El Boom Latinoamericano

EL ESTALLIDO DE LAS LETRAS: LA OFERTA Y LA DEMANDA DE LA IDEOLOGÍA DE TODO UN CONTINENTE A TRAVÉS DE LA LITERATURA. Por.

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EL ESTALLIDO DE LAS LETRAS: LA OFERTA Y LA DEMANDA DE LA IDEOLOGÍA DE TODO UN CONTINENTE A TRAVÉS DE LA LITERATURA. Por. Alfredo Sánchez Aguilar CC. 79’795.233

El Boom de la literatura latinoamericana, como se le denomina a la producción literaria dada en la década de los 60’s, y que dejó huella unos cuantos años más hasta inmortalizarse como fuente obligatoria de inspiración y de estudio, aparte de ser un fenómeno dedicado a la producción intelectual, fue un movimiento humano que se dio como consecuencia de la historia, despertó la idiosincrasia de un pueblo y fue un acto editorial que se encargó de la distribución de las obras de los escritores latinoamericanos en otras partes del mundo, sobre todo en aquellos países destino del exilio, en los que buscaban a las musas para escribir sus obras, o a los que se iban en busca de las fuentes de nacimiento de sus ideologías narrativas y políticas. De esta manera el boom está marcado por numerosas referencias políticas, sociales y culturales locales, así como de países como España, Francia, México, Cuba y Estados Unidos. Una vez dada una definición muy general de lo que es el boom, debemos preguntarnos por las razones que llevaron a la literatura latinoamericana a su momento de mayor reconocimiento, convirtiéndola en algo cercano a una moda obligada tanto para los americanos como para los europeos y que gracias a ella, el interés de los europeos e incluso de los norteamericanos, ha llevado a la distribución de la literatura latinoamericana a excelentes niveles de comercialización.

LA HISTORIA: SOPORTE PRIMORDIAL DE LA IDEOLOGÍA LATINOAMERICANA

En las décadas anteriores al boom se fue forjando el espíritu literario latinoamericano, las producciones literarias de mitad y finales del siglo XIX, y las de comienzo de siglo, que aunque en muchos casos se presentaban como copias de los modelos europeos, fueron piedra angular para dar el salto al cambio en la formación de los conceptos visuales y estilísticos que caracterizaron la narrativa del siguiente siglo. Pasar de la descripción del entorno al encuentro con el pensamiento y las emociones del hombre sería uno de los primeros pasos revolucionarios. Mario Vargas Llosa, uno de los más prominentes protagonistas del "Boom", en un análisis de este movimiento dice refiriéndose a la literatura anterior, producida a principios del siglo-actual: "Después de copiar a Europa, el novelista latinoamericano pretendió fotografiar la realidad que lo rodeaba: al mimetismo sucedió el folklore. De un cosmopolitismo invertebrado, la novela latinoamericana pasó a cultivar un agresivo provincialismo. La nueva actitud que se inició con la peruana Clerinda Matto de Turner, se refuerza con la novela de revolución mexicana y alcanza sus momentos más llamativos con escritores como Mariano Azuela, Alcides Arguedas, José Eustasio Rivera, Ricardo Güiraldes, Rómulo Gallegos y Ciro Alegría, significó históricamente un paso adelante"1.

La historia social y cultural de Latinoamérica, además de los aspectos literarios, también está marcada por grandes crisis económicas, sociales y políticas (González Literatura 16) que indudablemente influenciaron las vidas y la forma de pensar de los autores, que con el tiempo 1

SENA. Actualización para periodistas - Evolución de los fenómenos culturales y científicos. Publicación

digital en la página web de la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/ciencias/sena/periodismo/evocultural/evocul3 b.htm Búsqueda realizada el 1 de mayo de 2012

llegaron a “explotar” su intelecto a través de la literatura. Cabe aclarar que aunque algunas de estas situaciones, como por ejemplo la dictadura de Pinochet, sucedieron después del boom, esto no significa que los orígenes de ésta no hubieran afectado y por consiguiente hubieran puesto su huella en las letras. Las revoluciones vividas en Cuba, México y Argentina, las dictaduras ocurridas en Colombia, Venezuela, Argentina, Brasil y Chile; las guerras y conflictos internos de cada país, los conflictos territoriales entre los mismos países latinoamericanos (Ecuador – Colombia; Ecuador – Perú; Bolivia – Paraguay) y a todo esto, como si no fuera suficiente, podemos sumar que, como expresa González, dadas las condiciones geográficas de las naciones de centro América y algunas de sur América, éstas fueron presas del control y de la explotación de industrias extranjeras, particularmente norteamericanas, que explotaron indiscriminadamente los recursos (18), crearían un inconsciente colectivo cuyo fin eran los deseos de escapar de la realidad, sin desconocerla; el impacto de tales eventos históricos y la propagación del espíritu revolucionario, acrecentado por el triunfo de la revolución cubana (1959), marcó la creación de diferentes movimientos guerrilleros desde centro hasta sur América. Todo esto generó en los escritores del continente una forma nueva de ver el mundo y una forma de contar la historia de sus pueblos de maneras poco convencionales, los terribles y grandes sucesos que ensangrentaron y marcaron la historia del pueblo latinoamericano dieron origen a toda una identidad latinoamericana que pedía a gritos ser escuchada y entendida. Sin embargo, una de las principales críticas que con el tiempo se haría a los escritores del boom, es su lejanía con la verdadera condición social. De este modo, podemos decir que los cimientos del boom se encuentran en las manifestaciones literarias europeas y latinoamericanas de finales del siglo XIX y principios del XX, y en los profundos cambios sociales que sufrió el centro y sur del continente americano.

LA REACCIÓN A LA HISTORIA Ante todos los manoseos históricos y culturales a los que se vieron expuestos los pueblos latinoamericanos, los artistas de toda índole iniciaron un proceso de emancipación y respuesta que llevó a algunos a ser piezas claves dentro de los accionares políticos de sus pueblos, a otros a ir en contra de las políticas y gobernantes de sus países y unos más a adquirir comportamientos esnobistas que los hizo populares en todos los países de Europa. Las reacciones se dieron desde el simple hecho de renunciar a sus trabajos, como en el caso de Cortázar en 1945: “Cuando Juan Domingo Perón gana las elecciones presidenciales presenta renuncia. "Preferí renunciar a mis cátedras antes de verme obligado a 'sacarme el saco' 2 como les pasó a tantos colegas que optaron por seguir en sus puestos."” (http://www.juliocortazar.com.ar/suvida.htm).

Hasta casos en los que los artistas fueron políticos emblemáticos, siendo incluso parte de los gabinetes de su país, como es el caso de Pablo Neruda, quien no está catalogado como uno de los autores del boom, que fue nombrado senador en 1945 y cuyo papel años después fue clave en la revolución de las letras y el pensamiento chilenos. En Colombia García Márquez se convirtió en un líder primordial para el fomento de la libre expresión en el periodismo, su trabajo en periódicos como El Espectador, El Heraldo y El Universal, además de ser uno de los fundadores de la revista Mito, fue la base y la cuna de lo que con el tiempo se convirtió en la obra cumbre del boom latinoamericano, Cien años de soledad (1967).

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Nota del autor. Cambiar de partido o ideología política.

Todos los escritores que llegaron a la década de los años sesenta con la historia política de un continente a cuestas y con el peso de una violencia que parecía no tener fin, y de la cual también fueron víctimas, ya que en muchas ocasiones se vieron siendo objetos de la censura y sujetos del exilio, iniciaron su camino de emancipación a través de la revolución de la pluma, la máquina de escribir y el papel. Cada uno tomó los años que corrían por sus venas y decidieron empezar a representar el mundo, Cortázar diría "En suma, desde pequeño, mi relación con las palabras, con la escritura, no se diferencia de mi relación con el mundo en general. Yo parezco haber nacido para no aceptar las cosas tal como me son dadas." (http://www.juliocortazar.com.ar/). Así es como los escritores latinoamericanos iniciaron su camino hacia la revolución y lo primero que decidieron hacer fue romper los esquemas establecidos a nivel literario, la psicología de los personajes devino en el arma perfecta para demandar la liberación de un pueblo y el realismo mágico se convirtió en la nueva historia latinoamericana, que a través del uso simbólico de diversos elementos, narró sucesos macabros y sentó voces de protesta, que en algunos casos fueron acusadas de ser poco profundas, imprecisas y con poco compromiso social, ya que las verdades se contaban a través de mímesis que lo que hacían era desviar la realidad del sufrimiento y volvía la literatura un ente clasista al que no todos podían acceder. Shaw dice, refiriéndose a Los Premios de Julio Cotázar y el uso de elementos metafóricos. “A un nivel, el Malcom, en el cual a los pasajeros se les permite vivir y divertirse cómodamente a cambio de que no hagan ciertas preguntas, no insistan en interrogar al comandante o superen ciertos límites, se convierte en un símbolo de una sociedad gobernada de modo arbitrario y liberal. (…) el Inspector, sofoca toda tentativa de dar publicidad a la rebelión, y todo vuelve a la normalidad. Superpuesta a la sátira de los primeros capítulos hay, pues, una denuncia de la tiranía política” (102)

Al igual que Julio Cortázar, los demás escritores del boom buscaron la forma de abrirle los ojos al mundo a través de la literatura y de sus propios viajes a los lugares más indispensables del desarrollo cultural, sobretodo Francia, España e Italia, con la finalidad de mostrar más de aquel mal llamado “nuevo continente”, incluso asumiendo posturas esnobs con el fin de encajar en las antiguas sociedades europeas. El continente europeo se interesó en las realmente nuevas propuestas de narrar, más que en el mismo compromiso social, los europeos descubrieron en la literatura latinoamericana la forma de enterarse de lo que sucedía en aquel mundo nuevo, su forma de ver el mundo, sus paisajes y sus costumbres. El morbo europeo por conocer más sobre las transgresiones ocurridas en América y la sorpresa ante el despertar de lo que se conocía como el nuevo mundo, incitaron al consumo masivo de la narrativa latinoamericana. “La novela latinoamericana (…) hizo posible que la latinoamericanidad fuera una condición descubierta para el resto del mundo” (González, 55) Sin embargó para algunos pareció perderse mucho del sufrimiento y de la historia, y el boom latinoamericano se vio envuelto en un fenómeno industrial de comercialización, distribución y moda, que debió combatir con calidad literaria. La nueva narrativa, la narrativa del boom enfocó sus cámaras hacia los hábitos perceptivos del lector y demostró la infinidad de las cosas y sus posibilidades. Lo que los escritores latinoamericanos hicieron fue activar lo que W. Blake llamó las puertas de la percepción “if the doors of perception were cleansed every thing would appear to man as it is, infinite” (426) De esta manera su reacción ante las realidades latinoamericanas fue fuente de inspiración para mostrar un mundo fantástico que jugaría en los límites de la realidad. Lo más inverosímil se convirtió en lo real y las crudas realidades se convirtieron en sucesos maravillosos. Lo anterior llevó a una reacción en masa, muchos escritores salieron a la luz, todos tenían una forma mágica de ver la

realidad, este suceso masivo aseguró la propagación fácil de la nueva tendencia, el carácter renovador que traían en sus letras aseguró el éxito.

EL IMPACTO EN EL ESTILO. La historia y el contexto histórico fueron fundamentales en el amanecer de la literatura latinoamericana y esto dio a luz a los nuevos hijos de las letras. Se gestó por las sociedades de América una nueva generación rebelde que miraba hacia Europa tratando de buscar un modelo. Daniel Samper Pizano se refirió al movimiento revolucionario de mayo del 68 de la siguiente manera. En mayo del 68 Colombia miraba hacia París como siempre ha mirado Colombia hacia París: Con cierta fascinación, pero sin entender nada3 Lo que demuestra que no todos podían estar al nivel de los escritores del boom que recién estaban llevando la latinoamericanidad al viejo continente. Muchos habían empezado a considerar al boom el inicio de una nueva era, en realidad era el fin de todo un proceso, el inicio vendría después, era el auge de la historia, era el auge de la violencia, era el auge de todo un legado que pretendía desprenderse de los modelos europeos pero que no podía mantener su existencia sin los mismos. R. Gutiérrez lo manifestó en América sin realismos mágicos de la siguiente manera. El "boom" fue primero el momento de culminación de un largo proceso de formación renovadora de una de las literaturas "cuyo instrumento es el español" (Borges) o, si se quiere, el cumplimiento de una previsión de Pedro Henríquez Ureña: "Trocaremos en arca de tesoros la modesta caja donde ahora guardamos nuestras escasas joyas, y no tendremos

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Samper, Daniel. Veinticinco años de aquellos tiempos. Credencial. Edición 78. Mayo 1993. Pag. 10 – 15.

por qué temer al sello ajeno del idioma en que escribimos, porque para entonces habrá pasado a estas orillas del Atlántico el eje espiritual del mundo español" No pudo ser más claro el impacto, el boom con el que muchos pretendieron generar una independencia cultural, lo que motivo fue un acercamiento entre dos continentes que ya se conocían por la trasgresión, sin embargo y quizá como reivindicación europea, el interés una vez más por las riquezas, esta vez las culturales, conllevaron a un interés desmedido por todo lo que se produjera en América y más aún cuando París se llenaba de intelectuales y artistas del mundo entero, entre los cuales estaban inmersos los latinoamericanos. Pese a la cercanía, había detalles extra que ponían ornatos a las nuevas letras latinoamericanas, “América latina (…) es un continente culturalmente híbrido y plural. Para el caso colombiano, nuestra conformación étnica y cultural se deriva en tres núcleos básicos. El núcleo hispánico, cristiano católico (…) El núcleo aborigen, mítico-mágico-hechicero. Y, finalmente, el núcleo africano, mítico-mágico-hechicero, también” (F. Cruz. 22) Con todos estos ingredientes que les ponían desde humor hasta misticismo a las manifestaciones culturales, los latinoamericanos, a pesar de las actitudes esnobistas, nos dimos cuenta de que la cultura de nuestro continente estaba llena de elementos que podían mostrar aún más quiénes éramos. El boom se encargó de abrirle los ojos al mundo y aunque “existe la tentación (…) de explicar al boom, al menos en parte, por factores de mercado” (Shaw, 237) No hay que negar que la magia y la prolífica forma de componer obras de arte literario, demostraron que los latinoamericanos éramos más que un pueblo conquistado y que aunque se nos habían impuesto ciertas creencias y costumbres, éramos capaces de transformarlas a nuestra imagen y semejanza partiendo de la raza que llevamos en las venas. Los escritores de la Latinoamérica revolucionaria,

ingenua y cambiante de los años 60, que parecía estar buscando horizontes en tierras lejanas, no sólo les dijeron a los europeos y norteamericanos “aquí estamos”, haciéndolos cambiar de punto de vista y por consiguiente de procedimientos para referirse a nosotros, sino que le dieron a la siguiente generación de los años 70, el impulso para iniciar un nuevo camino en la búsqueda de una identidad latinoamericana. La constante e intensa crítica literaria, que se dedicó a estudiar las producciones de los maestros del boom, abrió la puerta grande a la producción y distribución editorial. La curiosidad de un lector ávido de nuevas aventuras, lejos de los discursos románticos, encontró en la nueva ola la explotación a lo “latinoamericano” de los elementos que habían sido experimentados en el simbolismo, el vanguardismo y el surrealismo. La ola de la rebeldía literaria creció. Los influenciados por el boom comenzaron su camino hacia esa nueva ola. Ésta estaba marcada por temáticas que develaban, desde diferentes puntos de vista, la condición humana. Así pues la religión, la sexualidad y en general todo lo que representaba tabú para la sociedad, fue mostrado de manera “natural y cotidiana”. Fue así como 100 años de soledad y Pedro Páramo se convirtieron en fuentes obligatorias de consulta para opinar sobre el incesto. Estos temas a la vez iban de la mano con el humor como elemento para contrarrestar el absurdo existencial (Shaw, 247). La novedad se extendió a lo largo de los años y aún hasta nuestros días. Los sucesos históricos que sucedieron después siguieron siendo tan violentos como aquellos que motivaron la reacción de los escritores del boom. La literatura tomó dos caminos diferentes: Aquellos que seguían el alma hippie, revolucionaria y sesentera, y aquellos que decidieron regresar un poco al realismo de finales del siglo XIX y hacer una literatura más comprometida con la crisis social del pueblo latinoamericano que se debatía entre la revolución y las dictaduras, a este movimiento se le llamó Posboom.

Entonces, como impacto primordial del boom se pueden identificar elementos claves basados en la revolución social y moral que a futuro se convirtieron en las bases para las corrientes literarias y establecieron los principales pilares de consumo de las nuevas tendencias.

BIENVENIDOS AL DESPERTAR Y A LA NUEVA ERA. El boom adquirió en los jóvenes sus mejores adeptos: La manifestación de la crisis existencial que vive el ser humano por naturaleza; la rebeldía, la hiperactividad, el compromiso social y en general todo deseo de querer cambiar el mundo, fueron tan explícitos en la literatura del boom que quedó en manos de los jóvenes seguir con el legado. Aunque el camino se puso difícil debido a las diferentes crisis sociales, esto no fue obstáculo para que poco a poco se fuera fortaleciendo un término que se convirtió en bandera de toda manifestación juvenil y cultural: La Cotidianidad. Si el realismo mágico del boom mostraba la cotidianidad como algo fantástico; los descendientes de éste empezaron a usar la cotidianidad como el elemento central cultural de la crítica a los sistemas establecidos. La cotidianidad, lo contemporáneo, la cultura y la nueva novela histórica se hicieron inseparables y fundamentales en la postura de las nuevas generaciones. El concepto de cultura, de la mano con la cotidianidad, inició un camino de transformación en el que básicamente se acercaba más a sus orígenes populares, por lo que el lenguaje debería ser más asequible para el público contemporáneo. Cristo Rafael Figueroa en su ensayo Necesidad y Vigencia de la Teoría Literaria sostiene que la cultura se concibe como “una bisagra que vincula los tejidos sociales con quienes la producen y reproducen” y argumenta que “la actual noción de cultura incluye y relaciona (…) aspectos antropológicos, sociológicos y humanísticos (…), y sobre todo, los procesos de producción, distribución y recepción de artefactos culturales, circuito dentro del cual se consumen

imágenes y significados que motivan acciones políticas, ideológicas, estéticas y literarias en sentido estricto” (33)4 Ahora bien, si la literatura se encuentra asociada de manera inseparable a todas las manifestaciones sociales y culturales, ésta se vuelve en materia fundamental en todos los movimientos populares, por la tanto su consumo se hace obligatorio para poder pertenecer a ciertos grupos modernos bien definidos. La literatura se baja de su podio puramente estético y se convierte en un “conjunto de prácticas que engloban escritura, lectura e interpretación, comercialización, distribución enseñanza, entre otras” (Talens, 26). La literatura de los tiempos modernos tiene que verse enfrentada a duros competidores, las generaciones actuales, aunque aparentemente están lejanas a los libros, son arduas consumidoras de una literatura que sea capaz de reflejar sus realidades. La literatura ha encontrado en los Estudios Culturales y en la agresiva invasión de los medios audiovisuales, aliados que han llevado las letras hasta rincones que antes no era pensables, si bien el boom llevó a la literatura a un punto exquisito a nivel narrativo, también le abrió el espacio y el tiempo a las letras más comunes, la literatura actual le debe al boom la apertura de un mercado nuevo, la cercanía a la realidad de seres comunes y corrientes. Seres que, como se propone en 100 años de soledad, viven mundos cíclicos y que se repiten constantemente. La sensación de ser un oprimido, la revolución y los deseos de romper las reglas son actitudes comunes en los seres humanos. La latinoamericanidad se caracteriza por el alma rebelde, triste y sufrida, por consiguiente todo producto que atisbe a romper las reglas, todo lo que manifieste un leve entendimiento del sufrimiento de ser Ser Humano y todo aquello que sea capaz de demostrar la tristeza del alma, se vuelve un producto comercializable. La 4

Figueroa S, Cristo Rafael. Necesidad y Vigencia de la teoría literaria/Debates y reformulaciones contemporáneas en Hispanoamérica y Colombia. En Autores varios, Ensayistas contemporáneos: Aproximaciones a una valoración de la literatura latinoamericana. 2011.

nueva literatura de fácil asimilación, que debe sus visiones de la realidad a los escritores de antaño, busca no perder clientes y pretende ganar lectores que estén dentro de un promedio. Esto genera pequeños grupos de escritores independientes que lo que básicamente hacen es poner las letras al alcance de todos. La carnavalización propuesta por Bajtín que “se refiere (…) a esas formas de narrar que (…) no respetan convenciones jerárquicas y obedecen a los impulsos de una fiesta, siempre dada a los excesos y a los placeres” (González, 83), logró dar luces a los escritores para acercar las interpretaciones de la cotidianidad, esto facilitó la producción en masa de muchas propuestas literarias que lo único que buscaban eran aumentar seguidores que se vieran reflejados en la nuevas historias. La subjetividad lograda en el boom aseguró un público en el futuro. Un público que, a su modo, escribe y lee textos tan complejos como Rayuela o La Muerte de Artemio Cruz, en busca de momentos narrativos que identifiquen su psicología social. La nueva literatura colombiana ha dado frutos recientes tipo best sellers como Satanás, Rosario Tijeras y Opio en las Nubes Obras que sin la historia jamás hubieran sido y jamás hubieran tenido tanta acogida en el público joven que gusta de consumir literatura diferente.

LA COLA DE CERDO. Es imposible no aceptar los orígenes, el boom, que en términos económicos se usa para hablar del alza en ventas de un producto5 tanto como para hablar de ganancias, aunque fue el final de todo un proceso, dio origen a una nueva tendencia en Latinoamérica. Abrió las puertas a todo un nuevo estilo narrativo y posicionó la narrativa latinoamericana en el mundo. Efectivamente fue un movimiento económico dentro del ámbito cultural, pero no por ello fue sólo una estrategia

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http://www.economia48.com/spa/d/boom/boom.htm

editorial. Gracias al boom, el latinoamericano tomó consciencia de ser único y mundial, y se dio cuenta de que la literatura hace aportes significativos a las transformaciones sociales, esto incluye los métodos de comercialización de productos culturales. Hay que tener en cuenta que el modelo económico mundial se basa en la oferta – demanda y el consumo de cultura también está incluido dentro de las consideraciones de los gobiernos. La gran cantidad de escritores que parieron nuevas obras después del boom, aseguraron una muy buena oferta a un pueblo que aún busca en la revolución una forma de libertad, por consiguiente la demanda está asegurada. El boom les dio a los pueblos de Latinoamérica un nuevo horizonte ideológico y un nuevo producto en la comercialización de la cultura.

BIBLIOGAFÍA. LIBROS. -

Biblioteca Libanense de Cultura. Aproximaciones a una valoración de la literatura latinoamericana. Ensayistas contemporáneos. Compilación dirigida por Albeiro Arias. Impreso

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Blake, William. Las Bodas del Cielo y el infierno en Blake, Poesía Completa Edición Bilingüe. Barcelona, España. Ediciones 29. 1980. Impreso.

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González Betancur, Juan David. Literatura Latinoamericana II. Universidad Santo Tomás. Educación Abierta y a Distancia. Licenciatura en literatura y lengua castellanas. 2009. Impreso.

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Menton, Seymour. Caminata por la narrativa latinoamericana. México. Fondo de Cultura Económica. Primera Edición. 2002. Impreso.

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Shaw, Donald L. Nueva Narrativa Hispanoamericana:Boom, Posboom, Posmodernismo. Madrid. Ediciones Cátedra. 2008. Impreso.

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Talens, Jenaro. Escritura contra simulacro. El lugar de la literatura en la era electrónica. Casa de las Américas, 205 (abril – Junio, 1996): 15 -18.

LIBROS ON LINE. -

SENA. Actualización para periodistas - Evolución de los fenómenos culturales y científicos. Publicación digital en la página web de la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco

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ARTÍCULOS DE REVISTA. -

Samper, Daniel. Veinticinco años de aquellos tiempos. Credencial. Edición 78. Mayo 1993. Pag. 10 – 15

SITIOS WEB. -

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http://www.slideshare.net/uprcarolina/manual-de-estilo-mla

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