Correcciones Aquelarre

Hola Richard, me llamo Gorka y hace un tiempín que me compré la nueva edición del Aquelarre y me gustaría comentarte cie

Views 167 Downloads 0 File size 296KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Hola Richard, me llamo Gorka y hace un tiempín que me compré la nueva edición del Aquelarre y me gustaría comentarte ciertas cosas que me parece que deberíais de tener en cuenta (colaboradores, amigos, la afición del Aquelarre...) a la hora de publicar nuevos suplementos, ahora que la nueva edición aun esta verde y a expensas de madurar. Ya sé que es un juego y que tampoco tenemos que ponernos pesados a la hora de especificar detalles rigurosamente históricos, pero como personita que vive en la Comunidad Autónoma del País Vasco (alias CAPV) y natural parlante del vascuence, me dirijo a ti para comentarte ciertas cuestiones que considero, afectan al rigor histórico en todo lo referente al Reino de Navarra y a los grupos étnicos vascón y navarro del juego. Se que la concepción de presentar separadas ambas realidades (la vasca y la navarra) aún se mantiene en libros, escritores y universidades, pero esta verdad está bastante alejada de lo que arrojan la mayoría de testimonios escritos, tanto de la época como de lo que podemos ir encontrando a medida que avanza la historia y nos adentramos en el Renacimiento. La concepción que aparece reflejada en el libro, casualmente, responde a la actual división lingüística de la Comunidad Foral de Navarra y no a la que nos indican los registros históricos que mayoritariamente proceden de los siglos XVI-XVII (aunque especialmente reveladoras son las lineas insertas en el Codex Calistinus por parte de Aymeric Picaud). Lo primero que hay que entender para analizar este tema, es que las acepciones navarro y vascón son, de alguna manera, indisolubles ya que ambas hacen referencia a la misma comunidad lingúistica (más aún en aquellos tiempos http://www.celtiberia.net/verrespuesta.asp?idp=589 8). De hecho no hay que olvidar que el solar propio de la tribu prerromanica llamada vascones es Navarra, por lo que no entiendo muy bien el hecho de separar ambos sustantivos. Después de la conquista castellana de los territorios occidentales (más o menos la anteriormente mentada CAPV en la que vivo) en el último año del siglo XII, y a lo largo de lo que nos queda de Edad Media hasta la definitiva conquista del territorio peninsular de Navarra, la situación política es muy parecida a la que ofrece el actual marco autonómico de donde, entiendo yo, vienen todos estos desbarajustes de separar navarro de vasco y desgajar el vascuence de parte del terrritorio Navarro. Por otro lado, no se muy bien cual es la razón para que los vascos y navarros nobles no puedan saber vascuence. De hecho es un tanto incompatible que la hidalguia universal otorgada a ambas comunidades las convierta en desconocedoras de su propio idioma (algo relativo a esta incogruencia viene ya señalada en alguno de los "Aker Codices" que he tenido el gusto de leer en internet). Es evidente que la nobleza vasca conocia el idioma vasco, ya que incluso algunos siglos despues, la hidalguia por aquel entonces llamada "vizcaina", que manejaba las cancillerias de sus majestades imperiales de la corona española del siglo de oro y los funcionarios de palacio de igual procedencia, conocian el idioma de su tierra. Más aun. Las primeras letras en vascuence fueron fruto de altos cargos, tanto de la corona Navarra de ultrapuertos, como de aquellos que debian su lealtad a la dinastia de los Austrias (de hecho, no podía haber sido de otra manera, ya que el pueblo llano era analfabeto). Y no me refiero a producción literaria, no. Me refiero a correspondencia personal que mantenían unos con otros. Cartas, que han permanecido al alcance de cualquiera y que demuestran que además de conocer el idioma vasco, también lo utilizaban con regularidad con personas de su mismo origen. Cito el ejemplo de dos altos cargos de Carlos III "el Noble". Fueron estos Martín de San Martín, maestro de finanzas y secretario del rey, y Matxin de Zalba, tesorero de la reina e

igualmente secretario personal de los monarcas navarros. Por procedencia, el primero seria oriundo de uno de los tres pueblos homónimos que hay en Navarra (dos de ellos en la actual zona media), pero para cuando murió este (1429) ya llevaba muchos años residiendo en Olite (actualmente zona no-vascófona). El segundo pertenecía a una acaudalada familia pamplonesa dedicada al comercio internacional. Seguramente ambos, al igual que todos los altos cargos públicos de la corte, sabían mas de un idioma y habrían estudiado en alguna universidad europea, pero eso no los llevo a perder su lengua natal. Tal es así, que aun Nebrija cuando redacto la Gramática Castellana, establecía como uno de los objetivos "hacer aprender nuestra lengua a vizcaínos y navarros"... A vizcaínos y navarros que sabían escribir y leer entiendo yo, y ya sabemos a que sustrato social NO pertenecían estos individuos. En esta linea, aun en 1716, el fiscal del consejo de Castilla, Rodrigo Villalpando, expedía instrucciones secretas para la introducción de la lengua castellana en Catalunya, ordenando que se habían de utilizar "instrucciones y providencias mui templadas y disimuladas, de manera que se consiga el efecto sin que se note el cuidado" y pone como ejemplo la política que llevaban en Navarra: "Porque en Navarra se abla bascuence en la maior parte. Y van a gobernar ministros castellanos". Sabemos que en el caso del euskera (que los PJ-s navarros no tienen como lengua básica en el juego) está claro que durante años se dio una zona bilingüe en toda su zona de contacto con lo que no era Navarra (con otro país donde no se hablaba el euskera), ya que, de no haber sido así, no hubiera podido "salpicar" con su sustancia al naciente castellano y al navarro-aragonés (sin olvidarnos del gascón). La prueba patente de este bilingúismo milenario estaría en las propias glosas emilianenses; en la discusión académica de si en lo que escribían aquellos monjes era castellano o navarroaragonés y el propio hecho, de que quien las escribió fuera vascoparlante (no sólo él, sino el conjunto del cenobio en sí, ya que las notas a pie de página también las escribió para comprensión del resto de la comunidad religiosa, entiendo yo). Esto, nos da a entender de alguna manera, que las tierras de la Rioja tambien entraban dentro de los límites del euskera (existe un documento relativo al siglo XIII acreditativo de esto llamado "La fazanya de Ojascastro" http://www.celtiberia.net/verrespuesta.asp?idp=9006 ). Es más, cuando el propio Cid recurre a la palabra "Minaya" (bueno, quien fuera que lo escribió), no esta diciendo más que mi anaia (hermano en euskera). Al rededor de todo el país del euskera se dio una zona bilingüe con el latín que acabo por impregnar con su sustancia las leguas romances que allí se generaron. Es imposible que los navarros no supieran la lengua con la que crearon el navarro-aragonés, allá donde el reino topaba con otros poderes políticos. Y en el caso del pobre alcalde de Ojacastro, el hecho de la connivencia con el vascuence lo convertía a ojos del corregidor de Burgos, en adicto al reino donde se utilizaba esta lengua y que siempre reclamo sus derechos para con la Rioja. No olvidemos que Najera-Naiara fue corte navarra en el siglo XI y que el propio Sancho VI sometió a litigio esta cuestión en el laudo arbitral que dirigió Enrique Plantagenet, y que lo enfrentaba a Alfonso VIII por cuestiones territoriales. Además se da la casualidad, de que el rey angevino tuvo que ordenar a sus hombres el estudio de la "lingua navarrorum" para entenderse con la delegación navarra y esta por supuesto, no podía ser romance ya que por aquella época apenas se diferenciaría del castellano. De hecho, hoy en día, persiste la polémica entorno a si las glosas emilianenses son castellano o navarro-aragonés. Acertar en la situación de un determinado idioma en un determinado lapso temporal y marcar sus límites es algo que nunca podremos establecer con un 100% de seguridad, pero sí que podemos plegarnos de alguna manera a la generalidad de las situaciones temporales que conocemos, para optar por la posibilidad más

recurrente histórica, lingüística y socialmente (y no por la mas remota que es la que veo reflejada en el libro). Y desde luego, los diferentes testimonios escritos a lo largo de la historia, así como la toponimia y el hecho de que el vascuence haya llegado hasta nosotros (así como los intentos de los diferentes gobiernos, reyes y regímenes de acabar con él), nos indican que el euskera no ha sido una lengua marginal de la montaña, alejada de todo atisbo de civilización y conservada gracias al aislamiento de sus gentes (que yo sepa las alturas del Pirineo oscense son bastante más propicias a tal fin... ¿Porqué no perduró entonces allí el vascuence si, gracias a la toponimia, sabemos que se habló), sino que muy por el contrario era una lengua presente no sólo en el campo, sino en las ciudades de origen romano, en las tierras de repoblamiento, así como en los burgos de nueva construcción (a pesar de que éstos, en un principio, fueran asentamientos de pobladores transpirenaicos, mayoritariamente occitanos). La cuestión es que no se porqué (ya hemos hablado de los monjes de San Millán), cuando nos referimos a las tierras conquistadas a los árabes en la ribera, asumimos automáticamente que estos repobladores hablaban en romance, o que el conjunto de los habitantes a los que habían conquistado acababan por romanizar a los que venían del norte (los vascones del reino de Pamplona). No solo eso, sino que también conseguían aculturizar a las élites que los habían conquistado (algo realmente inusual en la historia universal). Así, siempre se nos ha presentado una Navarra partida en dos, donde la cultura y el mundo de los vascuences aparece como una tribu perdida de dios que ronda siempre las montañas, sin ningún otro elemento en común que el de ser unos salvajes ¿Acaso no nacieron las élites de ese reino navarro de aquellos mismos parajes de montañas, después de décadas luchando al amparo de sus pequeños valles? De repente desaparece la batalla de Roncesvalles, la primera dinastía regia navarra (y su posible ligazón a las tierras tramontanas aragonesas reflejado en la inclusión del escudo de estos, como cuartel en el aragonés), la toponimia de todos los valles Pirenaicos y las palabras que el famoso "amigo de los vascos", Aymeric Picaud, nos dedicara en su guía del peregrino del códice Calixtino ¡Pero si hasta este antipático monje recogió una buena muestra del idioma que se hablaba en aquella época en Navarra y todavía hay a quien se le olvida! El propio padre de las dinastias regias que acabaron configurando los reinos de Navarra, Castilla y Aragón, Sancho III "el Mayor", era llamado por los árabes Amir - al - Bashkuns, siendo estos bashkuns los que hablaban al- Bashkiya, esto es, euskera. Por cierto que 300 años antes, Abderraman I era llamado Rex Spaniae por los cronicones carolingios e incluso en la época de Alfonso el Batallador, Spania, era como se denominaba a la zona controlada por los árabes en clara muestra de que los reinos cristianos del Pirineo tenían en las montañas su lugar de nacimiento, y de estas y de los "Bashkuns" que las habitaban, Sancho III fue rey y señor (esto es, que de descender descienden los aragoneses de los navarros y no al revés, tal y como se puede leer en la descripción que de los navarros hace el juego). Está bien que se tenga en cuenta la presencia del romance navarro-aragonés en suelo navarro (no en vano fue lengua burocrática sustituyendo al occitano), pero de ahí a que las élites lo utilizaran como lengua franca hay un trecho (al igual que utilizasen el occitano antes que éste). Primero porque no tenían porqué y segundo porque el conocimiento del primero no conlleva el desconocimiento del segundo. Volvemos a lo mismo. El estado español persigue conscientemente el bilingüismo y eso se nota en su historiografía. El hecho de la disposición en navarro-aragonés de los documentos de la corte (o en latín previamente) nos demuestra que el euskera ha sido lengua ágrafa hasta hace bien poco, no que los que escribían aquellos textos no supieran la lengua común a todos

los navarros. Cuando se han dado retrocesos en la extensión del vascuence no han sido por un deseo expreso de los naturales del país, sino por una presión expresa de un estado extraño y dominante sobre la población, como atestiguan los múltiples ejemplos bien documentados que, desde la conquista del año 1512 (y como en Ojacastro o Jaca en siglos anteriores) hasta fechas muy recientes, nos han dejado las disposiciones legales y judiciales que sobre la población civil han impuesto gobernadores y virreyes cual colonia indígena. Cito por ejemplo, las disposiciones del Fuero General (S.XII) en las que figuraban palabras en vascuence y que fueron suprimidas e incluso eliminados párrafos enteros y que dieron como resultado el actual Fuero Reducido impuesto por los conquistadores españoles en el año 1528. Curiosamente, algunas de estas palabras en euskera hacen referencia a impuestos típicamente villanos, como las fonsaderas (ozterate) o las pechas (opilarinzadas, azaguerrico, guirisellu zor, illumbe zor...), mostrando a las claras cuál era la verdadera difusión del euskera en aquella época y en especial, en las villas aforadas. O incluso en anteriores conquistas, como la ya mentada varias veces "Fazanya de Ojascastro" o la prohibición de hablar vascuence en el mercado de Jaca del siglo XIV. Siempre que un poder nuevo se asiente en tierras en litigio va a intentar imponer su impronta cultural para justificar su dominio del espacio fronterizo, ya fuera en Huesca, la rioja o en la propia Navarra, cuando se convierte en frontera entre las recién constituidas naciones española y francesa (sin olvidar que Navarra seguiría siendo independiente al norte de los Pirineos hasta 1610). Por un trabajo de Manuel Lekuona, sabemos que un texto del año 1587 muestra que son 451 las localidades oficialmente vascoparlantes del obispado de Pamplona, mientras que 58 no se consideran tales. Aún así, Erlantz Urtasun ha publicado otro documento (un proceso que tuvo lugar en Tudela en años similares) en la que todos los testigos saben euskera y en la que plantean la necesidad de que el veterinario de Tudela sepa euskera para entenderse con ellos, lo cual, nos previene ante la suposición de áreas en las que no existía el euskera dentro de Navarra (las 58 villas antes citadas serían de mayoría romance o compartida). A esto hay que sumar, que los conquistadores ya llevaban más de 50 años imponiendo sus enseñas, leyes e idioma. Resumiendo, yo entiendo Navarra como cualquier otro reino, donde vascones, judíos (la judería de Tudela vio nacer a dos grandes de la cultura hebrea como fueron El poeta-filosofo Yehudah Halevi y el viajero-escritor Benjamín de Tudela), mozarabes y "francos" conviven pacíficamente unas y beleidosamente otras. Es más, recogiendo aquí lo escrito por nuestro amigo Aymeric Picaud; "In Biscagia scilicet et Alava, dum Navarri se calefaciunt..." , "En Bizkaia y Araba, donde los navarros se calientan..." Esto es, sí que diferencia entre vascones y navarros, pero en este caso los vascones (él utiliza la palabra bascli) son los del norte del Pirineo y los navarros los del sur, sean de Bizkaia, Araba o Navarra, y lo son porque hablan esa lengua bárbara de la que tanto se reía y que dejo escrita para fastidio de otros muchos que como él, no han tenido en ninguna estima a nuestra lengua. La diferencia entre vascones y navarros vendría dada en que los vascones no son independientes y los navarros si, ya que viven agrupados entorno al reino de Pamplona y esta manera de clasificar se mantendría cada vez que territorios vascuences pasasen a la órbita de otros reinos como paso con las provincias que conquistara Afonso VIII a Sancho VII y que inconscientemente también vosotros habéis reproducido, al separar a los habitantes vascófonos de la actual navarra de los que no lo son. El nombre de Navarra dado al reino tras la separación del de Aragón, no puede ser sino una prueba de que la recién instaurada monarquía basaba su legitimidad en dirigir un reino con una cultura e idioma propios, en contraposición al aragonés y al castellano. Y así dispusieron el nuevo nombre del reino como lo habían hecho los otros dos: Castilla, idioma castellano; Aragón,

idioma aragones; Navarra, idioma navarro o lingua navarrorum, ya que así eran llamados los cristianos independientes que hablaban en basquenz, bashkiya o euskera (como ustedes prefieran). Por lo que creo, que el euskera siempre tuvo una condición de lengua nacional mientras el reino fue independiente y por lo que pido la inclusión del grupo étnico "navarros" y sus idiomas base en la próxima fe de erratas de la tercera edición del juego de rol Aquelarre. Hasta aquí mi reflexión y sugerencia. Espero no haber sido muy tiquismiquis ni muy chapas y que tengáis en cuenta lo escrito para siguientes publicaciones.