Diplomacia Grecia y Roma

The Evolution of diplomacy method 616937002 Evolution  No entendido desde lo rudimentario hacia lo eficiente, sino como

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The Evolution of diplomacy method 616937002 Evolution  No entendido desde lo rudimentario hacia lo eficiente, sino como extraños retrocesos también Diplomacy  No como política extranjera ni leyes internacionales, sino como arte de la negociación Method No como la actual maquinaria de negociación, sino también como la teoría general que ha usado la maquinaria Diplomacia en Grecia y Roma Ya los simios antropoides se dieron cuenta que era conveniente establecer límites para la caza. Pero no funcionaría mientras los emisarios fueran asesinados. Fue así que se estableció el primer principio: la inmunidad diplomática. El número de palabras usadas por los griegos para denominar distintas etapas y tipos de acuerdos es muestra de su temprano y elaborado sistema de relaciones diplomáticas En los poemas homéricos hay dos detalles sobre misiones diplomáticas y una referencia a lo que hoy llamaríamos “regla de Ginebra”. La primera misión fue emprendida antes de la guerra, cuando Menelao y Odiseo intentaron obtener pacíficamente la “devolución” de Helena a su marido, la que fracaso porque Antímaco organizó una asamblea donde la mayoría rechazó la entrega de Helena, y sugirió que los embajadores deberían ser condenados a muerte. Hay 3 ítems que hacen a esta historia relevante. En la época de 800 a.c las embajadas extranjeras eran generalmente recibidas por toda la asamblea, lo que nos dice que estaban compuesta por un mínimo de dos embajadores con su propio discurso cada uno. Segundo, la propuesta de Antímaco causó un shock en la opinión contemporánea. Y por último, tuvo repercusiones, que se vieron reflejadas cuando Agamenón mató a sus dos hijos en “retribución” a la sugerencia de su padre. La segunda mission ocurrió en la 9 iliada que cuenta sobre la misión de pacificación a Aquiles en Mirmidones por Ajax, Odysseus y Phoenix. Esta provee 3 ítems de información. Primero, aunque eran visitantes aliados y amigos, eran seguidos por un heraldo con el fin de asegurar su inmunidad y dar la sanción religiosa si se presentaba. Segundo, recibían instrucciones del consejo menor y gabinete, no del parlamente o la Asamblea. Por último, la evidencia sugiere que sólo Odiseo y Ajax eran embajadores. Así, la maquinaria diplomática prehistórica era más elaborada de lo que a veces se asume. También parece haber existido una sanción religiosa, que mitigaba las barbaries de la guerra, algo análogo a nuestra Convención de Geneva. En los años entre Maratón y Queronea, los Griegos desarrollaron muchos métodos de negociación de los que se tiene información.

Aunque el establecimiento de misiones permanentes residente en la capital de un país extranjero fuera adoptado después, los Griegos constantemente recibían y enviaban embajadas de carácter temporal. Estos embajadores, llamados “elders”, elegidos por su respetable conocimiento y sabiduría, recibían unas credenciales de la asamblea que les daba cierto status. La usurpación de estos podía significar la muerte. Recibían escasos subsidios para viajes y tenían prohibido recibir regalos, so pena de muerte. Si sus gestiones (negociacines) eran exitosas y aprobadas por sus conciudadanos eran recompensados, de lo contrario podían ser sancionados de diversas maneras. Eran obligados a presentar sus gastos al escrutinio del Comité de Cuenta Pública, donde sus enemigos políticos podían aprovechar de enjuiciarlos por corrupción o “diplomacia incompetente”. Tan sospechosos eran los griegos de sus diplomáticos que las misiones estaban compuestas por embajadores representantes de diferentes puntos de vista, en vez de una unidad de impresión. Esto hacía más vulnerable la misión, ya que era más fácil dividir a sus miembros. Durante el periodo de la libertad griega, las negociaciones eran conducidas oralmente, y en teoría, con plena publicidad. Los diversos miembros de una embajada tenían un discurso conjunto, como ocurre hoy. Si las negociaciones terminaban en un tratado, este era grabado de tal manera de que todos lo vieran. La ratificación se daba por el público intercambio de juramentos solemnes. De esto podría decirse que los Griegos adoptaron el sistema de pactos abiertos, públicamente logrados. Con la llegada de la ascendencia macedonia, este fue reemplazado por “kionê”, donde los términos de los tratados no se publicaron invariablemente. Aunque podría suponerse que los griegos se habrían opuesto a cursos medios como neutralidad y arbitraje, de hecho ellos designaron este estado como “to stay quiet”, mientras el arbitraje era para ellos un mecanismo habitual para la solución pacífica de controversias. El árbitro podía ser alguien con reputación (filósofo o ganador de juegos olímpicos) Entre 300 a.c y 100 a.c se registran 46 casos de arbitraje. Otro institución desarrollado por los griegos fueron los cónsules o proxenos. A diferencia de los cónsules de hoy, el proxeno era originario de la ciudad en la que residía como proxeno, donde se esperaba que promoviera y protegiera los intereses de los ciudadanos del Estado por el que fue nombrado. Era considerado un puesto de honor y tendía a ser hereditario. Su servicio iba desde ayuda los comerciantes que visitaban tierra extranjera hasta la iniciación de negociaciones diplomáticas En el V los griegos ya habían adquirido un complicado aparato de relaciones internacionales. Sus Consejos Anfictiónico, sus ligas y sus alianzas demostraron su valoración de la combinación: evolucionaron los principios aceptados tales como la declaración de guerra, la conclusión de la paz, la ratificación de los tratados , el arbitraje, la neutralidad, el intercambio de embajadores, las funciones de un cónsul, y ciertas reglas de la guerra

A veces se dice que el mundo Helénico no poseía una concepción de concordia o ética internacional, sin la cual incluso la máquina diplomática más perfecta sería inviable. Es cierto que la lealtad del griego era tanta, que consideraban a otros Helenos como potenciales enemigos y veían en los bárbaros esclavos naturales, así como también una distinción en la moralidad pública y privada, pero sin embargo, reconocieron la existencia de ciertos principios para dirigir los asuntos internacionales. Los tratados por ejemplo, estaban bajo tutela de Zeus, y era impropio considerar romperlos sin un buen motivo. Algunos, como los espartanos, eran universalmente condenados por su falta de fiabilidad diplomática. Se consideraba impío iniciar una guerra sin anuncio ni tregua, las atrocidades en batalla eran condenadas como dignas sólo de bárbaros. De esta forma habían principios que se aplicaban para todos los hombres y reyes, incluso muchas veces se acordó que la guerra como solución de controversias no era “ni bueno ni seguro”. En despecho de esos excelentes conceptos, hicieron un lío de su diplomacia, por 3 razones: Primero, sufrían del llamado antiguo mal de los griegos: el amor de la discordia. Sus celos eran tan tóxicos que paralizaban sus instintos de auto preservación. Segundo, por su temperamento no eran buenos diplomáticos. Siendo inteligentes, atribuían un erróneo valor al ingenio y la estrategia, destruyendo la confianza, base de toda negociación. Tercero, fallaron tanto en sus asuntos internos como externos, en establecer una distribución correcta de responsabilidades entre la legislatura y el ejecutivo. Como nosotros, nunca descubrieron cómo hacer el método diplomático de una democracia tan eficiente como el de una autocracia. Este fallo los llevó a la ruina. Los Griegos magnificaron las desventajas que de por si tiene tratar con un sistema despótico, por su engorroso método. Sus embajadores tenían que volver a sus ciudades o enviar un mensajero para recibir instrucciones adicionales si la situación lo ameritaba, no tenían plenos poderes. Si la comunicación tardaba podía tener implicancias desastrosas. La asamblea era volátil e irresponsable, y podía repudiarlos, aun cuando los embajadores hubiesen seguido estrictamente sus instrucciones. En la acusación que Demóstenes hizo contra Esquines, que conocemos bajo el nombre de “la falsa embajada”, hay pasajes que nos recuerdan al dilema que nuestro Gobierno enfrentó en 1938. En ese discurso Demóstenes procesaba a Esquines por morosidad intencional, por indebido y aparentemente corrupta dependencia de la garantía verbal de Philip, y por no informar a la asamblea su retorno. Habría sido difícil para Demóstenes echar la culpa de la mala fortuna, la ignorancia a la Asamblea Ateniense, como sería hoy que un senador culpara a la constitución. Al atacar a Esquines, estaba atacando a un sistema diplomático ineficiente. Demóstenes pueden haber estado equivocado en su estimación de la política exterior que Atenas, en las condiciones existentes en ese momento, debería

haber perseguido, pero no se equivocó en su crítica al método diplomático al que la gran democracia había evolucionado. Se podría pensar que los Romanos habrían mantenido un método diplomático ejemplar, pero al igual que los Griegos fallaron en la falta de autoridad. Al tratar de imponer su voluntad en vez de negociar sobre una base de reciprocidad, no desarrollaron un método diplomático lo suficientemente valioso para figurar entre su legado Es verdad que consideraban los tratados como en la naturaleza de un contrato legal: basaban su ingenio jurídico para evadir los términos que se habían firmado y ratificado. En los primeros días de la República entraron en los tratados sobre una base recíproca y la original Confederación Latina comenzó como una coalición de iguales. Pero luego nos encontramos con que en el capitolio de Roma se tomaban las decisiones de toda la liga sin el consentimientos del los pequeños aliados. La vieja forma de coalición fue sucedida por nuevas formas, que se limitaban a reconocer la “maiestas populi romani”, lo que hoy en términos modernos sería dar al Senado Romano el control de la política exterior y defensa. Poco a poco el Senado llegó a considerar lo conveniente más importante que lo justo. Lo “útile” era cualquier medida que fomentara la influencia y poder de Roma La doctrina romana del imperialismo, la creencia de que era su destino de imponer a otras naciones las costumbres de la "pax romana", no permitió que legaran a sus sucesores máximas diplomáticas. Lo más que podría decirse es que inculcaron un respeto teórico de buena fe, y la comprensión de la importancia practica de los contratos. Sus embajadores, que fueron llamados "Nuntii" o "oratores", eran nombrados por el Senado, que les entregaban credenciales e instrucciones. Sólo en ciertas ocasiones se les brindaba plenos poderes. Tenían por lo general un rango senatorial, u otro rango distinguido, como caballero. Sus misiones eran de corta duración y debían entregar un informe sobre la negociación al senado, los que votaban la aprobación de la negociación. Los reglamentos que rigen la recepción de embajadores extranjeros en Roma son de mayor originalidad e interés. La inmunidad concedida por la antigua tradición, y por el "ius gentium", a los embajadores de visita, se amplió para incluir sus "comites" o personal. Pero no pareció cubrir su correspondencia diplomática, que era expuesta al escrutinio de los funcionarios de correos romanos. Los miembros de una embajada que cometían algún delito eran generalmente enviados de vuelta a su país de origen, para ser procesado por sus autoridades. Esta inmunidad no se extendía a sus residencias o sirvientes al parecer, pero esto puede ser porque vivían en un centro de acogida, donde los sirvientes eran dados por el Estado. Con el aumento de su confianza y su poder, las embajadas extranjeras fueron tratadas de manera diferente. Las embajadas eran obligadas a esperar en las

afueras de Roma a que el senado autorizara su entrada, y a veces, como les ocurrió a los cartagineses, se negaban a reconocerlas, y eran desprovistas de su inmunidad diplomática y sus miembros denunciados como espías o especuladores. Afortunadamente esta práctica no sobrevivió mucho Había otras innovaciones que los romanos introdujeron. Establecieron tribunal de "Recuperatores", que consta de dos jueces que representan a cada parte en un tratado, con un presidente neutral. Aunque no sé sabe si este cumplía funciones diplomáticas. Otra práctica fue la insertar en las disposiciones de los tratados la entrega de rehenes como garantes de la ejecución de estos. Este sistema perduró mucho tiempo después de la época Romana. El mecanismo era empleado para aplicaciones militares más que diplomáticas. Otra de sus innovaciones fue establecer un tiempo límite a las negociaciones. Si esto no ocurría, los miembros de las embajadas eran considerados como espías y no diplomáticos. Qué aprendemos de las prácticas diplomáticas antiguas? Al menos en teoría, los griegos descubrieron que las relaciones internacionales deben regirse por unos principios estables. Hicieron mucho para desarrollar la maquinaria actual de la diplomacia y el derecho internacional. Y su insistencia en que los pactos deben llegar a todos los ciudadanos Por otra parte fracasaron en mitigar las desventajas inseparables de la diplomacia democrática en sus relaciones con los gobiernos despóticos. Asimismo, en que la Asamblea fue la autoridad soberana, pues ésta estaba compuesta por un cuerpo de ciudadanos, que eran muy mal informados, sujeta a las ráfagas de ira, el sentimentalismo, el miedo o la sospecha. El único remedio esto habría sido la creación de un cuerpo de negociaciones capacitado, sujetos a la autoridad del Estado. Pero en su lugar, las embajadas estaban compuestas de políticos hostiles entre sí, mal pagados, y expuestos a sanciones si no lograban convencer a la Asamblea. Los romanos, por su parte, hicieron mucho por introducir orden en las relaciones internacionales y establecer la doctrina de la santidad del contrato. Sin embargo, aun en tiempos de la República que eran demasiado dictatoriales como para apreciar las sutilezas diplomáticas.