Diccionario de Teologia Dogmatica Parente

PIETRO ANTONIO PIOLANTI , PARENTE SALVATORE GAROFALO ••• I!!-..... DICCIONARIO DE "TEOLOGÍA DOGMÁTICA' Versión del i

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PIETRO ANTONIO PIOLANTI ,

PARENTE SALVATORE GAROFALO

••• I!!-.....

DICCIONARIO DE

"TEOLOGÍA DOGMÁTICA' Versión del italiano por FRANCISCO NAVABRO, Psao,

EDITORIAL LITÚRGICA ESPA¡q-OLA BARCELONA

Titulo .originol

DlZIONARIO PI TEOLOGIA DOMMATICA ,

.

'

publicado en su tercera edición el año 1952 por la Editrice Studium de Roma

NUlIL OBSTAT El CeD80r.

·DR..' Quhuco

ESTOP PuIG,

PBRq.

Bareelona, 25 de mayo, de 1955

IMPRlMASE

t GREGORIO Arflobiwpo-Obi.po

de Bare6lolUl

Por mandato de Su Exca. Rvdma.

DB.

ES PROPIEDAD S.A.D.A.G.

ALEJANDRO PECH u.nc.-Serio.

Impreso en España el año 1955 Roaellóu. 298 -

BARCEWNA

PRÓLOGO A LA TERCERA EDICIÓN ITALIANA Cuando en 1943 vió la luz p01' vez primera este Diccionario, no aceptación tal que dos años más tarde me viera obligado· a presentar una segunda edición, y hoy la tercera. La razón de este éxito habrá que buscarla, tal vez, en este diná!,,-ico clima moderno, contrario a los estudios amplios y profundos . y propicio a las síntesis, a los esquemas, a las Enciclopedias; tal vez haya también en él un motivo de utilidad. práctica; pero, considerado« los juicios y felicitaciones que me han llegado de diversas categorías de lectores; me atrevo a pensar sin vanidad que este libro tiene algún valor intrínseco, independientemente de las razones de simple contingencia. En realidad, tanto yo como mta colegas creemos no haber hecho un traba;o de diletantes: nos lo impide nuestro ..habitus mentis», fruto de un largo magisterio. Nuestra obra, p01' modesta que ella sea, se mantiene en una línea científica; y si alguno tratase de contradecirlo por razOO de ro concisiOO, sencillez y sobriedad, le recordaremos que el valor científico de un escrito no se calibra ni por la amplitud ni por la complicación, ni mucho menos, a despecho del hermetismo hoy en moda, por el desdeñoso tecn'lcismo de concepto y expresión. Transcribir en lenguaje inteligible para toda persona de cierta cultura el contenido eleeado y a menudo trascendente de la Filosofía y de la Teología cat6· lka ha sido para nosotros una tarea. más laboriosa y delicada, aun desde el·punto de vista científico, que el de una compíla~ destinada a las escuelas o a los sectores de cultura específica. y tal vez sea éste también el mérito fundamental de nuestro Diccionario. De todos modos, esta tercera edición italiana y una edición ~nglesa favorablemente acogida en América, dicen p01' lo menos que la obra responde bastante bien a las sanas exigencias del espíritu moderno, tanto dentro como fuera del ámbito estrictamente eclesiástico. y éste es ún

pude imaginarme que había de tener

una

premio consolador para quien trabaia, como nosotros, principalmente por el bien. de las almas. Nuestro Diccionario, dentro de la perfecta ortodoxia y de la mefor tradición, abierto prudentemente aun a las urgencia3 del pensamiento moderno, quiere ser una guía segura en el terreno hist6riCo, filosófico y dogmático, contra las inquietantes tendencias de cierta cTeología nueva. señalada y reprobada recientemente por Pío XII en su Encíclica «Humaní

generls •.

Esta tercera edición ha sido notablemente retocada, puesta al día y enriquecida con' nuevas ooces en todas las secciones, especialmente en la patristica. Tengo la confianza de que aumentará la satisfacción y número de mla lectores, pero al mismo tiempo recibiré con agradecimiento toda clase de consejos y sugerencias que contribuyan a hacer esta obra cada 1)ez más perfecta y máS digna de la grandeza del argumento y de la estima del público.

Roma, Fiesta de Pentecostés, 1952. P. PAREN TE

NOTA En la abundante bibliografía con que los autores han enriquecido sus artículos nos hemos permitido dos intervenciones en beneficio del lector de habla española: la de citar la edici6n en castellano de las obras escritas o traducidas a nuestro idioma y la de agregar en ocasiones a la lista de obras extranjeras algunas otras de los nuestros, tan estimables y más asequibles generalmente que las primeras para el lector a quien se destina "esta edición.. Estas últimas van en grupo al final de las notas biblográficas precedidas de un asterisco.- (N. del T.)

BmLIOGRAFfA

GENERAL

EncíolopedÚJCattolica. Citta del Vaticano, 1949 ... • G. BOSON, Enciclopedia del Católico. • Diccionario de cíendas eclesiásticas. • Enciclopedia de la ReUgión Católica. Dlctwnnatre de Théologie Catholique (Vacant-Mangenot-Amann). Dictionnalre de la Bible (Vigouroux). Supplement (Pirot). Dictlonnaire d~Histoire el de Géographie Ecdésiasttque (BaudrillartRichard-Rouzies ).

Dictionnaire if Arch40wgie chrétienne et de Liturgie (Cabrol-Leelercq), Dictionnaire apologétique de la Foi Catholique (d'Alés). The catholic Encyclopedia, Ch. G. Hebermann, Nueva York y Londres. 1907-1922. o Entre las numerosas obras que estudian toda la: Teología Dogmá.tíca citamos la reciente y ya popular Sacrae Theologíae Summa . (S. Th. S.) editada por varios Profesores de la Compañía de Jesús, no sólo por la amplitud con que se tratan los temas, sino tambíén por la copiosa bibliografía que puede alli encontrar el que desee profundizar en el estudio de algún punto especial. Su disposici6n es la siguiente: Sacrae Theologiae Summa, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1952-53. '

Vol. l. ~Introductio in theologiam. De Vera ReUgione. De Ecclesia Christí. De Sacra Scriptura. Auctoribus M. NICOLAUet J. SALAVERRI. Vol. II. - De Deo Uno et Trino. De Deo Cf'eanteet eleoante. De peocaiis. Auctoribus J. M. DALMAUet J. F. SACÜÉs. Vol. IIL - De Verbo Incamato. MarkJlogÚJ.De gratia. De oIrtutibw infusls. Auctoribus J. SOLANO,J. A. ALDAMA. S. GoNZÁLEZ. . Vol. IV. - De Sacramentia. De NO'Via8Ímis. Auctoribus J. A. ALDAMA, F. P. SOLÁ,S. GoNZÁLEZ, J. F. SACÜÉs.

o Los PP. Dominicos, por su parte y en la misma benemérita colección, han publicado, en texto latino y bilingüe, la Suma Teológica, de SANTOTOMÁS,Con profundos estudios y comentarios de insignes Maestros de la misma Orden, S. RAMfREz, R. SuÁREZ, F. Mu1bz. M. CUERVO,J. VALBUENA, A. MARTÍNEz, A. COLUNGA,y la Suma contra los Gentiles, dirigida por J. M. PLA Y con introducciones y notas de J. AzAGRA,M. FERRER, J. M. GARGANTA, J. M. MAR'liNEZ. . . Universalmente conocidos son:. TANQUEREY, Synopsis theologiae dOgmaticae, 3 vóls, compendiados en su «Breoior Synopsis», y BILl.OT, el teólogo más profundo de los últimos tiempos, cuyas obras teológicas ha publicado la Universidad Gregoriana de Roma en 12 volúmenes. Son también recomendableS las siguientes obras: o LERCHER-SCHLAGENHAUFER,

lnstitutlones

Theologiae Dogmaticae,

Barcelona, 1945. • ZUBIZARRETA, Theologia dogmaúco-scholasuco, Bilbao, 1939. o ABARZUZA, Manuale theologiae dogmaticae, Padre Las Casas (Chile).

1947-49. o

«Collecuo Theologica Romana», dirigida por P. PARENTE,7 vals. POHLE-PREUSS,Dogmatic theology, 12 vols, (en inglés). HEnvÉ, Manuale Theologiae Dogmaticae, 4 vols. C. D. SCBMIDT,The teaching of the Catholic Church, 2 vols.

En castellano no tenemos ninguna obra que abarque toda la Teología, sino s610 algún breve compendio, como los de o o

E. GONZÁLEZ, La oerdad; cristiana, Zaragoza, 1948. J. BUJANDA,Manual de Teología Dogmática, Madrid, 1942.

PATROLOG1A E HISTORIA

J.

TlXERONT.Histoire dee dogmes, 3 vols., París, 1924. F. CAYRÉ,Précie de Patrologie, 2 vols., París, 1927. U. MANNUCCI-CASAMASSA, lstituzioni di PatrologidJ, 2 vols., Roma, 1948. A. CAsAMAssA,Patrología, Roma, 1938-1939. . B. ALTANER,Patrología, trad., E. Cuevas y U. Domíngilez, Madrid, 1945. PASCHINI, Lezionli di Storia Ecclesiastlca, 3 vols., Turín, 1930. L. TODESCO, Corso di StOriadella Chiesa, 5 vols., Turín, 1938-41. McSoBLEY, An Outline History of the Church by Centurles. Sto Louís, 1944.

B. OTl'EN, A Manuel of the History of Dogmas, 2 vols., Sto Louis, 1918, o MAIÚN SOLA, La evolución Homogénea del dogma Católico, Madrid, 1952. GRABMANN, Historia de la Teología Cat6lica, Madrid, 1940. o L. PASTOR, Historia de los Papas, Barcelona, 1910-1937 . . ' o. G. SCHMIDT, Manual de Historia comparada de las religiones, Madrid, 1947. o SABA-CASTIGLIONI,Historia de los Papas, Barcelona, 1948 . .' o M. ARAGONÉs, Historia del Pontificado . . o G. AmENTI, Los Papas, Barcelona, 1945. o MENÉNDEZ PELAYO, Historia de los Heterodoxos Españoles. o E. FL6REZ, España Sagrada. "B. LLORCA, Manual de Historia Eclesiástic(l, Barcelona, 1942. o MARX-RUIZ AMADo, Compendio de Historia de la Iglesia, Barcelona, 1914 . .0 PINARDDE LA BOULLAYE,El estudio comparado de las religiones, Madrid, 1940-45. o TACCHI VENTURI, Historia de las Religiones, Barcelona, 1947. o LLORCA-VILLOSLADA-MoNTALBÁN, Historia de la Iglesia Católica, Madrid, 1940. o·Rl.JlZ BUENO, Padres Apostólicos, Madrid, 1950. .

(1

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BmLlOGRAFÍA

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J. LEBRETON,

en

XI

BmLIOGRAru

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.?t,OMÁs

PRINCIPALES

REVISTAS TEOLóGICAS

, ' Españolas: ,Archivo Ibero-Americano, EstudIos hist6rlcos, Padres Franciscanos, •• Madrid . ...~ Ciencia Tomista, PP. Dominicos, Salamanca. Ciudad de Dios, PP. Agustinos, El Escorial. ::'9~tura Bíblica, AFEBE, Madrid. '~,;Efemérides Mariológicas, Madrid. , J~8tudios BLblicos, Madrid. :."~Btudios Eclesiásticos, Madrid. :'Estudios Franciscanos Barcelona. lo'

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" . (1) Las Actas de los Concilios han sido publicadas por varios autores, en :~,r:-n~~_colecciones; baste recordar la conocida de MANSI (t 1775), quien publicó :i~'p~TVr'Um Conciliorum _ el amplúdma coUectio, en 31 vols., reimpresa en ~:,;.~ en 1901, en 35 vols. Los Conclli?B li'0steriores han sido recogidos por los 'ino afflan-

te Spiritu (30 Sept. 1943); HU71umi generis (12 Ag. 1950); A. BEA. L'me. 41Iumaní generis» e gli studl bil,lk¿, en -ci-. Catt.~, 1950, IV; pp. 417-430; S. GAROFALO, Tentazioni deU'esegeta, en 4Euntes Doeetes , 1951. pp. 99-119; J. COPPENS, Les harmoníes des deux test., Toumai-Paris, .1949. o PRADOSIMÓN, Protuedeutica, Madrid, 1943; GIL ULECIA, A., Introducci6n general a la Sda. B,¡blia, Madrid, 1950. S. G.

ALMA:· Es la sustancia espiritual, que junto con el cuerpo constituye el hombre. Toda sana Bloso-

ALMA

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'fía ha admitido siempre la existencia, espiritualidad e inmortalidad del alma, dotada de inteligencia y de voluntad, con sus respectivas operaciones, 'lue son las más nobles del hombre y manifiestan su grado específico. Arist6teles define el alma: cPrimera perfecci6n (centeleoheía» = acto) de un cuerpo natural orgánico" (De Anima, 1I, 1), Y también: cEI principio por el que primero vivimos, sentimos, nos movemos y pensamos" (ibíd., n, 2). Santo Tomás (S. Theol., 1, q. 76) demuestra sobre la base de los principios aristotélicos, que el alma racional es la única forma sustancial del cuerno, Esta doctrina filosófica se mn~rn,:~y enriquece a la luz de la Revelación y de la Teología. . l. - Sda. Escritura: a) El alma ha sido creada por Dios e infundida directamente en el cuerpo de Adán (Gen. 3, 7): .,EI Señor Dios formó, pues, al hombre del barro de la tierra y sopló sobre su rostro un hálito de vida y el hombre se hizo alma viviente"; b) El hombre se asemeja a Dios por el alma, y en él se refleja la imagen divina de una manera especial (Gen. 1, 6 Y 1, 26): lo cual no permite defender que el alma sea material (cfr. Eccles. 12, 7); e) El alma es inmortal: el Evangelio está lleno de testimonios (cfr. Mt. ·12,28); en el A. T. véase especialmente Sapo 2, 23 Y 3, 1,4, 10; Ps. 48, 15-16, etcétera; d) Por los textos citados se prueba también que e! alma es e! elemento formal de! hombre, el principio vital y racional por el cual el hombre es hombre, animal viviente distinto de los brutos. 2. - Tradlcl6n: Generalmente repite y desarrolla la Revelación escrita acerca del alma. Tertu-

liana propuso la extravagante teoría del Traducionismo corporal (v. esta pal.), según la cual el alma de los hijos se engendra del semen de sus padres. Más tarde San Agustín, aunque impugnando la opinión de Tertuliano, pareció inclinarse a ~ ..Jraducianismo espiritool (el alma de los hijos se engendra de las almas de los padres, como la luz de la luz) para defender mejor contra los Pelagianos (v. Pelagianismo) la transmisión del pecado original. Pero no excluía el CreaGÍanismo, o sea la creación e infusión inmediata de cada alma por parte de Díos, En tiempos de la Escolástica se movieron cuestiones más sutiles; ~r ejemplo, en qué momento infunde Dios el alma (hoy es común la opinión de que en el Erimer instante de la Fecundación). Más ímportante es la cuestión de la un ... aad del alma y de su carácter. de forma msfancial de! cuerpo. Platón neg6 la unión sustancial del alma con el cuerpo, y dividió el alma en tres elementos (Tricotomía). Alguna huella de esta teoría se registra también de vez en cuando en la Escolástica. El franciscano Pedro Juan Olivi, distinguiendo en el alma la esencia y los tres elementos racional, sensitivo y vegetativo, sostenía que sólo los dos últimos informan el cuerpo y no el primero; que e! alma en cuanto racional se une sustancialmente al cuerpo, con el que forma un solo individuo, pero no formalmente. El Conc. de Viena condenó esta opinión, afirmando que el alma racional es la forma sustancial inmediata del cuerpo (DB, 471). Los Escotistas defienden que además de la forma sustancial principal, que es el alma, el cuer-

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15 po tiene la forma secundaria COf'rJoreitatis. La más segura es la doc¡trina tomística, según la cual el alma racional es la única forma ·sustancial que da al hombre el ser hombre, animal viviente, cuerpo, sustancia, ente (v. Inmortalidad).

AMBROSIO (San)

goría alejandrina una vasta serie de aplicaciones de los tipos a las realidades de la nueva economía en sus numerosos escritos exegéticos (p. ej.: De Exasnerone, De Paradiso, De Noe, De Abraham, De Tobia, etc.), Es de particular importancia su amplio comentario BmL. - STO. ToMÁs, Summa TheoZ., al Evangelio de San Lacas. HomI, qq. 75-77; Id., Qumstiones de anima; bre de austera práctica ascética, M. TH. COCONNIEB, L'dme humaíne: · existence et nature, París, 1890; C. trat6 con singular abundancia y )30YER, De Deo creante et eleuante, variedad, con finura de pensamien:Roma, 1940, p. 122 SS.; D. ?vIERGllill, to y de estilo, el gran tema crisPsicología; A. LANZA, Il momento deltiano de la virginidad presentando Z'infusione dell'anima nel carpo, Roma, 1939; A. ZACCHI, L'uomo: la flatura, a María como ejemplo excelso de Roma, 1944,p. ;"121.o BERAZA, De Deo esta virtud (cfr.: De virgillibus, De creante; WILLWOLL, Alma y espíritu, trad. de MENCRACA, J., Madrid, 1946. virginitate, De institutione virginia, Erhortatio virginitatis). En su P. P. conocido De officiis ministrorum ofreci6 un primer ensayo completo AMBROSIO (San): Doctor de la de una moral cristiana. Valiente defensor de la fe triIglesia n. probablemente en Trénitaria contra los Arrianos escribi6 verís hacia el 334 y m. en Milán .el 4 abril 397. De familia senatoobras que ocuP':fl ~ puesto im. ríal, fué cuidadosamente formado portante en la historia ae la Teología: De fide ad Gratianum, De en noma. Nombrado «consularís», Spiritu sancto, De Incamationis es decir, ¡!,obernador de las provincias de Liguria y Emilia con sede dominicae Sacramento. Para la Teología sacramentaria en Milán, fué elegido Obispo de la son preciosas sus obritas De myciudad a la muerte del arriano &tenis (Bautismo, Confirmaci6n y · A_usencio(374). Consagróse inmediatamente, bajo la dirección del Eucaristía), De Sacramentis (sobre presbítero Simpliciano, al estudio el mismo argumento con la explide la Teología, inspirándose en los caci6n del Pater Noster), De paegrandes autores griegos (Orígenes, nitentia (contra el rigorismo de los S~ Atanasio, San Basilio). Su actiNovacianos). Todas sus obras han vídad episcopal, que se desarro1l6 sido editadas muchas veces, siendo la más completa y accesible la ~n un período particularmente decado para la Iglesia y el Imperio, edici6n de Migne (PL., 14-17). Si fué providencialmente decisiva el fondo del pensamiento ambropara ambos: San Ambrosio junto siano es griego, su equilibrio es Teodosio se nos presenta como romano y su extraordinaria intea figura más grande de la época rioridad, personal. Sus obras fory uno de los fundadores de la man un género aparte en la lite, cultura del mundo cristiano. ratura cristiana (un cgenus dícendí · Orador eficaz, se inspir6 en las aliis ínímítabíle», según expresi6n graudes figuras delA. T. para desde Erasmo), a través de cuya lecarrollar sobre las huellas de la aletura siempre grata se respira fres-

i

AMERICANISMO

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la Iglesia a las exigencias de la civilización moderna, saeríflcando algunos cánones anticuados, miBIBL. - l. R. P ALANQUE, Salnt Amtigando la primitiva severidad, broise et Z'Empíre Romain, París, 1933; orientándose hacia un método más A. P.uu;m, S. Ambrogio e la sua eta, democrático: conceder más amMillm, 1941; O. FALLER, .,Amb7IJgío, Santo:., en EC¡ A. CASAMASSA, 1 grand» plitud a la libertad individúal tanPadri, S. Ambrogio, Roma, 1952 (ad to en el pensamiento como en la usum prívatum). o ALTANER CUEVAS, acci6n, teniendo en cuenta que Pat1-ologÚJ,Madrid, 1945. A. P. más que la organización [erárquíca obra sobre la conciencia. del individuo directamente el Espíritu AMERICANISMO: Término que se extendió a fines del siglo Santo (influjo del protestantismo); abandonar o no dar mucha ímpasado para designar el movímiento nacido de las ideas y de portancia a las virtudes pasiOO3" obelos métodos del Padre P. Hecker, (mortificación, penitencias, fundador de la sociedad america- diencia, contemplación) y preocuparse principalmente de las tnrna de Misioneros Paulistas. Este sacerdote americano conocedor de tudes activas (acción, apostolado, organización); favorecer entre las las exigencias psicol6gicas, de la mentalidad y del carácter de su congregaciones relígíosas las de pueblo, exuberante, ávido de ab- vida activa. El Papa después de soluta libertad individual, insensi- este sereno examen concluye con ble a las abstracciones te6ricas y estas graves palabras: «Nos no podemos aprobar estas opiniones amante en cambio del Pragmatismo (v. esta pal.), arrastrado por que" constituyen el llamado Amerícanísmo.» No hace falta comenlas riquezas naturales del país a un sentido hedonista de la vida, tario alguno. Prescindiendo de las había tratado de adaptar, sin exce- intenciones de los americanístas, sivas preocupaciones dogmáticas, ciertamente su posición doctrinal la religión cat6lica al espíritu de y práctica no se armoniza fácilsus connacionales, Sus tentativas mente con la doctrina y el espíritu tuvieron 'eco aun en Europa y así tradicional de la Igles{a, antes bien se determiné aquella corriente a abre, cuando menos, el camino a la que se dió el nombre de Amerierrores te6ricos y prácticos, entre canismo; Más que de un sistema los que merece señalarse la prefese trata de una tendencia concre- rencia atribuída al aouoiemo, en tada' en algunos principios de ín- tanto que Jesucristo y todos los dole práctica sín organicidad ninSantos dieron más importancia a guna. León XIII, conocido el peli- la oración y a la vida interior, de gro, envió una Carta Apost6lica las que depende el éxito dé todo cTestem beneoolenuae» al Cardo el apostolado cristiano. RecienteGibbons (1889) y ~r su medio a mente F. Klein, profesor del Inst. todo el Episcopado de los Estados " Cato de París, publicó un grueso Unidos. En este documento pontivolumen con el titulo: L'Américaficio se' ponen de relieve los prinnisme, hérésie fantÓme, en el cual cipales errores del Americanismo: el autor, que ya en 1897 había necesidad de una adaptación de traducido The lite of F. Hecker, co y gozoso el aroma de la piedad del e C6nsul Dei».

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17 de Elliott (ocasión de la carta de León XIII), trata de demostrar que el Americanismo condenado por el Papa no ha existido nunca. Evidente exageración no exenta de impertinencia. BJlBL. - O'CONNEL, L' amérlc4nisme d'apres le P. Hecker, 1897; A. J. DELATTRE, Un Catholicisme américain, Namur, 1898; LAMBERTINI, L'amér1canisme, París, 1899; A. HOUTIN, .L'amé1'icanjsme, París, 1903; F. DESHAVES, cAméricanisme~, en DTC; E. CmETTlNI, 4Americanis-mo~, en EC.

P. P.

ANABAPTISTAS: Es decir, rebautizadores. Se díó este nombre a los seguidores de una secta fanática que rebautizaba a los adultos, teniendo como inválido el Bautismo conferido a los niños. Era la consecuencia lógica del principio luterano según el cual s610 la fe justifica: ahora bien, no siendo los ·niños capaces de un acto de fe, su Bautismo es inválido. Este movimiento se inició en Zwikau (Sajonia), en -1521-1522, por obra de Nicolás Storch y de Tomás Münzer, y se propagó rápidamente por Alemania Meridional, consiguiendo adeptos sobre todo entre la gente humilde, artesanos y campesinos. . Bien pronto se señalaron dos Corrientes en el seno del movimiento, la una pacífica, la otra revolucionaria; prevaleció esta-última, arrastrando a la secta a una lucha iconoclasta que llevó la destrucción y la desolación a muchas provincias (iglesias destruídas, sacerdotes asesinados, bienes confiscados) y que provocó a su · Vez una violenta represión (la guerra de los campesinos). La idea inspiradora de la secta · er!l la instauración del remo de · DIOs en cada alma por .un influjo 2. -

PAIlENTE.-

Diccionario.

ANALOGíA

directo divino, uniéndose todas las almas en la comunión de los Santos independientemente de toda forma externa (supresión, por lo tanto, de la autoridad eclesiástica y civil, del Sacerdocio, de los Sacramentos, de la Bib1ia), pero can la colaboración de cada uno al impulso del Espíritu Santo (admitiendo por lo mismo el valor de las obras buenas). El sistema anabaptista no tiene con el luteranismo de común más que el punto de partida (8610 la fe ¡ustifica), que aplicaron rígidamente al bautismo de los niños, pero que suavizaron más tarde al admitir el valor de las obras buenas. Tras de su derrota polítíca, el anabaptismo perdió su carácter revolucionario y se organizó con criterios puramente religiosos (Mennonitas de Frisia). Actualmente los anabaptistas son muy pocos, repartidos por Alemania, Inglaterra y Estados Unidos, habiendo sido absorbido por los Baptistas todo lo que se conservaba más vivo en su movimiento. BIBL. - P. BEBNARD,(., en DA; J. DE TONQUEDEC, ~M¡lhod8 d'immanencel>, ibíd.; J. D. FOLOHERA, Newman apologi.'lte,París, 1927; G. MONTI, «Apologética.., en EC· A. FA.LCON, Manuale di Apologetica. o BALMBS, CarflU o un escéptico, Barcelona. 16 ed.; SIllÓN, A Dioa por la ciencia.

31

APOSTOLICIDAD

guicamente en Pedro y en el Colegio de los Doce, la Apostolicidad forma la espina dorsal de su constituci6n, la garantía de su , APOLOGISTAS: v. Esquema continuidad, la condición de su fede historia de la Teología; Suborcundidad. dinacianos. Afirma la Sagrada Escritura que Jesús estableció su Iglesia sobre APOSTASíA: v. Infieles. la roca de Pedro y sobre el fundamento de los Ap6stoles (Mt. 16, APÓSTOLES (gr. ebt6a't'oAOC; = 18-19; Ef~. 2, 20; Apo? 21, .14) enviado): Fueron doce D~scípu- Y la historia de la Iglesia nacienlos elegidos por Jesús (Mt. 1(}, te narrada en los Hechos, nos 5, 20 17, Mc. 6, 7; Hechos 6, 2; m~estra a los Apóstoles en el ejerCo;. 15, ·S, ete.) para difundir cicio de su misión, en la predicael Evangelio y el reino de Dios ci6n de una doctrina transmitida primero en Israel y después por Eor el Maestro, en la aplicaci6n todo el mundo. El Ap6stol es el de los medios de salvación instienviado de Cristo, como Cristo es tuídos por .ÉI, en la imposici6n de el enviado del Padre; su misión una autoridad derivada de :¬ l.Con · es la de dar testimonio de Cristo el mismo fin' de ensefiar, santificar '. sacrificándolo todo a este fin, in- y gobernar se crearon sucesores. · cluso su propia vida. Los EvanLa Apostolicidad implica por lo '. gelistas dan el catálogo de los tanto una continuidad legitima de .: doce Ap6stoles presididos por San sucesi6n cori la cátedra ocupada Pedro. Así S. Mateo: .Sim6n, 11a- por Pedro y el Colegio Apostólico ·:inado Pedro, y Andrés, su hermacon la conservación de la misma . no, Santiago, hijo de Zebedeo, y doctrina, de los mismos sacramen" SU hermano Juan, Felipe y Baz:: tos, del mismo régimen. La Apos'.: tolomé, Tomas y Mateo el Publitolicidad es como la teoría' ininte, cano, Santiago, hijo de Alfeo, y rnnnpida de los Papas (sucesores ,Tadeo, Simón Cananeo y Judas de San Pedro) y de los Obispos ....IsCariote, que le vendíó» (Mat. (sucesores de los Ap6stoles), que 10, 2). se transmite la antorcha de la misBIBL. - A. MEDEBlELLE, en DBS, 1, ma fe a través de las edades, el eol, 533 0.; R. HARRI8, The tweloe cáliz de la misma sangre de CrisApo$tles, Cambridge, 1927; CAl'OBW'b, en EC, 1, col 1680 o. .. to, el báculo de la misma autoriP. P. dad. «Como las primeras ramas de un árbol no mueren, sino que se ~. • APOSTOLICIDAD (de la Iglerenuevan y prolongan, difundien:. BIa): La Apostolicidad es la cuardo su fuerza vital a las partes ta y última nota o propiedad que nuevas, . así sucede en la Iglesia Símbolo Níceno-Constantínopocon la sucesi6n de sus pastores. En ella el colegio episcopal se re••...... ".L ltano atribuye a la Iglesia. Na~ 1i(~ la naturaleza Última de la JDlSnueva de tiempo en tiempo, pero difundiendo y prolongando la vida Iglesi~; efecto r siendo ';;:'" humarudad orgaruzada socialapost6lica. La Apostolicidad, pues, ["bl.ente en Cristo, es decir, jerárde la Iglesia no es para nosotros Fr :Barcelona, 1941; GÚRPIDE, La religión · trascendente, P8lDplona, 1944. . P. P.

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32

APRIORISMO un hecho remoto o pasajero, sino presente actualmente, porque la vida que hoy tiene la Iglesia pasa de Cristo a sus Apóstoles, de los Aoóstoles a sus legítimos sucesores y de éstos a nosotros." [Card. Capecelatro.) Distínguese la Apostolicidad formal, que es la que acabamos de describir y la Apostolicidad material, que, aunque importa un origen apostólico, se halla falta de legítima continuidad, por haberse separado de Pedro, viviente en el Romano Pontífice, a quien están sujetos los Obispos, como los Apóstoles lo estuvieron a Pedro. La Iglesia oriental cismática, llamada -ortodoxa», sólo posee la Apostolicidad material. BIBL. - STO. ToMÁs, In Symbolum Apostolof'Um e%pontio, aa, 7-8; MONSABBÉ, E:rpoaici6n del dogma, conf. 54; CARD. CAPECELATRO, Esposizione dellll dottrina cattolica, Homa, 1903, 1, 3, c. 4; A. VELLICO, De Eccleria, Roma, UJ40, p. 51? ss.: CH. JOURNET, D'Église du Verbe lncatné; l. La hiérarchie apostolique, París, 19'13; J. V. ;¡JAINVEL, Apostolicité, en DTC; M. JUGIE, Le Schisme byzantln, París, 1941, pp. 275-91; ta., 011 se trOU1)e le Christiaf1isme intégral, París, 1947; íd., «Apostolú;U;i",, en EC. " SALAVERRI, S. Th, S., t. 1.

A. ,P.

A PRIORI -' A POSTERIORI: Son dos expresiones clásicas de la filosofía escolástica, que sirven generalmente para calificar el conocimiento racional en su forma silogistica o demostrativa. Las dos expresiones tienen un sentido fundamental bien determinado entre los escolásticos: ca príorís sienmca mi 'proceso deductivo del raciocinio, en que se va de la causa (cprius al efecto (cposterius,.); ca posteriori .., por el contrario, indica el proceso inverso, es decir, del proceso efecto a la causa (inB)

ducción). Redúcense comúnmente a la demostración ea priori. también las llamadas epropter quídy ea símultaneo», de las que la primera procede de la causa próxima adecuada al efecto, y la segunda del análisis de los términos o de la ligazón Íntima que existe entre las propiedades de un mismo sujeto. A la demostración ca posteríorí- se reduce la argumentación llamada «quía •. Ejemplos: a) Demostración ca priorís (epropter quíd-): De la naturaleza espiritual del alma a su inmortalidad; de la infinidad de Dios. a su inmutabilidad. b) Dem, ea poste.dorh (equia:»: De las operaciones del alma (cognición y volición libre) a su espiritualidad; del mundo creado a Dios Creador. c) Dem. ca simultaneo»: Del concepto de Dios. como ente necesario a su existencia (Leibniz). En la filosofía moderna el e a priori. y ea posteríorí s tienen hoy el particular significado de elemento . que precede o que se deriva de la experiencia. Este es especialmente su significado en la filosofía kantiana (v. Aprioriemo, Kantismo). BIBL. - C. BOYER, Curros l>hilosophiae, Pnrísíís, 1935, 1, p. 240 ss.; H. VIGL.INO, Logica, Romae, 1941, p. 331 s,

P. P.

APRIORISMO (dellat. ea priorí-): Teoría que admite en la mente humana. ide~ que preceden a la experiencia o san independientes de ella, Ha de dístín-. guirse: a) la cognición ca priori», que se reduce a una intuición intelectiva o a una "idea innata anterior a toda experiencia sensible;

33 b) la demostración ca .p;ior¡", que es un proceso cognosoítívo q~e va de la causa al efecto y se llama también cpropter quid» (para distinguirla de la ca posteríori-, llamana demostraci6n «quía-). El apriorismo aplicado al conocimiento de Dios se manifiesta: 1.0, como Ontologísrno (Malebranche, Gioberti): en la base de todo nuestro conocimiento hay una intuición inmediata de Dios ("primum logicum et primum ontologicum»); 2.°, como Innatismo (Descartes): la idea de Dios es innata, es decir, infusa por Dios mismo en nuestra alma; 3.°, como subtettvismo tl'ascendental (Kant): hay en nosotros una idea de Dios que, sin embargo, no demuestra su realidad objetiv(l; Dios ~. un . postulado de la razón practica. Estas tres formas apriorísticas se hallan en contradicción con la doctrina católica, definida especialmente en el Conc. Vatic. (v. Dios). Se acerca también al apriorismo un argumento debido a S. Anselmo, llamado ontológico o ca silUultaneo~, que pretende demostrar la existencia de Dios por el análisis del concepto que tenemos de ltl: Dios es el Ente mayor que el cual no se puede pensar otro; como tal debe tener todas las PerfeCciones, hasta la existencia: por lo tanto, Dios existe. Descartes primero y más tarde Leibniz y otros teólogos modernos han rehecho en diversas formas este argumento; pero muchos con Santo Tomás lo rechazan, porque en ~l Se esconde un paso ilegítimo el orden lógico al orden real, ontolÓgico. m!IBd~·-A.D. SER'l'ILLANGES, S. ThoAquin, Parls. 1925, voL 1; R.

G

AlUUcoU-LAGl\ANGE.

3. -

PAllBNTE.-

Dieu, 1928, c. rr, Diccionario.

ARíSTIDES Curaw Philosophiae, Romae, 1936, vol. 11, p. 297 ss, , en DTCj «Beo-

tlfkazicme", en EEj S. llmSLlCATO, 1 fondamenti gluridici del p1'OC6880 di beanficazWne, Roma, 1944; G. LBw, cBeatl(icazione", en EC (articulo importante). A. P.

BEGABDOS (del alemán antiguo beggam mendigar, suplicar, orar?): Una de tantas sectas religiosas que pulularon en Europa en los s, XII y XIII. En realidad los Begardos son una derivación de las Beguinas, mujeres consagradas a una vida retirada y piadosa, y frecuentemente pobre. Unos y otros se mantuvieron al principio en la ortodoxia, pero poco a poco se fueron extraviando, sobre todo los Begardos, inHuídos por las extravagancias de otras sectas, principalmente los Fraticelli (v. e. p.). Desde el punto de vista teol6gico es interesante conocer las doctrinas que profesaban y divulgaban, de las que tenemos un índice auténtico en las proposiciones condenadas por el Conc. de Viena (13U';' 1312). El hombre puede llegar en esta vida a una perfección espiritual tan grande que sea impecable. Alcanzada esta cima, el hombre puede menospreciar los ayunos y la oraci6n y la obediencia a la autoridad, y por otra parte na tiene for qué preocuparse del cuerpo, a que puede conceder lo que quiera sin pecar. Además, el perfecto puede en esta vida elevarse a la visi6n de Dios sin necesidad del .lurnen gloriae .. (véase Luz de la gloria). No es pecado aquello a que uno se siente naturalmente inclinado; el místico contemplativo no debe descender al culto de la Eucaristía y de la Humanidad de Cristo (DB, 471-478).

=

BERENGARlANA (Herejía) Es también característica del Begardismo su aversi6n a la Sede Romana. Es fácil ver en esta herejía las líneas generales del quietismo (v, esta pal. y Molinosismo). BmL.-MoSJmIll4, De Beghardis et beguinabu.s commentanw, Leípzig, 1790; D. PHn.IPS, Beguines in medieval Sirasburgo A study 01 the social aspect of the beguine life, Stanford Univ., 1941· F. BERNET •• Beghaf'des, Beguines hete! f'odm:e8., en DTC.

.

P. P.

. BELARMINO (San Roberto): Doctor de la Iglesia n. en Montepulcíano en 1542 y m. en Roma en 1621. lngres6 en la Compariía de Jesú,s en 1560 y estudi6 Teología en Padua y Lovaina. En 1576 fué el primer titular .de la nueva cátedra «de controversííss instituida en el Colegio Romano (Universidad Gregoriana). Creado Car-: denal en 1599, ejercit6 en la Curia Roman!l un gran innujo con su doctrina y su extraordinaria caridad. Además de numerosas obras exegéticas, pastorales y ascéticas (de particular eficacia), Belarmíno escribi6 los imponentes volúmenes De Controversiís, obra capital para la época en que fué redactada, porque con erudici6n extraordinaria, orden lógico y fuerza de argumentaci6n positiva, demuestra la falsedad de las posiciones tomadas prel protestantismo sobre la «regiUafideh, sobre la Iglesia, sobre los Sacramentos y sobre la Gracia. . ·BmL. LE BACBELET, cBeUarmin., en DTC; J. DE LA SEIlVlhB La Théologie de Bellarmin, París 1909: CAYBÉ, Patrología 6 atona delUl Teol' TI, trad. it., Roma, 1938; FIOCC~' «Roberto Bellarmíno, Santo. en EC: • te., S. B. Belarmino, de la' e de l' trad. Páramo, Santander, 1931.' ., A. P.

48 BERENGARIANA (Herejía): Berengario de Tours, arcediano de Angers (1000-1088), formado en la escuela de Chartres bajo la díreccíón de Fulberto, se alejó muy pront? de los ejemplos y de la doctrina de su maestro, y cediendo a su índole naturalistica negó la verdad de la transustancíaci6n (v. esta pal.), aduciendo estas razones: 1) Los accidentes son inseparables de su sustancia, por lo tanto, si quedan ínvaríados después de la Consagraci6n, se ha de afirmar que su sustancia permanece sin mutación alguna; 2) Es imposible que una sustancia se' transforme en otra preexistente. Rechazada la transustanciaci6n; era 16gico que negase también 'la Df resencia real, como lo hizo con os siguientes argumentos: 1) Si Cristo estuviese presente en la Eucaristía habría de multiplicarse y distar del cielo; 2) La Eucaristía es un Sacramento; pero el Sacramento, según San AD'ustín, es un signum sucrutn, por 10 tanto el pan y el vino de la Eucaristía no contienen, sino siguillcan, el cuerpo y la sangre de Cristo. El conjunto de esta argumentación muestra la audacia de Berengario y manifiesta al mismo tiempo su escaso sentido teológico. Las audaces afirmaciones del arcediano suscitaron una nutrida po- . lémíca en que se ejercitaron los mejores ingenios de la época (Lanfranco de Bec, Guitmundo de Aversa, Adelmán de Breseía, Durando de Troarn), y fueron repetidas. veces con?en~das por la IglesIa, que reunió SIete Concilios para reducir al versátil escolástico quien finalmente aceptó, en ei Smodo Romano de 1079, una f6rmula eucarística elaborada por L)

,49 Alberico de Montecassino, en que enuncia claramente la presencia real y la transustanciación. Su sumisi6n fué fingida, porque, vuel-

to a Francia, recay6 en el error, hasta que, vencido por la gracia, hizo diez años de penitencia y muri6 reconciliado COnla Iglesia. Aunque un autor italiano de la época refiere que hasta la gente del pueblo se interesó por la herejía berengarlana, lo cierto es que la polémica se desenvolvió dentro de los muros de la escuela, provocando más bien un profundo estudio del dogma (entonces se formu16 la palabra ctransusfanc1ación.) y un aumento de la piedad eucarística. Recientemente se editaron nuevamente las obras principales de Berengario: De sacra Caena adoersus Lanfrancum, ed. W. E. Beekenkamp, La Haya, 1941 (el editor es protestante). BmL. - VERNET. Bhenger de Tout», OTC; A. J. MACJlONALD, Berengariua and the 1'efcrm saCf'amental doCtrine, London, 1930; M. CAPPUYNS, Bérenger de Tou,a, en GHGE (interesante); M. MATRONOI,A, Un teato ínedtto di Berengario di Tours e 41 Concmo Rotnano del 1079, Milán, 1936; L. C. R.UdlllEZ, La controversia EucaÑ.vtka del a. XI, Bogotá, 1940; C. BoYER. ~Berellgario di Tour.>>>, en EC.

A. P.

BERENGARIO:

v. Berengaria-

na (herefía). ~

BERNAB:g (Carta del Seudo): ApÓCrifodel N. T., compuesto a fiñes del s. 1 (entre el 96 y el 98). S.e debe probablemente a un cristiano convertido del judaísmo y qu_evivió en el ambiente alejandrino, ya que el autor se entrega a un fuerte alegorismo bíblico. La carta. se divide en dos partes; en la primera se demuestra la actua-

BERNARDO

DE CLARAVAL

ci6n de las figuras y de las promesas del A. T. en la religi6n y en la persona de Jesucristo; en la segunda se habla del camino de la luz (virtud) y del camino de las tinieblas (vícío), eco del pensamiento de la Didaché. Son claras y terminantes sus afirmaciones sobre la dignidad de Jesucristo, sobre el valor soteriol6gico de su muerte, sobre la eficacia del Bautismo. BmL. - CASAMASSA, I Padri Apoatollcl, l. Turín, 1940, pp. 223-47; M. PELLEGRINO, ",BaTnaba, Leuera db, en EC (con bibI.). o Padf'es Apoat6Uc08, Ed. y notas de RUlZ BUENO, Madrid, 1950.

A. P.

BERNARDO DE CLARA VAL (San): Doctor de la Iglesia, n. en 1090 en el castillo de Fontaínesles-Díson (Borgoña); m. en Claraval el 20 de agosto de 1153. Ingresado en 1112, con muchos caballeros amigos suyos, en el Monasterio de Citeaux (Cister), fundó, en 1115, la Ahadía de Clorvaux (Claraval), de la que fué abad treinta y ocho años. Por su prestigio personal, la Orden Cisterciense, y sobre todo su Monasterio, vino a ser el epicentro de un vasto movimiento de reforma de todos los sectores de la vida eclesiástica. Amigo de Santos y de Reyes, de ObiSfoS y de Papas, se convirti6 en e señor de su siglo, temido a veces y amado casi siempre. Por la fluidez de su latín, sembrado de ideas y de frases bíblicas, por la ternura de su amor a la humanidad de Jesús y a la V-irgen Maria, por la suavidad de su estilo) que aun en las frases más ardientes revela la delicadeza de su corazón, San Bernardo ha pasado a la posteridad con el títUl~ de Doctor Melül.uo.

BIBLIA

50

Los 74 libros que componen la Biblia se distribuyen en dos grandes secciones: el Antiguo y el Nuevo Testamento (v. estas dos palabras). El término Testamento, sezún el valor del vocablo hebraico original (. beríth-) y del gríego, que lo tradujo desde el principio (8Lct~1¡)('lJ), puede indicar o que los libros contienen las dísposieíones .con que Dios prometía (A. T.). o concedía (N. T.) a sus fieles los bienes que culminarían en la posesión de la felicidad eterna; o puede designar la serie de pactos y alianzas con que en el-curso de los siglos ·lig6 Dios. a los hombres consigo en vista de su Redenci6n. El Antiguo Testamento, patri-' monio sagrado al principio del pueblo _hebreo, al que Dios eligió como depositario de sus promesas de redención, pasó después, completado por el Nuevo Testamento, a ser legítima herencia de la IgleBmL. - VACANDARD, Vle de Sto BerfttU'd, 2 vols., Paria. 1895. G. GOYAl1, sia, que es el verdadero Israel, el San Bernardo, trad. ít., Brescia, 1928; auténtico pueblo elegido, a favor E. GIL8ON, La Théoi. m!J,~ti'Jue de del cual se verificaron las antiguas Sto BBfTI4rd, París, 1934; ]. LECLERcQ, S. Bemard MII.tíque, París, 1948; F.· promesas divinas. , OPPENHElM, «Bernardo, Santo», en EC La actual legislación eclesiásti(con bibl.). o Obra.! de San Bernardo, ca (CIC, Cáns. 1391, 1399, 1400) Introd. y notas del P. G. Prado. Madrid, ·1947. A. P. prohibe a los fieles las versiones en lengua vulgar que no lleven la aprobaci6n de la Sede Apostólica BIBLIA: El sustantivo castellano reproduce el plural neutro J' que no hayan sido publicadas bajo la vigilancia de los Obispos, griegoTcX(3L(3ALQt (== los libros), que e ilustradas con notas sacadas de pasó al latín medieval y a las lenlos Padres y de los intérpretes caguas modernas COmo un nombre tólicos. Las ediciones de los textos singular femenino, para indicar el orígínales y de las antiguas versioconjunto de los liEros inspirados nes, y las traducciones hechas por por Dios, llamados también Saacatólicos están permitidas a los grada Escritura o Sagradas Escrique se dedican a estos estudios. turas. En tanto que la palabra griega señalaba el. carácter comBmL. - cBibbün, en El, VI, 879puesto del libro divino: la multi926; EC, rr, 1545-87. Son excelentes los siguientes manuales de introduccl6n plicidad de los libros contenídos a la Sda. Biblia, en los que se podrai en .él, la latina pone en evidencia encontrar abundante bibliografía: PBBsu autor y su espfritu único. BELLA. Introd. gen. alla S. Bibbia, TuEntre sus numerosas obras (publicadas por Migne, PL., 180185), hemos de recordar, además de sus cartas de importancia bistóríca; el libro De consideratione (compuesto entre 1149 y 1153 Y dedicado a su antiguo discípulo, entonces Papa Eugenio 111), obra única en la historia del cristianisnio, en que las más elevadas consideraciones teo16gicas se aplican a la vida cotidiana }' a las necesidades ínmedíatas de la Iglesia. Son de valor imperecedero sus sermonea sobre la Virgen y sobre el Cantar de los Cantares, donde se condensó su doctrina mística. El influjo de San Bernardo se ha extendido a todos los sectores (teológico, religioso, ascético, íilosóflco, político), dejando una huella FOfunda en toda la cultura occidental y un amable recuerdo en la historia eclesiástica de su tiempo.

51 rln 1952; lnstit. Bíblic. del Ponto 1st.

Bfbl., vol. 1, Roma, 1951; HOPFL-GVT, lntrod. gen. ~n S. Scripturam, Romae, 1950. Son más sintéticos y de carácter más vulgarizador: GRAMATICA-CAS'I'OLDI, Manoole del~ B.! ~án, 1~24; RoJlERT-TmCOT, lnit. biblique, París, 1948; CASTELLlNO, Che cos'e la Bibb'ia, 1, n, Turfn, 1941; CBBMJNANT, Introd. alla Blbbia, Turro, 1942.· PRADo, Proped6uticG B4blicaG, Madrid, 1949¡ GILULECIA, lntrod. gen. a la S. Biblia, Ma,drid, 1950; FERNÁNDEZ, lrwtit. Bibl., l. IV, pan; l. S. G.

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BIENAVENTURANZA: Es la últíina perfección del ente íntelectual. Boecio la define: -Estado .perfecto por la acumulaci6n de todos los bíenes.s (De Consol.

phllos., 111, 2.)

La Bienaventuranza se puede considerar objetiva y subjetivamente (formalíter): en el primer sentido es el bien sumo, capaz de hacer feliz al ente intelectual; en el segundo es la felicidad delsujett;,; to intelectual, que goza de aquel ~ bien. Escoto y en Earte S. Buena( . ventura sitúan pro erentemente la bienaventuranza en un acto de .... voluntad (amor); Sta. Tomás, en cambio, la coloca en el entendí'. miento (cogntclón), tras del cual se íf,'.~:. mb ueve la voluntad. Para el boro1+ re en el estado actual la bien~ aventuranza consiste en la visión f " la~eatífica(v. esta pal.), es decir, en r' visión intuitiva de Dios en su ':;r'. , o'pesencia(fin supremo sobrenatural). ero la bienaventuranza compete o ~ Dios sobre todo en grado .rumo: es de hecho objetivamente el en sumo; subietivamente se conoce y se ama iirlinitamente, y por ~ ~o es infinitamente feliz. Esta diadna beatitud no puede ser aumenti.. a ni dismimúda ~r las criatu,'i;' dasl: cuando la Revelación habla o e d?lor o del aumento de gozo , !T o en DIOS usa un lenguaje figurado,

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BILLOT,

Luis

para hacerse entender de los hombres. Con la Encarnación Dios se puso en condiciones de poder gustar nuestras alegrías y: nuestros dolores con corazón humano. La palabra Bienaventuranza se usa también para significar las ocho normas promulgadas por Jesús en el Evangelio (Mt. 5, 3-11): cBienaventurados los pobres ... Bienaventurados los mansos ... ", etc. Se designan también bajo el nombre de Sermón de la Montaña, y son la síntesis del mensaje evangélico. BIBL. - STO. TOMÁS, Summa Theol., J, q. 26; SERTILLANGES, Sto Thomas

d.' Aquin, París, 1925, I, p. 273; P. PAJlENTE, Il primato dell'amore e S. To-

en ~Actra Ponto Acad. Rom. S. Thomaes-, 1945, p. 197 ss.; A. PORTALUPPI, Commento oüe' beatitudim, Roma, 1942; «Béatitflde'i> y cBéatú1Jdu 1;t;angéZlquBSP, en DTC. o RAMiBEz, S., De hominis beatltudine, Madrid. 1942 .. 1947. fl'lQ#O,

P. P.

BILLOT, Luis: Teólogo eminente, n. en Sierck (Metz) el 12 de enero de 1846; m. en Galloro (Roma) el 18 de diciembre de 1931. Sacerdote en 1869, entró al poco tiempo en la Compañía de Jesús. De 1885 a 1911 fué profesor de la Universidad Gregoriana, donde conquistó fama internacional de teólogo especulativo. Creado Cardenal por S. Pío X (1911), renunci6 a su dignidad como consecuencia de un incidente determinado por sus personales convicciones sobre la Action Franeaíse (1926). Sus numerosas obras tocan casi todas las cuestiones dogmáticas: son clásicos los tratados De Deo Uno et Trino (Roma, 1895), De Verbo Incarnato (Ibíd., 1892). Billot, defendiendo con vigorosa dialéctica el tomísmo en el momento particular:-

52

BUENAVENTURA (San) mente delicado de la crisis modernista, mereció bien de la Iglesia y de la civilización. BIBL. - H. LE FLOCH, Le Cardo Billot, Lumiére de la théologie, París, 1947; P. PAllENTE, cBiUot, 'LouÍ8», en

EC.

A. P.

BOCOMILOS

(del

búlgaro

Bogmile, que equivale a la pa-

labra griega 0e6, en DTC; BATTELLI, LL!, CaZvmumo, Milano, 1948; A. Lanz, cCalvino., en EC. P. P.

n

CANO, Mélchor: Te610go dominico n. en Taranc6n (Cuenca) ha~a 1509 y m. en .T~ledo el 30 septiembre 1560. Discípulo de Francisco de Vitoria, le sucedi6 en la cátedra de Teología en Salamanca en 1546. Particip6 en el Conc. de Trento (1551-52), interviniendo activamente -en las discusiones sobre los sacr~en~ de la Eucaristía y de la Penitencia y sobre el Saeri_ ~cio de la Misa. Carácter vivo, no s~empre supo elevarse sobre las pasienes políticas y religiosas de su época. Además de las Relectiones de Sacramentis in genere y De Paenitentia (Salamanca, 1550), son notables sus Ltbri 12 de locis theologicls (pós~o~ e incompletos; SU última edíeíón ha sido ha. de T. Cucchi, en Roma. 1900, tres volúmenes), que le confieren un lugar de honor en la historia de la teología. Redactados en un latín acicalado, constituyen la tentativa más grande para construir una metodología teo16gica en los tiempos .modernos, y han ejercitado un amplio influjo benéfico sobre todo para la vuelta al estudio positivo . de las fuentes.

¿~L. '- A. LAMo. Die lod theologici -. Cano tmd dúJ Mefhode del dog-

beweises. Munich. 1925; E. e CallO. Melchlor., en EC; La nature de la théologie M. Cano, Ottawa, 1949.· MAdoi o~~fa Btlolución homogénea del

=en

M

E, cf'~~OTTE,

ruJ'S ~

ma ........Zico. cap. 7, Madrid, 1952.

A. P.

CANON

CANON (de la Biblia) (gr. KOtY6>.'" Designa la colección O el catálo~o ~e aquellos libros que por ser ínspírados de Dios Son la regla ~e la verdad y de la vida. Canónico es por lo tanto un libro que se encuentra en el Canon cu~to está inspirado por Di~s y ha sido como tal reconocido por la Iglesia. Desde el s. XVI se acostumbra llamar protocanónicos a los libros cuyo origen divino se admitió unánimemente en la Iglesia desde el principio, y deuterocanónko3 aquellos sobre cuya inspiración se tuvieron ciertas dudas hasta el s, V.. El término deuterocanooico no tie ,~;..~ ne un v~lo~ absolu~o,· en cuant~'!~:;.~;" que no indica un libro que fué .,'""',admitido en el canon en segundo .. , (8eÓTe:poc;) lugar, ya que también los libros discutidos fueron recibidos desde el principio en el canon de la Iglesia. Actualmente los judíos, seguidos .: de los protestantes, a quienes se arriman las cristiandades disidentes, repudian los síguíentes libros deuterocan6nicos del A. T.: Tobias, Judit. Sabiduría, Eclesiástico. Baruc y los dos de los Macabeos, más algunos trozos de Ester y Daniel, todos los cuales. libros y fragmentos, se hallan escritos y conservados en griego. Los deuterocan6nicos del N. T. son los siguientes: la Epístola a los Hebreos, la de Santiago, la II de S8.Jl Pedro. la 11 y 111 de S. Juan, la de S. Judas y el Apocalipsis. . Llámanse apócrifos los libros de título y contenido afín a los del Antiguo o Nuevo Testamento, pero que no han sido reconocidos por la fglesia como inspirados y están excluídos del Canon (v. Ap6crif08), . Los protestantes llaman ap6cri-·

= re&Ia):

en .

56

.CANON

jos a los deuterocan6nicos, reservando a los que nosotros llamamos apócrifos el término de seudoepigrafos (= con falso título). BIBL.-S. ZARB,De historia canonís ,utflusque testamenti, Roma, 1934; Id., n canone biblico, Romae"1937; V. también los tratados de Introd. gen. a la Sda, Biblia, al pie de la palabra BlbUa.

S. G.

CANON (de la Misa) (gr. xGtvwv Es el conjunto de oraciones de la Misa que van del -Sanetus- al eArnen.. anterior al «Pater Noster •. El Canon ha sido designado con diversos nombres: se ,le llamó en la antigüedad orad6n (eóx1¡) por excelencia; recibió también el nombre de acción de la expresión latina agere causam, defender una causa; el sacerdote, en efecto, defiende en la persona de Cristo la causa de toda la Iglesia ante Dios Padre; llámanlo los griegos anáfora (&vcx.cpop&), es decir, oferta; en la Edad Media se llamaba Canon Consecrationis, porque con aquellas oraciones se consagraban el pan y el vino, para distinguirle del Canon communionis que le sigue. Entre los latinos prevaleció el nombre de canon, que ex¡>resa bien la parte fija y reP'lllur de la Misa. El canon, tal com~ hoy lo tenemos en el Misal, recibi6 su último retoque del Papa S. Gregorio Magno; se remonta, por lo tanto, al s. VI, aunque hay elementos para poder afirniar que ya estaba constituí do sustancialmente en el s. IV. El núcleo central del canon se inspira en las palabras y en las acciones de J esus en la última cena. Si se quitan los diversos textos que se fueron añadiendo y los «mementos» de vivos y difuntos (recuerdo de la lectura de los «dípticos .., o sea de las tablillas donde

= regla):

estaban escritos los nombres de los vivos y difuntos por quienes había que orar), el terna fundamental es . la acción de gracias a Dios por la obra de la Redención '(Jesús «gratías egih), que se renueva en la consagración sacrifical (Jesús consagr6 el pan y el vino) y ofrecida de nuevo al Padre en unión con el Hijo y el Espíritu Santo. El sacerdote, en efecto, fiel al mandato de Jesús: eHaced esto en memoria mía", recuerda la pasión, muerte, resurrección y ascensión del Señor, y renueva con toda la Iglesia la oblación que hizo Jesús de sí mismo. Al principio se recitaba el canon en voz alta, posteriormente se introdujo la costumbre de pronunciarlo en voz baja y en el más profundo recogimiento, tal vez para· circundar tan santas palabras de un halo de misterio. No significa esto que el pueblo no deba conocer el rico contenido de esta oración, antes al contrario es deseo de la Iglesia que los fieles se empapen de su espíritu y sigan al sacerdote, repitiendo la misma f6rmula "penetrada de fe, perfumada de piedad, plena de fuerza y de acción. Su lenguaje sencillo tiene un carácter vivo, una impronta antigua, conmueve a quien la pronuncia con una impresión semejante a la que produce la penumbra misteriosa de las Basílicas de la Ciudad eterna .. (Gihr). Es digno de notarse que el Conc. de Trento declaró que el Canon de la Misa está libre de todo error (DB, 942). BIBL.- A. VIGOUREL, Le canon romain de, la Muae, París, 1915; P. CAGIN,. L Allaphore apostolique, París, 1919; A. FOl\TESCUE, La Messe París 1921; MOLIEN, La pnere de i''Églíse: Paris, 1923, t. l. Messe 6f Heuru au Iour; VANDEUR, La Santa Messa, Faen-

57 1927· J. DE PUNlET, La litUf'gce

di la M:Sse, Avüi6n, 1928; B., iBoT:r~, Ltl ()anon de la Mene Romame, édidon critique, inttoductíon et notes, Lovaina, 1935; MENNlNI, La mia Messa, Turln, 1941; QpPENHEIM, Canon Missoe primitivae, Romae, 1948; J?NG?iAN"N, El sacrificio de la Misa, Madrid, 1952; N. RxGBETl'I, Storla lituTgica, III; La MessD, Milán, 1949, pp. 273-391; A. ROBERTI ~Canone della Mesaa7>, en EC. o ROJo, La Mua 11 su liturgia, Madrid, 1942, A. P.

A:

CANONIZACIÓN: Es la sentencia solemne -con que el Papa declara que un Beato goza actualmente de la gloria celestial e impone su culto a toda la Iglesia. En este juicio, según la doctrina más - común, el Papa es infalible. Mientras que la BeatiFicadón (v. esta palabra) es una sentencia preliminar, no infalible y solamente permisiva del culto, la canonización es un juicio definitivo; infalible, preceptivo del culto. Por este acto pontificio: 1) Se les debe a los santos el e culto de dulía..; 2) Su imagen debe ser circundada de la aureola; 3) Sus reliquias pueden ser expuestas a la veneración; 4) Puede celebrarse la Misa y el Oficio en su honor; 5) Puede dedicarse un día de fiesta a su memoria, etc. Aunque la Iglesia intervino desde el principio para regular el culto de)os mártires y de 'los confesores y fué estableciendo las normas, elaboradas y codificadas lentamente (v. Beatificaci6n), sin embargo solamente bajo Urbano VIII se llegó a una distinción neta entre la beatificaci6n y la canonización, y se reservaron una y otra a la Sede Apostólica. BENEDICTO XIV, De serooet bBGtof'tIm canonizatione; T. ÜRTOLAN, cCanonl8a~., en DTC; L. VON HBlI.TLING, BmL. -

f'Um Dei

beatificatwne

CARACTER cCaflOnisation», en DS; "Canonizzazione», en EE; F. CAGNA, De processu Canonizationis a prl.mu Eoclesiae saeculis usque ad codicem l. C., Romae, 1940; C. SALom, "Canonízzazione7>, en EC; G. Low, , en EC. (> S. Th. S .• t. IV. r. Madrid. 1951.

f

x-

A. P.

CARIDAD: Es una virtud Infusa, comunicada junto con la gra~; da, que inclina a la voluntad a amar a Dios por ser quien es. Las tres virtudes teologales (fe, espel'an'7.ay caridad) tienen a Dios por objeto, pero en tanto que la fe mira a Dios como no visto, y la esperanza tiende a Dios como a bien no alcanzado, la caridad tiende, y se adhiere a Dios como a bien absoluto en sí mismo. La primacía de la caridad la afirma claramente S. Pablo en una bella página de la 1 Cor., c. 13: -Ahora permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y la caridad, pero de las tres es la caridad la más excelente. _ Añade el Ap6stol que en esta vida nada vale, ni siquiera ,el martirio, sin la caridad, y en la otra cesarán la fe y la esperanza, pero la caridad. no se extinguirá jamás. No menos luminoso es el testimonio de San Juan so,bre la excelencia de la caridad: d~fine a Dios con esta expresión de Caridad y revela la eficacia de esta virtud al determinar una mutua inmanencia entre Dios y el hombre: -Díos es caridad y quien permanece en la caridad permanece en Dios y Dios en él. (1 Jo. 4, 16.) Por 10 demás, todo el Evangelio es el gozoso mensaje del amor. Este motivo fundamental, de la Revelación lo encontra¡nos ampliamente desarrollado por os Pames, especialmente por San Agustin.. ' " 'Para la Teología basta reeor-

CARIDAD

dar la doctrina de Sto. Tomás; quien, a pesar de su tendencia íntelectuallsta, admite el primado de la caridad (al menos en esta vida) y da de ello profundas razones. Según Sto. Tomás la excelencia de la caridad se demuestra principalmente por su obieto o motivo formal, que es la bondad de Dios considerada absolutamente en si misma; por esto la carídad no es amor interesado (..amor concupíscentiae-), sino amor de pura amistad' (camor benevolentíae»), que busca y descansa no en el bien propio, sino en el bien del amado. Aun cuando la caridad nos hace amar las criaturas, su motivo es siempre la bondad de Dios, que resplandece en ellas. Demuestra además el Sto. Doctor que la caridad es la raíz, el motar y la forma de todas las demás virtudes, porque tiene por objeto el fin último, Dios, en sí mismo, a quien la caridad ordena toda la actividad sobrenatural del espíritu con un influjo continuo latente O manifiesto. La caridad está ligada tan íntimamente con la gacia santificante (Escoto y otros ras identifican) que con el pecado se pierden las dos, mientras que las demás virtudes quedan, si bien en condiciones de esterilidad (virtutes informes). La caridad puede - ser más o menos perfecta, pero de su grado de intensidad y de pureza depende toda la vida rooral del hombre y su suerte eterna: cCaritas ergo inchoata, inchoata . iustitia est; caritas provecta, provecta iustitia esto_ (San AguStin, De notura et gratia, 70.). En el amor de Dios dlstínguen los te6logos varios grados desde varios puntos de vista; es sobria y. eficaz la distinción de Sto. Tomás (S.,Th:,

60

CATECÚMENO

u-n, q. 24, a. 9): .erimer gr~d?, de

los principiantes (aesprendirmento del pecado, liberación de la esclavitud de las pasiones); segundo grado de los proficientes (lucha tenaz) por la conquista estable del bien); tercer grado, de los perfectos (adhesión a Dios, preludio de la vida bienaventurada). . BIBL. - STO. ToMÁS, Summa Theol., II-II, q. 23 ss.; H. D. NOBLE, L'a~ tié avec Dteu.-Essais sur la me splrituelle d'apY[:s Saínt Thomas d'Lquin, París; 1927; R. M. SCHULTES, De caritate ut forma mrtutum, en «DiV\lS Thomass , 1928, pp. 1-28; M. CORDOVANI, 11 Santijicatore, Roma, 1939, pp. 435-501; F. DENIFLE. Vlta soprannaturale, Turín, 1930; P. PAllENTE,11 primato deU'amore e S. Tommaso d'Aquino, en «Acta PODt. Aead, Rom. S. Thomae», 1945, X, p. 197 ss., R. BALBVCELLI, Il coucetto teologice di carita attraoerso le maggiori interpretazioní patnstíche medlevali di 1 Coro 13, Roma, 1951. o Beraza, De Virtutibus infusis.

P. P.

CARISMA (gr. X,xpLG(Lot. =don): Es en general cualquier don concedido al hombre por la benevolencia de Dios, y en especial un don gratuito, sobrenatural y transitorio, conferido a un individuo con vistas a la utilidad general, para la edificación de la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo. El profeta Joe! (2, 28; V. Hechos 2, 16 ss.) predijo para la época mesiánica una abundante e~ión .del Espíritu Santo, y Jesus, antes de subir al cielo, pro~etió. a sus discípulos que su predíeacíón había de ser acompañada y confirmada. con singulares prodigios (Mc. 16, 17-18). S.. Pablo da cuatro elencos de caris~as concedidos a la Iglesia en los pnmeros tiempos, pero no son ni iguales ni completos (1 Coro 12, .8-10; 28-30; Rom. 12, 6-8; Eph. 4, 11; cfr. 1 Cor. 14, 26).

La ídentíflcacíén de cada carisma resulta dificil por la falta de elementos suficientes. Habla él de dones de apostolado, de proiecia, de discreción de espíritus, de doctrina, de exhortacién, de himnos, de lenguas, de interpretací6n; del don de evangelista. En virtud de estos carismas, que podían: investir a cualquier fiel, -las comunidades cristianas eran instruídas y edificadas con discursos de diverso género. Otros carismas se ordonaban a la díreccíón espiritual y a la caritativa asistencia de los Ileles. dones de gobierno, de ministerio, de limosna, don de. patronato (de huérfanos y viudas), de hospitalidad, de fe (obradora de milagros), dones de curación, de poder (p. ej., la resurrección de los muertos). Los carismas tuvieron gran importancia en la vida Y en la constitución de la Iglesia primitiva, contribuyendo eílcazmente al incremento y a la difusi6n de la fe; pero es falsa la opini6n de algunos protestantes y modernistas según . la cual al principio la vida de la Iglesia fué toda carismática, sin jerarquía. S. Pablo habla de ambos aspectos de la Iglesia naciente. ·BIBL. - EC, lIT, 793-95. E. RUFFlLa gerarc1¡ÍQdeUa Chüua negU Attí Zett6l'B dl S. Paolo, Roma, 1921, pp. 91-111; F. PRAT, La teologw de S. Pablo, Madrid, 1941; A. LEMONNIER, en DBVS. l. cols. 1233-1243; B. MARECHAUX, Les charlsme3 du Saint E.. ",;t, París. 1921; J. BONSIRVEN, L'.t~angíle de paur, París, 1948, pp. 252-55. NI,

e nsU6

S. G. '

CARLOSTADIO:

v. Presencia

Real. CATECúMENO de xot.Tl)Xéw

(LEVO'

(gr.

xot.'tl)XOÚ-

= resueno,

de-

61 \'Uelvo el eco, enseño): Era el aspirante al Bautismo cristiano que se preparaba diligentemente a la iniciaci6n. El Catecumenado en estado embrionario en la edad apostólica se fué organizando a medida que crecía la afluencia de convertidos a la nueva fe (a partir del s. ·11,bajo el imperio de Commodo). Consistía en la instrucción de . la inteligencia (catequesis: v. esta . 'Palabra), que díó origen a verdaderas escuelas (cfr. el Dtdascalio« de Alejandría), y en la fonnaci6n del corazón por medio de ritos, oraciones y prácticas ascéticas (ayuno, eenitencias)., La org~nizaci6n diversa, segun las diversas reglOnes, pero generalmente comprendía dos clases de aspirantes, catecúmenos oyentes y catecúmenos competentes, correspondientes a dos períodos de preparaci6n: la remota, qUe comprendía hasta tres años, y fa pr6xima, que coincidía en todo o en parte con la Cuaresma y Se cerraba con la administración del Bautismo en la noche de Pascua de Resurrección, con lo que los competentes se convertían en fieles, neófitos (= regenerados). .La admisi6n al catccumenado, especialmente después de las defeCCiones verificadas en algunas persecuciones (lapsos), fué minuciosamente controlada. Un cristiano conocido hacía la presentación del novicio, el cual era sometí~ a algunas ceremonias. rituales (lnsuflaci6n, imposición de manos, etcétera); después de un' período más o menos largo de oraci6n, instrucción y pruebas, el catecúmeno pasaba después de un examen a la ~e de los competentes, que eran Objetode una fonnación intelectual y moral más intensa. l1:stosse pre- . paraban al Bautismo con ayunos,

=

CATEQUESIS penitencias, una especie de confesión secreta, aunque no sacramental; asistían a una parte de la Misa aprendían el ..Credos yel "Padre: nuestro", que se. les explicaba solemnemente (traditio), y finalmente se les daba a conocer la ciencia arcana de los Sacramentos. Recibido el Bautismo, conservaban su vestidura blanca hasta el primer domingo después de Pascua (de donde el nombre de csemana in albis ..). El catecumenado fué desa~areciendo a medida que prevaleera el uso de bautizar a los niños. BIBL. -

L.

DUCHESNE,

Les origines

du ctUte chl'fftien, Paris, 1898; E. CArTANEO,

II Catecumenato en _La Pro-

messas-, Milán, 1948; BAREIU,E, cCatéchumenat", en DTC y DACL. o D. LLoRENTE, Pedagogía catequistica, Vallado~ lid, 1948.

P. P.

CATEQUESIS (gr. Xot't'ÍJXljO'LC; de 7¡XÍJ = rumor; de aquí Xot't'''IjXéc.u == resueno, hago oír, enseño): En la aurora del cristianismo significó la enseñanza oral de la doctrina evangélica. Este término se encuentra en S. Pablo y en S. Lucas, especialmente en su forma verbal (cfr. 1 Coro 14, 19; Hechos 18,25) . Suele distinguirse una catequesis de los Apóstoles, quc es la predicaci6n de los heraldos del Evangelio, exposición sobria y sencilla, pero viva y concreta de la doctrina de Jesucristo; después una catequesis de los Padres, que es el primer desarrollo de aquella doctrina adaptada a la común intelígenci~ de los ne6fitos, especialmente en la fonna sencilla de homilías. Pero en un sentido más pro¡>iola catequesis es la instrucción dílígente que acompaña al catecumenado (v. esta pal.) desde los primeros siglos en sus diversos esta-

62

CATOLICIDAD dios. Había una catequesis íntro-

ductiva, que se exponía a los aspirantes antes de que fueran admitidos al verdadero catecumenado; tenemos de ella un interesante ejemplo en el De catechízandls rUdibus de S. Agustín, que trata sólo de la materia, sino también del método de enseñar las verdades religiosas, Tras de esta preparación inicial, el aspirante era admitido al catecumenado, primero entre los oyentes y después entre los competentes. La catequesis seguía ampliándose '1 profundizando hasta llegar a la doctrina de los grandes misterios y de los Sacramentos. El documento más completo y precioso a este propósito son las 24 catequesis de S. Cirllo de Jerusalén, en que se distingue una introducción (procatequesis» después 18 catequesis para los bautízandos ( q>(S)TL~6ILe'\lOL iluminandos), que tratan del pecado, de la penitencia, del Bautismo, de la fe, y desarrollan en estilo popular una explicación de los artículos del «Credo~; finalmente, 5 catequesis mistagógicas o sacramentales para los ya bautizados ('J€O, 1938, 337, 366; A. l'lOLANTI, D: Sacramentis8, Roma, 1951, pp. 38-54. S. Th. S., IV, De Sacramemi7, Madrid, 1951.

A. P.

CAYETANO: ,Tomás de Vio, te6logo X cardenal dominico, n. en Gaeta (de' donde su nombre de GaetanQ o Cayetano) el 2 febrero 1468; m: en Roma el 10 oct. 1533. Después. de .varíos años de magisterio en Padua, Pavía y Roma fué elevado a }as'más altos cargos de su Orden. Procurador General (1501) y Maestro General (1508). Ctéado' 'cardenal en 1517 partící,p6 con profundo conocimiento en

,1

BlBL. -P. MANnoNNET, CafMan, en , DTC; l. MOREGA, Caletam cita opeTum- ,.',' que brevis ducrl:ptío, prólogo a la nue- ' va ed. de la obra Commentaria 4n Porphy1'ii Isagogen, Roma, 1934; U. ": DBGL'!NNOCENTI, 4De Vio Tomf1l43o;r,., ,. en EC.

A. P.

CELmATO (lat. -Caelíbatus» no ha contraído matrimonio)! El ejemplo y la doctrina de Jesucrist9. Hijo de Virgen Y. espejo de pur~a íncontamínada, lo mismo que el de los Ap6s- , toles, que, siguiendo a' Jesús.. , abandcriaron sus familias, ejerci6, \ una poderosa fascinación sobre, i las primeras' generaciones erístía- ",nas; de aquí la alta estima en que' ;

= estado del que

67

la Iglesia naciente tuvo a la virginidad, ~tima que no. podía ~enos de ejercer un poderoso mfiujo en la selección de las perso· nas destinadas al culto. A príncí· pios del s. III, Tertuliano y Orígenes hablan de gran número de clérigos continentes, y a príncípíos del N, Eusebio de Cesarea da de ello la raz6n íntima: «Es .:conveniente que quien se ha de.' dicado al ministerio divino se abstenga del uso del matrimonio, a fin de que, libre de toda solicitud " terrena, pueda atender mejor a la · nredícacíón» (Dem. Evang, 1. 1, ~. 9; PG., 22, 81). Tales testimo.: níos prueban la costumbre ampliamente difundida del celibato clerical, pero ningún documento · de los primeros siglos habla de una ley establecida, antes el Con. cilio Niceno para la Iglesia Oriental tolera en el sacerdote y en , 'el diácono el uso del legitimo matrimonio. l!:sta fué la norma constante del Oriente hasta nuestros días. En cambio, en Occidente se determinó bien pronto una tendencia más rigurosa, y así el año 306, en el Cone. de Elvira, en España, se pudo promulgar un canon del tenor siguiente: -Plaeuít in totum prohíbere epíscopís, presbyteris et diaconis vel omníbus clericis positis in ministerio, abstinere se a coníugíbus suis et nOn generare filios;, quicumque vero fecerit ab honore clericatus ext:erminabitur» (C. Kirch, En-

chiridion Historlae eoclesiasucae, ...~99). l!:sta es la primera ley celí." atarla que abrió el camino que '. h~bía de seguir después constan-

'. temente la fglesia' latina. La' alta COnveniencia.de esta ley la expo· ne magistralmente T. de Maistre ".en SU clásica obra Él Papa, 1. 3,

r-.

CENSURA TEOLOGICA c. 3,.y sobre todo Pío XI en su Ene. cAd catholici sacerdotii:o, tle 1935, que ve en la castidad 'sacerdotal la más hermosa joya del clero católico. F. .A.. ZAccAlUA, Storia. po:lemlca del ceZibato, Roma, 1774; D. CARACCIOLO DI TORCHIAROLO, ,IZ celibato ecclesiastico, studio storico teologfco, Roma, 1912; T. VEGGIAN, IZ eellbato ecclesiastico'l, Vícenza, 1914. B. KURTSCHEID, Historia Iuris Canonlci, Roma, 1941, J; E. VACANDA1u>; ~Célibah, en DTC; M. Sc'ADUTO, cCelibato ecclesíastico1>,en EC (ron bibl.). o TOWER, El celibato eclesiástico, Madrid, 1951. . 'BIBL. -

A. P.

CENSURA TEOLOGICA (lat, .censere .. estimar, 'valorar, decretar): Es un juicio que califica desfavorablemente una expresión, una opinión o toda una doctrina teológica. Este juicio puede' ser pri:.. vado, si lo dan por cuenta propia uno o más te6logos, o público y aftcial, si ha sido promulgado ~r la. autoridad eclesiástica. La Iglesia tiene derecho a juZgcl..f y reprobar en materia teológica en virtud de su misión de enseñar y de su magisterio infalible en cuestiones de fe y moral, que la obliga a custodiar y defender de toda contaminaci6D directa o indirecta el depósito safado de la divina Revelación. E 'ejercicio de este derecho es antiguo en la 'Iglesíg (cfr. las definiciones de los Concilios, el indice de libros prohibtdos (v. e. p.), las proposiciones de tantos autores. condenadas en el decurso de los siglos). Las fórmulas de censura son :muchas .oon una gradaci6n que va del mínimo al máximo. Pueden agruparse en tres categoríase 1", Con,relación .al contenido doctrinal una proposición' puede 'ser .censurada

=

CIENCIA DE CRISTO

68

como: a) herética, si se o_pone abiertamente a una verdad de fe, definida como tal por la Iglesia; según su mayor o menor oposición una proposici6n puede calificarse de ~r6ijma a la herejía o de sabor herético; b) e1T6nea en la fe. si se opone a una grave conclusión teológica, derivada de una verdad revelada y de un prmclplO de raz6n; si se opone a una símple sentencia común entre los teólogos se califica la proposición de temsrarla. 2.·, con relación a un defecto en la forma por el cual la proposici6n es juzgada equívoca, dUdosa, capciosa, sospechosa, malsonante, etc., aunque bajo el punto de vista doctrinal no contradice a ninguna verdad de. fe. 3.·, con relación a los efectos Que puede producir en determinadas circunstancias de tiempo y de lugar, aunque no sea errónea ni en su contenido ni en su forma. En tal caso la proposici6n es censurada como perversa, viciosa, escandalosa, peligrosa, seductora de gentes senciUas, etc. Son muy distintas de las censuras teológicas las censuras eclesiásticas (como, p. ej., la exeomuni6n), que son penas medicinales. BIBL.-S. A. SB88A, Scrutinium doctrinarum, etc., Roma, 1709. Do VIVA, Damnatat'Um thesium theorogica trutIna, Padnae, 1737; A. TANQuERF.Y., Synopfta TheoL Do~, voL n, Parisii8,. 1926, p. 116 SS.; v. también ~Cen.tU"en, en D'I'C: S. CABTECIIINI, De ."(1Wre notarum tñeologioarum, Roma, 1951.• SALAVElUU, De 1)aZore et CI1R8Uf'tJ l'ropositionum in theologia, Esto EcL 23 (1949), 170-188; F. GARCfA MABTfNB:z. A ",.op6rito de 14 llarnGdG fe edB8i6Btlca, Mise. Comillas, 1946. P. P.

CIENCIA DE CRISTO: Es el conjunto de los conocimientos que tuvo Cristo como Dios y como

Hombre. Como Dios el Verbo tiene común con el Padre y con el Espíritu Santo aquel acto de intelección divina que se identifica con la divina esencia y por el que Dios Uno y Trino se conoce a si mismo y a todas las cosas posibles y reales (pasadas, presentes ,y futuras). Esta verdad se apoya' sobre la verdadera divinidad y consustancialidad del Verbo encarnado (Conc. de Nicea) y sobre la ínte?,ridad de su naturalez. a divina ~Cono. Calcedonense). La niegan los Monofisitas, los Agnoetas y los Ken6ticos (cfr. estas pals.), o: Esta ciencia divina del Verbo, siendo infinita, no podía ser comunicada formalmente al alma . humana tomada por l!:1, la cual, ' en cambio, había de tener aque- ,í Da especie de conocimientos que son posibles a la criatura intelectual, a saber, la visión beatífica, la ciencia infusa y la ciencia adquirida. a) la visión beatífica es proDí ía de los bienaventurados y no e podía faltar a Cristo, ni siquiera durante su vida terrena, atendida la unión hipostática, que es mucho más que la visi6n; b) la ciencia infusa es un don de Dios gue ínfunde en el entendimiento las especies inteligibles de las cosas, por las cuales se conoce sin el concurso de los sentidos: esta ciencia acompaña la visión beatífica en los Santos y en los Ángeles, y fué, por tanto, también en Cristo, Cabeza de los Ángeles y Rey de los bienaventurados; c) la ciencia adquirida es la que se actúa en todo hombre por medio de la: abstraccú5n de los fantasmas de la cognici6n sensitiva: Cristo, Hombre perfecto, debía tener' naturalmente también esta ciencia, única en la que podía progresar, o

69

CIENCIA DIVINA

~"según el .E~angelio (Lc. 2, 52~. RazoneS: a) la intelectualidad es la :"Estas tres CIencias, por tener di'.. verso carácter, pueden estar juntas ., en la misma alma, y Cristo se '. sirve unas veces de una y otras de otra. No son superfluas, por. que tienen diversa gradación de " luminosidad. . ,La ciencia divina y la multiforme ciencia humana de Cristo excluyen de 1l:1 cualquier ignorancia; si Jesús dice (Me. 13, 32) que no conoce el día del juícío final ha , . de entenderse esta expresión en el sentido de que Jesus no puede 1(l(f:filjestar cuándo será aquel día (asi los Padres). Cfr. Decreto San.' to Oficio, 1918 (DB, 2183-2185) .. . ,

BIBL. -

STO. ToJolÁB, Sum11UJ Theol., E. SCHULTE, Die Etltwik-

: nr, qq. 9-12;

l1!ng rimo r,eh1'e oom menschllchen WÜChrlst; bis zum Begínne der ScholM-

,.',en

;; 'tOe, Paderborn, 1914; E. HUGON, Le 1nyatere de l'Incamation, París, 1931, :p. 243; Id., Le décre: du Saint-Oiilce touchant la ,clence de 1'4me du Chri9t, en cRevue Thomilite., 1918; S. SZABO, De acientia beata' Cflristi, Roma, 1924: P, PA\l.I"NTJo:, De Verbo !ncamato" Roma, 1951; M., L'Io di. Christo, Brescía. , 1950.· S. Th. S., t. m, Madrid, 1950; r XmF.RTA, B., El Yo de [esucristo, !Barcelona. 195,1. P. P.

CIENCIA DIVINA: Ciencia es el conocimiento de las cosas según sus causas. Tal es el conocimiento intelectivo perfecto, y en este sentido se atribuye a Dios. La divina Revelación exalta la sabiduría de Dios: S. Pablo resume los más antiguos testimonios ~_~9uella exclamación: -¡Oh suuuudad . de las riquezas de la sa~iduría y de la ciencia de Dlosl" La Iglesia ha deflnído i~nc. Vatic., ses. 3, c. 1; DB, c. 82) que Dios está dotado de un entendimiento in:6nito. El con~;~cepto de la omnisciencia divina , es familiar en toda la Tradici6n.

perfección más alta de la criatura bumana y angélica: ahora bien, las perfecciones creadas deben hallarse en Dios de un modo emínante (v. Analogía); b) el orden y la finalidad del cosmos revelan una Causa inteligente; c) la intelectualidad y, por tanto, la ciencia son propiedades connaturales de' todo ser espiritual: conocer significa recibir en sí intencionalmente las formas de las cosas externas sin alterar o perder la forma propia; esto es posible solamente al espíritu, que, quedando idéntico a sí mismo, es capaz, como dice Arist6teles, de hacerse todas las cosas, conociéndolas. Siendo Dios' sumamente espiritual, es inteligente de un modo supremo; más aún, por razón de su simplicidad (v. esta pal.), su entendimiento y su conocimiento se ídentíflcan con su ciencia: Dios es el mismo conocimiento, y por lo mismo su ciencia es perfeetísima, infinita como su naturaleza. Dios conoce en primer lugar a si mismo (objeto primario), y después a todas las criaturas l'resentes, pasadas y futuras posibles y reales. Distinguen los Escolásticos: scientia visionis, ciencia de visión, para las cosas reales; scientia simplicis intellígentiae, ciencia de simple intcJigencia, para las cosas posibles. Los Molinistas añaden la ciencia medÚJ (v. Molinismo y Presciencia). Discuten los teólogos acerca del modo de conocer a las criaturas: la opinión más aceptada es la que sostiene 'la cognición mediata: Dios, conociendo su esencia, conoce en ella todas las cosas reales y posibles, que son imitaciones actuadas o actuables de la esen-

70

CIRCUMINSESIÓN cia divina. Si Dios conociese las cosas directamente, fuera de si mismo, entonces las cosas actuarían en cierto modo el entendí-: miento divino, lo cual repugna. Conociendo todo con un acto simplicísimo, que se identifica con su esencia, Dios no razona como nos. otros, pasando de una noci6n a otra, sino que intuye y abarca. en Un solo intuito toda la inteligibilidad de su naturaleza y de todo ser creado o creable. BmL.- STO. TOMÁS, Summa Th80l., 1, .q, 14; R. GARRlGOU-LAGllANGE, Dteu,

Parls, 1928, p. 395; A. D. SEJl.TILLANOBa, SI, Thomas d' Aquín, París, 1926, l. p. 210 SS.; D.· RtIlZ, De Scientia, de idei8, de ceritaie ac de oíta Dm, Paris, 1929; P. PAR&NTJ1" De Deo Uno et TrinoS, Roma, 1949, p. 126 ss, Th. S. t. II, Madrid, 1951. ,

-s,

P. P.

de la, unittl$ sacerdotalis (es decir, episcopal-jerárquica); sin embargo, las circunstanciás y la .falta de 16gica, a que también se ven sujetos no rara vez los espíritus mejores, hizo atenuar a San Cipriano, . en una segunda edici6n, su feliz y abierta profesi6n de la romanidad de la Iglesia. Si hubo algo de humano, como expresa S. Agustín, en la conducta del Obispo de Cartago para con el Obispo de Roma, .falce martyrii purgatum est-. BmL - A. D'ALBs, La ThéolDg18 de

smnf CtlJlrlen. Paris. 1922; R.

MANN, Eccle#fa principaltt,

l'OSClI,.

Brealavia,

1933; M. FELLBaBXNo, cCipnano, Santo., en EC. A. P.

ClRCUMINSESIÓN (gr. ~epL-' X~e'7laLt;):Es la mutua inmanencia

, CIPRIANO (San): Insigne márde las Tres Personas divinas, ninguna de las cuales puede estar tir Y Padre de la 19le3ia, n. en Africa a prínoípíos del s. IlI; m. sin las demás: en el Padre está el Hijo, y viceversa; en el Espíritu decapitado pOi' la fe el día 14 de Santo están el Padre y el Hijo, y septiembre 258. Convertido por el presbítero CecilianCJ; recibió el viceversa. La raz6n de la Círcumínsesíén es la unidad numérica Bautismo y poco después el sacerdocio; en 248 o 249 fué consade la esencia divina común a las grado Obispo de Carta~o, que Tres Personas. Es ésta una verdad gobern6 con grande energía y forde fe (cfr., Conc. Florentino, DB, 704). El mismo Cristo reveló en taleza de ánimo en medio de persecuciones externas (Decio, Galo, . el Evangelio (Jo. 10, 38 Y 17, 21) Valeriano) y controversias interque el Padre estaba en 1tl y El nas (lapsos, bautismo de los heen el Padre. La Tradici6n habla rejes). • de ella constantemente, aunque Escritor limpio y elegante, en hay cierta diferencia de concepsus once opúsculos de índole dogción entre los orientales y los ocmático-moral y en sus 81 cartas, cidentales. . l!:stos conciben a la intereSantes para la historia de la: Trinidad más bien en sentido esIglesia y de las controversias doctáffco {cada Persona se asienta en trinales, aporta preciosos testimola Otra, 8esrio); en cambio, los nios para toda la Teología. Es griegos la conciben. en sentido d;.:., célebre su De aathoUcae Eccle- . oomloo, como un circulo vital en slae unitate, en cuya primitiva que la vida divina fluye de una redaCci6n atestigua la fe común Persona a otra (X~P'7laL~de' :X6)p~6), enIa Cathedra P6eri como centro, = ir, ir Y volver}.

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7.1

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1 k' ~,,\

El diagrama latinos es:

trinitario

dé los

CIRCUNCISION

en su servicio y. a llevar en su carne la señal del pacto: la Círcuncisi6n, en tanto que Dios se comPadre "tu San t o. promete a proteger al Patriarca, Híjo E Splll a darle una numerosa descendenEl de los griegos: cia, a reservarle la bendición mesiánica (v. Mesías) y a darle en Padre ~ Hijo ~ Espíritu Santo. posesión la tierra de Canaán (PaNo hay diferencia sustancial lestina). De esta manera Abraham entre ambas concepciones. se convierte en el amigo de Dios. Esta amistad tiende a restablecer BIBL. - STO. ToMÁs, Summa Theol., I, q. 42, n. 5; M. JOGm, De Pf'ocessWne la comunicaci6n del hombre con Spiritus Sarwli, cLaieranunu, 1938; E. Dios, rota por la culpa de Adán, HOGON, Le ml/ste-r6 de la tres Ste. TTies una vuelta a la gracia que ímflíté, París, .1930,.'p. 354. o S. Th. S., porta la remisi6n del pecado orit. n, Madrid, 1951. ginal. La Circuncisi6n tuvo, pues, P. P. en la antigua economía de la relí.. CIRCUNCISIÓN (lat ... círcumgíón un efecto análogo al del Baucideres . cortar alrededor)¡ Es el tismo en laeconomía restaurada rito hebreo que consistía en el por Cristo. corte de la membrana del prepuLa eficacia. no se debía al rito cio en los varones. Muchos pueen cuanto a su acci6n material, blos de la antigüedad la praotíca-: sino en cuanto a su funci6n simron ya antes de Israel (p. ej. Egíp- .b6lica; por eso ya en la antigua ley se insistía en la ..Circuncisi6n to), pero cuando Dios prescribió del corazón», es decir, en la puen el A. T. esta práctica a Abraham y sus descendientes hizo de reza de intenci6n y en la doeílíella una señal del pacto religioso, dad a la volúntad de Dios (Deut. 10, 16; 30, 6). La Circuncisión que ligaba con al Patriarca ji a sus descendientes, herederos de se practicaba inmediatamente la promesa. después del nacimiento del niño La solemriidad y la precisi6n - usualmente a los ocho días-, de la relaci6n (Gén. 17) manífiesen esta circunstancia se le Imponía también el nombre (Le. tan la importancia de la ceremo2, 21). nia. Dios se aparece a Abraham de 90 años, le revela su nombre Para que. un hebreo pudiese participar de la bendici6n y. de - el Omnipotente - y cambia el nombre al Patriarca - de Abram las promesas hechas a Abráham en Abraham -y a su mujer - de no bastaba la descendencia carnal Sarai en Sara -, para indicar que del Patriarca, sino que era necesaria la Circuncisi6n con sus corresva a comenzar vara ellos una nueva vida. Despues de haber pedido pondíentes obligaciones morales. al Patriarca su entrega a una vida BIBL . ..._ DBV, n, 772-781, DTC, n, perfecta y su adhesión a ~l, Dios 2, 1519-27; EC, m, 1701-7; F. X. establece un pacto con Abraham KORTLEITNER, Archaeol. Bibl.·, Oeni'" ponte, 1917, pp. 394-401; E. l{.u.T, ~b SUS descendientes, por el cual A1'cheol.bibl., Turín, 1942, pp. 50.,51; raham se obliga a ofrecer a A. VACcW, De vi cltcumcisí~1B ~. Oios un culto exclusivo, a· ser fiel V. Foedere, en cVerbum DomiOb, 2.

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ro.

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72

CISMA (1922), pp. 1418; J. RIccIOm, Htstoria dlIlltael, t. 1, Barcelona, 1949. S. G.

cran,o DE ALEJANDRíA

(San): Doctor de la Iglesia n. ca. 370; m. el 27 junio 444. Sobrino . de Te6filo Patriarca alejandrino, le sucedió' en la Sede Patriarcal en 412, mostrando desde el principio de su patriarcado gran celo en la lucha contra los herejes. En la que mantuvo contra Nesi:orio (v. Nestorianismo), fuera de algún exceso debido a. su carácter vivo, recogió los puntos esenciales de la doctrina cristológica y los defendió con .firme constancia hasta su plena victoria (Cone. de ~feso: 43:n. A partir de esta fecha, como ho~bre recto y verdaderamente solicito del bien de la Iglesia, se dió a corregir aquellos errores prácticos en que durante su lar&a vida y extenuante lucha por la verdad había incurrido. A pesar de una denigraci6n secular, ha pasado a la historia como el defensor invicto de la maternidad divina de Maria y el vindicador glorioso de la unidad ontológica de Cristo. San Cirilo A. es el más fecundo entre los Padres orientales, después de S. Juan Crisóstomo. Entre sus obras, editadas _por Migne en 10 vols. (PG., .68-77), son notables los 13 opúsculos sobre el miYterlo de la Encamac16n. el amplio tratado apologético Contra Iulianum imperatorem, varios tra-

tados so"'e la Santísima Trlm-

extensos .comentarlos bíblicos. numerosas carlas dogmáticas y.homilías. ~

En estos escritos, S. Cirilo estudió a fondo, además de la unión .hlpostática, los misterios de la

Trinidad (él fué el mayor defensor del Filioque), de la gracia .y de la Eucaristía. BIBL. - J. MAltE. CyriUe, en DTC; M. JU.GJB, Nestorlw et la controoer,,, Ylestorienne, París, 1912; U. MAmroCCIA. CAs.ul:A.sSA., lantuzioni di. PatrologÚl, n, Roma, 1947, pp. 144~55; H. D11 MANOIR DE JONAYE, Dogme et sotritualité chez Saint Cyrille d:Alexandrie, Porís, 1944; M. JUGIE, CiriUo d'Ales8andria, en Be; P. PABENTE, L'lo di CriBtó, Brescia, 1951.

CIRILO

A. P.

DE JERUSALl!:N

(San): Doctor de la Iglesia, n. en Jerusalén ca. 313; m. íbíd. 387.

Sucedió a S. Máximo en la Sede Patriarcal de la Ciudad Santa en 348. Después de fluctuar largo tiempo entre los partidos antinicenos, S. Cirilo se declaró, en el Concilio Ecuménico de Constantinopla (381), definitivamente a favor de la ortodoxia, aceptando el término O(.LOUO"LOC;. Su fama de Doctor de la Iglesia (confirmada por Le6n XIII en 1882) está vinculada a las célebres 24 Catequesis (PG., 33, 331-1128)

en que desarrolla toda la teología dogmática; son especialmente importantes las cinco últimas relativas a los Sacramentos, llamadas por esta raz6n mistagógicas (que hoy tratan de atribuir a su sucesor Juan de Jerusalén: 387-417). X. LE BAmrnr,ET, ClIrllle dtZ en DTC; C. LlmOK, La vorinan " Sto ·C"rllls de Jérusalem da,., le, JutfeI f1'O'OOqu468 va" farianisme, en cRevue d'hiBtoire ecclésíastíques, 20 (19.24), pp. 181-2101' 357-86 (fundamental para conoce!" a ortodom trinitaria de S. C. de J.); M. J11GIB, cCIriUo'· tU eerusar.mIM., en EC. A. P.

J~

BIBL. -

CISMA (gr. O"XCO"(.LIX = separaci6n, divisi6n): Es el delito de quíen se separa de la Iglesia católica para formar una secta particu-

73 lar so pretexto de que aquélla yerra o aprueba desórdenes o abusos. E! cisma se distingue formalmente de la herejía porque ésta deshace el vínculo dogmátíco profesando el error, en tanto que aquél ~l rompe el vínculo social negando la obediencia a los legítimos Pastores. Sin embargo, el cisma viene ~. a caer fatalmente en la herejía, ¡. al negar la autoridad y la infalibilidad de la Iglesia. En todo tiemt' po hubo en la Iglesia espíritus l.: ligeros y soberbios que se revelat;_, ron contra las autoridades Iegítír,. mas, haciéndose autónomos. Los cismas principales que registra la historia fueron los de los Novacianos en el s. los de los Donatistas en los s, IV y V. Pero el r más doloroso fué el iniciado por f' . Focio (s. IX) y consumado for Mit:i' guel Cerularío (s. XI), e cisma si.. greco-ruso, que todavía tiene ale,.. jadas del seno de la verdadera . Iglesia a tantas .cristiandades, insignes un día por el gran número de Santos y Doctores que en ellas ~~:'.florecieron. -r-, LoS cismáticos son miembros separados del cuerpo de la Igle.sía, como ramas secas. Si están de ,.. mala fe no se pueden salvar, porque, como decía S. Agustín, -forís ab Ecclesia constitutus et separatus a. compage unitatis et vinculo ~tatis, aeterno supplícío puniem, etiamsi pro Christi nomine viVUs ínoendíarís» (Ep., 173 ad Donatum).

r~·. f

•¡

my

STO. TOMÁ8, SummlJ ThBOl., n -BnmL.,q. 39; P. BATIFFOL, Le catholicú-

AoguaUn, París, 1929; M. Theologia Dogmatice Christian0í:,"'sorientaliam, París, 19~7, t. 1; íd., CA!m cI8me By:rantm, Parfs, 1942; V. 'V ONE, cSciSfl'wJ», en EC. o GARClA tnB de SlJint JUGIE.

zt;I..OSLADA,

a, t.

HWtoria de la Iglesia cat6-

n, Madrid, 1953.

A. P.

CLERO CLEMENTE AL.: v. Esquema de Hist. de la Teol. (p.'371). CLEMENTE ROM.: v. Esquema de Hist. de la Teol ..(p. 371).

cr.gmeo: v.

Jeraf'quía, Clero.

=

CLERO (gr. xA7¡pO~ suerte, parte, cquasi in sortem domini vocatí-): Es el conjunto de todas las personas dedicadas al culto divino desde el Sumo Pontífice hasta el. último clérigo. Se entra a formar parte del clero con una ceremonia sagrada llamada tOflSU": ra (v. esta pul). Los miembros del clero (divididos en clérigos mayores, . si han recibido las órdenes ma}'ores, del subdiaconado para arriba, y en clérigOs menores, si han recibido solamente las órdenes menores o la tonsura) tienen derecho a ejercitar el poder de orden y jurisdicción Inherente al grado que ocupan en la doble ierarquía. (v.. esta pal.), a recibir beneficios, oficios o pensiones eclesiásticas, al respeto y reverencia de los laicos; gozan, además, de los cuatro prívílegios (del canon, del foro, de inmunidad personal, de competencia: v. Tonsura), ¡>ero se hallan ligados con graves obligaciones positivas: mayor santidad que los laicos, muchas prácticas de piedad y sobre todo el rezo de las horas canónicas (breviario u oficio divino), cultivo de las ciencias sagradas, obediencia canónica al propio Obispo, castidad (v. Celibato), vestir el hábito eclesiástico y llevar abierta la tonsura; y negativas: abstenerse de todo 10 que desdice de su dígnídad y de su carácter, como la vida inilitar, la caza clamorosa, la profesi6n de médico, de abogado, de administrador, frecuentar mer-

;J

I

COMUNICACIÓN

74

cados, etc. Estas normas las ha su inteligibilidad. S610 Dios se comprende a sí mismo: los biensancionado la. Iglesia en el Cle, aventurados lo ven a través de la can. 108-144, recogíéndolas de su luz de la gloria más o menos inexperiencia dos veces ~enaría. tensamente, pero nunca con perSi es eíerto que algunos nuembros fecci6n. Los te610gos dicen que el , del clero, violando los sagrados bienaventurado ve a Dios «totam ~ vínculos impuestos por la Iglesia, sed non totaliter~: pero subjetivano hicieron honor a la clase a que mente cada uno es plenamente .perteneoían, todos lo~ qu.e serenamente estudian la histona de la Jeliz, porque ve a Dios cuanto i, puede. humanidad se ven obligados a admitir que el orden sacerdotal en BIBL. - V. Vi.ri6n Beatifica. conjunto ha sido la buena levaP. P. dura que ha fermentado en todos COMUNICACIóN (de idiolos tiempos la masa del pueblo cristiano, dando además figura:> mas) (gr. t8L(I)!Lcx= propiedad): Es la mutua atribución de las ilustres en todos los ramos del propiedades de la naturaleza divisaber y de la actividad humana. na y de la naturaleza humana en lUBL. - S. GoYEHECRB, IUÑ CanoCristo. Es legítima en virtud de nici Summa Principia, Roma, 1935, 1, pp. 147-170; S. ROMANI, ln.rt4tufiones la uni6n hipostática, por la cual IfM'iIi C.moníc', Roma, 1941, 1, n. 259Cristo es una sola Persona y un 274; V. DEL CroDIeE, 18tiWZÍ01Ú dl solo sujeto de atribuci6n, que po- ., Diritto Canoll~co, :Milán,1938, § 57; B. KUR'l'SCREID, Historia. IuriIJ Ca.1101líd, see como propias las dos naturaRoma, 1941, I, pássim; P. CIPRO'rl'I, lezas con sus correspondientes procClero, Chieric¡", en EC .• F.-R1!!GATIpiedades. Los Nestorianos (v, NesLLO, Inmtutionu IUÑ Canoni~. 2 vols., Santander, 1949. torianismo), que ponían en Cristo A. P. dos sujetos distintos, el Hombre y el Verbo, negaban la comunicaCOMPANACIÓN: v. Transusción de idiomas; los Monofisitas tanclacú5n. (v. Monofisismo), que confundían en una las dos naturalezas, exageCOMPETENTES: v. Catecúraban el cambio de atributos hasta meno. borrar la línea de distinci6n entre COMPRENSORES: Son los lo humano lo divino en Cristo. bienaventurados que gozan de la La Iglesia na condenado ambos visión beatífica (v. esta pal.), es errores declarando legítima aquedecir, de la intuici6n inmediata lla oomunicaci6n cuya base es. la de la divina esencia. Se emplea el unidad personal de Jesucristo término comprensor para indicar (Conc. de l!:feso); y_ manteniendo al que ha llegado a la patria ce- firme la distinci6n de las dos nalestial y ha alcanzado su fin últituralezas y de sus respectivas promo, la posesión de Dios, para dís- piedades (Conc. Calcedonense). tínguírlo de quien es aún peregriA la luz de estas dos definiciones no sobre la tierra (oiador). Sin el sentido justo de la comunicaembargo, el sentido de comprencíón de idiomas' se reduce a lo sisor no .es que el bienaventurado guiente: la mutua atribuci6n de comprende a Dios apurando toda las propiedades de las dos natura-

r

75

lezas no se hace directamente, sino a través y en virtud de la persona única. que es el Verbo encarnado, verdadero Dios y verdadero Hombre. Por lo tanto, se puede decir de Cristo: Dios es Hombre, Cristo Hombre es Dios, el inmortal es mortal (porque es la misma persona del Verbo, a quien se atribuye lo que es propio de cada una de las dos naturalezas). Pero no se puede decir la divinidad es la humanidad (porque aquí la atribuci6n se baria entre las dos naturalezas directamente, sin relaci6n Con la Persona); por lo rogu· lar la predicaci6n de los atributos se hace en términos concretos. Hay que evitar los términos abstractos y las reduplicaciones como ésta: Cristo en cuanto Dios es .pasible (proposícíón herética). Por razón de esta comunicación canta la Iglesia, en el Credo, que el Hijo Unigénito del Padre se hizo nombre, padeció y muri6 por nosotros y fu6 sepultado. BmL. - STO. TOMÁS, Summa Theol., 16; P. PÁlIBNTE,De Verbo lncQf'nato, Turín, 1951, y otros tratados 8emejantes; A. MICHEL, «Idiomes (com. munication des)>>, en DTC. o J. MUNCUNlI.L, Tf'actatw de Verbl dlofnl lncamatione, Madrid, 1905; S. Th. S., t. lIT,

m, q.

Madrid, 1950.

P. P.

COMUNION (eucarística) (lat. ccum .. con, .unio" uni6n: O sea, unión con otro): Es la participación del banquete sacrifical, en que el fiel se alimenta del cuerpo y de la sangre de Cristo. . Los efectos de esta participact6n son la uni6n individual y social de los fieles con Cristo en orden a la glorificaci6n del alma y del cuerpo . _ La unlón 'lnd~oúlual (cincorpo-

=

=

COMUNION ratio ..) 'Ia afirma Jesucristo de Una. manera sublime en el discurso de: la promesa: los dos misterios de la vida trinitaria, la mutua inmanencia del Padre en el Hijo y la procesi6n del Hijo del Padre, se repiten en cierto modo en las relaciones de Cristo con el fiel: .Quien come mi came y bebe mi sangre, en mi mora y yo en éL .. como el Padre que tiene vida propia me ha enviado y yo vivo con ~ Padre, así quien me come viVJl"á por mi ..' (Jo. 6, 55-57) .. La unl6n socUJl (.concorporatio ..) se nos revela en un clásico texto pauUno: •Todos nosotros, aunque muchos, formamos un solo pan, un solo cuerpo; porque _particípamos del Pan unificado, de la Eucaristía .. (1 Coro 10, 7), a quien hace eco S. Agustín: -O Sacramentum pietatis, o signum unitatis, o vinculum carltatlss (In 10.; tr. 26, n. 13; PL., 35, 1612) .. La 1'e8U"ecci6n gloriosa (cius ad glorü,UIh) la promete el Señor en el sermón de la Cafarnaum: .Quien come mi carne y bebe mj sangre tiene la vida eterna y yo le resucitaré el último día .. (Jo. 6, 54), de donde S. Ignacio Mártir (t 107) exalta la Eucaristía dándole el título de .fármaco de la inmortalidad y. antídoto contra la muerte. (Eph. 20, 2). No se puede comprender la na: tUl'aleza fntima de estos efectos si no se considera dentro de la economía general de los Sacramentos, cuya corona son. La tradición, en efecto, presenta la Eucaristía como el perfeccionamiento y. la cumbre • comummatio» de todo el orden sobrenatural y como tal debe. completar todo el organismo espiri~al en su ser (la gracia), en sus facultades (las virtudes), en su actívi-

COMUNIÓN

dad (la gracia actual), en sus frutos (las buenas obras). Efectivamente, como se deduce de un nutrido conjunto de argumentos teológicos, la Eucaristía produce la gracia habitual más abundante, auinenta a su grado máximo la caridad, reina de todas las virtudes, excita con estimulos frecuentes de la gracia actual el fervor, de donde emanan, como natural consecuencia, más numerosas y perfectas las obras meritorias para la vida eterna. Ahora bien, tales efectos constituyen, como es fácil de entender, la plena incorporaci6n a Cristo, la más perfecta unión entre los fieles, el más alto derecho a la glorífleacíón del alma y del cue~p(l, por donde los fieles en particular, lo mismo que la Iglesia en general, alcanzan la cumbre de la: perfecci6n espiritual, la madurez para la visi6n beatíflca: después de Ia Eucaristía no queda más que la Gloria.

76

COMUNIÓN (de los Setos): Verdad de fe que constituye uno de los articulos del Credo. Consiste en una unión _íntima y en un mutuo influio entre los miembros de la Iglesia militante, purgante y triunfante en la tierra, en el Purgatorio y en el Paraíso. Esta unión y participaci6n de los tesoros de la Iglesia se funda principalmente en la verdad del Cuerpo Místico (v. esta pal.), según -Ia cual todos los hombres en sentido amplia pertenecen a Cristo en virtud de la Encarnaci6n y de la Hedonoión; en sentido estrlcto SOnuna sola cosa en Cristo, como miembros de un solo organismo, en virtud del Bautismo y, por lo tanto, de la fe y de la caridad. En este organismo místico, gue es la Iglesia, Cristo, su Cabeza, comunica la vida sobrenatural de la gracia por medio del Espíritu Santo, que es como el alma. Unidos con Cristo, los fieles están unidos entre sí, y esta uni6n h. BffiL. - STO. TOMÁS, Summa Theol., m, q. 79; V. CoNTENSON, Theologia consolidan los Sacramentos, que mentis ef cordis, De Euchariatia, 1 .2, comunican la gracia, la eual ' es pars 2, diss. 3; M. DE LA TAlLLE, MlIsuna participaci6n de la naturaletmum fidei, París, 1941, elucídatíones za divina y neva consigo la inha36-49; G. GASQUE, L'EucharlaUe ef le bitaci6n de la Sma. Trinidad en Corps Mystique, 1925; C. PETROCCIA, Un!versae fraternitatis causa, Montiscatoda alma santificada. La imagen sini, 1926; G. TONIOLO, L'Eucaristia e evangélica de la vid (= Cristo) y ~~~ci6n8td,Turro, 192.2; MONSABIlÉ, E%los sarmientos (= los cristianos) J7.,....".. del dogma, eonf, 71-72· F. CU'rrAZ, Paln muant, París, 1937, P. y la doctrina expuesta por S. PaB~Toccm, Il simbolismo eccleslologko blo (1 Cor., Colos., Efes., Rom.) dell ~ucaristia In S. Agostino, Bergamo, acerca del Cuerpo místico y de la 1937, A. PIOLAN'i'I, Il Corpo Místico e le lU4I re16;(.ioni con l'Eucaristta in S. AlIglesia SOnviva expresión del dogbereo Magno, Roma, 1939· F MBNDOma de la comunión de los Santos, Zá, De naturali cum Chrlstciu';Uate libri V. ed, A. Piolanti, Romae, 1947; R. PIz- es decir, de todas las almas crisZO:RN1, De necessitate medí, Eucharistiae tianas por las que Cristo or6 en ,eo., S. Thomam, en cDfvua Themass la última cena: .Que todos sean Plac.,52 (1949), pp. 3-40; A. PIOLANTI' C•. T:ES~RE, .. Comunione EUCaristica.: una sola cosa, como Tú. Padre, en EC. CAlm. GoMÁ, La Eucaristía fI en Mi y Yo en Ti.10 vlda cristiana, Barcelona, 1940. Los Padres orientales explican ALASTRUEY, Tratado de ltJ Sma EUC(l~ rIIffa. Madrid, 1951. . este dogma a la luZ del Espíritu A. P. Santo que difunde la vida sobre-

CONCIENCIA

77

natural en todos los cristianos; en cambio, los Padres occidentales prefieren explicarlo desde el punto de vista de la Iglesia, Cuerpo 'JIlístico de Cristo, sociedad temporal y eterna de los redinúdos. Una y otra consideraci6n nos lleva al concepto de una vida común, de una comuni6n vital mística por la cual los cristianos que combaten por el bien sobre la tierra, las almas que purgan y los bienaventurados del cielo se comunican los frutos de la Redenci6n, custodiados en el tesoro de la Iglesia, por medio de la oraci6n y de la caridad. BmL. - STO. TOildÁS, Summa Theol., q. 8, )' Suppl., q. 13, a. In S¡¡moolum Ap., a. ID; P. EE1tNAlill. , en DA. Sobre la Pontificio (cfr. DB, 1831). conciencia psicológica de Cristo; P. C.u.TDDl, L'unité du ChriaC. París, 1939. Las definiciones dogmáticas del

·t..

79

;;Concilio ecuménico por gozar de' " infalibilidad son irreformables, en :;',tanto que sus provisiones discipli.~nares pueden ser modificadas por ./' quien es superior al mis~o Con.! éilio, es decir, IJor el Romano Pon, úfice (v. Cuadro sin6ptico de los ..{ Concilios).

~¡::

Summa Theol., ~>1, BmL. 36, a. 2, ad 2; n-t. 1. a. 10; De Gonciliís et EccleSTO. TOMÁS,

q. ~~ S. ROBERTO BEL., , ala, 1, 1 Y 2; CARO. MAZZELLA, De Ec~;' clefta,. 4, Roma, 1892. n. 1016 SSa; o.,

q.

D.

PALMlElU,

De Romano Pontífice, 5,

~t· Romae, 1931,

th,

28;

A.

FORG~T,

Les GoncUesmcuméniques, París-Boma, d.; S. ROMANI. Institutiones Ium Ga~',~'n~ici, Romae.. 1941, v; 1, D.- 359-363; ;", ,G. DAMJZIA. "GoncillQI>,en EC. o F.-REt 'GATILLO, Institutí0ne8 IurV Canonici, ':;' 8.

, Santander, 1949.

A. P.

CONCLAVE (lat. -ConclaveLugar C6i,· rrado (ordinariamente en el Vati~,.. cano) donde se reúnen los Cardenales vara elegir Papa. ',', Según la disciplina vigente, modificada ligeramente por Pío XII, el conclave no Se ha de reunir an~,, .tes de los quince días desI;'ués de .. la muerte del Papa y no mas tarde de los dieciochC?,para dar lugar aun a los Cardenales residentes en las más lejanas regiones a llegar a tiempo a Roma. El día señalado, al atardecer, 1os Cardenales entran en conclave, acompañado cada uno de un secretario v de un camarero. 'Se cierran tod'as las puertas, quedando COmomedio de comunicaci6n ~~os tomos permanentemente. 'VIgilados.Fuera vigilan el mayor;;; dOmo de los Sagrados Palacios y el mariscal de la Santa Iglesia Romana, que representan, respectivamente, al clero y al laicado. A la mañana siguiente se inie: ciah, en la Capilla Sixtina, los trao::.z.~:. L
iritualmente con ]tI del martirio de la Cruz. Ésta es doctrina clásica, fuera de toda discusi6n. Pero en estos últimos tiempos, bajo el impulso especialmente de la escuela de Lovaina, capitaneada por Bittremieux, ha surgido una gran controversia sobre el valor y ex.tensíén de la cooperaci6n de Maria y, por 10 tanto.. sobre la legitimidad y naturaleza de los títulos de' Mediadora y Corredentora (v, Mediación). Puntos doctrinales ciertos: LOMaría, en cuanto Madre de Cristo, participa de su vida y de sus obras, por 10 tanto se puede llamar en sentido amplio Mediadora y Corredentora. 2. En los designios de Dios María está asociada a Cristo para triunfar sobre el pecado, como Eva estuvo asociada a Adán en la ruina del género humano. 3. María' consinti6 en la Pasi6n y Muerte de Cristo, añadiéndoles su propio dolor, materno, por el cual mereci6 (de congruo; v. Mérito) venir a ser la tesorera y distribuidora de los frutos de la Redenci6n. Esta doctrina se funda en la Sda. Escritura y la explican ampliamente los Santos Padres: el Magisterio eclesiástico la ha enseñado siempre. Puntos controvertidos: 1.0 ¿Se puede decir de Maria que es Mediadora entre Dios y los hombres COmo Jesucristo y subordinada a l!:l? 2. ¿Puede decirse que es verdaderamente Corredentora junto COn Cristo en el sentido de que ba ya añadído eficazmente algo 0

0

0

COSMOGONíA propiamente suyo a la obra de la Redenci6n? 3. o Consistiendo la redenci6n en la satisfacci6n y en el mérito de condigno de Cristo (v. Redención), ¿puede decirse que Maria, junto con Cristo, ha satisfecho a la divina T ustíeía con sus penas y ha merecido para nosotros la gracia saludable? Los teólogos más apegados a la tradíeién responden negativamente, por temor a subestimar la dignidad del único Mediador y verdadero Redentor, yen obsez:i0 a la tesis clásica de la necesi de la Encamación (v. esta pal.). Otros te6logos siguen la sentencia afirmativa, aprovechando en su favor incluso algunos recientes documentos pontificios (Pío X, Benedicto XV, Pío XI), que parecen favorecer esta segunda sentencia. 'La cuesti6n sigue agitándose sin que se vea clara y segura una solución, aunque ciertamente la asociación de la Virgen a su divino Hijo importa también alguna participación directa e inmediata, si bien místeriosa, a la obra redentora de Jesucristo. El título de Corredentora está, por lo 'tanto, plenamente justificado. . BIBL. -

MElIXELBACR,

MariologÚJ,

Parú, 1939, p. 309, amplia bibliografía en nota; ROSCHlNl, Mariología, Milán, 1942; fd., Compendwm' Mariologiae, Roma, 1946; R. SPIAZZI, La Mediatrice della rlconcUiazwne "mana, Roma, 1951· J. M. BOVER, ,Soterlologta Mariana, Madrid, 1946; ALASTRUEY, Tnz... fado de la Virgen Sma., Madrid, 1947. P. P.

COSMOGONíA (gr. x6alL~ = mundo, y y6vo~ generaci6n, origen): Significa origen del mundo, que ya en tiempos remotísímos fué objeto de poemas mitol6gicos y de disquisiciones mos6ficas. 'Pero la que de momento nos interesa, es

=

COSMOGONtA

92

la Cosmogonía mosaica o narración bíblica de la Creaci6n, contenida en el libro del Génesis. Esta narración, llamada también Hex6meron (= obra de los seis días), organiza la creaci6n de todas las cosas en seis días, con un orden progresivo que va de la materia al mundo vegetal, al mundo animal, al hombre, y que los escolásticos reducían a tres fases: a) opue creationi8: creación del cielo y de la tierra informes; b) ~ distinctionis: divisi6n de la"luz de las tinieblas, del agua de la tierra; e) opus omaius: creación de los seres vivientes. Desde los primeros tiempos"del cristianismo, la narraci6n mosaica 00 tenido diversas ínterpretacío"nes, según dos tendencias, una aleg6rica y otra literal. A) Alegorismo: nacido en la escuela alejandrina, fué adoptado sobriamente por S. Agustín, quien sostiene que Moisés no tuvo la intención de hacer la historia exacta de la Creación, sino solamente de afirmar la" verdad de que todas las cosashan sido creadas por Dios y que el trabajo humano y el descanso sabático son imitación del trabajo y descanso de Dios. Por esto Moisés dispone la creaci6n según los días de la semana. ÜEina además S. Agustín que todo fué creado en un instante y que después se fué desarrollando seg6n Ias raffones seminales puestas por Dios en la materia. Esta opinión no tiene nada que ver con la teoría ~oluclonista (v. esta pal.) de nuestros dfas (Darwin), que admite la evolución de una especie a otra, extraña a la concepción a~tiniana. El alegorismo contenido por S. A~ dentro de los límites de la ortodoxia ha degene-

rado en los últimos tiempos hasta llegar al Mitologismo. Por eso ha sido siempre mirado con cautela, y los exegetas cat6licos modernos procuran mantenerse a cierta distancia de él. B)

Literalismo:

interpretación

literal de la narración mosaica sostenida por muchos Padres y teólogos. Algunos católicos modernos, interoretando la palabra ydm (= crta) como período indeterminado (Periodismo), tratan de buscar el acuerdo perfecto entre la Biblia y los descubrimientos geológicos (Concordismo),no obstante las graves dificultades que enouentran,



La Iglesia, ya en el Conc. Later. IV {DB, 428), atribuía a Dios no s610 la creación en general, sino también la creación distinta de las criaturas espirituales y materiales. En cuanto a la relación mosaica, tenemos la respuesta de la Ponto Comisión Btblica (1909), que afirma los siguientes puntos como básicos para una recta interpretación" cat6lica: a) Ia- relación es sustancialmente histórica y literal, por lo que es falso el alegorismo exagerado y el mitologismo; b) son ciertamente históricos y literales" algunos hechos relacionados con los fundamentos de la doctrina cristiana (como, p. ej., la creaci6n del hombre y de la mujer, la caída original, etc.); e) no es necesario, sin embargo, interpretar" literalmente cada una dé las frases, y así, p. ej., la palabm día puede tomarse en el sentido propío o en el de período, d) Moisés no trató de explicar la creación COnrigor científico, sino de un modo POfJf!-lar, según el estilo y lenguaje de su tíempo: la relación es, pues, una verdadera historia popular,

93 pe'l'O sin pretensiones científicas. Este último punto ha sido ampliamente aclarado por Pío XII en su Ene. «Divino afflante Spiritu» y en la Carta al Arz. de París (16 enero 1948) a la luz del principio . de los géneros literarios propios de la Biblia. Pío XII vuelve sobre el mismo argumento en la Ene. ....Humani Gene1'Í8" (12 ag. 1950). BmL. - STO. TOMÁS, Summa Theol., 1, qq. 66-74; L. JANSSENS, De Deo Creatore, Fnburgi (l3J:.);C. BoyE-R.De Deo creanfe et elevante. Roma, 1940, p. 90 ss., A. BRA, De Pentafeuchol, Roma, 1933, p. 134 SS.; E. MANoENOT. «Eexameron»; en DTC; EC, vol. V. crE8tJmeroneJ>. o COLtllmÁ, El pt'oblema del Pentateuco V lOI ~m08 doca~ pontificio', Est. Bibl., 1951, pp. 313331.

P. P.

CREACIANISMO: Es la doctrina de la Iglesia acerca del origen de cada una de las almas humanas. En la Sda. Escritura se afirma claramente el origen divino del alma (v. esta pal.) por vía de creaci6n, de aqui su espirítualídad y su inmortalidad. Pero en el seno mismo de la Iglesia naci6 desde los primeros siglos la cuesti6n del origen de cada una de las almas humanas en particular. Orígenes, bajo el inB.ujo del Platonismo, opinaba que Dios croo «ah aetemo» gran número de espíritus (ángeles y almas) y más tarde condenó las almas humanas a informar cu~os materiales en expiaci6n de alguna culpa cometida. Extravagante opinión inHuída del esI'irituilismo excesivo de Platón y de los Gnósticos, y que fué rechazada por el Magisterio de la IgI~sia junto con otros errores de Orlgenes (v. Origenismo). Op6nese a ella la opinión de Tertuliano, espíritu realista, amante de lo

CREACIANISMO concreto, el cual, a pesar de habemos dado en su De anima el primer tratado de psicología cristiana sustancialmente ortodoxo, ~yó en el grosero error del Traducianismo (v, esta pal.), según el cual las almas se derivan del semen corporal de los ¡adres. También esta opinión IUé explícitamente condenada _por la Iglesia (DB, 170: Carta de Anastasia Il a los Obispos de la Calla, a. 498). Por lo demás la tradición. especialmente la oriental, está por el Creacianismo, según el cual las almas en particular son creadas por Dios de una en una e infundidas en los cuerpos embrionales formados en los senos matemos. La herejía Pelagiana, que negaba la transmisión Gel pecado original en los hijos de Adán (v. PelagiaflÍ8mO), turbó la doctrina del Creacianismo por la dificultad de explicar la transmisión de tal pecado en un alma creada directamente en un instante por Dios. .El mismo S,. Agustin, sintiendo el peso de esta dificultad y rechazando el traducia'nismo de Tertuliano, e inclinándose más bien al Creacianismo, que le gustaría abrazar, acepta, para mejor defender contra Pelagío la transmisión del pecado original, un Traducianismo espiritual según el cual el alma del hijo se deriva de la de sus padres como la luz de otra lúz. La Iglesia, sin embargo, continuó enseñando más o menos explícitamente la doctrina del Creacia,nismo (cfr. la Carta de Anastasia 11, ya citada, y además los documentos de León IX, DB, 348, Y de Alejandro VII, DB, 1100). BmL. - STO. ToMÁs, Summa Theol., l. q. 90; A. ZAccm, L'uomo,.Roma. 19.21; MERCIER, PBT/cholo(liB, Parls.

94

CRISóSTOMO, 1923, t. II. p. 331 ss.: P. PARENTE, De Cf'eatione universaua, Roma, 1949, p. 71.

P. P.

CREACIÓN: Según la doctrina cat6lica es el acto con que Dios hizo todas las cosas de la nada. Crear es realizar el ser en toda su' determinaci6n, producir una cosa que no 'existía de ninguna manera ni en sí misma ni en la potencia de un sujeto, eex nihilo sui et subíectí», seg_ún decían los escolásticos. El escultor labra una estatua: la estatua en cuanto tal no existía, pero existía en cuanto mármol. En cambio, Dios, cuando no existía,' nada fuera de ~l, realizó el mundo con el acto creativo. La Filosofía pagana, incluso la de Plat6n y Aristóteles, no lleg6 a formarse el concepto verdadero de ' la, creaci6n, .aun siendo éste proporcionado a las fuerzas de la razón humana. Este concepto es un dato de la Revelaci6n cristiana, Es de fe que Dios cre6 de la nada el universo (cfr. Símbolo Ap., Conc. Later. 4.°, Conc. Vat.: DB; 428, 1783, 1801 ss.). Sagrada Esorítura: Gen. 1, 1: -En el principio cre6 Dios el cielo y la tíerra.s El verbo hebreo barah no significa por si mismo precisamente crear de la nada, pero así lo exige el contexto y lo entendi6 la tradición judaica (2 Mac. 7, 28). En el N. T. la Revelación es más clara y perentoria: basta leer el prólogo del Evangelio de S. Juan: e Todas las cosas fueron hechas por (Verbo), y sin no fué hecho nada de lo que ha sido hecho.» Cfr. S. Pablo (Col. 1, 15 s.), Los Padres desde los primeros siglos explican y defienden el concepto de la creación universal ' aun de la materia, por parte d~

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ro

Dios contra los Neoplatónicos, los Gn6sticos y los Maniqueos. La ra- , z6n prueba que no hay otro camino para explicar la existencia del mundo fuera de la creación divina. Las pruebas de la existencia de Dios se fundan sobre la causalidad divina creadora, El mundo en realidad tiene todos los caracteres de un efecto" es decir, de un ente «ab alio» (porque es , finito, mutable, contingente, múltiple). Por otra parte, los demás sistemas para resolver el problema son absurdos (Materialismo, P~teísmo, Dualismo absoluto, COn dos principios etemos independientes, Dios y el mundo, Monismo idealístico). El 'acto creativo ,es exclusivo de Dios, formalmente inmanente (idéntico con su esencia) y virlual-, mente transeúnte (v: Operaci6n divina): según Sto. Tomás existe también en la criatura como relación, (trascendental y predicamental), que dice orden y dependencia de Dios. Junto con el uníversó creó Dios el espacio y el tiempo, que es la medida del movimiento de las cosas mudables (v. Etemidaá). BmL. - STO. TOMÁS, Summa Theol., 1, 44-45; SERTILLANGES, Sto Tboma« d' Aquin, París, 1925; 1, p. 279 89.; C. BOYER, De Deo creante et el61JlJnte, Roma, 1940; P. PARENTE, De creatlone ,'unive7suU, Roma, 1949; D. RxcCHE'l"I'I,

La creazione passiva neüa 8CUOla tomistV:tz. Roma, 1942; P. PARENTE, Lo ctelatW quaedam. a cuí S. Tommaso riduce

la crBaICIone. en cActá Ponto Acad. Rom. S. Thomae., 1944, p. 225 lIS.; cCtfl6e40n. en DTC y DA. ,. BBRAZA, De Deo tJHtIIfU. BIlbao, 192.1.. P. P. ,

CREDmILIDAD: v. Apologétka. ' CBISÓSTOMO: v. Esquema hlstórlco de la Teología (p. 371).

CUÁQUEROS

95

CRUZ (lat. .crux" = tormento, verbo «crucíare-]: Este suplicio infamante y cruel se hallaba en el Derecho romano en lo más alto de la escala de las penas capitales. Fué usado primero por los Persas e introducido más tarde en Grecia por Alejandro Mapno. Los Romanos lo copiaron ue Cartago. Era la condena clásica de los esclavos para' la expiación· incluso de culpas irrisorias. Cícorón (C. Verrem, TI, 5, 62. 67). sostiene la tesis de que ningún ciudadano romano debía por ninguna razón ser crucificado. En tiempo del Imperio, en las provincias - como Judea -la cruz se destinaba a ·los sediciosos, a los bandidos y a los miserables. Pilato, bajo la presión del Sanedrín y de la turba, condenó a jesús a la muerte en Cruz. Ningún Evangelista describe la crucifixión, que se llevó a cabo según el uso romano. El condenado marchaba al lugar de la ejecución llevando sobre los hombros la cruz, o, más ~. exactamente, su barra transversal, llamada «patíbulum:o. El palo ver.tical se hallaba fijo establemente sobre el lugar destinado a la eru-

del

. ci1b:i6n.

. La cruz de Jesús fué una "crux iInmissa", en la cual los dos palos se cruzaban en ángulo recto a b astante distancia de la base (lláltlase también esta cruz .latina,,). Sobre el pequeño trozo que sobresalia de la barra transversal se clavaba la tablilla con el motivo de la condena. La Cruz de Iesús r.· Dledia unos cuatro metros de al. ~da'a, ya que el soldado tuvo necer:::+. -al ~ de una caña para ofrecer al , . ~ci6cado la esponja empapada en a~ y vinagre. k~ Hacia la mitad del palo verti-

r

¡!'

4

cal había un sostén saliente sobre

el cual se sentaba cabalgando el condenado, para no desgarrar con el peso del cuerpo las heridas hechas por los clavos en las manos. Es probable que los romanos tuvieran en cuenta el delicado sentido del pudor en los hebreos y bayan consentido que, en contra del uso romano, Jesús se cubriera con un paño atado a la cintura. BIBL - EC, IV, col. 951-81. V.

HoLZMBI8Tl!:ll. Crux Domjflj atqU8 Cf'IIci(mo quomodo ex archaeologia ramana ilftl8t7'entuf', Roma, 1934; J. RICCIOTTI,

Vida rk Jesucristo, Barcelona,1944. S.G ..

CUÁQUEROS (ingl. cquake. Secta protestante fundada en Inglaterra en el s. XVII por Jorge Fax, un pobre zapatero visionario, que pasó su vida entre cárceles y persecuciones. En uno de los procesos, que sufrió; Fox amenazó al juez exhortándole a temblal' ante la ira de Dios. Entonces el juez .le llamó irónicamente el temblador (quaker), de donde vino la denominación a la secta. El cuaquerismo lleva al estremo el individualismo religioso del protestantismo. Lutero daba como fuente y norma de fe la Sagrada Escritura; Fox, en cambio, y sus secuaces. no reconocen otra norma de vida religiosa que la iluminación interna divina. No hacen falta, pues, ni magisterio, ni culto, ni Sacramentos, sino sólo la oración lla meditación, para sentir en SI la divinidad, para ~ la luz de Cristo en lo íntimo del alma. Esta actitud quietista fué superada por la cuáquera Elizabeth Fry, heroína de caridad evangélica para con los pobres, los en-

= temblar):

CUERPO MíSTICO

96

caroelados, los desheredados de la fortuna. Hoy los cuáqueros son alrededor de 150.000 y víven en su mayor parte en América. Es característíca su aversión a la guerra, que conciben como fruto de la mayor perversidad.

que un cuerpo engendrado. por animales haya sido después íníormado por el alma (y. Alma): la forma sustancial no puede ínformar una materia ya organizada 'y, perteneciente a un nivel inferior a' su perfección; a tal fln seria preeisa una acción positiva de Dios BmL. - c. ÁLGBlUoUSSBN, La ChleBa disponiendo el cuerpo del mono tJ lcr ChiutJ, Bre!lcla, 1942, p. 633 8S.; a la forma, que es el alma racioC. CluvELLI, Pequdlo diccionatío tU lDI ~ prottJ8ttJnfu, Madrid, 1953. nal. Por lo demás, el evolucionismo tiene que demostrar todavía P. P. por qué los simios no continúan CUERPO (HUMANO): Es el produciendo cuerpos humanos u hombres íntegros. elemento constitutivo material del El cuerpo Eva, según el sahombre. La Sda. Escr. afirma que el grado texto, fué formado de 'Una costilla que Dios tomó a Adán. El cuerpo del primer hombre fué forgesto divino tiene un elevado si$mado por el mismo Dios, con una acción especial, de la tierra (Gen. iiificado propio y alegórico segun , 2, 7; cfr. Tob. 8, 8; Eccli. 33, 10; , los Padres: 1) la profunda unidad de los dos sexos y la subordinación Sapo 7, 1 etc.). Los evolucionistas (v. e. p.) ín- de la mujer al hombre¡ 2) Eva,' tegrales extienden la evolución de simboliza a la Iglesia salida del costado herido de Cristo. ' las especies inferiores hasta el homLa doctrina católica defiende bre (alma y cuerpo): el cuerpo humano es en su teoría el resultado enérgicamente la unidad del gé~ del desarrollo de los animales más nero humano derivado de una cercanos al hombre (simios). Motisola pareja, Adán-Eva (Monogé-:vos: a) el descubrimiento de es- nesis), La Paleontología, la Etnoqueletos intermedios entre el homlogía, el Racismo, no han podido Ere y el mono (p. ej. el .pitecánpresentar dífleultades dignas de tropo erectos de la isla de Java); consideración contra esta verdad (v. Evoluclonísmo). b) la gran afinidad anatómica del cuerpo humano con el cuerpo de BmL. - STO. TOMÁS, Summa Th801., los animales inferiores. La Comi- 1, q. 91-92; C. BoYER, De Deo C1'etJnt. sión Bfblka (Resp .. de 1909; v. el elevante, Roma, 1940, p. 178 .1.; Dieu 0tI ríen, Parls, Cosmogonía) prohíbe poner en SBl\TILLANGES, 1933, t. I; V. MARCOZZI, Le ori,pm duda la historicidad de la reladel!'uomo, n, 1944; C. COLOMBO, TNIforml8mo antropologico fJ TeologUJ. en ción de la creación ~pecial del «La Scuola Catt.s, 1949, fase. Ii hombre. Los motivos aducidos por «TfYI~~, !lID DA. o .A!máBz, los evolucionistas son fnciertos Y éLIJ opInI6n transformista en crlriBí', Raz. y Fe, 138 (1947), pp. 207-228; equívocos; la afinidad anatómica J. 'BtlJANDA, El origen del hombre If la s610 demuestra la unidad armóniúología ctJt&Uca,Madrid, 1953. ca de la naturaleza. En tanto que P. P. la razón no tiene ninguna oDjeción seria que oponer a la narraCUERPO MíSTICO (de Crisción bíblica,' encuentra absurdo to): La expresión se remonta Por

ae

97

CULTO

lo menos al s. IX (Ratramno y otros- es para S. Pablo el gran pascasio Radberto); en los Padres misterio 'revelado por Dios en el (S. Ambrosio) se' encuentra la ex- Evangelio: por él vivimos de Cristo, continuando en nosotros su presión Cabeza Mística, referida a Cristo; algún escritor eclesiástico Pasi6n, su Muerte y su Resurrechabla de c70s miembros místicos ci6n (solidaridad). Sobre este misde Cristo, de la 19lesia~ (S. Beda). terio se fundan la Redenc16n y la Iglesia (v. estas pals.). Los Santos En el Evangelio de S. Juan, Cristo se compara a la vid, de la Padres desarrollan el pensamiento de S. Pablo bien en sentido ecle, que los hombres son los sarmientos (c. 15), y en la oraci6n de la siológlco (Ignacio, Cipriano), bien última cena insiste sobre el con- en sentido soteriológico más lato (Ireneo, Atanasia, Círllo Al., Cricepto de la unidad y de la mutua sóstomo), S; Agustín armoniza las inmanencia de 21 en los hombres y de los hombres en 21 (c. 17). dos tendencias. Un profundo y , Pero es S. Pablo quien desarrolla erudito comentario doctrinal de esta verdad de fe es la reciente ampliamente este tema y presenta a Jesucristo como un inmenso ór- Ene. cMystici Corporis» del Sumo gano, un cuerpo, del que 11:1 es la Pontífice Pío XII, f. r., que a la Cabeza y los nombres los miem- luz del Cuerpo Místico considera bros (Ep. 1.. a los Cor., a los Col., en primer lugar las relaciones ena los Efes., a los Rom.). Síntesis tre Cristo y su Iglesia, de la gue es Cabeza, Sustentador y Salvade la doctrina de S. Pablo: Cristo. dor; después, las relaciones )" los Verbo Encamado, es el nuevo vínculos de unión entre los fieles Adán, Cabeza de la humanidad redimida en constituye con y Jesucristo, condenando las exageraciones del falso misticismo, eUa un Cuerpo. que es el Cristo que tienden a absorber el hombre Místico. Este cuerpo en sentido lato abraza a todo el género hu- y su personalidad en Cristo hasta confundirlos en una sola persona mano, porque Cristo murió por la salvación de todos; pero en sen- física. tido estricto es la Iglesia, en la BmL. - STO. ToMÁS, Summa Theol. • . que se entra por el Bautismo, in- In, q. 8; F. PRAT,La Teología de S. Pablo, Madrid, 1947; MERSCH,Le Cmp, ferto del hombre en Cristo, para Myrnque du Chsist, Louvain, 1933, '. participar de la vida sobrenatural, 2 vols., S. TltOMP, De EccleM quod est que se difunde de la cabeza a los COI'pUS myS«CUm Ch~, Roma, 1937; miembros, por la acci6n del Es- .F.. JÜllCIlNSMEYER, n Cmpo MIIs&o di Cristo, Breseía, 1937; G. CERIANI, La PdÚitu Santo, 9.ue es como el alma ",fa del Cmpo Místico, Como, 1943; el Cuerpo Místico, La unidad de PlUS XII, Ene. cMysticl Corporls Chri8tí., en AAS, 20 Iulli 1943. o E. SAUeste organismo es tan profunda BAS, El Cuerpo Mfseico de Crl.Jto. Ma~e S. Pablo no duda en decir drid, 1952. Chri~'3, 29): -Unus (e:t~) estis in P. P. stos, es decir, como traduce Sto. Tomás, vosotros sois con CrisCULTO (lat. -colere- =honrar): to ~a sola persona mística. A9.uí En su noción fundamental es una cm~co" no se op()ne a real, SIDO especie de honor, que a su vez es " que Indica una realidad no física señal de estima tributada a una ¡¡; ,sino sobrenatural. cCristo en nos~ persona por su excelencia. Pero el.

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7. -':"PAIlBNTB. _ Dicclonario.

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98

DECALOGO

culto añade a la estima el sentímíento de la propia inferioridad y sújeción a la persona honrada. De manera que el culto. en sentido , propío es la inanifestaCl6n externa de honor hecha a una persona superior en reconocímiento de su excelencia y de la sumisión pro'p~. Siendo Dios el Ser Supremo y .el Señor absoluto del universo, 'a se le debe el culto en grado .máxímo, el cual coincide con la nota esencial de la religión, que 'consiste precisamente en honrar a Dios por su excelencia y servirJe como a Señor. El culto, como acto de religión, le es debido exelusi-vamente a Dios (de donde se deduce la gravedad del pecado de idolatría): Una forma inferior de culto religioso a las criaturas será -lícíta solamente en cuanto están ligadas a Dios y Dios manifiesta en ellas su virtud. DiStinciones: El culto, por su naturaleza, es no sólo interno, sino también externo: el externo puede ser prioado o índívídual, 'Y público u oficial (autorizado por la Iglesia).' El culto singular debido a Dios se llama latría (del ~ego AIX't'pe:Úe:LV servir); o adoracíón; el tributado a los Santos se . 'lIam.a dulla (del gr. 8ouAe:úeLV = servir) o veneración. El culto a la Sma. Virgen se denomina hip~dulía. A las imágenes se les tributa un culto relativo por con'síderecíón a la persona que repre's~ntan; a las reliquias,' un culto .también relatloo a la persona a que pertenecen, por razón de CO~ tacto. , La Humanidad de Cristo es ob,jeto, de culto latr~utico con esta "Oiferencia, que Dios ~ adorado ,en, si y _por -sí, en cambio la Hu.manídad de 'CriSto 10 es en sí ,

pero por razón del Verbo, a quien está hipostáticamente unida. Errores: iconoclastas, protestantes (v. estas pals. y Coraz6n [de Jesús]). BIBL. -

STO. TOI\I'ÁS, Samma

Theoi.,

D-II, q. 81; P. PARENTE,De Verbo Incarnat04, Roma, 1951; CHOLLET, cealte», en DTC; EC, vol. IV, col. 1040 lIS.

P. p;

ro

=

D DAMASCENO: v. Juan Damas-

ceno. DECÁLOGO (gr. Se:)(&A0'YO~ palabras, o mandamíentos): El nombre se halla inspirado en la misma Biblia (Ex. 34, 28; Deut. 4, 13; 10, 4) Y designa los preceptos de carácter religioso y moral ~ue constituían el fundamento de. pacto sellado por Dios con Israel sobre el Sinaí, para hacer de él su pueblo escogido. Trátase, exceptúando el precepto del sábado, de leyes naturales, por 10 que tienen valor universal y .siguen en vigor con las perfecciones aportadas por Cristo en la Iglesia cristiana (Mt, 5, 1747). El pacto' contenía también una serie circunstancial de disposiciones de derecho civil (Ex. 21, 1-23, 19), ordenadas a la vida de la nación israelita. Dado que el Decálogo fué entregado por el mismo Dios escrito en dos tablas de pie-' dra, que fueron después conservadas en el Arca, en testímonío del' pacto (Ex. 40. 20), es proba,b_Ie gue su form~ original haya sido la de sentencias breves; como lo es' en la mayoría de los Mandamientos .actuales, En su redaccl6n

= diez

"

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literaria posterior se añadieron en algunas partes algunas explicaciones (Ex, 20, 1-17; Deut, 5, 6-21). . No es constante en la tradici6n del texto el orden de algunos mandamientos. Se discute particularmente la extensi6n del primer mandamiento .(Ex. 20, 2): "Yo soy el Señor tu Dios... (v. 3) no tendrás otro Dios · frente a mí (v. 4). No te harás esc.ultura ni imagen alguna de cosa Cjue esté .arriba en el cielo o aqur abajo en la tierra ni tampoco en el agua... ·(v, 4) no te postrarás ante ellas ni las servirás; porque Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso que castigo la iniquidad de los padres en los hijos ·hasta la tercera y la cuarta generación (v. 6), pero, en cambio, USI) ·de clemencia hasta la milésima 'con aquellos que me aman y observan mis Mandamíentos.s Los vv. 4-6 son evidentemente tina explicación del mandamiento verdadero y propio contenido en las vv. 2-3, por lo qU,e!os católi·-cQs'(conlos anti~os jndIOsde Palestina y los luteranos) nolos consideran como un mandamiento .dísnnto del precedente; simplemente prohiben cualquier. representación de la divinidad, porque el culto. de las imágenes entre los pueblos que estaban ~n contacto COnIsrael era, sin excepción ninguna, politeísta e idolátrico. Los tudtos helenistas, los Padres de la ljllesia griega, los Calvinistas y Illgunos católicos' modernos, consideran los vv.: 4-6 como un nuevo mandamiento - el segundo-, y :consecuencia unifican .los dos d timos preceptos (la prohibición ;. e desear los bienes. y la mujer ~el.·pr6jimo);.Ios': cuales con. más ,16gIcag},viden«m dos los.que ven

'M·

DEFINICIóN

DOGMATICA

en los vv. 2-6 un solo mandamíento con su explicación aneja, porgue la pasión que inclina al homEre a desear los bienes del prójimo es distinta de la que 10 mueve a desear su mujer. No tienen, pues, razón algunos protestantes que echan en cara a la: Iglesia católica el haber suprimido en el Decálogo el precepto relativo a las imágenes. La extensión real del texto del Mandamiento no es cuestión teológica, sino un problema exegético libremente discutido por los estudiosos de las diversas confesiones Cristianas. 'BIBL• .:-DTC, IV, Hll-176; DBVS, EC, IV, 1261-63; A. BACCAE!, De praeceptorum. Decalogl dútinctione· et ordine, en cVerbum Domíní», 17 (1937), pp. 317-20, 329-34; M. VALBNTINI, Le condfziom sociali del Decalogo e la _ autenticitd mosaica, en «Salesianum:t, 1 (1939), pp. 407-420.

n, 341-351;

S. G.

DEFINICIóN DOGMATICA: Es la solemne declaración de la IgleSia acerca de una verdad contenida en las fuentes de la divina Revelaci6n (Sagrada. Escritura y Tradición) y propuesta a los fieles, que vienen }l(?rlo tanto obligados a creerla por la autoridad de Dios que la ha revelado. La Revelaci6n escrita y oral contiene un conjunto de verdades enunciadas. con más o menos claridad.. Ante todo se ha de distinguir lo que ha sido revelado formalmente, o sea esencialmente, y lo que puede. deducirse 'por medio de razonamiento de un principio revelado (revelación virtual), Evidentemente. la verdad fundamental revelada es divína y lleva consigo todo el peso de la autoridad efe Dios, verdad suprema· e infalible. En' cambio, la verdad vírtualmente revelada

DEíSMO

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resulta de un elemento divino y de un elemento humano, por lo cual no se puede imponer a la conciencia del creyente en nombre de Dios. La Iglesia es el custodio del depósito de la divina Revelacíén, y su misión no es la de crear la verdad divina, sino la de buscarla en las fuentes de la Revelación, sacarla a la luz cuando no esté explicita y pro)2onerla como tal para que sea c¡:elda. La deelaración de la Iglesia puede ser hecha a modo de magisterio ord~naNO (predicación unánime de los Obispos unidos con el Romano Pontífice, enseñanza unánime de los Teólogos bajo el control del Magisterio Eclesiástico, consentimiento de los fieles, práctica litúrgica) o a modo de magisterio extraordinario (declaración solemne del Papa, por medio de una Bula u otro documento, o de un Concilio Ecuménico (v. esta pal.), o de UD Concilio particular aprobado por el Papa; Símbolos y Profesíones de fe emanados o· aprobados por la Iglesia). La definici6n dogmática estrictamente dicha es la verdad propuesta del segundo modo; en el sentido más riguroso constituye el dogma lormal (v, esta palabra), q_ue se 1 ama también verdad de fe divino-católica, a la cual no puede el fiel negar su asentimiento sin caer en la heretía (v. esta pal.). Nótese, sin embargo, que generalmente basta para constituir un dogma o una verdad de fe divino-católica la funciÓn del maginerlo ordinario, como declara el Conc. Vat., Ses. 111, cap.' 3 (DB, 1792): cFide divina et catholica ea omnía credenda sunt quae in verbo Dei seripto vel tradito continentur et ab Eeclesia sive solemni iudicio sive 01-

dinario et universali magisterio tamquam divinitus revelata eredenda proponuntur. lO

BIBL. - GARRlGOu-LAGRANGE, De ,.ooelatione ver Eccleriam catholicam prooosita, París, 1925; G1tANDMAIROH, Le dogme ch,.éden, sa nature, aea formt!les, son déoeloppemetü, París, 1928; A. GARDEIL, Le donné ,.éoélé et la Théologie, Juvisy, 1932; EC, vol. IV. col. 1792 ss, o MAR.ÍN-SOLA, La ooowci6n homogénea del dogma católico, Madrid, 1952.

P. P.

DEíSMO: Etimológicamente parece equivaler a un sistema en que se afirma a Dios; en este sentido coincidida con el Teísmo. Pero el uso no sólo distingue sino que opone el uno al otro. El Teísmo es un sistema ortodoxo, que admite íntegramente la Teodicea cristiana en oposición al Ateísmo y al Panteísmo. En cambio, el Deísmo es una concepción racionalista de la divinidad, que torna por base la razón humana y no la divina Revelación. Las afirmaciones deístícas presentan un Dios. mutilado en su naturaleza y en sus atributos: según la importancia y alcance de esta mutilación, el Deísmo tiene varios grados. Al principio (en el s. XVI) sirvió esta palabra para designar a los Socinianos (v. UnUarimw); en el siglo el Deísmo se e;'¡ítendió por Inglaterra corno cristianismo radonal (Cherbury, Collins, Bo-. lingbroke y otros); en el s. xvnI se convierte en la enseña de los Enciclopedistas (Voltaire, Rousseau especialmente). El Deísmo, poco a poco, minimizando la divinidad, se va acercando al Atefsmo y al Panteísmo.

xvn,

BIBL. - SAVOUS, Les dMtrteB anglcriB et le chriatianisme, París, 1882; E. CASSD\Ell, La FlloBofia dell'illuminiamo'.

• Florencia

1944; M.

AUe

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lomi

DEMONIO - DIABLO

ducción de la muerte en el mundo (Sap. 2, 24). Con más frecuencia se encuentra en el N. T. el nombre de Satanás, demonio, diablo. Es Satanás quien tienta a P. P. Jesús en el desierto (Mt. 4, 1), a Satanás le atribuyen los fariseos DEMONIO - DIABLO: Dos pa- los milagros de Jesús, pero el Sallabras de origen griego: ~)a.L!-L(J)\I, vador prueba la necedad de esta de raíz incierta, y 8Lá.~oAoc; (de acusación demostrando su poder -8Lcx(3