Consideraciones Criticas en Torno Al Concepto de Nee

CONSIDERACIONES CRITICAS EN TORNO AL CONCEPTO DE “NECESIDAD EDUCATIVA ESPECIAL” Luis Ruiz Alvarez Marcela Márquez Campo

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CONSIDERACIONES CRITICAS EN TORNO AL CONCEPTO DE “NECESIDAD EDUCATIVA ESPECIAL”

Luis Ruiz Alvarez Marcela Márquez Campos Red de Integración Educativa Dirección de Educación Elemental Servicios Educativos Integrados al Estado de México UPN, Ajusco; D.F., 2006

A continuación presentaremos algunas consideraciones sobre el concepto de Necesidad Educativa Especial, éstas surgen desde un intento por comprender y explicar la práctica, las relaciones y las acciones que paradójicamente se desarrollan, muchas veces contradictoriamente, en el complejo quehacer de la integración educativa.

Nuestra intención es mostrar como, a pesar de que su introducción en el mundo de la educación formal o escolarizada representó la posibilidad de un cambio de paradigma, éste –el sistema educativo- ha sido capaz de asimilarlo y reciclarlo de tal manera que quedaran neutralizados sus efectos revolucionarios, inquietantes y perturbadores.

Permítannos este recorrido en el que iremos entremezclando el análisis conceptual con la propia experiencia en el campo.

El concepto de necesidad educativa especial es un concepto de amplia circulación y uso en México principalmente en Educación Especial –al menos desde el año de 1994- su origen, como todos ya sabemos, se remonta a los años 70 y surge en un esfuerzo por

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redefinir las prácticas educativas que mantenían –y aún mantienen en muchos casos- a ciertos grupos de niños y jóvenes excluidos de la escuela regular y sus beneficios ideales. Dicho concepto fue introducido no como un mero cambio nominal sino como expresión de un nuevo paradigma cuyo eje central radica fundamentalmente en el abandono de la visión médico-asistencial de los “problemas de aprendizaje” y de la discapacidad. En éste, la mirada se centra en la capacidad o no del sistema educativo para satisfacer las necesidades educativas de todos los niños, independientemente de su condición biológica, social, de género, étnica, etc.

Sin embargo, a más de diez años, y a pesar de un intenso movimiento por redefinir el papel de la educación especial es frecuente que escuchemos hablar de los niños “NEE”, los niños “DIS” o los niños “CAS”, así como de las diversas formas de identificarlos.

¿Qué ha ocurrido? ¿Nos encontramos ante una nueva clasificación? ¿Refleja esto una nuevo conjunto de patologías? Aún más, ¿Quién clasifica? ¿Cómo lo hace?

Veamos un ejemplo: En Preescolar, los niños “NEE” tienen “problemas de aprendizaje”, “problemas de conducta” o “problemas de lenguaje” y

son

“atendidos”

por

CAPEP

(Centro

de

Atención

Psicopedagógica de Atención Preescolar). Los niños “DIS” tienen “discapacidad”

y

son

atendidos

por

otro

equipo

“interdisciplinario”. Si preguntamos a la educadora, o a la especialista de CAPEP, ¿Cómo sabemos que son niños NEE o niños DIS? ¿Qué significado tiene ello? Su respuesta raya en lo simple: Los niños “NEE” tienen “dificultades de acceso al currículo” y los niños “DIS” tienen discapacidad .

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En otra vertiente, un poco más formal, nos encontramos con que las necesidades educativas especiales se asocian a diversos factores, así, hay necesidades educativas especiales asociadas a discapacidad intelectual, a discapacidad motora, a discapacidad visual, a discapacidad auditiva, a discapacidad motora y a autismo; todas ellas subdivididas en profunda, media y superficial.

Por otra parte, sorprendentemente, encontramos que las necesidades educativas especiales también se asocian a problemas de aprendizaje, a problemas de conducta, a “deprivación social” y a aptitudes sobresalientes.

Sorprendentemente, porque estos factores a los que se las asocian son fundamentalmente los mismos que han servido para clasificar a los niños que fracasan en la escuela regular y simultáneamente decidir cual es el servicio de educación especial al que estarán destinados.

Es lugar común afirmar que las necesidades educativas especiales tienen un carácter interactivo y relativo, incluso que las hay transitorias y las hay definitivas, pero la experiencia

ha

mostrado que el acento se pone en las características del sujeto; es decir, cuando se trata de determinar cuales son las necesidades educativas especiales de un niño se “evalúa” al niño pero nunca al contexto educador.

Por ejemplo, si un niño

tiene “dificultades”, se le aplican

pruebas de inteligencia, se examina su “competencia curricular” mediante exámenes de conocimiento, se entrevista a la familia para averiguar si es “funcional” etc. etc.

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¿Esta práctica es realmente distinta? ¿Es consistente con la idea original? ¿Cuál es la diferencia? ¿Realmente tiene sentido entonces haber cambiado la terminología? O ¿La propia noción de necesidad educativa especial refuerza aquello que pretende combatir?

Abordemos ahora el asunto desde otro ángulo ¿Cómo se define a un alumno con necesidades educativas especiales?

Recorramos tres textos diferentes, y de paso hagamos algunas observaciones a los mismos:

“Se

considera

que

el

alumno

presenta

necesidades

educativas especiales cuando en relación con sus compañeros del grupo, enfrenta dificultades para desarrollar el aprendizaje de los contenidos consignados en el currículum escolar, requiriendo que en su proceso educativo se incorporen mayores recursos y/o recursos diferentes a fin de que logre los fines y objetivos curriculares.” (D.G.E.E./S.E.P. 1994) (Subrayado nuestro)

Veamos: Esta es la primera definición asumida por la educación especial en México, sirvió, en su momento, como uno de los ejes de la reorientación de sus servicios y se supuso también que daría pauta a la integración.

Dejando de lado las cuestiones relativas al currículo y al sentido que se le pueda dar a la referencia a los aprendizajes centrémonos en la referencia al alumno.

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Es claro que su punto de partida es el alumno, no las condiciones del aula, o de la escuela. Así cualquier alumno en cualesquiera

condiciones

tendrá

necesidades

educativas

especiales si, por ejemplo, es el último de su clase, si constantemente falla en matemáticas o esta distraído; si lee con menos prontitud que sus compañeros o si es ciego y escribe en Braille.

Luego y por consecuencia, requiere recursos adicionales o diferentes ¿Cuáles? Obviamente los proporcionados por educación especial, por la U.S.A.E.R. (Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular).

Otro ejemplo: “… este término se emplea para referirnos a los niños y niñas (con o sin discapacidad) que presentan un ritmo para aprender muy distinto al del resto de sus compañeros por lo que requieren de servicios y recursos que usualmente no ofrece la escuela. Al hablar de ritmos distintos se hace referencia a que éstos pueden ser más rápidos o más lentos. Por lo tanto, no sólo los niños y niñas con serias dificultades para aprender presentan necesidades educativas especiales,

sino

también

los

niños

que

tienen

aptitudes

sobresalientes.” (S.E.P. 2000) (Subrayado nuestro)

Esta definición fue elaborada por la Subsecretaría de Educación Básica y Normal. Como notamos, también pone el acento en el alumno; la variante reside en que el punto de demarcación está en el ritmo y no en la dificultad dado que se intenta incluir a los niños con aptitudes sobresalientes.

Acentúa la necesidad de recursos y servicios no ofrecidos por la educación regular.

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Finalmente: “Alumno con Necesidades Educativas Especiales: es aquel que presenta el ritmo de aprendizaje significativamente distinto en relación con sus compañeros de grupo, por lo que requiere que se incorporen a su proceso educativo mayores y/o distintos recursos a los que la escuela ordinariamente ofrece al alumnado para que logre los fines y los propósitos educativos. Para determinar que un alumno presenta necesidades educativas especiales es necesario realizar una Evaluación Psicopedagógica, a partir de la cual se elabora una Propuesta Curricular Adaptada a las necesidades del alumno.” (S.E.P. 2004) (Subrayado nuestro)

Esta fue recientemente puesta en circulación, con nada o casi nada nuevo bajo el sol, salvo que es necesario evaluar al alumno. Algo que no logramos comprender es lo siguiente: Si la necesidad educativa especial depende del ritmo de aprendizaje, el cual sería inmediatamente visible al profesor ¿Por qué es necesario evaluar al alumno para determinar si presenta o no necesidades educativas especiales?

Estas tres definiciones, variantes de una misma concepción, elaboradas en momentos diferentes y con matices distintos en razón del contexto y la función que se les dio, coinciden claramente en varios elementos: a.

Los alumnos con necesidades educativas especiales

son alumnos que tienen dificultades o son distintos en relación con sus compañeros. b.

El referente a partir del cual se diferencian es el

aprendizaje escolar y/o el currículo. c.

Requieren mayores y/o diferentes recursos de los que

ofrece la escuela regular.

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Nos parece evidente que, si nos atenemos a las definiciones que hemos revisado; en contra de lo que se supone pasaría, la barrera entre los niños normales y los especiales no desapareció, muy al contrario se conservó y simplemente fue redefinida nominalmente, es decir, solamente se han cambiado los términos pero no su contenido ni la prácticas educativas a ellos asociadas.

Aún peor, éstas suponen implícitamente: a.

Que el resto de los alumnos, los que no presentan

necesidades educativas especiales son homogéneos, requieren los mismos recursos y/o aprenden al mismo ritmo. b.

Logran por igual y sin dificultades los contenidos,

objetivos, propósitos y fines curriculares. c.

El currículo no representa en sí mismo un problema a

resolver, es pertinente para los alumnos que no tienen necesidades educativas especiales, o dicho de otra manera para todos los que no fracasan y los que fracasan es porque tienen necesidades educativas especiales.

Curiosamente, reiteramos, a pesar de que en las definiciones se afirma que un alumno tiene necesidades educativas especiales cuando “tiene dificultades” o marcadas diferencias resulta que es necesario realizar una evaluación, llamada “psicopedagógica” para determinar si ello es así o no, es decir, si tiene o no necesidades educativas especiales.

Justamente es éste uno de los momentos en que aparece en escena la educación especial, cosa que como veremos más adelante es sumamente significativa.

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Pero ¿Qué se evalúa en la evaluación psicopedagógica? ¿Encontraremos elementos nuevos, perspectivas diferentes a las tradicionales de la educación especial?

a. Datos generales del alumno b. Antecedentes relevantes de su desarrollo c. Desarrollo del alumno en las áreas intelectual, motriz, comunicativa, de adaptación social, emocional d. Nivel

de

competencia

curricular

en

las

distintas

asignaturas e. Estilo de aprendizaje y motivación para aprender f. Información relacionada con el contexto escolar y sociofamiliar

¡Se evalúa al alumno!

¿Con qué instrumentos se le evalúa? ¿Desde que perspectiva se hace? Generalmente, es decir casi siempre, con los mismos instrumentos y la misma perspectiva con los que la educación especial los ha evaluado. Y bajo el mismo punto de vista con que siempre lo ha hecho: identificar las deficiencias, las limitaciones, las diferencias en relación a la norma, es decir en relación a los que no fracasan o aparentan no hacerlo.

Idealmente como resultado o producto de la evaluación psicopedagógica se elabora una propuesta curricular adaptada que se dice es una respuesta específica y adaptada a las necesidades educativas específicas de un alumno.

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Esta debe considerar tanto las características del alumno como el plan de trabajo para todo el grupo con el fin de evitar un trabajo paralelo o diferente. ¿En que consisten las adecuaciones que conforman la propuesta curricular adapta?

Normalmente se clasifican en dos categorías: Las físico ambientales y las de accesibilidad al currículo. Las primeras suponen modificaciones arquitectónicas, de mobiliario, de equipo y la provisión de apoyos y auxiliares personales p. ej. Sillas de ruedas; las segundas son el conjunto de modificaciones que se realizan en las actividades, la metodología, los criterios y procedimientos de evaluación, los contenidos y los propósitos para así atender a las diferencias individuales de los alumnos.

¿Qué ventajas tiene el proceder así? En principio podríamos suponer que al considerar las fortalezas y debilidades del alumno evaluado y el programa grupal se le asegura una integración adecuada pues se está partiendo de sus características, sin embargo, no olvidemos que seguimos centrados en el alumno y particularmente en el que evidentemente fracasa.

¿Cuáles son los problemas o desventajas? a. Se parte nuevamente de la creencia de que el resto de los alumnos son homogéneos y no tienen problemas, de que el problema es del alumno con necesidades educativas especiales. b. Generalmente, la propuesta curricular adaptada se elabora “a la baja” es decir, se reducen, simplifican o se eliminan las exigencias.

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c. La carga mayor en su elaboración recae en el maestro de educación especial, en la USAER.

Recapitulando: Afirmamos que con la introducción del concepto de necesidad

educativa

especial,

simplemente

se

reconceptualizaron los sujetos y las prácticas pues:

a. Se conserva la separación entre alumnos “normales” y alumnos con “necesidades educativas especiales, los primeros,

se

cree,

aprenden

sin

dificultad,

los

segundos, se cree también, aprenden con dificultad.

b. Se conserva la separación entre la educación regular y la educación especial, la primera, se sigue creyendo, esta diseñada para los alumnos con necesidades educativas normales, la segunda es particularmente efectiva, se cree nuevamente, para los alumnos con necesidades educativas especiales.

c. A pesar de que se afirma la condición relativa e interactiva y relativa de las necesidades educativas especiales la atención sigue centrada en el alumno, no en su contexto

d. No se cuestiona el carácter cerrado del currículo

e. Mucho menos se cuestiona el carácter intrínsecamente segregador del sistema educativo.

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f. Su justifica la “coexistencia” de un sistema regular y un sistema especial

g. Finalmente, se cree que la integración es una tarea que depende fundamentalmente de los “expertos”

¿A que responde este fenómeno? Estamos seguros que ha varias causas perfectamente comprensibles: a.

La primera de ellas, la más evidente, es que al ser el sistema

educativo

segregador

natural

e

intrínsecamente

tiende a asimilar todo aquello que lo

ponga en peligro.

b.

La segunda, ya menos estructural y en cierta medida circunstancial, es que se creyó y aún se cree que la integración educativa es una política que tiene que ser abanderada, promovida y sustentada por la educación especial, siendo que la razón de ser de ésta se encuentra justamente en la existencia, real o ficticia de los niños que el sistema regular no puede educar.

c.

La tercera, es que no se logra del todo tener claro que la tarea integradora implica un cambio radical de paradigma pedagógico, no se trata de reformular la educación especial, se trata de cuestionar de raíz al propio sistema educativo.

ATENCION A LA DIVERSIDAD UN PARADIGMA INCLUYENTE

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Creemos que mientras no abandonemos la idea de que hay necesidades educativas especiales y necesidades educativas normales no estaremos en condiciones de lograr una verdadera cultura pedagógica incluyente. Veamos.

Hay otra manera de enfocar y definir la “necesidad educativa especial” Esta pone el acento no en las características de los individuos, sino en las limitaciones del sistema educativo.

Tenemos aquí dos breves ejemplos: “… conjunto de medios (profesionales, materiales, de ubicación,

de

atención

al

entorno,

etc.),

que

es

preciso

instrumentalizar para la educación de alumnos que por diferentes razones, temporalmente o de manera permanente, no están en condiciones de evolucionar hacia la autonomía personal y la integración social con los medios que habitualmente están a disposición de la escuela” (Puigdellivol, 1996, citado en SEP/2000)

“… son aquellas necesidades que presentan algunos alumnos cuando los recursos disponibles en la escuela no son suficientes para su proceso educativo …” (S.E.P. 2004)

Las diferencias son de fondo no de forma, en ellos explícitamente se centra la atención en los recursos de la escuela y de

ninguna

manera

en

las

“deficiencias”,

“dificultades”

o

“limitaciones” de los alumnos; si bien en el primero se entiende por necesidad educativa especial al recurso ausente pero necesario y en el segundo se le entiende como resultado de tal ausencia.

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Si recorremos esquemáticamente las diversas posiciones que históricamente han surgido notaremos que siguen este recorrido:

a. El paradigma médico asistencial: “Un niño tiene problemas de aprendizaje o deficiencias intrínsecas que le impiden aprender y desarrollarse

normalmente

y

por

tanto

requiere

servicios

rehabilitatorios o normalizadores y correctivos”

b.

El

paradigma

integrador

acrítico:

“Un

niño

tiene

necesidades educativas especiales cuando presenta dificultades de acceso al currículo”

c. El paradigma integrador crítico: “Un niño se encuentra en situación de necesidad educativa especial cuando la respuesta educativa obstaculiza sus posibilidades de aprendizaje, así como el desarrollo de sus habilidades, inteligencia, necesidad de expresión y capacidad creadora”

d. El paradigma incluyente: “Todos los niños tienen las mismas necesidades educativas, lo que los hace diferentes son las formas en que hay que satisfacerlas, por tanto la escuela debe diversificar el currículo”

La secuencia en que estos han aparecido no responde necesariamente a un desarrollo digamos, natural, en el cual la experiencia haya jugado el papel de juez; más bien corresponden a visiones muy distintas del sistema educativo, de sus fallas y en consecuencia de las medidas a tomar para dar educación a todos los niños.

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Nosotros

nos

declaramos

convencidos

del

paradigma

incluyente, aún cuando en lo cotidiano sigamos utilizando el término “Integración Educativa”.

Desde esta perspectiva ¿Qué entendemos por necesidades educativas? Creemos que todos los niños deben: a. Adquirir y desarrollar una personalidad autónoma b. Adquirir

y

desarrollar

las

habilidades

manuales

e

intelectuales culturalmente válidas c. Apropiarse de una concepción del mundo

Es claro que ésta es otra perspectiva muy distinta, no se refiere a los recursos, no se refiere a las capacidades o a su ausencia, se refiere a la socialización de los niños, al proceso mediante el cual se transforman en hombres, en seres sociales. Todos los niños tienen las mismas necesidades educativas y es claro que éstas están social e históricamente determinadas.

Desde esta perspectiva no tiene cabida el concepto de necesidad educativa especial aunque si el de diversidad. Y en la diversidad lo diferente es lo común, no lo excepcional.

En nuestra sociedad la escuela es o debería ser un agente fundamental para su satisfacción. El currículo es el instrumento, el contenido y la forma que da sentido a la escuela.

¿Qué

ocurre

entonces

con

el

currículo?

¿Cómo

lo

concebimos?

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En primer lugar éste responde a una necesidad social que le asigna un conjunto de fines: a. Promover

el

capacidades,

desarrollo destrezas,

de

las

aptitudes

habilidades, y

talentos,

culturalmente válidos, de todos los niños y jóvenes. b. Reproducir la cultura, desarrollarla y enriquecerla c. Preparar a los alumnos para la vida laboral adulta

Estos realizan a su vez en lo que llamamos núcleos básicos del currículo y que están presentes en todo currículo posible de las escuelas de la sociedad capitalista contemporánea: a. Desarrollar

las

habilidades

para

el

aprendizaje

autónomo b. Desarrollar la capacidad para relacionarse con el contexto natural y social c. Desarrollar los valores morales y estéticos d. Desarrollar la capacidad creadora

Sin embargo, estos núcleos básicos se concretan, se han concretado, en diferentes formas, según la escuela esté pensada para “seleccionar a los más aptos” o para hacer de todos los más aptos.

Así,

un currículo cerrado dará lugar

a una escuela

segregadora: a. Centrada en habilidades académicas b. Clasificadora c. Insensible a las diferencias d. Evalúa con criterios basados en estándares e. Concebida para un solo tipo de niño f. Promueve el individualismo y la competencia g. Centrada en el aprendizaje asignificativo

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Por otra parte, un currículo abierto generará una escuela integradora, incluyente por qué: a. Promueve el desarrollo de variadas habilidades b. No clasifica a los alumnos c. Reconoce y valora positivamente la diferencia d. Evalúa

con

flexibilidad

y

de

acuerdo

a

las

características de cada niño e. Es concebida para dar cabida a todos los niños f. Promueve el trabajo cooperativo g. Se centra en el aprendizaje significativo y creador

¿No resulta obvio que entre más cerrado es el currículo mayor es el número de niños en riesgo de fracaso? ¿Qué entre más segregador sea éste mayor será el número de niños considerados como especiales, con necesidades educativas especiales?

Y ¿No es obvio también que entre más cerrado se vuelve el currículo más apremiante es la necesidad de adecuarlo a aquel niño excepcional, especial, con necesidades educativas “especiales”? La adecuación curricular individual es la manifestación inequívoca del carácter cerrado y segregador del currículo.

¿Cómo concebimos a la diversidad? El currículo abierto es un currículo para la diversidad, la escuela integradora, incluyente es una escuela capaz de responder y asumir la heterogeneidad de sus alumnos y tener como punto de partida que: a. Tienen

diferentes

estilos

para

aprender.

P.ej.

Kinestésico, Auditivo o Visual. b. Son inteligentes de distintas maneras. Desarrollando actividades

lingüísticas,

resolviendo

problemas

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matemáticos, escuchando, ejecutando o componiendo música, manipulando objetos tridimensionales, etc. etc. c. Tienen, personalidades diferentes, distintos grados de perseverancia, distintas maneras de ser motivados, estimulados. d. La cultura o subcultura a la que pertenecen les impone roles diferentes, formas distintas de relacionarse entre si, con los adultos y con el mundo. e. Sus niveles de desarrollo cognitivo varian en una ámplia gama de combinaciones. f. Unos tienen talento para el pensamiento abstracto, otros para las actividades concretas, aquellos tienen predilección por lo teórico, éstos por lo práctico, los de más

allá

tiene

habilidades

histriónicas

y

estos

musicales.

La escuela, debe incorporar una diversidad de recursos tales que le pongan en condiciones de satisfacer las necesidades educativas de todos los niños de tal manera que no tenga sentido la distinción entre especiales y regulares.

Diversificar significa: a. Establecer propósitos viables para todos los alumnos b. Establecer metas acordes con las posibilidades reales de todos los alumnos c. Contemplar en las actividades las características de todos los alumnos. d. Desarrollar al máximo el potencial de todos los alumnos.

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“NO SE TRATA DE QUE EL NIÑO ACCEDA AL CURRICULUM, MAS BIEN SE TRATA DE QUE EL CURRICULUM ACCEDA AL NIÑO”

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BIBLIOGRAFIA DE REFERENCIA

1. D.G.E.E./S.E.P. 1994, “Cuadernos de Integración Educativa No. 4”, México. 2. S.E.P. 2000, “Integración Educativa”, Módulos 1 y 2, p139, México. 3. S.E.P. 2004, “Normas de Inscripción, Reinscripción, Acreditación y Certificación 2004 – 2005”, México

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