El Abogado Del Marciano - Marcelo Birmajer

El Abogado del Marciano – Marcelo Birmajer Pels, un habitante de Marte llega a la Tierra e intenta transmitir un mensaj

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El Abogado del Marciano – Marcelo Birmajer

Pels, un habitante de Marte llega a la Tierra e intenta transmitir un mensaje telepático a un hombre que bucea en el Río de la Plata, lo retiene tanto bajo el agua que el hombre muere y el marciano, sale del agua con un cuerpo e inmediatamente es acusado de homicidio y puesto en prisión. El extraterrestre no puede dimensionar lo que ha hecho y un abogado nombrado de oficio, recién recibido y sin más destino que el trabajar en el buffet familiar en casos que no le interesan, se hará cargo de la defensa de Pels y tendrá que justificar ante la ley las razones del accionar del visitante rojo y con antenas en la nuca. Pestarini, se recibió de abogado en el año 1996, el día de los festejos el Profesor Broder lo llamó aparte y le preguntó porque no demostraba su felicidad. El admiraba al Profesor por su sabiduría y comprensión. Le confesó que estaba triste porque debía iniciar su actividad profesional atendiendo los casos que siempre llevó la familia, divorcios y juicios laborales. Pese a esto, sentía que no podía rechazar el ofrecimiento de su abuelo para que no se sintiera mal. Entonces el Profesor Broder le sugirió que aceptara un caso antes de que su abuelo se lo ofrezca, de esa manera no le diría que no cuando le ofreciera un caso. En ese momento Broder comenzaría a hacer las gestiones para que lo designaran abogado de Pels. Su padre no terminó la carrera de abogacía para dedicarse a la importación de teléfonos celulares. En momentos que cursaba el tercer año de la carrera de abogacía invirtió todo el dinero que le daba su abuelo en las carreras de caballo, apostó todo a Lunático Viejo, lo que ganó le alcanzó para montar el negocio con un amigo. Eso no fue lo único que tenía que reprocharle el abuelo al padre, también el hecho de ser mujeriego. En síntesis, su padre abandonó la casa, su abuelo lo desheredó y su madre en apoyo a él decidió abandonar también la casa pero las súplicas hicieron que aceptara quedarse. El abuelo le dio 1000 dólares, se alojó en un hotel. Cuando se inscribió en el registro, el conserje le preguntó si era de la familia de los abogados Pestarini y recordó un juicio que le ganaron defendiendo a una mucama que fue echada por tirar un pantalón a un inodoro. Una vez instalado en la habitación se puso a mirar televisión. Al otro día, desayunó y se preparó para enfrentar un nuevo día. Un enjambre de periodistas esperaban para fotografiarlo, alguien había comunicado su estadía en el hotel. Lo acosaron a preguntas, en forma astuta les pidió que pasaran al vestíbulo para realizar una conferencia de prensa. Como el conserje no se quejó de su decisión se dio cuenta que él había sido quien avisó sobre su presencia en el mismo. Los periodistas se acomodaron en el vestíbulo y le pidió al conserje que les sirviera un café. Rápidamente salió a la calle, tomó un taxi y huyó. El Prof. Broder lo esperaba en la puerta de la cárcel de Caseros, juntos fueron a la celda de Pels. El le narró detalladamente lo sucedido. Pestarini lo interrumpió ansioso de hacerle una pregunta, ¿ud. Quiso matar a ese hombre? Pels contestó que no tenía motivos para matarlo. Broder lo esperó a la salida de la cárcel, y antes de despedirse le avisó que pronto tendría la audiencia oral y pública, lo dejó solo para que lleve adelante la causa. Regresó al hotel y lo estaba esperando su padre, se acercó el conserje y le preguntó que deseaban, el padre contestó dos whiskeys pero Pestarini prefirió tomar un agua tónica. La mucama le trae la bebida, en el bolsillo del delantal tenía bordado su nombre Maite. Su padre la miró con detenimiento y él le llamo la atención. Bebió su whisky, se levantó y le dijo al conserje que deje un vaso de whisky

lleno sobre la mesa hasta que su hijo decidiera tomarlo amenazándolo con un nuevo juicio. Al retirarse trató de convencer al conserje que retirara el vaso que nadie le iba a hacer nada, pero prefirió dejarlo hasta que retirara la amenaza. Trató de convencer al conserje que no debía temerles sino que podían ser amigos, con un apretón de manos trataron de sellar el comienzo de una amistad. Fue a su habitación y se tiró en la cama. En ese momento, salió debajo de la cama un gnomo y se asustó. Se encendió la luz del velador y vió a un hombre con un guardapolvo blanco pidiéndole silencio. En voz baja le dijo que era el Profesor Jeremía Raffo. Respondió en forma instantánea golpeándolo con fuerza en la cara. El Profesor entendió la reacción por su sorpresiva aparición, explicándole que desde hace años se encuentra tras un marciano, investigando. Todo lo que quería era hablar una vez con el marciano, era lo que más anhelaba desde su niñez. Le propuso que lo nombre su asistente para poder verlo. En ese momento, lo sacó de su habitación y el enano se retiró gritándole que lo que buscaba el marciano era el alma humana. Los días previos a su primera audiencia se la pasó leyendo causas donde una persona matara a otra sin querer. En el juicio Pels desató un gran escándalo, se paró en medio de la audiencia, se dio vuelta los párpados y comenzó a gritar: Terrícolas estoy recibiendo un Mensaje Telepático de mi planeta. Mis amigos dicen que si no me sueltan van a invadir la tierra. El juez se inquietó y le preguntó si estaba amenazando al Tribunal, a lo que Pels reconoció que había hecho una broma. Pestarini trató de convencer al Juez informando que el marciano no conocía la importancia que tiene un magistrado. Hasta que por fin lograron que Pels se sentara. Comenzó el interrogatorio tratando de averiguar el fiscal porqué había matado al Sr. Puriccelli, Pels sostenía que él no había matado a nadie sino que trató de transmitir un mensaje. Trató de explicar la inmortalidad del alma y el desconocimiento que tenemos de nuestra función en la tierra, hasta que lograron llevarlo a su celda. Pestarini estaba muy confundido con la actitud de Pels pero lo extrañaba aún más las voces que sentía en su cabeza, era Pels que le advertía telepáticamente que se iba a escapar. Pels desapareció una tarde de noviembre de 1996. El guardia lo dejó en su celda con la puerta cerrada y de pronto desapareció. El Profesor Broder lo llamó para darle la noticia, ahora Pels era un fugitivo. El caso había terminado, en algún momento el estado pagaría los honorarios a Pestarini. Se tiró en la cama pensando en lo poco que había durado su primer caso, en ese momento tocaron la puerta y al abrirla se dio cuenta que era Maite que venía a limpiar la pieza. Comenzó a trabajar mientras él permanecía en la cama. Se puso nervioso con la presencia de Maite, no podía dejar de mirarla hasta que le preguntó si sabía algo del juicio que había perdido el hotel por la mucama. Ella contestó que si pero que tenía prohibido hablar del tema. El conserje cuando entraban a trabajar les advertía que el dueño, el Sr. Olazabal, no quiere oir hablar del tema. Ambos se preguntaban a qué le temería el dueño del Hotel, Pestarini destacó que Pels no le temía a nada, aclarándole a Maite quien era Pels. Maite le aseguró que los marcianos no existen, Pels era una excepción. Dejó que Maite terminara la pieza y bajó al vestíbulo, allí encontró el vaso de whisky que quedó cuando estaba con su padre. Se sentó dispuesto a tomarlo, cuando su boca tocaba el vidrio sintió una mano fría que detuvo su mano, era el Profesor Jeremía Raffo que le pedía que no bebiera. Raffo quería hacerle entender que había que localizarlo a Pels, que había venido a buscar un alma humana y ya la tenía por eso escapó, sus deducciones trataron de hacerlo entender que si había aparecido en el Río de la Plata es de ahí donde se iba a volver a su tierra. Salieron presurosos en dirección a la costanera. Los marcianos son extranjeros, no saben lo que es la Costanera explicando

que la ciudad de Buenos Aires es la capital de la República Argentina y el río gigantesco que la recorre es el Río de la Plata, el paseo que recorre todo el río se llama costanera ahí se venden choripanes y es habitual ver gente pescando. Los choripanes se venden en unos puestos de lata con parrilla. Cuando llegaron a la costanera en el colectivo 160 Raffo sacó una llave y abrió una casilla de choripán en la cual había un centenar de planos, un proyector y una pantalla gigante. Al ingresar le mostró un agujero en una de las chapas que les serviría para espiar cuando pasara Pels. Cuando Raffo se dio cuenta que Pestarini estaba un poco aturdido con los nuevos acontecimientos, decidió contarle su verdad. Desde que tenía cinco años pensaba en los marcianos y eso hacía que pudiera captar algunos pensamientos que ellos tenían, por eso supo que llegó Pels, que se iba a escapar y que volvería al Río, comunicación telepática. Pels después de todo lo vivido le creyó, cuando se lo dijo Raffo lo sentó de un empujón y comenzó a proyectarle una película. En ella, se informaba sobre la creación de una cámara de fotografiar almas humanas creada por Raffo. Según Raffo querían el alma humana para un museo marciano de almas que tenían fue por eso que asesinó a Puriccelli. Después de un rato de espera, Raffo le dio un transmisor para avisarle si lo ve a Pels, le enseñó a usarlo y le explicó que por un error en el equipo solo se escuchan las vocales del mensaje que desean transmitirle. Cuando salió del puesto de lata se subió al primer colectivo que encontró, estaba lleno hasta que de pronto empezó a salir una transmisión desde el aparato, no podía apagarlo, se escuchaba una canción bastante grosera y todos lo miraban, no pudo hacer nada así que decidió tirarlo por la ventana. Ahí comenzó su viaje tranquilo. A él le gustaba el órden, se higienizó y decidió salir a comer. El conserje le aconsejó un restaurante japonés que estaba escondido tras un jacarandá. El árbol le recordó los cuentos de su niñez y se entristeció al pensar en el momento en que sus padres se habían divorciado. La variedad de comidas hizo anular sus pensamientos y esperó ser atendido. Apareció un hombre con delantal, le preguntó si vendían comida para llevar y no pudo hacerse entender por el mozo japonés hasta que tuvo que sentarse y ordenar la bebida. Comió solo, tenía mucha hambre. Cuando logró satisfacerse, pensó en Pels y se sintió traicionado con su huída. Estaba tan triste que pensaba que no iba a poder dormir. De pronto, apareció por japonés acompañado de una señora, un anciano y una chica vestida de novia. Se dio cuenta que ese día el restaurante estaba cerrado, pero como él había entrado de casualidad, lo habían invitado a comer. Saludó a la novia y se marchó al hotel. Durmió hasta las cinco de la mañana, se despertó y se desveló, entonces decidió escribir los primeros apuntes sobre el caso Pels. Mientras escribía, encendió la radio y se puso a escuchar música clásica. Unos minutos después de la radio salía la voz de Pels que le avisaba que lo esperaba en la costanera. Se apresuró a vestirse y cuando estaba terminando se dio cuenta que podía ser una broma, y también pensó para que ir si no tenía ganas. En ese momento escuchó la voz que le decía “vení aunque no tengas ganas”. Salió rapidamente, tomó un taxi y como el taxista estaba escuchando la radio temía que saliera de ella la voz de Pels. Entonces le pidió al taxista que la apagara. Al llegar a la Costanera, vió la figura de Pels y le pidió al taxista que parara, se saludaron y el marciano le avisó que se iba a Marte. Fue en ese momento cuando Pestarini le dijo que había una persona que debía conocer, alguien que había pensado en él siempre. Se dirigió hasta el puesto de choripán para buscarlo y lo encontró dormido, trató de despertarlo pero no pudo, volvió al lugar donde estaba Pels. Estaba por hablarle cuando apareció un hombre en un auto sacando fotos y mandándolas por un fax portátil al diario. Levantó la vista y vió que se acercaba la policía, le pidió a Pels que desapareciera pero lo

sorprendió cuando tomó la decisión de tomarlo de la mano, se elevó medio metro del suelo y se lanzaron al río. Pels lo arrastraba hacia el lecho del río, pensó que se iba a ahogar. En el fondo del río había una tapa que Pels abrió y pasaron por ella hasta llegar al subsuelo. Tosió, le salió agua de la naríz y le preguntó a Pels donde estaban, el marciano le cuestionó que no conocía su propio país. Pestarini se cansó de la frase que siempre decía Pels “mi padre siempre me decía” y se lo dijo, además le preguntó que otra cosa pueden hacer los marcianos, ¿pueden viajar en el tiempo? Pels le aclaró que no era nada extraordinario viajar por el tiempo ya que día a día viajamos al futuro, vamos por el día de mañana. En ese momento apareció en el túnel el reportero Ezequiel Sarlaro y empezó a sacar fotos. Pestarini trató de convencerlo para que no sacara más fotos y Pels quería quedarse con el alma del fotógrafo, también tuvo que intervenir el abogado para que no lo hiciera. De pronto se abrió nuevamente la tapa del túnel y apareció Jeremía Raffo con su cámara de retratar almas y un transmisor. Le dijo al periodista que lo iba a denunciar por querer hacer negocio con las fotos sin avisarle al jefe del diario donde trabajaba. Se escapó del lugar y los otros quedaron conversando Pestarini quería que Pels le revele todos los secretos de la vida y la muerte pero Raffo le dijo que hay secretos que no deben ser revelados. Iniciaron la salida del túnel cuando encontraron la máquina de Salaro tirada en el piso. Cuando estaban abriendo la tapa del túnel se apareció una mosca gigante que lo asustó, Pels pegó un grito que hizo asustar a la fiera. Lograron salir del lugar y tras recuperarse el abogado preguntó que era ese animal, Pels le aclaró que era un Nobuk una criatura subfluvial que pretendía comerlos como al fotógrafo. Raffo retomó la conversación y preguntó a Pels como quedó la situación legalmente, el abogado explicó que fugarse es un derecho, Pels quiso conversar a solas con el profesor y se dirigieron a la casilla. Los dejó solos y comenzó a caminar por la ribera del río hasta llegar al hotel, en la puerta de la habitación estaba su abuelo esperándolo. Le pidió que volviera a la casa porque su madre lo esperaba le dijo que su misión no había terminado, se durmió y lo dejó hablando solo. Al despertarse Maite le dijo que también había venido su padre, tomó el vaso de wisky y se dirigió a la casa de él. Subió a un taxi con el vaso en la mano y el taxista lo reconoció pero él le dijo que era el marciano. El taxista quiso saber detalles de la vida en Marte y Pels contestaba lo que le parecía. Al bajarse le pidió un autógrafo para su mujer. Llegó a la casa de su padre y le recriminó que la invitara a salir a Maite. Se emocionó cuando su padre le dijo que lo admiraba por haber enfrentado a su abuelo, dejó el vaso que llevaba y se fue a preguntarle a Raffo si sabía donde estaba Pels. Llegando a la costanera vio en un diario la foto de Pels junto a él y pensó en su familia cuando lo vieran. Llegó a la casilla, golpeó y Raffo apareció con una cara de espanto, había estado encerrado con el marciano desde el día anterior preguntándole todo lo que necesitaba saber. Se desmayó y Pestarini temió que se hubiese muerto pero Pels le dijo que era uno de los pocos humanos que podía vivir con la verdad. Pestarini se molestó y le preguntó que ya que sabe tanto de los humanos como no supo el tiempo que podía estar bajo el agua. Pels lo miró y le dijo: supongamos que yo tengo el alma de Purriccelli, ¿quieren que se la devuelva, que lo levante de la tumba? Pestarini se puso a pensar en lo que eso originaría y le dijo que no. Entonces el marciano le confesó que había matado a Purriccelli. Se desplomó con la confesión mientras Pels le decía que en Marte no existe el bien y el mal, los marcianos al no tener alma no pueden distinguir el bien del mal. Le preguntó por que mató y le dijo por amor… Se metió la mano en el pecho traspasó la piel y sacó una especie de joya brillante, era el alma humana, la joya mas preciada del universo. Confesó estar enamorado de una marciana y para conquistarla

quería llevarle el alma humana, se la pondría de anillo para que le dijera que sí. El abogado espantado no podía creer que estaba defendiendo a un marciano que mató a un hombre para ponerle el alma de anillo a una marciana. Se despertó Raffo y le dijo a Pels que era hora de irse ya a Marte, salieron de la casilla y esperaron que vengan a buscarlos. Raffo no pudo subir, se dio cuenta que no podía estar con quien habia matado a una persona. Entonces Pels les pidió que tocaran sus antenas, al hacerlo empezaron a recorrer Marte como si estuvieran viendo una película. Los pescadores que estaban cerca se asustaron.