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• Gabriel Suarez

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UN CUENTO CORTO:

¿CUALES SON MIS VALORES?

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¿Cuales son mis valores, si lo que trato de aplicar a mi mismo no aplico a los demás. ? Creo que esto es un dilema universal. Creo que YO, como ser humano, no debo tener vicios, y malgastar mi vida desmedidamente. Creo en mantener el lugar donde reside mi conciencia, puro y que mi felicidad no dependa de alguna sustancia externa. ¿pero eso me haría juzgar a mis amigos? Y si ellos desean mantener sus vicios? Vivo rodeado de una civilización consistente en sus patrones establecidos. A pocos le interesa cambiar esto; llegan los fines de semana, un par de cervezas con los amigos, unos cigarrillitos de tabaco, otros de marihuana, otros con mas dinero se entretienen con la cocaína, casi todas estas cosas se pueden ver simplemente como aceleradoras de la vida. No es que la vida se haga más corta, sino más repetitiva, por lo tanto insignificativa. Yo pienso que mi vida puede llegar a ser insignificante para todos los que me rodean, pues ninguna opinión de nadie debe alterar mi propio valor. Lo que mi vida no debe llegar a ser es insignificante para mi mismo. Siempre se dice: "No debes juzgar". Claro que, es inevitable juzgarse a sí mismo, y los valores establecen que como uno se juzga a uno mismo...uno juzga a los demás. Por ello, CADA CUAL JUZGA POR SU PROPIA CONDICION. Aún así, el sabio aprende a no juzgar. Volviendo al principio, ¿Cuales son mis valores, si lo que trato de aplicar a mi mismo no aplico a los demás? Al mismo tiempo, ¿como puedo yo servir de guía si tampoco conozco el final del camino? Eso es lo que determina en todo caso que no se puede juzgar.

¿Cómo vivir en paz, permitiendo que un ser querido haga cosas que considero yo mismo que debo evitar? ¿Cómo yo interponerme en su camino, enjuiciar lo que es su experiencia o felicidad y no actuar como ignorante fanático de alguna religión que simplemente le interesa que cumplan sus reglas? Esto sigue siendo un conflicto, que cada paso de mi vida sea testimonio de la verdad. Muchos optan por separase de sus amistades usuales, las que ahora consideran dañinas; ¡ pero QUE CONVENIENTE !!!!! Al mismo tiempo, ¡que egoísta! y ¡que mal ejemplo es la separación!. En casos de matrimonios, muchos se rinden antes de haber realmente buscado todas las posibles soluciones y sus egos hacen que defiendan irracionalmente el que su infelicidad sea “causada por la otra persona” cuando el vacío es del aquel que no cultiva espiritualidad, amor, comunicación, armonía, en su interior. No veo que seamos muy diferentes, ni que existan niveles extremadamente separados de ser humano a ser humano, porque todos nacimos en el mismo planeta. Unos con mucha suerte, otros con menos suerte y otros con nada de suerte. ¿Pero la suerte existe? hmmm... Ahora más que saber qué o quién soy, mucho me interesa saber qué esta bien y que esta mal. Y eso era lo que el Dios, en la Biblia en el capítulo de Génesis, no quería Adán ni Eva conocieran (no comer de aquel árbol). ¿Cómo vivir en paz con tantas diferencias de opinión sobre el bien o el mal? Quizá para Dios no existe tal cosa, ni bien ni mal, para El lo que es, es. Quizá así es su balance en la naturaleza. Hay temas que no deben tener el lujo de considerarse controversiales. Aquellos temas como el aborto, el homosexualismo, la guerra. Temas llenos de mentiras destructivas. ¿Llegaremos a ser como el adicto que se rinde a sus vicios? Que llega a decirse a sí mismo para sentirse bien: “Yo soy así”… o “No dejo el cigarrillo, porque me gusta demasiado”… Es definitivamente algo totalmente degradado concluir que yo soy mis deseos. Casi puedo decir que antes de perder un amigo me cortaría un dedo, porque reconozco que ninguna persona es perfecta y hasta mis mejores amigos me

fallarán grandemente. No los puedo culpar, tengo que perdonar. Mi paz también depende de ello. El perdón es una de las mejores formas de ayudar, y en este mundo de ineficiencias tenemos que darnos las manos aunque las manos del otro estén llenas de cristal. Necesitamos tiempo a solas, pero no podemos vivir solos. Lo mejor que puedo hacer es encontrar un balance y demostrar un cambio empezando por mi, dando el mejor ejemplo posible. Evitar ser usado o puesto en situaciones comprometedoras que vayan en contra de mis valores personales. Puedo reconocer lo que está bien o mal para mí, pero nunca para los demás. Cada cual tiene su camino, su destino y su razón de existir.