CONSERVACION EN ARQUEOLOGIA

UNIVERSIDAD NACIONAL PEDRO RUIZ GALLO FACULTAD DE CIENCIAS HISTÓRICOS SOCIALES Y EDUCACIÓN ESCUELA PROFESIONAL DE ARQUEO

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UNIVERSIDAD NACIONAL PEDRO RUIZ GALLO FACULTAD DE CIENCIAS HISTÓRICOS SOCIALES Y EDUCACIÓN ESCUELA PROFESIONAL DE ARQUEOLOGÍA

CONSERVACIÓN IN SITU Y

CONSERVACIÓN EN LABORATORIO GRUPO 3

INTRODUCCIÓN A LA ARQUEOLOGÍA

CONSERVACIÓN IN SITU Y CONSERVACIÓN EN LABORATORIO GRUPO 3: 

Pérez Vargas, Alejandra Nicolle



De la Cruz Panta, Vivian



García Chozo, Romina



Delgado Campos, Emil Michel

CATEDRA: Arqueol. Carlos Wester La torre CURSO:

Introducción a la Arqueología

2018-I 2

INTRODUCCIÓN

Arqueología y Conservación Se podría decir que si la finalidad de la arqueología es traducir la cultura material a través de la interpretación, la finalidad de la conservación es asegurar la permanencia de esa cultura material y permitir de esta forma que sea leída y que el documento histórico permanezca y pueda ser interpretado a través del tiempo. Así pues, la conservación arqueológica colabora con la arqueología en la recuperación de información y aporta datos sobre la naturaleza de los materiales. En el sentido actual de la expresión conservación debe referirse a la durabilidad, integridad y accesibilidad del patrimonio cultural. Antes que la práctica de una serie de técnicas aplicadas a los materiales, la conservación es en primer lugar un estudio crítico del objeto y sus características (Berducou, 1996). La conservación de bienes culturales requiere una investigación multidisciplinar. Todas las intervenciones deben ir precedidas de un estudio lo más completo posible del objeto: la naturaleza de los componentes, la información, mensajes o valores que transmite, el contexto en que ha aparecido, una aproximación a su estado de conservación, las causas posibles de alteración y el pronóstico de su evolución futura (Cronyn, 1990). Por lo tanto, un aspecto de especial importancia es la necesaria colaboración que debe existir entre arqueólogos, conservadores y demás profesionales implicados en la gestión de los hallazgos. Debe ser responsabilidad de todos garantizar una adecuada gestión, desde una correcta extracción y embalaje durante la excavación, hasta un tratamiento de conservación adecuado a las distintas necesidades y sobre todo un adecuad almacenamiento, teniendo en cuenta que la mayor parte de los materiales arqueológicos recuperados en las excavaciones pasan directamente a formar parte de los depósitos de los museos y es realmente excepcional el tratamiento individualizado de conservación y restauración que se da a determinadas piezas.

INTRODUCCIÓN A LA ARQUEOLOGÍA

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CONCEPTO GENERAL

Metodología de

excavación 1.

Investigación previa del sitio

2.

Prospección del sitio

3.

Determinación de las condiciones de temperatura, humedad, gases disueltos en el aire, tipos de suelos, contenidos químicos de suelos

4.

Mantenimiento de las condiciones micro ambientales encentradas en el área de excavación

5.

Registro de los materiales encontrados

6.

Determinación de los posibles procesos de deterioros sufridos por los materiales, antes, durante y después de su excavación

7.

Tratamientos in situ

8.

Levantamiento

9.

Almacenamiento

10.

Transporte

11.

Informe, publicación de los resultados

INTRODUCCIÓN A LA ARQUEOLOGÍA

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CONCEPTO GENERAL

¿QUÉ ES

CONSERVACIÓN? El concepto de conservación arqueológica ha evolucionado de forma paralela al de patrimonio arqueológico y al de arqueología. Si la arqueología tradicional se ocupaba básicamente de los objetos o de elementos territoriales y espaciales tratados como piezas de museo, se seguía el mismo criterio a la hora de decidir qué conservar, por este motivo hasta fechas muy recientes lo único considerado digno de conservación eran los objetos museables y aquellos elementos arquitectónicos que por su entidad física eran considerados monumentos. Pero si la arqueología actual se ocupa de dar a conocer la vida social de las comunidades pasadas, espacios domésticos, espacios funerarios, elementos defensivos, urbanismo, con la cultura material asociada a los mismos, eso es lo que deberemos conservar y transmitir (Hornos, 1994).

Tumba del señor de Sipán

Ciudadela de Barro de Chan Chan

Sin embargo si los conceptos han evolucionado más o menos parejos, las técnicas arqueológicas y las de conservación no han evolucionado al mismo paso; ambas han de considerarse en conjunto si el deber es recuperar el máximo de información y si los hallazgos deben ser preservados y accesibles a generaciones futuras.

INTRODUCCIÓN A LA ARQUEOLOGÍA

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CONCEPTO GENERAL

PROCESO DE

CONSERVACIÓN ARQUEOLÓGICA El principal problema de la conservación consiste fundamentalmente en decidir lo que debe o no conservarse y en mantener el equilibrio entre las necesidades y recursos disponibles. En cualquier caso el total de recursos que deben asignarse para la conservación no pueden predecirse hasta que se hayan decidido las medidas para el mantenimiento futuro del lugar excavado y de los hallazgos. Las acciones de conservación pueden comenzar antes del Huaca La Balsas, del complejo arqueológico Túcume inicio de la excavación, en el momento en que se realiza la planificación. Para ello necesitamos que los recursos obtenidos para un proyecto de excavación sean suficientes también para cubrir las necesidades de conservación preventiva en el sitio mismo. Durante la excavación el objetivo del restaurador debe ser minimizar el impacto ambiental que sufren los restos cuando son extraídos, durante su estudio y también durante su embalaje y transporte para el caso de objetos muebles. Este tipo de medidas son lo que llamamos con-

servación in situ. La excavación puede provocar un conflicto de prioridades a menos que tanto el restaurador como el arqueólogo reconozcan los intereses de cada uno. Lograr soluciones de compromiso que satisfagan ambos objetivos es la base de la conservación Arqueológica. En la conservación después de la excavación es de especial importancia una buena comunicación entre arqueólogos, conservadores, restauradores y demás profesionales implicados en la gestión de los hallazgos. Debe existir una unidad de criterio y una política que garantice:  Las medidas de protección, conservación y mantenimiento de los restos conservados in situ.  El adecuado tratamiento en el laboratorio del resto de los objetos.

Por último la conservación preventiva, mediante el control de las condiciones ambientales (humedad, temperatura, contaminación) va a garantizar la eficacia de los tratamientos de conservación aplicados a estructuras arqueológicas conservadas in situ, de los objetos seleccionados para exhibir en las vitrinas o los depositados en el almacén del museo.

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CONCEPTO GENERAL La necesidad de una única aproximación a todos los aspectos de la conservación arqueológica ha llegado a ser cada vez más evidente durante los últimos quince años. Durante este período, la arqueología en todo el mundo se ha caracterizado por un notable aumento en:

1. El número de lugares arqueológicos amenazados de destrucción. 2. El número de programas y de excavaciones emprendidos para hacer frente a esta amenaza. 3. El número de excavadores activos. 4. El intercambio en técnicas de campo y personal durante un período previamente separado y de especialización en un área.

5. La cantidad y sofisticación de los análisis arqueométricos para el material excavado.

Estos desarrollos —los que también han provocado importantes avances en la teoría arqueológica— han producido una mayor conciencia en los asuntos de conservación en arqueología.

PLANIFICACIÓN DE LA CONSERVACIÓN ANTES DE LA EXCAVACIÓN Pueden formularse tres principios generales bajo este título: 1. Que los recursos obtenidos para un proyecto de excavación sean suficientes también para las necesidades de conservación y publicación (personal, instalaciones, materiales, impresión, etc.). 2. Que haya un conocimiento suficiente del ambiente local para plantear los requerimientos de conservación previsible en el lugar. Siempre existe el hallazgo inesperado que demanda una acción de emergencia, 3. Que haya un conocimiento suficiente del material cultural del lugar para asegurar su buena conservación. Aunque no se pueden predecir las circunstancias específicas, todos los miembros del equipo deberán estar conscientes de los materiales probables de encontrar. Por ejemplo, para la excavación de una antigua iglesia, el equipo deberá estar preparado.

La frecuente necesidad de hacer excavaciones de urgencia en poco tiempo no le resta importancia a estos principios, sino que por el contrario, los hace más necesarios aún.

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CONCEPTO GENERAL

CONSERVACIÓN DURANTE LA EXCAVACIÓN El momento de la excavación puede resultar fácilmente desastroso para los restos arqueológicos. Desde que fueran abandonados, su deterioro ha casi concluido, quedando detenido en un semiequilibrio con su ambiente inmediato. Al ser re-expuestos por la excavación, son sometidos a un cambio brusco en su temperatura ambiente y humedad relativa y en su contacto con la luz y el oxígeno. El objetivo del excavador debe ser entonces minimizar el impacto ambiental que sufren los restos cuando son extraídos y durante su estudio. También durante su embalaje y transporte a los almacenes para el caso de objetos muebles. Los principales métodos para la protección de un lugar entre campañas de trabajo son:

1. Rellenar con tierra toda el área excavada o partes seleccionadas. 2. Cercar el yacimiento para mantener alejados a animales y visitantes no autorizados. 3. Construir sistemas de embalses y drenajes para evitar que circule agua en el área excavada. 4. Consolidar y cubrir paredes (o estructuras).

5. Cubrir los restos con planchas protectoras de materiales naturales o sintéticos. 6. Construir techos temporales. Aunque las medidas de protección resultan costosas, si no se han programado con anticipación, la alternativa es inaceptable: la pérdida irrecuperable de información sobre restos que fueron parcialmente excavados o por haberlos dejado, de una temporada a otra, expuestos a agentes destructivos.

COMPLEJO ARQUEOLÓGICO EL BRUJO

Las medidas adoptadas para proteger un sitio entre temporadas de excavación pueden afectar a su vez la conservación preventiva de los hallazgos cuando se reanuda el trabajo.

Cualquier cubierta protectora de restos frágiles modifica su medio, ya sea para bien o para mal. Se recomienda generalmente que los restos que requieren del tratamiento de un especialista se los proteja volviéndolos a enterrar, sin embargo, incluso una corta exposición puede haber acelerado su ritmo de deterioro, por lo cual el especialista debería intervenir lo más pronto posible.

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TALLERES ARTESANALES DEL COMPLEJO ARQUEOLÓGICO CHOTUNA-CORNANCAP QUE FUERON VUELTOS A ENTERRAR PARA SU CONSERVACIÓN

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CONCEPTO GENERAL

CONSERVACIÓN DESPUÉS DE LA EXCAVACIÓN Para lograr una buena conservación después de la excavación, es de especial importancia una buena comunicación entre arqueólogos, conservadores, restauradores, arquitectos y vigilantes del lugar. Debe existir unidad de criterio entre ellos y una política que garantice: 1. La limpieza para su investigación, conservación y un almacenaje estudiado y seguro para los objetos. 2. La consolidación, protección y mantenimiento de los restos dejados en el sitio. En ambos casos, las medidas de intervención serán preventivas (mantenimiento activo) o de conservación (limpieza y tratamiento para reducir el deterioro). Rara vez se realiza la restauración en el lugar y sólo con propósitos de exhibición para solucionar problemas de lagunas en los objetos o de anastilosis en los monumentos desmembrados en el sitio. En aquellos sitios que han sido seleccionados para ser exhibidos permanentemente al público, se requiere de una política de conservación que considere en conjunto el yacimiento y sus hallazgos. Esto es más fácil cuando la responsabilidad recae en una sola persona y cuando existe la posibilidad de establecer un Museo adyacente a la excavación. Se puede y tal vez se debería exhibir los objetos más importantes y valiosos en un Museo Central, pero las ventajas administrativas y educacionales de un Museo «in situ» son muchas. El establecimiento de Museos «in situ» (UNESCO, 1978-1982) debe considerarse seriamente sólo sí: a) Los restos excavados merecen ser presentados al público. b) El lugar es de fácil acceso.

c) Las colecciones están seguras. d) Existen instalaciones de laboratorio, adecuadas para una conservación básica y posibilidades de investigación. La seguridad y las instalaciones son aspectos esenciales para revisar las condiciones. Cuando aumenta la cantidad de material excavado es aconsejable la descentralización de muchas de las tareas de un Museo Central hacia Museos locales o «in situ».

MUSEO TUMNAS REALES DE SIPÁN “MUSEO CENTRAL”

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MUSEO DEL SITIO HUACA RAJADA “MUSEO IN SITU”

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CONSERVACIÓN IN SITU En las intervenciones in situ, lo mismo que en las realizadas en el laboratorio, hay una fase previa de estudio en la que se valora el impacto que la excavación supone para la conservación de las piezas arqueológicas y las estructuras exhumadas. Es en esta fase de estudio cuando se recoge información sobre el contexto arqueológico, información que va a ser fundamental para el restaurador a la hora de realizar la diagnosis del estado de conservación e intentar comprender los procesos de deterioro que han tenido lugar en la pieza.

Después de conocer el contexto del que procede la pieza o la estructura y las condiciones ambientales en que ha permanecido enterrada, podremos determinar cual es su estado de conservación y en función de esto aplicar el tratamiento más adecuado.

FASES DE ESTUDIO Es fundamental el conocimiento preciso de la composición material del objeto y del condiciones ambientales en el que se encuentra Toda esta información junto con el conocimiento de los productos de alteración constituyen la plataforma básica para realizar cualquier intervención de conservación sin poner en peligro la integridad del objeto. La metodología de trabajo en la fase de estudio debe ser muy rigurosa. Se debe valorar la composición química del material y la estructura de los objetos, así como su comportamiento frente al medio. Esta información unida a los análisis extraídos del entorno, de los materiales y de sus productos de alteración, determinarán la elección del tratamiento a seguir, y los criterios de actuación. Diagrama de flujo de la metodología del estudio de sitios arqueológicos desde la superficie (Barba, 1986: 49).

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CONSERVACIÓN IN SITU

IMPACTO EN LA EXCAVACIÓN Si los materiales o sustitutos han sobrevivido al enterramiento, normalmente se debe al equilibrio que han logrado con el medio. Cuando son excavados, de repente este equilibrio es profundamente alterado al entrar el artefacto en contacto con la atmósfera. El deterioro puede comenzar unos segundos después pero también puede no ser visible hasta transcurrido un año o más. Si en un corto espacio de tiempo no se le proporciona un nuevo equilibrio la destrucción continuará. La conservación debe buscar este segundo equilibrio tan pronto como sea posible. La excavación no sólo puede romper las condiciones de preservación descritas, también puede reactivar algunos agentes de deterioro. Por ello las actuaciones de conservación han de comenzar en este momento (Gaël de Guichen, 1984).

CONTEXTO ARQUEOLÓGICO Uno de los propósitos de la conservación arqueológica debe ser minimizar la pérdida de la información que se produce cuando en el proceso de excavación se separan los objetos de su contexto original. El conservador, como el arqueólogo, necesita información sobre el contexto, y el arqueólogo necesita además los datos que el restaurador pueda darle sobre la interacción del material con su ambiente post excavación y posibilidades de obtener nuevos datos a través de la analítica (Stanley Price, 1984). Por ello la metodología de trabajo in situ se complementará con la desarrollada en el laboratorio. El contexto arqueológico que rodea el objeto condiciona ciertos aspectos. Su apariencia, su función, su significado no serán comprensibles a menos que sea reinsertado. Los objetos arqueológicos a menudo no hablan por sí mismos. Así pues, el contexto arqueológico más inmediato nos proporciona la información necesaria para su comprensión

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CONSERVACIÓN IN SITU

ECOSISTEMA SUELO Y SU INFLUENCIA SOBRE LOS MATERIALES Aunque hay restos arqueológicos bajo el agua o al aire libre, nos centraremos aquí en el ecosistema más frecuente, el suelo. A la hora de excavar, es muy importante conocer las características del suelo, de este modo podremos conocer las condiciones medio ambientales que determinarán las causas de alteración del objeto.

CONDICIONES AMBIENTALES La reacción de un objeto con el medio depende preferentemente de las condiciones ambientales en que ha estado enterrado. La preservación del material puede deberse a la ausencia de los agentes de deterioro o a la adición de agentes que lo preservan. Por ejemplo, el hierro se conserva en suelos con ausencia de agua y presencia de fosfatos y la madera en ambientes donde hay ausencia de oxígeno y presencia de sales de cobre. Aunque las condiciones bajo tierra son extremadamente variables, hay algunos agentes de deterioro presentes en prácticamente todos los ambientes, por ejemplo la temperatura, la humedad y la acidez y algo menos los organismos

Propiedades físicas  Textura, los componentes minerales del suelo se presentan en partículas de distintos tama-

ños cuyos porcentajes determinan la composición granulométrica o textura del suelo. Según el tamaño de estos componentes del suelo, tenemos: arcillas, limos y arenas. La textura del suelo va a influir en el grado de penetración de los gases atmosféricos.  Estructura, el material puede ser suelto o compacto, homogéneo o heterogéneo. La estruc-

tura modifica las propiedades que la textura confiere al suelo como la permeabilidad, drenaje, etc. Define zonas de drenaje, determina la penetración de las raíces de las plantas y el lavado de los suelos. La estructura determina también la distribución en el espacio de la materia orgánica y de los espacios vacíos o Medidas Urgentes de Conservación en Intervenciones Arqueológicas 13 poros. 

Permeabilidad, tiene relación con el tamaño y la estructura y se refiere a la facilidad para introducirse el agua a través del suelo.

 Grado de humedad, se refiere a la capacidad de retención de agua que varía de unos

suelos a otros. La capacidad de retención de agua de un suelo es inversamente proporcional a la dimensión media de las partículas que lo componen, por tanto depende de la textura.

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CONSERVACIÓN IN SITU

Efectos de deterioro que produce el cambio de ambiente en los materiales arqueológicos

AMBIENTALES SUBTERRÁNEO

AMBIENTE POST EXCAVACÍON

EFECTOS DE DETERIORO EN MATERIALES ARQUEOLOGICOS Nivel alto de HR. Favorece el ataque de microorganismos especialmente en materiales orgánicos.

HR (humedad relativa) estable HR variable

HR variable

Nivel alto-medio de HR. Favorece la corrosión de los metales, particularmente el Fe (hierro) y aleaciones de Cu (cobre). Nivel medio-bajo. En materiales encharcados causa daños irreversibles en su estructura física. Nivel bajo. Puede causar daños en los materiales orgánicos por una desecación excesiva.

Tª (Temperatura) muy estable

Tª más alta y fluctuante

Aire que contiene oxígeno Entrada limitada de aire

Ausencia de luz

Contenido en sales

Presencia de organismos

(además de CO2, SO2 y otros gases ácidos)

El incremento de la Tª acelera todas las alteraciones químicas y favorece la aparición de microorganismos. El efecto principal afecta al contenido de humedad del aire. Incrementa todas las formas de deterioro: incluyendo las biológicas y químicas.

Presencia de luz

Favorece la acción de microorganismos, flora e insectos en los materiales orgánicos. Puede activar los procesos de oxidación.

Sales + HR

Las sales solubles penetran en materiales porosos y si descienden la HR cristalizan, ocasionando fracturas, llegando incluso a destruir el objeto. Las sales insolubles pueden formar costras sobre el objeto.

Presencia de organismos + Temperatura + luz

INTRODUCCIÓN A LA ARQUEOLOGÍA

Se acelera su actividad. Pueden provocar ataques ácidos sobre los objetos.

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CONSERVACIÓN IN SITU

ALTERACIÓN Decimos que un objeto ha padecido una alteración cuando tiene una degradación físico- química debida a su contacto con ecosistemas distintos. Todo el material arqueológico sufre distintas alteraciones hasta que es hallado, tanto si está enterrado como si está al aire. Esta degradación debe ser entendida como una adaptación del objeto al medio que lo rodea con una recuperación del equilibrio ante el cambio de circunstancias ambientales. Esta degradación se traduce en una serie de cambios: deformaciones, cambios de color, de textura, transformación del objeto en un material secundario, rotura, deformación.

FASES DE INTERVENCIÓN La conservación in situ es quizá la etapa más importante dentro del proceso de la Conservación Arqueológica. Consiste en mantener la preservación con un especial énfasis en descubrir la naturaleza de los materiales.

Criterios básicos de intervención  Estabilización . Todas las acciones encaminadas

a detener la degradación del objeto. La ruptura del equilibrio establecido entre la pieza y su entorno nos obliga a crear un nuevo entorno en el que el objeto vuelve a ser protagonista.

Pruebas de limpieza.

La conservación o consecución de ese equilibrio debe ser un proceso lento y paulatino, intentando por todos los medios una readaptación de los objetos, esta readaptación debe ser igual en efectividad que la que poseía anteriormente en su equilibrio natural.

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CONSERVACIÓN IN SITU



Conservación preventiva. Consiste en el mantenimiento de las condiciones ambientales para la correcta conservación de los hallazgos. Es el tipo de conservación que puede considerarse más elemental ya que se contribuye a poner a salvo los hallazgos sin intervenir directamente sobre ellos.

 Mínima intervención. Es un criterio fundamental en Conservación

Restauración. Se basa en el valor de los hallazgos como documento. El objeto mismo, con su corrosión y sus agentes de deterioro, tal y como se encuentra, rodeado por su matriz de tierra, es el “material” y podría ser necesario mantenerlo intacto. La intervención terminaría en el momento en que aparece una duda.



Compatibilidad. Los productos empleados para garantizar la conservación de un objeto en ningún caso podrá modificar la naturaleza de los materiales.



Reversibilidad. Cualquier material añadido debe tener una cualidad: que pueda quitarse en un momento dado. Hay materiales, especialmente recientes, cuyo envejecimiento desconocemos y pueden ser funestos con el tiempo, deben ser reversibles si en el futuro hay que retirarlos por ser incompatibles con los materiales propios de la pieza. Además, pueden descubrirse materiales de restauración más adecuados que puedan sustituir en una próxima intervención a los anteriores.



Legibilidad. Siempre deberá distinguirse lo original de lo restaurado o añadido; de lo contrario podríamos confundir en la lectura lo auténtico de lo falso.



Intervenciones climáticas o ambientales. Siempre son preferibles las medidas de intervención indirecta sobre los hallazgos, pero esto no siempre es posible. Las cubiertas que protegen un área excavada contra la acción de los agentes atmosféricos puede ser efectivas si se presta atención al desagüe y a la posibilidad de erosión debida a las corrientes de viento y lluvia. Estas medidas son costosas y por lo general se emprenden como parte de un programa de conservación permanente. 

Ambiciosa documentación. La pérdida de contexto producida por la remoción de objetos inmuebles y muebles representa una pérdida de información que sólo puede compensarse con la mayor documentación posible. Esto también acarreará problemas a la hora de la exhibición de los hallazgos, lo cual requiere generalmente algún tipo de recreación del contexto.

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CONSERVACIÓN IN SITU Es tarea del restaurador planificar y dirigir el levantamiento y transporte de los hallazgos. Por lo tanto, se han identificado tres funciones para el conservador «in situ» después de la etapa de planificación inicial: 1. Supervisión en equipo de los hallazgos, lo cual asegura que se identifiquen los materiales a medida que van siendo excavados, que se formulen las interrogantes correctas sobre el material y los estratos de los cuales provienen; que el registro siga patrones para facilitar la consiguiente conservación en laboratorio y la publicación (Coles, Capítulo 6; Ukic Archaeology Section Guidelines 4), y que un adecuado embalaje y almacenamiento asegure lo más posible la preservación del material. 2. Un uso atento del microscopio para todo tipo de diagnóstico requerido.

3. Disponibilidad para asumir las emergencias de conservación, que pueden incluir algún tipo de tratamiento y técnicas de levantamiento «in situ». Una expectativa bastante normal es que el conservador realice la mayor cantidad posible de limpiezas y estabilización «in situ» del material recién excavado. Esta suposición tácita se basa en el triste hecho de que a menudo no se ha previsto una investigación posterior en el laboratorio.

OBJETO ENTERRADO, OBJETO DESENTERRADO Cuando un objeto, cualquiera sea, se haya bajo tierra, se encuentra en un medio diferente para el cual fue hecho. Las características esenciales de este nuevo medio son: — Ausencia de luz.

— Frecuentemente la presencia de sales minerales contenidas en el agua. — Contacto con suelos más o menos corrosivos. — Una temperatura extremadamente estable. — Una humedad relativa extremadamente estable. — Acceso limitado de aire (particularmente de oxígeno). Cuando está en contacto con su nuevo ambiente, el objeto, sea de material orgánico (madera, textil, cuero, papel) o de material inorgánico (piedra, cerámica, vidrio, metal), sufre una transformación. Esta transformación puede afectar su color, su peso, sus materiales, sus dimensiones. El descubrimiento de un objeto implicará generalmente cambiarlo a otro ambiente, nuevamente diferente, que se caracteriza por: Una humedad relativa variable, con valores considerablemente más altos o más bajos que los del suelo.

b) Aire que contiene oxígeno (además de CO2, SO2 y otros gases ácidos). c) Luz que puede activar los procesos de oxidación.

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CONSERVACIÓN IN SITU

ALGUNAS CARACTERÍSTICAS FÍSICAS DE LOS MATERIALES Y QUE AFECTAN SU CONSERVACIÓN

a) Materiales orgánicos: Estos provienen del reino animal y vegetal. — Usualmente si se inflaman, arden y se consumen. — Son sensibles a la luz. — Si hay una humedad relativa sobre el 65 %, con escasa ventilación, y sin luz, a expensas de los materiales orgánicos pueden desarrollarse microorganismos, los que a la larga terminan por debilitarlos o desfigurarlos. — La mayoría de ellos son higroscópicos y absorben agua rápidamente, experimentando un cambio en sus dimensiones.

KEROS DE MADERA

— Los materiales orgánicos siempre tienden a mantener su contenido de agua en equilibrio con la humedad relativa del ambiente. Por lo tanto, si el aire es más seco que los objetos estos expulsan vapor de agua y se secan. Pierden peso y consistencia, corriendo el peligro de quebrarse. Si el aire es más húmedo que los objetos, ellos absorben agua y se humedecen hasta que alcanzan nuevamente un equilibrio con la humedad relativa ambiental. En este proceso aumen-

b) Materiales inorgánicos: Estos provienen del reino mineral. — No es usual que ardan si son calentados. — En general no son sensibles a la luz. — Por lo general en ellos no crecen microorganismos, y si lo hacen no esa sus expensas. — La piedra y la cerámica son porosas. Transportan agua en forma líquida por capilaridad. Al ponerse en contacto con agua que contenga sales solubles (por ej. aguas subterráneas), las absorben. Una vez que se excava el objeto, estas sales, que a menudo son higroscópicas, absorberán vapor de agua del aire humedo, o se cristalizarán en aire seco. El metal y el vidrio no son porosos, pero pueden sufrir un cambio químico (corrosión) que transforme estos materiales en sales minerales (ya sean solubles o no, pero siempre sensibles a la humedad del aire).

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LANZ+ON MONOLÍTICO

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CONSERVACIÓN IN SITU

TRATAMIENTO DE PRIMEROS AUXILIOS PARA LOS HALLAZGOS EXCAVADOS Todos los objetos enterrados en el suelo durante cualquier periodo de tiempo se han aproximado o han alcanzado un equilibrio virtual con su medio circundante. Desde el momento exacto en que el objeto es expuesto al aire, comienzan los procesos de descomposición y corrosión. Cada objeto debe ser tratado individualmente, ya que no existen dos objetos exactamente iguales, aunque se hallen enterrados a pulgadas uno del Otro y hayan sido elaborados con el mismo material. Una regla básica de conservación es que cualquier procedimiento aplicado a un objeto debe ser reversible. CERÁMICA No se haga palanca para sacar las cerámicas del suelo. Antes de retirarlos, remueva cuidadosamente toda la tierra que los rodea, especialmente si está dura y seca. La aplicación de gotas de agua locales a la tierra dura ayuda a ablandarla y facilita el procedimiento de extracción. Son adecuadas las espátulas de madera para limpiar los tiestos en el suelo, en cambio las herramientas o paletas de metal pueden rasparlos o rayarlos. La cerámica recién descubierta, mientras está todavía húmeda, puede ser muy blanda y friable. No debe levantarse una vasija sin antes averiguar el estado de su superficie, asegúrese de que no haya una capa de pintura o una decoración aplicada que se ha desprendido o que pueda desprenderse del objeto cuando se lo extraiga. Si éste es el caso, saque la tierra circundante de manera que el tiesto quede en un pedestal, corte el pedestal 2 ó 3 centímetros bajo el tiesto y sáquelos juntos asegurándose de que no se desprendan el uno del otro. Envuélvalos juntos, firme y cuidadosamente, empaque el conjunto de manera que quede bien amortiguado y llévelo a un conservador. Al sacar los fragmentos de cerámica del suelo, evítese la tentación de limpiarlos inmediatamente raspándolos, cepillándolos o frotándolos, ya que pueden removerse (o agregarse) trazos de la decoración y los bordes se pueden abrasionar, produciéndose luego uniones defectuosas entre ellos. Cuando se encuentra una cerámica intacta, generalmente se le puede levantar después de haber retirado cuidadosamente toda la tierra que le rodea; su contenido debe excavarse y tamizarse cuidadosamente y posiblemente se le debería tomar muestras. Las piezas intactas pueden contener restos de fauna que podrían dar claves sobre la naturaleza de los contenidos que podrían haber portado. También se encuentran objetos y enterramientos dentro de los tiestos. Si una vasija intacta tiene fisuras o fracturas mayores, déjese la tierra que contiene dentro, ya que proporcionará apoyo y véndese el tiesto firmemente con tiras de gasa o tela para darle firmeza; con tiras largas de vendas, envuelva el tiesto ajustadamente en un espiral gradual teniendo cuidado de sobreponerlas.

INTRODUCCIÓN A LA ARQUEOLOGÍA

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CONSERVACIÓN IN SITU

Si una vasija o un fragmento está demasiado frágil para levantarlo del suelo sin que se produzcan daños, se requiere de un apoyo adicional. Si no es suficiente un vendaje simple, se debe impregnar la cerámica con un consolidante. Cualquiera sea el consolidante que se use, déjese secar totalmente antes de levantar el tiesto. Una pieza con consolidante todavía húmedo es más frágil aún que antes de habérselo aplicado. Si se encuentra una gran pieza de cerámica o una vasija seriamente desmembrada en un sinnúmero de grietas, aberturas, pequeñas astillas y fragmentos no se intente sacar todos los fragmentos individualmente, sino que hay que tratarlas en conjunto y levantarlas juntas con la ayuda del vendaje. La unión de la cerámica la realiza en forma óptima un restaurador experto. Si se necesita determinar perfiles en el terreno, únase sólo los necesarios. Las uniones realizadas en el terreno por personas sin experiencia generalmente tienen que ser desmontadas en el laboratorio con perjuicio para la vasija. No unir la cerámica húmeda. Si el adhesivo se vuelve lechoso, significa que la cerámica está aún húmeda. Se puede usar un adhesivo redisoluble. HMG y UHU No se usen pegamentos blancos ya que se pueden volver insolubles con el tiempo. También se deben evitar pegamentos de marcas locales, ya que pueden contener substancias dañinas para la cerámica o se pueden volver insolubles con el tiempo. Todas las vasijas formadas por fragmentos unidos con UHU se deben mantener alejados del calor y sol extremos, ya que pueden ablandarse y/o desintegrarse.

INTRODUCCIÓN A LA ARQUEOLOGÍA

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CONSERVACIÓN IN SITU PIEDRA La mayoría de las piedras excavadas están en buenas condiciones y no requieren de un manejo especial. Pueden limpiarse con agua y un cepillo suave. Sin embargo, el alabastro es soluble en agua y sólo debe limpiarse mediante un cepillado seco. Los pedazos pequeños de piedra resistente se pueden unir con HMG o UHU. Si se van a marcar objetos de piedra, siga el mismo procedimiento del marcado de la cerámica. Si existe la posibilidad de que sea piedra pintada u ostrakon, examínela cuidadosamente para ver si hay trazas de pintura o de tinta antes de lavarla. Si las hay no intente lavar la piedra, llévela al restaurador para su tratamiento. BRONCE, COBRE Y ALEACIONES DE COBRE

Se siguen los mismos procedimientos generales deextracción descritos para la cerámica. Si el objeto necesita de un soporte antes de levantarlo, debe sostenérselo con vendajes: Límpiese cuidadosamente la superficie del objeto, asegurándose de que queden expuestos los costados, con la ayuda de un pincel cubra una franja del objeto con una solución espesa (15-20 %) de Paraloid B72, coloque luego una tira de vendaje un poco más larga que el objeto sobre el Paraloid y presione suavemente. Si es necesario agregue más Paraloid, para asegurarse de que el vendaje está completamente saturado y en estrecho contacto con el bronce.

Para los objetos muy frágiles, siempre que el terreno circundante tenga cohesión, es mejor usar un método de levantamiento en bloque: Aísle un bloque de tierra que contenga el objeto, con un margen de 2 a 3 cm a su alrededor, y luego rodéelo firmemente con un marco de madera u otro material rígido. La corrosión del bronce puede ser extremadamente engañosa y difícil de remover, por lo tanto su remoción la debe realizar sólo un restaurador experto. Una limpieza poco prudente puede no sólo destruir detalles decorativos del objeto en las capas de la corrosión, sino también las evidencias orgánicas y ambientales preservadas por ésta: A menudo, ésta es la única manera en que este tipo de evidencia

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CONSERVACIÓN IN SITU PLATA Y ORO Puede ser difícil reconocer la plata extraída de la tierra. A menudo es de color verde y se la puede confundir fácilmente con el bronce. También puede ser de color gris o negro purpúreo. La plata excavada generalmente es extremadamente frágil y quebradiza y se la debe manipular cuidadosamente. Siga los procedimientos generales de levantamiento dado para la cerámica y el bronce, pero a la plata no se le debe aplicar ningún consolidante. Si necesita un soporte previo a la extracción, use una de las técnicas de levantamiento en bloque mencionadas en la sección sobre el bronce. No intente lavar o limpiar la plata. Embálela cuidadosamente en cajas de plástico bien acolchadas, como en el caso del bronce, teniendo cuidado de no ejercer ninguna presión excesiva sobre el objeto. Los objetos de oro también pueden ser difíciles de reconocer si contienen impurezas. Una corrosión de cobre puede cubrir completamente un objeto de oro y darle la apariencia de bronce. Asegúrese de que el objeto sea realmente de oro; lo que a primera vista parecería oro, puede ser una capa dorada frágilmente asentada en la parte superior del bronce o del hierro corroído. Un cepillado o lavado inadecuados pueden dañar o remover este dorado, por lo tanto, no intente limpiar los objetos dorados. Embálelos cuidadosamente siguiendo las instrucciones para el bronce y llévelos a un restaurador.

CONCHA Generalmente, se encuentra en buenas condiciones. Si es sólida, y es necesario removerle la tierra se la puede lavar cepillándola suavemente. Si está extremadamente frágil, se la puede consolidar pincelándola con una solución diluida al 2 % de Paraloid en acetona o tolueno. Si todavía está húmeda, se debe usar una emulsión de PVA.

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CONSERVACIÓN IN SITU MADERA La madera se asemeja al cuero porque generalmente tampoco perdura, a menos que existan condiciones excepcionales de conservación durante su permanencia en el subsuelo. Rara vez se la encuentra seca, sin embargo, si está firme hay que mantenerla seca y se la puede limpiar, suavemente, sólo con un cepillo seco, asegurándose que el cepillo no dañe la superficie. Si se encuentra muy frágil, se la puede consolidar con Paraloid siguiendo las instrucciones dadas para consolidar cerámica. Después de aplicar el consolidante, asegúrese de cubrir la madera con una lámina de plástico para retardar el ritmo de evaporación. Esto sirve para minimizar la tensión en la estructura de la madera a medida que la resina se seca, evitando por lo tanto que se deforme. La madera saturada de agua es muy común. Manténgasela mojada. El secado a la intemperie, aunque sea por algunos minutos, puede causar un daño irreparable. Si no se la puede sacar del suelo inmediatamente después de haberla descubierto, se la debe mantener constantemente mojada rociándola y/o cubriéndola con una tela o plástico mojado. TEXTILES Si una pieza de textil se encuentra seca, manténgase así. Debido a que sus fibras e hilos probablemente estén en extremo frágiles, no se intente lavar o sacar pedazos adheridos de tierra. Embálese cuidadosamente en tisú libre de ácido o en bolsas perforadas de polietileno y almacénense horizontalmente. HUESO Para el hueso, síganse los mismos procedimientos de levantamiento y consolidación señalados en la sección de cerámica. Si es necesario un levantamiento en bloque o de apoyo, seguir las instrucciones dadas para el bronce. Si el hueso es sólido, generalmente se le puede lavar, pero primero pruébese con una pieza pequeña para comprobar que al secarse no se quiebra. Usar la menor cantidad posible de agua y no sumergir el hueso en ella. Para eliminar la tierra se puede usar un hisopo de algodón o un cepillo suave. Déjese secar el hueso lenta y completamente antes de siglarlo y embalarlo, en especial si va a embalarse en plástico. No lavar el hueso que ya ha sido consolidado. Si es friable, sólo se debe intentar una limpieza superficial con cepillo y embalarlo cuidadosamente en una caja rígida bien acolchada.

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La metodología de trabajo in situ se complementa con la desarrollada en el laboratorio. Es en este momento cuando podremos proporcionar a los materiales que no se conservarán in situ el tratamiento definitivo para su futura preservación. En el laboratorio se hace un estudio más profundo de la naturaleza de los materiales, estado de conservación, sus causas de alteración y a partir de este estudio se propone el tratamiento más adecuado. Las necesidades de estudio de las piezas, su importancia y el grado de alteración que presenten (estabilidad), serán los factores determinantes que darán prioridad a unos objetos sobre otros. El primer paso una vez que el objeto llega al laboratorio es elaborar una ficha técnica donde quedará constancia de toda la documentación que poseamos y de los tratamientos ya realizados. Una vez finalizado el tratamiento se realiza un informe con toda la información contenida en la ficha que acompañará al objeto al lugar donde vaya a ser depositado definitivamente. Conservación y restauración, en términos de tratamiento están íntimamente relacionados. El primero gira alrededor de la investigación, el estudio y la preservación a largo plazo de los materiales que componen el objeto, y el segundo se refiere a su revalorización. En la práctica, los dos procedimientos no se pueden separar fácilmente (Berducou, 1996). Pocas veces el edificio museístico puede disponer del local indispensable y sobre todo adecuado para este tipo de laboratorio. Las razones son múltiples y las obviaremos hoy aquí para no salimos del tema tratado. Lo verdaderamente importante ser enumerar las características con las que deberá contar un lugar como este. En primer lugar el espacio disponible para su instalación deber ser lo más espacioso que nos sea posible, aunque en un principio y debido a momentáneos impedimentos de espacio contemos con un pequeño local.

Con respecto a esto último deberemos tener en cuenta que se trata de un servicio en constante expansión debido fundamentalmente a dos motivos. Los tratamientos aplicados a los objetos van constantemente evolucionando al ritmo de las investigaciones, conllevando un aumento y mejora de maquinaria y productos, y la expansión lógica del laboratorio mediante la adquisición de un equipamiento tan básico como absolutamente necesario, de materiales que -en términos administrativos- seria tanto el fungible como el inventariarle. Otro hándicap a tener en cuenta y que resulta directamente proporcional al tamaño del local, es el almacena› miento de piezas a restaurar en un futuro, y las dimensiones a veces demasiado grandes de objetos a intervenir, sobre todo si se trata de cuadros, retablos o imaginera. El reducido espacio disminuye ostensiblemente el campo de actuación -tanto para el objeto como para el profesional -, incidiendo de imagen manera directa en el resultado de su trabajo y el tiempo dedicado a su intervención.

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UBICACIÓN La situación en altura del laboratorio es otro de los puntos importantes. Esto mismo también es extensible en el momento de la elección del lugar donde deberá instalarse el laboratorio de Conservación y Restauración. Generalmente antaño venía siendo común destinar› lo al cubículo más reducido, menos iluminado y a veces hasta insalubre ubicándolo poco más o menos que en el sótano del edificio. Sin pretender que nuestra postura sea en absoluto irreflexiva e intolerante, de ninguna de las maneras deberemos admitir una imposición tan aleatoria como impaciente. Diversas serán las motivaciones. La salud de los profesionales será lo primero a valorar, la humedad y el calor, la necesidad de ventilación, la seguridad de los objetos, luz en abundancia, etc son ya de por si motivos suficientes.

Escogeremos preferentemente un lugar alto en el edificio y bien orientado, y si se encuentra cercano o junto al tejado aún mejor. Si es as no olvidaremos el aislamiento contra el frío del invierno y el calor estival. El primero lo paliaremos con calefacción central regulable as como aislamientos térmicos en techos y paredes si fuera necesario. Estos aislamientos procuraremos as mismo nos sirvan en verano para con los rigores del calor, que suelen ser especialmente intensos en determinados puntos del edificio según la situación geográfica de la ciudad. Creemos no estar exagerando si aseguramos que en estos laboratorios es necesario instalar aire acondicionado, ya que resulta una autentica tortura trabajar con exceso de frío o bien de calor. No obstante res› pecto a este último punto, un frigorífico de las más simples características puede ser de ayuda con el fin de paliar este posible problema. La situación en alto del laboratorio nos permite además disponer de abundante luz cenital, muy importante para un trabajo tan minucioso como el que allí se desarrolla. Esta situación además nos permitir más fácilmente y con ausencia de complicaciones estructurales y materiales, instalar la salida de gases insalubres. Estos vienen inexorablemente generados por la aplicación a las obras de arte y demás objetos de productos más o menos tóxicos aplicados en campana de protección, por la cual salen expelidos a la atmosfera mediante un tubo acoplado a un extractor.

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CONSERVACIÓN EN LABORATORIO Pero entrando ya de lleno en la enumeración y descripción de las partes fundamentales de un laboratorio, deberemos tener en cuenta que antes de realizar cualquier tipo de obra en el sería necesario contar con un plano detallado de la habitación escogida. Sobre el y una vez que tengamos construida una idea suficientemente clara de lo que necesitamos en función del material a conservar y fundamentalmente de las posibilidades económicas actuales y futuras, realizaremos un planteamiento general. Dicho planteamiento estar basado en el máximo aprovechamiento del espacio disponible, teniendo siempre la predisposición de no convertirlo en algo parecido a un almacén donde el desenvolvimiento del operador sea dificultoso. Lo más correcto será al menos encontrar una relación equilibrada entre nuestras necesidades y posibilidades.

La iluminación del lugar de trabajo deberá ser en su mayor parte de tipo solar. Naturalmente, esto requiere la existencia de amplios ventanales y una perfecta orientación del laboratorio, Por muy diversos motivos, este punto es fundamental, tanto como una correcta identificación de alteraciones o la entonación más adecuada en una reintegración cromática. Algo fundamental serán las tomas de corriente o enchufes, que deberán estar presentes en todas las paredes e inclusive a ser posible en el techo mediante raíales.

El abastecimiento de agua corriente es uno de los puntos fundamentales dado que aparte de las limpiezas, los tratamientos de conservación la mayoría de ellos van aplicados por va humedad. Si aún deseamos una depuración máxima podemos instalar un pequeño alambique mediante el cual la destilaremos. En esta misma línea sobre la obtención de agua pura, sino aún más extremadamente pura (ultra pureza). En este lugar también será necesario disponer de escurridores para material vario de laboratorio, productos de limpieza y saneamiento, piletas con encimeras, desagües especial› mente protegidos para que el vertido de residuos químicos inocuos no los ataque y disuelva, filtros si los productos vertidos as lo exigiesen, receptáculos bajos de almacenamiento.

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Piletas de almacenamiento y desalación (con desagües protegidos contra materias que los llegasen a atascar). Estos receptáculos necesitarán a veces complicadas obras de fontanera, albañilería y electricidad dentro de un espacio obligatoriamente amplio. As mismo también poder acoplar hélices para remover el agua y serpentines térmicos para calentarla, aislantes térmicos de tal manera que podamos efectuar desalaciones en los objetos de hierro tan imprescindibles si deseamos su completa e imprescindible estabilidad fisicoquímico. No deberemos olvidar en este último caso que la más perfecta limpieza. Ventilación: otro de los puntos importantes. Los diferentes gases y olores que desprenden los productos utilizados en Conservación y Restauración por otra parte totalmente incompatibles con nuestro organismo deberán ser expulsados al exterior de modo prioritario. Se considera que la ventilación más adecuada para un laboratorio es de 10 metros cúbicos por persona. Como prevención contra posibles accidentes será conveniente instalar hélices extractoras colocadas en las ventanas. Seguridad: de que en los laboratorios de Conservación y Restauración no exista el riesgo de accidentes, deberán estar equipados al menos con extintores- y detectores de llama, térmicos o de humo, tanto en el área de trabajo como en el almacén variando en número según el tamaño de la habitación o el peligro inherente así como también pulsadores de alarma. Lo más aconsejable es emplazar el detector o detecto› res en el techo y los extintores colgados de la pared, cerca del lugar o productos con mayor riesgo de explosión y/o inflamabilidad. Mesas: de diferentes tamaños, donde poder realizar el trabajo diario en función del tamaño del/los objeto/os a tratar. Serán de especiales dimensiones aquellas destinadas a soportar mosaicos, madera (esculturas, mobiliario, sarcófagos...), o bien pin› tura mural. As mismo la altura de las mismas tendrán su importancia en función directa con la comodidad del trabajo. El grupo óptico: lo componen todos aquellos aparatos compuestos por lentes de aumento y destinados a que entre otros quehaceres la limpieza sobre los objetos a intervenir sea llevada a cabo de una manera más profunda, segura y eficaz mediante la ampliación del tamaño de los objetos, o más bien, partes muy determinadas de ellos. Así contaremos en primer lugar con lupas binoculares y los siempre imprescindibles. Serán de vital importancia no solo para el más perfecto tratamiento, sino además para su registro, posibilidades en cuanto a la investigación.

El secado: Se procurará escoger siempre las denominadas de Aire Regenerado o forzado (secadores de vidrio por ejemplo). En Estas y mediante un ventilador se introduce el aire ambiente en la cámara de secado. Aire que por supuesto será calentado en el interior a la temperatura que nosotros hayamos previamente seleccionado en el programador, y que después es elimina› da al exterior por las salidas existentes al efecto. Este último efecto impide que la humedad eliminada del objeto por calentamiento no se condense a posteriori en el interior, produciendo de esta manera un efecto contrario al deseado y con posteriores problemas de índole varia.

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Los instrumentos de pequeño tamaño: que aun no siendo aparatos eléctricos su grupo conforma el voluminoso e imprescindible utillaje empleado día a día por los profesionales de la Conservación y Restauración as: escalpelos, agujas citológicas (cilíndricas y de lanceta), portaminas-lápices y brochas de fibra de vidrio, punzones (o lápices) de madera de naranjo, espátulas, instrumental odontológico vario, etc., etc.. No olvidaremos la balanza a ser posible de precisión. La toma de datos y las mediciones precisas harán por una parte más fiables los tratamientos y por ende más rigurosas las investigaciones. A este res› pecto debemos tener en cuenta que hoy da por ejemplo las balanzas de semi precisión, los papeles reactivos de PH (papel tornasol).

Los análisis fisicoquímico: No obstante el acceder a una Difracción de Rayos X, Microscopio Electrónico de Barrido (S.E.M), etc.. En definitiva el acceso a la más moderna tecnología analítica, es hoy por hoy no solamente muy difícil si no que muchas veces imposible. Los favores mediante la amistad y/o la comprensión de los investigadores-encargados en los centros especializados donde este tipo de analítica es común, suelen sacarnos de diversos apuros aunque no siempre todos los que fuesen necesarios ni mucho menos los que dese No obstante el acceder a una Difracción de Rayos X, microscopia electrónica de Barrido (S.E.M), etc.. En definitiva el acceso a la más moderna tecnóloga analítica, es hoy por hoy no solamente muy difícil si no que muchas veces imposible. Los favores mediante la amistad y/o la comprensión de los investigadores-encargados en los centros especializados donde este tipo de analítica es común, suelen sacarnos de diversos apuros aunque no siempre todos los que fuesen necesarios ni mucho menos los que desempeñarnos.

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Control climático: Del centro cuyos fondos custodia nuestro laboratorio cara a su conservación, es otra de las cruciales tareas. Como es natural, primeramente hemos de contar con e l instrumental preciso para las mediciones. Todo ello tiene su razón de ser ya que cualquier edificio a l igual que cualquier se r viviente, se encuentra sometido a la acción de los agentes externos tales como la luz, la lluvia, e l viento, etc.. Por lo tanto los edificios (continente) serán quienes hagan variar la humedad relativa y la temperatura de una determinada construcción, y por ende lo que ella encierre (contenido). Trabajo de Conservación y Restauración: Se procurará llevar a cabo siempre mediante personal especializado y cualificado que posea unos conocimientos y una experiencia responsable. Es la única forma que los trabajos conlleven las máximas garantas. La seguridad de los objetos: tanto física como ambiental, sean as mismo primordiales puntos a tener en cuenta. Para mayor seguridad durante los tratamientos de los objetos de especial valor, será conveniente contar con una caja fuerte que podrá tener inclusive alarma incorporada. Ni que decir tiene que la combinación tan solo deberá obrar en poder del o de los conservadores-restauradores, jefes de sección y por supuesto de la dirección.

LA PLANIFICACIÓN DEL TRABAJO SOBRE LOS OBJETOS A INTERVENIR: Estará englobada dentro de los objetivos que el museo se ha propuesto desde un principio. La teoría dicta o deberá dictar que los primeros tratamientos deberán ser aplicados a las piezas en peor estado de conservación. Por ejemplo, los metales, y dentro de ellos los objetos confeccionados en hierro, tendrán absoluta prioridad o bien los objetos de tipo orgánico. Pero debemos tener en cuenta que un museo es un ente vivo y dinámico en constante evolución y cambio. Esto deberá ser llevado a cabo no solo con los objetos almacenados de antiguo sino también con los de nueva adquisición ya sea mediante compra, donación o bien procedentes de las diversas campañas de excavación arqueológica que anualmente se realizan.

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BIBLIOGRAFÍA

BIBLIOGRAFÍA 

LA CONSERVACION EN EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS

Traducción al español hecha en el Centro Nacional de Conservación y Restauración de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Edición dirigida por: N. P. Stanley Price, 2.' Edición española, Madrid, 1990 

MONTAJE Y FUNCIONES DEL LABORATORIO DE CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN EN UN MUSEO DE ARQUEOLOGÍA

Carmelo Fernández Ibáñez, CuPAUAM23, 1996, pp. 9-36 

Criterios e Convencións en Arqueoloxía da Paisaxe, Medidas Urgentes de Conservación en Intervenciones Arqueológicas

Yolanda Porto Tenreiro, Laboratorio de Arqueoloxía e Formas Culturais Universidade de Santiago de Compostela, Primera Edición

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IN SITU Y EN LABORATORIO

CONSERVACIÓN