Dia Mundial Del Agua

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Dia mundial del agua. El mes en que conmemoramos el día Mundial del Agua ha estado caracterizado por la contaminación de las cuencas del Río Santa Lucía y de la Laguna del Cisne, que abastecen a Montevideo y su zona metropolitana y parte del departamento de Canelones respectivamente. Todo comenzó cuando los vecinos comenzaron a denunciar que el agua que llegaba a sus hogares tenía un gusto raro y olía a una mezcla de pescado con gamezán. Al presidente de Obras Sanitarias del Estado (OSE), Milton Machado, no le quedó otra alternativa que reconocer que el fenómeno se debe a la acumulación de “algas” en el río del cual se extrae el agua y que las mismas “son provocadas por los agroquímicos de las plantaciones que están al norte de la planta” potabilizadora. Nada dijo que se trata de una contaminación anunciada ni de la responsabilidad que le cabe al organismo que preside por hacer oídos sordos a los reclamos de la sociedad civil. Debió aclarar y no lo hizo, la razón por la cual ignoró el reclamo de la Comisión Nacional en Defensa del Agua y la Vida (CNDAV) formulado en 2012 en ocasión del Día del Agua que entre otros puntos planteaba: “Reclamamos la instrumentación de sistemas de monitoreo y estudios a cargo de la Universidad de la República, así como la elaboración de informes dirigidos al público sobre los impactos medioambientales de las plantaciones de monocultivos y los impactos para la salud humana del uso de agrotóxicos y otras industrias contaminantes”. Científicos de la Universidad de la República sospechan que el fenómeno es provocado por cianobacterias también llamadas algas verdeazules, verdeazuladas o cloroxibacterias debido tanto a la presencia de pigmentos clorofílicos que le confieren ese tono característico como a su similitud con la morfología y el funcionamiento de las algas.

En realidad se trata de microorganismos cuyas células miden sólo unos micrómetros de diámetro, pero son más grandes que la mayoría de las otras bacterias. Luis Aubriot, investigador de la Facultad de Ciencias en la sección Limnología, se encargó de ilustrarnos sobre la gravedad del caso: “las cianobacterias están afectando el agua potable en todo el mundo”, destacando que las mismas “a veces producen toxinas y a veces no”. “Puede suceder que los organismos crezcan, transmitan un mal olor al agua, porque producen una sustancia inocua que se llama geosmina, pero sin tener toxinas. Y a la vez pueden aparecer otros organismos que no produzcan mal olor ni sabor, pero sí toxinas”.[1] Para contrarrestar el ingreso de estas “algas” y otras sustancias al agua potable suministrada a los hogares, OSE propone el empleo de filtros de carbón activado, estimando que para filtrar toda el agua que llega a Montevideo y su zona metropolitana, habría que construir una batería de filtros cuyo costo oscila entre los 30 y 40 millones de dólares. Para el presidente de OSE todo se debe al cambio de paradigma adoptado por el país. “Mientras en el 2000 pretendíamos constituirnos en una plaza financiera, ahora estamos abocados a lograr el Uruguay productivo”. Veamos cual y de quién es el país productivo que nos ofrece. ¿Qué produce la contaminación? Las grandes extensiones de tierra destinadas al monocultivo de la soja provocan una serie de problemas, entre ellas el agotamiento de los suelos. Por ejemplo, la última campaña gruesa en Argentina, donde se cosecharon un poco más de 100 millones de toneladas de granos, significó una pérdida en los suelos de algo más de 5,5 millones de toneladas de nutrientes como el nitrógeno, fósforo, azufre, potasio y magnesio. Al intento de reponer estos nutrientes -siempre en menor cantidad de la que se extrae- le llaman “fertilización”. Y los “fertilizantes” son los que contaminan las fuentes de agua.

El país carece de yacimientos minerales de fósforo y potasio y no cuenta con fábricas de fertilizantes nitrogenados, por lo que el abastecimiento interno depende de la importación.

¿Quiénes contaminan? El Censo General Agropecuario de 2011 mostraba que el 9 por ciento de las explotaciones poseían el 60 por ciento de la tierra, mientras el 56 por ciento de las explotaciones poseían el 5 por ciento de la misma. El 43 por ciento de la tierra está en manos de personas jurídicas. Los mismos que lograron frenar el Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales (ICIR). La soja abarca el 30 por ciento de la tierra cultivada en el país. En 2010 el 26 por ciento de los productores controlaba el 85 por ciento de las tierras con soja. Ese mismo año, el 1 por ciento del total de los productores tuvo a su cargo el 35 por ciento de la superficie sembrada con soja. En el país se contabilizan 136 aviones fumigadores, frente a los 75 que posee la Fuerza Aérea y los 10 de la Armada. La contaminación es consecuencia del modelo de producción La contaminación del agua está directamente relacionada con el modelo de producción imperante que sólo apuesta a producir sin considerar la contaminación provocada en el agua, suelo, aire y en la salud de las poblaciones cercanas a los cultivos. A su vez este modelo no genera ni “riqueza y trabajo”, por el contrario genera pobreza y destrucción, mientras la riqueza queda en un puñado de empresas. En este día Mundial del Agua hacemos llamado a la población a movilizarse nuevamente en defensa del agua. Contaminarla es también una forma de privatizarla.

Reconocen contaminación del agua en uruguay “EL TEMA ES QUE SE PUEDE MORIR, PERO SIN ALARMA” Panario sostuvo que si “se fuera a jerarquizar los problemas ambientales por su importancia, se debería empezar por referirnos a problemas como la indigencia, la pobreza, a los cuales se asocian después todas las vulnerabilidades a los problemas ambientales. Los organismos del gobierno han logrado mantenerlos ocultos y los problemas ambientales comienzan a resolverse cuando adquieren luz pública. La estrategia oficial ha sido tradicionalmente que no la tengan”. Panario ingresó en su momento en la comisión relacionada con la problemática del plomo y la preocupación de las autoridades, tanto sea de los organismos públicos, como el Ministerio de Salud Pública, OSE, Ancap y la Presidencia de la República, “era no declarar el hecho una emergencia nacional”. La razón era no generar alarma pública… “el tema es que se puede morir, pero sin alarma. Lo importante es que no se sepan las causas y qué lo está matando. Esta es una de las tantas herencias malditas de la dictadura que perviven en nuestra comunidad, que han quedado en la mentalidad de los funcionarios públicos. Parte puede provenir de esta herencia, pero también me parece que atrás de eso hay una cierta cola de paja”, declaró el expositor. LOS MALES REALES DE LA PLOMBEMIA Dijo que “el problema de lo que se ha dado en llamar «plombemia» es terrible. Le cambiaron el nombre a la enfermedad. Se trata de saturnismo, pero esto suena sórdido. Entonces se le llamó plombemia a la enfermedad, que es más o menos como si al cáncer de útero le llamáramos «papanicolau». Es claro, suena mejor y no genera tanta alarma pública como decir que, a lo mejor, 30% de la población uruguaya está enferma de saturnismo”. Sostuvo por otro lado que “los resultados de los primeros estudios de plombemia de la Facultad de Química estaban en 1987 y salieron en la prensa. Quiere decir que los funcionarios encargados del contralor estaban contestes en que debían controlar. Cuando surge el problema, empiezan a pensar: ¡Caramba, yo no hice nada! ¡Capaz que me cuesta el cargo! ¡El jefe me va a matar! Por eso, bajarle el perfil al problema es el objetivo de los funcionarios públicos que tienen relación con la temática ambiental”. EXPEDIENTE PARA UN AGENTE CRIMINAL: LA MICROCYSTINA Señaló que se “trata de algo tan inocuo como el fósforo, un nutriente. Es necesario el fósforo para tener los huesos fuertes, la mente activa, todo eso es cierto. ¿Empero qué pasa en el Uruguay con el fósforo en el agua? Lo que está pasando es que la mayor parte de nuestras vías de drenaje están saturadas, con niveles de fósforo por encima de lo que indica un nivel de eutrofización, o sea, contaminación severa”, declaró. “En los años se estaba trabajando en Salto Grande y se dio la oportunidad de ver la primera floración de algas con que tuvo contacto la ciencia. Apareció una cantidad de cosas verdes flotando, que venían de arriba. Llamamos en aquel momento a la Facultad de Humanidades, no supieron establecer de qué se trataba pero dijeron que se trataba de algas tóxicas y por lo tanto, había que tener cuidado con el agua y no ingerirla”, expresó. Admitió que “hace unos tres años, ante la constatación de que la gente que vivía en Rincón del Bonete tenía un nivel de cáncer un poco elevado, la UTE le solicitó a la Facultad de Ciencias una investigación. Ellos tomaban agua del embalse, provista por la propia UTE y no por OSE. Se determinó que el problema era un alga tóxica existente en el embalse que se llama microcystis”. Puntualizó que “la microcystis es un alga que produce una toxina llamada microcystina, que es carcinógena, teratogénica, bioacumulativa, hepatóxica, etc., podemos darle todos los títulos de un arma mortal. Ocurre que esta alga, cuando se muere, libera esa toxina, que va disuelta en el agua y pasa casi todos los filtros que se le puedan poner cuando se filtra el agua potable”. “Se informó de la existencia de este elemento, no sólo a la UTE sino también a las intendencias que tenían que ver con la zona. La UTE se enojó muchísimo de que hubiéramos hecho público el resultado. O sea, investigar, sí, pero profesionalmente, nada de hacer públicos los resultados. No sea cosa que genere alarma pública…”.En la capital, concretamente en Puerto del Buceo, el agua llega a tener un color verde que parece pintura. Se trataba de la microcystis…se ha visto en grandes cantidades, a cinco kilómetros de la

costa, a la altura de La Tuna. En realidad, la gente no se debería bañar cuando hay esas concentraciones”. “URUGUAY ESTA SUFRIENDO UNA EPIDEMIA DE CANCER” En el marco de su alocución, Panario recordó a un Intendente de Colonia que, cuando aparecieron estas floraciones, al estilo Fujimori (que comió pescado cuando la epidemia del cólera en Perú), “se fue a bañar a la playa para mostrar que no había ningún problema. ¡No fuera a fracasar la temporada turística, que es lo que importa! No importa que la gente se intoxique. El problema no es que se genere una epidemia pasajera de alergias o eventualmente, unas intoxicaciones que no matan a nadie”. “En los hechos, los oncólogos en el día de hoy están reconociendo que en el presente el Uruguay está sufriendo una epidemia de cáncer. Pero esto tampoco se dice, ¿verdad? Esto no se dice, pero es así. En los hechos, los tejidos blandos que son afectados por este tipo de toxinas son parte de esos casos explosivos en cuanto a incidencia de cáncer. Claro, establecer la relación causal es muy difícil. ¿Cómo separar que yo soy fumador y me enfermé por otra cosa? Los médicos saben que es muy difícil establecer la relación causal en este tipo de cosas, que lleva muchos años e ingentes recursos. Establecer la relación causal entre el cigarro y el cáncer, aunque se conocía, llevó muchísimos años demostrarla. Y por instituciones muy poderosas. De ahí que va a demorar muchísimo tiempo establecer que acá en Uruguay este pudiera ser uno de los problemas.Ahora bien: ¿Se tiene primero que probar para luego tomar la precaución? ¿O primero tenemos que tomar las precauciones y después probar cuáles son los problemas? En los hechos, la verdad es que buena parte de las poblaciones, inclusive la población de Montevideo, que toma agua de Paso Severino (es de los lugares que tienen explosiones de algas de este tipo) está siendo afectada. Y reafirmó que “por supuesto, el río Uruguay, en todo su recorrido, Salto, Paysandú, Fray Bentos, Colonia y Juan Lacaze, cuando llega el verano, están tomando agua contaminada con microcystina. Las plantas potabilizadoras de OSE no tienen filtros de carbón activado, no filtran la microcystina. Ahora, para no crear alarma pública, lo que han dicho es: Resulta muy fácil, para el que quiera seguir el expediente, saber quiénes son los cómplices. “¿Quiénes son los cómplices? Los que no informan, los que no toman medidas, OSE, el Ministerio de Vivienda, las intendencias departamentales. Ya tenemos el expediente completo, como para el Fiscal”

Ejemplo de contaminación del agua en el río Santa lucia

Si bien desde hace más de 20 años se estudia la calidad del agua en el río Santa Lucía, “hasta el momento no se ha alcanzado un nivel de conocimiento suficiente”. Así como tampoco los controles llevados adelante por las instituciones involucradas “que permitan una gestión ambiental integrada de la cuenca”. Así lo estableció el informe de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA), realizado junto con la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) y publicado en 2010. Este documento refleja más advertencias respecto de la contaminación en el río Santa Lucía y sus afluentes, hacia la Dinama y la OSE y sus carencias en los procedimientos. Pero no se hizo nada al respecto. El Informe de situación sobre fuentes de contaminación difusa en la Cuenca del Río Santa Lucía – JET/Dinama buscaba ayudar a los organismos estatales a implementar “actividades a desarrollar en los próximos cinco años”, expresa. “Existe relativamente poca información sobre concentraciones ambientales de plaguicidas. Se sugiere implementar un estudio especial” al respecto, en “aguas superficiales, sedimentos y aguas subterráneas”, ya que podría generar “riesgos para la salud así como ambientales”, afirma. También resalta la “carencia de datos locales sobre la tasa de aplicación de fertilizantes y plaguicidas”. Esa medida se adoptó este año por parte del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), pero su cumplimiento aún no es controlado, excepto cuando se realizan denuncias. El informe sugiere la “exploración de medidas de control de la contaminación y buenas prácticas en el sector agrícola. Conforme las causas de la contaminación difusa se tornan claras, es importante indagar respecto a posibles soluciones a los problemas”. El decano de la Facultad de Agronomía, Fernando García, explicó al suplemento Qué pasa, de El País, que el origen de la contaminación es principalmente por la actividad lechera y los frigoríficos, y no tanto por causa de la soja. El informe explica que tras “un monitoreo en 32 estaciones”, realizado en 2005, se indica que la calidad del agua es buena, excepto por el fósforo, principal contribuyente para la formación de cianobacterias. Otro informe de la Dinama del 2011 detectó en el embalse del arroyo Canelón Grande niveles de fósforo de 12.900 microgramos por litro. “Este parámetro mostró valores superiores a los 25 microgramos por litro sugeridos como estándar”, por lo que “los aportes urbanos y agrícolas podían ser la causa de estos valores”. Así como agrega que “la región media y baja de la cuenca se muestra más vulnerable y afectada por las actividades productivas, presentando signos de deterioro en la calidad del agua de los arroyos de las cabeceras de la cuenca y del cauce principal”.

Coordinación estatal La investigación destaca más de una vez la importancia que tiene “intercambiar información” principalmente entre el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), Dinama, MGAP e investigadores. Así como la necesidad de coordinar acciones en conjunto para controlar la contaminación y la cantidad de vertidos que se arrojan a los cursos de agua. El único ámbito de coordinación que existe entre organismos estatales, la sociedad civil y empresas, aún no está activo: la comisión de cuenca del río Santa Lucía está aprobada por decreto. Según explicó José Luis González, director de la Dirección Nacional del Agua (Dinagua) a El Observador, se realizó un segundo llamado al público en general para integrarla, ya que preocupa el escaso interés de la población. Por lo tanto, el 2 de mayo cierra la convocatoria, y se aguarda la firma del presidente José Mujica, para comenzar a sesionar. En ese ámbito se discutirán medidas para reducir la contaminación del río. En tanto, las investigaciones que realizan integrantes de las facultades de Ciencias y de Química, el LATU e Instituto Clemente Estable, tendrán sus primeros resultados a fines del 2013. Por lo tanto, las autoridades podrán analizarlo a comienzos de 2014, año electoral.

Desde la reforma de los artículos 47 y 188 de la Constitución de la República, ocurrida el 31 de octubre de 2004 con la aprobación del llamado “Plebiscito del Agua”, desde el punto de vista legal se dio un gran paso para gestionar el agua bajo los principios de la conservación. Su uso cuidadoso y sustentable debe ser una garantía de salud, equidad y bienestar para la sociedad uruguaya. Quedó incorporado a la Carta Magna que por ser este líquido un recurso natural esencial para la vida, el acceso al agua potable y al saneamiento constituyen derechos humanos fundamentales. También establece que es de interés general la preservación del ciclo hidrológico, y que la primera

prioridad es el abastecimiento de agua potable a la población. En estos días se ha generado una polémica pública debido a problemas de contaminación que se detectaron en el río Santa Lucía, abastecedor del agua potable de la zona metropolitana. El problema llegó hasta los hogares de los consumidores, a través del color y el olor del agua. La explicación de las autoridades del agua es que se ha incrementado la contaminación de la cuenca del Santa Lucía por el aumento del uso de agroquímicos, lo que hace más difícil evitar que esa realidad tenga efectos perceptibles por los usuarios. Lo cierto es que el Estado tiene la obligación ineludible de garantizar el servicio y de proteger las fuentes naturales del recurso. Al mismo tiempo los productores rurales tienen el derecho de desplegar sus actividades todo lo que consideren conveniente, siempre y cuando no afecte el bien común y no perjudiquen aspectos esenciales del bienestar social, como lo es en este caso, contaminar las fuentes de suministro de agua. A través de las reglamentaciones y disposiciones es que las autoridades regulan y controlan el uso de los recursos naturales. Y más allá de los inconvenientes que pudieran ocasionarle a los productores de la cuenca del Santa Lucía, la aplicación de mayores restricciones en el uso de productos químicos para evitar que lleguen a sus aguas, está claro que la esencialidad del agua

potable está por encima de toda otra consideración. Estamos frente a una encrucijada que nos plantea decisiones que hemos venido postergando. Tarde o temprano debemos repensar las estrategias del uso de recursos esenciales, y rectificar algunos rumbos de producción. El punto de partida básico es combatir la idea tan arraigada en la mente humana, de que es tolerable contaminar las fuentes de agua dulce usándolas para diluir desechos y para transportarlos lejos de nuestro alcance. Algo tan obvio en la teoría resulta muy difícil de implantar en la práctica. La inteligencia humana, a través de la ciencia y la tecnología, y la decisión política deben trabajar sin descanso, para combatir cualquier acción que ponga en riesgo las fuentes de agua dulce de una localidad. Las alarmas que suenan cada vez más seguido son razón suficiente para tomar el asunto con la seriedad y responsabilidad que merece. El desafío es enorme pero no por eso debe desalentarnos. Debemos hallar la manera de desarrollarnos plenamente pero conservando los recursos hídricos, evitando su contaminación.

Consecuencias de la contaminación de agua en el Uruguay

La razón sería la contaminación producida en el agua por algunas algas contaminadas con tóxicos. Los productores denuncian que la ingesta de esas algas viene provocando la muerte de animales en el Lago de Rincón del Bonete. Según algunos productores de la región se les informó que las algas contienen toxinas que generan la muerte de las ovejas y destacaron que la contaminación podría ser consecuencia de la utilización de agroquímicos manipulados en la forestación y en las plantaciones de soja. “Con la forestación y la plantación de soja tenemos multinacionales que son muy respaldadas desde el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, y por acá no he visto controles de agrotóxicos”, expresaron con indignación durante una manifestación. Según especialistas, en Uruguay no se realizan controles periódicos de agrotóxicos en el agua, a no ser que exista una sospecha de una contaminación puntual. Las autoridades han declarado no contar con personal ni tecnologías suficientes para realizar este tipo de controles aunque el uso de agroquímicos haya aumentado sustancialmente con el aumento de la extensión agrícola. “Hace un año que las algas del Río Negro vienen matándome las ovejas en las dos islas que tengo como ocupante en comodato cerca del lago de Rincón del Bonete”, señaló Ismael Araújo, productor d la región. El trabajador destacó que hace 13 años que produce en la zona y que desde hace cuatro se percató de la presencia de las algas. “Te puedo confirmar que son los tóxicos de las algas que nos están matando las ovejas porque hemos revisado a los animales y les hemos encontrado a varios de ellos el hígado desecho y el estomago todo verde por la pasta que genera el alga al consumirla”, indicó. Estas algas crecen cuando el nitrógeno y el fósforo (producto de los agrotoxicos) aumenta, se llaman cianobacterias o algas verdeazules, producen compuestos tóxicos además de consumirse en exceso el oxígeno del agua , lo que provoca mortandad de peces.

Facultad de ciencia… Expertos de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República hallaron los mismos signos de contaminación del río Santa Lucía, contaminada por un exceso de nutrientes que ha sido conocido públicamente como “algas”, en las aguas de los ríos Negro y Uruguay. Según informó a El Observador Luis Aubriot, doctor en Ciencias Biológicas de esa facultad se “detectaron cianobacterias, que hoy están por casi todos los ambientes acuáticos urbanos y suburbanos, así como cuencas que son productivas”. Los académicos trabajan por un convenio en algunos temas puntuales con la OSE. También advirtió que si no se controla la contaminación en el agua, en un futuro cercano podrían detectarse toxinas en los acuíferos, que podrían comprometer su potabilidad. Por su parte, el presidente de OSE, Milton Machado, explicó a El Observador que si bien hace tiempo que se trabaja en planes para solucionar el problema, se solicitó al Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP) que realice un monitoreo permanente sobre el uso excesivo de los agroquímicos para que incremente los controles sobre la industria. Las cianobacterias que se encuentran en los ríos Santa Lucía, Negro y Uruguay son consecuencia del exceso de nutrientes que se desarrollan en el agua, ante las altas cantidades de fósforo y nitrógeno. Estas bacterias se potencian aun más a altas temperaturas y luz solar intensa, explicó Aubriot. Por este motivo, Machado dijo que se realizará una coordinación conjunta con el MGAP, así como con el Ministerio de Salud Pública y el de Defensa, productores rurales, y la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea), entre otros actores. La denominada Comisión de Cuencas busca “crear un monitoreo que se ajuste a la realidad, con mayor coordinación y una supervisión más intensa del agua, plantaciones y fertilizantes que se usan. La tarea prioritaria es ser más estrictos con los controles”, agregó. El organismo encargado de controlar y sancionar el uso excesivo de agroquímicos es la Dirección General de Servicios Agrícolas del MGAP, cuyo director, Inocencio Bertoni, dijo a El Observador que no haría declaraciones, ya que “no se comprobó aún de donde proviene la contaminación” en el río Santa Lucía. Contaminación revivirá Aubriot expresó que están preocupados, debido a que este fenómeno “es algo que se repite cada vez con mayor frecuencia y gran intensidad”. A su vez, explicó que la contaminación se atenuará con las bajas temperaturas y una menor intensidad de la luz solar, pero advirtió que revivirá en primavera. Si no se controla la contaminación en el agua, en un futuro cercano podrían detectarse toxinas en los acuíferos, similares a las que produce la marea roja, advirtió.

Aubriot consideró que, si bien no se está ante una “catástrofe”, es una situación comprometida, ya que “todo lo que le ocurre al agua potable le va a llegar a todas las personas” dijo. “Es algo que vamos a tener que atacar de varias disciplinas, porque estas situaciones son una alerta de que si no tomamos medidas tempranas se deteriora este recurso” explicó. En tanto, el director de la Ursea, Fernando Longo, dijo prever que “se pueden dar este tipo de situaciones” en todo el país. “Pasó hace dos años en Rincón del Bonete y puede volver a ocurrir en cualquier momento”, declaró el domingo en El País. Las genobacterias nacen a raíz de los desechos que vuelca la actividad productiva en cultivos, tambos, frigoríficos, industrias y ciudades. Estos son aportes puntuales a través de cañerías, canales y vertidos directos a los ríos. En algunos relevamientos de la facultad se detectó 1,5 miligramos de fosfato por litro de agua en una cuenca cercana a Canelones. Este valor es entre 500 y 1.000 veces mayor a lo establecido, y el lugar donde se tomó la muestra desemboca en la c uenca de Aguas Corrientes, dijo Aubriot. Fernández Huidobro y sus “bombas” El ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, se mostró preocupado por la contaminación del río Santa Lucía y dijo a Subrayado la semana pasada que puede ser “la peor catástrofe imaginable que pueda ocurrir” en Uruguay. Por esta razón, advirtió que se necesita un plan B; es decir, “otro lugar de donde sacar agua potable”. El vicepresidente de OSE, Daoiz Uriarte, acusó al ministro Fernández Huidobro, en declaraciones a El País, de tener la costumbre de tirar “bombas alarmistas”.