Conflicto Armado Interno Guatemala

Universidad de San Carlos de Guatemala Ciencias jurídicas y sociales abogacía y notariado II semestre Sección B Histor

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Universidad de San Carlos de Guatemala Ciencias jurídicas y sociales abogacía y notariado II semestre

Sección B

Historia Jurídico Social de Guatemala Lic. Juan Francisco

Tema Conflicto armado interno en Guatemala

Katterine Lenyn Ángel Allan Margarito Granados Cardona

201546073

Karla Edith Aracely Edith Roslyn Yosmary

Huehuetenango, 29 de septiembre de 2015.

Introducción

1.

Conflicto Armado Interno

El Conflicto Armado Interno - también denominado Guerra en Guatemala, Guerra Civil en Guatemala o Enfrentamiento Armado en Guatemala- fue la guerra civil interna ocurrida en Guatemala entre 1960 y 1996 y que enfrentó al Ejército de Guatemala con civiles subversivos organizados en una guerrilla. La guerra, que duró 36 años, dejó 250 000 personas muertos o desaparecidas y culminó de manera oficial con la firma de los Acuerdos de Paz. También se le denomina Guerra Interna o Conflicto Interno Armado. La primera etapa de la guerra comenzó después del intento de derrocar al gobierno del presidente Miguel Ydígoras Fuentes, acción que emprendió un grupo de militares jóvenes en el Cuartel General Justo Rufino Barrios -también conocido como Castillo de San Rafael de Matamoros-, el 13 de noviembre de 1960. Los oficiales que no quisieron aceptar el indulto ofrecido por el gobierno siguieron luchando, convertidos en guerrilleros, en alianza con miembros del Partido Guatemalteco del Trabajo -PGT- o Partido Comunista y otros grupos subversivos que surgieron en esos años. Organizaron entonces las Fuerzas Armadas Rebeldes -FAR-, integradas por diversos frentes comandados por Marco Antonio Yon Sosa, Luis Turcios Lima, Alejandro de León Aragón y otros jefes de facción. Las -FAR- se desintegraron por diferencias ideológicas entre los comandantes, y los frentes guerrilleros continuaron la lucha, separadamente, contra el Ejército regular, hasta la década de 1980, cuando organizaron la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca -URNG- . Al principio, la guerrilla actuó en la región oriental -Zacapa, Izabal y Chiquimula, pero fue abatida por las fuerzas regulares. Entonces, sus contingentes se movieron hacia Petén, el altiplano central y el occidental, y otras regiones del país, incluso la capital, donde comandos urbanos actuaron durante varios años. En el lapso comprendido entre 1980 y 1982, las fuerzas guerrilleras dominaban un amplio territorio y tenían el apoyo de muchos campesinos. Parecía que iban

a vencer al Ejército de Guatemala, pero éste también se reorganizó y cambió de táctica, obtuvo más armamento, aviones y recursos humanos y, en acciones mejor dirigidas, logró recuperar las regiones tomadas por la guerrilla. El ataque del Ejército contra las facciones subversivas también afecto a las poblaciones campesinas de las regiones en que se desarrolló el conflicto armado, muchas de las cuales tuvieron que emigrar hacia otras regiones del país o a Honduras y México. Durante el gobierno del presidente Vinicio Cerezo Arévalo comenzaron las conversaciones entre la URNG y el Gobierno de Guatemala para una paz negociada. El 29 de diciembre de 1996, durante el gobierno de Álvaro Arzú, después de muchas reuniones y convenios, y con la intervención de la Organización de las Naciones Unidas -ONU-, se firmaron los Acuerdos de Paz. De acuerdo a un informe de la Comisión del Esclarecimiento Histórico (CEH) publicado en 1999, bajo el respaldo de la Organización de Naciones Unidas, precisó que el Ejército de Guatemala cometió un total de 626 masacres contra comunidades de campesinos durante la guerra. A la guerrilla guatemalteca se le atribuyen 32. En otras palabras, de acuerdo a la misma fuente, entre el 90 y 94 por ciento de las masacres registradas durante el Conflicto Armado Interno fueron cometidas por el Estado de Guatemala.

2.

Miguel Ydígoras Fuentes

José Miguel Ramón Ydígoras Fuentes (Pueblo Nuevo, Suchitepéquez, 17 de octubre de 1895 - 6 de febrero de 1982) fue un militar y diplomático guatemalteco, Presidente de Guatemala de 1958 a a1962. También desempeñó otros cargos de importancia en la administración pública. Sus padres Miguel Ydígoras Herreros y Atala Fuentes Ugarte. Fue inscrito en el Registro Civil con los nombres propios José Miguel Ramón. Estudió su primaria en la Escuela Práctica de Guatemala y, a los 17 años, ingresó a la Academia

Militar, en donde, en 1915, se graduó de oficial de Infantería y de Ingeniero Tipógrafo. Con su esposa, María Teresa Laparra procreó un hijo. Desempeñó diversos cargos en la administración pública: Subdirector de la Academia Militar -1920-, Jefe Político en los departamentos de Petén -1927-, Jalapa -1929-, Retalhuleu -1931- y San Marcos -1935- y Director General de Caminos -1939 a 1944-. Durante el Gobierno de Juan José Arévalo fue Embajador de Guatemala en Inglaterra -1945 a 1950-. En las Elecciones de 1950, se perfiló como el más fuerte candidato opositor de Jacobo Árbenz. Después de las elecciones salió hacia El Salvador, en un exilio voluntario. Volvió en 1954 y, el año siguiente, el gobierno de Carlos Castillo Armas lo nombró Embajador de Colombia -1955 a 1957-. Regresó a Guatemala y participó en las elecciones presidenciales de octubre de 1957, postulado por el partido Reconciliación Democrática Nacional. Redención En los cómputos oficiales obtuvo el segundo lugar, pero no aceptó ese resultado y denunció la comisión de fraude en las votaciones. La subversión popular que apoyó su reclamación provocó la caída del presidente interino Luis Arturo González, quien fue depuesto por una junta militar que, a su vez, no se pudo mantener en el mando por la protesta de Ydígoras y la de los partidarios de éste. Consecuentemente, asumió la Presidencia interina el segundo designado, Guillermo Flores Avendaño, y se realizaron nuevos comicios en enero de 1958, oportunidad en la que el General Ydígoras obtuvo mayoría relativa. El 12 de marzo siguiente, en elecciones de segundo grado, el Congreso de la República de Guatemala lo designó Presidente de la República para un período de seis años. Durante su gobierno siguió la política anticomunista de su antecesor, pero permitió el regreso de muchos exilados. Después de un delicado incidente con México, ocasión en la que ordenó ametrallar a lanchas pesqueras mexicanas que operaron en aguas territoriales guatemaltecas, fundó la Escuela Naval y creo la Marina de Guerra. Asimismo, estableció la Empresa Nacional de Fomento y Desarrollo de Petén –FYDEP-. En su Administración se celebró el Tratado General de Integración Económica

-1960-, base del Mercado Común Centroamericano que adquirió auge en la década siguiente. Cuando Ydígoras fue electo presidente se esperaba que fuera otro dictador de mano dura, al estilo de Jorge Ubico, a quien había servido eficazmente en el cargo de jefe político o cuando menos, que impusiera orden en el país y fortaleciera el Estado de Derecho. Pero su Gobierno fue, por el contrario, un régimen con pronunciados rasgos populistas, que permitió, en exceso, las protestas populares y las huelgas estudiantiles y de trabajadores, movimientos estos que degeneraron en bochinches callejeros y hasta en atentados dinamiteros. Adicionalmente, se le acusa de haber tolerado la corrupción sistemática en las esferas gubernamentales. En 1960 autorizó el establecimiento de una base de entrenamientos de soldados cubanos en la finca Helvetia, de Retalhuleu, decisión que agudizó el descontento de una parte de la oficialidad del Ejército de Guatemala y que contribuyó al alzamiento militar del 13 de noviembre de ese año, sublevación que marcó el punto de origen de la guerra interna. En 1962, las protestas populares obligaron al gobierno a suspender las garantías y a integrar un Gabinete militar. En marzo del año siguiente, el Ejército derrocó a Ydígoras e impuso al Ministro de la Defensa, coronel Enrique Peralta Azurdia, en el cargo de Jefe de Estado. Ydígoras Fuentes salió al exilio y residió en diversos países latinoamericanos y en Estados Unidos. Publicó los libros: Caminos de tierra -1941-, Relación entre Pueblo y Gobierno -1958-, Consolidación de la Doctrina Monroe -1963-, La Colombia coruscante que yo conocí -1963-, y Belice, Guatemala, la Gran Bretaña y Centro América -1976-. Falleció en la ciudad de Guatemala, el 6 de febrero de 1982. Gobierno de Miguel Ydígoras Fuentes El Gobierno de Miguel Ydígoras Fuentes es un artículo que se refiere al período como Presidente de Guatemala de Miguel Ydígoras Fuentes, del 19 de enero de 1958 al 30 de marzo de 1963.

Después de un agitado período en el que gobernaron dos presidentes interinos, Luis Arturo González y Guillermo Flores Avendaño y, además, una Junta Militar, se realizaron dos elecciones presidenciales y, como resultado de éstas, asumió la presidencia, el 19 de enero de 1958, el general Miguel Ydígoras Fuentes. El nuevo gobierno continuó la política anticomunista del anterior, pero fue más tolerante y permitió el regreso de varios exiliados políticos, organizándose entonces el Partido Revolucionario. Ydígoras reintegró el país a la Organización de Estados Centroamericanos –ODECA-, de la que le había separado el presidente Jacobo Árbenz, y firmó el Tratado de Libre Comercio e Integración Económica, que fue la base del Mercado Común Centroamericano -Mercomún-. Rompió relaciones con el gobierno de Cuba, presidido por Fidel Castro, y autorizó que se estableciera, en Retalhuleu, un campamento para el entrenamiento de soldados cubanos anticastristas. En el período de Ydígoras se produjeron constantes manifestaciones populares antigobiernistas, así como atentados dinamiteros. El 13 de noviembre de 1960, se registró un levantamiento militar que, aun cuando fue sofocado, dio origen poco después al movimiento guerrillero izquierdista -Guerrilla-. El 30 de marzo de 1963, cuando la ciudadanía se preparaba para nuevas elecciones presidenciales, en las que se esperaba la participación del ex presidente Juan José Arévalo, el Ejército de Guatemala derrocó a Ydígoras en un golpe de Estado, y asumió el mando, como Jefe de Estado el coronel Enrique Peralta Azurdia, quien era el Ministro de la Defensa. Durante su gestión, se concluyeron distintos tramos asfálticos en carreteras del país; se terminaron los puentes que hacían falta para la finalización de la Ruta al Atlántico; en noviembre de 1959 se finalizó los trabajos del complejo vial conocido como EL TREBOL; se hizo el parque de La Industria; el puente de Belice, el Puente Baltazar Orena sobre el río Los Esclavos, así mismo el Hospital Antituberculosos "San Vicente", el Hospital infantil "María Teresa", se identificó la reclamación guatemalteca sobre el territorio de Belice; se dio atención al departamento de Petén, por medio del FYDEP; se fomentó la avicultura; el país participó más activamente en el Mercado Común Centro Americano. Entre sus mayores preocupaciones estuvo la de dar vivienda a la

clase media, planificando colonias con el lema de "esfuerzo propio, ayuda mutua".

3.

TRIUNFO DE LA REVOLUCION CUBANA DE 1559

La Revolución Cubana es el término con el cual se designa al derrocamiento del gobierno de Fulgencio Batista por el Movimiento 26 de Julio y al establecimiento del nuevo gobierno Cubano liderado por Fidel Castro en el inicio de 1959. La revolución se inicia con el asalto del Cuartel Moncada durante el 26 de julio, 1953, y finaliza el 1 de enero, 1959, cuando Batista huye del país, y las ciudades de Santa Clara y Santiago de Cuba fueron tomadas por los rebeldes, liderados por el Che Guevara y Fidel Castro, respectivamente. El término "Revolución Cubana" es también usado para referirse al período que abarca desde 1959 hasta el presente y la adopción de los principios marxistas, leninistas y martianos por el nuevo gobierno cubano. La revolución cubana representó un hito importante en la historia de América al ser la primera y con más éxito de varias revoluciones de izquierdas que sucedieron en diversos países del continente. El régimen resultante de la revolución —considerado totalitario por numerosos observadores— ha mantenido el gobierno en el país a pesar de la enorme cantidad de adversidades, manteniéndolo a flote aun luego de la caída del bloque socialista. Se lo ha acusado de violar algunos derechos básicos de la población como la libertad de expresión, la libertad de circulación o la libertad económica, si bien en términos generales ha resultado exitosa en muchas de las reformas que ha hecho, principalmente en el sistema de salud y el sistema educativo público y gratuito. Estados Unidos mantiene un duro embargo económico a la isla desde principios de los años 60 del siglo XX. Esta política es considerada como bloqueo económico en el marco de las Naciones Unidas y rechazada cada año por la Asamblea General de esa instancia internacional que vota a favor de una resolución denominada Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos contra Cuba. A pesar de la presión internacional y del daño que causa al pueblo cubano, Estados Unidos sigue justificando su política anteponiendo la

existencia de numerosas denuncias de violaciones de los derechos humanos en la isla. Tanto la persistencia norteamericana en las sanciones unilaterales contra Cuba como los efectos que esto trae a su población quedan reflejados en múltiples resoluciones de las Naciones Unidas desde el año 1992.

Trasfondo El 10 de marzo de 1952, Fulgencio Batista, quien ya había gobernado Cuba entre 1934 y 1944, desencadena un golpe de Estado que derriba al gobierno de Carlos Prío Socarrás, corrupto presidente de la República neocolonial (1902-1959 etapa en que Cuba deja de ser colonia de España y pasa a un control total por parte de Estados Unidos). Así, Batista invalida las elecciones que se avecinaban, donde debía resultar claro ganador el Partido del Pueblo Cubano. Un joven abogado se opone al golpe militar: Fidel Castro Ruz. Convencido de que el golpe priva de toda posibilidad a la lucha política, Castro crea, junto a Abel Santamaría y otros, una organización clandestina de jóvenes estudiantes y trabajadores, muchos de ellos provenientes de las filas del Partido del Pueblo Cubano y asaltan a la segunda fortaleza militar de Cuba, el Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953, en la ciudad de Santiago de Cuba, y al cuartel Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo, ambos en la parte oriental de la isla de Cuba. Aunque el asalto fracasó militarmente, y muchos de los involucrados, como Abel Santamaría fueron asesinados por la represión de la dictadura de Batista, Fidel Castro, su hermano Raúl, Francisco Medina y otros lograron, aunque prisioneros, sobrevivir. Enfrentados a un tribunal, Fidel pronuncia su alegato de autodefensa La Historia me Absolverá, donde plantea el Programa del Moncada, integrado por las medidas sociales y económicas que hubieran tomado los revolucionarios de haber tenido éxito en ese momento. En este alegato se convierte Fidel de acusado a acusador, echándole en cara al Gobierno todos los asesinatos que por tantos años han existido en la isla, por todas las malas situaciones de la vivienda cubana, de la salud y educación.

Tras 22 meses de prisión en la Isla de Pinos, Fidel y sus compañeros son amnistiados por el régimen Batistiano, merced a la presión popular. Al comprobar la imposibilidad de la lucha política pacífica, Fidel se dirige a México, desde donde también visita Estados Unidos, organizando una expedición para trasladarse a Cuba y comenzar una lucha armada, es así que se organiza la expedición del Yate Granma tras un delatado plan anterior de travesía, a la que suman entre otros, Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos. Ya antes de partir de Cuba se había creado, formalmente, el Movimiento 26 de Julio, (M-26-7). En el exilio, este movimiento firma pactos con otras fuerzas que propugnan la lucha

armada

como

única

vía

para

sustituir dictador:

El

Directorio

Revolucionario, liderado por José Antonio Hechevarría, y compuesto por jóvenes estudiantes de la Universidad de La Habana, y grupos del oriente del país liderados por Frank País. La travesía se hizo en duras condiciones, la capacidad del barco era para no más que 20 personas y sin embargo iban en él 82 cuerpos mareados por la mar. El 2 de diciembre de 1956 desembarca el Granma en las costas orientales de Cuba, aunque con retraso, lo cual provoca que el alzamiento coordinado con Frank País, en Santiago de Cuba el 30 de noviembre de 1956, no cumpla totalmente sus objetivos de distraer a las tropas de Batista para el desembarco del navío. Perseguidos los expedicionarios, sufren una derrota inicial en Alegría de Pío que causa la dispersión de los 82 combatientes, de los que sólo llegan a la cordillera de la Sierra Maestra unos veinte. Sin embargo, en enero de 1957 la guerrilla realiza su primeras acciones guerrilleras (El Combate de La Plata), con pleno éxito. Durante todo el año 1957 la guerrilla crece y se fortalece, a pesar de las acciones ofensivas del ejército enemigo, expandiéndose a todo el territorio oriental a través de nuevas columnas guerrilleras y frentes, al mismo tiempo que crece también el combate en las ciudades, llevado a cabo principalmente por los estudiantes. Así mismo se incrementa la represión de la dictadura, que cuenta con el pleno apoyo de Estados Unidos. Destacables en este año son:



El Asalto al Palacio Presidencial, el 13 de marzo, por el Directorio



Revolucionario. El Combate de El Uvero, 28 de mayo de 1957, que marca la mayoría de



edad de la guerrilla. La creación de la segunda columna del Ejército Rebelde, la 4,



comandada por el Che Guevara. La creación del II y III Frentes Orientales "Frank País", liderado por Raúl

 

Castro y Juan Almeida, respectivamente. El asesinato de Frank País, el 30 de julio de 1957. El alzamiento del 5 de septiembre, en la base naval de Cienfuegos: Marinos y luchadores clandestinos toman la ciudad por varias horas, destruyendo el mito de la unidad monolítica del ejército del régimen y resistiendo hasta que la mayoría cae combatiendo.

En 1958, se convoca a la Huelga General Revolucionaria del 9 de abril, que mal planificada, es sofocada por el gobierno, que, semanas después, convencido de la debilidad de las fuerzas revolucionarias, inicia una ofensiva general en la Sierra Maestra para destruir a las guerrillas. La ofensiva es derrotada en batallas como la de El Jigue y Santo Domingo, donde logran cercar, destruir y rendir, a varios batallones del ejército enemigo. Fracasada la ofensiva y con las armas capturadas, se crean varias columnas guerrilleras más, dos de ellas, comandadas por Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara, realizan la invasión al occidente del país. Parten de la Sierra Maestra en Agosto del 1958, y llegan al centro de la isla en Octubre, habiendo atravesado más de 400 kilómetros. Una vez en el centro de la isla, estas columnas, tras reunificar a las fuerzas guerrilleras del Directorio Revolucionario y el Partido Socialista Popular, comienzan una campaña donde toman todos los poblados, destruyendo importantes fuerzas enemigas. En el oriente, entretanto, las fuerzas rebeldes cercan las principales ciudades. Para fines de diciembre de 1958, la moral combativa del ejército del gobierno es muy baja. La Embajada de EEUU comienza a buscar vías para evitar el triunfo rebelde. Aunque se realizan elecciones en noviembre de 1958, los revolucionarios no reconocen sus resultados. El 31 de diciembre, cuando las

tropas del Che Guevara prácticamente ya han tomado la ciudad de Santa Clara, llave del centro de la isla, y las tropas de Fidel y Raúl se preparan para tomar la Ciudad de Santiago de Cuba, Batista huye hacia Santo Domingo con un numeroso séquito de seguidores. La Embajada de EEUU, presintiendo que la revolución hará inviable la salida democrática, trata de organizar una junta militar, maniobra denunciada por Fidel Castro que llama a la huelga general y ordena a sus comandantes Che Guevara y Camilo Cienfuegos avanzar hacia La Habana y tomar las instalaciones militares de la capital, hecho que se produce el 2 de enero de 1959. A partir de entonces, históricamente, se toma como fecha del triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959. Antecedentes latinoamericanos Los antecedentes más inmediatos de la Revolución Cubana se encuentran en los "diez años de primavera" de Guatemala (1944-1954), y en el gobierno de Juan Domingo Perón en Argentina (1946-1955). En 1944, en Guatemala un movimiento estudiantil encuadrado en el amplio movimiento de la Reforma Universitaria latinoamericana, derrocó al dictador Ubico y poco después se produjo un golpe de Estado de militares progresistas que impuso un sistema democrático por primera vez en la historia guatemalteca, resultando electo presidente Juan José Arévalo. Arévalo, un educador formado en la Argentina que adhería a una ideología que él denominaba "socialismo espiritual", inició una serie de reformas políticas y sociales. Su sucesor (elegido en 1951), el coronel Jacobo Arbenz, profundizó tales medidas y en 1952 inició un importante proceso de reforma agraria, que afectó seriamente los intereses de la empresa estadounidense United Fruit, que tenía sólidos lazos con la administración del presidente Eisenhower. Sosteniendo que se trataba de un gobierno comunista, Estados Unidos comenzó a operar entonces para desestabilizar al gobierno de Arbenz, culminando en un golpe de Estado al mando del coronel Carlos Castillo Armas en 1954. También tuvo una fuerte influencia en el pensamiento latinoamericano el gobierno popular de Juan Domingo Perón en Argentina, derrocado por un golpe militar en 1955. De hecho Castro se encontraba en Bogotá en el año 1948,

promocionando un encuentro estudiantil peronista, cuando participó en el llamado "Bogotazo" que estalló luego del asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán. La caída de los gobiernos de Jacobo Arbenz y Juan Domingo Perón llevó a amplios sectores nacionalistas de América Latina a abandonar la «vía democrática» para realizar reformas sociales y a exacerbar los sentimientos contrarios al imperialismo norteamericano. El antiimperialismo, una ideología con antiguas raíces en América, se convirtió entonces en una posición política generalizada en las fuerzas políticas de la izquierda latinoamericanas, con fuerte influencia de la URSS.

4.

Doctrina de Seguridad Nacional

Doctrina de la seguridad nacional es un concepto utilizado para definir ciertas acciones de política exterior de Estados Unidos tendientes a que las fuerzas armadas de los países latinoamericanos modificaran su misión para dedicarse con exclusividad a garantizar el orden interno, con el fin de combatir aquellas ideologías, organizaciones o movimientos que, dentro de cada país, pudieran favorecer o apoyar al comunismo en el contexto de la Guerra Fría, legitimando la toma del poder por parte de las fuerzas armadas y la violación sistemática de los derechos humanos. Características Si bien nunca recibió oficialmente el nombre de Doctrina, esta denominación es ampliamente reconocida en muchos ámbitos académicos y gubernamentales, y su existencia es demostrable según la interpretación de los informes desclasificados por el gobierno de EE. UU., la CIA y los memoranda del Consejo de Seguridad Nacional. La llamada Doctrina fue un producto del pensamiento de la Guerra Fría, que mantuvo al mundo dividido en dos campos antagónicos. Fue ideada por los sucesivos gobiernos de los Estados Unidos y puesta en práctica mediante el entrenamiento de los distintos ejércitos latinoamericanos en la Escuela de las

Américas en Panamá. Allí, durante casi cuarenta años, eran enviados militares procedentes de distintos países latinoamericanos para instruirse en técnicas de contrainsurgencia: interrogatorios mediante torturas, infiltración, inteligencia, secuestros y desapariciones de opositores políticos, combate militar, guerra psicológica. Contando incluso con manuales de tortura y contrainsurgencia de la CIA para este fin. Según esta Doctrina, cualquier amenaza a la Seguridad Nacional de EE. UU. originada en cualquier parte del mundo, constituía una acción a favor de la potencia enemiga de EE. UU., la URSS. Existía la convicción, en ciertas áreas del gobierno estadounidense, de que el bloque comunista (surgido después de la Segunda Guerra Mundial) tenía como principal objetivo el convertirse en la única potencia mundial y reorganizar la sociedad mediante la expansión del comunismo soviético. La llamada doctrina considera a los propios ciudadanos de un país como posibles amenazas a la seguridad. Los defensores de la Doctrina sostienen oficialmente que fue necesaria su aplicación durante la guerra fría para frenar el avance del comunismo. Según esta Doctrina el comunismo acabaría con las libertades y los derechos individuales en el país donde se instaurara, y las violaciones a los DD. HH. necesarias para evitar la acción o la instauración del comunismo, eran vistas como un daño colateral o un sacrificio menor. Los defensores de la Doctrina también argumentan que no es correcto llamarla "doctrina" ya que nunca fue redactada oficialmente, y por lo tanto sostienen que sólo se la entiende como una doctrina desde una postura adversa a la política internacional de EE. UU. Así mismo según la Escuela de las Américas su objetivo fundacional era enfatizar en la democracia y los derechos humanos. A partir del fin de la Guerra de Vietnam, EE. UU. replanteó su estrategia con el objetivo de involucrar más directamente a los ejércitos de las propias naciones latinoamericanas en la defensa hemisférica, comprometiendo en menor medida a las fuerzas armadas de los EE. UU., en lo que se conoció como Doctrina Nixon. Los EE. UU. intentaron proteger sus intereses en Latinoamérica mediante la instalación de gobiernos dictatoriales. Pero con la influencia de la revolución cubana de 1959 y el crecimiento del pensamiento comunista o

socialista entre los estudiantes y trabajadores latinoamericanos, por primera vez surgía la idea de que el pueblo del propio país podía constituir una amenaza a la seguridad nacional. Empleando la Doctrina de seguridad nacional los Estados Unidos consiguen unificar el accionar de las distintas dictaduras latinoamericanas, como la de Augusto Pinochet en Chile (1973-1990), Alfredo Stroessner en Paraguay (19541989), el Proceso de Reorganización Nacional en Argentina (1976-1983), Juan María Bordaberry en Uruguay (1973-1985), el general Hugo Banzer en Bolivia (1971-1978), la dinastía de los Somozas en Nicaragua, de los gobiernos de El Salvador durante sus más sangrientos años de guerra civil, y del gobierno colombiano de Julio César Turbay Ayala con su famoso "Estatuto de Seguridad" (1978-1982). Se unificó la acción represiva de todos estos gobiernos mediante los denominados Plan Cóndor en Sudamérica, y Operación Charlie en Centroamérica. Es conveniente añadir que en Argentina, uno de los precursores de la doctrina de la seguridad nacional fue el plan CONINTES, sancionado y puesto en práctica durante el gobierno de Arturo Frondizi en 1958. La sigla significaba «CONmoción INTerna del EStado», y consistía en poner a las Fuerzas Armadas y de seguridad a disposición de la represión interna, permitiendo la militarización de los grandes centros urbanos y permitiendo allanamientos y detenciones a los líderes opositores. Las técnicas de contrainsurgencia aplicadas con la Doctrina de seguridad nacional tienen dos vertientes. La primera de origen estadounidense llamada Doctrina de Seguridad Hemisférica, impartida en la Escuela de las Américas, y la segunda de origen francés, llamada Doctrina de la Contrainsurgencia, creada a partir de la lección aprendida por el general D'Allegret tras las derrotas en las guerras de independencia de Indochina y Argelia. La Doctrina llega a formar una parte importante de la ideología de las fuerzas armadas en América Latina, quienes por primera vez extienden su papel de defensores de las fronteras nacionales con la defensa contra el propio pueblo, constituyéndose en artífices del Terrorismo de Estado. Además la Doctrina propaga una visión amplia del enemigo: no sólo se consideran terroristas insurgentes a las personas armadas contra un gobierno determinado, sino

también a las personas que propagan ideas en contra del concepto de la sociedad nacional que tiene el gobierno de EE. UU. Cuando se interpreta al enemigo insurgente de tal manera, se puede fácilmente ordenar a todo el mundo bajo esta definición. Además, los insurgentes son considerados subversivos, terroristas, traidores a la patria, etc., y por consiguiente no se los ve como Sujetos de Derecho. Por esto la doctrina justifica utilizar los métodos violentos para tratar y eliminar al enemigo.

5.

La doctrina de seguridad nacional en Guatemala

En la sociedad guatemalteca, los factores internacionales siempre han sido determinantes en la definición de las políticas públicas en general y las políticas de seguridad en particular. Esto ha sido así desde que se produjo la conquista hasta el presente. Lo anterior explica la influencia de la Doctrina de Seguridad Nacional en el Estado guatemalteco desde finales de Segunda Guerra Mundial a partir de la influencia de los Estados Unidos de América. Sin embargo, lo anterior no implica que las presiones y determinantes externas sean mecánicamente implementadas por los gobiernos de turno. Responden a una lógica donde los factores externos e internos se interrelacionan a veces conflictivamente, otras consensualmente, además, se adecuan a las dinámicas de poder y de relaciones sociales existentes en un período histórico determinado. Pero ninguna política pública se comprende a cabalidad si no se toma en cuenta el contexto internacional y sus determinantes. Por ello es que los inicios de la Doctrina de Seguridad Nacional como fundamento de la política de seguridad del Estado guatemalteco desde la posguerra hasta principios de la década de los 80, se explica por los elementos externos. “La alianza de los países latinoamericanos con el frente antifascista se convierte, después de la Conferencia de Yalta (febrero, 1945) en una redefinida influencia estadounidense en cuya virtud somos parte del bloque occidental. Nos adherimos al Acta de Chapultepec (1945), que sella la alianza militar del hemisferio occidental. Posteriormente vino la doctrina Truman y, para nosotros, el Mutual Defense Assistance Agreement, que establece un virtual monopolio

de ventas de armas por parte de los Estados Unidos y luego el Tratado Interamericano de Defensa (TIAR) conocido como Pacto de Río de Janeiro (1948), que reforzó la dependencia de los ejércitos latinoamericanos, solidarios con la estrategia norteamericana [sic] en caso de una intervención extracontinental. En Guatemala, ese contexto internacional, determinó que la doctrina de seguridad nacional se configurara como Contrainsurgencia y les otorgara a los militares una identidad plena, alzándose a principios de la década de los sesenta con el poder estatal debido al golpe de Estado de 1963, creando un Estado contrainsurgente que dura hasta 1982. Se definieron así mismos como los ejecutores de un destino mesiánico de garantía de la unidad frente a las amenazas de desintegración. Su fundamento teórico fue un sistema de diferencias con base en la definición del enemigo del Estado a partir de la figura del comunista. Este es un sujeto subversivo, diferente del ciudadano. Es un no ciudadano, por lo que debe ser deshumanizado y aniquilado. Para lo cual realiza un ejercicio del poder a través del uso de las armas y no de los mecanismos del consenso social, por lo que recurre a su capacidad coercitiva y al uso de un sistema extendido de vigilancia. La relación del poder contrainsurgente es esencialmente arbitraria e ilegal. El cuidado del orden es definido por la noción de seguridad y la lucha contra el comunismo. “La ci [contrainsurgencia] ocurrió en una coyuntura histórica en que pareció que internamente estaba defendiendo el mundo libre. Era un medio calificado por el encuentro entre la tradición autoritaria, de origen oligárquico, local, con las prácticas contrainsurgentes modernas, de origen norteamericano [sic]. Este desafortunado maridaje produjo y explica la conformación de una estructura de poder poderosamente coactiva, una modalidad de dominación violenta, una nueva forma de régimen político en el marco histórico del Estado burgués al que se ha calificado como Estado o poder ci, que como todo ejercicio del poder, es la manera como unos pueden estructurar el campo de acción posible de otros, para influir sobre ellos o para controlarlos.

Las políticas que recomendaron y patrocinaron los Estados Unidos de América desde finales de los años cincuenta, inspiradas en las preocupaciones de su seguridad nacional, estuvieron todas ellas orientadas a fortalecer en estos países, la conducción militar del Estado. Esto constituye un significativo cambio en el ejercicio del poder político nacional que debió vivirse más que como una amenaza, como una situación de guerra. Lo anterior determinó varias consecuencias inmediatas. La primera fue otorgar una nueva justificación a la expansión del papel y del poder militar; la segunda, fue el fortalecimiento de la auto imagen que tenía

el ejército dentro del Estado y con relación a la

sociedad; y, en tercer lugar, el control de la vigilancia y la represión de la población en manos de la institución militar sin ninguna posibilidad de definirle límites a su accionar. La versión contrainsurgente de la doctrina de seguridad nacional también definió supuestos como de que la subversión nacional era provocada por influencia del exterior, por lo que al combatir al enemigo interno se enfrentaba al enemigo internacional. Lo cual implicó considerar como tarea esencial del poder político mantener el orden interno. Al considerar la concepción contrainsurgente, que los políticos no podían lograrlo, le asignaban a los militares esa tarea. En resumen, esta nueva lógica de relacionar los asuntos de la política y de la guerra, al subrayar el nuevo papel de los militares, propuso nuevas formas de institucionalización del poder y nuevas percepciones de las tareas a desempeñar. Esta doctrina supone necesariamente la modernización total de los ejércitos tradicionales. Esto llevó a hablar de una ética profesional nueva, con valores, actitudes y perspectivas inherentes a quienes podrían, en lo inmediato, refundar la nación. En otras palabras, la defensa nacional compromete al desarrollo nacional, lo que al ampliar el horizonte inmediato para volverlo uno de larga visión, requiere de un cambio cualitativo que va desde la ejecución de tareas puramente militares, la defensa de la soberanía nacional, hasta el interés político en todos los aspectos de gobierno, definidos para las urgencias de esta nueva época, incluyendo el desarrollo. Todo ello asignó un papel central al ejército en el

Estado, al hacer énfasis en la función de las fuerzas armadas como guardianes del orden, del control social, de la seguridad interna y de la seguridad externa. Esa es la situación de Guatemala, aunque en nuestra experiencia se demostró con largueza que las fuerzas armadas no fueron actores de iniciativas de desarrollo económico y menos aún, alguna de carácter democrático. Su proyecto institucional se mantuvo en torno a una definición instrumental de la seguridad y el orden, en una intermediación operativa de una estrategia donde abundaron intereses extranjeros. Y desgraciadamente también, de la defensa enconada de los intereses corporativos de la burguesía agraria que todavía eran percibidos por algunos como los intereses universales de la nación guatemalteca. La Doctrina de la Seguridad Nacional y el poder Contrainsurgente en su vertiente más extremo perduraron hasta finales de la década 70. Los procesos de cambios internacionales que inician con el gobierno estadounidense de Jimmy Carter y luego continuadas por Ronald Reagan, promovieron la democratización de los Estados latinoamericanos, el respeto a los derechos humanos y la redefinición de la estrategia estadounidense en su lucha contra la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Esta nueva coyuntura mundial, incide en Guatemala y permite la redefinición de la concepción de seguridad hacia una nueva interpretación que ya no concibe la lucha contra el comunismo ni la vía militar como el eje principal de la seguridad nacional. Esta doctrina asume el nombre de Tesis de la Estabilidad Nacional, la cual es implementada oficialmente con el golpe de Estado de 1982.

Conclusiones: