Docentes en Los Tiempos de Internet

Docentes en los Tiempos de Internet Hemos leído, pese a todo y he aquí una de las preguntas que configuran el hecho fác

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Docentes en los Tiempos de Internet

Hemos leído, pese a todo y he aquí una de las preguntas que configuran el hecho fáctico y definen en una pequeñísima parte el objeto de este ensayo ¿qué soporte utilizamos? Sin dudas, él digital, dada la riqueza intelectual y abundancia de las páginas que los autores de nuestra bibliografía nos brindan. Evidentemente la vida nos cambió desde hace más dos décadas, con mayor progresividad en ésta última, vivimos en un mundo que convierte en datos la experiencia y nos dice a cada instante que aquello que no es “datable” carece de importancia. “Probablemente, no captamos en su total medida la dimensión históricamente excepcional de nuestro tiempo presente, que reviste aspectos futuristas que nuestras capacidades de adaptabilidad integran “a la velocidad de la luz”, adquiriendo siluetas banalizadas con rapidez.” (Sadin E., 2017, p.30). Cómo se las la presento ? Si todos la conformamos, si fue y es parte de nuestras vidas si es motivo de desvelos, recompensas y gratificaciones, si lo que ella involucra nos toca muy de cerca desde hace siglos, volviendo transversal el conocimiento, así: “La escuela, como una cuestión de suspensión, no sólo implica la interrupción temporal del tiempo (pasado y futuro), sino también la eliminación de cualquier tipo de expectativas, exigencias, papeles y deberes conectadas en un espacio determinado fuera de la escuela. En este sentido, el espacio escolar es abierto y no fijado. El espacio escolar no se refiere a un espacio de paso o transición (del pasado al presente), ni a un espacio de iniciación o de socialización (del hogar a la sociedad). Más bien debemos concebir la escuela como una especie de medio puro. La escuela es un medio sin fin y un vehículo sin destino determinado” (Simons, M. y Masschelein, J. 2014, p.37. Voy a centrar mi análisis en las funciones del Docente en relación a las escuelas que van adoptando a diferentes ritmos las TIC y los medios digitales disponibles, es la forma en que actualmente tenemos la oportunidad de presentar el mundo a nuestros alumnos con responsabilidad, ofreciendo clases que se manifiesten internalizadas y concluyan en aprendizajes significativos y mutuos, para que ese despertar a lo nuevo, a lo inimaginable, a lo potencial se logre de manera natural y con satisfacción para las partes, por ello recupero el concepto que “ningún conocimiento es acabado”, que siempre permanece en estado latente y alerta a nuevos interrogantes y posibilidades, eso hace que para todos los involucrados el aprendizaje sea de por vida “Vitalicio” como me encanta definirlo, dada la dinámica de cambio permanente en el que estamos inmersos. “La educación es el punto en el que decidimos si amamos el mundo lo bastante como para asumir una responsabilidad por él y así salvarlo de la ruina que, de no ser por la renovación, de no ser por la llegada de los nuevos y los jóvenes, sería inevitable. También mediante la educación decidimos si amamos a nuestros hijos lo bastante como para no arrojarlos de nuestro mundo y librarlos a sus propios recursos, ni quitarles de las manos la oportunidad de emprender algo nuevo, algo que nosotros no

imaginamos, lo bastante como para prepararlos con tiempo para la tarea de renovar un mundo común. ( Arendt, H.,1996 p.208 ). Y es el aula de la escuela que brinda este espacio (física o ampliada), es allí donde el Docente: presenta acompaña, interroga, anima, incentiva, crea condiciones para que el alumno se anime: “Abrir el mundo no sólo significa conocer el mundo, sino que también alude al modo en el mundo cerrado (es decir, la forma determinada en la que el mundo ha de ser comprendido y utilizado, o el modo en que realmente se utiliza) se abre. Y cuando el mundo mismo queda abierto y libre es cuando puede ser compartido y compartible, cuando puede convertirse en algo interesante: en materia de estudio y de práctica.” (Simons, M. y Masschelein, J,2014, p.49-50). La formación docente es el punto de Arquímedes en esta cuestión, es el Docente que media entre el pasado y el futuro, entre lo viejo y lo nuevo entre lo terrenal y lo utópico, asumimos nuestro rol como facilitadores de una nueva comprensión, de un ensamblaje que por tradición nos viene legado pedagógica y didácticamente. Somos el reservorio pronto a transformar para adecuarnos no solo a los nuevos tiempos, sino y principalmente a nuestros alumnos que nacieron en estos cambios, es lo que de alguna manera permite que el nuevo conocimiento se visibilice en nuevas condiciones. Por ello la importancia de tomarse en serio la temporalidad. “Tomarse enserio la temporalidad” implica reconocer el movimiento y el intercambio que hay entre las nuevas y las viejas dinámicas, entre las instituciones y las políticas, entre los individuos y los procesos más amplios, y atender a los préstamos, dislocaciones y reconfiguraciones que se dan en los cambios sociales, que no siguen una línea evolutiva recta hacia una dirección predeterminada. El cambio social y tecnológico implica un tiempo denso, un tiempo múltiple, un tiempo heterogéneo; no tiene nada de inevitable, ni de línea unívoca y arrolladora, como la metáfora del tsunami. “( Dussel, I. en prensa, 2016). Se trata de la construcción de lo público, de la construcción del conocimiento básico específico y complejo que nuestros estudiantes deben alcanzar y que es la escuela el lugar, ese lugar, donde desde la política educativa y la formación docente se relacionen promoviendo experiencias educativas en el aula que permitan ofrecer tecnologías digitales que otorguen de alguna manera la “llave” o los “códigos” que permitan los conocimientos que hoy adquieran el estatus de útiles socialmente. “Todo esto hace a un ensamblaje particular, que da sentido a las secuencias didácticas muy distintas entre sí, aunque compartan la apelación a las tecnologías y a los distintos lenguajes de la imagen, el texto y el sonido” ( Dussel, I. en prensa, 2016). Hoy sabemos que leer no se reduce a la lectura de un texto, implica además poder leer entre líneas, interpretar información de diversas fuentes e índole, leer figuras, fotografías, publicaciones, entender la simbología gestual de las redes sociales, la de sus publicaciones, los modos en que los jóvenes comunican por medio de sus prendas de vestir, formas de ser, entender que para ellos todo se reduce o está en pantallas y que la información que necesitan se encuentra a un segundo solo “googleando” comprender en definitiva " La conversión digital de numerosos segmentos de nuestra realidad, desplegada a un ritmo que se intensifica sin cesar, ha hecho posible la realización completa de una revolución, es decir, una amplia redefinición de ciertas condiciones fundamentales de la existencia. ( Sadin E., 2017, p.106 ).

“En tales circunstancias, el lenguaje y el habla cotidiana ya no serían una manifestación significativa que trasciende la conducta aunque sólo la exprese, y se podrían reemplazar con ventaja por el extremo, y en sí mismo no significativo, formalismo de los signos matemáticos.” ( Arendt, H.,1996 p.293). Y por supuesto la escuela asiste a esta revolución adecuando según sus ritmos, quizás más lentos toda su Institucionalidad, observando los cambios que se van manifestando e incorporándolos de diversas maneras no solo en sus edificios, mobiliarios, recursos Humanos y materiales, sino en sus Políticas Educativas que se adaptan a los nuevos tiempos y se ven plasmadas en realizaciones. Me pregunto dado las diversas corrientes de opiniones que existen en cuanto a las plataformas y los algoritmos que utilizan para priorizar información u orientarla hacia determinada posición, hasta qué punto las mismas no dejan de estar direccionadas por las grandes corporaciones con objetivos que desconocemos o que podemos llegar a inferir en este sistema capitalista que nos involucra. “Por una parte, la automatización cada vez más autónoma conferida a los procesadores se desliza hacia un agravamiento de su margen interpretativo y decisional, exponiendo una nueva y cambiante "cartografía de poderes" entre entidades humanas y artificiales.” ( Sadin E., 2017, p.61 ). Como docentes es necesario estar a la vanguardia de toda información que pueda llegar a perfeccionar las decisiones convirtiéndolas en acertadas y se ajusten al real y verdadero “bien común “que la humanidad toda desea. “Este discernimiento algorítmico se alimenta de todas partes y se modula en tiempo real, y está destinado a encuadrar el curso de las cosas, a reglamentar o fluidificar las relaciones con los otros, con el comercio, con nuestro propio cuerpo, en otros términos, a contribuir a que la marcha de cada fragmento de lo cotidiano sea configurada dela manera más adecuada, como si estuviera distribuida o supervisada por un demiurgo inmanenteelectrónico.”. (Sadin E., 2017, p.25). Mi parecer es que debemos ser cautelosos en cuanto al uso de las plataformas, enseñar a los alumnos de donde provienen, que fusiones han realizado (no dejan de ser sociedades comerciales), cuáles son sus objetivos, cuales sus fines, que intereses reales las movilizan. Sabemos que la riqueza del mundo está en pocas manos, muy concentrada, por ello es necesario conocer, formarnos e informarnos para que nuestros alumnos tomen sus decisiones con discernimiento y responsabilidad. No obstante creo en la ética, buena fe, y responsabilidad de los actores sociales y políticos, creo firmemente que el lugar es que nos ubicamos es el en que debemos estar para cumplir una función o misión, que nos trascienda como personas involucradas en la docencia, somos los que en mayor o menor medida tenemos la facultad de guiar a nuestros alumnos, acompañando no solo en la búsqueda del saber sino y principalmente en su formación como personas dignas, respetables y orgullosas de la sociedad en que viven.

Bibliografía: Simons, M. y Masschelein, J. (2014). ¿Qué es lo escolar? En Defensa de la escuela. Una cuestión pública. Buenos Aires: Miño y Dávila.

Sadin, E. (2017). “Introducción”, “De la revolución digital al advenimiento de una antrobología”, "La vida roboticamente corregida" y “La dimensión totémica de la tecnología”. En La humanidad aumentada. La administración digital del mundo (trad. de J.O. Blanco y C. Paccazochi). Buenos Aires: Caja Negra. Arendt, H. (1996). La crisis en la educación. En Entre el pasado y el futuro. Ocho ejercicios sobre la reflexión política. Barcelona: Península. Dussel, I. (en prensa). Las tecnologías digitales y la escuela: ¿Tsunami, revolución, o más de lo mismo?