Cultura Escolar y Cambio Educativo

La cultura escolar cambio educativo Puntos de partida para el cambio escolar 12 de marzo del 2012 Temas Selectos en Proy

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La cultura escolar cambio educativo Puntos de partida para el cambio escolar 12 de marzo del 2012 Temas Selectos en Proyectos Educativos Alberto Esquerra Páez

y el

ENSAYO: La cultura escolar y el cambio educativo INTRODUCCIÓN. Gather (2004) menciona que, la cultura se conforma por el testimonio que los actores construyen a lo largo del tiempo, donde se plasman las características que identifican a la sociedad y se manifiestan los acuerdos que permiten la convivencia en armonía de sus integrantes, así como, los valores y virtudes que se desea que nuevas generaciones posean. La organización escolar debe de tomar en cuenta la cultura del centro que esta compuesta por el clima, el ambiente escolar, la moral y el placer que proporciona el sentido de pertinencia de sus integrantes, así como, el bienestar y la eficacia. La cultura educativa cambia y se desarrolla al volver a encontrase con problemas y orientar a nuevas generaciones a asumir nuevas tareas que generan nuevos conocimientos. La cultura educativa se considera estática y dinámica al mismo tiempo, los conflictos y las disputas propiciadas por la necesidad de cambiar o simplemente las ganas de cambiar de algunos, dan pie a replantear la cultura existente. El cambio se construye al negociar y ponerse de acuerdo sobre nuevos objetivos fijados. DESARROLLO. El cambio surge cuando la forma en que estamos acostumbrados a hacer las cosas deja de ser funcional, cuando nos percatamos de que nuestro método ya no cumple con los objetivos que con anterioridad se consideraban alcanzables, es entonces cuando se vuelve necesario volver la mirada a nuestra experiencia, a la de los demás y elaborar propuestas que enriquezcan los procesos que llevamos a la práctica con miras en el alcance de esos objetivos ahora distantes. Nos planteamos ideales y con base en el compromiso y su respeto, nos proponemos diferentes caminos con la finalidad de materializar los propósitos que dirigen esos ideales.

Las sociedades no difieren de esta actividad, la diferencia es que implica no sólo a un sujeto sino a una comunidad. Trasladando lo anteriormente expuesto, en el sentido de que, para una sola persona el cambio requiere de una serie de procesos y que estos representan una empresa complicada, ahora, dentro de una comunidad el cambio no esta exento de esta consideración. La finalidad de este ensayo es proponer desde la visión de la comunidad escolar como fomentar ese cambio, proponemos el cambio de cultura escolar con miras en el cambio educativo, para atender de forma óptima la problemática que se presenta en el ámbito académico. Las sociedades cambian, hoy en día este cambio además de ser inminente se da a un paso vertiginoso, es necesario que cultura escolar mantenga el paso y enriquezca sus procesos para integrar a esta sociedad cambiante, a sujetos con desarrollo integral capaces de contribuir en forma crítica, ética y profesional a esa sociedad. Puntos de partida para el cambio escolar. Generar conciencia de la cultura escolar. Reconocer la presencia de algo sin su componente físico o material puede parecer un acto fe, pero para negar la imperiosa presencia de la cultura escolar es necesario descartar la actuación del colectivo llamado comunidad escolar y de todo lo que ello significa, lo cual es absurdo, de forma similar podemos plantear el concepto de centro escolar, Bolivar (1999) menciona que: “… el centro escolar no es una realidad natural, algo solido o una entidad real, […] es el conjunto de individuos que lo forman, […] configurado por los significados, intenciones, modos de ver y comprender que guían la acción conjunta, […] es una realidad subjetivamente construida, y compartida socialmente por el grupo”

Para integrar la cultura de una organización se toma en cuenta: el clima, la moral, el placer, el bienestar y la eficacia de quienes la integran, Gather (2004) continua diciendo que, se conforma de una lógica instrumental relacionada con la parte formal y una lógica existencial que retoma lo informal, que es construida por sus actores a través de un proceso dinámico, evolutivo y de aprendizaje manifestada

como una serie de reglas y normas que organizan su funcionamiento, de forma particular complementaria lo anterior con que ese funcionamiento debe estar orientado por el bien común. Por lo tanto percatarnos de la presencia de etérea e inmaterial de este ente que carece de fisionomía puede ser el primer paso para darnos cuenta de nuestro papel y su influencia en la cultura escolar. Las evaluaciones permiten identificar fortalezas y debilidades, conocerlas

nos

ayuda a valorar la dirección actual de un proyecto o para hacer las modificaciones necesarias en orden de retomar el curso y para cumplir con objetivos trazados. Es importante

realizar

evaluaciones

constantes

sobre

la

organización,

el

funcionamiento, y la dinámica de sus componentes estructurales, así como, del ambiente y de las relaciones de los actores de la comunidad escolar. A menudo las evaluaciones son vistas de forma negativa, con propósitos cuantitativos y que su finalidad implica solo calificar y clasificar. No es de extrañarse que la evaluación sea vista con temor y que las organizaciones al verse sujetos a estas le den prioridad al hecho de clasificar, en ocasiones sin importar los medios y las consecuencias. Establecer evaluaciones que se apeguen a la realidad del centro escolar, tomando en cuenta su entorno y características. Evaluaciones que primordialmente le ayuden a visualizar los aspectos donde presentan las fallas, no sólo identificándolas sino que le brinde propuestas para su solución y en el dado caso de que la solución este fuera de las posibilidades del centro, se le proporcione ayuda funcionando como vinculo entre el centro y la instancia que le pueda apoyar en la solución de la problemática. Otro aspecto importante de la evaluación es reconocer los aciertos

y no centrar la atención solamente en las fallas de la

organización. Uno de las finalidades que la organización debe buscar es, potenciar a partir de la conciencia de cultura escolar y de la evaluación, la capacidad institucional de decisión. Para que la cultura escolar se entienda como la identidad del colectivo que es, necesita fomentar sentimientos de pertenencia como la toma de decisiones como institución en donde a todos se les toma en cuenta. Bolivar (1999) menciona:

“… que el centro adquiera un sentido compartido por todos, tomando propiedad de su propio proceso de desarrollo y cambio” (p. 57)

El diseño de estrategias que consideren a la totalidad de los integrantes de la cultura escolar, tanto en la concepción como en la puesta en acción, fomenta el compromiso con los convenios y disposiciones propuestas a favor del cambio educativo. Identificarse con los proyectos ayuda a la consolidación de acciones concretas para alcanzar objetivos, algo que no se presenta cuando los cambios son impuestos y de índole obligatorio. Reconocimiento de la trayectoria del centro, aunado a la evaluación del centro y su diagnóstico, para comprender como vive el centro los altibajos a lo largo de su historia. Bolivar (1999), propone una serie de características para los diferentes ciclos de vida en que se puede encontrar un centro, con la finalidad de identificar patrones comunes que nos permitan comprender el nivel de compromiso del centro, lo cua representa un factor decisivo en el diseño de estrategias de cambio educativo. Implementar una propuesta de cambio escolar en las fases de aristocracia o burocracia, de la etapa de envejecimiento del ciclo de vida de la organización, de acuerdo con Bolivar, nos pronostica el fracaso, el peso de la tradición ejerce un papel conservador y predispone en los actores de la cultura escolar una actitud de resistencia al cambio, ¿Para qué cambiar, si todo ha funcionado tan bien hasta ahora? Gather (2004) propone una serie de características que menciona debemos considerar para propiciar el cambio, e implica identificar varios aspectos: ubicar la distancia entre la situación actual y la ideal para fijar los objetivos, procurar la difusión de la línea que separa la utopía del realismo, considerar el valor de la diversidad, tomar en cuenta que el proceso de cambio es algo “natural”, reconsiderar tradiciones y aspectos intocables que se dan por sentados dentro de la institución, fomentar que en los integrantes se valoren las propuestas de cambio, es necesario que se interiorice la totalidad de los actores y se den una idea de lo que esta en juego. Considerar siempre la posibilidad de hacer pruebas y asumir que no es posible contar con la certeza total, la cultura de cambio es un producto

democrático que acepta la cooperación de otras instituciones, enfrenta los problemas y promueve la capacitación continua para que todos los implicados estén en posibilidades de cooperar. De forma similar Bolivar (1999) propone el ciclo de cambio, que adaptado a la presente propuesta contempla lo siguiente: I.

En la Iniciación, al compromiso de los actores del centro escolar le sumamos el apoyo de los padres y de las familias, así como del contexto escolar, para que la propuesta de cambio escolar no solo se quede en la escuela y sea sólo responsabilidad de los profesores sino que de forma conjunta se le de continuidad al proyecto.

II.

Durante la puesta en práctica, poner en marcha el proyecto, fortalecido por el compromiso, el apoyo interno y externo, trabajo en equipo procurando en todo memento estabilidad y sincronía.

III.

La institucionalización del cambio escolar se logra cuando los nuevos miembros se incorporan al proyecto, al ser asimilados los procesos de colaboración y predomina el buen ambiente característico de madurez.

IV.

Lo anterior da pie a un replanteamiento, el nuevo cuestionamiento ubica posibilidades nuevas de crecimiento o de declive, se generan nuevos enfrentamientos que requieren de una nueva flexibilización.

Es necesario comprender que el cambio educativo es un proyecto que se emprende en situaciones que lo ameritan y fundamentan, las soluciones eficaces no siempre generan cambios que implican proyectos de grandes proporciones. Gather (2004) cita: “… el cambio no es un objetivo en si mismo, ni un valor ideológico, sencillamente es un rodeo necesario para responder mejor un fenómeno grave y endémico” (p. 110).

CONCLUSIONES. Aunque el centro este integrado por actores que proclamen el individualismo y se manifiesten en contra de la labor colegiada, pretendan el control de total de su grupo y procuren el aislamiento que les proporciona el hecho de cerrar la puerta de

su salón de clases, la institución no deja de ser un sistema de acción colectiva. Gather (2004) considera que: “…la postura cultural ante el cambio […] puede adquirirse sobre la marcha, durante la aplicación de un proyecto de cambio, […] tras una experiencia que haya sido especialmente buena y valorizadora, o tras un fracaso, […] esta postura cultural esta estrechamente unida con el sentimiento - real o ilusorio – de un dominio creciente de los mecanismos individuales y colectivos de funcionamiento.” (p. 100).

Para fomentar esta postura de favorecer el cambio educativo es necesario ofrecer al docente seguridad, apoyo y bienestar a través de resaltar la importancia del clima y la cooperación profesional y así propiciar la comodidad para poner un duda su práctica e inducir el proceso de cambio, Gather (2004). Para implementar los procesos de cambio educativo se debe de considerar el funcionamiento de la escuela y su respectiva cultura, analizar el tejido social que la compone y las formas de interacción vigentes. Es necesario fomentar la motivación y generar el sentido de compromiso con los proyectos escolares. Tomar en cuenta los objetivos que involucran a los maestros sin dejar de tomar en cuenta sus prioridades. Es recomendable tomar en cuenta los tres estratos propuestos por Gather (2004), cada uno de estos estratos obedece a características que requieren de atención específica e influyen en la práctica individual y colectiva. El primer estrato, ubicado en la periferia, esta compuesto de la asimilación de las normas e ideas de orden oficial y uniforme, a través de documentos oficiales. El segundo estrato, más especifico de la institución educativa, responde a la forma de trabajar en la institución educativa, trata en forma explicita todos los aspectos que conforman la práctica educativa. El tercer estrato escapa de la conciencia del actor, es lo interiorizado de manera inconsciente. La complejidad para el fomento del cambio educativo va en aumenta del primer al tercer estrato. Como se menciono al principio del presente ensayo, el cambio educativo puede ser un proceso complejo sin embargo no es algo imposible.

La cultura escolar se construye a partir de sus actores en forma inconsciente. La conforman las soluciones que demuestran ser efectivas y los procesos que se emplean para lograr que se transmitan a los recién llegados y se les plantee como la forma correcta de actuar. BIBLIOGRAFIA. Bolivar, A. (1999). Desarrollo institucional de los centros educativos. En: Cómo mejorar los centros educativos (55-75). Madrid: Síntesis Educación. Gather, M. (2004). La orientación al cambio de cultura del centro. En: Innovar en el seno de la institución escolar (87-109). Barcelona: Grao.