Competitividad Personal

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“COMPETITIVIDAD PERSONAL” ¿Qué es Competencia? Entendemos por competencia, la “capacidad para responder exitosamente ante una demanda compleja llevando a cabo una actividad o tarea que permita alcanzar un objetivo”. Es la demanda, actividad o tarea la que define la estructura interna de la competencia, lo que incluye e integra las actitudes, valores, conocimientos y destrezas que –en forma interrelacionada– hacen posible la acción efectiva. En resume, podemos decir que es la capacidad de poner en marcha y en forma integrada los conocimientos adquiridos y rasgos de personalidad que permitan resolver situaciones diversas. Tipos de competencias: Las competencias han sido clasificadas de muy diversas maneras, a partir de distintos énfasis conceptuales y variadas aplicaciones. Nosotros hemos utilizado un modelo que clasifica las competencias en función de su naturaleza, contexto en que se desarrollan y usos más frecuentes. Los tipos de competencias identificados son: conductuales y funcionales.

básicas, de empleabilidad,

COMPETENCIAS BÁSICAS: Son aquellas que se desarrollan principalmente en la educación inicial y que corresponden a conocimientos y habilidades que permiten progresar en el ciclo educativo e integrarse a la sociedad. Ejemplos: Habilidades de lenguaje y comunicación, aplicación de números, uso básico de tecnologías, gestión de sí mismo. COMPETENCIAS LABORALES O DE EMPLEABILIDAD: Son aquellas capacidades requeridas específicamente para ingresar, mantenerse, desarrollarse y navegar en el mundo del trabajo. Incluyen las competencias básicas, pero en este caso aplicadas a la “demanda compleja” que implica integrarse al mundo laboral. Ejemplos: Comunicación. Iniciativa y emprendimiento. Trabajo en equipo. Efectividad personal. Planificación y gestión de proyectos. Aprender a aprender. Solución de problemas. Uso de tecnologías de información. COMPETENCIAS CONDUCTUALES: Son aquellas que explican desempeños superiores o destacados en el mundo del trabajo y que generalmente se verbalizan en términos de atributos personales más que en términos de estándares mínimos de desempeño, de una actividad o tarea. Ejemplos: Orientación a resultados. Iniciativa. Innovación. Negociación. Flexibilidad. Rigurosidad. COMPETENCIAS FUNCIONALES: Frecuentemente se les denomina como competencias técnicas y son aquellas requeridas para desempeñar las actividades que componen una función laboral, según estándares y calidad establecidos por la empresa y/o por el sector productivo correspondiente.

Ejemplos: Efectuar mantención a un equipo. Planificar una inspección. Elaborar un plan de negocio. Administrar reclamos y objeciones. Evaluar el desempeño de un supervisado. El concepto de competitividad aplicado en el ámbito empresario tuvo su debut y rápida difusión en la década de 1980 de la mano del experto en estrategia Michael Porter. Las empresas fueron direccionando sus destrezas hacia aquellos negocios y procesos que les permitiesen, vía la diferenciación, acceder a la ventaja competitiva. El momento y la época eran óptimos porque el mercado era de demanda, motivo por el cual haciendo bien los deberes la mayoría de las empresas podían acceder a un razonable crecimiento en participación y rentabilidad. El Diccionario de la Real Academia Española recoge el término competitividad como: “capacidad de competir; rivalidad para la consecución de un fin”. La competitividad no sólo se refiere al ámbito empresarial como señalaría Porter, sino también al ámbito personal. Las propuestas de todas las universidades e institutos siempre están basada en formar futuros profesionales que consoliden el crecimiento y desarrollo no sólo personal, sino también de su ciudad, región y país, a través de la creación de nuevas oportunidades. La competencia en el campo académico es importante, ya que genera la búsqueda de oportunidades y cumplimiento de metas para los jóvenes a corto, mediano y largo plazo. Una buena formación académica y un elevado nivel de preparación así lo precisan. En la actualidad ser un profesional competitivo en su área es fundamental, ya que no sólo será un lazo de satisfacción entre el cargo a desempeñar y el empleo; el medio donde sepa desenvolverse mejor, sino también un lazo de satisfacción personal y profesional. La implementación de carreras profesionales en las universidades genera también nuevas y renovadas oportunidades para ser competitivos. ¿Cómo desarrollar la competitividad? Las respuestas son muchas; lo que es un hecho, es que debemos de prepararnos día con día. Lo anterior significa leer, estudiar, escribir y adquirir un cúmulo de conocimientos y habilidades que faciliten la pertenencia al mundo global de hoy. Esa superación personal y espiritual implica una mayor competitividad del individuo. Ser competitivo es parte importante para el desarrollo de toda persona, ya que nos hace ser una persona con mayores conocimientos y más seguros de nosotros mismos. Para ello, debemos tener la capacidad de motivarnos a nosotros mismos y quitarnos el temor de superarnos, como también tener siempre aquello de tratar de ser mejores, así no solo tendremos un crecimiento personal sino también, un crecimiento profesional.

No podemos sólo conformarnos con lo aprendido en las aulas; sino que debemos ir más allá de lo establecido por la educación formal y por nosotros mismos. Hay que auto permitirnos competir rompiendo nuestros prejuicios y adaptándonos a la situación actual. No basta con hacer lo que nos toca. Se debe de incluir un esfuerzo extra que permita hacer la diferencia entre lo que somos y hacemos, y lo que los demás demuestran. El reflejo y la gama de recompensas a esa competitividad podrán ser desde un reconocimiento verbal, hasta una remuneración económica, y proyectar al individuo en la organización y la sociedad como candidato a adquirir mayor autoridad. Es decir que el ser más competitivo brinda seguridad y permite incursionar en ámbitos con los que antes no era posible imaginar e interactuar. Esa manera de aceptar la competitividad nos abrirá la mente y nos da la pauta de conocer y experimentar lo aprehendido. Finalmente, al hablar de competitividad también incursionamos en temas como la globalización, que no podemos ni debemos evadir, porque de ser así, simplemente quedaríamos extintos para el resto de nuestra vida. Existen múltiples y variadas aproximaciones conceptuales a la competencia laboral. Un concepto generalmente aceptado la define como una capacidad efectiva para llevar a cabo exitosamente una actividad laboral plenamente identificada.

Hay que tener en cuenta, que en este proceso de llegar a ser competitivos, podemos fracasar una y una vez o hasta mil veces, pero lo importante de todo esto, es que tengamos la capacidad de levantarnos siempre, ser positivos y perseverantes para poder pararnos firmes, y ver el fracaso como ” un proceso natural para llegar al éxito”. Grandes personalidades o hasta grandes empresas han fracasado en su proceso de llegar al éxito, pero han tenido la fuerza necesaria de ver al fracaso como algo positivo, que los ayuda a fijarse en lo que han fallado, y trabajar en ello, para poder hacer mejor las cosas. Sea Competitivo: Lo más importante aquí, es que te conozcas a ti mismo, saber lo que tú eres y vales. Debes saber y tener presente que nadie es mejor que tú, la diferencia entre las personas, es que cada quien tiene más conocimientos en sus ámbitos, o en su carrera o en cierta actividad que realiza, pero no solo por eso, quiere decir que son mejores que nosotros. También es necesario tener siempre en cuenta, que es de suma importancia que sepas que la capacitación continua en tu carrera te hará un mejor profesional. Las mejores empresas e instituciones buscan a profesionales capacitados y especializados en su área, un título o grado de bachiller no es suficiente. Otro punto importante, es la motivación, para ello, hay que ser humildes y sencillos, y tener la capacidad de mejorar constantemente como persona. Podría ser útil, que te visualices en un futuro, y que te pongas a pensar, qué quieres hacer y cómo lo vas a hacer, así te motivaras a ti mismo.

“Lo principal para ser competitivo es que te sientas motivado a serlo por un fin mayor. La competitividad te debe provocar buenas sensaciones, jamás malas.” Por último, debe haber una competitividad sana, debes ser humilde y elogiar a aquellas personas que también son competitivas, y nunca destrozarlas, es más DEBES APRENDER DE ELLAS, y sentirte motivado de igualarlas o incluso, superarlas, pero de buena manera, es decir, no envidiar, ni descalificar a nadie, más bien ser creativos en la manera de superar a esas personas. Ser competitivo puede generar mucho estrés e incluso depresión. Lo bueno aquí es que esto solo ocurre cuando alguien encuadra mal el concepto de “competitividad” dentro de su cabeza (esto lo veremos más abajo). La verdad pura y dura es que ser competitivo, si se hace bien, no tienen ningún inconveniente y si tiene alguno es porque se hace mal. Por ejemplo, alguien inmoral y que cree que el fin justifica los medios no tendrá una competitividad sana y eso no es que sea un inconveniente, es que esa persona enfoca muy mal el término competitivo. A tener en cuenta en la competitividad. No solo hay que ser competitivo sino que a la hora de serlo tenemos que seguir pautas y normas muy estrictas para tener una competitividad sana, jamás negativa. Elogia a tus competidores humildes; aquí se resalta bien a la palabra: “humildad“, pues a aquellos competidores que se ganan su pan y que son dignos de dicha categoría, no debes intentar destrozarlos, al contrario, a la vez que te tienes que sentir honrado y emocionado por conocer a esa persona, debes sentirte motivado por llegar a su nivel e incluso superarlo. Por supuesto, no tengas reparo en elogiar sus buenas cualidades. Ten una sana competitividad, envidiar, descalificar… nada de nada. Con los buenos competidores hay que estar a la altura. Ser humildes, motivarnos en superarles, ser totalmente creativos, jamás plagiar y en general todo aquello que te haga una persona humilde y honrada. Un Artículo para Pensar: En un editorial hallado, la profesora Andrea Novella (2006) nos dice que: “El desarrollo vertiginoso de la tecnología y la gestión nos impone en la actualidad el compromiso de difundir la más completa y acabada información, capaz de brindar respuesta a los disímiles problemas que enfrenta y debe resolver diariamente el profesional actual. Para ello es preciso que los medios divulguen un repertorio de saberes que reflejen las exigencias de las actuales condiciones productivas del mercado, permitiendo la participación de técnicos y especialistas de manera responsable, comprometida y creativa, propiciando el crecimiento de los diferentes actores involucrados. El actual mercado reclama la presencia de profesionales competentes para el ejercicio de sus funciones, personas con la formación y actualización tecnológica necesaria y permanente para cumplir de manera innovadora, las funciones y tareas para las que han sido preparados…” Más adelante nos refiere: “… la noción de

competencia completa un espacio importante no sólo para la didáctica, sino para el desarrollo de la industria en general y para explicar cuáles requisitos garantizan casi de manera rotunda y sin temor a equívocos, que alguien pueda o no brindar respuesta a situaciones profesionales nuevas, desconocidas, ambiguas, confusas, inesperadas, sorprendentes, pero que requieren de una urgente solución por parte del profesional. La competencia es equivalente a saber actuar en forma autónoma e incluye: saber elegir, tomar iniciativas, arbitrar, correr riesgos, reaccionar ante lo imprevisto, contrastar, tomar responsabilidades y saber innovar…”; También nos refiere que para determinar si una persona es competente o no lo es, se debe considerar las condiciones reales en las que su desempeño tiene sentido, en lugar del cumplimiento formal de una serie de pautas que en ocasiones no tienen relación con el contexto. Que la manera de concebir las competencias y su trascendencia dentro de la industria coincide con el criterio del pensador Sergio Tobón, quien propone conceptualizar las competencias como “procesos complejos que las personas ponen en acción-actuación-creación, para realizar actividades sistémicas y resolver problemas laborales y cotidianos, con el fin de avanzar en la autorrealización personal, vivir auténticamente y contribuir al bienestar humano, integrando el saber hacer (aplicar procedimientos y estrategias) con el saber conocer (comprender el contexto) y el saber ser (tener iniciativa y motivación), administrando los requerimientos específicos del contexto en continuo cambio, con autonomía intelectual, conciencia crítica, creatividad y espíritu de reto. (Tobón, Sergio, 2002). En resumen, para ser competitivos debemos consideras tres aspectos que engloban las dimensiones del aprendizaje del ser humano: 1. Conceptual. 2. Procedimental 3. Actitudinal En suma, una persona es competente cuando ha adquirido un nivel alto y dominio de conocimientos, habilidades, destrezas, aptitudes y valores. Significa ser propositivo con actitud respetuosa, donde se valora y valora a los demás, orienta, participa en diferentes actividades, etc. Ser competente es tener una cultura científica y humanística, haber sido educado en un enfoque de competencias, una persona con formación integral que aparte de los conocimientos adquiridos tiene un sentido de la vida, espiritualidad, expresión artística, conciencia de los valores, etc. Ser competente es cubrir ciertas expectativas de acuerdo a un parámetro preestablecido.

EJERCICIO:

NARANJAS PARA EL PERSONAL José trabajaba en una empresa desde hace dos años siempre fue muy serio, dedicado y cumplidor de sus obligaciones. Llegaba puntual y estaba orgulloso de que en dos años nunca había recibido una amonestación. Cierto día, buscó al gerente para hacerle un reclamo: -Señor, trabajo en la empresa hace dos años con bastante esmero y estoy a gusto con mi puesto, pero siento que he sido postergado. Mire, Fernando ingresó a un puesto igual al mío hace solo seis meses y ya ha sido promovido a supervisor. -iUhmm! -le dice el gerente-, mientras resolvemos esto, quisiera pedirte que me ayudes a resolver un problema. Quiero dar fruta al personal para la sobremesa del almuerzo de hoy. En la bodega de la esquina venden fruta. Por favor, averigua si tienen naranjas. José se esmeró en cumplir con el encargo y en cinco minutos estaba de vuelta. Bueno, José, ¿qué averiguaste? Señor, tienen naranjas para la venta. - ¿Y cuánto cuestan? -¡Ahl No pregunté por eso. Ok, ¿pero viste si tenían suficientes naranjas para todo el personal? -preguntó serio el gerente. -Tampoco pregunté por eso, señor. ¿Hay alguna fruta que pueda sustituir a la naranja? No sé, señor, pero creo... Bueno, siéntate un momento. El gerente tomó el teléfono y mandó llamar a Fernando. Cuando se presentó, le dio las mismas instrucciones que le diera a José, y en diez minutos estaba de vuelta. Cuando retornó, el gerente preguntó: Bien, Fernando, ¿qué noticia me tienes' Señor tienen naranjas, suficientes para atender a todo el personal, y si prefiere también tienen plátano, papaya, melón y mango. La naranja está a 1,5 soles el kilo; el plátano, a 2,2; el mango, 0,9 el kilo; la papaya y el melón, 2,8 soles el kilo. Me dicen que si la compra es por cantidad, nos darán un descuento del 8%. He dejado separada la naranja, pero si usted escoge otra fruta debo regresar para confirmar el pedido. -Muchas gracias Fernando pero espera un momento. Se dirige a José, que aún seguía esperando estupefacto Y le dice: - ¿José, qué me decías? -Nada, señor. Eso es todo. Muchísimas gracias con su permiso. Autor anónimo (citado por Inés Temple) Describa las diferencian que hacen más competente a Fernando que a José: