Doctrinas Eticas

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Universidad Autónoma de Coahuila. Facultad de Ciencias Químicas.

Ética Profesional. Ingeniería Química Doctrinas Éticas Fundamentales. Tarea Dr. Edgar Labra Castillo -Jorge Eli Saucedo Carrillo.

Ética Griega: Grecia es la cuna de la filosofía. Allí empezó a forjarse una sensibilidad distinta, una nueva forma de ver el mundo. Esta forma de conocimiento, a diferencia del mito, se basaba en las condiciones reales de la vida humana y en la búsqueda rigurosa de los principios últimos, incluidos los de la conducta humana. Las raíces de la ética occidental, como una búsqueda racional de los principios de la conducta humana las encontramos, precisamente, en la Grecia antigua. A partir de Sócrates (469-399 a.C.) la ética ocupó un papel preponderante como reflexión filosófica. En la antigua Grecia la reflexión ética gira, principalmente, en torno a dos conceptos: «eudemonía», que traducimos por felicidad y «areté», que significa virtud. Quizás esta sea la mejor forma de traducir estos términos, pero para mayor claridad, miremos en qué consiste cada uno. Empecemos por la «eudemonía». Eudemonía se traduce como “felicidad” pero denota más bien una “sensación subjetiva de satisfacción o placer” (Singer, 183, 1995). En muchos casos la acepción más común para esta palabra es de carácter objetivo, y hace referencia, a aquello que puede ser la fuente de nuestro sentimiento de satisfacción, a aquello que debemos tener para poder sentir felicidad. Entre virtud y areté las cosas son un poco más complejas. Primero, porque no son sólo las personas sin también las cosas, las que poseen areté, virtud. En segundo lugar, las virtudes o areté, son cualidades que no necesariamente son morales. Por ejemplo, para Aristóteles, el ingenio o la capacidad para filosofar, son areté, virtudes. Para Sócrates y para Platón, las virtudes son lo que hoy entendemos por virtudes, a saber: la sabiduría, la justicia, el coraje, la moderación y la piedad hacia los dioses. Quizás la sabiduría sea la más importante de ellas, siendo incluso, para Sócrates, transversal a las demás. Cada una de las virtudes es, en cierta manera, una forma de sabiduría o conocimiento. Para Sócrates y Platón hay una estrecha relación entre conocimiento, verdad y hacer lo correcto, es decir, ser virtuoso. Ética cristiana: La ética cristiana presupone la existencia de un ser divino que a dictado normas para el comportamiento moral, considerando que la conducta humana es buena si se sujeta a esas normas y malas si las viola. Las características fundamentales de la ética cristiana son: a) La concepción cristiana de Dios: La ética cristiana descansa sobre la revelación Bíblica acerca de la naturaleza, la justicia y el amor de Dios. Su grandeza se debe a la inmensidad de Dios. Ésta afirma que fundamentar normas de conducta prescindiendo de Dios sólo conduce al desenfreno.

b) La concepción cristiana del mundo: Al hablar de una idea cristiana del mundo implica que el cristianismo tiene su propio punto de vista y su idea relacionada con él, y que esta idea, cuando se desarrolla, constituye un conjunto ordenado. El postulado básico del cristianismo es que un Dios personal, Santo y eterno creó el universo en el cual vivimos, lo sustenta y dirige. Esto se deduce de la propia revelación de Dios manifiesta en las Escrituras. c) La concepción cristiana del hombre: en cuanto a la naturaleza del hombre la Biblia la relaciona estrechamente con la doctrina de Dios. Lo primero que nos dice la Palabra acerca del hombre es que fue creado a imagen y semejanza del “Salvador”. Así como Dios es personal y ético también lo es el hombre. Pero la Biblia señala asimismo la malévola intervención de Satanás quien es el creador y promotor del mal. Entre las teorías éticas cristianas tenemos tres grandes representantes: Concluimos entonces, de acuerdo a lo trabajado a lo largo de este pequeño ensayo, que la ética cristiana, es en verdad una ética en construcción constante, es una ética dinámica, una ética que se nutre y profundiza en la vida de santidad del creyente, una ética “en el camino” de la gracia de Dios, y por eso mismo la llamamos “la ética de la gracia” o “la ética del Espíritu”. Justamente, el fundamento de nuestra fe es la gracia de Dios, y no el cumplimiento de la Ley, que también es de Dios. Por eso mismo, la ética cristiana, no es ética normativa. El debate acerca de la ética deontológica o teleológica se puede dar en cada caso particular que se le presente al cristiano, pero no es medular, para la definición de lo que es la ética cristiana. En síntesis, la ética cristiana es la ética del discernimiento de la voluntad de Dios que es buena, agradable y perfecta, y se demuestra en vidas que manifiestan el fluir del fruto del Espíritu Santo, que se resume en el amor al prójimo, lo cual demuestra el amor a Dios. Termino con palabras del apóstol Pablo: “Pero ahora, al morir a lo que nos tenía subyugados, hemos quedado libres de la ley, a fin de servir a Dios con el nuevo poder que nos da el Espíritu, y no por medio del antiguo mandamiento escrito” (Rom. 7:6).

Ética Moderna (Formalismo Kantiano): Con la modernidad, que inicia en el Renacimiento, siglo XVI, aproximadamente, se inicia una nueva y fructífera etapa de la historia de la ética, que se caracteriza por su antropocentrismo, es decir, por la tendencia a considerar al hombre como el centro de todas las manifestaciones culturales. Surge un humanismo que trata de reivindicar al hombre, concibiéndolo como ser autónomo y racional. Características de la época moderna 1.En el plano social, la creación y el fortalecimiento de una nueva clase social: la burguesía. El banquero, el comerciante, el industrial reemplazaron al terrateniente, al eclesiástico y al guerrero como tipos de influencia social predominante. 2.En el aspecto científico, la ciencia reemplaza la religión y se convierte en factor principal de la nueva mentalidad humana. 3.En el campo filosófico, surge una filosofía eminentemente racionalista. 4.En lo político, se logran crear los estados modernos, fragmentándose la vieja sociedad feudal. 5.En el ámbito religioso, la iglesia deja de ser el poder central. La iglesia, tal como estaba organizada, era considerada un verdadero estorbo para el nuevo orden social. La ética kantiana como una notable expresión del pensamiento moderno: -La doctrina moral creada por el filósofo Emmanuel Kant en el siglo XVIII se denomina ética formal. Un carácter importante de la ética formal es la autonomía con que reviste todo acto ético. Toda significación moral emana de la pureza de la voluntad y la rectitud de los propósitos. Según Kant, la validez del acto moral no está en la acción misma, sino en la voluntad que lo determina. La moralidad está en la voluntad, en el sujeto y no en la acción, en la concreción física del acto; la disposición del ánimo del agente es la que es moral o inmoral. -La voluntad Un acto es moralmente bueno si el sujeto realiza el acto prescrito porque lo considera como absolutamente debido, como un fin absoluto (como un imperativo categórico); por el contrario, un acto es malo, cuando el sujeto realiza el acto porque espera sacar de él alguna consecuencia favorable, si lo realiza como un medio (como un imperativo hipotético).

-La moralidad está en la máxima de la acción y no en la acción misma. Los actos no son ni buenos ni malos; bueno o malo es sólo el sujeto. Nada en el mundo, y hasta fuera del mundo, puede pensarse como bueno, sin limitación, sino solamente una buena voluntad. Ética contemporánea: Se caracteriza por ser una ética que busca los valores laicos que impulsen la convivencia ciudadana desde la perspectiva de la libertad de creencias y el respeto a la diversidad de culturas, religiones, ideologías humanas no dictatoriales. Una ética cívica que pueda enseñarse desde una educación cívica. Durante el siglo XIX e impulsada por la Ilustración, y los acontecimientos y el humanismo imperante durante la Revolución industrial y a finales del siglo XIX filósofos como Nietzsche y su proclama de dios ha muerto, Freud y su teoría de la construcción del aparato psíquico y la necesidad del hombre de crear a un Dios, las ideas de Marx entre otros acontecimientos sociales y autores de diversos ámbitos y ciencias que investigan los principios fisiológicos que producen conductas y comportamientos frente a la idea del alma como motor espiritual del hombre se va instalando la idea del cerebro como el verdadero motor espiritual del hombre. Todos estos acontecimientos impulsan una Ética laica pero no anti iglesia ni anti creencias, una ética que poco a poco se estaba abriendo camino en países europeos, principalmente, España en cambio estaba inmersa en diferentes políticas inestables, y dominada por una fuerte tendencia a un pensamiento católico incapaz de articular una actitud positiva hacia las personas que pensaran de diferente manera o a las personas que no fuesen de su misma Iglesia, un pensamiento teológico cerrado y rígido.