De La Amistad en El Renacimiento

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FILOSOFÍA Trabajo Práctico 3: De la Amistad en el Renacimiento Profesores:  Luis Capelari  Dante Klocker  Gerardo Medina  Teresita Prat Alumna: Sofía Storani Entrega: 18-6-2012

De la Amistad en el Renacimiento

Introducción Con este Trabajo Práctico nos proponemos indagar sobre la cuestión de la amistad durante la época del Renacimiento a partir de los ensayos de Miguel de la Montaigne, teniendo en cuenta su contexto social y cultural para relacionarla con las concepciones ya estudiadas: el Eros platónico, la Philía de Aristóteles y el Ágape cristiano, explicado por Agustín de Hipona.

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De la Amistad en el Renacimiento

Desarrollo de las consignas 1. Todos los filósofos nombrados por Miguel de la Montaigne en su ensayo “Sobre la amistad” pertenecen a la época antigua, clásica; anterior a la Edad Media. Esta es una tendencia del Renacimiento, época durante la cual se intentó realzar los conocimientos antiguos rescatándolos de la época considerada oscura. Edad Antigua o Clásica

       

S. X d.c | Edad Media

S. XV d.c. | Renacimiento

Aristipo (435 a. C. - 350 a. C.) Platón (Academia) (428 a. C./427 a. C. – 347 a. C.) Diógenes (412 a. C.- 323 a. C.) Aristóteles (384 a. C. – 322 a. C.) Menandro (342 a.C.- 292 a.C.) Cicerón (106 a. C. - 43 a. C.) Virgilio (70 a. C. –19 a. C) Plutarco (46 - 120 dC)

Aristipo Diógenes Menandro Virgilio Plutarco ___|_____|_____|________|_______|_______|________|____________________|_ | | | Platón Aristóteles Cicerón 2. Miguel de la Montaigne, en su ensayo “Sobre la amistad” nombra a Aristóteles en tres ocasiones. En la primera dice que según este filósofo, los buenos legisladores han cuidado más de la amistad que de la justicia. En la segunda, cita una frase suya: “¡Oh amigos míos, no hay ningún a amigo!” haciendo referencia a las amistades no verdaderas, que son una especie de comercio en el que se da una cosa a cambio de otra. La tercera mención que hace del filósofo antiguo es muy cercana a la segunda y es una paráfrasis : “Siendo todo común entre los amigos: voluntades, pensamiento, juicios, bienes, mujeres, hijos, honor y vida; ni siendo su voluntad sino una sola alma en distintos cuerpos, según la definición exacta de Aristóteles, nada pueden prestarse ni tampoco darse.” (Montaigne, 1968:140)

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3. Relaciones Aspectos Igualdad Posibilidad de Comunicación Influencia de cosas ajenas a la amistad misma Libre elección Constancia Relación deseodisfrute Existencia de negocio o intercambio

Amistad Verdadera Sí Sí

Relación Natural Padres a hijos No

Relación Amorosa

Hermanos Si

No



No la suficiente

No

Si

Si

Sí Sí Directamente proporcional

No Sí

Si No Inversamente Proporcional

No



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4. De la Montaigne sugiere que en el amor griego la belleza corporal era una imagen falsa y de carácter accidental o secundario. No estoy de acuerdo con esta concepción, ya que en el discurso de Sócrates-Diotima, la belleza del cuerpo era un escalón hacia el conocimiento de la belleza en sí, es decir, un medio necesario y por lo tanto una pieza importante en el Eros. Sí coincido con su idea de que el amor platónico terminaba en la amistad verdadera de la que él mismo habla (aunque Platón no lo hubiera expresado ni concebido así), ya que con el conocimiento de la belleza en sí le daba a la relación amorosa las características de esta amistad tal como la define Montaigne. 5. Estas características referidas en el punto anterior son las visibles en la relación de Montaigne con Esteban de la Boëtie. En primer lugar, en esta amistad verdadera, no había nada ajeno a la amistad misma que afectara a la relación, como ser bienes, riquezas, honores o intereses. Por otro lado, esta amistad se alimenta por la comunicación, lo que supone igualdad, ya que esta es la que hace posible la comunicación más fluida, libre y constructiva entre dos personas. De este modo, se diferencia de la relación entre padres e hijos, que está fundada en el respeto y en la cual no se hace posible la comunicación de una manera tan perfecta. Montaigne habla de que en la relación entre hermanos existe un amor tierno y puro, y que por esta razón se lo aplicaron La Boëtie y él; por lo tanto, la amistad verdadera implica también la ternura y la pureza. La libertad juega un papel muy importante en la amistad verdadera, ya que ésta (aunque también la relación amorosa) se funda sobre el libre albedrío de ambos amigos; es decir, que ellos se eligen, sin estar obligados por ninguna ley moral o natural. En la amistad verdadera, en contraposición a la relación amorosa, “el calor es general, igualmente distribuido por todas partes, atemperado; un calor constante y tranquilo, -UNL – Facultad de Humanidades y Ciencias

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De la Amistad en el Renacimiento todo dulzura y sin asperezas, que nada tiene de violento no de punzante” (Montaigne, 1968:136) es decir, que se trata de un amor completo y constante. Esta amistad es de naturaleza espiritual y se disfruta en la medida que se desea, alimentándose y creciendo también en esa medida. Con respecto a la referencia al amor griego, podemos decir que en la concepción de Montaigne, la amistad verdadera no incluye en modo alguno a la belleza corporal de la que habla Platón. La amistad verdadera está regida por una “fuerza inexplicable y fatal” (Montaigne, 1968: 138) de unión, más allá del propio raciocinio. Esta fuerza encuentra, dentro del pensamiento de Montaigne, su base en la divinidad, tal es así que declara: “diríase que nuestra unión fue decreto de la Providencia” (Montaigne, 1968: 138). Esta característica de la amistad verdadera como algo de alguna manera pre-establecido desata la cercanía inmediata que se experimenta en el primer encuentro de los amigos: “en nuestra entrevista primera (…) nos encontramos tan prendados, tan conocidos, tan obligados el uno del otro, que nada desde entonces nos tocó tan de cerca como nuestras personas” (Montaigne, 1968: 138) Existe en la amistad una compenetración de ‘uno en otro’, todo es común entre los amigos, por lo cual no existe en ella ningún tipo de negocio o intercambio. En relación a esto último, se dice que en la amistad verdadera se da una ‘fusión de voluntades’, que supone un conocimiento mutuo y total entre los amigos y entraña una confianza absoluta en el otro, incluso mayor a la que se experimenta sobre uno mismo. 5. Con respecto a la amistad corriente, Montaigne subraya la necesidad de hacer una diferenciación adecuada con respecto a las verdaderas; ya que en las corrientes el vínculo resulta de “un noble comercio” que es sostén de otras relaciones, es decir, que se fundan sobre la base de un intercambio. A partir de esto, Montaigne expresa que el vínculo no está enlazado de tal manera que no pueda desenlazarse, para lo cual cita una frase de Quillón con respecto al amigo corriente: “Amadle como si algún día tuvierais que aborrecerle; odiadle como si algún día tuvierais que amarle”. 6. Como se dijo en la consigna nº 2, Montaigne cita a Aristóteles al decir que tener la voluntad de los amigos es un alma en dos cuerpos. Además, dice que, mientras se pueden tener muchos amigos corrientes, se puede tener sólo un amigo verdadero. Esta amistad es indivisible, porque requiere una entrega completa al amigo, sin que quede nada por distribuir a los demás. Siendo esta la concepción de Montaigne, vemos con claridad su sentimiento de perder la mitad ante la muerte del amigo. Dice “no existe aquel con quien todo lo compartía” según la frase de Terencio que él mismo cita (Montaigne, 1968: 144), y estaba “tan acostumbrado a ser el segundo en todas partes, que se le figura no ser más ahora que la mitad.” (Montaigne, 1968: 144); porque antes, en esa fusión de voluntades todo era común y compartido entre ellos, su amistad poseía el alma entera de los dos, uniéndolas en su totalidad y creando una unión en la que ambos se completaban por encontrar en el otro características que le eran necesarias y no propias. Esta unión resulta divisible por la muerte, que separa las almas de los amigos, dejando a una sin el sostén de la otra, sin el sentimiento de complitud del que antes, en la unión, gozaba.

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Conclusión Según lo expuesto, vemos que la concepción de Miguel de la Montaigne con respecto al amor y la amistad difiere mucho más de Agustín de Hipona (más cercano en el tiempo) que de los griegos Aristóteles y Platón, ya que define a la amistad según los términos de Aristóteles y describe a la relación amorosa de una manera muy en correspondencia al Eros platónico. Podríamos ver una semejanza con Agustín en cuanto que en la amistad verdadera es tomada como un regalo, algo dado de antemano para dos personas que al conocerse se convierten inmediatamente en amigos, por una fuerza ajena a su propia razón: la Providencia. El hecho de que el pensamiento de Montaigne se acerque más a la antigüedad clásica que a las concepciones más cercanas a él en el tiempo es propio de su época, el Renacimiento, donde la idea era recuperar los conocimientos antiguos que se habían perdido durante la Edad Media.

Bibliografía  Montaigne, Miguel de (1588), “De la amistad” en Enasayos selectos Buenos Aires, El Ateneo, 1968.  Platón , Banquete, Losada, (Trad. Victoria Juliá)

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