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Descolonización y Despatriarcalización: un diálogo necesario EDICIÓN Instituto de Formación Femenina Integral - IFFI DE

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Descolonización y Despatriarcalización: un diálogo necesario

EDICIÓN Instituto de Formación Femenina Integral - IFFI DEPÓSITO LEGAL: 2-1-1650-11 IMPRESIÓN Live Graphics

Cochabamba, julio 2011

CONTENIDO Palabras de Bienvenida......................................................................................................... 3 Metodología.......................................................................................................................... 3 Descolonización y despatriarcalización: una articulación (re) politizadora - Dunia Mokrani................................................................................................. 4 Hacia una descolonización del discurso de la descolonización - Rafael Bautista................14 Desafíos de la descolonización desde las luchas de las mujeres - Patricia Chávez.............28 Mesa de controversia.......................................................................................................... 40 - Cecilia Estrada P............................................................................................................... 40 - María Lourdes Zabala C.................................................................................................... 43 - Martha Arébalo................................................................................................................ 46 Comentarios de panelistas.................................................................................................. 50 - Patricia Chávez................................................................................................................. 50 - Rafael Bautista................................................................................................................. 54 - Dunia Mokrani.................................................................................................................. 65 Preguntas de las y los asistentes......................................................................................... 70 - Patricia Chávez................................................................................................................. 72 - Dunia Mokrani.................................................................................................................. 73 - Rafael Bautista................................................................................................................. 76 MESAS DE TRABAJO............................................................................................................ 78 - Grupo 1 . .......................................................................................................................... 78 - Grupo 2............................................................................................................................ 80 - Grupo 3 . .......................................................................................................................... 82 - Grupo 4 . .......................................................................................................................... 83 - Grupo 5............................................................................................................................ 85 Conclusiones - Cecilia Estrada P.......................................................................................... 86 Participantes del Seminario Taller....................................................................................... 90

Descolonización y Despatriarcalización: un diálogo necesario

Palabras de Bienvenida Claudia Arce - Coordinadora General de la Plataforma de Mujeres por la Ciudadanía y la Equidad Es un gusto reunirnos hoy, en esta jornada de reflexión y discusión sobre dos temas que ya están en nuestro discurso desde hace tiempo, pero sobre los que todavía no se tiene certezas ni claridad, nos referimos a la descolonización y la despatriarcalización. Como Plataforma de Mujeres y como IFFI, desde el 2003 organizamos y propiciamos espacios de análisis y debate sobre temas que hacen al contexto político y a la agenda de las mujeres, con el fin de orientar nuestro accionar. En esta oportunidad, Dunia Mokrani, Patricia Chávez y Rafael Bautista nos brindarán más luces acerca de estos temas como, por ejemplo, cuáles son sus encuentros, sus afinidades o tensiones, para luego tener más claridad en lo que proponemos en nuestros objetivos como movimiento, como articulación de mujeres del departamento de Cochabamba. Gracias por su presencia, su participación y esperamos contar con su activa participación hasta el final de la jornada de hoy.

Metodología Silvia Vega - Coordinadora área Movimiento de Mujeres IFFI El seminario taller tiene dos partes. Una primera que se desarrollará durante la mañana, con las tres exposiciones de 30 minutos cada una. Posteriormente, las participantes de la mesa de controversia harán uso de la palabra por cinco minutos cada una, para profundizar sobre la temática, hacer comentarios y preguntas dirigidas a las y el disertante. Luego, se pasará a tres rondas de cinco 3

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preguntas de las y los participantes. Durante la tarde, se trabajará en grupos, en base a una guía de preguntas, con la finalidad de ampliar y profundizar el análisis, recuperando los insumos propuestos por las y el panelistas, para luego socializar lo trabajado en una plenaria y cerrar el evento con algunas conclusiones. Descolonización y despatriarcalización: una articulación (re) politizadora Dunia Mokrani1 Muy buenos días a las y los participantes, quiero comenzar agradeciendo al IFFI y a la Plataforma de Mujeres por la Ciudadanía y la Equidad por esta invitación. Las reflexiones que voy a compartir no las hago como experta en el tema de género, sino a partir de reflexiones teóricas pero también desde la práctica política de militancia dentro de un colectivo y también más allá de él. Entonces, muchas de las reflexiones que voy a presentar aquí han sido producidas en común con otras compañeras y son simplemente algunos apuntes. Pues como bien lo decía la compañera que me antecedió, el tema de despatriarcalización y descolonización es un tema en que quizás tenemos más dudas que certezas, porque justamente es un horizonte político en construcción. Actualmente, cuando se habla del tema de las luchas de las mujeres más que hablar de género se analiza esto que se ha llamado despatriarcalización. Entonces, las reflexiones que voy a presentarles tienen que ver con este cuestionamiento de cómo se construye este horizonte que, sin duda, en el

1 Politóloga, integrante del Colectivo Mujeres Tejedoras de Sueños, con amplia experiencia en temas de investigación como democracia, movimientos sociales, género y descolonización.

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Descolonización y Despatriarcalización: un diálogo necesario

contexto político que vivimos en el país, sobre todo a partir de las luchas sociales de los movimientos sociales que han producido las posibilidades de cambio, tiene que ver con un futuro claro de descolonización y cómo se articula la despatriarcalización. He denominado mi exposición Descolonización y Despatriarcalización. Las instituciones que nos convocan hablan de un diálogo necesario. Más o menos es la misma idea, yo hablo de una articulación compleja, necesaria y re politizadora, es decir, que parto de una premisa de que habría habido un proceso de despolitización de algunas luchas y que esta articulación de la despatriarcalización y decolonización como horizontes políticos, permitirían la posibilidad de re politizar las luchas de las mujeres, las luchas de los pueblos indígenas, en una unión necesaria con otras luchas. ¿Por qué hoy se habla de descolonización y despatriarcalización? Principalmente porque los procesos políticos que hoy vivimos han partido de una denuncia contundente, fuerte y clara sobre la persistencia de un Estado colonial, es decir, que el Estado liberal republicano no habría superado las grandes diferencias estructurales producidas por el hecho colonial. La denuncia de un Estado colonial que se evidencia también como un Estado monocultural, es decir, un Estado configurado a imagen y semejanza de una cultura dominante, de una cultura blanco mestiza. Entonces, esta denuncia, a partir sobre todo de las luchas de los pueblos indígenas, de las organizaciones indígenas y campesinas, tiene que ver con la existencia de un Estado colonial que se refleja a nivel de gobierno, en gobiernos en los que hubo una tajante diferencia entre gobernantes y gobernados, es decir, donde algunas clases dominantes fueron las que gobernaron históricamente el país y sobre todo que produjeron múltiples exclusiones. 5

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Es importante analizar estas desigualdades. ¿Por qué se producen estas desigualdades estructurales? Se producen por prácticas cotidianas desde el poder, que tienen que ver con tipos de relación social, política, económica, racista, machista, clasista, homofóbica, adultocéntrica. Temas que fueron denunciados en las luchas sociales en el marco, por ejemplo, de todo el período neoliberal, pero de una manera despolitizadora. ¿Por qué?, porque se marcaron todas estas relaciones sociales o todas estas estructuras de desigualdad como asuntos. Entonces, ¿qué es lo que pasa? Tenemos un proceso que denuncia con claridad la existencia de un Estado colonial, en el que no se habla con la misma fuerza de la existencia de un Estado patriarcal. De hecho, uno de los grandes límites de la Constitución, a pesar que reconoce derechos específicos de las mujeres, es que no reconoce el carácter patriarcal del Estado que se quiere transformar. La Constitución habla de un Estado colonial, pero no habla de un Estado patriarcal. Entonces, si bien existen derechos específicos reconocidos a las mujeres, desde donde se puede ir desestructurando estas relaciones patriarcales, el hecho de que la Constitución no haya asumido o reconocido como patriarcal al Estado, a las relaciones sociales y a las culturas que existen en el país en su carácter también patriarcal, es uno de los límites para esta articulación necesaria entre la descolonización y la despatriarcalización. Entonces, se tiene claro que se quiere transformar un Estado monocultural, lo patriarcal viene luego como una necesidad de problematizar y por eso se une al tema de la descolonización, porque permite politizar no desde otro sector, sino desde cómo se articula toda esta relación colonial del Estado y la sociedad, con las estructuras patriarcales.

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Descolonización y Despatriarcalización: un diálogo necesario

Para re politizar de manera emancipatoria las diversas luchas hacia el desmontaje de un Estado y de las relaciones sociales patriarcales, es importante ver cuáles han sido las vías de despolitización de las luchas sobre todo, en este caso, de las mujeres. Una de las principales tiene que ver con el tipo de ciudadanía que se construye en el marco de un Estado liberal y también en el marco del período neoliberal; es un tipo de ciudadanía que habla de la inclusión y reconocimiento formal de mujeres y también de indígenas. Sin embargo, no produce un tipo de ciudadanía que permita hacer frente a estructuras múltiples de exclusión que existen en el país, es decir, habla de inclusión pero sin poner en cuestión las instituciones y las relaciones sociales que producen esta exclusión. Otra de las vías de despolitización que tiene que ver con el enfoque que se ha dado de manera generalizada a las políticas sociales en el tema de género y de los pueblos indígenas, se puede observar en el esquema dentro del cual se incorporan las demandas de género, generacionales de los pueblos indígenas, en el marco de las reformas estructurales neoliberales y ubicando a cada una de estas problemáticas, de estas relaciones sociales de desigualdad, como asuntos. Se tienen los ministerios de asuntos indígenas, asuntos de género, asuntos generacionales, donde las grandes mayorías de la población, es decir, pueblos indígenas, mujeres, niños, niñas adolescentes, jóvenes, personas de la tercera edad eran ubicados como sectores que tenían demandas hacia el Estado, pero no se los problematizaba en tanto relaciones sociales. Se termina creando una suerte de grupos que demandan al Estado algún tipo de política, de demanda de inclusión; pero no se problematizan las relaciones sociales que producen esa desigualdad y exclusión, no se habla de relaciones sociales, sino de grupos de personas. Entonces, las mujeres 7

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son tratadas como un sector al que hay que escuchar o incorporar algunas de sus demandas, pero no se avanza en cuáles han sido esas relaciones que produjeron exclusión, como la violencia estructural contra mujeres, contra indígenas, jóvenes, ancianos, los que son gran parte o la mayoría de la población. Este tema lo ejemplifico con un trabajo de investigación que se hizo en el marco de lo que era el poder Legislativo anterior, para lo cual se entrevistó al que era Presidente de la Cámara de Diputados, de ese entonces. Se le preguntó sobre el tema, de cómo se asumieron, dentro de la agenda legislativa, las leyes que tienen que ver con los problemas de exclusión a las mujeres. Dijo que ése era el primer gobierno del Presidente, y que en el Parlamento estaban abocados a tratar asuntos estructurales y no sectoriales. Ésa es una clara muestra de cómo temas como la violencia hacia las mujeres es considerada una dificultad de un sector y no un problema estructural de una sociedad, porque una sociedad que violenta a las mujeres o a los niños tiene conflictos, está produciendo violencia, no simplemente es una preocupación de un sector al que se le debe resolver una demanda. Al tratar estos temas, como temas sólo de mujeres, no existe una responsabilidad social sobre los mismos, que posibilite enfrentarlos como problemas que afectan a la conformación y a la vida de las sociedades, sino como problemas de algunos sectores. Desde esa lógica, se dice: el día que las mujeres se organicen serán escuchadas, porque no se asume esta problemática, estas diferencias estructurales -no sólo en el tema de violencia-, de manera política, como sociedad en el marco de lo que hoy se llama el Estado Plurinacional.

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En este sentido, las luchas indígenas parten de una denuncia contundente de una sociedad racista y un Estado colonial, que tienen como correlato o como horizonte de propuesta política, la construcción de un Estado Plurinacional, por lo menos a nivel discursivo. Pero, ¿qué pasa con las luchas de las mujeres?, las luchas de las mujeres terminan en la nueva Constitución plasmadas en el reconocimiento de derechos específicos que son una base para seguir construyendo, pero si no se plantea una propuesta política que permita desestructurar o despatriarcalizar, se está otra vez en la lógica de que este Estado, en el mejor de los casos, se descolonizará, incorpore o no a un sector que son las mujeres. Por eso, la necesidad de problematizar desde la despatriarcalización, es decir, que un Estado colonial es también un Estado patriarcal. En ese sentido, no se trata de incorporar a las mujeres dentro de un Estado colonial, sino de problematizar la desigualdad existente dentro de esta articulación de lo colonial y lo patriarcal. Otra de las formas de despolitización, a la que se enfrenta la lucha de las mujeres, tiene que ver con la homogenización de la categoría mujer, es decir, el que se haya asumido el hecho de que todas las mujeres por ser mujeres tienen la predisposición de compartir luchas conjuntas. Si bien es importante reconocer que hay problemáticas que tocan personalmente a las mujeres, aunque de manera diferenciada, en un plano común, es importante también politizar las luchas en el sentido de que no sólo son mujeres, sino que tienen visiones y proyectos políticos comunes o no, ideas de transformación de una sociedad. Considerando esta dimensión, en este proceso hay dos formas de despolitizar las luchas de las mujeres. Una, pensar que por el hecho de ser mujeres todas deberían estar juntas sin cuestionar los horizontes políticos que cada quién plantea. La otra, que sugiere una imposibilidad 9

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que es la inversa, es decir, por el hecho de ser mujeres indígenas, mujeres urbanas, no se pueden articular en un proyecto político común por las diferencias de clase, de cultura. Ésta es una imposibilidad que viene desde un Estado patriarcal, porque es sintomático que a las mujeres se les niega la posibilidad de articulación. Cuando se tiene a la cabeza del Estado una articulación interclasista, interétnica visibilizada en la figuras del Presidente y el Vicepresidente actuales. Entonces, ése es otro tipo de negativa a una articulación política, que viene desde una visión patriarcal. Otro tema que es importante superar en este horizonte de la despatriarcalización, es la excesiva tecnificación que hubo en el abordaje de la problemática de género. Es importante volver a una política militante. En algún sentido, es cierto que se ha intentado articular lo técnico con lo militante, pero hay un peso demasiado fuerte en el abordaje de las políticas de género, en el tema de la tecnificación. Es importante construir movimiento más allá de posturas tecnocráticas, avanzar hacia una re politización de las luchas de las mujeres y la re politización supone despatriarcalizar en articulación con procesos de descolonización, que son los que han posibilitado una denuncia más contundente de la existencia de una sociedad colonial. ¿Por qué?, porque esta sociedad colonial es a su vez una sociedad patriarcal. Por tanto se debe avanzar hacia un horizonte político en el que se denuncie no sólo el hecho de que lo colonial tiene base patriarcal, sino que lo patriarcal tiene base colonial. Aquí hay un problema, porque algunas compañeras de pueblos indígenas plantean que la condición patriarcal no habría existido antes de la colonia, es decir, que ésta es la que habría traído a estas tierras y a estos pueblos, el patriarcado. Sin embargo, hay algo importante que se debe enfrentar

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políticamente, porque no se trata de simplemente de poner fechas, sino de ver lo que sucedió. Por ejemplo, Julieta Paredes habla del entronque patriarcal entre las sociedades precolombinas y la colonia. Ahí hay que dar un debate con lo que actualmente se tiene, la forma como se cristalizan las diferentes culturas y sus relaciones, con lo colonial y patriarcal, que es una realidad que va más allá de si el patriarcado llegó o no con la colonia. En ese sentido, la re politización en una articulación necesaria entre los horizontes políticos de la descolonización y la despatriarcalización, tiene que ver con el reto de desmontar estructuras que han producido y siguen produciendo desigualdad, prácticas cotidianas que reproducen esa desigualdad, en una articulación compleja entre la condición colonial y la patriarcal, en la que no hay que olvidar la condición de clase. Es fundamental que dentro de estas luchas, el campo urbano popular, el campo de las luchas de clase obrera, sean articulados con estos horizontes de la descolonización y la despatriarcalización. Entonces, por un lado está la tarea de ir desmontando todas estas estructuras que han producido las desigualdades que cotidianamente se viven. Por el otro, está el reto político de crear otro tipo de relaciones, de políticas, de sociedades, de economías, es decir, es un doble reto de deconstruir y construir a la vez, diferentes vínculos sociales. Por tanto, es importante que existan diálogos interculturales no solamente entre mujeres, sino diálogos interculturales en los que cada sociedad se cuestione así misma, cuáles son los núcleos de desigualdad, qué produce violencia contra las mujeres, qué produce exclusión en la toma de decisiones políticas, qué produce desigualdades en función a la condición de género, en función a si eres joven o no, en función a tus opciones sexuales. Se trata de 11

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una tarea que tendrá que hacer cada cultura en su interior, pero también en diálogo con las otras culturas. Es importante ver las prácticas que producen desigualdad, pero también recuperar aquellas que posibilitan resistencias a esas estructuras de desigualdad. En el tema de ciudadanía, la autora Ana Rubio Castro, habla de la necesidad de construir una igualdad compleja. Éste es un reto para salir de esa ciudadanía despolitizadora en la que no se complejiza, en la que todos los ciudadanos y las ciudadanas son asumidos de manera abstracta, sin tomar en cuenta su condición de clase, su condición étnica, sin tomar en cuenta esas estructuras de desigualdad, sino que simplemente habla de una homogenización o de una supuesta igualdad formal que en los hechos no existe. Es necesario producir otro tipo de ciudadanía, en consonancia con lo que dice esta autora. Ella plantea la necesidad de construir, desde las prácticas políticas, una igualdad compleja, que tiene que ver no sólo con que hayan más mujeres en el poder, sino que sean mujeres que desde esa presencia, sean capaces de tener una posición crítica radical al orden social, que es el que excluye a las grandes mayorías de la población, para construir otro tipo de relaciones políticas. Para esta autora, esta igualdad compleja supone admitir los conflictos internos que existen dentro de una sociedad, es decir, no eludir el conflicto sino asumirlo para superarlo. En este marco, hay dos conflictos que son necesarios en esta articulación compleja de la descolonización y despatriarcalización. Primero, el conflicto entre culturas, es decir, es necesario superar más allá de lo discursivo, el tema de una cultura dominante frente a culturas subalternas. Aunque sabemos que hay un avance en el sentido de la existencia de un Estado Plurinacional como horizonte político, se ve que las leyes que hasta ahora sancionaron, en función de la construcción de este Estado Plurinacional, 12

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son leyes que otra vez reproducen este tipo de ciudadanización liberal. Se ve nuevamente en el centro de lo político, la representación, que también es una forma simplificadora de abordar los conflictos sociales internos. Existe todavía la predominancia de una cultura dominante en este Estado Plurinacional. Segundo, la articulación hacia una igualdad compleja que articule una democracia multicultural con un horizonte de descolonización y despatriarcalización, tiene que asumir el conflicto aún existente en una cultura dominante cuyo horizonte o forma de vida es la que se ve como el modelo a seguir y que sus instituciones políticas siguen siendo las instituciones que conforman lo nacional o lo plurinacional. Este ejercicio de conflicto debe darse al interior de cada una de las culturas. En este sentido, la autora Ana Rubio Castro habla de construir un orden político dinámico, que permita asumir las diferentes dimensiones, es decir, de clase, de género, de etnia como cualidad, pero también como asimetría, es decir, visibilizar cuáles son las relaciones asimétricas que existen en estas relaciones complejas, producidas desde estructuras de desigualdad, pero también asumir las diferencias como una cualidad. Entonces, el reto es construir una ciudadanía activa desde la acción colectiva del movimiento de mujeres, que no se asuma a sí mismo como un sector, sino que sea capaz de articular en sus luchas un discurso y una práctica de crítica radical sobre los sistemas de opresión que han producido la desigualdad de las mujeres, pero que producen también la desigualdad de muchos otros sectores de la población. Gracias.

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Hacia una descolonización del discurso de la descolonización Rafael Bautista2 En primera instancia manifiesto una limitante: que en vez de que el tiempo sea nuestro aliado, por lo general es nuestro enemigo. Organizar un argumento en tan poco tiempo es difícil. Así que brevemente trataré de proponer una nueva mirada que no solamente clarifique al asunto, que es el propósito del libro que estoy proyectando sobre la primera teoría de la descolonización, a partir de una posición política, sino también epistemológica. El proceso que vive nuestro país no puede quedarse como fruto del azar o de las circunstancias, si se quiere dotarlo de significación y llenar de contenido el horizonte al cual se está tendiendo. Se necesita fundamentar muy bien aquello que se está produciendo a nivel práctico, institucional, político y económico, y esto significa fundamentarlo sobre todo en el ámbito epistemológico, porque es en él donde se produce el conocimiento. Donde en primera instancia los compromisos políticos son cognitivos, es decir, que toda forma de organización de la realidad es inicialmente una organización en la conciencia. Descolonización, despatriarcalización, género, equidad, ciudadanía, etc., son conceptos que tienen contenidos. Cuando no se está consciente del contenido que se expresa, se generan las dudas y éstas generan ambigüedades; por lo tanto, la práctica tampoco se clarifica, se torna ciega, entonces suceden los vaivenes. Cuando no hay explicación de nuestras 2 Escritor, filósofo y autor de varios libros como: ¿Qué Significa el Estado Plurinacional?, Hacia una Constitución del Sentido Significativo del Vivir Bien, y uno que saldrá en junio: Primera Teoría de la Descolonización. Columnista en varios medios de pensamiento alternativo como Rebelión y Foro Mundial Alternativo.

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acciones, éstas se tornan oscuras. Es un poco lo que está aconteciendo en el proceso que vive el país. Entonces, hay algo que por lo general de modo implícito se lo sabe, pero nunca se lo asume de un modo debido. Por ejemplo, se afirma que lo que se dice y lo que se hace son consecuencia de lo que se piensa y de lo que se cree. Esto quiere decir que si las acciones son una manifestación de lo que se piensa, de los pensamientos, ¿por qué no poner atención en cómo se piensa?, para de ese modo no sólo tomar conciencia de aquello que se comprende y que se lo refleja después como práctica, sino cómo es posible que a partir de esa toma de conciencia se produzca una autoconciencia, que en este caso significaría, no solamente ser conscientes de lo que se hace, sino ir produciendo más y más realidad, de acuerdo a la configuración que ya esté presente como proyecto en uno mismo. La descolonización, hoy en día, no solamente está siendo mal entendida sino que además está produciendo vaivenes en quienes creen que porque ya se cambió de nombre, ya se descolonizó, pues asumen que la descolonización es una posición, una ideología o una teoría. Una primera definición que ayudaría pasa por afirmar que la descolonización no es una posición, sino es un modo de organizar esa posición. Una posición por lo general es ante algo, es decir, me pongo delante de algo a lo cual me enfrento. Entonces, cuando se asume cualquier tipo de crítica al Estado colonial, se toma una posición y necesita ser organizada. En primera instancia, se debe tematizar el des de la descolonización.

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Si se pregunta ¿qué es la descolonización? Esa pregunta ya es colonial, porque la categoría colonial más profunda donde se estructura el fenómeno de la dominación, reside en la configuración de las lenguas romances, es decir, las lenguas que se forman a partir del verbo ser, que se denominan así mismas indoeuropeas, que parten de una comprensión de la vida en términos, que ahora sí se puede decir, de dominación. Por eso a la pregunta ¿en qué consiste la realidad?, se responde, por ejemplo, la filosofía en términos de ser. Cuando ellos responden de ese modo, fundamentan una forma de vida, la vida helénica, romana, latina, que fueron parte de imperios esclavistas de dominación. Para que un imperio esclavista de dominación justifique su práctica como buena, necesita acudir a este tipo de argumento en el ámbito del pensamiento y del conocimiento, para que de ahí se deduzcan instituciones, leyes, normativas, prácticas, etc. Entonces, cuando se pregunta eso, ya se está atrapado implícitamente en un discurso en el cual esta categoría pretende concebir a la realidad como algo dado y acabado. Por ejemplo, si se le pregunta a una persona ¿qué es usted? y responde ama de casa, ahí se pretende comprimir toda su existencia. Pero, no solamente es ama de casa, puede ser otra cosa más, es decir, cualquier cosa que la defina no es algo que agota su persona y existencia, porque la persona es siempre algo más de lo que es. Pero en la categoría ser, se quiere reducir todo a su estado actual y nada más. Ahí está implícitamente atrapada la lógica que pretende enfriar, cristalizar, acabar algo que siempre es más de lo que dice ser. Para tematizar esto, lo primero que se tiene que analizar es que a partir de 1492, que sería la fecha de bautizo de este mundo moderno, no se ha recibido una dominación o una colonización en sentido abstracto, en sentido general. 16

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Es una dominación que tiene su especificidad en el tiempo y en el espacio. Esta especificidad es necesario que se aclare, para que no se confunda con la que ahora es producto del desarrollo de esa primera experiencia de la conquista en términos de invasión. La especificación de esa forma de dominación, que a partir de la invasión y la conquista del nuevo mundo, es lo que ha posibilitado el desarrollo del mundo moderno. Es imposible concebir este mundo sin la experiencia inaugural que lo ha originado, a la cual se está enfrentando la humanidad con una serie de problemas, nunca antes presenciados por toda la historia de los ejes civilizatorios que hubo. Entonces ¿a qué nos enfrentamos?, a la posibilidad de que la vida se acabe, a la imposibilidad de desarrollar la vida, ya no solamente de un sector del planeta, sino de todo el planeta, es decir, una forma de vida que se inaugura en esta experiencia es la que desarrolla después una política, una economía que se fundamentan metodológicamente en las ciencias modernas, y producen un pensamiento propio para justificar y legitimar la dominación que ejercen sobre el 80 por ciento de la humanidad. Las consecuencias ahora ya son palpables, lacerantes, pues se está llevando a la supresión de toda forma de vida, es decir, se está conduciendo al abismo para que no haya posibilidad de desarrollar la vida en general. La experiencia original de esa forma de vida, como conquista e invasión es lo que ha producido una dominación específica, que es lo que muestra esta categoría. Se debe tomar en cuenta que la descolonización no es un concepto, sino que está en el nivel de categoría, porque en primera instancia la definición no concluye algo que en sí es, es decir, que la colonización no es algo dado,

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no es algo que la voluntad de Dios así lo quiso, sino que se ha producido históricamente, el ser humano la ha producido. Por lo tanto, el fenómeno de crítica y superación de esa condición tampoco es algo dado, es decir, no porque uno se ponga poncho y hable aymara ya se ha descolonizado, es un proceso de desmontaje. Primero, es una toma de conciencia de una condición que se atraviesa. La descolonización sería un marco de referencia que permite emitir juicios críticos acerca de esa condición, es algo que un teórico peruano llama de modo preciso colonialidad, para diferenciarla de colonialismo. ¿Cuál es la diferencia? Esta diferencia es fundamental. Colonialismo hubo desde que aparecen los primeros imperios en la historia de la civilización humana. Por ejemplo, Israel en el tiempo de quien los cristianos llaman Cristo, era colonia del imperio romano y antes, en tiempo de los macabeos era colonia de los seléucidas, los generales de Alejandro el Magno conquistaron no sólo el Medio Oriente sino que bajaron hasta Egipto, es decir, el fenómeno de la colonia es un fenómeno antiguo. España, por ejemplo, fue ocho siglos colonia musulmana. Los españoles ni siquiera eran oriundos de esas tierras, los originarios eran los íberos. Los famosos cristianos De León, Castilla y Aragón eran los antiguos visigodos que vivían en lo que es el norte de Alemania y por favores del imperio romano, recibieron las tierras del norte de España e inician algo en un lugar que nunca fue de ellos y a eso le llaman reconquista. Cuando llegan los musulmanes producen una de las experiencias, hasta hoy en día envidiables en todo estudio histórico, de convivencia plural tanto en la cultura como en las religiones, etc., que pocas veces se ha dado en la historia de la humanidad. Esta nueva forma de colonialismo supondrá una manera mucho más eficaz de dominación, porque la anterior prácticamente reducía a las colonias a 18

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una condición tributaria, es decir, mientras pagase los favores al imperio por la defensa en contra de otro imperio, ya que controlaba una gran franja de tierra, éste les dejaba ejercer un cierto tipo de autonomía, les permitía el control de su excedente, con tal de que cumplan con el tributo. Entonces, si estaban dentro de esa potestad aparecía la tributación como el pago que hacían las colonias al imperio al cual estaban sometidos. ¿Qué pasa con el nuevo fenómeno que se inaugura el 1492? Los españoles, o sea, los cristianos de Castilla, Aragón, etc., que fueron colonia durante ocho siglos, parten de esa reflexión que les otorga esa experiencia y no solamente que reproducen ese tipo de dominación, sino que lo sofistican de tal modo que hasta hoy se ha comprobado que es el modo más perfeccionado de dominación. ¿Por qué? Porque este tipo de dominación lo que hace es naturalizar el sometimiento de tal manera que el oprimido cree que su situación es voluntad divina, es natural porque así lo quiso Dios. Si antes la colonización era un asunto tributario, económico, la colonialidad que se inaugura a partir de la conquista del nuevo mundo, arrasa con todos los órdenes de la vida, de la existencia, de la humanidad. Esto quiere decir que atraviesa la economía, la política, la educación, la cultura, la antropología, la religión, la espiritualidad, arrasa con todo. En ese ámbito naturaliza la dominación con un giro que se produce sobre todo en las famosas discusiones de Valladolid en 1550, en las cuales están enfrentándose en España, dos formas de concebir la conquista de América. El auge del mundo había organizado al primer imperio moderno en sentido estricto, en España, de ahí se emanaba como experiencia este hecho, el de la conquista y de la invasión.

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Lo que estaba exportándose como robo sistemático del nuevo mundo a Europa, vía España, no solamente era plata, oro, sino también eran alimentos preciosos. Si hoy se revisa, el 80 por ciento de la dieta mundial proviene de estos lados, es decir, que gracias a los productos amerindios se recompuso la magra dieta europea, sobre todo después de la peste negra. Gracias a la papa, por ejemplo, es que en la primera y segunda guerra mundial se puede sostener de algún modo la alimentación del europeo, es decir, todo lo que sacan del primer mundo no solamente lo recompone corporalmente, sino también subjetivamente. ¿Por qué? Porque desde el siglo XV hasta el XVI Europa era el sector más despreciado del orbe mundial, por ese entonces conectado desde la colonia española hasta la Andaluz a las islas Filipinas, por el comercio árabe musulmán. Los tres grandes productores de la humanidad: la China, el Indostán, el Magreb, etc. estaban conectados. Mientras Europa vivía su oscura Edad Media, estos orbes vivían un apogeo cultural inmenso. En el siglo VIII, en Bagdad, que era centro del mundo por cinco siglos, ya se leían sistemáticamente las obras de los filósofos griegos. Recién en el siglo XIII las leerán en París, es decir, son como cinco siglos de distancia cultural entre el apogeo cultural árabe musulmán y la postergada Europa. Ésta no solamente no tenía conexión con el resto del orbe mundial, sino que no producían nada que le interesase a ese gran comercio civilizatorio y no tenía dinero con que comprar. Lo poco que se podía financiar eran los apetitos de las cortes europeas y por eso hacían tremendos viajes para costear la seda, el té, las especies que eran tan apreciadas. Entonces, con la conquista del nuevo mundo no solamente les llegan alimentos preciosos, sino la experiencia constituida mediante las crónicas 20

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en torno a que estos antiguos despreciados, desplazados del contexto de la civilización árabe musulmán, de pronto empezaban a constituirse como superioridad, constituyendo a su vez otra inferioridad. Desde 1492 hasta 1550 reconstituyen una subjetividad apocada, disminuida porque siempre se consideraron inferiores con respecto a los musulmanes, a los hindúes, a los chinos que eran superiores en todo. Si se lee la historia de los inventos, se ve que en el campo de la náutica casi todo proviene de China, la imprenta proviene de China, el papel moneda proviene de China. En 1421, los chinos ya cartografiaron todo el mundo, el almirante Cheng Ho utilizó 600 barcos llamados juncos y viajó desde el norte de Alaska hasta el sur de Tierra del Fuego. Además, muestran como se puede navegar desde las Islas Canarias hasta lo que después serán las islas del Caribe en tiempo récord, siguiendo una corriente marítima. En el siglo sexto, los persas ya tenían un globo terráqueo. Hasta en la biblia, en Ezequiel ya se muestra que la Tierra es redonda. En siglo segundo antes de Cristo, en Alejandría se sabe que la Tierra es redonda. Los únicos que desconocían esto eran los europeos. Entonces, cuando llega Europa a América no produce ningún descubrimiento, sino es algo que ya estaba concebido por las tres cuartas partes de la humanidad. Incluso, la National Geographic descubre en momias egipcias, en las dentaduras de los faraones restos de tabaco y coca, eso quiere decir, que había comercio intercultural, que se conocían los productos de esta parte del mundo hasta en Egipto. Cuando empieza a suceder la reconstitución de esta subjetividad apocada y disminuida, se da una forma de constitución que explica ese proceso de la superioridad a costa del otro, porque en la humanidad sólo ha habido dos procesos de constitución del sujeto. Se puede analizar comparativamente la 21

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historia de las civilizaciones para demostrar esto. Una manera de constituir el sujeto es con el otro, la otra es a costa del otro. Esta última es la que desarrolla de modo eminente la experiencia colonizadora europea. Cuando en 1550, en Valladolid, discuten Ginés de Sepúlveda y Bartolomé de las Casas, defensor de los indios, la pregunta es ¿tiene alma el indio? ¿Por qué esta pregunta es fundamental para los europeos, para la España que está colonizando? Porque ellos vienen de ocho siglos de violencia, peleando contra los musulmanes. Entonces, cuando se leen los cronistas que vienen de esa experiencia bélica y militar, ellos mismos afirman que lo que están cometiendo son cosas nunca antes vistas ni oídas, se sorprenden del grado de barbarie al cual llega ese tipo de dominación. Entonces, esa experiencia es la que va reconstituyendo una subjetividad apocada y la va a convertir en superioridad. El primer género literario, la crónica y los relatos, son los que alimentan la superioridad subjetiva en primera instancia del español y luego del europeo. Aquellos que no tenían pito que tocar en la historia de la civilización humana hasta el siglo XVI, de pronto, empiezan a someter a grandes imperios nunca antes vistos. Un filósofo argentino mexicano Dussel, en un libro que se llama 1492, dice que el antecedente de la filosofía moderna europea, que la postula Descartes en 1636, con el famoso discurso del método, es un antecedente práctico, es decir, nunca pudo haber sido pensado el famoso ´yo pienso luego existo´ sin un antecedente práctico, ese antecedente es Hernán Cortés, en mayor medida Francisco Pizarro, Diego de Almagro, que eran hidalgos. ¿Qué es un hidalgo? Es el hijo de alguien, no se sabe bien quién es el padre. Como la broma de Facundo Cabral cuando decía: Y le pregunté a mi mamá 22

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quién era mi papá y mi mamá me dijo que sé yo loco había tanta gente. Entonces, los hidalgos eran hijos de alguien, no tenían historia nobiliaria, padecían el hecho de no saber qué apellido tenían y por eso se lo inventaban. Eso que después van a legarnos, sobre todo las capas oligárquicas, que se afanan incluso en comprar escudos nobiliarios. Era la necesidad del hidalgo porque no tenía pasado digno de ser recordado. El historiador chileno Vicuña Mackenna, al cual cita Zavaleta Mercado en lo nacional popular, dice los segundones españoles (hidalgos) sólo por pisar tierra en el nuevo mundo ya se creían señores. Murra, otro historiador chileno dice: se creían señores cuando no lo eran ni siquiera en su lugar de origen, pero sólo por haber pisado tierra de América ya lo eran y pensaban que el indio sólo por ser indio les debía obediencia. Entonces, en las discusiones de Valladolid el problema es fundamental, porque cuando los cronistas muestran el grado de barbarie al cual llega ese tipo de dominación, hasta tienen sentimiento de culpa. Entonces, tienen que de algún modo justificar y legitimar que lo que están haciendo está bien, porque sino, como decía en ese entonces Bartolomé de las Casas, la ira de Dios iba a caer sobre España, lo cual sí sucedió porque en realidad el primer imperio capitalista fue Inglaterra, después de Holanda y los Países Bajos. Entonces, cuando en esa discusión triunfa Ginés de Sepúlveda y se van al piso los reclamos que hacía Bartolomé de las Casas para que el rey reconozca la autonomía y la autodeterminación de estos pueblos; Ginés de Sepúlveda hace una operación que significa el primer giro desde el cual se entenderá el fenómeno específico de ese tipo de dominación, la naturalización de la dominación. 23

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Ginés de Sepúlveda era un intérprete traductor de Aristóteles y como se sabe Aristóteles era un filósofo de la dominación y en la Política está expresado muy bien aquello que después repetirá Ginés de Sepúlveda: Hay hombres que han nacido para ser libres y hay hombres que han nacido para ser esclavos. Ginés de Sepúlveda utiliza esa argumentación lógica para justificar el hecho de la dominación. Lo que produjo ese tipo de dominación fueron víctimas. Esas víctimas pesan en la conciencia del dominador. El problema era cómo borrar el hecho de que existían víctimas. Ginés de Sepúlveda dijo: Así como dice Aristóteles de que hay hombres que han nacido libres y hay hombres que han nacido esclavos, y que por orden natural y divino el hijo le debe obediencia al padre, la mujer al marido, el siervo a su amo, etc., así los indios nos deben obediencia a nosotros, porque no son ni siquiera hombres, es decir, no tienen alma. ¿Qué ha pasado ahí?, la víctima deja de ser víctima y se constituye en inferior. Éste es el gran giro en el cual se naturaliza la dominación, porque si es inferior ya no es víctima, es algo más que un perro al cual podemos someterlo, es decir, que para que la conquista se justifique necesita producir una subjetividad, ella le otorga legitimización a la conquista. Esa subjetividad en el dominador le hace constituirse a costa de nosotros, es decir, la constitución del sujeto europeo, que después será prototipo del conocimiento de las ciencias modernas y la filosofía, como sujeto cartesiano, previa la desconstitución de nuestra humanidad. Entonces, ¿qué hace este tipo de desconstitución? Desconstituyendo nuestra humanidad después de los negros, después de los indios, después de los orientales, etc., el sujeto tendrá color, el sujeto tendrá historia. Pero para que ellos tengan historia, tenían que borrarnos de la historia de la humanidad.

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Es por eso que en los libros de historia desaparecemos por completo de la historia mundial. Para finalizar. La descolonización quiere decir en primera instancia que lo que produce esta nueva forma de dominación no es algo nuevo sino resignifica todo aquello que la humanidad ha producido. Aquello que desarrolla muy bien Europa ni siquiera es algo nuevo que ellos crearon, pero que caracteriza muy bien el fundamento de la forma de vida moderna, que se transmite como economía de los negocios, o sea, de las cifras de la maximización de las tasas de las ganancias. Ahora se puede decir, en forma tajante, que eso radica en la magnificación del desarrollo de la codicia. Algo que está presente en todos los mundos culturales y es desarrollado del modo más sofisticado con esta experiencia. Un autor (F.K.) pone el dedo en la llaga cuando dice: la economía capitalista que es la economía moderna ha producido una acción racional, es decir, algo que se considera bueno, justo, factible y sostenible. Esa acción económica como racional es una acción con arreglo a la codicia. En eso consiste la forma de vida moderna y está llevando no solamente a destruir las únicas fuentes de riqueza que son el trabajo humano y la naturaleza, sino que está destruyendo la posibilidad del propio desarrollo de la vida del planeta. Entonces, la codicia no tiene límites, la ambición tampoco. Cuando esto se sofistica como norma de la existencia, estamos en la colonialidad como forma de vida. Entonces, el asunto ya no es tanto ¿qué pasa con aquellos que creen en esta forma de vida?, digamos el primer mundo. Ellos no están dispuestos a abandonar su forma de vida. Hasta los pobres en el primer mundo no estarían dispuestos a abandonar la forma de vida en la cual desean vivir, porque creen que en eso consiste la vida. El problema está en quienes ya no 25

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creen en esa forma de vida porque están padeciendo las consecuencias, es decir, para que el 20 por ciento rico de la humanidad viva bien, otros tienen que estar muriendo. Como decía Zavaleta, para que coman como chanchos otros tienen que morir como perros en el tercer mundo. Entonces, en quienes ya no creen en esa forma de vida es donde tiene sentido la descolonización. ¿Por qué? Porque se puede salir de un Estado colonial, pero éste puede pervivir en las mentalidades. El problema ya no es salir de modo fáctico, sino es atravesar de modo existencial. De esa forma de vida -en torno al afán de la codicia- a una nueva forma de vida, es decir, descreer por completo hasta en los mitos del mundo moderno, por ejemplo, el famoso progreso infinito. ¿Cómo puede haber progreso infinito?, sabiendo que los recursos naturales no son infinitos. El trabajo humano no es infinito. Ese postulado es una pobre ilusión. Entonces, se debe descreer esos mitos del mundo moderno, que es el único mundo que se cree sin mitos, sin embargo, es el más mítico de todos. Es el que produce un mundo donde los seres humanos somos devaluados a costo de cosas y mercancías, para dar vida a un fetiche que se llama mercado y es el que está decidiendo la vida de la humanidad. ¿Qué es el mercado?, es el ámbito al cual se tiene acceso sólo y mientras se tenga dinero, sino no se entra al mercado y si se lo hace es para ser vendido o para ser comprado. Esa forma de vida es la que conduce a toda la humanidad al desastre no solamente ecológico, sino civilizatorio. Atravesar eso, salir de eso es lo que se está intentando. Pero, para lograrlo no es solamente a través una salida política, es una salida hasta espiritual. Si se dan cuenta, lo primero que hizo la política moderna es desentenderse de la teología, después de la filosofía 26

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y después de la ética. ¿Qué ha quedado? una política asquerosa, inmoral y corrupta, es decir, necesitamos devolverle a la política su contenido espiritual. Ese tránsito que se tiene que hacer, como es en todos los ámbitos y en todos los términos, es también un tránsito espiritual. Es la metáfora que quería proponer, es como el éxodo, es salir de un Egipto hacia una tierra prometida. Ese tránsito curiosamente se da en el desierto donde no hay nada, donde se tiene que producir lo nuevo. Es un desafío que cada sujeto debe proponerse, porque si no se lo encara, este mundo se viene abajo y nadie se salvará, es decir, ni siquiera bastaría construir un Arca de Noé, porque si se acaba el mundo es para todos. La descolonización no es el proceso de todo ese tránsito, sino simplemente es la salida, porque es un desmontaje de todo aquello que permanece en el pensamiento, es decir, uno siendo pobre y queriendo liberarse, puede querer ser rico y para ello hay que producir nuevos pobres. El pobre que se libera puede seguir teniendo al patrón, al dóminus en su cabeza y es por eso que fácilmente puede corromperse. Entonces, el asunto ya no está tanto en quienes critican, sino en uno mismo, en quienes creen que hay que cambiar todo. Cambiar todo significa que en el ámbito de la subjetividad, el cambio es fundamental como transformación, porque no basta con abrazar un discurso despatriarcal, descolonizador, de boca para afuera, si ese tránsito no se da en la existencia de uno, éste es superficial, no se produce. Entonces, en última instancia es importante el modo cómo uno se dota de un criterio. Todos los conceptos que se manejan, y como consecuencia se muestran en la práctica, merecen un desmontaje, porque todos ellos tienen un contenido que ha sido prefigurado en un discurso de dominación y que 27

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de modo sutil siempre hilvanan nuevas reproducciones de dominación bajo otros términos e incluso abrazando nuevas banderas. Al primer mundo no le preocuparía que nuestro Estado se llame Plurinacional si sigue siendo dependiente, se puede cambiar de nombre, al final no le importa eso. Pero, si realmente se demuestra que otra forma de política, de economía, de democracia es posible, ahí se pone en ascuas. Por ese motivo hasta nos podrían invadir. Por esa razón el reto es grande. La descolonización es un proceso, no es algo dado, sino es algo que de modo personal, subjetivo, comunitario y nacional se tiene que dar. Gracias. Desafíos de la descolonización desde las luchas de las mujeres Patricia Chávez3 Las exposiciones que me han antecedido son ricas e interesantes. La de Dunia, plantea algunos asuntos para que en las mesas de trabajo, se pueda proponer ya de manera concreta cómo se unen dos horizontes de lucha que hasta ahora están separados. Tomando un poco lo que decía Rafael en su exposición, la construcción de una subjetividad, que no solamente puede ayudar a explicar lo que está pasando con el mundo indígena, sino también con la opresión de las mujeres. Hay cierta subjetividad que se siente no solamente en cómo se construye conceptualmente el mundo, sino también con las estructuras que están sosteniendo este dominio. El título del evento da para pensar la relación que existe entre despatriarcalización y descolonización. Hasta el momento, no existe un 3 Socióloga, con amplia experiencia en temas políticos, trabaja actualmente en el Instituto Latinoamericano de Investigación Sociales (ILDIS). Es parte del Centro de Estudio Amazónico, Mesoamazónico.

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diálogo, un espacio de unificación de ambas luchas, ese debate de ambas opresiones no se está dando. Como decía Rafael no es algo que pre-exista es algo que se construye. Dunia se refirió al hecho de cómo se podría empezar a salir de esta falta de diálogo. Lo que yo quiero mostrar más bien es que este diálogo no existe y que hay que empezar a construirlo. Entonces, uno de los primeros elementos que planteo es esta especie de invisibilización del tema del patriarcado. No es suficiente mencionar las cosas, sino también cuestionarlas en la práctica. Usualmente, el tema de género ha sido un asunto de las mujeres, que ellas tienen que tratar. Entonces, a las mujeres se les ofrece un viceministerio, se les dan algunas cuotas, etc. Ésa es una de las salidas que se ha asumido desde el Estado, es decir, reducir el tema de género a un asunto particular, que no tendría nada que ver con los otros sectores sociales ni con los hombres. Otro elemento que es importante rescatar es el de la transversalización. Ahora, se supone que dentro de las políticas estatales el tema de género se ha introducido en todas las áreas, cuando esto no se ha dado en la realidad; no ha atravesado las políticas públicas, ni las prácticas sociales. En estas dos formas se da este desencuentro entre despatriarcalización y descolonización. Primero, porque se lo trata como asunto, segundo se lo transversaliza, pero en los hechos esta acción no se da, sigue siendo un tema reducido a un espacio, a una oficina, a un lugar pequeño del Estado. Por otro lado, existe otro tipo de desencuentro que es el de la negación del problema. Entonces, se puede notar que en los discursos hay una visibilización del problema indígena, se reconoce que hay un Estado colonial, pero no existe la misma insistencia con el tema de la 29

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opresión patriarcal, ni la opresión de las mujeres. Esto no se reconoce a nivel constitucional, en la Constitución no está el concepto Estado patriarcal. Pero no solamente no está en ese ámbito, tampoco está en el ámbito de aquellos sujetos que se pretenden fundadores de este proceso de descolonización que, por ejemplo, serían los sujetos indígenas. Entonces, aquí hay una invisibilización y es algo que es muy interesante de notar, porque son sujetos intelectuales, con corrientes de pensamiento que tienen muy claro el tema de lo indígena, pero no pueden unir esta visibilización con el tema del patriarcado. Entonces, se reconoce el racismo o la dominación de una cultura sobre otra, pero no se incorpora con la misma fuerza la idea de dominio de patriarcado y esto es lo que ocurre en el mundo indígena, en el que además existe una especie de esencialización que tiene bastante fuerza a través de la noción del chacha warmi. Desde el mundo indígena, muchas veces, se dice que el problema de género es un problema de mujeres urbanas, también hay compañeras que opinan que el problema del patriarcado es un problema de mujeres urbanas y no de mujeres indígenas, porque en el mundo indígena no habrían habido estas divisiones o estas diferencias. He realizado investigaciones en las que muchos compañeros indigenistas decían que no hay problema de género en el área rural, que ése es un problema de las mujeres de las ciudades. Por lo tanto, si en este proceso descolonizador se sigue ese razonamiento, se empezaría a trabajar desde el mundo indígena y automáticamente lo indígena resolvería el tema de las mujeres. Algunos intelectuales decían que ese tema no les preocupa porque ya está incluido, es decir, si se resuelve el problema de la descolonización, automáticamente el Estado y la sociedad se estarán despatriarcalizando. 30

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Desde ese punto de vista, el patriarcado no es un problema. Entonces, resumiendo, o se trata de un asunto solamente de mujeres o es un problema que no existe o si existe es solamente para determinadas mujeres, y si estas luchas se suman a un horizonte indígena, el problema quedaría automáticamente resuelto. Es importante dejar sentado que sería muy importante que ambos temas se trabajen en conjunto, pero en los hechos esto no se da. Se considera que es un trabajo más de orden político, alrededor del cual se tiene que pensar cómo se unen luchas descolonizadoras con luchas despatriarcalizadoras, tomando en cuenta la complejidad que existe. Una parte tiene que ver con cómo construyen su subjetividad las mujeres como mujeres, como mujeres indígenas, pero también que tiene que ver con esta especie de naturalización de la subordinación, que se puede rescatar para los debates y para la problematización del asunto. Han habido dos posiciones en los diálogos que se han tenido con muchas mujeres de cómo se hace para que estos dos conceptos se encuentren, si es posible que se encuentren. Algunas decían: depende del espacio dónde se plantee esa lucha, dónde se plantee descolonizar y despatriarcalizar. Para otras era el espacio estatal, pues si es que no se copa espacios en el Estado es muy difícil que las conquistas de las mujeres sean históricamente aceptadas y ganen lugares. Decían que si no se hubiera dado la Revolución del 52, probablemente muchas no hubieran ido a la escuela, no hubieran podido votar, las abuelas no hubieran tenido las libertades que tuvieron. Entonces, el Estado sí sirve para asentar algunas luchas, es un espacio válido. Sin embargo, habían otras compañeras -esto también es importante debatirlo, porque es un momento que no se está hablando solamente de 31

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una fuerte presencia indígena en Estado, sino también de mujeres- que cuestionaban y decían que el Estado no es un espacio desde el cual se pueda pensar la despatriarcalización y la descolonización, porque no se trata de solamente de llegar al poder. ¿Qué sucede con las compañeras que están en una situación de poder?, ellas comentan que cuando se llega a esos espacios se tiene una oficina, se tiene cierto rango, pero no se tiene poder ahí adentro, se está en medio de las presiones del partido político o una ONG. Afirman que hay mujeres que han escalado puestos sobre la base de su subordinación, pues uno de los principales capitales de las mujeres en la política es su subordinación muchas veces, al mando masculino y a la forma masculina de hacer política. Eso quedó bastante claro cuando haciendo una investigación, los varones del Movimiento Al Socialismo (MAS) decían: quisiéramos tener una Lourdes Villares, porque las mujeres son más batalladoras. Al respecto, las mujeres dicen que no es su forma de pensar ni de practicar la política. Entonces, los capitales que se manejan en la política exigen eso, primero subordinación y una serie de fidelidades hacia principios, que lo que hacen es fomentar, solidificar y reproducir los núcleos de desigualdad patriarcal ahí adentro. Entonces, muchas decían: el Estado no es un espacio desde donde se pueda asumir la descolonización ni la despatriarcalización de las instituciones de gobierno, ni de la sociedad. Se planteaban dos debates, uno dentro del Estado y otro fuera. Aquí hay una reflexión muy importante de Raquel Gutiérrez que decía que la pregunta está mal planteada, que para descolonizar este proceso no es desde el Estado. Preguntaba ¿Es el Estado el sujeto de la descolonización o la despatriarcalización?. Ella decía no es el Estado, es la sociedad. Hay que desestatizar el debate, es decir, hay que descentrarlo para volver a uno 32

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más rico, más real de cómo primero asumir la despatriarcalización y cómo en segunda instancia, llegar a luchas que se vayan encontrando con luchas obreras, indígenas o con otro tipo que diferentes grupos sociales se van planteando. Estos son espacios que tienen que ver con algo muy importante, con la idea del poder, también tienen que ver con la idea de deconstrucción de esa subjetividad. Si uno no deconstruye esa subjetividad, se llega al poder, como decía Silvia Rivera, con los lentes del amo, es decir, una mujer, un indígena llega al poder no solamente a reproducirlo, sino a convertirse en un nuevo amo. Eso habría que preguntar, desde qué lógica, desde qué perspectiva se van a ocupar puestos de poder y para qué. Se está peleando por un pedazo de la misma estructura o se está peleando por ir a transformar eso espacios. Éstas son preguntas que pueden ayudar a establecer de manera más concreta, cuáles serían las estrategias, no sólo de unificación de estas dos luchas: la descolonizadora y despatriarcalizadora, sino también en los espacios que se proponen llevarlas a cabo, porque hay algo muy interesante, como de hecho no existe esta unidad entre estas luchas, pueden asumirse la descolonizadora, pero sin que esto implique necesariamente la resolución y la confrontación de los temas de patriarcado, ni que se tomen en cuenta las luchas de las mujeres. Aquí nacen varias demandas que las mujeres le harían a un proceso que se asume como descolonizador. Una de ellas muy obvia, es importante exigir que se reconozca el carácter patriarcal de la sociedad y el Estado, así como se reconoce que existe un proceso de colonialidad y es cada vez más difícil asumir posturas racistas y de dominio colonial. Ése sería uno de los puntos esenciales, porque aunque se habla de estos temas, en la 33

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práctica este asunto no es reconocido constitucionalmente ni está siendo reconocido en las estructuras sociales. Como decía, el discurso del chacha warmi, muchas veces es un discurso medio hegemónico masculino, que lo que está haciendo es invisibilizar estas diferencias que podrían existir en otras sociedades. Entonces, existen varios desafíos para el proceso de cambio desde la lucha de las mujeres. Uno de esos sería hacer evidente y reconocer que estas estructuras son patriarcales y que están unidas también de manera muy corpuscular con las estructuras coloniales. En segundo lugar sería importante, que las mujeres se planteen ocupar espacios desde los cuales establezcan estas luchas, ya sea en el Estado o en sitios más organizados de luchas de mujeres. En tercer lugar, asumir dos cosas: una que tiene que ver con la articulación compleja de un movimiento de mujeres, a partir de problematizar las diferentes condiciones, porque una mujer no solamente está atravesada por su condición de género, sino por su condición de clase. Es un elemento que hay que tratarlo, porque no se trabaja de manera homogénea sino con las diferencias. Otra cosa importante es ¿cómo construir esa unidad?, de manera popular se dice que una mujer es la peor enemiga de otra mujer, es un dicho muy difundido. Sin embargo, lo que hace es invisibilizar las redes que nos unen. Por ejemplo, cuando se dan procesos migratorios, cuando una mamá o hermana migra a sus hijitos los cuidan la abuelita, la tía, la hermana, o sea, otras mujeres. Entonces, esos dichos separan e invisibilizan las redes de solidaridad que en realidad existen y unen. Esto es algo que se debe discutir, no es lo uno ni lo otro, no es que las cosas que se construyen juntas, vengan 34

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automáticamente porque ser mujeres, pero tampoco es que no se construya nada colectivamente, sí se lo puede hacer y en la realidad se tiene mucha solidaridad entre las mujeres. Quería apuntar a estos elementos importantes, porque hay lo que se llama procesos de democratización parcial, es decir, que una lucha no necesariamente lleva a las otras. Es usualmente lo que les pasa a las mujeres. Sus luchas siempre están siendo postergadas porque hay otras más importantes, por ejemplo, la del partido, la de la organización, la del proceso. Entonces, muchas veces se pide fidelidad y silencio porque introducir el tema de género es como romper un discurso homogéneo que no está cuestionando los problemas de patriarcado. Entonces, se dice que no se debe hablar del problema de género porque se está dividiendo a la organización, al partido, porque se está poniendo en peligro el movimiento, el proceso de cambio. Así, lo que se hace es jerarquizar las luchas. Algo que preocupa mucho es ver cómo las luchas indígenas no asumen las luchas antipatriarcales, las luchas de las mujeres. Muchas veces las compañeras dicen que el proceso de cambio va a estar avanzando, se va estar descolonizando y luego les corresponderá a las mujeres y ellas van a estar automáticamente representadas. Un compañero decía la whipala tiene muchos colores, elijan un color, los obreros elegirán un color, los patrones otro color, las mujeres otro color y se resolvió el problema, como si no hubiera el problema. Para ellos no existía este conflicto de género y el tema indígena se sobreponía sobre las luchas de las mujeres. Otro de los retos que tienen las mujeres hacia el proceso de cambio es que se tome en cuenta las luchas contra la opresión y contra la despatriarcalización en términos de igualdad. 35

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Entonces, estos tres elementos que se acaban de mencionar: primero, el hecho de que sería deseable -pero no existe en la práctica-, un encuentro entre descolonización y despatriarcalización. En segundo lugar, los espacios en los que se tiene que plantear esta lucha ya sea en el Estado o a través de la constitución de un movimiento de mujeres -que hasta ahora no existe-, que tiene que tomar en cuenta las cosas que unifican y las que dividen como movimiento y el tercer elemento tendría que ver con cómo trabajan las mujeres sus desafíos en términos de las diferencias y las desigualdades que tienen entre ellas, porque esto lleva a otro elemento que también se tiene que tomar en cuenta. Es el que plantea Raquel Gutiérrez ¿cómo se construye un movimiento de mujeres que pueda descentrar la idea esencial de ser mujer? Ésta es una idea que trabajaba muy bien Tania Quiroz, ella decía cuando se piensa en la palabra mujer ¿en qué se piensa?, ¿qué es lo que se viene a la cabeza? Usualmente se piensa en una mujer blanca, de clase media, letrada. Si en ese momento buscan a la mujer indígena, a la mujer negra no la encuentran. Entonces, primero hay que partir de la des esencialización. Así como se está hablando de no mitificar el mundo indígena, se tendría también que tomar en cuenta el hecho de no mitificar la identidad de las mujeres, tomando en cuenta que existen mujeres con diversas condiciones y diversas opresiones atravesándolas. Esto es algo muy importante, porque hace algo más compleja la construcción de un movimiento de mujeres. Son preguntas que se deberían responder: ¿Cuáles son las cosas que unifican, cuáles las que dividen?, ¿Cómo se construye la representación entre las mujeres?, ¿Qué significa la participación entre las mujeres?. Otro de los elementos: ¿qué significa el poder para ellas?, ¿qué implica la toma del poder?, ¿qué implica la llegada a esos espacios?

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Este punteo se plantea como una apertura a un debate necesario, porque una de las posturas que se ha tomado es no asumirse como expertas en el tema, porque un proceso de descolonización que sea acompañado de manera igualitaria con un proceso despatriarcalización no puede surgir de la cabeza de una, dos o tres personas, sino como su mismo nombre lo dice tiene que nacer de un proceso de construcción colectivo del conocimiento. Lo que interesa es dejar estas preguntas sobre la mesa para que se contesten de manera colectiva, porque son cuestionamientos que todavía siguen circulando, que están como preguntas no resueltas. Entonces, ¿cómo construir no solamente de manera teórica, sino de manera práctica, esta unificación entre luchas descolonizadores y despatriarcalizadoras?, es otra pregunta abierta que se debería primero contestar entre todas y luego preguntar ¿cómo se está viviendo la condición colonial y la condición patriarcal?. Personalmente plantearía esto de la siguiente manera: Yo, como socióloga, les diría estoy sentada acá y vivo mi condición patriarcal de esta manera, en las luchas que tuve en la universidad, en estructuras especialmente sometidas, en los espacios laborales dominados por varones y también les planteo mi condición colonial. Contarnos entre todas, cómo nos atraviesa la condición colonial y la patriarcal. Cuando se desarrollan estos diálogos hay gente que se asume fuera de estas estructuras, como si no les estuviese atravesando la colonialidad ni el patriarcado. Pero, una de las estrategias metodológicas que uno puede tomar es primero, asumirse dentro de esta condición y desde ese espacio dialogar con otras personas. Lo importante de esto es que se construya de manera conjunta, no sólo un sentido conceptual de lo patriarcal, de lo despatriarcalizador, de lo colonial, de lo descolonizador, sino también 37

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que se logre una metodología distinta de cómo se construye colectivamente una propuesta. No es algo que salga solamente de los panelistas, sino básicamente de todos y todas. Lugones que es una pensadora extranjera, decía que es recuperar la voz de las mismas mujeres, es asumir y ver cómo se están viviendo estas dos cosas desde la experiencia cotidiana y cómo, desde el conjunto. Como mujeres, como indígenas o descendientes de mujeres indígenas, se tienen que hacer preguntas políticas y asumir metodologías políticas. Esto es lo quería plantear, como preguntas y como un proceso de debate abierto, que creo que no se concluirá hoy. Pero sería interesante que practiquen entre ustedes, en sus organizaciones, para ir construyendo algo que interesa mucho establecer y es pensar en la construcción del movimiento de mujeres, que se vaya proponiendo en la práctica, en los hechos políticos y no solamente al Estado, sino que se plantee dentro de sí mismo, estrategias de igualdad y democratización interna. Porque se habla en este tipo de eventos y en otros de descolonización, de despatriarcalización, pero, el asunto es que hay mujeres en los espacios estatales que siguen sufriendo discriminación y se sigue organizando el Estado de manera patriarcal. No se olviden que se ha estado a punto de que el gobierno patrocine Miss Universo, en el mismo Estado se tienen todavía espacios donde se pueden hacer chistes sexistas, hay mujeres que siguen sufriendo acoso político, acoso sexual. Entonces, muchas veces los discursos no se traducen en hechos y hay mujeres que en la práctica siguen enfrentando muchos problemas de presión y de aislamiento. Quiero comentar algo para cerrar mi intervención. Hablé con una asambleísta en La Paz, una representante suplente de un diputado indígena (tenemos 38

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siete representantes indígenas que estarían representando al Estado Plurinacional). Ella decía muy preocupada: me siento sola, tenía que haber sido la titular, pero, por una serie de estrategias internas, como soy ama de casa dijeron que no sabía, que no podía. Al último terminé asumiendo la suplencia. Nosotros no tenemos asesores ni ayudantes ni siquiera espacios en los que podamos debatir, entonces me siento absolutamente abandonada. Es inconcebible que en un proceso que se asume como descolonizador, habiendo por detrás organizaciones que se admiten como descolonizadoras, se logren estos elementos solamente de manera discursiva y no en la práctica. Entonces, queda perfectamente claro que un Estado plurinacional puede ser pluripatriarcal. Los siete representantes que están ahí son hombres y es curioso, las suplentes son mujeres, en los hechos no hay una unificación. Lo que preocupa ahora es cómo construir mecanismos concretos que sí vayan acompañados de un debate teórico y conceptual, pero para construir espacios que en la práctica no discriminen a la gente desde la puerta del Parlamento, donde uno no puede entrar si no tiene cédula de identidad, si no está vestido de determinada manera, si no tiene invitación, donde no han desaparecido las diferencias entre indígenas subordinados e indígenas con poder, entre mujeres con y sin poder. Quería comentar esto para pensar de manera práctica en cómo asumir no solamente entre mujeres, sino cómo ya elaborar propuestas concretas de construcción de espacios de igualdad, también de cuestionamiento más específico de lo que viven algunas compañeras que están en espacios de poder y de otras, que cotidianamente están algo así como cargando en su vida diaria ser mujer, con las funciones que tienen que cumplir y el hecho de tener dos o tres jornadas laborales. Entonces, es importante tomar estos 39

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retos. Ésas son las problemáticas que pondría sobre la mesa y que quisiera que se discutan y construyan de manera conjunta. Gracias.

Mesa de controversia – Conformada por María Lourdes Zabala C., Martha Arébalo y Cecilia Estrada P. Cecilia Estrada P.4 Muy buenos días, primero un saludo afectuoso a todas las personas que participan en este seminario taller, un agradecimiento especial para Dunia, Rafael y Patricia por el esfuerzo de ajustarse al tiempo que se les ha pedido y a pesar de ello haber planteado una muy amplia gama de elementos de reflexión, que en definitiva serán útiles para un proceso que recién se inicia, porque efectivamente en este seminario taller no se agotará todo lo que podría discutirse en relación a estos temas, sino al contrario, se empezará y confiamos poder abrir otros espacios para continuar esta reflexión, que de hecho es parte de un ejercicio compartido y colectivo. Inicialmente de forma muy breve y a riesgo de simplicar demasiado, me animaría a decir que lo que se denomina diálogo necesario, que con mayor pertinencia política, Dunia ha denominado articulación compleja, hace a un doble proceso simultáneo y de retroalimentación, que pasa, por un lado, por despatriarcalizar la descolonización, que implica entre otras cosas, por ejemplo, el reconocimiento de la igual jerarquía política de la opresión de las mujeres, no como un tema menor, sino como un asunto que tiene la misma jerarquía, en términos de reflexión y de acción política, que la descolonización. Pero que también supone un movimiento “inverso” que 4 Socióloga feminista, integrante de la Plataforma de Mujeres por la Ciudadanía y la Equidad y directora del Instituto de Formación Femenina Integral – IFFI. Cochabamba

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sería descolonizar la despatriarcalización, que en parte lo mencionó Patricia, y me parece importante ponerlo sobre el debate, es decir, tratar de superar este tipo único de mujer, muy concentrada en clase media, en mujeres con formación universitaria, que de algún modo han estado monopolizando, por decirlo así, no sólo el uso de la palabra por muchos años, sino también de visiones que no están recogiendo la diversidad de vivencias, de percepciones, de las mujeres bolivianas en este caso. Se trata de un doble desafío que tiene muchas más aristas, pero me parece útil plantearlas como ideas fuerza. Tengo algunas preguntas, una para cada quien. Comenzaría con Dunia, señalando previamente que comparto el diagnóstico y el análisis que hace a propósito de la despolitización de las luchas de las mujeres, estoy de acuerdo en gran parte de los criterios que ha presentado en su exposición. Entiendo también que la repolitización de las luchas desde su articulación es el camino indicado. Tú nos planteaste que una forma para encarar esos retos son los diálogos interculturales no sólo entre mujeres, sino con otros actores y movimientos sociales, teniendo como horizonte político la construcción de una nueva democracia que trascienda la percepción de la ciudadanía de corte liberal, vale decir, simplemente como representación. Aludías también a una democracia multicultural. Mi cuestionamiento va en ese sentido, es decir, ¿es democracia multicultural o más bien democracia intercultural?, ¿cuál la diferencia entre una y otra? Porque considerando algunos debates en torno a estos temas, pueden ser opciones excluyentes o quizás, llegado el caso, ¿complementarias? Profundizar este asunto quizá nos permita tener elementos a más largo plazo, en términos de horizonte de lucha, puesto que una de las premisas propuestas se orienta a la politización o re politización desde la articulación de las luchas descolonizadoras y despatriarcalizadoras. 41

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A Rafael, agradecerle por su amplio conocimiento histórico y por compartir su análisis, cuestionando algunas nociones o supuestas verdades de la “historia oficial”. En el meollo de su exposición está la construcción de un tipo de subjetividad, en este caso de oprimidos y opresores vía la naturalización de la dominación. Esta visión epistemológica que subyace el análisis histórico que has hecho, creo que es perfectamente aplicable a lo que supondría el análisis de la situación de subordinación y dominación de las mujeres a lo largo de la historia, ya no sólo en el país. ¿Has hecho alguna vez el intento de analizar aquello? Tienes muy claro el hito de la modernidad que arranca con la conquista. ¿Cómo encararías o cómo te atreverías a acercarte a esta otra problemática, a la de la opresión de las mujeres?, ya que hace justamente al desafío de abrir un diálogo entre estas dos matrices de subordinación y dominación. Porque encuentro elementos en tu exposición que bien pudieran aplicarse cabalmente a la situación de las mujeres en sociedades patriarcales como la nuestra. Entonces, crees tú que hay espacio, elementos teóricos y epistemológicos que nos validan en este esfuerzo por vincular estas luchas. Finalmente, a Patricia, que nos decía en algún momento de su exposición, que no hay un movimiento de mujeres. Esta afirmación no la comparto del todo. Creo que si es un reto consolidar un movimiento mucho más fuerte, más diverso, más plural. Pero tampoco podemos asumir lo que se nos va repitiendo. Tú misma dabas el ejemplo de una afirmación popular que dice que no hay peor enemiga de una mujer que otra mujer. Esta cantaleta que venimos escuchando de ciertos actores políticos, a propósito de que no hay un movimiento de mujeres organizado en el país, es algo que rechazo enfáticamente, asumiendo reitero, las debilidades, los retos, los enormes vacíos que todavía hay que llenar en este proceso. Pero, un ejemplo muy 42

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interesante de vertientes que han logrado articularse como movimiento de mujeres con capacidad de incidencia política en ciertos momentos y etapas, se ha vivido, lo hemos vivido, hemos presenciado, hemos sido actoras partícipes, es el proceso pre y en el constituyente, sino no hay otra forma de explicar la cantidad de elementos que se han incluido. Sí fuimos derrotadas políticamente cuando no se logró el reconocimiento del Estado boliviano como además patriarcal y no sólo como colonial. Pero, los otros avances que se han dado a nivel de la Constitución Política del Estado, en gran medida son fruto del accionar de un movimiento de mujeres, en distintos espacios, con intensidades y diálogos políticos también diferentes, que nos dan como experiencia histórica la base suficiente para retomar esos retos, profundizarlos y ampliarlos. María Lourdes Zabala C.5 La idea es sacarle el jugo a este encuentro, a este debate. En verdad es un tiempo que nos regalamos. Quisiera hacer preguntas a los tres expositores en la medida que se sientan interpelados, ya que sus exposiciones de alguna manera han girado sobre lo mismo. Una primera pregunta: ¿qué lugar ocupa el concepto de ciudadanía en esta construcción de despatriarcalización y de descolonización? En el período neoliberal, el movimiento feminista lo que hizo fue recuperar la noción de ciudadanía, es decir, pedirle a la ciudadanía liberal y a la democracia representativa, que se nos tome en cuenta, que no éramos ciudadanas de segunda, sino también ciudadanas con capacidad de hacer ejercicio de poder y no solamente de votar.

5 Socióloga y feminista

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Tengo la hipótesis, la teoría, la convicción de que las mujeres feministas en aquel período sí repolitizaron el concepto de ciudadanía, sí pusieron en apuros a todo el discurso democrático de la época, sí dejaron huella, y sí empezaron a cuestionar el núcleo y el centro de la sociedad moderna capitalista, que se basa en la separación entre lo público y lo privado. Se politizó el mundo privado, se sacó a la agenda pública la violencia contra las mujeres, se sacó un conjunto de otros temas y de alguna manera se puso en jaque a esa sociedad democrática, representativa, basada supuestamente en la igualdad de todos, en la emancipación y en la libertad. Ese período no es posible desestimarlo como un período apolítico del movimiento de mujeres. El movimiento de mujeres se politizó. Es cierto también que no fue más allá, no planteó la revolución ni la eliminación del Estado liberal representativo, pero participó en las luchas para sobrepasar ese período de desastre político, de deslegitimación del sistema político. Efectivamente, no se hizo la revolución, pero se sembró la semilla que ahora cosechamos de alguna manera en la nueva Constitución Política del Estado. Entonces, mi pregunta es ¿cómo recuperamos el concepto de ciudadanía?, con el cual se está peleando desde un pensamiento posmoderno, porque la ciudadanía habla de que todos son iguales, todos tienen las mismas capacidades, invisibilizando los diversos o las diversas. Aquí se tiene que hacer un juego de cintura y recuperar este concepto para pensar también el presente. Por otra parte, llama la atención que no haya salido el concepto de feminista, aquí no se ha hablado de la construcción de un concepto feminista. Se ha hablado con un horizonte político de la construcción de un movimiento 44

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de mujeres, ¿Habrá alguna diferencia entre el movimiento de mujeres y el movimiento feminista?. Sé que al movimiento feminista hay que hacerle muchas críticas como el haber concebido a la mujer blanca, occidental como el sujeto del discurso, de la producción de demandas, etc. es verdad, un feminismo que no interpeló a las mujeres indígenas, campesinas, es verdad. Pero fue el que finalmente tuvo una historia, hay un lugar y unos sujetos particulares, o sea, no se puede negar, sí somos de clase media y producimos un tipo de discurso feminista de clase media. Ahora el tema es cómo articular ese proyecto feminista con todas las mujeres, con sus diversidades, sus distintas opresiones de clase, étnicas, culturales, religiosas, regionales, es decir, cómo construir un movimiento feminista así de diverso y también así de común, porque un desafío que se tiene es que está bien que se reconozca la diferencia, pero que no lleve a la fragmentación y a las identidades irreductibles, donde una no se encuentre con la otra. Ni por ser mujeres todas son hermanitas, que se quieren y tienen las mismas demandas, ni porque son diferentes no podemos encontrar puntos de acuerdo. Un desafío es encontrar lo común. Alguna autora decía que aprendiendo y conociendo las diferencias, es que se van a construir cosas comunes, el universal. Una pregunta más, si estamos en un proceso de construcción de feminismos. ¿En qué consistirían esos feminismos?, por un lado y ¿cómo descolonizar el discurso feminista?, ¿desde dónde lo descolonizamos?, sin que terminemos sepultando al movimiento feminista, porque tampoco esa es la idea. El movimiento feminista es una ideología, es una filosofía, es una práctica que busca la emancipación de un sector de la población, aunque seamos así de diversas.

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Martha Arébalo6 En los últimos tiempos he tenido que asistir a muchas reuniones del pacto de unidad. Todas y todos ustedes saben que el pacto de unidad es la articulación de las organizaciones campesinas: la CONAMAQ, la CIDOB, la CSUTCB, el Movimiento Bartolina Sisa y los interculturales. En estas reuniones he aprendido un método que llama la atención, porque nosotras y nosotros no trabajamos bajo ese procedimiento. Ellos trabajan sobre consensos, nunca sobre disensos. Lo que hacen es hacer una lista de todo aquello en lo que están de acuerdo, dejan a un lado en lo que no están de acuerdo y establecen consensos. En ese sentido, coincido con Rafael en decir que el proceso es altamente complejo y que está profundamente enraizado en el país, en la sociedad boliviana, en todas las clases y grupos sociales. Eso no sólo, como él dijo, por ser un país colonizado, también somos un país patriarcalizado, las dos cosas se entrecruzan y someten doblemente a las mujeres. Eso lo sabemos en teoría. Coincido casi con todo lo afirmado por Rafael, sin embargo, marco un punto que debería discutirse. ¿Qué quiere decir ese asunto de proceso en la vida de un país como el nuestro? Cuando hablan al movimiento de mujeres, al movimiento feminista desde la cultura siempre dicen esperen sentadas, éste es un proceso, no se sabe cuándo se van a liberar. Ese proceso de descolonización, tan bien descrito por Rafael, quiere decir que se tiene que aguantar la situación en la que están las mujeres cuatro

6 Arquitecta, Doctora en Estudios Urbanos y feminista.

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generaciones más. ¿Cómo hacer para que ese proceso realmente forme sinergia, se articule, cambie las subjetividades profundamente no sólo en los hombres sino también en las mujeres y propiciar los cambios, las revoluciones. Pienso que no, se está construyendo algo nuevo y distinto. La idea de proceso tiene que pensarse más bien como algo que está moviéndose dentro de un sistema complejo, de una sociedad difícil. Pero que de ninguna manera significa hacerlo todo con calma y esperar que todo cambie no se sabe bien cuando. No está en la visión de las mujeres seguir esperando largo tiempo. Se relaciona mucho a la construcción subjetiva de lo que es ser mujer y ser hombre en base a la cultura y pensar que esa construcción subjetiva pasa por el respeto a una cultura abstracta, la cultura del chacha warmi, que quién sabe si existió en el pasado, de pronto existió; pero ahora no existe, quien sabe si puede ser una utopía, quien sabe si está bastante más precisamente definida como complementariedad hombre mujer, que en todo lo que han hecho las feministas y que puede traer mejores cosas que la teoría de la diferencia, que la teoría de la mujer pensada en términos de una sola forma. Entonces, quisiera saber ¿Qué opina Rafael sobre estos procesos en largos tiempos y en el marco de una cultura que define lo subjetivo y que también hay que cambiar? En el otro sentido, cuando la compañera habla de repolitizar las luchas, tengo una absoluta coincidencia con ella. Coincido en pensar que todo lo que es género se ha despolitizado y tecnificado, diría se ha oenegizado (yo soy parte de una ONG). Hace mucho tiempo pienso que se ha funcionalizado de tal manera la idea de género, que le han hecho perder su base filosófica. 47

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Como María Lourdes dijo, su base es el feminismo, pero también son los movimientos de mujeres que no están dentro del feminismo, su base son aquellas compañeras parte de las Bartolinas Sisa que funcionalizan altamente al Gobierno, pero que también son las artífices de un cambio desde sus bases. Un cambio que el movimiento de mujeres constituido o no, fuerte o débil nunca pudo hacer y que lo están haciendo ellas, lento muy lento, pero lo están haciendo desde su distancia con el movimiento feminista. En ese sentido, hay que buscar un lenguaje que nos acerque más, el lenguaje técnico tan difícil, tan pesado, hace que las distancias sigan existiendo, se sigan dando. Se tiene que recuperar la actitud militante, volver a hablar en facilito, en sensible y no sólo a las mujeres sino también a los hombres. La vida cotidiana de la mujer campesina, no parece manifestar cambios. Pero es innegable que sí se están dando cambios en su permanencia en la vida política, su reconocimiento en las organizaciones económicas. En las cooperativas con las que trabajo, ya están admitiendo la idea de tener no sólo socios hombres sino cambiar sus reglamentos hacia socias mujeres. Por otra parte, en esta idea de cambiar el discurso del chacha warmi no basta decir no existe, porque en verdad no existe, nuestras compañeras están pegadas, están maltratadas. Hay que buscar qué significa esa complementariedad en la utopía, en la asociación del famoso vivir bien. Las que trabajan en el campo, se dan cuenta que el discurso, el cambio constitucional está transformando el imaginario de las mujeres rápidamente. 48

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En este sentido, Rafael tiene muchísimos aportes sobre el vivir bien y es importante considerar las nociones del vivir bien para las mujeres y el vivir bien para los hombres, que tendría que recuperar la famosa complementariedad, pero trabajada como la utopía, no como está ahora. No se habla de las compañeras dirigentes, ellas están admitidas, pero discriminadas y maltratadas en el Estado. Las otras compañeras están discriminadas y maltratadas en la vida cotidiana. Pero han ganado un elemento que da respuesta para lo otro que se decía ¿se debe luchar desde el Estado o desde la sociedad civil? Se debe luchar desde los dos campos. Con todas estas apreciaciones, quisiera preguntar a los tres expositores. Me parece que Rafael ha hablado mucho de la colonización, pero casi nada de la despatriarcalización, por ello le pregunto ¿cuál es la situación de las mujeres en eso que llama descolonización? A Dunia y Patricia ¿cómo es la situación de las diferentes mujeres?, porque mostraron solamente mujeres dentro del Estado patriarcal, ejemplos, de cómo éstas están luchando, claramente su lucha es difícil, en casos de enfrentamiento, pero la mayoría subordinadas, situación muy clara en estos momentos. Pero, no se tiene una imagen de lo que pasa con las mujeres campesinas productoras, de lo que pasa con la mujer en su vida cotidiana. ¿Cómo es esa diferencia con todo lo que ha pasado? Esta situación diferente de las mujeres trae la posibilidad de hacer como el pacto de unidad y construir una agenda de acuerdos por los que se luchará. Esa posibilidad existe, pero hay que ver ¿cuáles son esos acuerdos?

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La tercera pregunta, ¿esa cantidad de acuerdos llevarán al cambio?, no pensando sólo en un cambio desde la posición de la mujer en nuestra sociedad, sino el cambio que habla Rafael. Un cambio de visión de desarrollo, de pensar qué queremos ser y qué clase de sociedad queremos ser entre todas y todos.

Comentarios de Panelistas Patricia Chávez Con varias de las preguntas que se hacen me siento interpelada, aunque no se hayan dirigido a la exposición que hice, pero tienen que ver con una cuestión de generación. Estas discusiones entre el movimiento de mujeres y el feminismo, que las asumimos, es quizás desde otra generación. Exigiría una mirada autocrítica de parte del feminismo, de los colectivos y de una posición oenegeista, y también una posición crítica de las luchas anticoloniales que no están incluyendo las luchas antipatriarcales. Es momento que se asuma una visión autocrítica como movimiento, como colectivos, como ONGs de mujeres. Eso tiene que ver con ciudadanía, con movimientos de mujeres, que preguntaban si existen o no existen. En primer lugar, considero que no existe un movimiento de mujeres, lo que si hay son organizaciones y colectivos de mujeres que están asumiendo algunas luchas, pero son movimientos subordinados. Se hablaba de la subordinación de la organización Bartolina Sisa, no de todas sus dirigentas, puesto que es una organización que también tiene sus conflictos internos. Esa subordinación hacia liderazgos masculinos, está claramente marcada ahora por Evo Morales. Entonces, sí hay una subordinación. Para mí un movimiento tiene que ver con una lucha contra la desigualdad estructural, no solamente es un cuestionamiento en lo teórico, sino también práctico. 50

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Muchas veces, algunas ONGs u organizaciones de mujeres no han hecho este cuestionamiento estructural de las relaciones de desigualdad interna que existen en sus instituciones, en su partido, en el Estado y también en la vida cotidiana. Desde ese punto de vista, la construcción de un movimiento de mujeres es algo pendiente; dentro de esta exigencia a la que me adscribo, también me interpelo. Uno de los elementos que más ha alejado es la actitud de expertas. Entonces, inmediatamente cuando uno habla de feminismo está pensando en expertas que les irán a hablar a las mujeres de su condición de dominación, como si las “expertas” estuviéramos liberadas de esa condición. Es lo que hablaba con una de las compañeras que está trabajando con las Sin Tierra, el problema es que cuando uno se asume como experta se sale de la relación de colonialidad y patriarcado. La experta no plantea su propia condición, cómo está viviendo el patriarcado ni la colonialidad. Se acerca desde una situación de superioridad frente a otras compañeras. Por eso, es un proceso de autocrítica y si se trata de cuestionar o de presentar nuevos métodos de relacionamiento entre las mujeres, yo no vendría a sentarme a esta mesa a preguntar como experta y a plantearles: los problemas de la descolonización y de la despatriarcalización son éstos, pongo mi grabadora y ustedes cuenten. Vendría como una persona que también está implicada en estos dos problemas. Les diría, estoy aquí como mujer con mis dilemas, tengo esta edad, esta condición social, vivo así la colonialidad y el patriarcado. ¿Cómo estás viviendo tú compañera? Ésa es una de las formas de acercamiento igualitario entre mujeres de distintas condiciones, que se han encontrado. Ésa es una de las exigencias dentro de este proceso de autocrítica del feminismo, porque muchas veces lo que se ve en las corrientes feministas son más pugnas de poder por apropiación de 51

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palabras, de espacios, etc., quedando relegado el verdadero y difícil trabajo de asumir la construcción de un movimiento de mujeres. En este marco no sé en qué medida podría ser importante o decisivo establecer si se es feminista o no se es. De hecho, todas las mujeres que están pasando por una situación de subordinación este momento, enfrentan de alguna u otra manera condiciones de agobio cotidiano, de subordinación si son autoridades en el Estado, en el municipio, lo están haciendo sin conocer siquiera la palabra feminismo. La idea es cómo se articulan todas estas luchas, pero ya no acercarse de esa manera, porque pienso que eso también es colonial, entre las expertas, las que manejan números, metodologías, tienen cierto lenguaje y otras mujeres tienen que traducirse a él. Otro aspecto que no comparto es tener una visión un poco victimizada del área rural. No considero que las que están atravesando una situación específicamente colonial sean solamente las mujeres del área rural. Nosotras también, yo como estudiante, como socióloga atravieso conflictos de colonialidad y de patriarcado. En ese sentido, me sentaría a dialogar con ustedes, les contaría cuál es mi situación y ustedes me comentarían cuál es la suya. Para mí es la forma como se puede asumir de manera igualitaria, un diálogo constructivo, porque si me siento frente a ustedes como alguien que tiene un conocimiento superior, entonces la cosa no funciona, se siguen reproduciendo estructuras de diferenciación entre mujeres. Por eso, esta idea que tiene que ver con que no hay movimiento de mujeres es una especie de cuestionamiento a ciertos feminismos y es un autocuestionamiento también, es algo de lo que no me salgo sino me incluyo, cuestionamiento también a estas actitudes oenegistas. Se debe asumir una crítica interna. 52

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A mí me gusta un concepto que se lo puede trabajar mucho entre nosotras y también con otras personas que visibilizan sus luchas de otra manera, ya sea bajo la forma de clase, regional o racial. Comparto la idea de Luis Tapia, la que denomina transcrítica. No se trata solamente de cuestionar a otros núcleos culturales o sociales, de las desigualdades que tienen dentro suyo, sino también de cuestionarnos entre nosotras, los núcleos de desigualdad que tenemos. Transcrítica es eso, acercarse pero en un proceso de crítica y de selección de principios, de valores e instituciones que también cuestionen los núcleos de desigualdad que hay en cada una de nosotras, por ejemplo, qué podría hacer yo, que busco un horizonte más igualitario con una mujer que no está buscando eso, poniendo un ejemplo: ¿qué de similar tendría yo con una fascista? No tengo nada que construir políticamente con una persona que está buscando la reproducción de los núcleos de desigualdad. Ahí la relación se construye de manera política. Eso es a lo que me refiero cuando digo que hay que hacerse una autocrítica también como personas que buscamos construir un movimiento de mujeres o que militamos en colectivos. Hay cosas que tenemos que escuchar y dialogar entre feministas, la generación anterior con necesidades diferentes y personas que pensando el feminismo, están considerando también la construcción del movimiento de mujeres desde sus necesidades y preguntas, sobre todo es básico y esencial, cuestionar ese acercamiento tecnocrático de mujeres, porque muchas veces el feminismo se piensa como eso, como unas mujeres expertas hablándoles a otras de sus opresiones, sin ellas mismas incluirse en eso. Las mujeres de clase media o alta sí tienen cosas que cuestionarse, como sus privilegios con los que se acercan a otras mujeres y a las que no los tienen ¿cómo construyen lazos políticos de confianza e incluso de amistad para ir 53

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construyendo un movimiento conjunto? Porque como decía, con una persona que no busca igualdad y piensa desde el punto de vista de los privilegios, creo que ni yo ni muchas de ustedes tendrían nada que decir, no hay nada que trabajar con una persona así. Entonces, para mí es importante como metodología preguntar ¿cómo vivimos? Compañera universitaria, compañera con título ¿cómo vive la colonialidad y el patriarcado? Usted compañera que quizás no sabe leer ni escribir, yo con mi misma abuela sentarme y preguntarle ¿cómo vives tú el patriarcado? Es la única forma que encuentro de acercamiento mutuo y de construcción del proyecto político no solamente discursivo o formal, sino concreto y práctico. Rafael Bautista En primer lugar, la pregunta que lanza Cecilia Estrada despatriarcalizar la descolonización o descolonizar la despatriarcalización. Cambiaré el sentido de todo esto para mostrar que no hay oposición, sino hay una complementariedad. Decía que la descolonización es un marco de referencia. Me remito al ejemplo que hace Patricia, cuando me asumo como experto, implícitamente tengo una relación colonial de dominación, creo ser superior al otro. Con esto quiero mostrar que el marco de referencia es el que permite organizar un juicio crítico acerca de esa condición presente entre experto y no experto. Cuando se decía entendamos la descolonización en el ámbito de la subjetividad. Primera aclaración, no entiendan la subjetividad como la oposición objetivo subjetivo. La subjetividad es el ámbito de constitución del yo en tanto sujeto. 54

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Ése ámbito es la persona, cuando ésta nace no nace dada, sino lo hace con potencialidades. Si éstas van disminuyendo, lo que sucede es una des constitución, cuando van desarrollando, aparece una constitución. Entonces, en el ámbito de la subjetividad aparece la des constitución o la reconstitución de la persona en tanto persona, o sea, cuando uno se constituye lo hace en sujeto, cuando se des constituye es como objeto del deseo, del desarrollo, del placer de otro. Cuando empiezo a repensar el proceso de constitución de mi subjetividad en tanto sujeto, es cuando puedo tematizar las condiciones en las cuales me encuentro de hecho en la realidad actual. Pondré un ejemplo, porque es importante que se entienda bien. Antropológicamente sólo se puede determinar dos formas de condición del sujeto: con la otra persona o a costa de la otra persona. En el segundo caso es cuando se establece la relación de dominación y para que exista ésta, tiene que haber cierto grado de complicidad del dominado. Esta complicidad tiene que estar ligada a un nivel de inocencia, porque no podría haber dominación sino hubiese inocencia de parte del dominado. Daré un ejemplo simple y clásico: Pedro le dice a María: María te amo y María le cree. ¿Qué tal si Pedro la está engañando? El grado de credibilidad que María pone en ese acto de habla, es lo que precisa la dominación para instaurarse. Si ese te amo fuera honesto, honrado y sincero, se produce una relación en la cual puede producirse armonía, equilibrio, etc. Pero si detrás existe un interés de dominación, precisa de la inocencia de quien será dominado después. La apertura de la inocencia es la que permite a la dominación entrar en las puertas de su subjetividad. Entonces, cuando se dice descolonizar la despatriarcalización o despatriarcalizar la descolonización, no es una oposición, sino una complementación. En relaciones de poder de despatriarcalización requerimos siempre recurrir al 55

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marco de referencia que nos permite establecer en qué medida estamos o no reproduciendo relaciones de dominación, incluso encubiertas con palabras bonitas. Entonces, repito la colonización moderna es una nueva y más sofisticada forma de dominación, que resignifica todo tipo de sometimientos que existen a lo largo de la historia de la humanidad. Resignifica en base a esta nueva manera de dominación que supone naturalización de las relaciones de opresión. Diré algo controversial, pero sería bueno que en el campo que ustedes se desenvuelven, lo tematicen, porque lo que hace la dominación moderna occidental es rearticular las relaciones e instituciones humanas que no son creación de la modernidad, cuando se cree lo contrario, se está perdido. El Estado no es el Estado moderno, la familia no es la familia moderna, es decir, las creaciones humanas institucionales: familia, Estado matrimonio, etc. son civilizatorias, se han dado a todo lo largo de la humanidad. La modernidad lo que hace es resignificar, reconceptualizar, rearticular en torno a este núcleo de dominación, y es cuando estas instituciones aparecen con la cara que todos conocemos y asustan. Entonces, cuando se dice no al Estado hay que saber significar no al Estado moderno colonial. No al tipo de familia moderna que se ha impuesto en estos cinco siglos, con el modelo jerárquico establecido como que el padre manda, etc. Fíjense esto y tómenlo con cuidado, no hay patriarca sin matriarca. Incluso para esto sirve la descolonización, porque ella no sólo es apta para ver nuestra cultura, se puede descolonizar hasta la Biblia. Si se ve la historia Abraham es impensable sin Sara, Issac sin Rebeca. Así como Manco Kapac es impensable sin Mama Ocllo. 56

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¿Qué quiere decir esto?, que a lo largo de la historia de la humanidad, varios grupos culturales han formalizado la complementariedad como teología, como cosmovisión, etc., no es un patrimonio de una sola cultura. Además ha permitido entender que el ser humano sólo se completa a partir de lo que es distinto. La noción de complementariedad, no quiere decir la unión de iguales. Lo distinto de varón no es otro varón, lo distinto del varón es la mujer. La complementariedad sólo puede haber entre distintos. Por eso hay otra deficiencia que está apareciendo cuando se lee lo plurinacional de modo cuantitativo y de modo cualitativo. Entonces, cuando se empieza a cuestionar que se vive una situación patriarcal, hay que distinguir bien. ¿Cuál es la imagen de lo patriarcal que la modernidad nos ha proyectado? y a partir de esa respuesta, se debe descolonizar ese concepto. Mostrar cómo en ejes civilizatorios como el hebreo, el árabe, el hindú, el chino, etc. han ido apareciendo de modo original y cómo se han ido pervirtiendo, cuando se encontraron con la matriz helenocéntrica, latinocéntrica, cristiano romano occidental, porque la lectura de la Biblia, por lo general es a partir de la traducción griega y ésa es una lengua de dominación. Para poner un ejemplo, de ¿dónde viene la palabra bruja?, no sé si alguien se ha preguntado eso. Esto es bien curioso, porque la primera cosa identificada por la ciencia moderna, es la naturaleza, porque hasta en las culturas europeas pre modernas la naturaleza era considerada divina y en términos femeninos. Para despojar de todo rasgo divino a la naturaleza, tuvieron que secularizar sus componentes esenciales hasta 57

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convertirla en un simple objeto, para explotarla inmisericordemente. Los judíos sefarditas en España, que ya vivían presos de la arremetida de inquisición, moraban en guetos y a las mujeres les ponían sambenitos negros y unos tongos del mismo, para identificarlas y calumniarlas en público. La primera formalización del racismo se da ahí, cuando se les pide las cartas de limpieza de sangre para que identifiquen a cristianos de cristianos nuevos, de marranos, de judíos convertidos, etc. Entonces, en esos guetos, las mujeres se decían algo unas a las otras. En el idioma hebreo siempre se empieza a hablar con una oración, y esto ustedes pueden verlo en la Biblia, el BARUJ atá, Adonáy (bendito sea el señor). Las mujeres para saludarse se decían berujá. Entonces ¿qué quería decir berujá?, quería decir bendita seas. Pero los cristianos, los visigodos cuando implantan la inquisición, decían deben ser brujas. Ahí aparece el término de bruja. Se dan cuenta ustedes la tergiversación horrenda a la cual lleva ese tipo de relación de dominación, en la cual una bendición se convierte en maldición. Esto para demostrar que siempre se debe tener dos frentes de lucha. En primer lugar, desmontar todo eso. Los neurobiólogos dicen que todo lo que está en el cerebro como conocimiento y permite que tengamos acciones, neurológicamente también está unido de modo físico. Esto quiere decir que en el cerebro un concepto, está unido de modo físico en la relación neuronal. Por ejemplo, si alguien dice amor y tuvo una decepción, con el paso del tiempo se configura una relación neuronal de modo físico con otro concepto que significa decepción. Por eso hay personas que no pueden cambiar sus vidas, creen que todo amor tendrá como consecuencia una decepción. Es difícil cambiar, porque se tiene que romper físicamente este tipo de conexión y producir una nueva, lo mismo pasa con los conceptos liberación, democracia. Todo 58

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está unido, de modo que descolonizar significa incluso desmontar físicamente dentro del cerebro, las conexiones neuronales que con el paso del tiempo nos han des constituido como seres pasivos, sumisos, humillados, serviles, etc. Entonces, en ese caso la mujer tiene metida la naturalización de su dominación como sometimiento, romper eso no es automático es un proceso. Fíjense la situación colonial, en esta reunión se da un refrigerio y lo que traen es Coca Cola. Ahora ¿qué pasa con la Coca Cola?, esta bebida es la máxima causante de diabetes en el mundo, porque la cantidad de azúcar que se necesita para quitarle el sabor amargo del jarabe negro que tiene, es superior al uso diario que debería consumir un ser humano, para colmo tiene ácido fosfórico que es ladrón de calcio. Pero ¿qué preferimos, un refresco de k´isa o Coca Cola? No señor, todos Coca Cola. Porque no se dice si vamos a tener una reunión, produzcamos lo que vamos a consumir, incluso se daría trabajo a las y los que precisan de ello. Pero, en la relación colonial está metido en nosotros que tiene que haber un sándwich con pan blanco, sabemos que el pan blanco es causante de enfermedades. Entonces, las relaciones coloniales, las reproducimos sin darnos cuenta, porque no es solamente que se prefiere la Coca Cola, se la prefiere a costa de lo nuestro, de nuestro refresco de cebada, de k´isa, etc. En ese sentido, se afirma hay que pasar del entendimiento a la razón. En términos filosóficos significa que la opinión común y corriente siempre ve todo como oposición. Por eso, cuando se enfrentan en discusiones, piensan que debo oponerme al otro porque no está haciendo lo que yo digo. Pasar del entendimiento a la razón quiere decir superar el ámbito de las oposiciones, éstas requieren volver a su fundamento para 59

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comprender en qué consiste esa contradicción. Por ejemplo, cuando la contradicción varón-mujer se plantea como oposición, ahí estamos perdidos. El varón está en contra de la mujer y la mujer en contra del varón. Una lucha es emancipadora en sentido universal, cuando ya no se pelea solamente por uno, sino por toda la humanidad. Ésa es una cosa que la mujer la tiene bien clara, porque cuando la mujer lucha, no lo hace por ella, detrás está el contenido de la vida, los hijos, las generaciones futuras, es decir, el secreto de la vida es femenino. Contaré un secreto, aunque dicen que secreto contado es secreto revelado y como hay varones acá es bueno de que se enteren. Fíjense, como una máxima positiva puede degenerar en su perversión, cuando se dice que la mujer le debe obediencia al marido. ¿Qué pasa si ese marido no merece obediencia? Para que no digan que solamente nos fijamos en nuestras culturas, podemos mirar descolonizadoramente todas las culturas, para alimentarnos de ellas, para fortalecer nuestra posición. Por ejemplo, los sofistas islámicos dicen cuídense los varones de respetar a su mujeres, porque en un hogar la bendición viene de la mujer. ¿Qué quiere decir esto? Cuando un marido piensa que es él el que trae el dinero a la casa se equivoca. El dinero, la bendición, la prosperidad llega a la casa cuando el marido respeta a su mujer, porque el canal por el cual provienen las bendiciones al hogar es femenino. Por eso no en vano se dice que la vida proviene de lo femenino, la Pachamama es femenina, la famosa Javá-Eva quiere decir el lugar de donde procede la vida. Cuando el marido dice yo traigo el dinero a la casa, la gastadora es la mujer. Ese concepto debe ser profundamente repensado y superado, porque lo único que hace el marido es administrar lo que viene al hogar de parte de la mujer.

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Los jóvenes hoy en día dicen no me voy a casar, porque eso significa mucha plata y no voy a tener hijos porque son una carga. Cuando se estudia la espiritualidad, la estructura antropológica de la humanidad, se llega a la conclusión que si tienes problemas económicos no solamente tienes que casarte, sino hasta traer hijos al mundo, porque cuando se dice que el hijo es una bendición, es él el que trae su mantenimiento y el tuyo. Por eso, en nuestra cultura cuando nace un varón es un chanchito y cuando nace una mujer son dos, porque es doble bendición. Pero, ¿cuál es el secreto?, el que piensa que su mujer o sus hijos son una carga, serán una carga. Pero el que piensa que gracias a ellos vendrá la bendición al hogar, eso sucederá. ¿Por qué?, porque el mundo y la vida están estructurados de ese modo, ahora se reconoce que se puede inferir en este tipo de consecuencias. Una familia, un hogar se constituye en torno a algo que no quiere decir sumisión o subordinación, o que dos terminen siendo uno, anulando a ambos, sino que la unión sólo es posible manteniendo la distinción. Esto tiene una segunda aclaración, el otro no es el otro lógico que tengo delante de mí, es decir, la señora no es el otro porque está al frente mío. El otro nunca se da en situación de igualdad, porque ante el otro me enfrento a alguien que posee dignidad. El problema se da cuando reconozco a una persona, no como persona sino como mediación de mis fines y mis deseos. Pero, cuando reconozco al otro con dignidad, quiere decir con derechos anteriores a los míos, me pongo en posición de servicio. Es difícil de entender, porque en el ser humano existe un elemento que le impide desarrollar, cuando no está consciente de aquello. Es el ego, que es la trampa más sutil que tenemos para desarrollar la dominación. 61

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A todos les gusta que les digan que capo y genial que eres, que bien hablas, etc. Tantas loas que le hacen al Presidente Evo y creen que le están haciendo un bien, pero le están haciendo un daño, porque uno empieza a creérselo y cuando sucede eso ya no se escucha a nadie. Ahí aparece, lo que en filosofía se dice el paradigma de la conciencia, donde ya no se necesita de los demás, se cree que todo lo que se hace está bien. Por ejemplo, Cristo decía hasta el hombre más justo comete siete pecados al día. ¿Cuántos comete el injusto?, ninguno, porque él cree que todo lo que hace está bien. Fíjense, a lo que llaman el diablo, el satán, etc., en hebreo ja satán significa el ego, es decir, el contrincante que tenemos dentro, que quiere glorias, premios, todo. Cuando se desarrolla y sofistica ese tipo de ámbito, es cuando la dominación empieza a desenvolverse y a producir todo este tipo de cosas. Por eso, la descolonización es el marco de referencia que permite organizar juicios críticos, incluso desde nuestro discurso, nuestra posición, desde nuestro quehacer intelectual, práctico, etc. La descolonización sólo aparecería en términos en los cuales casi nadie le toma mucha atención, pero ahí está la trampa. Todo el mundo habla de sociedad y ésta es nada más y nada menos que la formalización conceptual de la forma de vida moderna, que parte desde un fundamento que es el individualismo metafísico, es decir, la forma de vida moderna está cristalizada en este concepto, que cree que el hombre es un individuo opuesto a otro individuo. Su oposición consiste en que cada uno tiene intereses particulares. Entonces, la sociedad es la forma de cómo ordenar esos intereses, de tal manera que no se produzca un caos. Pero en la sociedad, este orden es siempre vía imposición, es decir, unos intereses prevalecen sobre otros. 62

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Entonces, cuando la sociedad se organiza en torno al individualismo, esto se expresa en economía y en derecho, como libertad de contratos y propiedad privada. El que es sujeto de contratos y propietario, es el individuo, es decir, la forma de vida moderna es el individualismo. Todo ismo es la exageración de las notas esenciales de algo. Por eso hay que tener cuidado con los ismos, porque pueden llevar a esencialismos que siempre son oposición hacia otra cosa. Eso quiere decir que la forma de vida llamada sociedad, pretende ser la superación de la forma de vida en comunidad. La condición para producir sociedad es destruir las relaciones comunitarias entre los seres humanos. Y la primera forma de relación comunitaria, es la del ser humano con la tierra. Por eso, lo que hacen los capitalistas ingleses, es quitarles la tierra a los campesinos y estos que ya no tienen con qué ganarse la vida, dan origen al primer proletario, o sea, aquel que es capaz de venderse por cualquier cosa y a cualquier precio. Lo primero que se debe hacer para que aparezca la forma de vida en sociedad, es destruir las relaciones comunitarias, oponer individuo contra individuo, varón contra mujer, padre contra niño, esposo contra esposa, es decir, tiene que destruirse todo eso, para que aparezcan solamente el individuo y sus intereses particulares. Descolonizar significaría pasar de la sociedad a la comunidad y no al revés. Todas las ciencias sociales han sido organizadas para hacer el paso inverso. Destruimos nuestra comunidad para llegar a ser modernos, vivir en sociedad es tomar Coca Cola, usar Axe, Calvin Klein, tener micro ondas, etc. Entonces, lo exagerado en el ismo, es esa forma de vida y no nos damos cuenta.

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Pasar de la sociedad a la comunidad, sería el paso para resolver los problemas que se han ocasionado y proponer reconstruirla desde el mundo de la vida, de modo que sea una propuesta no solamente para nosotros sino para el resto de la humanidad, porque hasta en Europa están viendo con curiosidad lo qué estamos haciendo acá. Muchos piensan que descolonizar es saltar de una forma de vida a otra, de modo automático. Pero para ese tránsito, se necesitan criterios éticos que permitan incluso juzgar y discernir relaciones de dominación que se hallarían en nuestra forma de vida. Si se fijan, ya es un tercer nivel que se tiene que enfrentar. Por eso a la pregunta de ¿qué es proceso?, nos ayuda un poco el concepto de qué significa contar. Contar no es una marca cuantitativa del paso que estamos llevando a cabo hasta llegar a la meta, sino construir esa meta misma, es decir, se necesita un nuevo concepto del tiempo. Esto significa un nuevo concepto de historia, porque la historia, por lo general es el recuento de lo que ha pasado. Eso no tiene nada que ver con la historia. ¿Qué sería la historia de aquí en adelante? Para dar esa respuesta es necesario empezar a resemantizar el concepto de tiempo. Historia no es lo ya sucedido como evocación anodina, historia sería la capacidad de transformación que el sujeto enfrenta como desafío de su propia constitución, es lo que va a acontecer conmigo como sujeto, como proceso. Cuando ya no hablo yo, sino la comunidad, el nosotros. Cuando hablo, la historia está hablando por mi boca. Por eso, cuando el Presidente Evo reclama en Europa como los tratan a nuestros inmigrantes, sus palabras tienen fuerza no porque él las diga, sino 64

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porque la historia está tomando la palabra en su voz. Cuando sucede eso, el sujeto levanta la cabeza, mira de frente al dominador y se constituye en sujeto histórico. Entonces, produciendo realidad el sujeto se produce así mismo. Por eso, lo que sucede acá, está sucediendo en todo el entramado de la vida, porque no hay oposición entre sujeto y realidad. Nosotros para bien o para mal, constantemente estamos influyendo en toda la vida, en todo el universo. Por ejemplo, los neurobiólogos dicen que el cerebro es capaz de procesar 4.000 millones de bits de información por segundo y cotidianamente sólo se procesan 3.000 bits, o sea, que el cerebro no está en funcionamiento pleno, quiere decir que se puede transformar la realidad y el sujeto porque se tiene la capacidad para ello, por eso hacer historia significa hacerse sujeto. Quien vive la historia y el tiempo de modo lineal, es el que se sienta y cree que el futuro le llegará por inercia. Ése no produce historia, no es sujeto. Los que creen que el tiempo es lineal dicen: nos sacrificaremos ahora porque mañana nos irá bien. Pero el mañana nunca llega. Por eso, quien espera que el futuro le venga no vive el presente, no se hace sujeto, sujeto es aquel que ahora está produciendo futuro, el que dice el mañana es hoy. El tiempo no sucede como si el pasado estuviera atrás y el futuro delante. Futuro, pasado y presente están en un constante y continuo entrelazamiento temporal, que siempre estamos cargando. Dunia Mokrani Cecilia preguntaba sobre el horizonte político desde donde repolitizar las luchas de las mujeres. Yo hablaba de una democracia multicultural, no sé si voy a poder responder en los términos del debate teórico entre lo intercultural y lo multicultural. Pero, en realidad tomo el concepto 65

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democracia multicultural porque me refiere a lo multicivilizatorio. No solamente a una interacción entre culturas dialogando, sino a la presencia de varias civilizaciones en un escenario político, lo que nos lleva a reconocer varias formas de gobierno, de concepción de la vida, de organización de las vidas diferente, que interactúan en un mismo momento histórico, en un proceso como el de ahora y también de manera subordinada. En ese sentido, lo que estaba pensando como democracia multicultural tiene que ver con descentrar el tema de la democracia representativa para dar lugar a proyectos y acciones concretas, a otras formas de democracia que han sido reconocidas en la Constitución, que son la democracia comunitaria, la democracia directa y participativa. Si no se corre el riesgo de tener otro nivel de formalización, en el que el tema representativo más que nunca está teniendo centralidad en este proceso, lo que es contradictorio, porque justamente en los otros procesos, estaban justamente en cuestión los sujetos que eran representantes, porque se sabía claramente que las clases dominantes no representaban a las mayorías. En cambio, ahora se supone que están aquellos actores que sí representan, que sí tienen una legitimidad que no la tenían los anteriores. Entonces, el tema de la democracia representativa, el carácter representativo cobra mayor relevancia, paradójicamente cuando éste era un proceso que debía haber avanzado hacia otras formas de democracia. Lourdes, en el tema de la ciudadanía es verdad que las luchas de algunos sectores, no todos del movimiento feminista (porque hubo algunas que se opusieron a esta forma de democratización y a este tipo de ciudadanía), han puesto en jaque un sistema que había excluido a las mujeres de los centros 66

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políticos, del sistema político y pusieron sobre la mesa cómo hacerse más sujetos o cómo llegar en mejores condiciones a ser elegidas o elegibles. Sin embargo, estamos viviendo en el marco de un proceso en el que nos hemos desenmarcado de la política solamente como un sistema institucional, donde se han puesto en cuestión las formas partidarias, las formas corporativas de representatividad. Esto nos lleva a la necesidad política de pensar en otro tipo de ciudadanía. Acá no hemos hablado de feminismo, es un tema complejo, algunas reivindican el feminismo como corriente, es decir, como lucha, otras prefieren no hacerlo. En ese sentido, es importante en este momento recuperar el feminismo, pero no a tal o cual feminismo, ni esos debates estériles que se han dado entre corrientes feministas, sino recuperar lo que se ha producido. Hay una autora, Elsa Dorín, que habla de recuperar el saber feminista, que tiene que ver con rescatar todo lo que se aprendió en el debate feminista, más que adscribirse a una corriente u otra. Si hubiera un poco más de humildad, un poco más de un proceso de despatriarcalización real, habría mucho que aprender de estos feminismos de corte popular, por ejemplo, de los grandes debates con diferentes matices que se llevaron a cabo no sólo en Europa sino también en América Latina, entre el feminismo de la igualdad y la diferencia que ponían en la mesa muchas cosas que ahora los indigenistas plantean como si fuera la última novedad y durante esos años, las feministas ya lo plantearon, o sea, como recuperamos la diferencia sin caer en el esencialismo, ha sido parte de un amplio análisis, como no crear etnocentrismos. Pero si se pone en la mesa del debate las diferencias culturales, se puede aprender mucho de los feminismos. Como asumir la tarea de tomar el poder, pero para transformarlo no simplemente para ocuparlo. Eso también fue debatido entre feministas.

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Está lo otro que viene de otras corrientes, por ejemplo la teoría queer, que pone en el debate algo importante, de cómo salimos de la heterosexualidad como valor social único. En ese sentido, esto va mucho más allá de la complementariedad, hay que complejizar y politizar nuestro análisis, porque hay complementariedades que son asimétricas, como la que hay entre el amo y el esclavo. Martha, hablaba de lenguajes que nos alejan y de lenguajes que nos acercan y sí tal vez sería importante recuperar esa metodología del pacto de unidad, donde se habla de consensos y se deja del lado los disensos. No conozco bien esa metodología, habría que ver cuán útil sería para los movimientos de mujeres. Sin embargo, el tema del lenguaje es importante, no es un elemento más, es algo constitutivo del quehacer político. Obviamente, el lenguaje entre expertas y no expertas ha alejado mucho a las mujeres, pues la experta o experto se coloca en una posición de intérprete de la realidad. Entonces, no se da un proceso colectivo de asumir esa realidad de otra manera. En el caso de las mujeres, diferencia a aquellas que son el modelo de emancipación, de aquellas que deberán ser emancipadas bajo ese modelo. Es necesario ver que hay una tendencia que puede ser peligrosa y despolitizadora. Pero, ¿cómo se puede encarar la diferencia que hay entre las que piensan en abstracto y dan soluciones en abstracto y las que hablan sólo desde sus experiencias concretas, con metodologías que están atravesadas por la colonialidad y el patriarcado? Para dar un ejemplo, cómo vivo yo mi condición de mujer clase media, acaso tengo que sentarme con otras mujeres a pedir perdón por mi situación, antes de hablar políticamente. A los varones no les pasa lo mismo, cuando están en palestras políticas. Nunca he visto a compañeros del MAS, de clase media urbana, sacar el tema antes de hablar. 68

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Todas esas cosas que vivimos es importante hablarlas, pero no quedarnos solo en nuestras experiencias personales, porque si no terminamos yendo a espacios de debate donde las mujeres indígenas hablan de su experiencia y las mujeres no indígenas dan respuestas políticas. Para terminar, es fundamental, dentro de los retos de los feminismos, tomar en cuenta que una de las cosas que tiene que ver con este lenguaje, es que a nivel legislativo, las mujeres hemos terminado legislando en particular para nosotras y los hombres son los que legislan de manera general. Entonces, tenemos un montón de leyes en las que lo mejor que podemos hacer, si tenemos éxito, es incorporar una mirada o un enfoque de género, pero no cuestionamos su esencia patriarcal. Entonces, se debe pasar de este enfoque a una mirada más estructural de los problemas de la sociedad y entrar en un debate de qué proponemos las mujeres como otra sociedad posible, no solamente para nosotras y cómo queremos que nos incorporen en este proyecto político pensado por varones. No se trata de oponer mujeres a varones, pero sí, de no dejar de lado las contradicciones materiales y subjetivas existentes. La naturalización de las relaciones de dominación también pueden ir muy bien aparejada de discursos en los cuales muchas veces se dice que el feminismo es el machismo a la inversa, o que hay un racismo a la inversa cuando se empieza a cuestionar las actitudes racistas. Hay condiciones materiales que no se pueden perder de vista, como hay contradicciones fundamentales que se tienen que abordar de otra manera. Pero no se puede aceptar que el feminismo es un machismo a la inversa, porque obviamente es una lucha emancipatoria que viene desde abajo y que plantea una crítica radical a una contradicción fundamental existente.

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Es importante esta construcción de la subjetividad desde una posición ética y de cómo se construye desde lo individual, porque no son posiciones individuales. Puedo tratar de construir toda una coherencia de vida y ésta dependerá de mis posibilidades económicas. Hay que ver cómo construimos otro tipo de relaciones. Entonces, hablaría no solo de la subjetividad sino de la intersubjetividad y como a partir de ella pensamos en otro tipo de sociedades. Quizás el debate del vivir bien podría abrir una puerta interesante a los feminismos, en el sentido de que plantea la desmercantilización de la vida. Ahí podemos agarrarnos de la desposesión de los cuerpos de las mujeres, de las vidas de las mujeres, de la naturaleza, que tiene mucho que ver con esto. Hay que tener cuidado en el tema, para no ser las nuevas portadoras de un esencialismo que termine atrapándonos en los lugares donde el patriarcado nos ha puesto.

Preguntas de las y los asistentes ¿Por qué a través de la historia las instituciones religiosas, las culturas han acentuado la matriz colonial, patriarcal y la violencia? Primero felicitar a las participantes, a las expositoras y sobre todo a la mesa de controversia porque han vertido visiones interesantes respecto a lo que las mujeres buscamos. Es una preocupación importante el abordaje de los temas de la descolonización y la despatriarcalización. Lamentablemente vivimos un Estado colonial, donde sigue marcada la estructura machista y la no participación de las mujeres en espacios de poder. También está presente la idea en el sentido de que queremos evitar un proceso de una cultura occidental, venida de afuera y retomar nuestra historia, nuestras costumbres, lo cual conduce a un proceso muy difícil. Hoy he advertido una situación y no quiero que se lo tome a mal. La exposición excelente, la controversia 70

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también, pero, se han vertido razonamientos a veces un poco complejos, que no se han entendido. Entonces, quisiera que ustedes como expertas den una idea clara de los conceptos en cuestión. Buenas tardes, con el debate que escuchamos, nos preguntamos ¿Por qué tocan tanto esa diferencia entre la mujer del campo y la mujer citadina? Para nosotras no hay diferencia. Sabemos que somos iguales, tan solo nos diferencia el gusto, el color, el sabor, la forma de vestir, pero en realidad somos mujeres. Quisiera que aclaren ese tema. ¿Cuál es la visión respecto a que ahora exista un viceministerio de descolonización y despatriarcalización en la estructura del Estado Plurinacional? Se ha hablado de descolonización y se ve al Estado como el centro de descolonización. Pero, la despatriarcalización se ha tratado muy por encima. Sin embargo, no se ha tocado la familia como institución (que se la quiere tomar como modelo), donde el padre lógicamente es el patriarca, es el que perpetúa ese rol. Me gustaría que se explicara un poco más eso. Permítanme compartir brevemente una preocupación y una última pregunta. Si bien encuentro potencialidades y también riesgos a la funcionalización de la categoría despatriarcalización, en el modo como está siendo trabajada en el Estado, desde la creación de una unidad, con absoluta incoherencia con otro tipo de acciones del propio Estado. Entonces, temo que pueda ocurrir lo que en su momento se criticó al concepto de género y el modo como íste se instrumentalizó. ¿Cuál su opinión al respecto? (C.E.)

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Patricia Chávez Tendría dos comentarios breves. Primero, se ha hecho referencia a las diferencias entre mujeres urbanas y mujeres del área rural. Si se analiza la igualdad entre las mujeres hay que verla como un proceso en construcción, la igualdad no está dada. No solamente nos atraviesan diferencias, sino también contradicciones. Por eso, decía que cuando uno habla de diferencias, está haciendo referencia a cosas que se pueden solucionar, es decir, problemas y conflictos que se resuelven en un proceso de crítica mutua. Pero cuando uno habla de contradicciones, es otra cosa, quizás ya no hay solución. Sencillamente hay dos proyectos diferentes y uno tiene que elegir. Tiene que ver con mujeres y hombres que se sienten cómodos con su situación de dominio y que probablemente están lucrando, aprovechando y viviendo de ese dominio. No es cuestión de hablar con ellos o ellas, ya se está frente a poderes. Es como si un campesino le pidiera a un terrateniente que tenga conciencia, que se deshaga de sus latifundios o un obrero que le diga a su patrón que los explota, que gane menos. Este discurso de concientización tiene un límite, porque lo que se está tocando ya es un interés, es una estructura de poder. Entonces, ahí lo que divide ya no son diferencias sino desigualdades, contradicciones. En todo caso, las diferencias nos pueden limitar en comenzar un proceso de construcción de un movimiento de mujeres en una acción política conjunta. Insisto que la igualdad no es algo dado, es algo que se tiene que ir construyendo de manera política.

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En cuanto a la preocupación de Cecilia, muchas de nosotras la compartimos, así como el temor de que la idea de despatriarcalización se convierta en algo funcional y también en un discurso de poder. Porque algunas palabras como descolonización, como proceso de cambio están en boca de casi todos los políticos y en casi todos los discursos, más que hacerse efectivas se las usa como elementos de poder. Son conceptos que ahora se admiten, ya no como formas concretas de deshacer estructuras y desigualdades, sino como discursos que se asumen, quizás de manera contradictoria con algunas prácticas, para tener más poder en esta unidad específica que se hace mención. Me parece contradictorio que se esté hablando de la realización de matrimonios con identidad. Es un proyecto que se está manejando dentro de esta área, el casar a varias parejas bajo rituales andinos. Entonces, ahí hay una asunción de las luchas coloniales, pero no de las patriarcales. Una de las preguntas que se hacía, cuestionando la idea del matrimonio o de la familia papá, mamá, hijitos, como el horizonte de construcción de lo que es la familia. Muchas compañeras plantean que ésa no es la única familia que existe en la realidad. Hay familias donde la jefa de familia es la mamá y no hay papá, o son familias extendidas. Entonces, quizá habría que pensar de manera colectiva y ver cómo se pueden cuestionar las contradicciones que nacen en estos espacios, que supuestamente están pensando también la despatriarcalización. Dunia Mokrani Para la compañera que decía que esperaba conceptos más claros, es difícil porque son criterios en construcción, lo que es más importante que recibir 73

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recetas. Muchas veces se quiere cosas más específicas para avanzar. Pero más que claridad en los conceptos, se debería exigir claridad en los horizontes. Sobre el tema de la igualdad. Pienso que en sociedades colonialmente estratificadas como la nuestra, donde hay grandes diferencias de clase y económicas, no se puede dejar de lado la diferencia si se quiere construir relaciones más igualitarias. Aquí es importante hacer un matiz, por ejemplo, una de las diferencias claras que se plantea, es que las mujeres de los sectores populares han sentido que la experiencia, muy válida de mujeres urbanas, clase media alta, ha planteado con más fuerza el discurso feminista, lo cual les habría impostado la voz. Entonces, es obvio hacer la crítica de no hablar por las otras mujeres, porque ninguna puede expresarse por el resto, porque hay diferentes experiencias de vida y formas distintas de mirar la lucha. En ese sentido, también es importante poner en la mesa de la discusión, la diferencia. Pero, hay que tener un cuidado especial porque muchas veces se habla -y es una realidad- de que las experiencias emancipatorias de muchas mujeres, tienen que ver con la delegación del trabajo doméstico a otras. En sociedades como la nuestra, donde no se ha superado esa condición colonial, esas mujeres que se quedan cuidando los hijos de otras, para que éstas trabajen o estudien, son mujeres indígenas. Son temas que hay que plantearlos, no como asuntos de las mujeres, sino como un problema de la sociedad, porque de no hacerlo, resulta que el cuidado y la responsabilidad por lo hijos es solamente de las madres. Porque mientras unas están estudiando para ser subordinadas en espacios laborales, para ser subordinadas en espacios de toma de decisiones y otras están cuidando sus hijos, hay hombres que están trabajando, están decidiendo, están haciendo lo que quieren con el mundo. 74

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Generalmente, eso no se pone en cuestión. Simplemente se dice que es un problema entre la trabajadora del hogar y la mujer que la contrata. Cuando en esa familia también hay un hombre que no hace absolutamente nada. Entonces, es importante problematizar la diferencia de manera compleja. Finalmente, la pregunta que hacía Cecilia. Veo que es importante que se haya incorporado el tema de la despatriarcalización, como una veta más para seguir profundizando en este tema. Sobre todo, es una posibilidad que nos permite abordar el problema como algo estructural. Ahora, obviamente tener una unidad de despatriarcalización, dentro de un Estado patriarcal que no cuestiona estas estructuras, es una limitación fundamental. Por ejemplo, el otro día me tocó viajar con una compañera de esa unidad y recién le entendí a ella, de donde venía esto de los matrimonios colectivos, porque ella lo plantea desde su experiencia de vida. Pero al técnico, que lo escuché en varios lugares y es el que tiene la voz más fuerte en ese viceministerio, no lo comprendí. En ese sentido, falta un diálogo, para ver todo lo que ha sido la crítica a la familia nuclear y al matrimonio, como uno de los mecanismos principales de reproducción del sistema patriarcal. Entonces, no sólo hay el riesgo de que se instrumentalice la despatriarcalización, sino también el vivir bien en general. Existe una tendencia a que este concepto sea un discurso de legitimación de políticas y nada más. Hay varios temas que están siendo instrumentalizados en su capacidad emancipatoria discursiva, pero que no son asumidos en la práctica, ni ocupan lugares centrales en el Estado (como ha sucedido con el tema de género). Esta unidad no tiene apoyo económico, tampoco está situada en

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un lugar donde pueda efectuar cambios trascendentales, pero el hecho de que esté articulada a la descolonización, me parece por lo menos, algo interesante. Rafael Bautista Cuando la comandante Esther Ramona estaba en el Zócalo de México y a la pregunta de ¿qué es lo que nos hace seres humanos? ella decía la dignidad. Pero la dignidad no es solamente patrimonio de quienes resuelven sus condiciones de vida, sino de quienes no las tienen resueltas. Por eso está bien la observación que hacía Dunia. La subjetividad no es de uno solo, sino es intersubjetiva. No hay sujeto solitario, sólo se es sujeto en relación a otro, que concebimos con dignidad, con derechos anteriores inclusive a los nuestros. Es por eso que sólo se es sujeto en la capacidad de indignación, cuando esas condiciones de vida no están resueltas en los demás. Se puede decir que este Gobierno ha perdido la brújula de la descolonización cuando la ha botado a un viceministerio, lo que debía haber sido un ministerio ideológico de descolonización, transversal a todas instancias, el cual reorganice no solamente la normativa, sino la forma de la operativización al interior, realizando un desmontaje institucional de la inercia moderno colonial que todavía se está reproduciendo. Otra cosa, la familia y el chacha warmi como modelos. No se puede confundir niveles de análisis. Chacha warmi es un modelo ideal. ¿Cómo aparecen los modelos ideales? Toda cultura nace a partir de mitos fundacionales, por reflexión de estos mitos se conciben modelos ideales que por supuesto no corresponden con la vida diaria, etc. Esos modelos 76

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sirven como ideas regulativas para discernir qué estamos haciendo en la práctica concreta y real. La confusión de niveles de análisis quiere decir que cuando no encontramos esto en la realidad, decimos no existe, por supuesto que no existe, además porque el mundo rural está atravesado por relaciones de dominación, pues la modernidad se expande ya no solamente en el ámbito de la ciudad, sino también al campo. Entonces, hay que diferenciar, son niveles de análisis muy distintos. Entender en qué consiste el modelo ideal que se desprende de la cosmovisión andina, significa comprender la estructura de racionalidad que propone y promueve, con la cual podemos juzgar las prácticas machistas que se encuentran en el campo. Pero si pretendemos juzgar eso desde afuera, nos ponemos en la situación del ojo de Dios, el que pretende juzgar todo sin ser juzgado. Por eso es fundamental el situarse, para juzgar esto del chacha Warmi, tenemos que comprender en qué consiste el modelo ideal y saber porque se presentan las relaciones de dominación que han pervertido todo este tipo de modelos que se desprenden de esta forma de vida y de esta cosmovisión. Lo último, los conceptos no son definiciones acabadas ni dadas, cuando un pensador se presenta no es cocinero, no da recetas. Incluso, una vez un chef decía, el secreto de la receta está en no seguirla. Lo que mejor podemos hacer para romper este esquema de experto - no experto, es mostrar y brindar la posibilidad de que la construcción del concepto la produzcan ustedes. ¿Qué es el concepto? En el concepto se halla comprimida la experiencia de la constitución de nosotros en tanto sujetos. Esa experiencia llamamos definición. Pero las definiciones nunca se acaban, porque siempre estamos en proceso de ser más, de producir más realidad, más horizonte. 77

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Lo que me restaría, es decir un cuento. En la época medieval había un rey que se enteró que un sabio leía el lenguaje de todos los animales y la mente de los seres humanos. Entonces, lo hace citar a la corte y le dice ¿es cierto que tú lees el lenguaje de los animales? Si rey, responde. ¿Es cierto que lees la mente de los hombres? Si rey. Entonces, el rey pone sus manos en la espalda y dice tengo un pájaro, dime si está vivo o está muerto. Entonces, el sabio piensa y dice es una trampa porque si digo que está vivo el rey lo mata. Entonces, el rey impaciente le dice ¿cuál es la respuesta? La respuesta mi rey, está en tus manos. La respuesta está en las manos de todos ustedes.

MESAS DE TRABAJO Grupo 1 Buenas tardes, en relación a la primera pregunta de ¿cómo vivimos nuestra condición patriarcal y colonial en nuestra vida cotidiana (personal) y en nuestras relaciones sociales? Hemos analizado y hay puntos de vista diferentes que compartimos a continuación: Seguimos viviendo el patriarcado según la costumbre heredada de nuestros padres, porque así nos han enseñado nuestra madre, nuestro padre, nuestras abuelas, hemos sido educadas de ese modo. Otro un punto es la desintegración familiar. Con esto nos referimos a que a veces las mujeres queremos ser escuchadas y nos rebelamos, muchas veces terminamos en la defensoría o el SLIM. ¿Qué sucede en estos casos? El marido nos abandona, porque nos hemos enfrentado a él y se busca otra mujer. Entonces tenemos miedo, vivimos condicionadas a que si queremos hacer valer nuestros derechos, ellos nos dejan.

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Vivimos juzgadas por nuestra sociedad. ¿Qué pasa cuando abandonamos a los maridos, porque tenemos motivos serios? La sociedad nos apunta con el dedo, dicen esta mujer es mala por abandonarlo. Todo el mundo tiene pena de cómo el hombre ha quedado solo. Nosotras mismas nos criticamos, decimos: ella debería aguantarse, y cuando estamos solas con cinco o seis hijos, dicen ella es mujer va a saber salir adelante. Para cambiar esta situación debemos educarnos y cambiar las estructuras, valorarnos, tener ante todo autoestima, amarnos y con amor conseguir el cambio en nuestra familia con nuestros hijos, con nuestros maridos y con el entorno familiar en el que nos desarrollamos. No esperemos que el cambio que comience desde arriba. Nosotras desde nuestras casas tenemos que ser honestas y ser ejemplo en los cambios de actitud, así podemos pretender que nuestros hijos, maridos también lo hagan, para ir mejorando la sociedad. ¿Qué estrategias, desde los movimientos de mujeres proponemos para articular las dos luchas: la descolonización con la despatriarcalización? Debemos hacer desaparecer el patriarcado desde nuestro diario vivir. Pero en nuestra casa decimos María sírvele el desayuno a tu papá, sírvele la comida a tu hermano o cuando juzgamos a nuestras compañeras y decimos por ser mala mujer le ha pasado eso, habrá hecho algo malo. En esas actitudes seguimos viviendo el patriarcado y la colonización. Entonces, se debe lograr un cambio de actitud con la familia, los hijos, hijas y con nosotras mismas. Tener comunicación con nuestra pareja, nuestro entorno, tejiendo redes, respetando las diversidades culturales. Hemos visto que somos iguales porque queremos tener los mismos derechos, pero somos diversas porque cada una tiene diferente necesidad, entonces viendo eso, respetarnos. 79

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En cuanto al respeto recíproco y la complementariedad de los opuestos, si contraigo matrimonio exigiré el respeto de él y yo también respetaré, no se trata de cambiar la tortilla, si él se va con otra mujer, yo no me voy con otro hombre, sólo por vengarme. Con relación a construir alianzas, establecer acuerdos y proponer para ser visibilizadas, de una buena vez debemos mostrar lo que aprendemos aquí, unirnos y sacar tal vez un manifiesto de qué queremos, exigirle al Estado y a nuestro entorno familiar también. Es necesario unificar las luchas y de una vez formar ese movimiento grande de mujeres, con ideas claras y unificadas para saber qué queremos y demandamos a las autoridades. Grupo 2 Sobre la pregunta ¿Cómo vivimos nuestra condición patriarcal y colonial en nuestra vida cotidiana (personal) y en nuestras relaciones sociales? Nosotras hemos determinado que patriarcado es el dominio masculino en el ámbito familiar e institucional, además que se presenta en las relaciones del Estado (estructura de gobierno), en el sistema de control del poder del más fuerte al más débil y que no es sólo un problema de la mujer sino de la sociedad. Hemos dado esta definición para aclarar el concepto de patriarcalización y colonialización, porque hay problemas en su comprensión Luego hemos hecho un punteo de lo cotidiano: Avances en la distribución de tareas domésticas, rompiendo los roles masculino y femenino, quiere decir que ahora las mujeres no solamente estamos lavando, planchando y cocinando sino trabajando también en otras actividades. Por eso hemos delegado esas tareas tanto a los hijos como a las parejas, por la necesidad social de tener dinero, por lo que debemos 80

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apoyarnos. La incursión de la mujer en los espacios de trabajo ha crecido de manera progresiva, aunque todavía hay mujeres reproductoras de la educación con carácter patriarcal. Diferencias entre el campo y la ciudad (valle alto, valle bajo). En el valle alto la mujer decide económicamente sobre el hogar, la producción agrícola y el negocio. En el valle bajo todavía se sigue viviendo esa situación de sometimiento. Nos hemos preguntado ¿desde dónde y cómo se puede cambiar? y planteamos, desde el hogar, desde las estructuras de la educación, desde la unión de las mujeres. Sobre la segunda pregunta ¿qué estrategias desde los movimientos de mujeres proponemos para articular las dos luchas: la descolonización con la despatriarcalización? En cuanto a las estrategias se ha mencionado primero tener algo propio en lo económico e ideológico. Se refiere a que las mujeres pueden ser independientes en sus ideas y en lo monetario, para tener libertad de acción. Empoderarnos a través de conocimientos (capacitación), y trabajar el tema nuevo de la descolonización. Primero, habría que apropiarse mejor de este concepto, educándonos para luego trabajarlo, articularlo con el otro tema y luchar para superar estas desigualdades. Quizás añadir que el tema de la patriarcalización se lo conoce mejor que el de la descolonización, ya que hay muchos logros, pero todavía falta la comprensión del segundo. Luego se mencionó articular el discurso y la práctica, criticando lo que también hemos escuchado esta mañana, que hay muchas cosas buenas en el discurso pero faltan aplicarlas. Construir desde nuestras prácticas, 81

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valorándonos y cambiar nuestra mentalidad de ser inferior. Entonces, aquí se mencionaba que primero debemos tener autoestima para avanzar en nuestros objetivos. Grupo 3 Buenas tardes. En cuanto a la primera pregunta ¿cómo vivimos nuestra condición colonial y patriarcal en nuestra vida cotidiana (personal) y en nuestras relaciones sociales?, comentar que hubo mucho debate en el grupo, porque son conceptos nuevos, de los que no tenemos un conocimiento exacto, pero hemos tratado de sacar ideas de cómo se manifiestan estas prácticas –coloniales y patriarcales– en nosotros y en nuestro entorno. En el tema de cómo se manifiesta el patriarcado hemos puesto: valoración del nacimiento de un varón y la aceptación natural del patriarcado. El patriarcado y la colonialidad están casi en nuestra piel, son cosas que se reproducen desde nuestros antepasados y es algo que lo vemos sutilmente, como algo natural y sin darnos cuenta reproducimos muchas de estas prácticas. Diferencias en cuanto al acceso de la tierra de hombres y mujeres. Ése es un tema muy presente en las comunidades rurales, poníamos ejemplos de compañeras que al quedar viudas son expulsadas o no tienen acceso a la tierra. Eso no le pasa a un varón por tener más derechos. Disposición de hacer sentir inferior al otro mediante la palabra. Vemos estas prácticas como naturales, sin darnos cuenta, tenemos actitudes de humillar, de ver al otro como inferior a nosotros. Eso es parte del colonialismo. La figura del padre realzada en todas las esferas. Se ve que varias instituciones como la familia, la iglesia y otras reproducen esquemas

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patriarcales y machistas. Eso es lo que hemos visto como prácticas cotidianas del patriarcado. Con relación al colonialismo no decimos lo que pensamos y aceptamos lo del otro. Consumimos lo extranjero porque lo consideramos mejor. Se habló de cómo Todos Santos está siendo reemplazado por Halloween, Semana Santa por Pascua. Las culturas originarias colonizaron a los primeros pobladores. Tenemos complejo de inferioridad. No valoramos nuestros idiomas nativos. La segunda pregunta era ¿qué estrategias desde los movimientos de mujeres proponemos para articular las dos luchas: la descolonización y con la despatriarcalización? En eso está la conciencia individual. Ahí se dijo que no solamente se parte del presente, pues ha habido movimientos y hay que retomar y rescatar muchas de esas experiencias y también tomar en cuenta el presente. En ese sentido, se debe fortalecer las organizaciones de mujeres existentes y las que queremos que surjan en esta nueva etapa. La unidad de despatriarcalización debe tener programas educativos que nos ayuden a empezar a tomar conciencia de lo que es; para influir en políticas y leyes, como por ejemplo en las cartas orgánicas y tener estrategias de comunicación. Grupo 4 Buenas tardes, empezaremos con la primera pregunta ¿cómo vivimos nuestra condición patriarcal y colonial en nuestra vida cotidiana (personal) y en nuestras relaciones sociales?

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En nuestro medio, convivimos normalmente con el patriarcado como lo hacían nuestros antepasados. En nuestras casas, tenemos al papá como el patriarca. Las mujeres damos el almuerzo, la comida, inclusive trabajamos, el trabajo ha aumentado para nosotras y seguimos con el problema que el papá es el que manda en la familia, ellos no hacen nada, nosotros tenemos que servirlos. Pero cuando nuestros hijos se casan, y vemos que lavan un vaso decimos: cómo es posible, por qué no lava la mujer, pero no pensamos qué bien que mi hijo coopere en esas tareas, o sea, nosotras continuamos con el patriarcado que nos hace daño. Con relación a la pregunta, se ha redefinido el concepto de qué es colonialismo y patriarcalización, en n el sentido que es un sistema de valores que está en todas las estructuras de nuestra sociedad y en las diferentes instituciones sociales. En la familia es donde se reproduce el sistema patriarcal y donde se aprenden una serie de actitudes y hábitos. También se ha mencionado que esto tiene que ver con el nivel cultural y que la educación puede dar pautas para un cambio de actitud. El sistema patriarcal institucionaliza la violencia. Los niños aprenden a agredir a partir del entorno de la familia, y esas actitudes llevan al trabajo y a la sociedad en general. En cuanto a la segunda pregunta ¿qué estrategias proponemos desde los movimientos de mujeres para articular las dos luchas: la descolonización con la despatriarcalización? En resumen se ha propuesto un modelo nuevo de familia, con principios y valores como la igualdad de oportunidades de la mujer. El principio 84

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de consulta para la toma de decisiones dentro de la estructura familiar. También, se han dado algunas ideas como crear un movimiento social bien informado y sensibilizado. Además de cambiar las estructuras patriarcales de las organizaciones políticas y sociales que tienen una estructura vertical. También se sugirió: Publicitar campañas para el cambio de hábitos de conducta del hombre con relación a los quehaceres domésticos, realizar seminarios, talleres y series radiales. Buscar la posibilidad de incidir en las políticas públicas. Grupo 5 La primera pregunta ¿cómo vivimos nuestra condición patriarcal y colonial en nuestra vida cotidiana y en nuestras relaciones sociales? Hemos dado la siguiente respuesta: Desde la división de roles en todos espacios, desde la imposición “unos” sobre “otras”, a través de la subordinación. El patriarcado es algo que está en nuestras vidas y en todo. El Gobierno no nos da la oportunidad como mujeres de tener sitios con voz propia en el parlamento, siempre estamos como suplentes, nos prestamos a ser suplentes, no tenemos la palabra y al final nos hacen callar. Eso es patriarcado. Nosotras como madres, como abuelas somos machistas. Como suegras jamás defendemos a la yerna o como cuñadas jamás las defendemos a ellas, siempre defendemos al varón. Entonces, quienes tienen la culpa en parte del patriarcado, somos nosotras mismas. Les voy a contar algo, cuando me quejé a mi suegra de algo que hizo mi esposo, ella dijo no importa hijita déjale nomás, tú eres la catedral y ellas son las capillitas. Entonces, ¿quiénes somos las que estamos socapando a 85

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los varones? Las nuevas generaciones ya empiezan a desestructurar este patriarcado. En cuanto a la segunda pregunta ¿Qué estrategias proponemos desde los movimientos de mujeres para articular las dos luchas: la descolonización con la despatriarcalización? El grupo se ha basado más en la lucha personal, es decir, enfocarse más en cambiar nuestra mentalidad. Plantear el diálogo y aprender unas de otras. También cambiar patrones y profundizar la reflexión desde lo personal y cómo se lo traduce en la práctica. Al hacer estas dos propuestas que nos parecen fundamentales, también ha surgido un cuestionamiento y se lo lanzamos también a ustedes y es si tenemos que buscar un objetivo común.

Conclusiones - Cecilia Estrada P. Parece que queda claro que estamos frente a conceptos y categorías en construcción y que hay que trabajar todavía más sobre ellas y apropiarnos de su alcance. Sin embargo, una idea planteada con claridad en las exposiciones, es que estas categorías orientan las luchas tanto de los pueblos indígenas como de las mujeres. Por tanto, un reto inmediato en el contexto político boliviano, es articular estas luchas. Ello supone trabajar de forma simultánea para desmontar el patriarcado y la colonialidad, en tanto matrices estructurales de desigualdad y subordinación, que se expresan de múltiples y complejas maneras También se ha planteado en las exposiciones y en varios de los grupos la necesidad de trabajar a nivel personal, en cambios en nuestra mentalidad, porque lo que pensamos orienta lo que hacemos. Entonces es fundamental ir modificando ciertos modelos mentales, creencias, prejuicios que están arraigados, para que actuemos en coherencia y siendo consecuentes con 86

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los principios que nuestro discurso expresa. Ello supone se autocríticas con nuestras acciones cotidianas y en nuestras relaciones personales y familiares, para evitar reproducir actitudes machistas o racistas. Por otro lado, hay también una apuesta y un trabajo a nivel social, es decir, trabajar para que nuestros temas, reivindicaciones, demandas como mujeres, sean parte de una agenda política mayor, de una lucha emancipatoria global, en diálogo y alianza con otros actores sociales y políticos. En ese sentido, las expositoras han sido muy claras sobre cuestionar la idea de que las luchas de las mujeres son sólo nuestras. Es cierto que somos las mujeres las que las llevamos adelante, puesto que no veo al Presidente ni al Vicepresidente ni a dirigentes de la oposición, enarbolando reivindicaciones de las mujeres, pero habrá que desplegar estrategias para que nuestros temas, sean parte de la agenda política. Si se habla de una nueva sociedad y de un proceso de cambio ahí debieran estar estos temas. Parece importante también que superemos un doble riesgo. Por un lado, la ingenuidad de creer que por el hecho de ser mujeres, todas somos iguales y eso no es verdad. No solamente somos diferentes en relación a aspectos de identidad cultural, social, en forma la de vestirnos, sino también existen entre nosotras marcadas desigualdades. Hay compañeras que han accedido sólo hasta primaria, otras hemos terminado la universidad. Hay compañeras que no tienen trabajo, que enfrenta una situación económica muy difícil y precaria, que tienen que lidiar el día a día de la sobrevivencia. Esas y otras desigualdades hay que ponerlas sobre la mesa, debatirlas, no ignorarlas. Pero también hay que evitar el otro riesgo, es decir, como hay tantas diferencias y desigualdades que no podemos ponernos de acuerdo y establecer alianzas entre nosotras. Tampoco es verdad, si podemos, pero bajo premisas políticas

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claras. Quienes estamos conscientes que el cambio es estructural y que supone cuestionar estructuras de distribución de la riqueza, de dominación colonial y racismo, estructuras de patriarcado, le estamos apostando a un proyecto político más progresista, más cerca de la izquierda que de la derecha, -aunque siempre es bueno recordar, que en la izquierda también hay ideas y conductas machistas y patriarcales-, y queremos transformaciones sociales, políticas y económicas mayores. Otras compañeras no están en eso, demandan avances muy concretos, más mujeres en el parlamento, más leyes que acorten las brecas de género, pero nada más, no le apuestan a cambios de carácter más estructural. Por tanto, estamos frente a un debate político necesario, pero además democrático, que no invalida trabajar de manera conjunta en torno a temas concretos y puntuales y seremos aliadas más circunstanciales. Entre otras expresiones del movimiento de mujeres, podremos establecer alianzas a más largo plazo. Igualmente clave es estar alertas ante la posible despolitización de estos conceptos. De tanto hablar de despatriarcalización, de descolonización y del vivir bien, sin dotarle de contenido político, éstos terminan siendo un discurso hueco, que no dice mucho. Entonces, se debe hacer un esfuerzo para que eso no sea meramente discursivo, sino que cambie la realidad cotidiana, las estructuras de dominación y desigualdad, las instituciones y políticas públicas. etc. Otro tema muy importante, planteado también por un grupo, es asumir el desafío de avanzar en la construcción de un movimiento plural de mujeres, reconociendo desigualdades, tensiones y diferencias bajo ciertas premisas políticas claves. Una de ellas es superar la lógica de pensar sólo para nosotras, sino cómo nos imaginamos el mundo entero, para no legislar sólo para las mujeres. Si se trata la ley marco de autonomías, mirémosla entera, 88

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no solo peleemos por algunos artículos, a los que a duras penas logramos incorporar los principios de equidad de género e igualdad de oportunidades. Por ejemplo, un concepto tan rico políticamente como el de autonomía, no hemos podido proyectarlo de mejor manera vinculándolo al significado y contenidos de la lucha de las mujeres por la autonomía de nuestros cuerpos, la autonomía económica, todas las autonomías que hacen al ejercicio de nuestros derechos. Se trata, sin duda, de un reto importante. Para finalizar, un par de apuntes más, es imprescindible abrir un diálogo inter generacional en el amplio paraguas que nos brinda el feminismo como apuesta emancipatoria. Es necesario alimentar nuestras visiones con miradas de jóvenes que plantean cosas interesantes y desafiantes, para ir cuestionándonos y enriqueciéndonos en este diálogo de ida y vuelta. Asumir esto es clave y ello implica, por ejemplo, el pensar nuevas metodologías que superen la dicotomía entre quienes hablan como expertas/os y quienes escuchan. ¿Cómo hacemos para trabajar en función de otras dinámicas? Porque es realmente agotador estar sentadas desde las nueve de la mañana hasta ahora, escuchando y teniendo poco espacio para hablar. Entonces, cómo generamos conocimientos, reflexión, análisis de la realidad desde lo que sabemos todas y todos, porque tenemos opinión sobre lo que nos rodea. Por supuesto que la teoría es útil y necesaria, y válido el papel facilitador que juegan expositoras y expositores, pero en términos de orientaciones generales. El grueso del debate, del análisis debiera desarrollárselo en espacios más pequeños, de mayor intercambio y participación. Muchas gracias a todas las compañeras que se quedaron hasta el final, de esta larga pero interesante jornada de reflexión y análisis.

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Participantes del Seminario Taller

1. Adela Moncada 2. Adriana Salamanca 3. Alberta Gutiérrez 4. Albina Ledezma 5. Alcira Villalba 6. Alessandra Bellini 7. Altagracia Coca 8. Ana María Ballesteros 9. Ana María Bravo 10. Anabel Hinojosa 11. Analía Romero 12. Angélica Espinoza 13. Angélica María Vaca Diez 14. Ascencia Pozo 15. Asteria Chamani 16. Balbina Magne 17. Beatriz Ávila 18. Benjamín Schilling 19. Blanca Mercado 20. Blanca Montaño 21. Carla Terán Soliz 22. Carlos Crespo 23. Carlos Pinto 24. Carlos Vásquez 25. Carmen Landívar 26. Carmen Poma 27. Carmen Zabalaga 28. Cecilia Estrada Ponce 29. Cecilia Peñaranda del Carpio 30. Celia Ramos de Bellot 31. Cesy Paola Arnez Flores 32. Cinda Pérez Pinto 33. Claudia Arce 34. Consuelo Grigoriu 35. Corina Poppe 36. Cristina Terceros

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37. Cristóbal Sisco 38. Daniel Aguilar 39. Danitza Ortíz García 40. Delfa Claros 41. Demetria Mayorga 42. Dionicia Encinas 43. Doris Saldias 44. Dunia Mokrani 45. Eddy Soria 46. Edwin Claros 47. Elizabeth Castellón 48. Elizabeth Olguín 49. Eloína Vargas 50. Elsa Carvajal 51. Elsa Garnica 52. Elva Cardona 53. Elvira Chávez 54. Ema Bellido 55. Emiliana Reyes 56. Emma Pérez 57. Enriqueta De La Vía 58. Ercilia Durán 59. Ercilia Gonzáles 60. Erika Jiménez 61. Estefanía Orozco 62. Estela Apala 63. Estela Ramírez Rodríguez 64. Esther Rocha 65. Eunis Rivas 66. Eusebia Guarachi 67. Evelyn Flores 68. Felicidad Bilbao 69. Felipa Ticona Alegre 70. Fidelia Iriarte 71. Filomena Galarza 72. Flavia Butrón

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73. Flora Mamani 74. Gabriela Condori 75. Genoveva Ballester 76. Geny Saavedra 77. Giogio Terrazas Flores 78. Gladys Gutiérrez 79. Gloria Patscheider 80. Helga Cautín Ayala 81. Hilda Ayala 82. Hilda Sandy 83. Isabel Jamochi 84. Isaura Medrano 85. Jackeline de Seifert 86. Jeannette Gómez 87. Jeronima Escobar 88. Jesús Mendoza 89. Jimena Barrios 90. Jorge Nuñez Miranda 91. José Fabían Villarroel 92. José IIlanes 93. José Martín Tala 94. Jovana Mendoza 95. Juan Carlos Arévalo 96. Karina Amador 97. Leonor Patscheider 98. Lia Alicia Guevara 99. Lidia Camacho 100. Ligia Mercado 101. Lilia Saravia 102. Lilibeth Villazón 103. Lina Concha 104. Lionel Grágeda 105. Liz Montaño 106. Liz Virreyra 107. Lorena Yañez 108. Lucila Condori 109. Luis Fernando Zamora 110. Luisa Mery Paravicini

111. Mabel García 112. Marcelo Becerra 113. Margarita López 114. María Villarroel 115. María Antonieta Lamett 116. María Antonieta Taborga 117. María Betsabé Merma 118. María Constanza Cuellar 119. María Cristina Alarcón 120. María E. Córdova 121. María Elena Maldonado 122. María Eugenia Blancourt 123. María Lourdes Rocha 124. María Lourdes Zabala 125. María Luisa Alavi 126. María Luisa Iturri 127. María Luisa Salinas 128. María Luz Brañez 129. María Luz Guardia 130. Marianela Alvis 131. Marianela Romero 132. Martha Arébalo 133. Martha Cordero Chacón 134. Martha Peñafiel 135. Martha Vargas 136. Martha Zenteno 137. Mary Carreño 138. Mathilde Defferad 139. Matilde M. de Terceros 140. Melina Argote 141. Mirela Armand Ugon 142. Miriam Gamarra 143. Miriam Iporre 144. Mirian Rojas 145. Mirtha Viracochea 146. Nancy Aneiba 147. Nancy Arispe 148. Nancy Pérez 91

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149. Natividad Vda. San Millán 150. Nelba Fuertes Sánchez 151. Nelly de Altamirano 152. Nelly Ponce 153. Nelly Quispe 154. Ninfa Condori 155. Noemí Rodríguez Quiroz 156. Noemy Brañez 157. Nora Capriles 158. Nora Fernández 159. Norma Mejía 160. Olga Mamani 161. Paola Mercado 162. Pascuala Sousa 163. Patricia Chávez 164. Patricia Muñoz Claros 165. Patricia Quiñones 166. Rafaél Bautista 167. Raquel Escobar 168. Raquel Melgar 169. Rosa de Rojas 170. Rosa María Zeballos 171. Rosario Velásquez 172. Rosmery Céspedes 173. Rosse Mary Zurita 174. Sandy Domínguez 175. Sara García 176. Serafina Ballesteros 177. Silvia Chávez

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178. Silvia Vargas 179. Silvia Vega 180. Sonia Dávila 181. Sonnia Mansilla 182. Susy Eugenia Tito 183. Sylvia Tejada 184. Tania Ponce 185. Tania Sánchez 186. Tatiana Collazos 187. Teodoro Figueroa Viraca 188. Teresa Polo 189. Vacilia Barrios 190. Verónica Torres 191. Victoria Foronda 192. Vilma Mérida Bolaños 193. Virginia Cabero 194. Virginia De La Vía 195. Virginia Quezada 196. Walter Meza 197. Wendy Ivon Tusco Ticona 198. Wendy Veizaga Rojas 199. Wilma Maldonado 200. Ximena Castillo 201. Yanina Camacho 202. Yola Churqui 203. Zarina Aruzamen 204. Zenobia Machicado 205. Zulema López