Dario Ruben Los Raros Ruben Dario

R UBt.?-..' D~RjO LOS RAROS Tipografia .La Vasconia», Avenida de ~ayo 78I.-Buenos Aires A ANGEL ESTRADA y MIGUEL

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R UBt.?-..' D~RjO

LOS

RAROS

Tipografia .La Vasconia», Avenida de ~ayo 78I.-Buenos Aires

A

ANGEL ESTRADA y

MIGUEL Ji.SGA.LADA

Vuestl-os ridos y fieles

amig().~,

este libro. Los

RAROS

lIolllbre.~,

que-

deben aparecer en van al IImndo por

vuestro esfuet'zo: lus Itabeis ido á saca¡' del bosque espeso de La. Nación,

.Ve

habeis animado y 'nw habeis acompañado en la labOl', Ouál es esto, labor? Clla/ulo hnce algún

tiempo fundé en uniótl (l(' tWt'st,'o b,'i-

llante y a.marlo .Jaimes F'"eyre la Revista de América,-ah, desapm"ecidn en flO1"!escl"ibí lo siguiente: "Se1" el ó/"gano de la genemción nueva

que en América p,"ofesa el culto del A1"te puro y desen y busca la pel"fección ideal; ser el vínculo que haga una y (uel"te la idea americana en la UniVel"Sal c01l/lúlión m"tí.s tica; CombatÍ?" contm los fctichístns y contra los iconoclastas; Levnntar oficialmenle la bandera de la peregl"Í1tación e8tética que hoy hace con visible es(uel"ZO, la juventurl de la América Latina á los Santos Lugares del Arte y á los desconocidos Orientes del Ensueño; Mantenel~ al pt"opio tiempo que el pen-

samiento de ia imwvación, el respeto á las tmdiciones y la geml"quía de los Maestros; Trabajm" pOl' el brillo de la lengua castellana en Amél"ica, y. al par que

po~'

el teS01"O de StM riquezas antígtlas, P01" el

engmndecimiento de esas mismas l"iquezas en vocalmla¡"io, l"ít'Kktica, plasticidad y matir; Luchar porque prevalezca el amor ti la divina belleza, tan combatido hoy P01" invasoms tendencias utilitarias; Se¡-vÍ1" en el Nttevo Mundo y en la ciudad mas grande y lJráctit:a de la Amé.

l"Íca latina



la -aristocracia intelectllal

de las repúblicas de lengua esp'l/iola: esos son nuestros pl'opósitos." La esencia de ese l)1'og)'ama

1I0S

ani-

ma siempre á todos los buenos trabajadores de entollces, y á los que lIan aumelltado las filas,

ARn~:

esa es la úllica y

p¡'incipal Í1/signia. SOn/os ya algunos y estamos unidos á 1!Uestl'os

con~Jl{lñeros

de EUI'opa.

Que mte.yl,'os esfuerzos no

SOIl

'IJaIlOS,

-lo demuesh'an los aplausos de los pensadores independientes; los ataques nobles de los cont1'aI'ios que .saben y comprenden la Obra y sus principios, y el aleteo y gdtería de espanto furioso que se lJl'o,luce entre las ocas normales. En CIUluto á mf. pláceme el repetir la {!'ase de Ruisb,'oek el Admimble que Huysmana ('oloc(; n[ comienzo de su A Re-

bours y Rops, ese "I'(U'O" de [e, pintura, en une, de sus Cl'eaCWlIes,

Rubén Darío

Cal'U" dl'1 1IIo71te, 3 ti" Octu6,-e ¿el año de r806.

1

LECO.'-TE DE L1SLE

LECO.VTE DE LISLE

t

El martes 17 de Julio de 189+

Ba muedo el pontífice del Parnaso, el Vicat·w, de Hugo: las campanas de la BasUica lírica están tocando vacante. Descansa ya, pálida' y sin la sangre ele la vida, aqu,ella magestuosa cabeza de sumo-sacerdote, aquella testa coronada,-cot'onada de los más verdes laureles,-llena ,de augusta hennostwa antigua, y cuyos rasgos exigen el t'elie/,'(~ de la medall(t y la consagración olímpica del mármol. Humé/'icus fWICrales deberían ser los de Leconte de Lisie. En hoguera encendida con maderos olorosos, allá en el comzón de la isla maternal, en donde por priml'm 1'{'Z 'vió la glOl-ia del Sol, consulniríase su cuerpo .al ~'uclo de las odas (;on que un coro de poetas cantaría el Triunfo de la Lira, recitarían los rapsodas estrofail delmaestru cel/erario, y las cenizas sagl'adas guardaI·ían.~e en urI!n lnbntda por el cincel del más hábil artífice, el cual representaría á Orfeo encadenando con SttS aeul'lles ln furia de los leopardus y leune.s, ó á Melesi,qcues ce¡'cwlo de la..~ nutsas en la maravilla de tina apoteu8Í1i. ¡Homéricus fune'rales para quien rué hOlllériela, por suplo épico que pasaba por el cordaje de Slt [iI-a, 1Jo/' la sobárina expresión y el vuelo sobel'bio, pOI' In impasibilidad casi religiosa. por la magnificencia monmnental y estatuaria de su, obra, en la cual, como en la del Padre de lus poetas, pa~an á nuesh'a vi.sta portentosos desfilcs de 1lcrsonaJcs, grupus escult'llmll'S, marmóreos bajurrelieves, figu/"as qttc el/carnan lus odios, los combates, las te/Tibles iras;-homérida por ser de alm,,'

s

LOS RAROS

y sangre latinas y por haber adorado siempre el lu.~­ tre y el renombre de la Helade inmortal! Griego fué, de los g,.iego,~ tenía, como lo hizo notar muy bien GlIyau, la concepción (le una e.specie de mttndo de las formas y de las ideas que e,~ el mundo mi.~mo del arte; habiéndose colocado por una ascensión de la voluntad, sobre el mundo del sentimiento, en la región serena de la idea, y revistiendo Slt musct inconmovible el esculpido peplo cuyo más lige/'o pliegtte no pudie¡'a agitar el est¡'emecimiento de las humanas emociones, ni aiin el ain! 'lIte el Amor mismo agitase con SttS alas, "Vuestros contemporáneos, díjole Alejandro Dttmas (hijo), eran lo,~ grierJos y los hindíts," Y es, en efecto, de aquellos dos inmensos focos de donde parten los t'ayos que iluminan la obra de Leconte de Lisle, condtteiendo tmo la ¡elen bralu¿¡¡uíntca de8de el índico Ganges tuyas agua/S reflejaran lo,~ combatr,s del Ramayana, y "el otl'o ln idea griega d(~sde el annmúoso Alteo, en cuya,s lill{as se viera la de81lutlez celeste de la' vil'yen Diana, La J¡¡riia y Grecia e¡'w¡ pam Slt espíritu. tierras de pred·ilec!'Í(¡n: reconocía como la,~ dos o¡'iginales fuentes de la wúversal poesía, á Valmiki y á Homero, N(wegó á pleito viento por el oceallo inlllemo de la teogonía cé(lica, y profttndo conocedor de la alltiyiiedad griega, y heleni.sta insigne, condujo á Homero á orillas del Sena, Atraíale let aw'ora de la hUlI/anidad, la soberana sencillez de las edades primems, la grandiosa infancia de las razas, en la cual empieza el Génesis de lo que él llamara con su. vCI'bo solemne ;, la hisUwia saY'rada del pensami~¡¡to hwua/IO en su florecimiento de armonía y de luz"; la historia de la Poesía. El '//Iás griego de los m'tistas, COI/IO le llamara un Jo'!)en esteta, cantó á los bárbaros, ciertamente. COIIIO había en su reino poético, supt'imido todOr 'allheio 1M' un ideal de fé, la i¡lmel1sa alllla medireval no tenía pam él ningún {ulgm'; y calificaba la Edad .J.l.ledia COI/lO una edad de abominable barbarie. Y he aq,uí que ninguno cntre los poetas, despué.s de Hugo, ha sabido poner delante de los ojos modcrllos, ('01110 Leconte dI'- Lisll', la I.'irlrt de los c(tballero,~ de hien'o, las ('ostumb¡'e.s de aquellas época,'J, los hpchos y a/.'ent¡lraS trágicas ele aquellos combatientes !J de a'l.uellos timllos; 108

RUBÉN DARtO

s07llb,'íos cltad,'os monacalcs, los interiOl'es de ld,s'(:fal/,s~ tros, los cÍoYmas, la supremacía de Roina, las mu,su//IIana,~ bm'uarie,9 fa.stuosas, el ascetismo católico, 'y'el trmblm' extranatuml que lJaSÓ por el mundo' en la edad q!te otro g¡'an poetrt, Ita lla mado con razón, en lt1lrt' e,~­ t¡'ofa célebre, "ertoáne y delicada," Puso el espíritu sobre el comzón, .Tamrís el! toda sü obra se esc/tcha un solo eco de aentimiellt,J; ntmca se)/ •. tireÍoY el e,scalofrio pUlfional, E,'os nz iamo, si IJasa pol' esas inmensas ¡lm'estas, es como 'un ave dl'solada, No se atrcz'el'ía la ¡llusa de Musset á llallim' lÍ la puerta del. vate 1iC1'C1tísimo; y las palomas la'martinianas alzarían el vuelo asustadas delante del ettet'VO venteJul1'io que dialoga con el abad Serq.pio de Al'sinoe, ...Yacido en una isla cálida y espléndida, isla de sol, florestas y pájaros, que siente de cerca la respiracw't de la neg1'U Afriea, s;,ntió,se poeta el "joL-en sah-aje"; la lengua de la uaturaleza le eIlselló ,su p¡'imera rima, el gran bosque primitivo le hizo sentir la influencia de sU! estr~mecimiC1lto, y el mar solemne y el t"Íelo le dejaron entrevel' el misterio (le Slt inmeltSidad azul, ;;entia él latir su C01'azon, de/leoso de lllgop.xtrg.lio;' y sus ,tábios estaban sedientos del vino ·divit,'o, Copa de oro inagotable, llena del celeste licor, fué para él la poesía de Hugo, Al llegar LAS ORIENTALES á sus mUllOS, al 'ver esos f'ulgurantes poemas, la lt¡Z misma de' Slt cielu patrio le pareció brillat, con un )'esplandOl' nuevo, la montaña, el viento afl'icano, las olas, las aL'es de las florestas nativas, lc-1. naturaleza toda tuvo para él L'oces despertadoras que le iniciaron en un culto arcano y suprC11to, Imaginaos un joven Pan que vagase en la montaña I/onora, poseido de la fieb~e de la at'monía, en busca de las cañas con que habría de hacel' su mtiea flauta; y á quien de pronto ,diese Apolo una lira y le ensetiase el arte de arrancar de sus euerdas sones sublimes, No de otro 'modo aconteció al poeta que debiera salir de la tierra lejana en donde nació, pat'a levantar en ?a capital del Pen.~amiento un templo cincelado en el m~ bello paros, en honor del Dios del arco de plata, El que fué impecable, adorador de la tradición cláBita pu.ra, debia pronunciar ffi ocasión solemne, dl'lal1-

10 LOS RAROS ----- ............. -----------~------------'---~~ _--- . ......

te de la Academia francesa que le 1'ecibia en su seno, estas palabras,' "Las formctS nuet'a8 son la e.rpresiñn necesaria de, las conerpciones originales." Digna ('JI tal declaraci6n de quién , posibilidades, teniendo á su servicio la razón práctica, mientras. tomaba fuerza pam ascender, y asir de Sil túnica impalpable á Psiquis, TULLIA F ABRIANA, p,'imera Farte de ISIS, acusa en Villie1's, tí los ojos de la et"Ít·ica exigente, exagemción romántica, A esto no habría que deci1' sino que TULLIA "FABRIClAMA l'ué el HAN DJ