BOOM LATINOAMERICANO

8-6-2015 BOOM LATINOAMERICANO  Introducción BIOGRAFÍAS:  Gabriel García Márquez  Alejo Carpentier  Juan Rulfo Cele

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8-6-2015

BOOM LATINOAMERICANO  Introducción BIOGRAFÍAS:  Gabriel García Márquez  Alejo Carpentier  Juan Rulfo

Celeste Paschetta Profesorado Lengua y Literatura 1er Año

El Boom latinoamericano o, más propiamente dicho, el auge de la narrativa hispanoamericana fue un fenómeno literario y editorial que surgió entre los años 1960 y 1970, cuando el trabajo de un grupo de escritores relativamente jóvenes de Hispanoamérica fue ampliamente distribuido por todo el mundo. Precursores del Boom latinoamericano Son aquellos escritores que forjaron la nueva narrativa latinoamericana (lo real maravilloso; cuento fantástico, metafísico y psicológico, y crítica de la realidad social):          

Argentina: Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato Colombia: Gabriel García Márquez Cuba: Alejo Carpentier y José Lezama Lima Ecuador: Jorge Icaza Guatemala: Miguel Ángel Asturias México: Juan Rulfo y Juan José Arreola Paraguay: Augusto Roa Bastos Perú: César Vallejo y José María Arguedas Uruguay: Juan Carlos Onetti Venezuela: Arturo Uslar Pietri.

Estos escritores desafiaron y superaron los convencionalismos establecidos en la literatura de sus países a través de obras experimentales, de afán totalizador, además de un marcado carácter político, debido a la situación general de América Latina en aquellos años. El crítico Gerald Martin ha escrito: «No es una exageración afirmar que el sur del continente fue conocido por dos cosas por encima de todas las demás en la década de 1960; éstas fueron, en primer lugar, la Revolución cubana y su impacto tanto en América Latina como en el Tercer Mundo en general; y en segundo lugar, el auge de la literatura latinoamericana, cuyo ascenso y caída coincidieron con el auge y caída de las percepciones liberales de Cuba entre 1959 y 1971». El éxito repentino de los autores del «Boom» fue en gran parte debido al hecho de que sus obras se encuentran entre las primeras novelas de América Latina que se publicaron en Europa, concretamente por las editoriales de Barcelona (España). De hecho, según Frederick M. Nunn, los novelistas latinoamericanos se hicieron mundialmente famosos a través de sus escritos y su defensa de la acción política y social, y porque muchos de ellos tuvieron la fortuna de llegar a los mercados y los auditorios de más allá de América Latina a través de la traducción y los viajes y, a veces, a través del exilio. Contexto histórico [editar]

Gabriel García Márquez, uno de los principales protagonistas del Boom de la literatura latinoamericana. La década de 1960 se caracterizó por una gran agitación social en toda América Latina, en un clima político, económico y diplomático fuertemente influido por el dinamismo de la Guerra Fría. Estas condiciones sirvieron de base para el trabajo de los escritores del Boom, y definieron el contexto en el que sus ideas, a veces radicales, tenían que funcionar. El triunfo de la Revolución cubana en 1959 y el intento frustrado de Estados Unidos de invadir la isla caribeña a través de la bahía de Cochinos pueden considerarse como el inicio de este período.4 La

vulnerabilidad de Cuba la llevó a estrechar lazos con la URSS, lo que dio lugar a la crisis de los misiles en 1962, situación en que los estadounidenses y los soviéticos estuvieron más cerca que nunca de la guerra nuclear. Por otra parte, en las décadas de 1960 y 1970, los regímenes militares dictatoriales, ya fueran de derecha, ya de izquierda, predominaron en los países de la región. Por ejemplo, el 3 de octubre de 1968, el general peruano Juan Velasco Alvarado, que encabezaría un Gobierno de índole izquierdista, expulsó del poder al presidente constitucional Fernando Belaúnde Terry; mientras que el 11 de septiembre de 1973, Salvador Allende, el primer presidente socialista democráticamente elegido en el mundo, fue derrocado y reemplazado por el general Augusto Pinochet, que habría de gobernar Chile con el apoyo de la derecha hasta el final de la década de 1980. Hay quienes sostienen que algunos de estos Gobiernos cooperaron entre sí en la ejecución de un plan llamado Operación Cóndor, que permitía «disponer libremente de los órganos de Gobierno» para capturar a opositores políticos, quienes eran torturados o, incluso, eliminados. En el período comprendido entre 1950 y 1975 se produjeron cambios importantes en la forma en que la historia y la literatura se planteaban en términos de interpretación y escritura. También se produjo un cambio en la percepción del español por los novelistas estadounidenses. El desarrollo de las ciudades, la mayoría de edad de una clase media grande, la Revolución Cubana, la Alianza para el Progreso, el aumento en la comunicación entre los países de América Latina y una mayor atención a América por parte de los Estados Unidos y Europa contribuyeron a este cambio. El triunfo de la Revolución Cubana y su consolidación a pesar de sendas invasiones desde EE.UU. aceleraron un cambio en la política cultural de EE.UU hacia América Latina, lo cual devino en la llamada Alianza para el Progreso, por la cual EEUU se vio forzado a incluir y reconocer a Latinoamérica en el plano internacional. Los acontecimientos políticos más importantes de la época fueron la caída en 1955 del general Juan Domingo Perón en Argentina a manos de la derecha pro-estadounidense, el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, el golpe que derrocó a Allende en Chile en 1973, la lucha violenta y prolongada de la guerrilla urbana, brutalmente reprimida por las dictaduras en Argentina y Uruguay y la violencia sin fin en Colombia. Dentro de este convulsionado período, se ven afectados los escritores tal como se evidencia en sus explicaciones o testimonios. La mayor atención prestada a los novelistas latinoamericanos y su éxito internacional en la década de 1960, fue el fenómeno que se conoció como el "Boom". Lo que principalmente centró la atención del mundo sobre América Latina fue el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, que prometía una nueva era. El período de euforia por dicho acontecimiento se puede considerar como concluido cuando el 20 de marzo de 1971 el gobierno de Cuba endureció su política de partido y el poeta Heberto Padilla fue detenido a raíz del recital de poesía dado en la Unión de Escritores, donde leyó "Provocaciones". Padilla fue arrestado junto con la poetisa Belkis Cuza Malé, su esposa desde 1967. Ambos fueron acusados por el Departamento de Seguridad del Estado de “actividades subversivas” contra el gobierno Cubano. Su encarcelamiento provocó una reacción en todo el mundo, con las consiguientes protestas de conocidísimos intelectuales entre los que figuraron varios escritores del hoy denominado "Boom" latinoamericano. El furor sobre el caso de Padilla puso fin a la afinidad entre los intelectuales latinoamericanos y el mito de inspiración cubana. El caso de Padilla es considerado por algunos como el comienzo del fin del auge del Boom latinoamericano. Influencias literarias El auge de la literatura latinoamericana comenzó con los escritores José Martí, Rubén Darío y José Asunción Silva, cuyas obras presentan desviaciones modernistas con respecto a los cánones

literarios del viejo continente. Los escritores modernistas europeos como James Joyce también influyeron en los novelistas del Boom, al igual que los escritores latinoamericanos del movimiento de Vanguardia. Elizabeth Coonrod Martinez sostiene que los escritores de la Vanguardia y sus novelas de carácter innovador y desafiante fueron los "verdaderos precursores" del "Boom". Con el éxito del "Boom", las obras de una generación anterior de escritores fueron asequibles para un público nuevo y ampliado. Estos precursores fueron Jorge Luis Borges, Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier, Juan Carlos Onetti y Juan Rulfo. Orígenes Aunque la mayoría de los críticos coinciden en que el "Boom" comenzó en algún momento de 1960, hay cierto desacuerdo en cuanto a la obra que debe ser considerada como la primera novela del "Boom". Para algunos (como Alfred McAdam) sería Rayuela, de Julio Cortázar (1963), mientras que otros prefieren La ciudad y los perros de Vargas Llosa, que ganó el Premio Biblioteca Breve en 1962. Fernando Alegría considera a Hijo de hombre de Augusto Roa Bastos (que fue publicada en 1959) como la obra inaugural del Boom, aunque, como señala Shaw, podríamos remontarnos a 1949 con Hombres de maíz de Miguel Ángel Asturias. Otra variante es la articulada por Randolph D. Pope: «La historia del auge podría empezar cronológicamente con El señor Presidente de Miguel Ángel Asturias (publicada en 1946, pero empezada en 1922). Otro punto de partida podría ser El túnel de Ernesto Sabato (1948) o El pozo de Juan Carlos Onetti (1939). O yendo aún más atrás, a los movimientos vanguardistas de la década de 1920. Sin embargo, los escritores del "Boom" se declararon huérfanos y sin ningún modelo autóctono, atrapados entre su admiración por Proust, Joyce, Mann, Sartre y otros escritores europeos y su necesidad de tener una voz propia hispanoamericana, aunque rechazando a los más respetados escritores de Hispanoamérica indigenistas, criollistas, y mundo novistas». Un antecedente claro en este sentido fue Las lanzas coloradas, de Arturo Uslar Pietri, considerada la primera novela vanguardista latinoamericana. Los representantes más importantes del "Boom" afirmaron que eran «huérfanos» de generación literaria, sin ningún «padre» latinoamericano de influencia; sin embargo, reconocieron que debían gran parte de su innovación estilística a los vanguardistas. Jean Franco señala como una característica marcada del "Boom" «la negativa a identificarse con narraciones rurales o anacrónicas, como la novela de la tierra». Señas de identidad Las novelas del "Boom" son esencialmente vanguardistas. Tratan al tiempo de una manera no lineal, suelen utilizar varias perspectivas o voces narrativas y cuentan con un gran número de neologismos (acuñaciones de nuevas palabras o frases), juegos de palabras e incluso blasfemias. Como escribió el escritor Pope, el estilo del "Boom" «se basaba en una superposición cubista de diferentes puntos de vista, cuestionaba el tiempo y el progreso lineales y era técnicamente complejo. Lingüísticamente segura de sí misma, utiliza la lengua vernácula, sin excusas». Otras características notables del "Boom" son el tratamiento de los escenarios rurales y urbanos, el internacionalismo, el énfasis tanto en la historia y la política, así como el cuestionamiento de la identidad regional y nacional. La literatura del "Boom" rompe las barreras entre lo fantástico y lo cotidiano, convirtiendo esta mezcla en una nueva realidad. De los escritores del "Boom", Gabriel García Márquez está más estrechamente relacionado con el uso del realismo mágico; de

hecho, se le atribuye el haberlo puesto «de moda» tras la publicación de Cien años de soledad en 1967. Realismo Mágico En los extremos de la literatura, Brett Levinson afirma que el realismo mágico, «un modo estético clave dentro de la ficción reciente de América Latina... se materializa cuando la historia de América Latina se revela como incapaz de explicar su propio origen, una incapacidad que tradicionalmente representa... una demanda de un mito: los mitos como un medio para explicar los principios que escapan a la narración de la historia». Los escritos de los Cronistas de Indias, representa lo exótico «nuevo mundo» y sus relatos de la conquista de nuevas tierras extrañas se aceptó como la historia. Estas historias fantásticas a menudo ayudaron a conseguir una nueva estética, que se transformó en el realismo mágico y (tal como la concibió Alejo Carpentier), el realismo maravilloso y lo real maravilloso. De acuerdo con esta estética, las cosas irreales son tratadas como realistas y las cosas mundanas como elementos irreales., mientras que a menudo se basan en experiencias reales, extrañas, fantástica y legendaria, los pueblos ajustes míticos, especulativo, y los personajes que, aunque plausible, también podría ser irreal, y combinar la verdad, lo imaginario y lo inexistente, de manera tal que son difíciles de separar. La ficción histórica Un interés por la historia es otra característica de las novelas del período de auge. El paradigma de ello es la Novela del dictador, donde las figuras y acontecimientos históricos fueron retratados de manera que las conexiones entre ellas y los acontecimientos contemporáneos en América Latina no podían ponerse en duda. Un ejemplo es el de Roa Bastos Yo el Supremo, que representa en el siglo XIX la dictadura paraguaya de José Gaspar Rodríguez de Francia, pero fue publicado en el apogeo del régimen de Alfredo Stroessner, escribe que «en los novelistas del Boom se mostraba una comprensión sofisticada de la capacidad de su género para describir las historias paralelas y alternativas. Y participaron activamente en los debates culturales y políticos de la región que cuestionaron el significado y el valor de la historia».

Gabriel García Márquez (Aracataca, Colombia, 6 de marzo de 1927 - México, D. F., 17 de abril de 2014), fue un escritor, novelista, cuentista, guionista, editor y periodista colombiano. En 1982 recibió el Premio Nobel de Literatura. Fue conocido familiarmente y por sus amigos como Gabito (hipocorístico guajiro para Gabriel), o por su apócope Gabo desde que Eduardo Zalamea Borda, subdirector del diario El Espectador, comenzara a llamarlo así. Está relacionado de manera inherente con el realismo mágico y su obra más conocida, la novela Cien años de soledad, es considerada una de las más representativas de este género literario e incluso se considera que por su éxito es que tal término se aplica a la literatura desde los años setenta. En 2007, la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española lanzaron una edición popular conmemorativa de esta novela, por considerarla parte de los grandes clásicos hispánicos de todos los tiempos. Fue famoso tanto por su genialidad como escritor como por su postura política. Su amistad con el líder cubano Fidel Castro causó mucha controversia en el mundo literario y político. Infancia y juventud Hijo de Gabriel Eligio García y Luisa Santiaga Márquez, nació en Aracataca, en el departamento de Magdalena (Colombia), «el domingo 6 de marzo de 1927 a las nueve de la mañana...», como refiere el propio escritor en sus memorias. Cuando sus padres se enamoraron, el padre de Luisa, coronel Nicolás Ricardo Márquez Mejía, se opuso a esa relación, pues Gabriel Eligio García, que había llegado a Aracataca como telegrafista, no era el hombre que consideraba más adecuado para su hija, por ser hijo de madre soltera, pertenecer al Partido Conservador Colombiano y ser un mujeriego confeso. Con la intención de separarlos, Luisa fue enviada fuera de la ciudad, pero Gabriel Eligio la cortejó con serenatas de violín, poemas de amor, innumerables cartas y frecuentes mensajes telegráficos. Finalmente, la familia capituló y Luisa consiguió el permiso para casarse con Gabriel Eligio, lo cual sucedió el 11 de junio de 1926 en Santa Marta. La historia y tragicomedia de ese cortejo inspiraría más tarde a su hijo la novela El amor en los tiempos del cólera. Poco después del nacimiento de Gabriel, su padre se convirtió en farmacéutico y, en enero de 1929, se mudó con Luisa a Barranquilla, dejando a Gabriel en Aracataca al cuidado de sus abuelos maternos. Dado que vivió con ellos durante los primeros años de su vida, recibió una fuerte influencia del coronel Márquez, quien de joven mató a Medardo Pacheco en un duelo y tuvo, además de los tres hijos oficiales, otros nueve con distintas madres. El Coronel era un liberal veterano de la Guerra de los Mil Días, muy respetado por sus copartidarios y conocido por su negativa a callar sobre la Masacre de las bananeras, suceso en el que murieron cientos de personas a manos de las Fuerzas Armadas de Colombia durante una huelga de los trabajadores de las bananeras, hecho que García Márquez plasmaría en su obra. El coronel, a quien Gabriel llamaba "Papalelo", describiéndolo como su «cordón umbilical con la historia y la realidad», fue también un excelente narrador y le enseñó, por ejemplo, a consultar frecuentemente el diccionario, lo llevaba al circo cada año y fue el primero en introducir a su nieto en el «milagro» del hielo, que se encontraba en la tienda de la United Fruit Company. Frecuentemente decía: «Tú no sabes lo que pesa un muerto», refiriéndose así a que no había mayor carga que la de haber matado a un hombre, lección que García Márquez más tarde incorporaría en sus novelas.

Su abuela, Tranquilina Iguarán Cotes, a quien García Márquez llama la abuela Mina y describe como "una mujer imaginativa y supersticiosa" que llenaba la casa con historias de fantasmas, premoniciones, augurios y signos, fue de tanta influencia en García Márquez como su marido e incluso es señalada por el escritor como su primera y principal influencia literaria, pues le inspiró la original forma en que ella trataba lo extraordinario como algo perfectamente natural cuando contaba historias y sin importar cuán fantásticos o improbables fueran sus relatos, siempre los refería como si fueran una verdad irrefutable. Además del estilo, la abuela Mina inspiró también el personaje de Ursula Iguarán que, unos treinta años más tarde, su nieto usaría en Cien años de soledad, su novela más popular. Su abuelo murió en 1936, cuando Gabriel tenía ocho años. Debido a la ceguera de su abuela, él se fue a vivir con sus padres en Sucre, población ubicada en el departamento de Sucre (Colombia), donde su padre trabajaba como farmacéutico. Su niñez estaba relatada en sus memorias Vivir para contarla. Después de 24 años de ausencia, en 2007 regresó a Aracataca para un homenaje que le rindió el gobierno colombiano al cumplir sus 80 años de vida y los 40 desde la primera publicación de Cien años de soledad. Educación Poco después de llegar a Sucre, se decidió que Gabriel debía empezar su educación formal y fue mandado a un internado en Barranquilla, un puerto en la boca del Río Magdalena. Allí adquirió reputación de chico tímido que escribía poemas humorísticos y dibujaba tiras humorísticas. Serio y poco dado a las actividades atléticas, fue apodado El Viejo por sus compañeros de clase. García Márquez cursó los primeros grados de secundaria en el colegio jesuita San José (hoy Instituto San José) desde 1940, en donde publicó sus primeros poemas en la revista escolar Juventud. Luego, gracias a una beca otorgada por el Gobierno, Gabriel fue enviado a estudiar a Bogotá de donde lo reubican en el Liceo Nacional de Zipaquirá, población ubicada a una hora de la capital, donde culminaran sus estudios secundarios. Durante su paso por la casa de estudios bogotana, García Márquez destacó en varios deportes, llegando a ser capitán del equipo del Liceo Nacional de Zipaquirá en tres disciplinas, fútbol, béisbol y atletismo. Después de su graduación en 1947, García Márquez permaneció en Bogotá para estudiar derecho en la Universidad Nacional de Colombia, donde tuvo especial dedicación a la lectura. La metamorfosis de Franz Kafka «en la falsa traducción de Jorge Luis Borges» fue una obra que le inspiró especialmente. Estaba emocionado con la idea de escribir, no literatura tradicional, sino en un estilo similar a las historias de su abuela, en las que se «insertan acontecimientos extraordinarios y anomalías como si fueran simplemente un aspecto de la vida cotidiana». Su deseo de ser escritor crecía. Poco después, publicó su primer cuento, La tercera resignación, que apareció el 13 de septiembre de 1947 en la edición del diario El Espectador. Aunque su pasión era la escritura, continuó con la carrera de derecho en 1948 para complacer a su padre. Después del llamado «Bogotazo» en 1948, unos sangrientos disturbios que se desataron el 9 de abril a causa del magnicidio del líder popular Jorge Eliécer Gaitán, la universidad cerró indefinidamente y su pensión fue incendiada. García Márquez se trasladó a la Universidad de Cartagena y empezó a trabajar como reportero de El Universal. En 1950, desiste de convertirse en abogado para centrarse en el periodismo y se traslada de nuevo a Barranquilla para trabajar como columnista y reportero en el periódico El Heraldo. Aunque García Márquez

nunca terminó sus estudios superiores, algunas universidades, como la Universidad de Columbia de Nueva York, le han otorgado un doctorado honoris causa en letras. Matrimonio y familia Durante su etapa de estudiante, y cuando visitaba a sus padres en Sucre, conoció a Mercedes Barcha, también hija de un boticario, en un baile de estudiantes y decidió enseguida que tenía que casarse con ella cuando terminara sus estudios. En efecto, García Márquez contrajo matrimonio en marzo de 1958 en la iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Barranquilla con Mercedes «a la que le había propuesto matrimonio desde sus trece años». Mercedes es descrita por uno de los biógrafos del escritor como "una mujer alta y linda con pelo marrón hasta los hombros, nieta de un inmigrante egipcio, lo que al parecer se manifiesta en unos pómulos anchos y ojos castaños grandes y penetrantes". Y García Márquez se ha referido a Mercedes constantemente y con cariño orgulloso; cuando habló de su amistad con Fidel Castro, por ejemplo, observó, «Fidel se fía de Mercedes aún más que de mí». En 1959 tuvieron a su primer hijo, Rodrigo, quien se convirtió en cineasta, y en 1961 se instalaron en Nueva York, en donde ejerció como corresponsal de Prensa Latina. Tras recibir amenazas y críticas de la CIA y de los disidentes cubanos, que no compartían el contenido de sus reportajes, decidió trasladarse a México y se establecieron en la capital. Tres años después, nació su segundo hijo, Gonzalo, actualmente diseñador gráfico en la capital mexicana. Aunque García Márquez poseía residencias en París, Bogotá y Cartagena de Indias, vivió la mayor parte del tiempo en su casa de México, donde fijó su residencia a principios de los años 60 y en donde escribió Cien años de soledad en el número 19 de la calle La Palma de la colonia San Ángel en México, D.F. La fama La notoriedad mundial de García Márquez comenzó cuando Cien años de soledad se publicó en junio de 1967 y en una semana vendió 8000 ejemplares. De allí en adelante, el éxito fue asegurado y la novela vendió una nueva edición cada semana, pasando a vender medio millón de copias en tres años. Fue traducido a más de veinticuatro idiomas y ganó cuatro premios internacionales. El éxito había llegado por fin y el escritor tenía 40 años cuando el mundo aprendió su nombre. Por la correspondencia de admiradores, los premios, entrevistas y las comparecencias era obvio que su vida había cambiado. En 1969, la novela ganó el Chianciano Aprecia en Italia y fue denominado el «Mejor Libro Extranjero» en Francia. En 1970, fue publicado en inglés y fue escogido como uno de los mejores doce libros del año en Estados Unidos. Dos años después le fue concedido el Premio Rómulo Gallegos y el Premio Neustadt y en 1971, Mario Vargas Llosa publicó un libro acerca de su vida y obra. Para contradecir toda esta exhibición, García Márquez regresó simplemente a la escritura. Decidido a escribir acerca de un dictador, se trasladó con su familia a Barcelona (España) que pasaba sus últimos años bajo el régimen de Francisco Franco. La popularidad de su escritura también condujo a la amistad con poderosos líderes, incluyendo el ex presidente cubano Fidel Castro, amistad que ha sido analizada en Gabo y Fidel: retrato de una amistad. En una entrevista con Claudia Dreifus en 1982, dice que su relación con Castro se basa fundamentalmente en la literatura: «La nuestra es una amistad intelectual. Puede que no sea ampliamente conocido que Fidel es un hombre culto. Cuando estamos juntos, hablamos mucho sobre la literatura». Algunos han criticado a García Márquez por esta relación; el escritor

cubano Reinaldo Arenas, en 1992 en sus memorias Antes que anochezca, señala que García Márquez estaba con Castro, en 1980 en un discurso en el que este último acusó a los refugiados recientemente asesinados en la embajada de Perú de ser «chusma». Arenas recuerda amargamente a compañeros del escritor homenajear por ello con «hipócritas aplausos» a Castro. También debido a su fama y a sus puntos de vista sobre el imperialismo de Estados Unidos, fue etiquetado como subversivo y por muchos años le fue negado el visado estadounidense por las autoridades de inmigración. Sin embargo, después de que Bill Clinton fuera elegido presidente de Estados Unidos, éste finalmente le levantó la prohibición de viajar a su país y afirmó que Cien años de soledad «es su novela favorita». En 1981, el año en el que le fue concedida la Legión de Honor de Francia, regresó a Colombia de una visita con Castro, para encontrarse una vez más en problemas. El gobierno del liberal Julio César Turbay Ayala lo acusaba de financiar al grupo guerrillero M-19. Huyendo de Colombia solicitó asilo en México, donde continúa manteniendo una casa. Desde 1986 hasta 1988, García Márquez vivió y trabajó en México D.F., La Habana y Cartagena de Indias. Después, en 1987 hubo una celebración en Europa y América del vigésimo aniversario de la primera edición de Cien años de soledad. No sólo había escrito libros, también había terminado escribiendo su primera obra de teatro, Diatriba de amor contra un hombre sentado. En 1988 se estrenó la película Un señor muy viejo con unas alas enormes, dirigida por Fernando Birri, adaptación del cuento del mismo nombre. En 1995, el Instituto Caro y Cuervo publicó en dos volúmenes el Repertorio crítico sobre Gabriel García Márquez. En 1996 García Márquez publicó Noticia de un secuestro, donde combinó la orientación testimonial del periodismo y su propio estilo narrativo. Esta historia representa la onda inmensa de violencia y secuestros que Colombia continuaba encarando. En 1999, el estadounidense Jon Lee Anderson publicó un libro revelador acerca de García Márquez, para lo cual tuvo la oportunidad de convivir varios meses con el escritor y su mujer en su casa de Bogotá. Enfermedad y muerte En abril de 2014 fue internado en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, en México, D. F., debido a una recaída producto del cáncer linfático que le fue diagnosticado en 1999. El cáncer había afectado un pulmón, ganglios e hígado. García Márquez falleció el 17 de abril de 2014. El presidente de Colombia Juan Manuel Santos señaló que el escritor fue «el colombiano que, en toda la historia de nuestro país, más lejos y más alto ha llevado el nombre de la patria», decretando tres días de duelo nacional por su muerte. Carrera literaria Periodismo García Márquez comenzó su carrera como periodista mientras estudiaba derecho en la universidad. En 1948 y 1949 escribió para el diario El Universal de Cartagena. Desde 1950 hasta 1952, escribió una «caprichosa» columna con el seudónimo de «Septimus» para el periódico local El Heraldo de Barranquilla. García Márquez tomó nota de su tiempo en El Heraldo. Durante este tiempo se convirtió en un miembro activo del grupo informal de escritores y periodistas

conocidos como el Grupo de Barranquilla, una asociación que fue una gran motivación e inspiración para su carrera literaria. Trabajó con figuras como José Félix Fuenmayor, Ramón Vinyes, Alfonso Fuenmayor, Álvaro Cepeda Samudio, Germán Vargas, Alejandro Obregón, Orlando Rivera «Figurita» y Julio Mario Santo Domingo, entre otros. García Márquez utilizaría, por ejemplo, a Ramón Vinyes, que sería representado como un «sabio catalán», propietario de una librería en Cien años de soledad. En esa época, García Márquez leyó las obras de escritores como Virginia Woolf y William Faulkner, quienes le influyó en sus técnicas narrativas, los temas históricos y la utilización de localidades provinciales. El entorno de Barranquilla proporcionó a García Márquez una educación literaria a nivel mundial y una perspectiva única sobre la cultura del Caribe. Con respecto a su carrera del periodismo, Gabriel García Márquez ha mencionado que le sirvió como una herramienta para «no perder contacto con la realidad». A petición de Álvaro Mutis en 1954, García Márquez regresó a Bogotá para trabajar en El Espectador como reportero y crítico de cine. Un año después, García Márquez publicó en el mismo diario Relato de un náufrago, una serie de catorce crónicas sobre el naufragio del destructor A. R. C. Caldas, basándose en entrevistas con Luis Alejandro Velasco, joven marinero que sobrevivió al naufragio. La publicación de los artículos dio lugar a una controversia pública a nivel nacional cuando en el último escrito reveló la historia oculta, ya que desacreditó la versión oficial de los acontecimientos que había atribuido la causa del naufragio a una tormenta. Como consecuencia de esta controversia, García Márquez fue enviado a París para ser corresponsal extranjero de El Espectador. Escribió sus experiencias en El Independiente, un periódico que sustituyó brevemente a El Espectador, durante el gobierno militar del general Gustavo Rojas Pinilla y que más tarde fue cerrado por las autoridades colombianas. Poco después, tras el triunfo de la revolución cubana en 1960, García Márquez viajó a La Habana, donde trabajó en la agencia de prensa creada por el gobierno cubano Prensa Latina e hizo amistad con Ernesto Guevara. En 1974, García Márquez, junto con intelectuales y periodistas de izquierda, fundó Alternativa que duró hasta 1980 y marcó un hito en la historia del periodismo de oposición en Colombia. Para el primer número, García Márquez escribió un artículo exclusivo sobre el bombardeo al Palacio de La Moneda durante el Golpe de Estado en Chile de 1973, lo que garantizó que se agotara la edición. Luego sería el único que firmaría los artículos. En 1994 junto con su hermano Jaime García Márquez, y Jaime Abello Banfi, Gabriel creó la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), que tiene como objetivo ayudar a jóvenes periodistas a aprender con maestros como Alma Guillermoprieto y Jon Lee Anderson, y estimular nuevas formas de hacer periodismo. La sede principal de la entidad está en Cartagena de Indias y García Márquez fue el presidente hasta su muerte. Sus primeras y principales publicaciones Su primer cuento, La tercera resignación, fue publicado en 1947 en un periódico liberal de Bogotá llamado El Espectador. Un año después, empezó su trabajo de periodismo para el mismo periódico. Sus primeros trabajos eran todos cuentos publicados en el mismo periódico desde 1947 hasta 1952. Durante estos años publicó un total de quince cuentos. Gabriel García Márquez quería ser periodista y escribir novelas; también quería crear una sociedad más justa. Para La hojarasca, su primera novela, le llevó varios años encontrar un editor. Finalmente se publicó en 1955, y aunque la crítica fue excelente, la mayor parte de la edición se quedó en bodega y el autor no recibió de nadie «ni un céntimo por regalías». García

Márquez señala que «de todo lo que había escrito, La hojarasca fue su favorita porque consideraron que era la más sincera y espontánea». Gabriel García Márquez tardó dieciocho meses en escribir Cien años de soledad. El martes 30 de mayo de 1967 salió a la venta en Buenos Aires la primera edición de la novela. Tres décadas después se había traducido a 37 idiomas y vendido 25 millones de ejemplares en todo el mundo. «Fue un verdadero bombazo, que hizo explosión desde el primer día. El libro salió a las librerías sin ningún tipo de campaña publicitaria, la novela agotó su primera edición de 8000 copias a las dos semanas y pronto convirtió el título y su realismo mágico en el espejo del alma latinoamericana». Cien años de soledad ha influido en casi todos los novelistas importantes en todo el mundo. La novela hace una crónica de la familia Buendía en el pueblo de Macondo, que fue fundado por José Arcadio Buendía. Puede ser considerada una obra de realismo mágico. El amor en los tiempos del cólera se publicó por primera vez en 1985. Está basada en las historias de dos parejas. La historia de la joven pareja formada por Fermina Daza y Florentino Ariza está inspirada en la historia de amor de los padres de García Márquez. Sin embargo, como García Márquez explica en una entrevista: «La única diferencia es que mis padres se casaron. Y tan pronto como se casaron, ya no eran interesantes como figuras literarias». El amor de los ancianos se basa en una historia que leyó en un periódico sobre la muerte de dos estadounidenses, de casi ochenta años de edad, que se reunían todos los años en Acapulco. Estaban en un barco y un día fueron asesinados por el barquero con sus remos. García Márquez señala: «A través de su muerte, la historia de su romance en secreto se hizo conocida. Yo estaba fascinado con ella. Estaban cada uno casado con otra persona». Trabajos recientes En 2002, García Márquez publicó el libro de memorias Vivir para contarla, el primero de los tres volúmenes de sus memorias. La novela, Memoria de mis putas tristes, apareció en 2004 y es una historia de amor que sigue el romance de un hombre de noventa años y su pubescente concubina. Este libro causó controversia en Irán, donde se prohibió después de 5000 ejemplares impresos y vendidos. En México, una ONG amenazó con demandar al escritor por hacer apología de la prostitución infantil. Estilo Si bien hay ciertos aspectos que casi siempre los lectores pueden esperar encontrar en la obra de García Márquez, como el humor, no hay un estilo claro y predeterminado, de plantilla. García Márquez también es conocido por dejar fuera detalles y eventos aparentemente importantes de tal manera que el lector se ve obligado a cumplir un papel más participativo en la historia desarrollada. Por ejemplo, en El coronel no tiene quien le escriba de los personajes principales no se dan nombres. Esta práctica se ve influida por las tragedias griegas, como Antígona y Edipo rey, en el que ocurren eventos importantes fuera de la representación que se dejan a la imaginación del público. Temas importantes La soledad El tema de la soledad atraviesa gran parte de las obras de García Márquez. Pelayo observa que «El amor en los tiempos del cólera, como todos los trabajos de Gabriel García Márquez, explora

la soledad de la persona y de la especie humana... retrato a través de la soledad del amor y de estar en amor». Plinio Apuleyo Mendoza le preguntó: «Si la soledad es el tema de todos sus libros ¿dónde debemos buscar las raíces de este exceso? ¿En su infancia tal vez?». García Márquez respondió: «Creo que es un problema que todo el mundo tiene. Toda persona tiene su propia forma y los medios de expresar la misma. La sensación impregna la labor de tantos escritores, aunque algunos de ellos pueden expresar lo inconsciente». En su discurso de aceptación del Premio Nobel, La soledad de América Latina, se refiere a este tema de la soledad relacionado con América Latina: «La interpretación de nuestra realidad a través de los patrones, no los nuestros, sólo sirve para hacernos cada vez más desconocidos, cada vez menos libres, cada vez más solitarios». Macondo Otro tema importante en la obra de García Márquez es la invención de la aldea que él llama Macondo. Él usa su ciudad natal de Aracataca (Colombia), como una referencia geográfica para crear esta ciudad imaginaria, pero la representación del pueblo no se limita a esta área específica. García Márquez comparte: «Macondo no es tanto un lugar como un estado de ánimo». Este pueblo de ficción se ha vuelto notoriamente conocido en el mundo literario y «su geografía y los habitantes son constantemente invocados por profesores, políticos y agentes» [...] que hacen «difícil de creer que es una pura invención» En La hojarasca, García Márquez describe la realidad del «auge del banano» en Macondo, que incluye un período aparente de «gran riqueza» durante la presencia de empresas de los Estados Unidos, y un período de depresión con la salida de las empresas estadounidenses relacionadas con el banano. Además, Cien años de soledad se lleva a cabo en Macondo y narra la historia completa de esta ciudad ficticia desde su fundación hasta su desaparición con el último Buen día. En su autobiografía, García Márquez explica su fascinación por la palabra y el concepto Macondo cuando describe un viaje que hizo con su madre de vuelta a Aracataca: El tren se detuvo en una estación que no tenía ciudad, y un rato más tarde pasó la única plantación de banano a lo largo de la ruta que tenía su nombre escrito en la puerta: Macondo. Esta palabra ha atraído mi atención desde los primeros viajes que había hecho con mi abuelo, pero sólo he descubierto como un adulto que me gustaba su resonancia poética. Nunca he oído decir, y ni siquiera me pregunto lo que significa... me ocurrió al leer en una enciclopedia que se trata de un árbol tropical parecido a la ceiba" Según algunos académicos, Macondo —la ciudad fundada por José Arcadio Buendía en Cien años de soledad— solamente existe como resultado del lenguaje. La creación de Macondo es totalmente condicionada a la existencia de la palabra escrita. En la palabra —como instrumento de comunicación— se manifiesta la realidad, y permite al hombre lograr una unión con circunstancias independientes de su entorno inmediato. Violencia y cultura En varias de las obras de García Márquez, entre ellas El coronel no tiene quien le escriba, La mala hora y La hojarasca, hay sutiles referencias sobre «La Violencia», esa guerra civil entre conservadores y liberales que se prolongó hasta los años sesenta, causando la muerte de varios

cientos de miles de colombianos. Son referencias a situaciones injustas que viven diversos personajes, como por ejemplo el toque de queda o la censura de prensa. La mala hora, que no es una de las novelas más famosas de García Márquez, destaca por su representación de la violencia con una imagen fragmentada de la desintegración social provocada por la violencia. Se puede decir que en estas obras «la violencia se convierte en cuento, a través de la aparente inutilidad de tantos episodios de sangre y muerte». Sin embargo, aunque García Márquez describe la naturaleza corrupta y las injusticias de esa época de violencia en Colombia, se niega a usar su trabajo como una plataforma de propaganda política. «Para él, el deber del escritor revolucionario es escribir bien, y el ideal es una novela que mueve al lector por su contenido político y social, y al mismo tiempo por su poder para penetrar en la realidad y exponer su otra cara». En las obras de García Márquez se puede encontrar también una «obsesión por captar la identidad cultural latinoamericana y particularizar los rasgos del mundo caribeño». Asimismo, trata de construir las normas sociales establecidas en esta parte del mundo. Como ejemplo, el carácter de Meme en Cien años de soledad puede ser visto como una herramienta para criticar las convenciones y prejuicios de la sociedad. En este caso, ella no conforma a la ley convencional que «las jóvenes deben llegar vírgenes al matrimonio» porque ha tenido una relación ilícita con Mauricio Babilonia. Se puede ver otro ejemplo de esta crítica de las normas sociales a través de la relación amorosa entre Petra Cotes y Aureliano Segundo. Al final de la obra —cuando los protagonistas son viejos— se enamoran más profundamente que antes. Así, García Márquez está criticando la imagen mostrada por la sociedad de que «los viejos no pueden amar». Influencias literarias En su juventud, al asociarse al grupo de Barranquilla, Gabriel García Márquez comenzó a leer la obra de Ernest Hemingway, James Joyce, Virginia Woolf y, más importante, de William Faulkner de quien recibe una trascendente influencia reconocida explícitamente por él mismo cuando en su discurso de recepción del premio Nobel menciona: "mi maestro William Faulkner". En la obra de Gabriel García Márquez titulada Nabo, el negro que hizo esperar a los ángeles publicada en 1951, ya aparecen elementos similares a los de Faulkner como la ambigüedad deliberada y una pintura temprana de la soledad. También emprendió un estudio de las obras clásicas, encontrando enorme inspiración en la obra de Edipo Rey de Sófocles de quien, en muchas ocasiones, Gabriel García Márquez ha expresado su admiración por sus tragedias y utiliza una cita de Antígona al principio de su obra La hojarasca cuya estructura se ha dicho también que tiene la influencia del dilema moral de Antígona. García Márquez confesó que el movimiento poético iconoclasta denominado "Piedra y cielo" (1939) fue fundamental para él, afirmando que: "La verdad es que si no hubiera sido por “Piedra y Cielo”, no estoy muy seguro de haberme convertido en escritor. Gracias a esta herejía pude dejar atrás una retórica acartonada, tan típicamente colombiana... Creo que la importancia histórica de “Piedra y Cielo” es muy grande y no suficientemente reconocida... Allí no sólo aprendí un sistema de metaforizar, sino lo que es más decisivo, un entusiasmo y una novelería por la poesía que añoro cada día más y que me produce una inmensa nostalgia."

Realismo mágico Como autor de ficción, García Márquez es siempre asociado con el realismo mágico. De hecho, es considerado, junto al guatemalteco Miguel Ángel Asturias, figura central de este género. El realismo mágico se usa para describir elementos que tienen, como es el caso en los trabajos de este autor, la yuxtaposición de la fantasía y el mito con las actividades diarias y ordinarias. El realismo es un tema importante en todas las obras de García Márquez. Él dijo que sus primeros trabajos (con la excepción de La hojarasca), como El coronel no tiene quien le escriba, La mala hora y Los funerales de la Mamá Grande, reflejan la realidad de la vida en Colombia y este tema determina la estructura racional de los libros. Dice: «No me arrepiento de haberlas escrito, pero pertenecen a un tipo de literatura premeditada que ofrecen una visión de la realidad demasiado estática y exclusiva». En sus otras obras ha experimentado más con enfoques menos tradicionales a la realidad, de modo que «lo más terrible, lo más inusual se dice con expresión impasible».33 Un ejemplo comúnmente citado es la ascensión espiritual y física al cielo de un personaje mientras está colgando la ropa para secar, en Cien años de soledad. El estilo de estas obras se inscribe en el concepto de lo «real maravilloso» descrito por el escritor cubano Alejo Carpentier y ha sido etiquetado como realismo mágico.37 El crítico literario Michael Bell propone una interpretación alternativa para el estilo de García Márquez, por cuanto la categoría de realismo mágico ha sido criticada por ser dicotomizadora y exotizadora: «Lo que está realmente en juego es una flexibilidad psicológica que es capaz de habitar nada sentimentalmente el mundo diurno mientras se mantiene abierta a las incitaciones de aquellos dominios que la cultura moderna tiene, por su propia lógica interna, necesariamente marginalizados o reprimidos».30 García Márquez y su amigo Plinio Apuleyo Mendoza discuten su trabajo de un modo similar, «El tratamiento de la realidad en tus libros... ha recibido un nombre, el de realismo mágico. Tengo la impresión de que tus lectores europeos suelen advertir la magia de las cosas que tú cuentas, pero no ven la realidad que las inspira. Seguramente porque su racionalismo les impide ver que la realidad no termina en el precio de los tomates o de los huevos. García Márquez crea un mundo tan semejante al cotidiano pero al mismo tiempo totalmente diferente a ello. Técnicamente, es un realista en la presentación de lo verdadero y de lo irreal. De algún modo trata diestramente una realidad en la que los límites entre lo verdadero y lo fantástico se desvanecen muy naturalmente. García Márquez considera que la imaginación no es sino un instrumento de la elaboración de la realidad y que una novela es la representación cifrada de la realidad y a la pregunta de si todo lo que escribe tiene una base real, ha contestado: “No hay en mis novelas una línea que no esté basada en la realidad.” Premios, reconocimientos y homenajes  Premio Nobel. García Márquez recibió el Premio Nobel de Literatura en 1982, según la laudatoria de la Academia Sueca, «por sus novelas e historias cortas, en las que lo fantástico y lo real son combinados en un tranquilo mundo de imaginación rica, reflejando la vida y los conflictos de un continente». Su discurso de aceptación fue titulado La soledad de América Latina. Fue el primer colombiano y el cuarto latinoamericano en ganar un Premio Nobel de Literatura, después de lo cual declaró: «Yo tengo la impresión de que al darme el premio han tenido en cuenta la literatura del

subcontinente y me han otorgado como una forma de adjudicación de la totalidad de esta literatura». García Márquez ha recibido muchos otros premios, distinciones y homenajes por sus obras como los relacionados a continuación:         

Premio de la Novela ESSO por La mala hora (1961). Doctor honoris causa de la Universidad de Columbia en Nueva York (1971). Premio Rómulo Gallegos por Cien años de soledad (1972). Premio Jorge Dimitrov por la Paz (1979). Medalla de la Legión de Honor de Francia en París (1981). Condecoración Águila Azteca en México (1982). Premio cuarenta años del Círculo de Periodistas de Bogotá (1985). Miembro honorario del Instituto Caro y Cuervo en Bogotá (1993). Museo: El 25 de marzo de 2010 el gobierno colombiano terminó de reconstruir la casa en que nació García Márquez en Aracataca, pues había sido demolida 40 años atrás, e inauguró en ella un museo dedicado a su memoria con más de catorce ambientes que recrean los espacios en los que transcurrió su niñez.  En el Este de Los Ángeles (California), en el municipio de Las Rozas de Madrid y en Zaragoza (España) hay calles que llevan su nombre.  En Bogotá el Fondo de Cultura Económica de México construyó un centro cultural que lleva su nombre, inaugurado el 30 de enero de 2008. Legado y críticas de Gabriel García Márquez García Márquez es una parte importante del Boom latinoamericano de la literatura. Sus obras han recibido numerosos estudios críticos, algunos extensos y significativos, que examinan la temática y su contenido político e histórico. Otros estudios se enfocan sobre el contenido mítico, las caracterizaciones de los personajes, el ambiente social, la estructura mítica o las representaciones simbólicas en sus obras más notables. Mientras que las obras de García Márquez atraen a una serie de críticos, muchos eruditos elogian su estilo y creatividad. Por ejemplo, Pablo Neruda escribió sobre Cien años de soledad que «es la mayor revelación en lengua española desde el Don Quijote de Cervantes». Algunas críticas arguyen que a García Márquez le falta la experiencia adecuada en la arena literaria y que solamente escribe de sus experiencias personales e imaginación. De esta manera, dicen que sus obras no deben ser significativas. En respuesta a esto, García Márquez ha mencionado que él está de acuerdo que a veces su inspiración no viene de libros, sino de la música. Sin embargo, según Carlos Fuentes, García Márquez ha logrado una de las mayores características de la ficción moderna. Eso es la liberación del tiempo, a través de la liberación de un instante a partir del momento que permite a la persona humana recrear a sí mismo y a su tiempo. A pesar de todo, nadie puede negar que García Márquez ha ayudado a rejuvenecer, reformular y re contextualizar la literatura y la crítica en Colombia y en el resto de América Latina.41 Al este del Atlántico Cervantes, al oeste García Márquez, dos baluartes captaron la realidad honda de su momento y dejaron una visión encantada de un mundo no soñado, a flor de tierra.

Actividad política Militancia e ideología En 1983, cuando se le preguntó a Gabriel García Márquez: « ¿Es usted comunista?» el escritor respondió: «Por supuesto que no. No lo soy ni lo he sido nunca. Ni tampoco he formado parte de ningún partido político». García Márquez contó a su amigo Plinio Apuleyo Mendoza: «Quiero que el mundo sea socialista y creo que tarde o temprano lo será». Según Ángel Esteban y Stéphanie Panichelli, «Gabo entiende por socialismo un sistema de progreso, libertad e igualdad relativa» donde saber es, además de un derecho, un izquierdo (hay un juego de palabras que ambos autores utilizan para titular el capítulo de su libro: "Si saber no es un derecho, seguro será un izquierdo"). García Márquez ha viajado a muchos países socialistas como Polonia, Checoslovaquia, Alemania Oriental, la Unión Soviética, Hungría, y después escribió algunos artículos, mostrando su «desacuerdo con lo que allí ocurría». En 1971, en una entrevista para la revista "Libre" (que patrocinaba) declaró: «Yo sigo creyendo que el socialismo es una posibilidad real, que es la buena solución para América Latina, y que hay que tener una militancia más activa». En 1959, García Márquez fue corresponsal en Bogotá de la agencia de prensa Prensa Latina creada por el gobierno cubano después del comienzo de la revolución cubana para informar sobre los acontecimientos en Cuba. Allí «tenía que informar objetivamente sobre la realidad colombiana y difundir a la vez noticias sobre Cuba y su trabajo consistía en escribir y enviar noticias a La Habana. Era la primera vez que García Márquez hacia periodismo verdaderamente político». Más tarde, en 1960, fundó con su amigo Plinio Apuleyo Mendoza una revista política, Acción Liberal, que quebró después de publicarse tres números. Amistad con Fidel Castro Gabriel García Márquez conoció a Fidel Castro en enero de 1959 pero su amistad se formó después, cuando García Márquez estaba trabajando con Prensa Latina, viviendo en La Habana y se vieron de nuevo varias veces. Después de conocer a Castro, «Gabo estaba convencido de que el líder cubano era diferente a los caudillos, héroes, dictadores o canallas que habían pululado por la historia de Latinoamérica desde el siglo XIX, e intuía que solo a través de él esa revolución, todavía joven, podría cosechar frutos en el resto de los países americanos». Según Panichelli y Esteban, «ejercer un poder es uno de los placeres más reconfortantes que el hombre puede sentir», y ellos piensan que eso es el caso con García Márquez «hasta una edad madura». Por eso, se ha cuestionado la amistad entre García Márquez y Castro y si es un resultado de la admiración de García Márquez por el poder. Jorge Ricardo Masetti, exguerrillero y periodista argentino, piensa que Gabriel García Márquez «es un hombre a quien le gusta estar en la cocina del poder». En opinión de César Leante, García Márquez tiene algo de obsesión con los caudillos latinoamericanos. También dice que «El apoyo incondicional de García Márquez a Fidel Castro cae en buena parte dentro del campo psicoanalítico […] cual es la admiración que el criador del Patriarca ha sentido, siempre y desmesuradamente, por los caudillos latinoamericanos brotados de las montoneras. Verbigracia, el coronel Aureliano Buendía, pero sobre todo el innominado dictador caribeño que como Fidel Castro envejece en el poder». Dice Leante que García Márquez «es considerado en Cuba como una especie de ministro de cultura, jefe de cinematografía y

embajador plenipotenciario, no del Ministerio de Relaciones Exteriores, sino directamente de Castro, que lo emplea para misiones delicadas y confidenciales que no encarga a su diplomacia». Juan Luis Cebrián ha llamado a Gabriel García Márquez «un mensajero político», debido a sus artículos. Según el británico Gerald Martin, quien publicó en 2008 la primera biografía autorizada del novelista, García Márquez siente una «enorme fascinación por el poder». Señala que «Él ha querido ser siempre testigo del poder y es justo decir que esa fascinación no es gratuita, sino que persigue determinados objetivos» y menciona que muchos consideran como excesiva su proximidad al líder cubano Fidel Castro. Martin recuerda que también se ha relacionado con Felipe González (expresidente del Gobierno español) o con Bill Clinton (expresidente de Estados Unidos) pero «todo el mundo se fija sólo en su relación con Castro». Por otra parte, el diplomático, periodista, biógrafo y compadre del Nobel, Plinio Apuleyo Mendoza señala que «Él es amigo de Castro, pero no creo que sea partidario del sistema, porque nosotros visitamos el mundo comunista y quedamos muy desencantados». Mediaciones y apoyos políticos García Márquez participó como mediador en las conversaciones de paz adelantadas entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el gobierno colombiano que tuvieron lugar en Cuba y entre el gobierno de Belisario Betancourt y el grupo Movimiento 19 de abril (M-19); igualmente participó en el proceso de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que sin embargo fracasó. En el 2006 García Márquez se unió a la lista de prominentes figuras de América Latina como Pablo Armando Fernández, Ernesto Sabato, Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Thiago de Mello, Frei Betto, Carlos Monsiváis, Pablo Milanés, Ana Lydia Vega, Mayra Montero y Luis Rafael Sánchez que apoyan la independencia de Puerto Rico, a través de su adhesión a la "Proclama de Panamá" aprobada por unanimidad en el Congreso Latinoamericano y Caribeño por la Independencia de Puerto Rico, celebrado en Panamá en noviembre de 2006. La política en sus obras La política desempeña un papel importante en las obras de García Márquez, en las que utiliza representaciones de varios tipos de sociedades con diferentes formas políticas para presentar sus opiniones y creencias con ejemplos concretos, aunque sean ejemplos ficticios. Esa diversidad de maneras con que García Márquez representa al poder político es una muestra de la importancia de la política en sus obras. Una conclusión que puede ser derivada de sus obras es que «la política puede extenderse más allá o más acá de las instituciones propias del poder político». Por ejemplo, en su obra Cien años de soledad tenemos la representación de un lugar «donde no existe todavía un poder político consolidado y no hay, por lo tanto, ley en el sentido de precepto votado por el Congreso y sancionado por el presidente, que regule las relaciones entre los hombres, entre estos y el poder público y la constitución y funcionamiento de este poder».6 En contraste, la representación del sistema político en El otoño del patriarca es la de una dictadura, en la que el líder es grotesco, corrupto y sanguinario y con un poder tan grande que alguna vez preguntó qué hora es y le habían contestado la que usted ordene, mi general».

La primera novela de García Márquez, La mala hora, puede ser una referencia a la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla y representa la tensión política y la opresión en un pueblo rural, cuyos habitantes aspiran a la libertad y la justicia pero sin éxito en conseguir ninguna de las dos. Obra Novelas          

La hojarasca (1955) El coronel no tiene quien le escriba (1961) La mala hora (1962) Cien años de soledad (1967) El otoño del patriarca (1975) Crónica de una muerte anunciada (1981) El amor en los tiempos del cólera (1985) El general en su laberinto (1989) Del amor y otros demonios (1994) Memoria de mis putas tristes (2004)

Libros de cuentos    

Los funerales de la Mamá Grande (1962) La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada (1972) Ojos de perro azul (1972) Doce cuentos peregrinos (1992)

Reportajes  Relato de un náufrago (1970)  La aventura de Miguel Littín clandestino en Chile (1986)  Noticia de un secuestro (1996) Teatro           

Diatriba de amor contra un hombre sentado (1987) Memorias Vivir para contarla (2002) Obra periodística Textos costeños (1948-1952) (1981) Entre cachacos (1954-1955) (1982) De Europa y América (1955-1960) (1983) Por la libre (1974-1995) (1984, 1999) Notas de prensa (1961-1984) (1991, 1999) El amante inconcluso (2001) Gabo periodista (2013)

Entrevista     

El olor de la guayaba (1982, con Plinio Apuleyo Mendoza) Discurso Yo no vine a decir un discurso (2010) Talleres de cine Cómo se cuenta un cuento (1995)

 Me alquilo para soñar (1995)  La bendita manía de contar (1998) En la pantalla García Márquez desarrolló un interés particular por el cine y la televisión, participando como guionista, mecenas y permitiendo la adaptación de su obra. Ya en su etapa juvenil en Barranquilla, conjuntamente con el pintor Enrique Grau, el escritor Álvaro Cepeda Samudio y el fotógrafo Nereo López, participó en la realización del cortometraje surrealista La langosta azul (1954). Posteriormente, en los años cincuenta, estudió la carrera de cine en el Centro Sperimentale Di Cinematografia de Roma, teniendo como condiscípulos al argentino Fernando Birri y al cubano Julio García Espinosa, que más tarde serían considerados fundadores de la llamada Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano. Estas tres personalidades han declarado en reiteradas oportunidades el impacto que supuso para ellos ver la película Milagro en Milán de Vittorio de Sica, así como también asistir al nacimiento del neorrealismo italiano, tendencia que los hizo vislumbrar la posibilidad de realizar cine en América Latina siguiendo las mismas técnicas. Es preciso anotar que esta estancia en Roma sirvió para que el escritor aprendiera varios de los entresijos que comporta el quehacer cinematográfico, en tanto y cuanto compartió largas horas de trabajo en moviola al lado del guionista Cesare Zavattini. Este particular afinó en García Márquez una precisión cinematográfica a la hora de narrar con imágenes, que más tarde usaría como parte de su trabajo en México, D.F. García Márquez presidió desde 1986 la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, que tiene sede en La Habana. Se tiene conocimiento de que muchas obras cinematográficas mexicanas de los años 1960 fueron escritas por García Márquez, quien al igual que muchos intelectuales de la época firmó los guiones con seudónimo. Memorables son, en todo caso, El gallo de oro (1964), de Roberto Gavaldón, y Tiempo de morir (1966), de Arturo Ripstein. La primera, basada en el cuento homónimo de Juan Rulfo, coescrita junto con el propio autor y el también escritor mexicano Carlos Fuentes, fue protagonizada por Ignacio López Tarso, Narciso Busquets y Lucha Villa, y fotografiada por el insigne Gabriel Figueroa. La segunda, western filmado inicialmente por Ripstein, tuvo su secuela casi veinte años más tarde bajo la tutela de Jorge Alí Triana. Además de las tres películas citadas, entre 1965 y 1985, García Márquez participó directamente como guionista en los siguientes filmes: En este pueblo no hay ladrones (1965), de Alberto Isaac; Juego peligroso (segmento "HO") (1966), de Luis Alcoriza y Arturo Ripstein; Patsy, mi amor (1968), de Manuel Michel; Presagio (1974), de Luis Alcoriza; La viuda de Montiel (1979), de Miguel Littín; María de mi corazón (1979), de Jaime Humberto Hermosillo; El año de la peste (1979), de Felipe Cazals (adaptación del libro de Daniel Defoe El diario de la peste), y Eréndira (1983), de Ruy Guerra. En 1975 R.T.I. Televisión de Colombia produce la serie televisiva La mala hora dirigida por Bernardo Romero Pereiro, basada en la novela homónima de García Márquez y transmitida en 1977. En 1986, conjuntamente con sus dos condiscípulos del Centro Sperimentale di Cinematografía, y apoyados por el Comité de Cineastas de América Latina, funda la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de Los Baños en Cuba, institución a la cual le dedicará tiempo y dinero de su propio bolsillo para apoyar y financiar la carrera de cine de jóvenes provenientes de América Latina, el Caribe, Asia y África. A partir del año siguiente, en dicho centro se dedicará

a impartir el taller «Cómo se cuenta un cuento», fruto del cual salen innumerables proyectos audiovisuales, amén de varios libros sobre dramaturgia. En 1987, Francesco Rosi dirige la adaptación de Crónica de una muerte anunciada, protagonizada por Rupert Everett, Ornella Muti, Gian Maria Volonté, Irene Papas, Lucía Bosé y Anthony Delon. En 1988 se produjeron y exhibieron: Un señor muy viejo con unas alas enormes, de Fernando Birri, con Daisy Granados, Asdrúbal Meléndez y Luis Ramírez; Milagro en Roma, de Lisandro Duque Naranjo, con Frank Ramírez y Amalia Duque García; Fábula de la bella palomera, de Ruy Guerra, con Claudia Ohana y Ney Latorraca, y Cartas del parque, de Tomás Gutiérrez Alea, con Ivón López, Víctor Laplace, Miguel Paneque y Mirta Ibarra. En 1990, García Márquez, viajó a Japón, haciendo escala en Nueva York para conocer al director contemporáneo cuyos guiones más admira: Woody Allen. La razón de su viaje al país oriental es la de encontrarse con Akira Kurosawa, en ese momento rodando Los Sueños de Akira Kurosawa, interesado en llevar a la gran pantalla la historia de El otoño del patriarca, ambientado en el Japón medieval. La idea de Kurosawa fue totalizadora, incrustar toda la novela en el celuloide sin importar el metraje; infortunadamente, para esta idea no existió posibilidad de financiación, y el proyecto quedó en eso. En 1991, la televisión colombiana produce María, la novela de Jorge Isaacs, adaptada por García Márquez junto con Lisandro Duque Naranjo y Manuel Arias. En 1996 se presentó Edipo Alcalde, adaptación de Edipo rey de Sófocles hecha por García Márquez y Estela Malagón, dirigida por Jorge Alí Triana, y protagonizada por Jorge Perugorría, Ángela Molina y Paco Rabal. En 1999, Arturo Ripstein filma El coronel no tiene quien le escriba, protagonizada por Fernando Luján, Marisa Paredes, Salma Hayek y Rafael Inclán. En 2001 aparece en Los niños invisibles, de Lisandro Duque Naranjo. En 2006 se rodó El amor en los tiempos del cólera, con guion del sudafricano Ronald Harwood y bajo la batuta del director británico Mike Newell. Filmada en Cartagena de Indias, los personajes son encarnados por Javier Bardem, Giovanna Mezzogiorno, John Leguizamo, Catalina Sandino y Benjamin Bratt. En marzo de 2010, y en el marco del Festival Internacional de Cine de Cartagena, se estrenó la versión fílmica de Del amor y otros demonios, coproducción entre Colombia y Costa Rica dirigida por la costarricense Hilda Hidalgo. Memoria de mis putas tristes, coproducción entre Dinamarca y México, dirigida por el danés Henning Carlsen y con la adaptación cinematográfica a cargo del francés Jean-Claude Carrière iba a ser filmada en el 2009 en el estado de Puebla, pero se suspendió por problemas de financiación al parecer por una polémica motivada por el tema57 por la amenaza de demanda de una ONG calificando la novela y el guion como apología de la prostitución infantil y pederastia.28 Finalmente, la película fue filmada en secreto en la ciudad de San Francisco de Campeche (México) en 2011, protagonizada por Emilio Echevarría y se estrenó en 2012.

En el teatro García Márquez incursionó poco directamente en el teatro, pues solo se conoce el monólogo Diatriba de amor contra un hombre sentado, montada por primera vez en 1988 en Buenos Aires y reestrenada el 23 de marzo de 1994 en el Teatro Nacional de Bogotá. Su obra en el teatro en su mayoría han sido adaptaciones de sus novelas. En 1991, Juan Carlos Moyano adaptó y dirigió un espectáculo de teatro de calle y plaza pública llamado Memoria y olvido de Úrsula Iguarán, basado en la novela Cien años de soledad, que presentó en el Festival Internacional de Teatro de Manizales de 1991 y en el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá de 1992. En el 2000, Jorge Alí Triana estrenó la versión teatral de Crónica de una muerte anunciada adaptación de la novela homónima, con gran éxito nacional e internacional. Igualmente la obra de García Márquez ha sido adaptada al género de la ópera: Florencia en el Amazonas (1991), ópera con un libreto de Marcela Fuentes-Berain puesto en metro músico por Daniel Catán basada en motivos de la novela El amor en los tiempos del cólera. Eréndira (1992), ópera con música de Violeta Dinescu basada en el cuento La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada. Love and other demons (2008), ópera con un libreto de Kornél Hamvai puesto en metro músico por Péter Eötvös, basada en la novela Del amor y otros demonios.

Alejo Carpentier (Lausana, 26 de diciembre de 19042 – París, 24 de abril de 1980), fue un novelista y narrador cubano que influyó notablemente en la literatura latinoamericana durante su período de auge, el llamado «boom latinoamericano». La crítica lo considera uno de los escritores fundamentales del siglo XX en lengua castellana, y uno de los artífices de la renovación literaria latinoamericana, en particular a través de un estilo que incorpora varias dimensiones y aspectos de la imaginación para recrear la realidad, elementos que contribuyeron a su formación y uso de lo «Real Maravilloso». También ejerció las profesiones de periodista, durante gran parte de su vida; y musicólogo, con investigaciones musicales y organizaciones de conciertos, entre otras actividades; sin embargo, alcanzó la fama debido a su actividad literaria. Aunque durante mucho tiempo se creyó que había nacido en La Habana, Cuba, el hallazgo póstumo de su partida de nacimiento en Suiza probó que su nacimiento tuvo lugar en Lausana. Su padre fue el arquitecto francés Georges Álvarez Carpentier y su madre Lina Valmont, profesora de idiomas de origen ruso. Su infancia estuvo marcada por un profundo «mestizaje cultural». La familia se mudó a La Habana, porque el padre tenía interés por la cultura hispánica y ansias de habitar en un país joven que le permitiera escapar de la decadencia europea. Así, Carpentier creció en trato cercano con campesinos cubanos blancos y negros, «hombres mal nutridos, cargados de miseria, mujeres envejecidas prematuramente; niños mal alimentados, cubiertos de enfermedades». Una realidad que posteriormente plasmaría en sus obras. Su infancia coincidió con los primeros años de la República Independiente, un periodo en el cual las escuelas se centraban en el pasado colonial español, debido a la carencia de materiales actualizados: «De acuerdo con los libros que estaban vigentes y se usaban en la España de finales del siglo XIX». A la edad de once años se trasladó con sus padres a una finca en Loma de Tierra, del reparto El Cotorro, cerca de La Habana. De los once a los diecisiete años sus padres se encargaron de su educación. Él le enseñaba literatura y ella música, lo que fue de gran influencia en el joven y por la que sintió inclinación desde esa época. Por esos años, su padre los abandonó y él abandonó sus estudios y empezó a trabajar para ayudar a su madre. Al fin de su educación primaria en Cuba, fue a París para completar parte de sus estudios secundarios en el liceo Janson de Sailly donde, tomando cursos de teoría de la música, llegó a ser en sus propias palabras «un pianista aceptable». En 1917 ingresó en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana para continuar sus estudios en teoría musical. En 1920 consiguió entrar en la escuela de Arquitectura de esa misma ciudad, aunque posteriormente la abandonaría. A principios de los años veinte empezó a implicarse en política, especialmente en la «abortada revolución de Veteranos y Patriotas» en 1923. Aunque los grupos a los que se afiliaba no fueran específicamente partidistas, sino más bien unidos por el arte, estos no carecían de objetivos políticos y desarrollaron una labor de lucha contra la dictadura de Gerardo Machado (ascendido en 1925) y contra el capitalismo norteamericano. Vida en Cuba

En 1921 empezó su carrera de periodista, profesión a la que se dedicaría prácticamente el resto de su vida. En la sección «Obras famosas» del diario habanero La Discusión publicó sus primeros trabajos literarios, básicamente resúmenes de obras conocidas. Ese mismo año abandonó definitivamente la carrera universitaria y viajó de nuevo a Francia. Al regresar dos años después, redactó artículos de crítica musical y teatral en La Discusión y El Heraldo de Cuba. Su situación económica se estabilizó en estos años, llegando a ser jefe de redacción de la revista comercial Hispania. Escribió una historia sobre los zapatos para la Unión de Fabricantes de Calzados y colaboró en la sección de moda de la revista Social bajo el seudónimo «Jacqueline». En 1923 formó parte de la Protesta de los Trece junto al Grupo Minorista, del que fue fundador y, aunque descrito por sus miembros como intelectual y apolítico, participó activamente en la oposición al presidente Alfredo Zayas. Esta asociación se integró posteriormente en la «Falange de Acción Cubana», que organizó el fracasado movimiento insurreccional de la «Asociación de Veteranos y Patriotas». Entre 1924 y 1928, Carpentier ocupó el puesto redactor en la revista Carteles. En 1926 asistió a un congreso de periodistas en México invitado por el gobierno de ese país y durante el cual conoció a Diego Rivera, con quien mantendría una larga amistad. Este periodo fue muy importante en la formación de su personalidad artística; llegó a conocer todos los barrios de La Habana y descubrir la arquitectura colonial y el ambiente de La Habana Vieja, elementos en que se ambientarán después muchos de sus ensayos y novelas. Sus obras y afirmaciones de entre los años 1920 y 1928 muestran que se implicó decididamente en el vanguardismo cubano, trabando amistad con sus figuras principales. Carpentier también amplió sus conocimientos musicales escuchando al compositor Amadeo Roldán. En 1927, se adhirió al Manifesto Minorista, firma por la cual sería encarcelado durante siete meses bajo acusaciones de profesar ideas comunistas. Durante ese tiempo en prisión redactó la primera versión de su novela ¡Ecué-Yamba-Ó!. Ya en libertad condicional, en marzo de 1928 acudió a un congreso de periodistas en La Habana en donde conoció al poeta francés Robert Desnos quien le ayudó a huir del régimen machadista, entregándole su pasaporte y sus acreditaciones y ayudándole a embarcarse en un buque con dirección a Francia. Vida en Francia Carpentier residió en Francia desde 1927 hasta 1939. El tiempo que pasó en ese país enriqueció su mundo y lo introdujo a nuevas técnicas literarias y funciones expresivas. Su llegada se produjo durante el boom del movimiento surrealista, cuyos miembros lo recibieron con los brazos abiertos. Se estableció en París y colaboró en diversas revistas locales y cubanas con poemas y artículos sobre música. Se unió a los círculos musicales de la ciudad, colaborando con el compositor francés Darius Milhaud, el brasileño Heitor Villa-Lobos y el cubano Alejandro García Caturla. Este grupo produjo una variedad de poemas, libretos y textos, como Poèmes des Antilles, nuevos cantos sobre textos de Alejo Carpentier con música de M.F. Gaillard. Carpentier también escribió la serie de artículos Ensayos convergentes en 1928. Con el apoyo de Desnos, Carpentier empezó a formar parte del movimiento surrealista que iba a influir en sus obras considerablemente. Sus dos primeros cuentos cortos, «El estudiante» y «El milagro del ascensor» siguen el estilo surrealista. Aunque sus obras más famosas fueron escritas en español, Carpentier también era capaz de escribir en francés. Por ejemplo, escribió el cuento «Histoire de Lunes» en francés y, dependiendo de su público, daba entrevistas en francés o en

español. Carpentier colaboró en la Révolution surréaliste y conoció a los poetas Louis Aragon, Tristan Tzara, Paul Eluard, y a los pintores Giorgio de Chirico, Yves Tanguy y Pablo Picasso. En 1933 terminó su primera novela ¡Ecué-Yamba-Ó! y salió de Francia por poco tiempo para Madrid. En 1936, después de la caída del régimen de Machado, hizo un viaje a Cuba. Regresó a París y no volvió a España hasta después de estallar la Guerra Civil Española. Carpentier pasó mucho de su tiempo en Francia, entre los años 1932-1939, trabajando en la radiodifusión francesa con efectos de sonidos y sincronización musical. Llegó a ser director de los Estudios Foniric donde dirigió la producción de programas de radio con las técnicas más modernas. Dirigió las grabaciones de poemas de Walt Whitman, Edgar Allan Poe, Langston Hughes, Louis Aragon, y otros. El tiempo transcurrido en ese país contribuyó a formar su identidad como escritor; según sus propias palabras: le «enseñó a ver texturas, aspectos de la vida americana que no había advertido». Comprendió que detrás de ese nativismo había algo más; lo que llamó los contextos: contexto telúrico y contexto épico político: «el que halle la relación entre ambos escribirá la novela americana». Al final de su tiempo en Francia, Carpentier confesó sentir «ardientemente el deseo de expresar el mundo americano». América se le presentaba como una enorme nebulosa, que él trataba de entender, porque tenía la oscura intuición de que su obra se iba a desarrollar aquí, que iba a ser profundamente americana. Viaje a Haití y México En 1943 viajó a Haití con su esposa Lilia Esteban y con el director teatral Louis Jouvet; fue un viaje de descubrimiento del mundo americano, de lo que llamó "lo real maravilloso". Producto de esta experiencia es la obra “El reino de este mundo” publicada en México en 1949. Después de su viaje a México en 1944 realizó importantes investigaciones musicales. Publicó "La música en Cuba" en México (1945). Vida en Venezuela Vivió autoexiliado en Caracas, Venezuela entre 1945-1959.3 Algunos críticos consideran esta etapa como la «más fecunda de su vida» donde plasma lo aprendido durante sus peripecias previas como estudioso, periodista, crítico musical y editor de cuentos. En marzo de 1948 terminó de escribir “El reino de este mundo” la cual sería publicada en México en la primavera de 1949. Esta obra representa la primera vez en más de 15 años que concluyó una novela. Müller-Bergh comparó “El reino de este mundo” con su opera prima, “¡Ecué-Yamba-Ó!”, y en su opinión se aprecia una notable madurez en la selección de los materiales narrativos y una mejora estilística. También en Caracas compuso íntegramente otras tres de sus grandes novelas: “Los pasos perdidos”, 1952, inspirada en la geografía venezolana; “El acoso”, 1956; y “El Siglo de las luces”, terminada en 1958 pero publicada cuatro años después. Además aprovechó la estancia en ese país para conocer mejor la naturaleza del continente americano. En 1947 viajó al interior del país, atravesando zonas deshabitadas hasta Ciudad Bolívar. A lo largo del trayecto llega a San Carlos de Río Negro, donde conoció algunas tribus originarias americanas. Como Carpentier contaría más tarde, este viaje fue el momento en cual surgió en él la primera idea de “Los pasos perdidos”. América es el único continente donde distintas edades coexisten. Con este libro ganó el premio de la crítica parisina al mejor libro extranjero.

La novela corta “El acoso”, publicada en 1956, presenta un episodio sangriento entre bandas de terroristas enemigas, inspirado por los acontecimientos de la época de desórdenes que siguió la caída del dictador Machado. “El Siglo de las luces” es inspirado en parte por un viaje que Carpentier hizo al Golfo de Santa Fe en la costa venezolana. Carpentier explicó que aunque la novela fue terminada en 1958, no se publicó hasta 1962 porque «necesitaba retoques y el cambio que se observaba en la vida y en la sociedad cubanas me resultó demasiado apasionante para que pudiera pensar en otra cosa». Carpentier cuenta que «el triunfo de la Revolución cubana me hizo pensar que había estado ausente de mi país demasiado tiempo». Hizo planes para regresar definitivamente a Cuba y vendió los derechos cinematográficos de Los pasos perdidos a un consorcio internacional. Durante su estancia en Venezuela, Carpentier también escribió la mayoría de sus cuentos, y algunos críticos arguyen que es muy posible que sus cuentos escritos en otros lugares, como «Los advertidos» y «El derecho de asilo», tienen como fuentes temas, anécdotas y personajes venezolanos. Carpentier también realizó una gran producción periodística en Venezuela, publicando cerca de dos mil artículos y crónicas sobre temas literarios y musicales en su columna «Letra y solfa» en el diario «El Nacional» entre 1950 y 1959. Además, Carpentier también publicó muchos otros artículos, ensayos y reportajes para el mismo diario, y para otras publicaciones venezolanas, cubanas, y de otros países. Carpentier también enseñó literatura en la Universidad Central de Venezuela y trabajó para la agencia de publicidad ARS de Caracas junto a intelectuales de la talla de Arturo Uslar Pietri. Literatura y vida después de El reino de este mundo Carpentier regresó a Cuba en 1959 donde volvió a residir en la capital. En 1962, llegó a ser el director ejecutivo de la Editorial Nacional de Cuba, órgano del gobierno revolucionario que organizó las exigencias editoriales del Ministerio de Educación, Consejo Nacional de Universidades (La Habana, Las Villas y Oriente), las ediciones de la Academia de Ciencias de Cuba, Editorial Juvenil, y el Consejo Nacional de Cultura, grupo que incluye la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), el Archivo Nacional, la Biblioteca Nacional, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el Instituto de Artes Cinematográficas Cubanas (ICAIC) y la Casa de las Américas. Carpentier también fue el vicepresidente del UNEA, hizo crítica literaria en la Gaceta de Cuba y colaboró en publicaciones extranjeras como Sur, Insula y Les Langues Modernes. El siglo de las luces fue publicado en México en 1962. Carpentier fue designado ministro consejero de la Embajada de Cuba en París. Publicó en París Literatura y conciencia política en América Latina que incluye los ensayos de Tientos y diferencias con excepción de La ciudad de las columnas. Carpentier también dirigió un programa cultural de Radio Habana en 1964, «La cultura en Cuba y el mundo», en el cual los temas principales eran la novela y la música en América Latina. Al final de 1964, publicó la colección de ensayos “Tientos y diferencias” en México. En 1965, Carpentier terminó el libro “El año 59”, la acción del libro se desarrolla en La Habana y es inspirada en la Revolución cubana. También escribió una obra teatral titulada “El aprendiz brujo”. En 1972 se editan en Barcelona “El derecho de asilo”, “Concierto barroco” y “El recurso del método”. Además, recibió un extenso homenaje en Cuba por su septuagésimo aniversario. Tres

años después la Universidad de La Habana le concedió el título de Doctor Honoris Causa en Lengua y Literatura Hispánicas y recibió el premio internacional Alfonso Reyes. Se le confirió el Premio Mundial "Cino del Duca", cuya dotación donó al Partido Comunista de Cuba. En 1976, le fue conferida la más alta distinción del Consejo Directivo de la Sociedad de Estudios Españoles e Hispanoamericanos de la Universidad de Kansas, el título de Honorary Fellow. Es electo diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba. En 1978 la más alta distinción literaria de España, el Premio Miguel de Cervantes, fue recibida por Carpentier de las manos del rey Juan Carlos. Donó al Partido Comunista la retribución material del premio. La Editorial Siglo XXI publicó "La consagración de la primavera" en 1979. “El arpa y la sombra” fue editada en México, España y Argentina. Recibió el Premio Medicis Extranjero por El arpa y la sombra –el más alto reconocimiento francés para escritores extranjeros. Estilo y temas Carpentier, ampliamente conocido por el estilo barroco de sus escritos y su teoría de "lo real maravilloso", tuvo entre sus obras más famosas “¡Écue-Yamba-O!”, “Alabado sea el Señor” (1933) sobre el folclore y mitología afrocubanos, “El reino de este mundo” (1949) y “Los pasos perdidos” (1953). En ¡Écue-Yamba-O!, tuvo una perspectiva más hacia la etnología. En esa obra, se presenta el tema de la cultura afro-cubana. Se critica la política de la dependencia de Cuba bajo los Estados Unidos, y las fotos en el libro hacen que la obra se vea como antropológica y no pura ficción. Hay algunas teorías que afirman que la colección de imágenes (no de humanos) refleja la influencia surrealista en Carpentier así como una vista de la cultura. En el prólogo de “El reino de este mundo”, una novela sobre la Revolución haitiana, describió su visión de "lo real maravilloso" o lo maravilloso real, que algunos críticos interpretan como sinónimo del Realismo mágico, aunque otros disienten a este respecto, contrastándolo a consideraciones de escritores como Miguel Ángel Asturias o Gabriel García Márquez. Como la música era muy importante para Carpentier, tiene sentido que la haya utilizado en sus libros. Por ejemplo, para dar ritmo y musicalidad al texto de El reino de este mundo, enfocado en lo afro-cubano, Carpentier utiliza el idioma creole. Encontramos este recurso cerca de dos escenas muy importantes en el libro. Aunque los escritos de Carpentier no sean biográficos, se puede observar claramente en sus obras las influencias de los eventos de su vida. Además se pueden intuir sus puntos de vista y opiniones a través de sus personajes y argumentos. En Los pasos perdidos, el protagonista nos lleva en un viaje por la selva, un adentramiento iniciático cuya meta es encontrar el origen de la música en viejos instrumentos y formas de habla. En la selva escuchamos todos los sonidos de la naturaleza a medida que el personaje se integra paulatinamente a este mundo, y se relaciona con los habitantes, aunque finalmente esta integración resulta bastante superficial. Muchos de los temas en las obras de Carpentier se ubican alrededor del mestizaje cultural, lo que es un aspecto esencial en su representación del ser latinoamericano. En sus obras tempranas, Carpentier escribió mucho sobre los negros y la experiencia del hombre en relación al cosmos. Tuvo un gran interés en la cultura y la música afro-cubanas, lo que se advierte con claridad en sus obras. Incluso en su cuento Histoire de Lunes, que fue escrito en francés, aparece el tema de la cultura afro-cubana. El hombre blanco, aunque aparece en las obras de Carpentier

con poca frecuencia, representa cuatro instituciones opresivas en América latina: la cárcel, la iglesia, la esclavitud y el imperialismo extranjero. A través de este estilo se explican los ritmos africanos en la poesía de Carpentier. El viaje también es muy importante en las obras de Carpentier. En todas sus obras existen personajes que realizan un viaje o están en movimiento, lo que quizás es resultado de la vida viajera de Carpentier. Lo real maravilloso. La idea de lo real maravilloso fue introducida en un artículo publicado en el periódico "El Nacional" en 1948. Al año siguiente apareció en la introducción de “El Reino de Este Mundo”. Todavía hay desacuerdos entre quienes estudian literatura sobre cuál es exactamente la diferencia entre lo real maravilloso y el realismo mágico, si es que hay alguna diferencia. Carpentier describió lo real maravilloso en su introducción: "Pisaba yo una tierra donde millares de hombres ansiosos de libertad creyeron en los poderes licantrópicos de Mackandal, a punto de que esa de colectiva produjera un milagro el día de su ejecución. A cada paso hallaba lo real maravilloso". Al fin de la introducción Carpentier planteó una pregunta a los futuros lectores: "¿Pero qué es la historia de América toda sino una crónica de lo real-maravilloso?" Así aisló su concepto a algo exclusivamente latinoamericano y no nacional. En El reino de este mundo, lo real maravilloso forma una perspectiva más de la historia- no es necesariamente una ficción. Añadió más descripción en su libro “América, la imagen de una conjunción”: "Lo real maravilloso es eso, , una revelación privilegiada, una iluminación inhabitual, una fe creadora de cuanto necesitamos para vivir en libertad; una búsqueda, una tarea de otras dimensiones de la realidad, sueño y ejecución, ocurrencia y presencia". El "realismo mágico" es un término acuñado por el crítico de arte alemán Franz Roh en su ensayo de 1925 Post expresionismo: los problemas de la nueva pintura europea, publicado en la Revista de Occidente de Ortega y Gasset y tras un cierto debate aplicado a las producciones de literarias hispanoamericanas. (El reino de este mundo fue publicado por primera vez en 1949). Juan Barroso VIII definió así al realismo mágico: "...la combinación de temas que reflejan la realidad dentro de una exactitud y hondura detallista con técnicas que aunque rompen con las leyes dentro de la unidad total de la obra". Lo real maravilloso tiene que verse como el producto de su relación con el surrealismo, así como del contacto con la realidad latinoamericana. Con esta expresión Carpentier quiso diferenciar la realidad surrealista latinoamericana de la creada en el Viejo Continente; es decir que lo que para el surrealismo tenía que ser producto de una creación literaria, para el latinoamericano se convertía en "el pan nuestro de cada día", que podía ser tocado diariamente en cualquier lugar. El elemento importante en lo real maravilloso de Carpentier es el milagro de la cotidianidad americana visto sin la necesidad de creer en algo más, como no sea la propia maravilla de la creación que a diario se vive en Latinoamérica. Legado Las obras de Carpentier han tenido un impacto en el mundo literario y cultural. Aunque muchas de sus obras han añadido a su estatura, la recepción crítica de su obra nos dice que el género de la literatura Latino Americana ha sido ampliado. Carpentier intenta cambiar el enfoque de la experiencia Latino Americana con nuevas perspectivas, e incluye su propia experiencia de su fondo cultural complejo.

Se dice que Carpentier ofrece una nueva perspectiva en el pasado colonial de América Latina. El mundo novelístico de Carpentier ha creado un universo en cual “los mismos problemas se repiten con insistencia, siempre dentro de distintas situaciones, siempre en tiempos diferentes, siempre en escenarios mudables”. Sus obras han creado el concepto del hombre que es siempre lo mismo para el novelista y el tiempo es una mera ilusión en un universo en el cual los hombres viven en un tiempo sin tiempo. Los personajes que Carpentier crea son “personajes de hoy pero también de ayer y seguramente de mañana” que participan en revoluciones de ayer que también podrían ser las revoluciones de mañana, y en sus obras podemos ver la presentación de temas históricos y personales más variados a través de la superposición de planos en lo individual y en lo social. Esta visión del tiempo y la historia es una de las influencias más claves que Carpentier ha tenido sobre la literatura latinoamericana. La descripción de la cultura de Occidente es también una de las características predominantes en la obra del autor que ha influido en la escritura después de sus publicaciones. Su influencia es evidente en autores de toda América como el chileno José Donoso y su El obsceno pájaro de la noche, el mexicano Fernando Del Paso y su novela Noticias del Imperio, el colombiano Germán Espinosa y La tejedora de coronas, así como en los novelistas cubanos contemporáneos Leonardo Padura y su La novela de mi vida y Fernando Velázquez Medina en su obra Última rumba en La Habana. Anualmente se celebra el Premio de Novela, Cuento y Ensayo Alejo Carpentier. El premio se instituyó en 1999, y su acto de premiación formó parte del Programa General de la IX Feria Internacional del Libro de La Habana. El anuncio público de los galardonados siempre tiene lugar el 26 de diciembre, fecha en que se celebra el natalicio del insigne escritor cubano. Obras y premios Música Aunque Carpentier fue primordialmente conocido como autor, es también musicólogo. La música era un elemento muy presente en su familia; su abuela era pianista, su madre tocaba el piano y su padre fue violonchelista. Carpentier estudió teoría musical en el Liceo Jason de Sailly de París y en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana; era pianista. Durante su tiempo en Francia, Carpentier entró en los círculos musicales parisienses y colaboró con bastantes compositores, resultando en la producción de los poemas, libretos y textos de varias obras musicales:  Yamba-Ó, tragedia burlesca, música de M.F. Gaillard, estrenada en el Théâtre Beriza, París, 1928.  Poèmes des Antilles, neuf chants sur les texts de Alejo Carpentier, música de M.F. Gaillard, Edition Martine, París, 1929.  Blue, Poema, música de M.F. Gaillard, Edition Martine, París.  La Passion Noire, cantata para diez solistas, coro mixto y altoparlantes, música de M.F. Gaillard, estrenada en París, julio de 1932.  Dos poemas afrocubanos, Mari-Sabel y Juego Santo, para voz y piano, música de A.G. Caturla, Edition Maurice Senart, París, 1929. Novelas  ¡Écue-Yamba-O! (1933)  El reino de este mundo (1949)  Los pasos perdidos (1953)

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El siglo de las luces (1962) Concierto barroco (1974) El recurso del método (1974) La consagración de la primavera (1978) El arpa y la sombra (1979)

Cuentos  Guerra del tiempo (1956): "Viaje a la semilla", "Semejante a la noche" y "El camino de Santiago".  El acoso (1958)  "Otros relatos" (1984, en Obras completas, tomo 3): "Oficio de tinieblas", "Los fugitivos", "Los advertidos", "Derecho de asilo". Ensayos                

La música en Cuba (1946) Tristán e Isolda en tierra firme (1949) Tientos y diferencias (1964) Literatura y conciencia en América Latina (1969) La ciudad de las columnas (1970) América Latina en su música (1975) Letra y solfa (1975) Razón de ser (1976) Afirmación literaria americanista (1979) Bajo el signo de Cibeles. Crónicas sobre España y los españoles (1979) El adjetivo y sus arrugas (1980) El músico que llevo dentro (1980) La novela latinoamericana en vísperas de un nuevo siglo y otros ensayos (1981) Conferencias (1987) Libreto de Ópera Manita en el suelo, música de Alejandro García Caturla.

Filmografía  Cortázar: Apuntes para un documental, dirección de Eduardo Montes Bradley, Argentina, 2001 (Participación testimonial).  El recurso del método, dirección de Miguel Littín, México, Cuba, Francia, 1978, adaptación de su novela homónima (1974). Premios  En 1956 gana el Prix du Meilleur Livre Etranger por su novela Los pasos perdidos (Francia)  En 1975 recibe un Doctorado Honoris Causa por la Universidad de La Habana (Cuba)  En 1975 recibe el Premio Internacional Alfonso Reyes (México)  Es hecho Miembro Honorario de la University of Kansas (Estados Unidos)  Recibe el Premio Mundial Cino del Duca (Francia)  En 1977 recibe el Premio Cervantes (España)  En 1979 recibe el Premio Medicis Extranjero (Francia)

Juan Rulfo (Acapulco, Jalisco, 16 de mayo de 1917 - Ciudad de México, 7 de enero de 1986), fue un escritor, guionista y fotógrafo mexicano, perteneciente a la generación del 52. La reputación de Rulfo se asienta en dos libros: “El Llano en llamas”, compuesto de diecisiete relatos y publicado en 1953, y la novela “Pedro Páramo”, publicada en 1955. Fue uno de los grandes escritores latinoamericanos del siglo XX. En sus obras se presenta una combinación de realidad y fantasía cuya acción se desarrolla en escenarios mexicanos. Sus personajes representan y reflejan el tipismo del lugar con sus grandes problemáticas socio-culturales entretejidas con el mundo fantástico. La obra de Rulfo, y sobre todo Pedro Páramo, es el parteaguas de la literatura mexicana que marca el fin de la novela revolucionaria, lo que permitió las experimentaciones narrativas, como es el caso de la generación del medio siglo en México o los escritores pertenecientes al boom latinoamericano. Primeros años Huérfano de padre a los siete años, cuatro años después falleció su madre. En 1929, se trasladó a San Gabriel y vivió con su abuela y posteriormente en el orfanatorio Luis Silva — actualmente Instituto Luis Silva— en la ciudad de Guadalajara. En 1924 inició sus estudios de primaria. En 1933 intentó ingresar a la Universidad de Guadalajara, pero al estar en huelga, optó por trasladarse a la Ciudad de México. Asistió de oyente al Colegio de San Ildefonso. En 1934 comenzó a escribir sus trabajos literarios y a colaborar en la revista América. A partir de 1938 viajó por algunas regiones del país en comisiones de servicio de la Secretaría de Gobernación y comenzó a publicar sus cuentos más relevantes en revistas literarias. A partir de 1946 se dedicó también a la labor fotográfica, en la que realizó notables composiciones. Trabajó para la compañía Goodrich-Euzkadi de 1946 a 1952 como agente viajero. En 1947 se casó con Clara Angelina Aparicio Reyes, con quien tuvo cuatro hijos (Claudia Berenice, Juan Francisco, Juan Pablo y Juan Carlos). De 1954 a 1957 fue colaborador de la Comisión del Papaloapan y editor en el Instituto Nacional Indigenista en la Ciudad de México. Obra literaria En 1930 participó en la revista México. En 1945, publicó, para la revista Pan en Guadalajara los cuentos: La vida no es muy seria en sus cosas, Nos han dado la tierra así como en Macario. Establecido en la Ciudad de México en 1946 se publicó el cuento Macario en la revista América. En 1948, se publicó La cuesta de las comadres y en 1950 Talpa y El Llano en llamas. En 1951 la revista América publicó el cuento ¡Diles que no me maten! y en 1953 el Fondo de Cultura Económica integró El Llano en llamas (al que pertenece el cuento Nos han dado la tierra) en la colección Letras Mexicanas. En 1955 se publicó Pedro Páramo. Las pocas obras de Juan Rulfo, aunque constan sólo de dos libros, le valió reconocimiento en todo el mundo de habla española, en el que se concretó en premios tan importantes como el Nacional de Letras (1970) y el Príncipe de Asturias de España (1983); fue traducida a numerosos idiomas. En 1953 apareció el primero de ellos, El llano en llamas, que incluía diecisiete narraciones (algunas de ellas situadas en la mítica Cómala), que son verdaderas obras maestras de la producción cuentista. En 1955, sale a la luz Pedro Páramo, la primera

y única novela que escribió Juan Rulfo, el acontecimiento señala el final de un lento proceso que ha ocupado al escritor durante años y que demuestra toda la riqueza y diversidad de su formación literaria. Una formación que ha asimilado deliberadamente las más diversas literaturas extranjeras, desde los modernos autores escandinavos, hasta las producciones rusas o estadounidenses. Entre 1956 y 1958 escribió su segunda novela, El gallo de oro, que no fue publicada sino hasta 1980. El tío Celerino Después de haber concluido sus dos novelas, Rulfo abandonó la escritura de libros. En marzo de 1974, durante un diálogo estudiantil en la Universidad Central de Venezuela, Rulfo justificó ese abandono con la muerte de su tío Celerino, quien "le platicaba todo". El tío Celerino existió realmente y, con él, Rulfo recorrió muchos pueblos y escuchó sus historias, las cuales eran consideradas como fantasiosas. El escritor Enrique Vila-Matas, en su libro Bartleby y compañía, describe esta justificación como una de las más creativas que haya conocido.8 Para el escritor César Leante, Rulfo quiso evitar la repetición de evocar la crueldad y el dolor expresados en El Llano en llamas y Pedro Páramo. La esencia de la explicación de Leante se asemeja a la declaración de Rulfo acerca de que, al escribir Pedro Páramo, pensaba frecuentemente en salir de la ansiedad, porque la escritura llevaba al sufrimiento. Guionista de cine En 1956, el director de cine Emilio "el Indio" Fernández le solicitó guiones para cine, Rulfo en colaboración con Juan José Arreola realizó algunos de ellos. Muchos de sus textos han sido base de producciones cinematográficas. En 1960 se produjo la película El despojo basada en una idea de Rulfo. En 1964 El gallo de oro dirigida por Roberto Gavaldón y adaptada al cine por Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez. La película El Rincón de las Vírgenes dirigida por Alberto Isaac en 1972, es una adaptación de los cuentos Anacleto Morones y "El día del derrumbe" incluidos en El Llano en llamas. Reconocimientos y premios Fue un incansable viajero y participó de varios congresos y encuentros internacionales, y obtuvo varios premios. Recibió el Premio Xavier Villaurrutia en 1956 por su novela Pedro Páramo. Fue ganador del Premio Nacional de Literatura por el gobierno federal de México en 1970.13 En 1974 viajó a Europa para participar en el Congreso de Estudiantes de la Universidad de Varsovia. Fue invitado a integrarse a la comitiva presidencial viajando por Alemania, Checoslovaquia, Austria y Francia. El 9 de julio de 1976, fue elegido miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, tomó posesión de la silla XXXV el 25 de septiembre de 1980.4 Rulfo ganó el Premio Príncipe de Asturias de España en 1983. Pedro Páramo Durante mucho tiempo Rulfo tuvo una única novela publicada, Pedro Páramo. Esta obra tuvo una larga gestación. Rulfo sostuvo que concibió la primera idea de la novela antes de cumplir los treinta años, y ya en dos cartas dirigidas en 1947 a su novia Clara Aparicio se refiere a esta obra bajo el nombre de Una estrella junto a la luna, diciendo que le daba algún trabajo. Posteriormente, también declaró que los cuentos de El Llano en llamas fueron en

parte una manera de aproximarse a su novela. En la última etapa de la escritura de ésta cambia el nombre en Los murmullos, un título que muestra una aparente inspiración de la novela Las palmeras salvajes , If I Forget Thee, Jerusalem de William Faulkner, aunque él siempre reconoció la influencia de la literatura irlandesa y en particular de la novela Gente independiente, de Halldór Laxness, islandés. Gracias a una beca del Centro Mexicano de Escritores puede concluirla entre 1953 y 1954. En este último año tres revistas publican adelantos de la novela y en 1955 aparece como libro. La edición fue de dos mil ejemplares, de los cuales solamente se vendieron la mitad, el resto fueron obsequiados. La novela fue traducida a varios idiomas: alemán, sueco, inglés, francés, italiano, polaco, noruego, finlandés. Algunos críticos advierten de inmediato que se trata de una obra maestra, aunque no faltaron lectores habituados a los esquemas novelísticos del siglo XIX que se desorientan frente a su innovadora estructura, reaccionando con desconcierto. Pero los estudios más recientes al respecto, como La recepción inicial de Pedro Páramo, de Jorge Cepeda, han puesto en claro, que desde el principio, el reconocimiento a esta obra, dentro y fuera de México, ha sido ininterrumpido y creciente. Los estudios dedicados a Pedro Páramo son muy numerosos y se incrementan cada año. Pedro Páramo fue muy estimada por autores como Jorge Luis Borges, quien dijo: Pedro Páramo es una de las mejores novelas de las literaturas de lengua hispánica, y aun de toda la literatura. Gabriel García Márquez escribió, al recordar su primera lectura de la novela: ... Álvaro Mutis subió a grandes zancadas los siete pisos de mi casa con un paquete de libros, separó del montón el más pequeño y corto, y me dijo muerto de risa: ¡Lea esa vaina, carajo, para que aprenda! Era Pedro Páramo. Aquella noche no pude dormir mientras no terminé la segunda lectura. Nunca, desde la noche tremenda en que leí la Metamorfosis de Kafka en una lúgubre pensión de estudiantes de Bogotá —casi diez años atrás— había sufrido una conmoción semejante. Y Susan Sontag también: La novela de Rulfo no es sólo una de las obras maestras de la literatura mundial del siglo XX, sino uno de los libros más influyentes de este mismo siglo. El gallo de oro El gallo de oro es la segunda novela de Juan Rulfo. A pesar de haber sido escrita entre 1956 y 1958, recién fue publicada en 1980 y en una edición descuidada; la edición de 2010 corrige muchos errores. Existen traducciones al alemán, italiano, francés y portugués. Por el año de 1980 se publica la obra llamada El gallo de oro y que se le reconocía como el regreso tan esperado de Juan Rulfo. Pero no pasó nada ni causo impacto. Aquella obra, que se anunció como -argumento inédito para una película -, el cual pasó desapercibido tanto así que aún para todos nosotros, algunos 30 años después -El Gallo de Oro- parece una excentricidad que un texto independiente. La historia parece un cuento extendido o una novela corta con la intención de jugar con la experimentación de imágenes de filmes escritas en palabras. Lo que es el menor de los libros de Juan Rulfo podría ser la mejor obra de cualquiera por así decirse o citarlo.

Cuatro películas se basaron en esta novela:

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El gallo de oro (1964), de Roberto Gavaldón. El imperio de la fortuna (1986), dirigida por Arturo Ripstein. La fórmula secreta (1964), de Rubén Gámez. El despojo (1960), cortometraje de Antonio Reynoso. En Colombia, El gallo de oro fue llevada a la televisión en una adaptación en formato telenovela por la productora RTI en 1982, protagonizada por Frank Ramírez y Amparo Grisales.

Obras       

Un pedazo de noche, único fragmento que quedó de la novela El Hijo del desaliento La vida no es muy seria en sus cosas (cuento) (1945) El Llano en llamas, (1953). Pedro Páramo, (1955). El gallo de oro (1980) Talpa (cuento) Póstumo: Tríptico para Juan Rulfo: Poesía/Fotografía/Crítica (Colección de sus fotografías, su poesía, y varios artículos sobre estos temas), coordinado por Víctor Jiménez, Alberto Vital, y Jorge Zepeda (México: Editorial RM, 2006) 530 págs.