El Arte Como Apariencia

“El arte como apariencia” de Platón “El arte como imitación” de Aristóteles Andrea Belén Celi El arte ha venido a transf

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“El arte como apariencia” de Platón “El arte como imitación” de Aristóteles Andrea Belén Celi El arte ha venido a transformar a la humanidad de una manera positiva. Según Arnold Hauser, las obras de arte son provocaciones con las cuales polemizamos pero que no nos explicamos. Las interpretamos de acuerdo con nuestras propias finalidades y aspiraciones, les trasladamos un sentido cuyo origen está en nuestras formas de vida y hábitos mentales. Aristóteles fue discípulo de Platón y permaneció en su Academia durante veinte años, recibiendo indudablemente su influencia. Sus doctrinas tuvieron coincidencias pero también divergencias, las cuales si se llegaran a conciliar podrían complementarse adecuadamente para constituir una síntesis superior a ambas doctrinas separadas. Tanto Platón como Aristóteles plantean que las manifestaciones artísticas son imitaciones de la realidad y que en ellas no podemos hablar de verdad. “Bien lejos de lo verdadero está el arte imitativo”, dice Platón. Su postura va a ser más extrema al considerar que el arte es desfavorable para la mente humana. Para Platón el arte es una imitación, el artista copia lo que percibe que a la vez es una imitación de la Forma verdadera. De manera que un artista está alejado dos veces de la Verdad. Platón valoraba las obras artísticas del hombre, como las pinturas y las esculturas, pero su interés por la Verdad lo llevaba a menospreciar el trabajo artístico; señalaba que un pintor se limita a ver nada más que lo que percibe desde un solo punto de vista, el de él, que está lejos de lo Verdadero. Platón concentra su crítica en Homero y a partir de él analiza el arte en general, la poesía, la pintura en particular. Identifica tres tipos de objeto: el que existe en la naturaleza, fabricado por Dios; otro hecho por el hombre; y el otro que imita lo producido por el anterior. En la práctica, y siguiendo con el ejemplo que él toma, dice: la cama existe en el mundo de las ideas, otra la que hace el carpintero y otra la que hace el pintor. Por lo tanto, el artista es un imitador y por extensión, también lo es el autor de tragedias. El autor plantea que por medio del arte se puede engañar a niños y hombres necios, debido a que el pintor, por ejemplo, puede no entender o no importarle lo que pinta, pero su imitación podrá crear la ilusión de que su dibujo es real. Por esto, el autor explica que el buen poeta debe conocer sobre el objeto que escribe y quién no conoce la verdad será fácilmente engañado. El conocimiento tiene un peso fundamental en su concepción del arte ya que considera que si el artista tuviera entendimiento de aquellos objetos que imita, buscaría trabajar más en ellos que en su imitación. A pesar de este concepto sobre el arte, Platón veía con buenos ojos que el Estado diera lugar al arte no solo para educar sino también para el sano esparcimiento.

Una obra artística revela la imaginación creadora de un artista, en cuanto a que es imitación de la Verdad, para conmover emocionalmente al público.En este sentido afirmaba que hay que tener cuidado porque las emociones del hombre pueden ser beneficiosas pero también dañinas. Esta concepción de Platón sobre el carácter imitativo del arte, evoca los dichos de Mozart, quien afirmaba no tener la necesidad de hacer ningún esfuerzo para crear su música porque podía captar la totalidad de la obra, en un solo instante como si en su momento creativo estuviera fuera del tiempo. Beethoven era sordo, discapacidad que a un compositor, se puede suponer, debería inhabilitarlo para crear música, sin embargo, sin poder escuchar absolutamente nada, pudo componer sus mejores obras. Decía que las escuchaba en su mente. Sin embargo, Platón reconocía que el arte ocupaba un lugar singular en la actividad del hombre que según su punto de vista no se tenía que reducir a la contemplación estética sino que debería estar al servicio de la educación y la moral. Platón no acepta de ningún modo la opinión de la gente común de que el objetivo del arte sea proporcionar placer, sin por eso querer desdeñar complacerse con la satisfacción que produce. Sostiene que todo arte imitativo realiza sus trabajos a gran distancia de la verdad y que trata con la parte que se aleja de la razón y ello no tiene ningún fin sano ni verdadero. Entonces, los sentimientos y emociones, tal como sostiene Platón, ¿deberían ser reprimidos y sólo permitirles salir a la luz cuando el hombre esté en soledad y no se avergüence de ellos? En la actualidad, esta postura no podría ser considerada ya que el arte es uno de los canales más importantes de expresión y tampoco podríamos tomar la idea de que sea vil como lo dice el autor. Es cierto que el arte, en parte, intenta imitar la realidad (aunque no siempre lo logra) pero una vez que la obra está terminada se separa del objeto imitado y cobra importancia por sí misma. Para Aristóteles la estética o belleza no se relaciona con lo que es agradable a los sentidos, porque es objeto de contemplación y no de deseo. Lo que es bello agrada porque es bueno, quiere decir que lo bello es lo bueno, aunque lo bueno también implica movimiento y no solamente lo estático. Las formas principales de la belleza son la simetría, el tamaño, el orden y la delimitación. El arte siempre produce algo, imita y completa a la naturaleza. Al igual que Platón, Aristóteles propone que la esencia de las bellas artes es la imitación imaginaria del mundo real, pero para Aristóteles éstas no son copia de otra copia, según propone Platón que cree que la idea de lo real es trascendente y las cosas son ilusorias, sino copia de las cosas reales. Para Aristóteles, un artista trata de descubrir el elemento universal de las cosas; también habla de imitación y reproducción con respecto al arte, pero lo resta la concepción de vil y engaño como lo trata Platón. Se centra más que nada en las diferentes maneras que tiene de expresarse. Define y diferencia al drama, la comedia, la tragedia y la epopeya. La comedia propone reproducir por imitación a los hombres

peores que los normales y la tragedia a mejores. Al drama lo define como el arte que imita a los hombres de acción; la comedia como la reproducción imitativa de hombres viles o malos, en especial aquella maldad fea que es la que corresponde a lo ridículo. Aristóteles le atribuye dos causas al origen de la poesía. La primera de ellas es que desde niños le resulta natural al ser humano imitar (así se diferencia de los animales). La segunda causa es que todos se complacen en las reproducciones imitativas. El autor habla sobre el placer frente a la contemplación de semejanzas porque a través de ella se aprende y razona sobre qué es cada cosa. Este placer frente a la imitación es una diferencia fundamental con Platón ya que él planteaba que la poesía era dañina para el hombre y podía engañar. Estas dos posturas parecen plantear lo mismo en un principio pero claramente se diferencian luego. De acuerdo a nuestra concepción del arte hoy nos acercamos más bien a la idea de Aristóteles de placer frente a la contemplación y nos alejamos en igual proporción del punto de vista de Platón. A pesar de este concepto sobre el arte, Platón veía con buenos ojos que el Estado diera lugar al arte no solo para educar sino también para el sano esparcimiento. Un buen crítico sería, para este filósofo, aquel que tiene conocimiento de la Verdad para poder evaluar con justicia si esa imitación es fiel a ella, más que prestar atención a la calidad de su ejecución, o a los sonidos. Una obra artística revela la imaginación creadora de un artista, en cuanto a que es imitación de la Verdad, para conmover emocionalmente al público. En el estado ideal Platón propone un estricto control y una censura rigurosa del arte en cuanto se refiere a las expresiones que no tengan en cuenta los valores morales. Si el arte no es fiel reflejo de la Forma verdadera para Platón no vale nada porque no sirve a los efectos de la educación. Para Sócrates tiene más valor la poesía que la historia, porque la historia se caracteriza por su singularidad, a través de hechos que le ocurren a alguien en particular que se destaca en un momento dado, en tanto que la poesía se refiere a los universales, pero no abstractos como los que trata la filosofía. La música la considera el arte más imitativa de todas las demás, un juguete para los mayores, según él; pero ayuda a formar el carácter, mientras que el arte de la pintura expresa el modo de pensar o la moralidad de cada época. Aristóteles decía que para el hombre, es un goce imitar a la naturaleza y el hombre se puede llegar a complacer en ver representaciones de realidades penosas, pero este placer puede deberse al hecho de verse identificado con ellas o bien de ver representado en la ficción a alguien que conocemos. El arte imita a la naturaleza. Polémica, controversia a lo largo de siglos. Énfasis en detallar las relaciones humanas hasta la definición científica, aséptica. Ya no se

plantean los problemas en estos términos. Pero sin volver sobre el pasado, la cuestión aún no está resuelta, más bien abandonada, sin respuesta posible hasta ahora, o más bien reubicada en otros campos de nuestros saberes. El arte, medio por el que se nos conoce una cierta capacidad de reproducir lo que vemos, oímos o sentimos de algún modo, en un principio debería retomar parte del debate que le correspondió durante siglos, en cualquier cultura. La mímesis de la naturaleza, el sentido por el cual los humanos repetimos los esquemas dados desde nuestro entorno parece inspirar la obra de arte ya sea figurativa o abstracta. Pero en esta afirmación subyace una pregunta fundamental:¿Qué estructuras, qué esquemas? De lo que hablamos cuando hacemos lo que llamamos arte es indudablemente de nosotros. La naturaleza de la que hablamos es de la nuestra, de cómo somos capaces de aplicar, no extraer, unos esquemas definidos en nuestra mente, en nuestra organización social, cultural, histórica y psicológica sobre el entorno. Es así porque nuestra mayor capacidad no es la de imitar lo que nos rodea, sino la de alterarlo, de abrir una brecha en lo circundante donde quepan nuestras propuestas. Es el término creador (como sinónimo de artista) el que delata las intenciones de ocupar una posición privilegiada en este lugar que habitamos, el sentido unívoco y suplantador de un supuesto constructor del cosmos. La creación artística es una característica de los seres humanos que nos define y distingue. Somos creadores de formas (reales o imaginarias) que expresan nuestros sentimientos y cómo vemos el mundo, nuestras vivencias más profundas. La expresión de ideas y sentimientos se hace patente desde la prehistoria con una gran fuerza, una fuerza que revele todo lo que hay en el interior de nuestros semejantes más remotos. Bibliografía “Sócrates y Platón”, Colección Grandes Pensadores, Ed. Planeta DeAgostini S.A., España, 2007. El arte como ilusión, Gombrinch es.wikipedia.org/wiki/Platón, Aristóteles Sistemas sociales y filosofía, de Mario Bunge revista de filosofía; dialéctica