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• Carla Guiz

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Edmund Kemper Edmund Kemper nace el 18 de diciembre de 1948, mide más de 2 metros y pesa 160 kilos. Posee un cociente intelectual de 140 y es conocido por asesinar a diez mujeres entre 1964 y 1973. Los antecedentes de Edmund comienzan en su infancia. Sufrió el constante desprecio y abuso emocional de su madre, la cual se había vuelto alcohólica y por miedo a que su hijo fuese homosexual, o por el lado contrario, forzase sexualmente a sus hermanas, decidió encerrarle en el sótano durante las noches. Las consecuencias de esto fueron que el odio de Kemper hacia su madre aumentase progresivamente sin control, de tal manera, que aprovechaba las noches en el sótano para alimentar sus sueños de venganza. Se entretiene con juegos basados en muerte y mutilación, le cortaba las manos y cabeza a las muñecas de su hermana, y fingía su muerte una y otra vez; además el entorno familiar problemático incrementaba las conductas anómalas del joven, sentía que el mundo real le hacía daño y se quería revelar contra él. El 80% de los asesinos en serie tienen un componente sexual. Kemper con 12 años jugaba con su hermana a la silla eléctrica, escenificando la ejecución y representando la muerte ya que con esto le invadían sentimientos de alegría y excitación. ¿Por qué desarrollan fantasías? Aparecen durante la infancia y se presentan por ciertos déficits, por ejemplo, intimidad de sentimiento, falta de apego de los progenitores, mala relación familiar, etc. La mayoría de asesinos en serie presentan desde la infancia fantasías extrañas y comportamientos anómalos que los padres no aprecian como importantes. Las conductas anómalas prosiguen hasta que el gato se convierte en su primera víctima. Entierra vivo al animal, le corta la cabeza y la lleva orgulloso a su casa exhibiéndola como si de un trofeo se tratase. Ya con este primer asesinato podemos observar como no existen remordimientos en el joven, lo que significa que es un claro signo de psicopatía. Edmund casi nunca habla, no es capaz de expresar sus sentimientos de forma natural, es incapaz de mostrar afecto y sus reacciones emocionales son muy pobres.

E. Kemper era muy alto y siempre creyó que esta característica era la que le llevaba a estar excluido sin amigos en el colegio, no era capaz de mantener amistades, sus compañeros se reían de él y su sentimiento de inferioridad y falta de apego seguían incrementando. Ya desde joven estaba desarrollando un Trastorno de la Personalidad Antisocial, no tenía amigos, no quería relacionarse con la gente y perdía la noción de la importancia de las normas sociales, de ahí que el joven comenzase a mutilar a los perros y gatos del vecindario y realizase otros tantos rituales sexuales con las muñecas de sus hermanas. A los 16 años asesina a sus abuelos con un rifle. Su principal víctima era la abuela, a Edmund le cansaron sus quejas y la asesinó brutalmente, le recordaba a las exigencias que su madre siempre había tenido con él y la ira le invadió sin poder controlarla, su odio hacia las mujeres exigentes y especialmente hacia su madre seguía aumentando y esto hacia que la situación empeorase. Tras esto fue encerrado en un centro, donde al tratar con violadores, comenzaron a aflorar sus fantasías sexuales, decidió que la mejor manera para poder cumplirlas y no ser capturado era violar a las jóvenes una vez estuviesen muertas. Poco a poco Edmund, tras salir del centro, se convierte en un asesino en serie organizado, realiza cada movimiento con lógica e inteligencia, comienza a planificar sus asesinatos y a elegir a sus víctimas según unos rasgos determinados que él establecía antes de actuar. Va perfeccionando sus técnicas a medida que avanza en sus asesinatos, su escenario del crimen era siempre su coche, en una autopista de California, sitio oscuro, no dejaba pistas y la gente no percibía sus movimientos ya que actuaba a altas horas de la madrugada y siendo cuidadoso de tal manera que aunque otros coches pasasen cerca, él fingía tal naturalidad que nadie desviaría la atención hacia él. Preparó un listado detallado de las características físicas y morales que debían cumplir sus víctimas. Eran chicas jóvenes que hacían autostop, su modus operandi siempre era el mismo, las recogía a altas horas transmitiéndolas seguridad y confianza, tras ciertos rituales que le gustaba cumplir para conocer el nivel de confianza que tenían

sus víctimas, las asesinaba acuchillándolas, con un arma de fuego o ahogándolas. Tras esto su modus operandi continuaba, llevaba los cuerpos a su casa, les cortaba la cabeza, las violaba, y mutilaba los cuerpos repartiendo las partes por zonas distintas para que fuese difícil encontrar pruebas. La elección de sus víctimas está clara, sentía odio hacia las mujeres por la infancia que había sufrido con su madre, el placer le inundaba cada vez que las asesinaba puesto que se imaginaba que su madre acabaría de la misma manera. Entre Edmund y sus víctimas había una relación, las jóvenes le usaban para llegar hasta su casa, él las usaba para entrenar sus habilidades psicópatas, transmitiendo seguridad y tranquilidad en las personas, dominando sus impulsos, satisfaciendo sus necesidades personales. Aquí es donde se refleja la personalidad de Kemper, sentía placer al torturar, matar y violar a sus víctimas, no tenía remordimientos, la falta de empatía es evidente, y tiene altos deseos y obsesiones con asesinar a su madre. Podríamos decir también que tiene síntomas de necrofilia ya que abusa sexualmente de todas sus víctimas una vez las ha asesinado, pero la violación no es su objetivo final, es tan solo uno de los pasos secundarios que lleva a cabo para obtener esa satisfacción de venganza ante el mundo. ¿Era Edmund consciente de sus conductas psicópatas? Él en todo momento era consciente de sus movimientos, y no solo eso sino que llevaba a cabo una planificación rigurosa antes de actuar, nunca lo hacía de forma espontánea. En cierto modo, él sabía que lo que llevaba a cabo no era socialmente correcto, es por ello que intentaba esconder a sus víctimas para no ser encarcelado, pero a la vez, no ha sentido nunca ningún tipo de culpabilidad, y cumplía ciertos rituales como guardar las cabezas de sus víctimas como trofeos por lo tanto estaba orgulloso de sus acciones. En mi opinión toda esa satisfacción personal se debía a estar más cerca del momento de asesinar a su madre. Es más, una vez la asesina se encuentra perdido y lo confiesa todo, por un lado decepcionado de que en los medios no reconociesen ni averiguasen los grandes asesinatos que había cometido, por otro lado porque económicamente sin su madre le iba a ser complicado vivir cómodamente y porque ya había cumplido su objetivo final, el resto de asesinatos tan solo eran secundarios y necesarios para acercarse a su verdadera meta, vengarse de la infancia que le había hecho pasar su madre. Su relación con ella era una mezcla de amor y odio que enfocaba también en sus víctimas, las

mataba pero a la vez las elegía rigurosamente, las violaba e incluso visitaba los restos de las jóvenes, por lo tanto, las quería aunque fuese de forma enfermiza y psicópata. Tras revisar el análisis del caso podemos concluir que el diagnóstico final de Edmund Kemper es un Trastorno de Personalidad Antisocial, donde se engloba también la psicopatía. Es de tipo crónico, por lo tanto se considera como incurable. En cuanto a los criterios que Edmund cumple encontramos los siguientes: -

Fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal. Edmund comete numerosos delitos y actos

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ilegales. Deshonestidad, mentir repetidamente, estafar a otros para obtener un beneficio personal o por placer. Edmund desarrolla una gran habilidad de mentir, la cual la emplea con todas sus víctimas pues las engaña fingiendo inocencia para que se suban en su coche y tras ello se

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aprovecha de ellas. Impulsividad. En muchos de los asesinatos, Edmund se ha puesto nervioso, y ha acabado matando a sus víctimas de una manera diferente a

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la que tenía planeada, dejándose llevar por la impulsividad. Irritabilidad y agresividad. Tan solo con ver cómo lleva a cabo sus

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asesinatos podemos saber que están cargados de ira y agresividad. Falta de remordimientos, no tiene sentimientos de culpa. Tiene más de 18 años por lo tanto puede ser oficialmente diagnosticado con este tipo de trastorno, aunque ya desde su infancia poseía conductas muy específicas de este mismo desorden mental.