Cuentos Para Bebes

CONTENIDO  CUENTOS DE ANIMALES  CUENTOS DE LA NATURALEZA  CUENTOS HUMORÍSTICOS  CUENTOS INDUSTRIALES  CUENTO

Views 92 Downloads 0 File size 6MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

CONTENIDO



CUENTOS DE ANIMALES



CUENTOS DE LA NATURALEZA



CUENTOS HUMORÍSTICOS

 CUENTOS INDUSTRIALES  CUENTOS HISTÓRICOS 

CUENTOS DE NATURALEZA MÁGICA



LEYENDAS



FÁBULAS



HISTORIAS



HISTORIETAS



RIMAS



JUEGOS DE NANAS



JUEGOS DIGITALES

 ARRULLOS  REFRANES  ADIVINANZAS  TRABALENGUAS  RONDAS TRADICIONALES  JUEGOS TRADICIONALES  CANTOS

1

CUENTOS DE ANIMALES

2

El león y el ratón

Una tarde muy calurosa, un león dormitaba en una cueva fría y oscura. Estaba a punto de dormirse del todo cuando un ratón se puso a corretear sobre su hocico. Con un rugido iracundo, el león levantó su pata y aplastó al ratón contra el suelo. -¿Cómo te atreves a despertarme? Gruñó. Te voy a espachurrar. Oh, por favor, por favor, perdóname la vida chilló el ratón atemorizado. Prometo ayudarle algún día si me deja marchar. -¿Quieres tomarme el pelo? Dijo el León; -¿Cómo podría un ratoncillo como tú ayudar a un león grande y fuerte como yo? Se echó a reír con ganas. Se reía tanto que un descuido deslizó su pata y el ratón escapó. Unos días más tarde el león salió de caza por la jungla. Estaba justamente pensando en su próxima comida cuando tropezó con una cuerda estirada en medio del sendero. Una red enorme se abatió sobre él y pese a toda Su fuerza, no consiguió liberarse. Cuanto más, se removía y se revolvía, más se enredaba y más se tensaba la red en torno a él.

3

El león empezó a rugir tan fuerte que todos los animales le oían, pues sus rugidos llegaban hasta los mismos confines de la jungla. Uno de esos animales era el ratoncillo, que se encontraba royendo un grano de maíz. Soltó inmediatamente el grano y corrió hasta el león. -Oh, poderoso león -chilló- Si me hicieras el favor de quedarte quieto un ratito podría ayudarte a escapar. El león se sentía ya tan exhausto que permaneció tumbado mirando como el ratón roía las cuerdas de la red. Apenas podía creerlo cuando, al cabo de un rato, se dio cuenta que estaba libre. Me salvaste la vida, ratoncillo dijo. Nunca volveré a burlarme de las promesas hechas por los amigos pequeños.

4

E l gato con botas

Al morir un molinero, dejó por herencia a su hijo tan solo un gato. Pero éste dijo a su amo. -No te parezca que soy poca cosa. Obedéceme y verás.

Venia la carroza del rey por el camino. -Entra en el río ordenó el Gato con gotas a su amo, y gritó: -(Socorro. ¡Se ahoga el Marqués de Carabás!

5

El Rey y su hija mandaron a sus criados que sacaran de¡ río al supuesto Marques de Carabás, y le proporcionaron un traje seco, muy ello y lujoso.

Le invitaron a subir a la real carroza, y adelantándose el Gato por el camino, pidió a los segadores que, cuando el rey preguntara de quien eran aquellas tierras contestaran «del Marqués de Carabás».

6

Igual dijo a los vendimiadores, y el rey quedó maravillado de lo que poseía su amigo el Marqués.

Siempre adelantándose a la carroza, llegó el gato al castillo de un gigante, y le dijo: -He oído que podréis convertiros en cualquier animal. Pero no lo creo.

7

¿No? Gritó el gigante. -Pues convéncete. Y en un momento tomó el aspecto de un terrible león. -¿A que no eres capaz de convertirte en un ratón?

¿Cómo que no? Fíjate. –Se transformó en ratón y entonces ¡AUM! el Gato se lo comió de un bocado, y seguidamente salió tranquilo a esperar la carroza.

8

¡Bienvenidos al castillo de mi amo, el Marqués de Carabás! Pase Su Majestad y la linda princesa a disfrutar del banquete que está preparado.

El hijo del molinero y la princesa se casaron, y fueron muy felices Todo este bienestar lo consiguieron gracias a la astucia del Gato con Botas. FIN

9

LOS TRES OSITOS

"No te entretengas en el bosque", le dijo su mamá a la bonita niña. "No te preocupes contestó ella". Pero pronto se olvidó de la recomendación y empezó a jugar y se perdió entre el follaje. Después de mucho andar, descubrió en un claro del bosque una dulce y acogedora casita. Entró en ella pero no había nadie. Sobre la mesa había tres platos de sopa de diferentes tamaños y la niña decidió comerse uno de ellos. Luego, como estaba muy cansada se sentó en una silla muy diminuta, pero esta se rompió bajo su peso. Poco después entró en una habitación, se encontraban tres camas y la niña que estaba rendida se echó a dormir en la más pequeña. Aquella casa pertenecía a una familia de osos que llegaron al poco rato, dispuestos a comer su cena. Buscaron por toda la casa y al fin encontraron durmiendo. Los ositos no cesaban de mirarla. Finalmente la niña despertó y se asustó un poco, pero se puso muy contenta al ver que los ositos no eran malos, sino eran muy bondadosos. Fin.

10

CUENTOS DE LA NATURALEZA

11

LA TIERRA DE ARENA. Hace mucho tiempo solo existía el mar y el cielo. Un día el señor del viento decidió crear la tierra, pero necesitaba un poco de arena del fondo del mar. Al enterarse, los animales marinos quisieron ayudar. Así que reunieron para ver quien nadaba mejor. Como el viaje era muy largo, no invitaron a la tortuga -Es muy lenta -dijeron. Así, el primero en bajar fue el camarón, pero como era tan pequeño se cansó muy rápido y mejor se regresó. Después siguió el tiburón, pero a medio viaje le dio hambre y se puso a cazar peces. En tercer lugar bajó el pulpo solo que se aburrió y prefirió irse con el calamar. Por ultimo fue la ballena que nadó velozmente, pero casi al llegar se quedó dormida. Total, que ninguno logró llegar y subieron muy tristes a ver al señor del viento. Entonces vieron que la tortuga se acercaba con mucha prisa. -¿'De donde vienes, -le preguntó el señor del viento. -Traía la arena, pero se me cayó -contestó con tristeza. -Con las que queda en tus aletas alcanza -dijo el señor del viento, quien tomó los granos y los regó por todas partes. De los granos de arena surgieron las playas, los campos y las montañas. En agradecimiento, el señor del viento permitió que la tortuga fuera la primera en tocar la tierra. Y desde entonces se le ve por todas partes.

12

LA ESTRELLITA FUGAZ Mi mamá nos dijo un día que cuando viéramos una estrellita fugaz pidiéramos un deseo. Ayer en la noche salí al jardín y vi una estrellita fugaz. Entonces pedí un deseo, el deseo que pedí fue hacer un viaje espacial. Después me fui a mi cama y me dormí. De pronto me despertó una intensa luz. Era una estrellita fugaz y la estrellita fugaz me dijo: -Ven y sube a uno de mis picos, te llevaré de paseo-. Salimos volando y en un instante estábamos en medio del espacio. Había muchas estrellas de todos colores y muy a lo lejos se veía la tierra y la luna. También observamos un cometa con su cola larga y plateada. Yo le dije a la estrella que quería ir a Marte, pero ella me dijo que, para llegar a Marte había que pasar por una región de los asteroides y que los asteroides son como unas piedrotas con las que podemos chocar. Pero estrellita era muy veloz y podía esquivar a los asteroides ¡Qué susto me di!. Finalmente llegamos a Marte, todo era rojo y desierto. De pronto empezó a verse una luz muy brillante ¡Vamos rápido!, me dijo estrellita, es el sol que va saliendo. Si nos ve, me castigará por andar cumpliendo los deseos de los niños. De regreso a casa, estrellita me explicó que el sol tiene nueve planetas que giran alrededor de él, uno es la tierra. Antes de llegar a la tierra pasamos cerca del satélite Morelos que México envió al espacio. Llegamos a casita y estrellita me dio un beso. Me dijo que me portara bien y que algún día volveríamos a pasear por el cielo.

13

LOS PECECITOS DE COLORES En una gran bahía había muchos animales marinos. Había animales grandes como las ballenas, medianas como los delfines y chiquitos como los pececitos grises. Un día llegó un pececito de colores. Era un pececito arco iris. Los pececitos preguntaron: ¿Quién te dio esos colores?. El pececito arco iris dijo que era un secreto. Los otros pececitos también querían tener colores. -Yo quiero ser rojo-dijo uno. -Yo quiero ser azul -dijo otro. -Y yo amarillo -dijo el más pequeño. Bueno dijo el pececito arco iris. Si me hacen Rey les diré mi secreto. -Esta bien dijeron todos-. Si nos dices tu secreto te haremos Rey. El pececito arco iris dijo: -Tienen que ir a la cueva rayo de sol. Y para entrar tienen que pasar por un túnel muy oscuro donde hay muchos peligros-. Los más valientes dijeron: -¡Vamos! ¡Hay que arriesgarse!-. Y siguieron al pececito arco iris hasta la entrada del túnel. Después de mucho nadar, llegaron al final de la cueva. En el techo de la cueva había un agujero por donde entraba un rayo de sol. Toda la cueva estaba iluminada. Y de pronto, un chorro de agua cayó como cascada. Entonces ce formó un arco iris y todos los pececitos quedaron pintados, cada uno con distinto color. Felices regresaron a casa y coronaron al pececito arco iris como rey. Todos los animalitos de la bahía hicieron una gran fiesta y vivieron felices.

14

CUENTOS HUMORÍSTICOS

15

EL REY CUERVO

En un lejano país vivió una princesita muy orgullosa que no encontraba un marido digno de ella, se reía de todos sus pretendientes pero sobre todo de un rey que tenía una nariz especial. El rey se enfadó mucho y le aseguró que se casaría con el primer mendigo que llamara a la puerta y cumplió su promesa. La princesita muy triste, se fue a vivir con su marido al país del rey cuervo. La princesita era tan torpe para los quehaceres domésticos que su marido estaba furioso contra ella. Ya que no servía para llevar la casa resolvió mandarla a vender ollas de arcilla al mercado. Pero camino del mercado se le cayeron las ollas rompiéndose en mil pedazos. ¡Pobre princesita! La princesita fue a buscar a su marido que trabajaba en el palacio para contarle todo lo ocurrido. Entonces fue conducida hasta el trono y vio que el rey cuervo y su marido eran las misma persona y se arrepintió de todo su orgullo y se enamoró del rey cuervo y vivieron muy felices toda la vida.

16

EL GIGANTE EGOÍSTA Todas las tardes, al volver del colegio, los niños acostumbraban ir a jugar al jardín del gigante. Era un hermoso jardín solitario con un suave y verde césped. Brillaban aquí y allá lindas flores sobre el suelo, y había doce durazneros que en primavera, se cubrían de flores y que en otoño daban hermoso frutos. Los pájaros posaban sobre sus ramas y decían en su canto ¡Que felices somos aquí!. Un día el gigante volvió. Había ido a visitar a su amigo el ogro, en donde había pasado siete años. Durante ese tiempo el gigante dijo a su amigo todo lo que tenía que decir y decidió regresar a su castillo, al llegar vio a los niños que jugaban en su jardín. ¿Pero que hacen ustedes aquí, les gritó con mucho coraje y los niños huyeron asustados. A la mañana siguiente cuando los niños iban a la escuela vieron el jardín cercado con una pared altísima. Un cartelón decía: la persona que entre sin permiso será castigada severamente. Era un gigante egoísta. Los niños no tenían donde jugar. Intentaron jugar en la carretera, peto la carretera estaba polvorienta y con piedras cortantes y no les gustaba. Entonces acostumbraron a pasear alrededor del muro. ¿Te acuerdas que hermoso el jardín del gigantes Ahora es primavera, estará todo reverdeciendo y lleno de flores. Pero la verdad es que el jardín del gigante continuaba siendo invierno, los pájaros desde que no había niños se habían olvidado de cantar y las flores de florecer. ¿No comprendo porque la primavera tarda tanto en llegar? decía el gigante cuando se asomaba al jardín arropado con su gran manto blanco ¡Ojalá cambie pronto el tiempo!. Así pasó la primavera, vino el otoño y de nuevo vino el invierno para los jardines, peto el jardín no hubo cambio alguno. Una mañana el gigante, acostado todavía en su cama oyó un pajarito en su jardín, pensó que los músicos del rey iban pasando bajo su ventana. El gigante asomó la cabeza y se dio cuenta de que un gorrioncito sobre un duraznero florecido. ¡Por fin llegó la primavera! Suspiró satisfecho el gigante y saltando por la ventana cayó en el jardín.

Y se quedó sorprendido al mirar que por un agujero abierto en el 17

muto los niños habían entrado al jardín y se trepaban a los árboles. Los pájaros cantaban y las flores levantaban sus cabezas desde el pasto verde. Era un bonito cuadro. Solo en un rincón seguí siendo invierno. Ahí se encontraba un niño pequeñito que no había podido treparse en el árbol ¡sube ya muchacho, sube ya! Le decía impaciente el árbol que estaba todavía cubierto de hielo. Y le alargaba sus ramas inclinándoselas todo lo que podía, pero el niño era demasiado pequeño. ¡Que egoísta he sido! Pensaba el gigante. Ya sé porque la primavera no ha querido venir aquí, voy a colocar a este niño encima del árbol, luego tiraré el muro y así mi jardín será el más hermoso.

18

LA ESTRELLA DE LAS NIEVES Patricio, al que llamaban Pat y Cristina a la que llamaban Cris son dos amiguitos realmente inseparables, en cuanto pueden se reúnen para jugar en la pequeña cabaña que han construido durante las vacaciones. Un jueves, Pat y Cris decidieron ir a su casita. Pat llegó primero, espero un buen rato pero Cris no llegaba, muy triste regresó al pueblo. Al pasar por delante de su amiga vio las ventanas cerradas. Cris estaba enferma y tenía mucha fiebre. Pat quiso ayudarle a ponerse buena ¡pero que puedo hacer cuando uno es chiquillo!. De pronto, en la oscuridad de la noche Cris vio en el cielo una estrella que brillaba 9114 arriba, sobre las montañas. ¡OH Pat... me gustaría mucho tener una estrella en la habitación. ¡Estoy segura que sanaría!. Pat no vaciló. Marchó con sus grandes zapatos y un bonito bastón que se había hecho. Con paso cauteloso trepó por el sendero de la montaña. En los pastizales las vacas pacían y sus negras formas le infundían un poco de miedo. Pero Pat pensó en Cris que estaba enferma y esto le dio ánimo. De vez en cuando, Pat levantaba la cabeza para ver la cima en donde brillaba la estrella. Nacía frío, el chiquillo oía crujir la nieve bajo sus pasos. El viento le helaba las orejas; pero, a pesar de todo, Pat proseguía su camino. Al llegar a la cresta, en las proximidades de la cima, salió la luna, Pat descubrió a su alrededor montañas blancas, negras y azules. Miró hacia su valle y distinguió las lucecitas de las casas. Pensó en que Cris debería estar durmiendo. En el cielo, la estrella seguía allí, más brillante, más clara todavía. Pero estaba lejos más lejos que nunca Pat se dio cuenta de que no podría alcanzarla y sintió deseos de llorar, bajó tristemente la cabeza y en el hueco de una roca vio una flor blanca, recubierta de pelusa, que parecía una estrella. Se apoderó de ella y emprendió velozmente la carrera para bajar más aprisa.

Al llegar a casa de Cris entró silenciosamente a la habitación y depositó la flor al lado de la cama. 19

Por la mañana, un rayo de sol se filtró por los costados de la alcoba de Cris y en ese momento Cris abrió los ojos. La flor totalmente blanca, brillaba en la penumbra. ¡Oh! Exclamó la niña. Una pequeña estrella se diría que es una estrella de las nieves. Cris se puso bien. El niño y su amiga acuden con frecuencia a la montaña en busca de estrellas de las nieves y confeccionan con ellas ramos que regalan a todos sus amigos

20

CUENTOS INDUSTRIALES

21

EL VIAJE. Había una vez un ratón que quería visitar a su madre. Entonces se compró un coche y se puso en camino hacia la casa de su madre. Viajó y viajó y viajó, hasta que el coche se hizo pedazos. Pero al lado del camino había una persona vendiendo patines. Entonces el ratón compró das patines y se los puso. Patinó y patinó y patinó, hasta que se les cayeron las ruedas. Pero al lado del camino había una persona vendiendo botas. Entonces el ratón compró dos botas g se las puso. Caminó y caminó y caminó, hasta que las botas tuvieron unos agujeros muy grandes. Pero al lado del camino había una persona vendiendo tenis. Entonces el ratón compró dos tenis y se los puso. El ratón corrió y corrió y corrió hasta que los tenis se rompieron. Entonces se quitó los tenis y anduvo y anduvo y anduvo, hasta que le dolieron tanto los pies que no pudo continuar. Pero al lado del camino había una persona vendiendo pies. Entonces el ratón se quitó los pies viejo y se puso unos nuevos. Corrió lo que le quedaba de camino hasta llegar a la casa de su madre. Cuando llegó allí su madre se alegró de verlo. Lo abrazó, y le dio un beso y le dijo: ¡Hola hijo mío! ¡Tienes buena cara!... ¡Que pies nuevos y más bonitos tienes!

22

EL CAMIÓN

¡Por fin llegó el camión! Todos se apresuran a subir. El camión atraviesa la ciudad. una señora teje, la niña mira por la ventana y un señor escucha la radio. El camión se aleja de la ciudad. Los pasajeros asombrados preguntan: ¿adónde vamos? Queríamos ir al zócalo. El chofer contesta: este camión no va al zócalo ¿no leyeron el letrero? ¡que distraídos! Ahora tienen que regresar caminado a la ciudad. ¿¿¿A que camión subirán esta vez???

23

PACO EL CHATO

Paco el chato vivía en una rancho. Al cumplir seis años. Paco debía entrar a la escuela. Para eso su papá lo llevó a la ciudad donde vivía su abuelita. Al llegar a la escuela, el primer día de clases, la abuelita le dijo: -A la salida me esperas en la puerta-. Paco esperó un rato, después empezó a caminar y se perdió. Paco se asustó y empezó a llorar. Un policía le preguntó su nombre, su apellido y su dirección. Paco no sabía ni su apellido, ni su dirección. El policía llevó a paco a la estación de radio para que avisara que ahí estaba. La abuelita de Paco escuchó el aviso y fue a buscarlo. Paco se alegró y prometió aprender su nombre completo y su dirección.

24

CUENTOS HISTÓRICOS

25

LOS MAYAS Los mayas desarrollaron una gran cultura en la península de Yucatán que en ese momento comprendía lo que ahora es Belice, una parte de México y una parte de Guatemala. Ya en los inicios de la era cristiana habían inventado un sistema de escritura, otro de números y el calendario, logros que hicieron de ellos el pueblo más avanzado en América. Los mayas vivieron en una chozas situadas en las faldas de las ciudades que estaban situadas por los centros religiosos en la cultura maya hay dos periodos, el clásico y el mexica. El primero también llamado el imperio antiguo, se prolongó hasta el siglo IX y en el se perfeccionaron las ciencias y las artes; además se edificaron varias ciudades. El segundo periodo conocido también como el imperio nuevo. Tuvo lugar en el norte de la propia península donde los mayas construyeron nuevos centros religiosos en torno de los cuales se formaron y crecieron unas ciudades, estados similares a la antigua Grecia. Debido a la influencia mexica empezaron a adorar a un dios en forma de serpiente emplumada. La escultura y la arquitectura maya son muy notables. La construcción más común era la de una pirámide cubierta de piedra y coronada por un templo el cual estaba decorado por figuras de dioses esculpidas en la propia piedra. Los mayas fueron también matemáticos habilísimos, formaron un sistema numérico de base veinte, se sabe que ellos de manera independiente concibieron la idea del cero.

26

HUITZILOPOCHTLI Coatlicue concibe a Huitzilopochtli sin concurso de varón, pero sus hijos, que ignoran el prodigio encabezados por Coyolxauhqui, se avergüenzan de la deshonra que ha caído sobre ellos y deciden matarlo. Coatlicue se aflige más el rey que lleva en las entrañas la consuela asegurándole que la defenderá. Cuando los hermanos aprestan a consumar el matricidio nace huitzilopochtli, quien persigue a los varones hasta exterminarlos. Luego ordena a un ayudante que encienda la tea con la que se destroza a su hermana Coyolxauhqui instigadora de todo.

27

LOS AZTECAS Los aztecas llegaron a México en el siglo XIII y vencieron a los ya debilitados toltecas. La cultura azteca alcanzó su máximo esplendor durante el siglo XV y parte del XVI. En cuanto a la escritura no desarrollaron un sistema formal sino que usaban una especie de escritura pictográfica. También hicieron su propio calendario el cual resultó ser bastante exacto. Según la leyenda, los aztecas decidieron fijar su capital donde encontraran un águila que teniendo una serpiente en el pico estuviera sobre un nopal que saliera de una roca y esta del agua. Los aztecas construyeron su ciudad Tenochtitlan, el año de 1225 en las islas del lago de Texcoco porque había muchos enemigos en la tierra firme. La nueva ciudad tenía una población de 2000 habitantes en el siglo XV. Unos canales entrelazaban las islas, de manera que se podía llegar en canoa o caminando por algunas de las calzadas de piedra que conectaba la ciudad con la tierra firme. Cu configuración era tan agradable y magnífica que se le ha llamado la "Venecia del nuevo mundo". En Tenochtitlan lo que más atraía la vista eran los grandes templos y las pirámides, y cerca de los templos estaban las escuelas que preparaban a los niños: para guerreros y sacerdotes. En 1500 Tenochtitlan se convirtió en el centro de un imperio que incluía por lo menos 5 millones de personas. Para los aztecas, el hacer su imperio significaba solamente reunir más individuos que pagaran tributo; pero sin la intención de integrarlos a la sociedad azteca. Las tropas españolas, conducidas por Hernán Cortés, arribaron a México en 1519. auxiliados por tribus resentidas contra los aztecas, fácilmente llegaron hasta la capital y tomaron preso a Moctezuma a quien al final mataron. Según sus creencias religiosas los hombres deben dar algo de mucho valor a los dioses para merecer sus favores. Así pues que mejor que ofrecer la propia vida por esta razón los mayas, pero sobre todo los aztecas, realizaban sacrificios humanos en las ceremonias religiosas. Se dice que los aztecas, en la dedicación del gran templo en Tenochtitlan sacrificaron veinte mil cautivos.

28

CUENTOS DE NATURALEZA MAGICA

29

BLANCA NIEVES Hace mucho tiempo vivía una hermosísima reina. Un día cuando estaba cosiendo junto a la ventana, se picó un dedo con la aguja y una gota de sangre cayó sobre la nieve. La gota roja se veía tan hermosa sobre la nieve blanca que la reina se dijo: "¡Cómo quisiera tener una hija con la piel blanca como la nieve, los labios rojos como la sangre y el cabello negro como el ébano!". Poco tiempo después, su deseo se hizo realidad y tuvo una niña que tenía la piel blanca como la nieve, los labios rojos como la sangre y el cabello negro como el ébano. Entonces la reina le dio el nombre de Blanca Nieves. Desafortunadamente la reina murió cuando la niña era aún muy pequeña y al poco tiempo, el rey contrajo matrimonio nuevamente. Su madrastra, la nueva reina, que era egoísta g vanidosa, no quería a Blanca Nieves. Desafortunadamente la reina murió cuando la niña era aún muy pequeña y al poco tiempo, el rey contrajo matrimonio nuevamente. Su madrastra, la nueva reina, que era egoísta y vanidosa, no quería a Blanca Nieves. La reina pasaba gran parte del tiempo contemplándose en su espejo mágico. Diariamente le preguntaba: -Espejo mágico, espejo de oro, ¿quién es la más hermosa? Dímelo tesoro. Y el espejo siempre respondía: -¡La más hermosa eres tú! Esta respuesta dejaba satisfecha a la reina hasta el día siguiente cuando interrogaba de nuevo al espejo, siempre con el temor de descubrir que había una mujer más hermosa que ella. Entre tanto Blanca Nieves seguía creciendo y era cada día más hermosa. Una mañana como de costumbre, la reina consultó su espejo mágico: -Espejo mágico, espejo de oro ¿quién es la más hermosa? Dímelo tesoro. Pero esta vez el espejo le respondió: -¡Blanca Nieves es la más hermosa!

La reina se puso furiosa e inmediatamente empezó a tramar un 30

plan para deshacerse de Blanca Nieves. La reina mandó llamar a uno de los cazadores reales y le ordenó: -Lleva a Blanca Nieves al bosque y cerciórate de que jamás regrese. El cazador llevó a la jovencita hasta la frontera del reino y la dejó sola en lo profundo del bosque. Blanca Nieves se asustó mucho y sintió ganas de llorar, pero en lugar de hacerlo, empezó a bucear un lugar seguro donde pasar la noche. Vagó por el bosque hasta que encontró una pequeña casa. Llamó a la puerta, pero nadie le respondió, entonces decidió entrar. En el comedor había una mesa con siete platos y en la planta alta un cuarto con siete camas. Blanca Nieves estaba tan hambrienta y cansada que comió y luego se acostó en una de las camas. Cuando llegaron los siete enanitos, que eran los dueños de la casa, la encontraron durmiendo profundamente. La vieron tan hermosa e inofensiva que decidieron no despertarla. A la mañana siguiente, escucharon atentamente el relato que les hizo Blanca Nieves. -Estarás más segura si té quedas con nosotros - le dijeron. Los siete enanitos salieron temprano a trabajar, pero antes advirtieron a Blanca Nieves que no dejara entrar a nadie en la casa. Al poco tiempo, la reina se enteró por medio del espejo que Blanca Nieves se encontraba a salvo y que vivía en la pequeña casa del bosque. Furiosa, la reina decidió deshacerse de una vez por todas de Blanca Nieves. Se disfrazó de campesina y se dirigió a la casa de los siete enanitos. -¡Manzanas! ¡Compre mis manzanas! Blanca Nieves se asomó a la ventana. ¡Las manzanas se veían tan deliciosas! Que no pudo resistir la tentación y compró una. Pero la manzana estaba envenenada y, después de haberla mordido, Blanca Nieves cayó al suelo.

Esa noche, cuando los enanitos llegaron a la casa, encontraron a Blanca Nieves tirada en el piso. Como no respiraba, creyeron que estaba muerta. Los siete enanitos estaban muy tristes y no se decidían a enterrar a Blanca Nieves. 31

Entonces construyeron una urna de cristal y la llevaron a una colina donde uno de ellos permanecía siempre a su lado. El tiempo pasaba y Blanca Nieves daba la impresión de que dormía. Un día, un apuesto príncipe que cabalgaba por el bosque vio a Blanca Nieves en su urna de cristal. Se veía tan hermosa que se enamoró de ella al instante. -¡Por favor, déjenme llevarla al castillo!-les suplicó-. Les prometo que la cuidaré siempre. Los enanitos conmovidos por su amorosa petición, accedieron. Cuando los sirvientes del príncipe levantaron la urna de cristal para llevarla al castillo, el pedazo de manzana que Blanca Nieves tenía atorado en la garganta cayó y ella despertó de su largo sueño. Blanca Nieves vio junto a ella al apuesto príncipe y se enamoró inmediatamente de él. Fue así como poco tiempo después, Blanca Nieves y el príncipe se casaron y vivieron muy felices para siempre.

32

LOS CISNES SALVAJES. Érase una vez un rey que tenía once hijos y una llamada Elisa. Los niños se querían mucho y eran muy unidos. A pesar de vivir en un hermoso castillo, jugaban y estudiaban como cualquier otro niño perteneciente a una familia feliz. Desafortunadamente, su madre murió poco tiempo después de haber nacido el más pequeño de los príncipes. Con el tiempo, el Rey se recobró de la tristeza que le había producido la muerte de su esposa. Un día conoció a una hermosa mujer y se enamoró de ella y, sin saber que en realidad era una bruja, le pidió que se casara con él. "Tendré una adorable compañera y mis hijos una buena madre", se dijo. Pero desde el día en que la madrastra se puso de pie en el palacio, detestó a los niños y decidió deshacerse de ellos. La nueva reina contaba toda clase de mentiras al Rey para indisponerlo contra sus hijos. Hasta que un día la malvada mujer reunió a los príncipes en una de las terrazas del palacio. -¡Váyanse lejos de aquí!- gritó-. Y con un movimiento de su capa, los convirtió a los once príncipes en cisnes salvajes. Como eran de sangre real, cada uno conservó una corona de oro en la cabeza. La malvada reina dijo al Rey que ella había visto a los príncipes huir del palacio. -¡Deja ir a esos ingratos! -le aconsejó. Y, como si esto no fuera poco, lo convenció para que enviara a Elisa a vivir con una familia de campesinos, argumentando que la princesa necesitaba estar con otros niños. Cuando Elisa cumplió quince años, el Rey envió por ella. La reina la recibió con falsa amabilidad. -Ven conmigo hija- le dijo-, debes estar hermosa cuando te reúna con tu padre. La bruja hizo aparecer a tres inmensos sapos. Tomó cada uno de ellos y dándoles un beso les ordenó: -Quieto que te sientes en la cabeza de Elisa para que se vuelva tonta. Tú te acercarás a su corazón y lo endurecerá. Y tú te acercarás a su Rente y harás que se vuelva fea. Luego los arrojó a la tina y el agua se volvió verde y nauseabunda. Pero la inocencia de Elisa rompió el hechizo. Los sapos se transformaron en flores y el agua volvió a ser limpia como el cristal. Al ver a Elisa limpia y hermosa, la reina le flotó la cara con jugo de nuez para que pareciera sucia y le enmarañó el pelo. Cuando Elisa se presentó Rente al Rey, éste estalló en Real cólera. ¡Esta criatura no es mi hija! -gritó. -¡Padre! ¡Soy Elisa! -sollozaba la pobre niña. -¡No le creas! ¡Es solo una sucia impostora! -gritó la reina. -¡Llévensela! -ordenó el Rey a los guardias. 33

La Pobre Elisa, llorando amargamente, se internó corriendo en el bosque. Ahora más que nunca echaba de menos a sus hermanos y anhelaba tener noticias de ellos. Rendida de cansancio se detuvo junto a un arroyo para lavar su cara y desenmarañar su cabello. En ese momento una anciana apareció a su lado.  ¿Ha visto usted alguna vez once príncipes errando por estos parajes' - preguntó Elisa.  No querida niña; pero he visto once cisnes que llevan en sus cabezas pequeñas coronas.  Vienen con frecuencia al anochecer y se posan en la orilla del lago, -respondió la anciana. Elisa corrió hasta la orilla y esperó escondida detrás de una roca. Al anochecer, escuchó un batir de alas y vio bajar del cielo once cisnes llevando en sus cabezas coronas de oro. Uno a uno, los cisnes descendieron hasta la orilla y cuando tocaron tierra recobraron su apariencia humana. Elisa los miraba asombrada desde su escondite. ¡Increíble! ¡Allí frente a ella estaban sus hermanos! -¡Antón... Sebastián! ¡Soy yo, Elisa! -gritó llamándolos por sus nombres y corriendo hacia ellos. Los príncipes no podían creer lo que veían y oían y felices se reunieron en torno a su hermana. ¡Que alegría estar todos allí reunidos! Los jóvenes relataron a Elisa cómo la malvada bruja los había hechizado y ella les contó cómo había sido arrojada del palacio. -Somos cisnes durante el día y humanos durante la noche -explicó Antón. -Encontraré la forma de liberarlos del hechizo -les aseguró Elisa-. Pero entre tanto, por favor no me dejen sola. Los hermanos encontraron un gran trozo de tela y con ella le hicieron un lecho a Elisa. Al amanecer, cuando el sol empezó a levantarse, los príncipes se convirtieron nuevamente en cisnes. Entonces alzaron suavemente el vuelo y se llevaron a Elisa con ellos. Sebastián, el menor, había recogido frutillas silvestres y las dejó en el regazo de su hermana. Al atardecer, llegaron a una cueva secreta que habían descubierto en lo profundo del bosque. Esa noche, Elisa soñó que un hada volaba por encima de su cabeza en una hoja. 34

-Tú puedes romper el hechizo de tus hermanos, pero tendrás que sufrir mucho, -le dijo-. Recoge ortiga en un cementerio y teje once camisas con la fibra que sacarás de ella. Cuando la hayas terminado, arrójalas sobre tus hermanos y el hechizo se romperá. Pero debo advertirte que hasta que no hayas terminado no podrás ni hablar ni reírte. -¡No importa! ¡Haré cualquier cosa para salvar a mis hermanos! -gritó Elisa en su sueño. Elisa se despertó tarde en la mañana y sus hermanos ya se habían marchado. En el suelo muy cerca del lugar donde dormía, se encontró un montón de ortiga. Inmediatamente puso manos a la obra. Cuando sus hermanos regresaron a la cueva, encontraron a Elisa tejiendo una extraña prenda. Sus manos estaban llenas de heridas y sus dedos con ampollas. -¿,Qué estás haciendo? -preguntó Sebastián. Pero Elisa no pudo responderle. Los ojos de Sebastián se llenaron de lágrimas cuando se inclinó sobre su hermana para ver lo que hacía. Las lágrimas cayeron sobre los dedos de Elisa e inmediatamente desaparecieron sus heridas. Ella, sin hablarle, lo miró agradecida. Los once hermanos la observaban curiosos; todo esto era tan misterioso pero al final comprendieron que había algo mágico en el trabajo que ejecutaba su hermana. Tal vez Elisa estaba tratando de liberarlos del hechizo.

Muy temprano en la mañana, cuando sus hermanos habían alzado el vuelo, Elisa salió de la cueva y fue a sentarse bajo un roble. No había pasado mucho tiempo cuando un grupo de cazadores la descubrió. -¿Quién eres tú? -le preguntaron. Al ver que no contestaba, la arrastraron del lugar donde se encontraba. -¡Deténganse! -gritó un joven rey que pasaba montando en su cabalgadura. -Cómo te llamas' -preguntó el Rey amablemente. Elisa movió la cabeza negativamente y sonrió-. Te llevaré conmigo -dijo el Rey y ordenó a los cazadores que se marcharan. En el palacio, el Rey trataba de comunicarse con Elisa en diferentes idiomas mientras la miraba trabajar, pero nunca obtenía respuesta. A pesar de su silencio, su dulce mirada y su hermoso rostro capturaron el corazón del Rey. Elisa pasaba la mayor parte del tiempo tejiendo en silencio. El Rey 35

venía a visitarla con frecuencia pues en su compañía encontraba paz y felicidad. Un día el Rey anunció al arzobispo: -Estoy enamorado de esta dulce criatura y quiero casarme con ella. El arzobispo escuchó aterrado. -¡Su Majestad no sabe nada acerca de esta joven! Por lo que sé, debe ser una bruja. Ó Qué piensa usted de su extraña labor de tejido? Sin duda está escondiendo algo. Pero el Rey estaba decidido. Habló con Elisa y muy pronto, se celebró la real boda. Un día Elisa se dio cuenta que se le había terminado la ortiga. Esa noche salió del palacio y se dirigió al cementerio. Casualmente, se habían reunido allí un grupo de brujas pero Elisa no advirtió su presencia. El arzobispo que la había seguido la vio entrar en el cementerio y corrió a avisar al Rey. -¡Su majestad, le advertí que su esposa era una bruja! El Rey horrorizado vio a su esposa recogiendo ortiga mientras tres horribles brujas conversaban en una tumba vecina. -¡No puedo creer lo que veo! -gritó el Rey traspasado de dolor. Elisa fue acusada de brujería y sentenciada a morir en la hoguera. -¡Habla por favor! Dime que eres inocente. -Imploraba el Rey pero ella sólo lo miraba llena de tristeza.

El día siguiente, fue conducida a la plaza donde una gran pila de leña había sido colocada alrededor de un madero. Elisa continuaba tejiendo y a su lado estaban diez camisas. Al paso del carromato la muchedumbre gritaba: -¡Quemen a la bruja! De repente, once cisnes descendieron del cielo y se posaron al lado de la joven. Inmediatamente ella arrojó las camisas sobre ellos. ante la sorpresa de todos, los cisnes se convirtieron en apuestos jóvenes. Sebastián recibió la última camisa a la que le faltaba una manga entonces se quedó con un ala. -¡Sálvense! -gritó Elisa-. ¡Soy inocente! Elisa rodeada de sus hermano subió al estrado donde se encontraban el Rey. Llorando le contó la historia del hechizo que les había hecho su madrastra; cómo la había arrojado del palacio; cómo había encontrado a sus hermanos y porque guardaba silencio mientras cosía las camisas de ortiga. Los ojos del Rey también se llenaron de lágrimas y acercándose a su esposa le dijo: -Sólo alguien con un corazón como el tuyo sería capaz de tal sacrificio. La multitud emocionada gritaba: -¡Dios salve a la Reina!

36

En ese momento Elisa vio el ala de Sebastián. -¡OH, tu pobre brazo! -gritó angustiada. -¡No te preocupes! -dijo su hermano abrazándola -. La llevaré orgulloso como símbolo del amor abnegado de mi hermana.

37

EL HADA DEL MAR

El rey prometió la mano de su hija a quien le trajera un perla pequeña y pesada como una montaña. Todos los pretendientes se echaron a reír menos Manolo, que se lanzó muy decidido a la aventura. Un pajarillo le dijo que en la playa encontraría un hada que lo guiaría a condición de que no hablara. Efectivamente, en la playa un hada lo esperaba y Manolo montó en la barca sin decir una sola palabra. Llegaron a una extraña isla donde la reina de las hadas le ofreció una ostra para entregársela al rey. Manolo corrió al palacio a entregar la extraña ostra cuyo peso apenas notaba, cosa que le sorprendía. El rey le preguntó que pruebas tenía para afirmar que aquella ostra contenía la perla deseada. Entonces abrieron la ostra y ante los ojos del rey y la princesa apareció la reina de las hadas. Así lo entendió el rey que aceptó al apuesto mancebo. Los dos jóvenes se casaron al día siguiente y vivieron muy felices toda la vida.

38

PULGARCITA Había una vez una mujer que añoraba tener una hijita para cuidarla y quererla. Pasó el tiempo y no tuvo hijos y por eso se entristeció mucho, un día supo que había una vieja que podía ayudarla y fue a verla. La vieja sabia... sonriéndole le dijo, toma esta semilla y plántala en una maceta y tu verás que tienes una hijita. La mujer tomó la semilla y se la llevó a su casa y la plantó. Pronto le aparecieron brotes verdes y botón creció entre ellos. Por ultimo el botón se abrió y salió una flor amarilla. Justo en el centro apareció una niñita, que no era más grande que el pulgar de la mujer. La mujer miró a la niña ¡que hermosa eres! Le dijo. Eres muy pequeña y hermosa, te llamaré Pulgarcita. La mujer estaba feliz de tener al fin una niña y atendía con esmero a pulgar-cita. Pulgarcita estaba contenta también. Cantaba canciones con suave y cristalina voz cuando jugaba sobre la mesa de la cocina. Por las noches dormía en una cama hecha con cáscara de nuez. Una vez una rana grande oyó cantar a pulgarcita y saltó por la ventana. Tu podrías ser una esposa ideal para mi hijo, dijo la rana. Y se llevó a pulgarcita al riachuelo donde vivían. La rana dejó a la pequeñita sola en un lirio y se fue en busca de su hijo.

39

Pulgarcita no quería casarse con un sapo feo, pero no sabía como escaparse de ahí. Después de un rato, vinieron unos pececillos amistosos. ¡Por favor ayúdeme, la rana quiere que me case con su hijo! Debo escapar de aquí de alguna manera. Pulgarcita les dio mucha lastima a los pececillos. Entonces se pasaron todo el día mordiendo el tallo de una hoja , hasta que por fin Pulgarcita pudo salir flotando. Cuando regreso Pulgarcita ya no se encontraba en un riachuelo , Ahora era una ratita quien la habia encontrado y le pregunto ¿Por qué no te casas con mi amigo el topo? Pulgarcita no quería casarse con el topo porque vivía debajo de la tierra y nunca entraba el sol. Al día siguiente, el topo visitó a Pulgarcita. Por favor ven a ver donde vivo, le dijo. Y al entrar el topo le dijo, ten cuidado hay un pájaro muerto aquí adentro. Pulgarcita vio que el pájaro, era una golondrina. No estaba muerta pero si helado y muy débil. Pulgarcita sintió pena por el pájaro, y lo cubrió con hojas secas y pasto para abrigarlo. Pulgarcita lo cuidó durante el largo y frío invierno. Cuando vino el verano el pájaro se sintió mejor listo para volver a su propia casa. Ella estaba feliz del que el pájaro se sintiera bien pero sabía que lo echaría de menos. Pulgarcita miraba por última vez hacia el cielo con los ojos llenos de lágrimas pues ya terminaba el verano, cuando de pronto uno de los pájaros que volaba sobre su cabeza desvió su vuelo hacia ella, era la golondrina que había salvado. 40

¡Ven conmigo! Dijo el pájaro. Pulgarcita se alegró mucho. Ella montó sobre el lomo del el pájaro y voló con el hacia tierras lejanas donde siempre era verano. Este era un lugar lleno de flores y dentro de cada uno vivía una persona, justamente como lo era Pulgarcita -Somos el pueblo de las flores- le decían - y este es un verdadero hogar Nosotros te llamaremos Maia-. Maia amaba su nuevo hogar. Pronto se casó con el apuesto príncipe de las flores y vivieron felices para siempre.

41

LEYENDAS

42

EN QUERÉTARO

La Construcción del Acueducto se debe al benefactor Don Juan Antonio de Urrutia y Arana, Marqués de la Villa del Villar del Águila. Según los relatos se cuenta que al carecer la ciudad de agua potable las monjas del convento de las capuchinas suplicaron la ayuda del Marqués por conocer de antemano su noble corazón, y éste enamorado de una de ellas llamada Sor Marcela, aceptó ayudar a esta causa con la condición de que ella aceptase casarse con él. Ante esta situación y viendo los beneficios tan grandes que tendría la ciudad, Sor Marcela aceptó la propuesta bajo otra condición que consistía en que ella aceptaba casarse con él, pero a cambio no tendrían vida marital, el Marqués aceptó gustoso porque estaba convencido de que con el trato y el tiempo, Sor Marcela llegaría a amarlo tanto como él deseaba. Y es así como fue erigido ese gran monumento que hoy día simboliza y enorgullece a los queretanos.

43

CATARATAS DEL IGUAZÚ

La leyenda guaraní sostiene que fue obra de un dios celoso de una bella muchacha llamada Naipú, que vivía a orillas del río y de quien se había enamorado. Pero Naipú prefirió los amores de un mortal, y se marchó con su amante en una canoa. El dios, enfurecido, produjo las cataratas para detenerlos.

44

FÁBULAS

45

EL León y El Ratón

Unos ratoncitos, jugando sin cuidado en un prado, despertaron a un león que dormía plácidamente al pie de un árbol. La fiera, levantándose de pronto, atrapó entre sus garras al más atrevido de la pandilla. El ratoncillo, preso de terror, prometió al león que si le perdonaba la vida la emplearía en servirlo; y aunque esta promesa lo hizo reír, el león terminó por soltarlo. Tiempo después, la fiera cayó en las redes que un cazador le había tendido y como, a pesar de su fuerza, no podía librarse, atronó la selva con sus furiosos rugidos. El ratoncillo, al oírlo, acudió presuroso y rompió las redes con sus afilados dientes. De esta manera el pequeño exprisionero cumplió su promesa, y salvó la vida del rey de los animales. El león meditó seriamente en el favor que acababa de recibir y prometió ser en adelante más generoso. En los cambios de fortuna, los poderosos necesitan la ayuda de los débiles. Fin.

46

Las Gallinas gordas y flacas

Vivían en un corral varias gallinas: unas bien cebadas y gordas; otras, por el contrario, flacas y desmedradas. Las gallinas gordas, orgullosas de su buena facha, se burlaban de las flacas y las insultaban llamándolas huesudas, muertas de hambre, ate., etc. Pero el cocinero, debiendo preparar algunos platos para el banquete de Año Nuevo, bajó al gallinero y eligió las mejores que allí había. La elección no fue difícil. Entonces, viendo las gallinas gordas su fatal destino, envidiaron la mejor suerte de sus compañeras flacas y esqueléticas. No despreciemos jamás a los débiles; quizá tengan mejor suerte que nosotros. Fin.

47

El Pastor mentiroso

Apacentando un joven su ganado gritó desde la cima de un collado: -¡Favor; que viene un lobo, labradores! Estos, abandonando sus labores, acuden prontamente, y hallan que es una chanza solamente. Vuelve a llamar, y temen la desgracia. Segunda vez los burla. ¡Linda gracia! Pero, ¿qué sucedió la vez tercera? Que vino en realidad la hambrienta fiera. Entonces el Zagal se desgañita, y por más que patea, llora y grita, no se mueve la gente, escarmentada, y el Lobo le devora la manada. ¡Cuántas veces resulta de un engaño contra el engañador el mayor daño! Fin.

48

HISTORIAS

49

ASÍ ERA MORELOS Durante la guerra de Independencia, el General Morelos recibió de parte de un amigo una carta que decía: "Sé de buena fuente que el virrey a pagado a un asesino para que lo mate a usted; pero no puedo darle más señas de ese hombre sino que es muy barrigón..." Era la hora del almuerzo cuando Morelos recibió la carta, y estaba leyéndola atentamente cuando un individuo de abultado abdomen se presentó ante el, pidiéndole lo admitiera en su ejército para prestar sus servicios en bien de la independencia nacional. Don José María Morelos, sonriente, hizo que el huésped se sentara a su derecha; compartió con el su sencillo almuerzo y salió después a recorrer su campamento. Volvió a la hora de la cena y volvió a colocar al desconocido a su derecha. Después de cenar, ordenó que junto a la suya se colocara otra cama para el forastero; apagó la luz, se volvió del lado de la pared y pronto se quedó dormido, como duermen las personas que nada tienen que temer. El hombre que había ido a asesinar al general espantado de tanta serenidad, no se atrevió a ordenar las ordenes del virrey y por la noche salió sin hacer ruido del campamento y huyó. Al clarear el día se incorporó el señor Morelos y lo primero que hizo fue mirara hacia la cama cercana pero vio que estaba vacía. (Que pasó con el hombre que anoche durmió aquí)- le preguntó al asistente. Señor- le contestó el soldado, dicen que en la madrugada ensilló su caballo, montó y se fue. El General Morelos pidió un papel para escribir un recado y con su letra gorda, clara y firme contestó a su amigo: "Le doy mil gracias por su aviso, pero puedo asegurarle que no hay en este campamento más barrigón que yo."

50

AUTORRETRATO Este que veis aquí de rostro aguileño, de cabello castaño, de frente lisa y desembarazada de alegres ojos, de nariz corva aunque bien proporcionada, las barbas de plata que no veinte años fueron de oro, los bigotes grandes, la boca pequeña, los dientes no crecidos porque no tiene sino seis, y estos mal acondicionados y peor puestos, sin correspondencia de los unos con los otros; el cuerpo entre dos extremos, ni grande ni pequeño; la color viva, antes blanca que morena; algo cargado de espaldas y no muy ligero de pies; este, digo, que es el rostro del autor de Galatea y de Don Quijote de la mancha... y otras obras que andan por ahí descarriadas y quizás sin el nombre de su dueño: llámese comúnmente Miguel de Cervantes Saavedra. Fue soldado muchos años y cinco y medio cautivo, donde aprendió a tener paciencia en las adversidades; perdió en la batalla naval de Lepanto la mano izquierda, de un arcabuzazo, herida que, aunque parece fea, el la tiene por hermosa por haberla cobrado en la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos ni esperan ver los venideros, militando debajo de las vencedoras banderas del hijo del rayo de la guerra, Carlos V.

51

SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ Nació en Nepantla. Dos volcanes recortaron el paisaje familiar de su infancia, pero es el Iztlaccihuatl, de finos perfiles, el que influyó en su alma y no el Popocatepetl, vasto y macizo hasta su cumbre. La luz de la meseta le hizo esos ojos rasgados y enormes para recorrer el ancho horizonte. Andar en la atmósfera diáfana, le fue dada esa belleza que al caminar le hacía parecerse a un largo jazmín en la fina luz de la tarde. No hay vaguedad de ensueño en las pupilas de sus retratos. Los de Juana de Asbaje son ojos acostumbrados a ver que las criaturas y las cosas se destaquen nítidamente en el aire luminoso de los llanos altos. Detrás de esos ojos el pensamiento debió tener las misma claridad y agudeza del aire, muy delicada la nariz, la boca, ni triste ni alegre, tenía los labios firmes para que no le hicieran temblar las emociones. Blanco, aguzado y perfecto el ovalo del rostro como una almendra desnuda sobre la palidez de ese rostro debió resultar muy hermoso el negro intenso de los cabellos y de los ojos. Los hombros finos también, y la mano sencillamente milagrosa, podía haberse quedado de ella solo eso, y conoceríamos el cuerpo y el alma por aquella mano sensible y noble como sus versos... Es muy bella su figura inclinada sobre la oscura mesa de caoba, los grandes libros en que estudiaba, acostumbrados a sentir sobre sí la diestra amarilla y rugosa de venerables eruditos, debieron sorprenderse con la frescura de agua de esa mano...

52

HISTORIETAS

53

Mafalda:

Garfield Sin palabras…

54

Condorito:

55