Dalton Roque - Taberna y otros lugares

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un .mérito líterario'' (Elena Poniatowska),-! ' cualidades qtie \.... :- ~ ·•:' ' 0 sobresalen en Taberna y otros lugares;;"'so ·mejor libto" < .. · (José . Emilio Pácneco). Con . muy 'justa ratón considei:ádc p. .J.1,. ;; -• . -~·-, •• . • • . .. • · :• · héroe, J:?_alton, "además clecsuconducta pe>líticainquebr\7'(';~~':"-T ~',,~,,- , ?\ ;--ft~

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,poética.Lo mismo opinaba de F.isenstein. De los poetas

·. ·. fr__ , Saint-John Perae era su preferido, y había iniciado la lectura " · de.Henri Michaux y Jacques Prévert. Y por supuesto, como todos los poetasde mi generación, leía la Biblia. Esta primera larga estancia en Cuba -después vendría una mayor desde su regresode Praga hasta su partida definitiva a El Salvador-, de 1962 a 1963, fue para Roque Dalton una viva academia. Aprendió e inventó muy diferentes áreas del interés humano . Es sin duda el hombre más vital que yo haya conocido: gran poeta y excelente centro delantero en el fútbol , serio estudioso de materias militares y reconocido bailarín de mambos, cuidadoso investigador de historia y bebedor de trago largo y risa pronta en los sitios más inauditos de La Habana; comentarista de muy serios asuntos en la radio y dueño de la más amplia colección de cuentos para reír que yo recuerde . Roque se alojaba en una gigantesca habitación de una casa alguna vez elegante de la calle Línea esquina con la A venida de los Presi dentes., en " El Vedado " de La Habana .• La dueña de la casa , creo, también le preparaba el desayuno. Una gran ventana huérfana de vidrios, se abría a un árbol prodigioso de laurel, que metía sus ramas llenas de pajaritos en las tardes de lluvia. Roque vivía solo. Su esposa Aida, y sus tres hijos : Roquito, Ju_an José y Jorge, estaban en El Salvador, y por un regalo del azar había conoc ido a su hermana mexica na, Margarita, que estudiaba historia en la Univers idad de La Habana . El Hotel Presidente , mi hotel , le quedaba a dos cuadras y Roque lo frecuentaba . Allí vivía una formidable comunidad internacional y· muy pocos cubanos. Entre estos último~ algunos funcionarios del Mi- · nisterio de Relaciones Exteriores, el poeta Diaz Martínez y su esposa, la bella Asela y Chichai , la esposa del mexicano Carlos Ju rado, pintor, chiapaneco, personaje de Roque en este libro Taberna ... , dueño de una de las vidas más bellas que recuerde , y salvado milagrosamente del paredón de fusilamientos en Guatemala algunos años despué s. Compartía también el hotel Luc Chessex , el gran fotógrafo suizo; Darlo Carmona, republicano español que venía de Chile, amigo de García Larca, de Miguel Hernández y de Neruda ; una compañera alemana-latinoamericana que, años después , supimos que era Tamara , la guerrillera que compartió la epopeya del Ché en Bolivia ; la pianista • Fotografía No. 4.

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Udiá Ouerberof;, :'1D~ ..comunista chilena, doña Virginia:, .:'!,at¡eí1fi:na

· maestrade escuela que había estudiado

en Pátzcuaro; un antiguo co-

la guerra del Chaco; algunos pilotos militaronerparaguay.o, h~de res bolivianos;una bailarinauruguaya, y una muy bella heroína nicarquense, veterana de la lucha contra Somoza. Del paraguayo ; los bolivianos y la nicaraguense, nunca supimos sus nombres verdaderos. Ahí, en esa comunidad. era frecuente escuchar la risa de Roque, la palabra reposada del nicaragüense Lisandro Chávez Alfaro, la tristeza del guatemalteco López Valdisón, visitantes asiduos. · · Roque ·traía en su maleta dos libros publicados : Mía junto a los p4Jaros' y La ventana-en el rostro. Los manuscritos casi terminados de El turno del ofendido6 y su primer libro publicado en Cuba: El mar,' en aquella colección "La Tertulia" que dirigía Fayad Jámís . Trabajaba en Los testimonios,•donde habría de cosechar su siembra de poesía náhuatl y de textos mayances. También empezaban a vivir:, en su libreta de poemas, aJgunos de los textos contenidos en Taber-

na.. . Roque no estaba satisfecho con sus dos primeros libros. Cons-ideraba que El ·mar era su primer poema debidamente madurado y corregido. En 1967 volvió sobre sus textos de La ventanaen el rostro, El turno del ofendidoy Los testimoniospara , como él decía, "terminarlos r~almente". El problema,·declara Roque en 1967,es que "trabajo con un ritmo acelerado. Desde hace algunos años siempre me propuse es~ cribir de prisa como. si supiera que me van a matar al día sigu1ente".9 En 1962, en Casa de las Américas, Roque, don Manuel GaJich y yo, dictamos unas conferencias sobre mitos mesoamericanos.•En esas noches, cuando nuestra mucha imaginación cubría los vacíos de nuestra poca ciencia, ocurrió un hecho importante: los mitos prehispánicos dejaron de ser de ayer, de la noche, para pasar a formar en las filas de hoy, del día, de las luchas de nuestro tiempo. Los mitos pidieron su lugar en la revolución. Los años posteriores se ocuparon de demostrar cuán pertinente era aquella solicitud de militancia. La Casa de las Américas pidió a Roque Dalton una monografía de El Salvador,10 y a mí otra sobre México, para su colección "Nuestros países". Roque terminaría haciendo las dos, debido a mi traslaao en 1963 a la República Popular China, como profesor del Instituto de Lenguas Extranjeras . Antes de partir, conocí ·la versión definitiva de • Fotografía No. 5.

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su ·ensayo . César Vallejo,u_ donde rinde -un amplio homenaje al. gran

poetaperuano. · Después vienen para Roque días terribles. Desde finales ele l 963 vive clandestino en FJ Salvador. Su esposa, sus hijos_y su madre, vuelven a-verlo. Por un error suyo es descubierto por la policia y secues- . trado en 1964. La muerte vuelve a rondarlo. Los acontecimientos de estos días habrían de quedar escritos, años después, en Pobrecitopoeta que era yo. u En un movimiento telúrico, sorprendente como fue la vida toda de Roque, la cárcel se desploma y Roque huye nuevamente al exilio. - En -1965 integra el Consejo de Colaboración de la revista CASA, en La Habana, en unión de muy destacados escritores latinoamericanos. En 1966 es delegado a la conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad OLAS. Lo encontré ·nuevamente en Praga, en 1966, donde él formaba parte del comité de redacción de la revista internacional "Problemas de la paz y el socialismo". Fui a visitarlo al hospital, donde se reponía de una fractura en la mandíbula, producto, me dijo, de una de aquellas . noches desbordadas en U'Fleku, la famosa taberna praguense. 13 El so,breviviente de cien peligros reposaba en su cama de enfermo. Tenía -prohibido reír para no interrumpir la soldadura del hueso. No pudimos cumplir la i~dicación médica. ¡Había tantas cosas que celebrar! Amarrados los dientes con alambres, Roque hablaba sólo con los labios y el hospital se llenaba de risas ... hasta que los médicos dictami naron que mi visita había terminado. Alcanzó a decirme que escribía un libro que se llamarla poemas-problemas,en un juego tipográfico aprovechando las letras comunes de ambas palabras . Aquel libro vino a ser, finalmente, este TABERNA Y OTROS LUGARES. Le dije que en Moscú, donde yo vivía entonces , había conocido a Miguel Mármol, el legendario comunista salvadoreño, quien por aquellos días era invitado al XXIII congreso del PCUS . Le conté que ha bía conversado largamente, durante varios días, con él, en un intento de escribir una entrevista para "La Voz de México", de donde era yo corresponsal. El material era de tal manera rico que sólo podría ser contenido en un libro, y ese libro debería ser escrito por Roque Dalton . Le anuncié que Miguel Mármol llegaría a Praga en breves días y Roque me aseguró que él haría el trabajo . De las conversaciones que sostuvo con Mármol habría de nacer su testimonio, considerado como uno de sus mejores textos. u

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- La última vez que vi a Roque fue en Moscú, en mi casa, en 1966. Roque había leido El coronel no tiene quien le e~crlba y pensaba que García Márqucz llegaría a ser un gran escritor. Praga dio a Roque un toque universal, que Carlos Jurado captó en México y plasmó con ironía en el retrato "Hombre de mundo", cuando ambos se encontraron, muchas veces, en " El pesebre", antiguas instalaciones para caballerizas y caballerangos que el pintor y Chichai, su compañera, escogieron "como hogar aquella casa de la zona 12 del D.F., adornada con una cabeza de caballo en el portón" .15 En esa última conversación en Moscú, Roque Dalton me habló de los esfuerzos que desplegaba para continuar la novela que escribía desde el año anterior. En .una carta de Julio de 1965 me decía, desde Praga: "Trabajo en dos cosas nuevas: un libro de poemas llamado temporalmente Los pequeños i,ifiernos 16 y _una novela llamada Los poetas . Del primero te adjunto algunas cosas. De lo segundo imagínate, estoy sobre su materia) esporádicamente y no me acaba de gustar · lo que tengo." En la misma carta Roque me revelaba : "El personaje más importante de mi novela es Armando López Muñoz o Ricardo Estévanes (¿te acuerdas?), el poeta salvadoreño que estudió en Xalapa, amigo de Cario Antonio (Castro) y que mataron en El Salvador tan absurdamente hace unos años. Creo que estabas al tanto . El me dejó unas doce páginas de una especie de diario que yo he reconstruido y ampliado, pero parece que no le intereso mayormente, pues se me niega y se me escapa de las manos. Si logro construirlo, la novela será buena; si no, será un horror ." Esta novela, entonces iniciada, habría de convertirse en Pobrecito poeta que era yo, y el personaje original se habría de enriquecer con rasgos autobiográficos de Roque, hasta dominarlo totalmente y casi desaparecer el ·poeta Armando López Muñoz, conocido por nosotros como Ricardo Estévanes cuando escribíamos en el suplemento cultural del "Diario de Xalapa ", "Estela cultural", que dirigía Enrique Florescano. Me estremezco al releer lo que a Roque estremecia entonces: "El poeta salvadoreño . .. que mataron en El Salvador tan absurdamente hace unos años". De regreso a Praga, Roque preparó la llegada de su familia. Habían pasado casi tres años de separación desde su arresto y fuga en El Salvador. En el departamento 6 de Rijnove Revoluce Namesti 13 se volvieron a-reunir Roque y su esposa Aída Cañas, y sus tres hijos: Roque · Antonio, Juan José y Jorge Vladimiro. ¡No sé por qué recuerdo aún su teléfono: 32 88 71! 13

Fue puea de 1965 a 1967 su periodo praauense. Ahí es donde dearrolla Tabema y otro, lugare1:"si al comprar mi ahnanaque no hice mal negocio/ estamos ahoraen 1966". n Bs a poeta y su bioarafia,su memoriaamericana y su dolor salvadoreño, "el agravantede ser salvadoreño",11 había escrito, quien camina por Praga relatando aua raíces, las nuestras y las otras que le llegaron con el apellido paterno. Reflexiones sobre su oficio en el suelo natal incendiado por la violencia y la injusticia, el tránsito de la ingemúdad a la revelación, y la conquista del humor en una poesía tradicionalmente solemne. Taberna y otro, lugam es el libro maduro de Roque Dalton, el único en el que pudo trabajar sin prisas, o con menos prisas. Me referí antes a la siempre activa voluntad de Roque de corregir, acrecentar o fundir sus poemas en otros poemas, disponer sus cortjuntos en formas diferentes. Taberna no es la excepción. En las carpetas donde ordenó personalmente su obra, su última voluntad poética en caso de no revisarla más, Roque aeregó un poema no incluido en las ediciones anteriores de Taberna.En la sección '"El país Ill (poemas de la última cárcel)", entre las estancias VI y VII de las ediciones conocidas, inserta un texto nuevo entre El veranoy Tu compañfa.Por primera vez se cumple su deseo en la presente edición.., Es en Taba-na y otroslugaresdonde el poeta hace una síntesis de su patria, de sí mismo. Hombre de mundos, del pueblo que resiente y de la oligarquía que presiente, Roque pudo optar por cualquiera de esos caminos. Tenía derechos que le venían por sangre. En "EL país I" y "El país 11"están las dos propuestas, aunque había escogido la primera de antemano. Esta elección es la que le lleva a la última cárcel, donde lo mejor del pueblo, sencillamente,siente. Momentos detenidos, reflexionessobre el recuerdo, la ternura de ciertas vivencias no repetibles, la sencillez de la sonrisa, la memoria tan frágil, apenas protegidas por el humor blindado, el preciso ejercer nuestro oficio de palabras y la imaginación volando, volando, sin olvidar la necesidad cotidiana y modesta de montar la guardia. Estos son los poemas en prosa, como una fotografía que va surgiendo en la penumbra del laboratorio. En la parte fmal, "La historia", está la cosecha de todos los caminos y la sorpresa de los nuevos enigmas. El sueño perseguido, al final tocado y trastocado, enmcdio de las voces que habitan las noches de

dos

trFle~ en.la Praga de_entoces. Propongo ~uatro instantes en las páginas literarias,o ingresar incluso a las Academias o a los Clubs. Pero si Neruda -para citar un 93

caso conocido- tiene algo de zombie a partir de Ral.llado a _111 &,.,,,,, ¡ cómo descubrir, reconocer,clasflicar el virus de lo muerto, el perfil cadavéricoen sus librosposteriores,la masa viscosae/iminable para aislar los elementosarquitectónicosque mantienen la jlsiología de la locomocióny los desplantesrespiratoriosdel muerto-vivoa quien la sal envenenaría:es decir, enfin, cómo diferenciaruna palabra viva de unaya listapara el camposanto?Pues, como deda EnriqueMuiño, cuando mueren las palabras comienza la músicay ello es muy grave para quienes no somos Inmunes a los dolores de cabeza de 70 amperios. Uno de los crímenesmás abominablesde la civilizaciónoccidental y la cultura crlsdana ha consistidoprecisamenteen convencera las grandes masas populares de que las palabras sólo son elementos signfflcantes.Que la palabra cebollasólo tiene sentidopor la existencia de la cebollay que la palabra oropéndolasólo vino al mundopara sinJetlzarnosun p/umqje de nochey fu ego, un vuelomodestoy un apetito especialpara losplátanos maduros.Los chinos han dado otro trato a la palabra y ya se sabe con qué rapidezpasaron desde las grandes hambrunasa la bomba de hidrógeno.Nadie bautiza a su hijo con el nombre de Slsebuto sin sentir los síntomas de la meningitispor algunos segundos.¡Debemos acaso escaparpor la tangente-que no sería sino una oscura reiteraciónde lo que se pretende negar o poner en duda- diciendoque se trata de un nombreque suena mal? ¿Por qué ._,.. ""'1 una palabra libre de signflicadostabú si no es por algo intrínsecoa ella misma, a su corporeidad,a su ser, que es independiente de su función más común, la cual,por otra parte, no tiene necesariamente que ser la única, ni siquiera la principal?No es obligatorioponerse a temblar ante utos problemas,pero debemosreconocerque al aceptar la existencia