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• W Alexis Supo

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EDITORIAL Ser peruano qué orgullo, qué placer, qué lujo, haber nacido en un país lleno de magia, un país multiétnico, pluricultural, de paisajes maravillosos, de gastronomía sin igual, hoy que conmemoramos 191 años de Independencia, el amor a la patria parece más fuerte en este mes de peruanidad. En este aniversario patrio, en que recordamos no sólo la proclamación de la independencia del Perú, sino también el espíritu de un pueblo para rechazar la in justicia del dominio y la explotación de los conquistadores; debemos sentirnos comprometidos a revalorar con estudio, sacrificio y fe, el ejemplo recibido. En estos tiempos de malos gobiernos, de corrupción, de pobreza y de impunidad, no dejemos que los problemas nos quiten lo único que nos es innato: el orgullo de ser peruanos, por eso que en estas fiestas patrias debemos gritar al unísono ¡Viva el Perú! El optimismo y la confianza en un futuro mejor para las generaciones venideras deben ser nuestro talante de cada día, dentro de un marco de respeto a los derechos ciudadanos y de la libertad que tanta sangre ha costado conseguir y que ha sido la tinta con la que se ha escrito la historia de nuestra nación, esta historia que hacemos cada día, cada uno de nosotros y que debe servir como el diario de nuestros aciertos y desaciertos para no caer en los mismos errores. Un pueblo sin memoria no progresa jamás. Está bien celebrar las fiestas, viajar, hacer turismo. Pero nunca olvidemos la esencia, el espíritu de la fecha: una vez fuimos dominados, una vez fuimos libertados. El camino más seguro para seguir siendo libres es la educación. FELIZ 28. ¡VIVA EL PERÚ!