Derrida Aprender a Vivir

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JACOUES DERRIOA, uno de los fil6sofos de mayor relfvanc:ll siglo XX, fue profesor en Ia Ecole Normale Sup6rieurp y Ia des Hautes Etudes de Paris yen las universidades ~n HrmldN Yale y Cornell. Entre su vasta producci6n podemos cifarC~rtiYl et Ia difference (1967), De Ia grammatologie (1967), -de Ia philosaphie (1972), L.e monolinguisme de l'autre ( Le toucher, Jean-Luc Nancy [ 2000 ). JEAN BIRNBAUM, periodista en el diario L.e ra France Culture, donde se ocupa de temas historia polftica, es 1ambi~n el autor de Leuriewa••UII'II L'espemnce revolutionnaire aufil des genelfltiotJs

}CR~~fe Mofaf y Potruoa I Ie i' ,.,· o(-8

Aprender por fin a vi~9

Entrevista con Jean Birnbaum

Jacques Denida Amorrortu editores

Buenos Aires - Madrid

':

Esta obra se benefici6 del P.A.P. GARCfA LORCA, Programa de Publicaciones del Servicio de Cooperaci6n y de Acci6n Cultural de la Embajada de Francia en Espana y del Ministerio de Asuntos Exteriores frances.

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Colecci6n N6madas Apprendre ci vivre enfin. Entretien avec Jean Birnbaum, Jacques Derrida Editions Galilee, Parfs, 2005 Traducci6n: Nicolas Bcrsihand Supervision: Horacio Pons

Indice general

CO 1bdos los derechos de la edicion en castcllano reservados por Amorrortu editores Espaiia S.L., C/San Andres, 28- 28004 Madrid. Amorrortu editores SA, Paraguay 1225, T' piso- C1057AAS Buenos Aires www.amorrortueditorcs.com

La reproducci6n total o parcial de este libro en forma identica o mo-

dificada por cualquier medio mecanico, electr6nico o informatica, incluyendo fotocopia, grabacion, digitalizaci6n o cualquier sistema de almacenamiento y recuperaci6n de informacion, no autorizada por los editores, viola derechos reservados. Queda hecho el dep6sito que previene la ley n° 11.723 Industria argentina. Made in Argentina ISBN-10: 84-610-9001-2 ISBN-13: 978-84-610-9001-3 ISBN 2-7186-0679-7, Paris, edici6n original

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Llevar el duelo. Derrida como un nino

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Entrevista

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Obras de Jacques Derrida En Editions Galilee

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En otras editoriales

Derrida, Jacques Aprender por fin a vivir. - 1• ed. - Buenos Aires : Amorrortu, 2006. 64 p. ; 20x12 em. - (Colecci6n N6madas) Traducci6n de: Nicolas Bersihand ISBN 84-610-9001-2 1. Filosofia I. Bersihand, Nicolas, trad. II. Titulo COD 100

Impreso en los Talleres Grafi.cos Color Efe, Paso 192, Avellaneda, provincia de Buenos Aires, en agosto de 2006.

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Tirada de esta edici6n: 2.000 ejemplares.

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Llevar el duelo

Derrida como un niiio

Se trata nada menos que de cierto final. Apresuremonos a empezar por el. El19 de agosto de 2004, Le Monde publicaba una entrevista a Jacques Derrida. En ese texto, aparecido bajo el titulo {>, murmura el narrador de este extrafto Kaddish. Habria mucho para decir acerca de los momentos en los cuales la escritura de Kertesz parece habitada y hasta literalmente ventrilocuada por los espiritus (pues hay mas de uno) de Derrida. Contentemonos con seiialar la dohie incertidumbre, Ia doble aporia en que se debate el autor hlingaro: resulta imposible, desde la infancia, saber que es «ser judio» --esto, con respecto al trastorno originario de la identidad-, e impostble tambien adquirir, en el sentido propio de la palabra, un «saber vivir» cualquiera. No hay manera de aprender a vi vir,

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Derrida sucumbia ala enfermedad. Quienes lo habian leido y querido y se disponian a seguir junto a el, por mucho tiempo y siempre en el presente, debieron reunir fuerzas. En el instante en que caia el tel6n, uno sentia, casi por instinto, que mas valia no moverse: permanecer ahi, a su lado, en aquella inexorable escena del duelo desde la cual debia enunciarse un «Saludo» a Jacques Derrida. No abandonar la escena, pues. Yaqui, si se me perdona este aparente rodeo, quisiera mencionar a Imre Kertesz y agradecer tambien a todo el equipo del Theatre Ouvert, de Paris, don de se teatraliz6 y represent6 su Kaddish por el hijo no nacido. 1 En efecto, despues de haher leido la entrevista enLe Monde, el director de este Centre Dramatique National de Creation, Lucien Attoun, me invit6, a fines de agos1

ENTREVJSTA CON JEAN BIRNBAUM

JACQUES DERRIDA

segt1n la expresi6n que Kertesz utiliza mas de una vez, siempre en bastardillas, para describir la soledad absoluta de su personaje, un ex deportado convertido en escritor y pronto abandonado por su mujer: «Ella repiti6 mas de una vez que yo le ensenaba a vivir», recuerda con dolor el narrador de este Kaddish donde se habla en cada pagina de la vanidad de esa esperanza. Hasta aqui, el final. Volvamos ahora al principio. Algunos meses antes de este «golpe de efecto teatral», acudf ala casa de Jacques Derrida. Era en la primavera de 2004; la terrible enfermedad ya estaba presente, pero la hora del Kaddish parecfa lejana. Al menos, nadie podia realmente imaginarlo. Despues de muchas vacilaciones, en el momento de iniciar el dialogo, de hacer una primera pregunta, fueron mas o menos las mismas palabras, las mismas bastardillas, las que se impusieron: «Alguien, usted o yo, da un paso adelante y dice: Quisiera aprender por fin a vivin>. 2 'lbdo em-

pez6 con esto, todo se mantiene aqui en reserva, en esta formula enigmatica que dio ala entrevista su impulso, su punto de arranque. De entrada, se puso de manifiesto que el propio fil6sofo queria conferir a sus respuestas una carga testamentaria. Redescubrirlas hoy, a la luz del Kaddish, es enfrentarse a la afirmaci6n y ala esperanza que en elias se despliegan, sea cual fuere el costo, linea tras linea: la lucida afirmaci6n de la muerte que viene, siempre presente, imposible de anticipar; la esperanza en una fidelidad mantenida -huella entregada, promesa confinnada-. Donde reaparece el tema de la transmisi6n, esta >) algo que, po r o demas, no estaba acostumbrado a recil >il Se espera con ello que vuelva a nacer, deteJ :"Dinado de otro modo; por ejemplo, estos injet ~ sin confusion de lo poetico con lo filos6fic O:o algunas maneras de utilizar homonimi .a, lo indecidible, las astucias de la lengua, qu .e nuchos leen confusamente, ignorando su ne. C:f:;idad propiamente l6gica. Cada libro es un .apedagogia destinada a formar a su lector. La tSproducciones en masa que inundan la pn ~rsa y la edici6n no forman a los lectores: supol nn, de manera fantasmatica y primaria, un lee :t•r ya programado. De modo que termina n~nfigurando a ese destinatario mediocre qu e1abian p~tulado por anticipado. Ahora hie mpor deseo de fidelidad, como usted dice, a la 1hera de dejar una huella, lo Unico que puedo

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var todas estas cosas que, infinitamente mas grandes y poderosas que uno mismo, forman parte, sin embargo, de este pequefio de mi y sea imposible reapropiarmela, vivo mi muerte en la escritura.

Prueba suprema: uno se expropia sin saber verdaderamente a quien se confia lo que deja. 6Quien nos heredara, y c6mo? ;,Habra acaso herederos? Es una pregunta que hoy nos podemos plantear mas que nunca. Y no deja de ocuparme. El tiempo de nuestra tecnocultura ha cambiado radicalmente en este aspecto. La gente de mi «generaci6n», y a fortiori de las anteriores, estaba acostumbrada a cierto ritmo hist6rico: creia saber que tal obra podia o no sobrevivir, en funci6n de sus cualidades, durante uno, dos o, como Plat6n, hasta veinticinco siglos. Desaparecer, y luego renacer. Pero hoy, la aceleraci6n de las modalidades de archivo, pero tambien el desgaste y la destrucci6n, transforman la estructura y la temporalidad, la duraci6n de la herencia. Para el pensamiento, la cuesti6n de la supervivencia toma en lo sucesivo formas absolutamente imprevisibles. En cuanto a esto, a mi edad, estoy preparado para las hip6tesis mas contradictorias: tengo si.multaneamente, le ruego que me crea, la doble sensaci6n de que, DQr un lado, para decirlo con una • sonrisa y sin modestia, aUn. no han empezado a leerme, que si hay, por supuesto, muchos muy

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E NTREVISTA CON J EAN BIRNBAUM

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ca que «tengo» ami disposici6n (iY aun asi!). La experiencia de la lengua, claro esta, es vital. Y por tanto mortal, no hay nada original en ello. Las contingencias han hecho de mf un judio frances de Argelia, de la generaci6n nacida an-

tes de la «guerra de la independencia»: son muchas singularidades, incluso para los judios, y aun para los judios de Argelia. Yo participe en una transformaci6n extraordinaria del judaismo frances de Argelia: mis bisabuelos estaban todavfa muy cercanos a los arabes por su idioma, sus costumbres, etc. Tras el decreto Cremieux (1870), a finales del siglo XIX, la generaci6n siguiente se aburgues6: aunque se habia casado casi clandestinamente en el traspatio de un ayuntamiento deArgel a causa de los pogromos (en pleno caso Dreyfus), mi abuela ya educaba a sus hijas como burguesas parisinas (buenas maneras del distrito 16, lecciones de piano, etc.). Luego vino la generaci6n de mis padres: pocos intelectuales, comerciantes sobre todo, modestos o no, algunos de ellos ya explotaban una situaci6n colonial como representantes exclusivos de grandes marcas metropolitanas; con un pequefto despacho de diez metros cuadrados y sin secretaria, uno podia representar -simplifico un poco- a todo el >.

J.D.: Dos observaciones: en efecto, me cuesta decir «nosotros», pero aun asi lo digo. A pesar de todos los problemas que me torturan a este respecto, empezando por la desastrosa y suici36

da politica de Israel y de cierto sionismo (ya que hubo desde el principio mas de uno, e Israel no representa, a mis ojos, el judaismo, como tampoco la diaspora mundial y ni siquiera el sionismo mundial u originario, que fue mUltiple y contradictorio; por otra parte, existen tambien fundamentalistas cristianos que se proclaman autenticos sionistas en Estados Unidos: su poder de lobby ante la administraci6n Bush cuenta mas que la comunidad judia norteamericana, por no hablar de la saudita ' en la orientaci6n conjunta de la politica norteamericano-israeli), y bien, a pesar de todo esto Yde otros muchos problemas que tengo con mi , en La religion, Le Seuil, 1996; publicado aparte, seguido de ccLe siecle et le pardon», Le Seuil, 2000. «Lignees», en Mille e tre, cinq, con M. Henich, William Blake & Co, 1996. Erradid, con Wanda Mihuleac, Galerie La Rune Brenner, 199,. «La norme doit manquer» (y otras contribuciones), en Le genome et son double, Hermes, 1996. «Un temoignage donne. . ·''• en Questions aujuda'isme.

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Entretiens avec Elisabeth Weber, Desclee de Brouwer, 1996. Il gusto del segreto, con Maurizio Ferraris, Laterza, 1997. De l'hospitalite, Calmann-Levy, 1997. Le droit a la philosophie du point de vue eosmopolitique, Unesco-Verdier, 1997. «Manquements - du droit Ala justice (Mais que manque-t-il done aux sans-papiers?)», en Marx en jeu, Descartes et Cie., 1997. La contre-allee, con Catherine Malabou, La Quinzaine litteraire-Louis Vuitton, 1999. «Une certaine possibilite impossible», en Dire l'evenement, est-cepossibk?, con G. Soussanay A Nouss, L 'Hannattan, 2001. «La veilleuse», prefacio a James Joyce ou l'ecriture matricide, de J. Trilling, Circe, 2001. «La forme et la fa~on», prefacio a Racisme et antisemitisme, de A David, Ellipses, 2001. Atlan grand format («De la couleur A la lettre)) ), Gallimard, 2001.

Sobre Jacques Derrida Magazine litteraire, no 430, especial sobre Jacques Derrida, abril de 2004. Europe, no 901, especial sabre Jacques Derrida, mayo de 2004. Cahier de l'Herne Derrida, no 83, M.-L. Mallet y G. Michaud (eds.), 2004.

Colecci6n N6madas

Pierre Alfiri, Buscar una frase Alain Badiou, De un desastre oscuro. Sobre el fin de Ia verdad de Estado Jean Baudrillard, El complot del arte. Dusi6n y desilusi6n

esteticas

Jacques Derrida, Aprender por fin a vivir (Entrevista con Jean Birnbaum) Jea.n-Luc Nancy, El intruso Jea.n-Luc Nancy, La mirada del retrato Jea.n-Luc Nancy, La representaci6n prohibida Mario Perniola, Contra Ia comunicaci6n Paul Ricaur, El mal. Un desafio ala filosofia y ala teologia

Obras en preparaci6n Georges Charbonnier, Entrevistas con Claude Uvi-Strauss HiUne Cixous, La llegada ala escritura Martin Heidegger, La pobreza Jacques Ranciere, El odio a Ia democracia

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Colecci6n Mutaciones

Fraru;ois Balmes, Lo que Lacan dice del ser (1953-1960) Georges Canguilhem, Escritos sobre la medicina Gilles Deleuze, Presentaci6n de Sacher-Masoch. Lo frio y lo cruel Roberto Esposito, Communitas. Origen y destino de la comunidad Roberto Esposito, Immunitas. Protecci6n y negaci6n de Ia vida Rene Guitart, Evidencia y extraiieza. Matematica, psicoanalisis, Descartes y Freud Jean-Claude Milner, El periplo estructural. Figuras y paradigma Jean-Claude Milner, El paso filos6fico de Roland Barthes Gerard Wajcman, El objeto del siglo

Otros titulos de esta editorial

Theodor W. Adorno, Consignas Gaston Bachelard, Estudios Gaston Bachelard, La filosofia del no Georges Canguilhem, Ideologia y racionalidad en la historia de las ciencias de ]a vida Gilles Deleuze, Diferencia y repetici6n Gilbert Durand, La imaginaci6n simb6lica Mauri.zio Ferraris, Introducci6n a Derrida Lucien Goldmann, Introducci6n ala filosofia de Kant Max Horkheimer, Teorfa crftica Leszek Kolakowski, La presencia del mito Kurt Lenk, El concepto de ideologia. Comentario crftico y selecci6n sistematica de textos Anne Sauvagnargues, Deleuze. Del animal al arte Charles Taylor, La libertad de los modernos Fraru;ois Zourabichvili, Deleuze. Una filosofia del acontecimiento

Obra en preparaci6n Roberto Esposito, Bfos. Biopolitica y fllosofia

Obras en preparaci6n Georges Canguilhem, Estudios de historia y de filosofia de las ciencias Leo Strauss, El renacimiento del racionalismo politico clasico