Conferencia 16 y 17

COD 142 U1 CONFERENCIA 16 PSA Y PSIQUIATRIA Freud presenta la concepción psicoanalítica de los fenómenos neuróticos. E

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COD 142

U1

CONFERENCIA 16 PSA Y PSIQUIATRIA Freud presenta la concepción psicoanalítica de los fenómenos neuróticos. El paciente pertenece al gran número de los que claman por una autoridad, de los que quieren ser deslumbrados, intimidados. Quizás hizo preguntar telefónicamente cuál era la mejor hora a que podía venir y se preparó para encontrarse con un gentío en busca de asistencia. Freud deja abierta las puertas de su consultorio que dan a la sala de espera a propósito, y corrobora que el paciente las cierra cuando en la sala de espera hay gente esperando, por miedo a ser espiado con las orejas, mientras que cuando no hay nadie no tiene problemas en dejarlas abiertas. Luego pasa a la observación de un caso. Caso uno:Un joven oficial le pide que tome en tratamiento a su suegra que, a pesar de vivir con todas las comodidades, se amargaba la vida y la de los demás a causa de una idea disparatada. La mujer tiene 53 años, vive en el campo, felizmente casada con su marido, quien dirige una gran fábrica. Nunca sospechó de infidelidad ni nada parecido, pero hace 1 año ocurrió lo incomprensible para ella misma: le llegó una carta anónima que decía que su marido la engañaba con una mujer más joven. La paciente le prestó crédito en el acto; desde entonces quedó destruida por la noticia. Lo ocurrido fue así: tenía una mucama con quien conversaba quizá demasiado de cosas intimas. Esta muchacha perseguía a otra con una hostilidad animada por el odio, porque esta última había progresado mucho más en la vida, sin ser de mejor cuna. En lugar de entrar a trabajar en servicio domestico, se había formado en asuntos de comercio, ingresó en la fábrica y, a causa de la falta de personal producida por el llamado al ejército de los empleados, fue promovida a 1 buen puesto.Ahora vivía en la propia fábrica, tenia trato con caballeros y aun se hacía llamar señorita. La que se había quedado atrás en la vida estaba dispuesta a decir todo el mal posible de su angustia a su antigua compañera de escuela. Un día conversaba nuestra dama con su mucama acerca de un señor anciano que habían recibido en la casa, y de quien se sabía que no vivía con su mujer, sino que mantenía una relación con otra. Ella no sabe cómo fue que de pronto dijo “para mi seria lo más terrible enterarme de que mi buen esposo tiene también una relación”. Al día siguiente recibió por el correo la carta anónima que comunicaba el amorío de su

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esposo.Extrajo la conclusión de que la carta era obra de su maligna mucama, pues señalaba como la amada del marido precisamente a esa señorita a quien la sirvienta perseguía con su odio.Le hizo reproches al marido, quien negó tener alguna relación clandestina. La mucama fue despedida, pero la supuesta rival no. La actitud del psiquiatra ante un caso clínico así es declararlo sin interés psicológico.El psiquiatra intento 1ro caracterizar el síntoma mediante una propiedad esencial. Clasifica.Y también investigara en la herencia familiar de la paciente, quedándose solo en el diagnostico.El PSA, en cambio, se desempeña mejor q la psiquiatría.Primero atiende al pequeño detalle que fue la paciente la que provocó esa carta anónima que sirve de apoyo a su idea delirante, al decirle a la mucama que lo peor que le podría pasar era enterarse de que su marido tenía un amorío. La idea delirante había estado presente en ella antes como temor de que eso ocurra, o quizá como deseo.En las 2 sesiones Freud colige la génesis de su delirio de celos. Había dentro de ella un intenso enamoramiento por un hombre joven: el yerno que se la lleva a Freud. De este enamoramiento la paciente sabía nada o poco, dada la relación de parentesco que existe.Un enamoramiento así no puede ser CC, pero persistió en calidad de ICC, ejerciendo una seria presión. Algún remedio tenia q buscarse  la idea delirante de celos hacia el marido, ya que si su marido tenía 1 amorío, ella se sacaba el peso de su CC moral. La comprensión psicoanalítica posibilito desenmascarar: en 1er lugar la idea delirante, que ha dejado de ser algo disparatado o incomprensible, poseyendo pleno sentido ahora. En 2do lugar, esta idea es necesaria como reacción frente a un proceso anímico ICC. Esto a su vez, es algo deseado. La psiquiatría no aplica los métodos técnicos del PSA, omite todo otro anudamiento con el contenido de la idea delirante y, al remitirnos a la herencia nos proporciona una etiología muy general y remota, en vez de poner de manifiesto 1ro la causación más particular y próxima. Para Freud la visión de la psiquiatría no contradice al PSA. El PSA es a la psiquiatría lo que la histología es a la anatomía.

CONFERENCIA 17 EL SENTIDO DE LOS SINTOMAS El sentido de los síntomas neuróticos fue descubierto por Breuer.Los síntomas neuróticos tienen su sentido, como las operaciones fallidas y los sueños, y, al igual que estos, su nexo con la vida de las personas que los exhiben.Toma ejemplos de la neurosis obsesiva.

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La Neurosis obsesiva se porta mas como un asunto privado del enfermo, renuncia casi por completo a manifestarse en el cuerpo y crea sus síntomas en el ámbito del alma (psmto).La Neurosis obsesiva se exterioriza del siguiente modo: los enfermos son ocupados por pensamientos que en verdad no les interesan, sienten en el interior de si impulsos que les parecen extraños, y son movidos a realizar ciertas acciones cuya ejecución no les depara placer alguno, pero les es imposible omitirlas. Los impulsos que siente en el interior de si pueden hacer una impresión infantil y disparatada, pero casi siempre tienen el mas espantable contenido, como tentaciones a cometer graves crímenes, de modo tal que el obsesivo no solo los desmiente como ajenos, sino que huye de ellos, horrorizado y se protege de ejecutarlos mediante prohibiciones, renuncias y restricciones de su libertad. Pero con todo eso jamás llegan a esos impulsos a ejecutarse: el resultado es siempre el triunfo de la huida y la precaución. Lo que el enfermo en realidad ejecuta, las llamadas acciones obsesivas, son unas cosas ínfimas, inofensivas, las mas de las veces repeticiones, a raíz de lo cual, empero, estos manejos necesarios, el meterse en la cama, el lavarse, ir de paseo, se convierten en tareas fastidiosas y casi insolubles.Pese a que el enfermo sepa que sus actos son ridículos e irracionales, no puede no ejecutarlos.Junto con la obsesión, se hace valer en el campo intelectual la DUDA. El todo desemboca en una creciente indecisión, en una falta cada vez mayor de energía, en una restricción de la libertad. El obsesivo suele mostrar una gran CC moral, es correcto más de lo habitual.Luego Freud pasa a 2 casos de neurosis obsesiva. Primer caso: una dama de 30 años, padece graves manifestaciones obsesivas, ejecutaba entre otras cosas la siguiente acción obsesiva: corría de una habitación a la habitación contigua, se paraba ahí en determinado lugar frente a la mesa situada en medio de ella, tiraba del llamador para que acudiese su mucama, le daba algún encargo trivial o la despachaba sin dárselo, y de nuevo corría a la habitación primera. El esclarecimiento vino de parte de la paciente.Toda vez que Freud le había preguntado porque hace eso, qué sentido tiene eso, ella había respondido que no lo sabía. Pero un día, la misma paciente contó lo que importaba para la acción obsesiva. Hacía más de 10 años se había casado con un hombre mucho mayor que ella, que en la noche de bodas resulto impotente. Esa noche, él corrió varias veces desde su habitación a la de ella para repetir el intento, y siempre sin éxito. A la mañana siguiente dijo fastidiado: “es como para que uno tenga que avergonzarse frente a la mucama, cuando haga la cama”, y agarró un frasco de tinta roja, volcando su contenido sobre la sabana, pero no justamente donde habría tenido derecho a exhibir una mancha así. Al principio Freud no notó mucha relación entre este hecho y la acción obsesiva, pero la paciente lo llevó frente a la mesa de la segunda habitación y le hizo ver una gran mancha que había

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sobre el mantel. Declaro también que se situaba frente a la mesa de modo tal que a la muchacha no pudiera pasarle inadvertida la mancha. La paciente se identifica con su marido, representa su papel, ya que imita el correr de una habitación a otra, y sustituye la cama y la sabana por la mesa y el mantel.Así, la acción obsesiva no carece de sentido, y parece ser la figuración, la repetición de aquella escena significativa. El núcleo de la acción obsesiva, el llamado a la mucama, a quien le exhibe la mancha ante los ojos, es un intento de redimir al marido de su impotencia en la noche de bodas.La acción obsesiva diría: “no, eso no es cierto, él no tuvo de que avergonzarse frente a la mucama, no era impotente”. Como lo haría un sueño, figura ese deseo como cumplido dentro de una acción presente.A esto se le suma que la paciente vive hace años separada de su marido, y se debate indecisa con el propósito de obtener un divorcio por vía judicial.Pero ni por asomo está libre de él; se ve compelida a permanecerle fiel, rehúye todo contacto mundano para no caer en tentación, disculpa y engrandece en su fantasía la persona de él. El hecho de su enfermedad justifica q vivan separados y le asegura una comoda vida solitaria.La interpretación del síntoma fue hallada por la paciente, y pertenecía a una vivencia que no era de la infancia sino de su vida madura.

Segundo caso: una muchacha de 19 años, hija única, que aventaja culturalmente a sus padres, de niña fue salvaje y traviesa, en los últimos años, se ha convertido en neurótica. Se muestra muy irritable con su madre, siempre insatisfecha, deprimida, se inclina a la indecisión y a la duda, y por último, confiesa que ya no puede ir mas sola a plazas ni por calles importantes. Dos diagnosticos son validos: agorafobia y neurosis obsesiva.Esta muchacha ha desarrollado un ritual para dormir que aflige a sus padres: tiene que eliminar todas las fuentes de ruido. Con este propósito hace 2 cosas: el reloj grande de la habitación es detenido, y, todos los otros relojes

se sacan de ella: ni

siquiera tolera sobre la mesa de noche su pequeñito reloj de pulsera. Floreros y vasos son acomodados sobre su escritorio de manera que por la noche no puedan caerse, romperse, y así, turbarle el dormir. Ella sabe lo irracional de su ceremonial, pero aun así debe cumplirlo. También exige que permanezcan entre abiertas las puertas que comunican su dormitorio con el de sus padres, asegurándose de esto con el arrimo de objetos. Las estipulaciones más importantes se refieren a la cama misma  la almohada de la cabecera no puede tocar el travesaño. La almohadita más pequeña en que apoya la cabeza no puede situarse sobre aquella si no es formando un rombo. Además ella pone su cabeza exactamente siguiendo la diagonal mayor del rombo. El edredón (manta) tiene que ser sacudido antes de que se meta en cama, de manera

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que quede bien grueso a los pies; pero ella no deja de emparejar de nuevo esta acumulación de plumas aplastándola.Siempre está presente la inquietud de que este ritual no se hizo en el orden debido, y tiene q reexaminarlo, repetirlo, la duda recae en cualquier paso del ritual, tomándole de 1 a 2 hs dormirse, y tampoco deja a sus padres que se duerman.La paciente aprendió de a poco que el reloj era un símbolo de los genitales femeninos. El reloj alcanza este papel genital por su referencia a procesos periódicos e intervalos idénticos. (menstruación). La angustia de la paciente se dirige en particular a la posibilidad de ser turbada en su dormir por el tictac del reloj. El tictac del reloj se equipara con el latir del clítoris en la excitación sexual. Y justamente a la paciente la había despertado esa sensación penosa para ella, exteriorizándose ahora como angustia que provocaba el mandato de alejar de su cercanía durante la noche todo reloj en funcionamiento. Floreros y vasos son símbolos femeninos. Por eso, el temor de que durante la noche se cayesen e hiciesen añicos no carece de sentido. La paciente cuenta que cuando era chica se había caído llevando una vasija de vidrio o cerámica y se corto el dado, el cual le sangro mucho, cuando creció y tomo conocimiento de los hechos del comercio sexual, se instalo en ella la idea angustiosa de que en la noche de bodas no sangraría ni demostraría su virginidad. Sus cuidados hacia la rotura de los vasos significan, entonces, un rechazo de todo el complejo que se entrama con la virginidad y el sangrar en el primer coito; es tanto un rechazo de la angustia de sangrar como la de la contraria, la de no sangrar.El sentido central de su ceremonial. La almohada para ella había sido siempre una mujer, y el recto respaldo, 1 hombre. Quería entonces mantener separados a hombre y mujer, o sea, separar a sus padres, no dejarlos que lleguen al comercio conyugal. Años anteriores al ceremonial había intentado esto por vías más directas, simulando angustia. Así también se procuro de espiar con las orejas a los padres, pero esto le trajo un insomnio que duró meses. Luego impuso que la dejen dormir en la cama matrimonial “almohada” y “respaldo” no pudieron entrar en coito.Cuando llego a ser tan grande que no podía estar en la cama con ambos padres, logró que la madre cambiase de lugar con ella, quedándose la paciente en la cama con el padre. Si una almohada era una mujer, entonces el sacudir el edredón hasta que todas las plumas se agolparan abajo y se provocase una hinchazón, significaba preñar a la mujer, pero ella misma no dejaba de volver a eliminar esa preñez, ya que durante mucho tiempo tuvo el temor que el comercio sexual entre sus padres de por fruto 1 hermanito competidor. Si la almohada grande era una mujer, la madre, entonces la pequeña almohadita de mano era la hija.

El

rombo es el dibujo de los genitales femeninos abiertos que se repite en todas las paredes. Ella misma hacia entonces el papel del hombre, el padre, y con su cabeza sustituía el miembro viril.Esta muchacha ha caído en 1 vínculo erótico con el padre,

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cuyos comienzos se remontan a su 1ra infancia. Quizá justamente por eso se muestra tan inamistosa con su madre. Así, con estos 2 ejemplos Freud muestra como los síntomas neuróticos poseen un sentido, lo mismo que las operaciones fallidas y los sueños, y que están en vinculación con el vivenciar del paciente.

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