uso y cosas útiles. ▪

Doble carácter social del trabajo privado Al conjunto de todos los objetos útiles requeridos, corresponde un conjunto de trabajos variados. Para satisfacer las diversas necesidades del ser humano, el trabajo se presenta bajo distintas formas útiles, y de ahí se derivan innumerables industrias. Según la voluntad particular de sus productores, las diversas especialidades de trabajos útiles se manifiestan como partes, que se completan mutuamente, del trabajo general destinado a satisfacer la suma de necesidades sociales. Cada uno de los oficios individuales, que corresponde a un orden de necesidades, y cuya variedad no resulta de ningún convenio previo, constituyen las partes del sistema social de la división del trabajo, que se adaptan a la variedad infinita de las necesidades. De esta forma, trabajando los seres humanos unos para otros, sus obras privadas tienen un carácter social, además por su parecido en concepto de trabajo humano en general, apareciendo la semejanza en la relación social que los sitúa frente a frente y en una base de equivalencia. (valor de cambio)



Reducción de toda clase de trabajo a cierta cantidad de trabajo simple Las diversas transformaciones de la materia natural y sus adaptaciones a las distintas necesidades humanas son en mayor o menor grado, fatigosas de realizar y, por lo tanto, las diferentes clases de trabajo de donde vienen son más o menos complejas. Cuando hablamos del trabajo humano desde el punto de vista del valor, únicamente consideramos el trabajo simple, es decir, el gasto de la simple fuerza que cualquier individuo sin educación especial posee. El término medio del trabajo simple varía en función del contexto, pero siempre se encuentra determinado en una sociedad dada. El trabajo superior es el trabajo simple multiplicado, pudiendo reducirse siempre a una cantidad mayor de trabajo simple (ej: 1 día de trabajo superior= 2 días de trabajo simple) la disminución de cualquier trabajo a determinada cantidad de una sola especie de trabajo se hace todos los días y en todas partes. Las mercancías encuentran su expresión uniforme en moneda, es decir, en una cantidad determinada de oro. Los diferentes géneros del trabajo, cuyo producto son las mercancías, por complicados que sean, se van a reducir en una proporción dada al producto de un trabajo único: el que suministra el oro. Cada genero de trabajo representa únicamente una cantidad de este último.

o III el valor, realidad social, solo aparece en el cambio Las mercancías son mercancías por ser a la vez objeto de utilidad y un porta-valor. Solo pueden entrar en la circulación si se ofrecen bajo doble forma: la suya natural y la de valor.

Considerada una mercancía aisladamente, como objeto de valor no puede apreciarse. Solo tendrá una forma tangible: su forma natural de objeto útil. La realidad de las mercancías consiste en que son la expresión varia de la misma unidad social, es decir, del trabajo humano. El carácter de valor se manifiesta en las relaciones de las mercancías entre si y solo en esas relaciones. Como valores, los productos del trabajo revelan en el cambio una existencia social diferente de su existencia material. Una mercancía expresa su valor por la cualidad de poderse cambiar por otra. Si el valor se revela en la relación de cambio, este no produce el valor. Al contrario, el valor de la mercancía es el que regula sus relaciones de cambio y determina sus relaciones con los demás. Aunque dos objetos tengan distinto uso, puede poseer una propiedad común: la pesantez. En esta relación, el objeto solo se considera como un cuerpo que representa peso, que prescinde del resto de sus propiedades y sirve como medida de peso. La mercancía que posee un doble aspecto, objeto de utilidad y valor se la deja de considerar aisladamente, cuando por su relación con otra mercancía, adquiere su valor una forma esti mable, la de valor de cambio, diferente de su forma natural. ▪

Forma del valor En concepto de valores, todas las mercancías son: ▪ De Idéntica utilidad ▪ Trabajo humano ▪ Pueden reemplazarse recíprocamente Una mercancía puede cambiarse por otra mercancía. Existe imposibilidad de cambio inmediato entre mercancías. Una sola de ellas presenta la forma apta del cambio inmediato con todas las demás, la forma especial de valor: la forma moneda. Su fundamento es la simple forma de la relación de cambio. Cualquier mercancía se cambia por otra mercancía diferente de cualquiera clase que sea. Así ocurre en los casos aislados, en la que una sola mercancía expresa accidentalmente su valor en otra mercancía también sola. (20m de tela/70kg de trigo/100kg de hierro= 1 vestido) Una misma mercancía se cambia, no ya eventualmente con otra, sino de forma regular con varias: una mercancía expresa su valor en una serie de mercancías. La misma mercancía puede abarcar tantas representaciones de su valor como diferentes mercancías haya. Y, por el contrario, si deseamos que una sola representación reflejase el valor de todas las mercancías, tendríamos que invertir nuestro ejemplo de este modo: 1 vestido= 20m de tela, 70kg de trigo= 20m de tela, 100kg de hierro= 20m de tela etc. Esta fórmula, que es la anterior invertida, la cual era el desarrollo de la forma simple de relación de cambio, nos da una expresión uniforme de valor para el conjunto de las mercancías, teniendo todas, una medida común de valor: la tela, siendo posible su cambio inmediato con ellas. Desde el punto de vista del valor, las mercancías son puramente sociales y, por lo tanto, su forma valor debe presentar una forma de validez social. La forma valor solo ha tomado consistencia en una mercancía universalmente aceptada, siendo la forma oficial de los valores (que podría ser una mercancía cualquiera)

La experiencia ha demostrado que la mercancía cuya forma propia se ha confundido con el valor, es el oro, consiguiendo la forma moneda del valor: todas mercancías se reducen a cierta cantidad de oro. Antes de lograr este monopolio social, el oro era otra mercancía más. Se presentó al principio en intercambios aislados y poco a poco obtuvo una mayor esfera de influencia. En la actualidad, los cambios de productos se realizan solo por medición suya. La forma moneda del valor aparece en la actualidad como su forma natural, como a la encarnación general del trabajo humano. No parece que una mercancía se haya convertido en moneda, porque las demás manifiesten en ella su valor, sino al revés, que las mercancías manifiestan en ella su valor, porque es moneda. o IV. Apariencia material del carácter social del trabajo La forma moneda contribuye a conformar una idea falsa de las relaciones de los productores. Esas relaciones ponen a los productos cara a cara para cambiarlos comparando sus valores, es decir, comparando el trabajo de diferente género que cada cual contiene en concepto de trabajo humano semejante y dando un aspecto social diferente del natural. Y los productos del trabajo que en sí mismos son sencillos, se vuelven enrevesados cuando se les considera objetos de valor, renunciando de su naturaleza física, es decir, desde que se convierten en mercancías. El valor de cambio es la manera social de contar el trabajo invertido en la fabricación de un objeto y que, por lo tanto, posee una realidad social, se ha vuelto tan familiar para todos, que parece ser una cualidad propia de los objetos. Los productos se presentan como objetos de utilidad y no como mercancías que se cambian recíprocamente. Esa apariencia material, esa ilusión de que las cosas poseen una propiedad natural y que por virtud de ella cambian en proporciones determinadas, convierte a ojos de los productores, su propio movimiento social o sus relaciones personales para el intercambio en movimiento de las cosas mismas, sin que puedan dirigirlo. La producción y sus relaciones (creadas por el ser humano) dominan al ser humano en vez de subordinarse a él. Algo mismo ocurre con la religión: los productos del ser humano se convierten en dioses, toman aspecto de seres independientes, que se comunican entre sí y con nosotros. Lo mismo ocurre en el mundo mercantil.

• Capítulo 2: De los cambios o Relaciones de los poseedores de mercancías; condiciones de esas relaciones No siendo posible a las mercancías ir por si solas al mercado ni cambiarse entre sí, para ponerlas en contacto, sus poseedores tienen que establecer a su vez mutuas relaciones, de manera que cada cual se apropia de la mercancía ajena entregando la propia por medio de un acto voluntario común. Para que la venta sea recíproca, los poseedores deben reconocerse como propietarios de las mercancías. Esa relación jurídica materializada en contrato no es otra cosa que la relación de voluntades en que se refleja la relación económica. Las personas solo existen como representantes de su mercancía. Para el dueño de una mercancía que desea cambiarla por otra, su mercancía no es un valor de uso, la única utilidad que le ve es la de que puede serle útil a otros y que, por lo tanto, es un instrumento de cambio y un porta-valor y que aspira a cambiar por una mercancía cuyo valor de uso pueda satisfacer sus necesidades. Es necesario que su valor de uso esté demostrado antes de que las mercancías puedan realizarse como valores debido a que solo se realizan como tales a condición de que se demuestre que el trabajo invertido en la mercancía haya sido eficiente. Solo se puede probar cuando hay alguien que las quiere adquirir atendiendo a su utilidad. La utilidad de la mercancía solo se constata por el cambio. Cuando son útiles, las mercancías pueden presentarse como valores, aunque deben haberse presentado como valores antes de constatar su utilidad. o La relación de cambio engendra la forma moneda Las mercancías solo pueden mostrar su valor y la cantidad de este si se colocan sobre una base de igualdad con una cantidad determinada de cualquier cosa útil, cuyo valor se encuentre ya demostrado. Dos mercancías demuestran su valor comparándose con una tercera, cuya utilidad, ya reconocida, da consistencia al valor de las otras dos. Esta tercera mercancía se convierte en moneda. La relación de cambio es quien origina, necesariamente, la forma moneda. La necesidad de comercio ha dado origen así a una forma palpable que permite comparar los objetos desde un punto de vista del valor. Se trata de una mercancía especial que se separa de las otras, se ofrece de común acuerdo para exponer sus valores recíprocos. La forma natural de esa mercancía queda establecida socialmente como la forma de existencia del valor, funcionando como moneda y dando lugar al dinero. o La forma moneda se asocia a los metales preciosos En un primer momento es el azar quien decide el objeto que hace la forma moneda, pero esa forma no tarda en asociarse a las mercancías que por sus cualidades son mas aptas para esa función social, es decir, a los metales preciosos. Solo estos podían tener forma propia para manifestar el valor y servir de imágenes palpables del trabajo humano. Además, como las mercancías, en idea de valor, solo difieren en la cantidad, la mercancía moneda debe ser capaz de diferencias cuantitativas (numéricas) para adaptarse a las diferencias de cantidad. El valor de uso del oro convertidos en mercancía es doble: utilidad como mercancía (son materia prima) y función moneda. La relación social de cambio que transforma el oro en moneda no les da su valor, pues ya lo tenían antes de ser moneda. La circunstancia de saber si el oro posee esa forma especial de valor, es que argumenta el conocimiento de cuánto vale x de oro. Como cualquier mercancía, el oro no puede expresar su propio valor sin ayuda de otras mercancías, y basta leer en sentido inverso una tarifa de precios para ver la cantidad de valor en oro expresado en todas las mercancías posibles.

• Capítulo 3: La moneda o circulación de las mercancías o I. Medida de los valores La primera función del oro es dar a todas las mercancías la materia para que expresen su valor como productos de cualidad igual y comparables, desempeñando así el papel de medida universal de los valores. No es el oro convertido en moneda lo que hace a las mercancías medibles debido a que ellas mismas se pueden medir mediante la igual cantidad en concepto de valores y fuerza materializada de trabajo. Pueden encontrar juntas su magnitud de valor en una mercancía convertida en medida común (oro, tela, trigo…) esta medida de los valores es la forma de revestir su medida efectiva, que será siempre el tiempo de trabajo. ▪ La forma precio La expresión en oro de la magnitud de valor de una mercancía es su forma moneda/precio. El precio no es algo tangible por si mismo, el poseedor necesita ponerles unas etiquetas para anunciar su precio. Como cantidades distintas de una misma cosa, del oro, las mercancías se comparan y se miden entre sí, de ahí viene la necesidad de referirlas a una cantidad de oro. Los precios señalan dos cosas a la vez: la magnitud del valor de las mercancías y la parte del oro convertido en unidad de medida, haciendo posible el intercambio. La magnitud de valor manifiesta la relación que existe entre una mercancía y el tiempo de trabajo social necesario para fabricarla. Desde que el valor se convierte en precio, esa relación aparece como la relación de cambio de la mercancía con la moneda. Pero la relación de cambio lo mismo puede significar el valor de la mercancía que el más o el menos que su cambio produce, accidentalmente, en circunstancias determinadas. Aunque las condiciones de la producción sean estables, son expresiones que aumentan o disminuyen el valor de una mercancía y, sin embargo, son sus precios, porque significan la relación de la mercancía y la moneda. Así pues, es posible que exista una diferencia cuantitativa entre precio de una mercancía y su magnitud de valor. En el precio, es decir, en el nombre monetario de las mercancías, su equivalencia con el oro todavía no es un hecho consumado. Para producir el efecto de un valor de cambio, la mercancía debe dejar de ser oro imaginado y convertirse en oro tangible para darle un precio. La forma precio solo indica que las mercancías son enajenables y en que condiciones quiere hacerlo el vendedor. Para que se deje atraer por las mercancías es necesario que su valor útil esté reconocido. o II. Circulación de las mercancías El cambio traslada las mercancías en manos de que son valores negativos de uso, a otras que sean valores positivos. Cuando llegan al punto en el que sirven como utilidad, desaparecen de la esfera de cambios. Un cambio se realiza mediante dos transformaciones opuestas y complementarias: transformación de mercancía en dinero y el dinero en mercancía. Esto podría sintetizarse como vender para comprar. Marx llama “la circulación de la mercancía” al conjunto de movimientos encadenados que compone la compraventa de productos (es decir, mercancía-dinero-mercancía. Siendo esta última mercancía comienzo de otro movimiento. Ej: 1ºmov: tela-dinero-vestido 2ºmov: vestido-dinerovino)

Como se acaba de analizar, la circulación de las mercancías conduce en cada uno de sus movimientos particulares, a un cambio de productos, en un cambio inmediato. La circulación no termina en el cambio de dueño de los productos. El dinero no desaparece. En el movimiento tela-dinero-vestido, la tela vendida sale de la circulación, sustituyéndola el dinero y así sucesivamente. La compra es un complemento indispensable de la venta, pero no es necesario que estas acciones tengan lugar inmediatamente. Puede separarlas un espacio de tiempo más o menos largo. Si la separación de las dos operaciones se alarga demasiado, su unión íntima se manifiesta por la crisis que surge. ▪ Curso de la moneda Desde el momento en el que el vendedor completa la venta por la compra, el dinero se va de sus manos. El movimiento de la circulación de las mercancías da a la moneda, la distancia. Esto es llamado “curso de la moneda” Los precios, que son evaluadores de valor de las mercancías en oro, varían con el valor de este, y como no existe alteración en el valor de las mercancías, los precios bajan si aumenta el valor del oro y suben si disminuye. Para que un país sepa la cantidad de moneda que el movimiento de circulación puede absorber, debe observar durante un tiempo determinado, la circulación comprendida por las ventas o compras aisladas, es decir, las transformaciones en las que la moneda solo varía de lugar una vez, y por la serie de transformaciones más o menos extensas en que las mismas monedas experimentan transacciones más numerosas. Después, cada una de las monedas que integran la suma total de dinero circulante. El conjunto de tales monedas realiza, en tiempo determinado, un total de precios. Por lo tanto, se establece una velocidad media en el curso de la moneda. Sabida esta velocidad, se determina la masa de oro que puede funcionar como instrumento de circulación, ya que esa masa, multiplicada por el número medio de sus cambios, tiene que ser igual al total de precios que han de efectuarse. La velocidad del curso de la moneda solo señala la velocidad de las transformaciones de las mercancías, la mayor o menor rapidez con la que se van de la circulación y su sustitución por nuevas mercancías. El curso rápido de la moneda aparece la unión de la venta y compra como dos actos alternativamente efectuados, es decir, conjuntos. Por el contrario, la lentitud del curso de la moneda señala la separación de ambas operaciones y la interrupción en los cambios de mercancía. La cantidad de los medios de circulación en un periodo de tiempo está determinada por el precio total de las mercancías circulantes y por la velocidad media de sus transformaciones en dinero. o El numerario o las especies y el papel moneda El numerario tiene su origen en la función que desempeña la moneda como instrumento de circulación. El peso de oro adoptado como unidad de medida y sus subdivisiones, deben presentarse ante las mercancías en el mercado (acuñación). Esta acuñación corresponde también al estado, teniendo así una forma oficial. La moneda en la circulación se reduce a un simple numerario, a ser el signo de sí propia, solo es necesario que el signo de la moneda (el papel moneda) sea socialmente valedero, este carácter lo consigue por la acción del estado. Además, el papel moneda debe estar proporcionado en su emisión a la cantidad de moneda que represente.

o III. Reservas de oro y de plata o tesoros Al desarrollarse la circulación de las mercancías se desarrollan también la necesidad y el deseo de adquirir y conservar lo que en el régimen de producción mercantil constituye el nervio de todas las cosas: el dinero. Todo productor debe hacer acopio de dinero, debido a que las necesidades se renuevan continuamente y le imponen la compra de nuevas mercancías. Las mercancías no se venden para comprar otras en el acto, sino para reemplazarlas por dinero, que se conserva y se va utilizando según las necesidades. La moneda detenida se convierte en tesoro, y el vendedor se transforma en acumulador de dinero. El dinero como medio de pago En la forma de circulación de las mercancías hasta ahora, vemos que se presentan unos cambistas con la mercancía y otros con el dinero, sin embargo, a medida que se desenvuelve la circulación, aparecen varias circunstancias que tienden a establecer un intervalo entre la venta de la mercancía y la realización de su precio. Algunas mercancías necesitan, para su producción, más tiempo que otras. Puede suceder que uno de los cambistas esté dispuesto a vender mientras que el otro todavía no posea medios para poder comprar. Cuando las mismas transacciones se renuevan sin detenimiento entre las mismas personas, las condiciones de venta y compra de las mercancías se regulan según las condiciones de su producción. Se vende una mercancía que otro, compra sin pagar de inmediato. El vendedor se convierte en acreedor y el comprador en deudor. El dinero funciona además como medio de compra imaginaria, se transfiere la mercancía y el dinero pasa a manos del vendedor al finalizar un plazo. Como medio de circulación, el dinero se convertiría en tesoro, porque el movimiento de circulación se había paralizado en su primera mitad: la entrega de la mercancía. Los pagos a efectuar se pueden compensar si en lugar de efectuarse de hecho, se liquidan recíprocamente, anulándose. Teniendo esto en cuenta, se organizan instituciones para realizar las compensaciones que disminuyen la masa de numerario utilizado. La cantidad de moneda que circula en cierto periodo es igual a la suma de los precios de las mercancías a realizar, añadiéndole la suma de los pagos que cumplen en ese período y descontando la totalidad de los pagos que se compensan. La moneda de crédito tiene su origen inmediato en la función del dinero como medio de pago. Los documentos que acreditan una deuda también circulan. A medida que se extiende este sistema, se regulan las grandes operaciones comerciales. La moneda universal Cuando sale de la circulación interior de un país, la moneda abandona las formas locales.