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TEXTOS DE TRABAJO TALLER DE HABILIDADES

Nombre del alumno: ______________________________________________

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2019-B

NIVEL II

ÍNDICE

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Tipos de textos (teoría) ……………2 Ejercicio de clasificación de textos ……………3 I have a dream (subrayado y conclusión personal) ……………4 Beneficios del café para la salud (resumen) ……………7 El fútbol como un fenómeno de masas (síntesis) ……………10 Platillos mexicanos hechos con animales exóticos (mapa conceptual) ……………12 El origen divino de nuestros superhéroes favoritos (esquema de llaves) ……………15 Lo que el box me enseñó del amor (mapa mental) ……………18 La historia de Coca-Cola (infografía) ……………22 Rockeros en tierra de mariachis (ensayo) ……………24 “¡Tacos, joven!” (monografía) ……………28

TEXTO I have a dream Beneficios del café El fútbol

DISCURSO CONTENIDO ÁMBITO INTENCIÓN LENGUAJE

Platillos mexicanos Origen divino El box Coca-Cola Rockeros Tacos

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NIVEL II

TIPOS DE TEXTOS DISCURSO EXPOSITIVO

NARRATIVO

DESCRIPTIVO

ARGUMENTATIVO

CONTENIDO

LITERARIO

ÁMBITO

INTENCIÓN

LENGUAJE

PERSONAL

INFORMAR

PROSA

PERIODÍSTICO

PRIVADO

CONVENCER

VERSO

CIENTÍFICO

PÚBLICO

ENTRETENER

POLÍTICO

RELIGIOSO

ORDENAR

EDUCAR

FILOSÓFICO

HISTÓRICOHUMANÍSTICOS

PUBLICITARIO

ADMINISTRATIVO APELATIVO

INSTRUCTIVO

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EJERCICIO DE CLASIFICACIÓN DE TEXTOS TEXTO DISCURSO Libro de cuentos infantiles Diagnóstico médico Gafete de presentación Receta de gelatina Subtítulos de una película Guía de primeros auxilios Apuntes de clase de física Cómic de Superman Descripción biológica de una iguana Reporte de mala conducta Inventario de productos Reportaje

CONTENIDO

ÁMBITO

INTENCIÓN

LENGUAJE

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“I Have a Dream”, discurso de Martin Luther King “I have a dream (28 de Agosto de 2013). En Univisión Noticias. Recuperado de https://www.univision.com/noticias/noticias-de-eeuu/i-have-a-dreamdiscurso-completo-de-martin-luther-king

“I Have a Dream” fue un discurso pronunciado por el luchador de los derechos civiles, Martin Luther King, el 28 de agosto de 1963 desde las escalinatas del Monumento a Lincoln durante la Marcha en Washington por el trabajo y la libertad.

Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy, en la que será ante la historia la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestro país. Hace cien años, un gran estadounidense, cuya simbólica sombra nos cobija hoy, firmó la Proclama de la emancipación. Este trascendental decreto significó como un gran rayo de luz y de esperanza para millones de esclavos negros, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia. Llegó como un precioso amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún no es libre; cien años después, la vida del negro es aún tristemente lacerada por las esposas de la segregación y las cadenas de la discriminación; cien años después, el negro vive en una isla solitaria en medio de un inmenso océano de prosperidad material; cien años después, el negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad estadounidense y se encuentra desterrado en su propia tierra. Por eso, hoy hemos venido aquí a dramatizar una condición vergonzosa. En cierto sentido, hemos venido a la capital de nuestro país, a cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, firmaron un pagaré del que todo estadounidense habría de ser heredero. Este documento era la promesa de que a todos los hombres, les serían garantizados los inalienables derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Es obvio hoy en día, que Estados Unidos ha incumplido ese pagaré en lo que concierne a sus ciudadanos negros. En lugar de honrar esta sagrada obligación, Estados Unidos ha dado a los negros un cheque sin fondos; un cheque que ha sido devuelto con el sello de “fondos insuficientes”. Pero nos rehusamos a creer que el Banco de la Justicia haya quebrado. Rehusamos creer que no haya suficientes fondos en las grandes bóvedas de la oportunidad de este país. Por eso hemos venido a cobrar este cheque; el cheque que nos colmará de las riquezas de la libertad y de la seguridad de justicia.

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También hemos venido a este lugar sagrado, para recordar a Estados Unidos de América la urgencia impetuosa del ahora. Este no es el momento de tener el lujo de enfriarse o de tomar tranquilizantes de gradualismo. Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de democracia. Ahora es el momento de salir del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el camino soleado de la justicia racial. Ahora es el momento de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios. Ahora es el momento de sacar a nuestro país de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la roca sólida de la hermandad. Sería fatal para la nación pasar por alto la urgencia del momento y no darle la importancia a la decisión de los negros. Este verano, ardiente por el legítimo descontento de los negros, no pasará hasta que no haya un otoño vigorizante de libertad e igualdad. 1963 no es un fin, sino el principio. Y quienes tenían la esperanza de que los negros necesitaban desahogarse y ya se sentirá contentos, tendrán un rudo despertar si el país retorna a lo mismo de siempre. No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que a los negros se les garanticen sus derechos de ciudadanía. Los remolinos de la rebelión continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que surja el esplendoroso día de la justicia. Pero hay algo que debo decir a mi gente que aguarda en el cálido umbral que conduce al palacio de la justicia. Debemos evitar cometer actos injustos en el proceso de obtener el lugar que por derecho nos corresponde. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Debemos conducir para siempre nuestra lucha por el camino elevado de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas donde se encuentre la fuerza física con la fuerza del alma. La maravillosa nueva militancia que ha envuelto a la comunidad negra, no debe conducirnos a la desconfianza de toda la gente blanca, porque muchos de nuestros hermanos blancos, como lo evidencia su presencia aquí hoy, han llegado a comprender que su destino está unido al nuestro y su libertad está inextricablemente ligada a la nuestra. No podemos caminar solos. Y al hablar, debemos hacer la promesa de marchar siempre hacia adelante. No podemos volver atrás. Hay quienes preguntan a los partidarios de los derechos civiles, “¿Cuándo quedarán satisfechos?” Nunca podremos quedar satisfechos mientras nuestros cuerpos, fatigados de tanto viajar, no puedan alojarse en los moteles de las carreteras y en los hoteles de las ciudades. No podremos quedar satisfechos, mientras los negros sólo podamos trasladarnos de un gueto pequeño a un gueto más grande. Nunca podremos quedar satisfechos, mientras un negro de Misisipí no pueda votar y un negro de Nueva York considere que no hay por qué votar. No, no; no estamos satisfechos y no quedaremos satisfechos hasta que “la justicia ruede como el agua y la rectitud como una poderosa corriente”. Sé que algunos de ustedes han venido hasta aquí debido a grandes pruebas y tribulaciones. Algunos han llegado recién salidos de angostas celdas. Algunos de ustedes han llegado de sitios donde en su búsqueda de la libertad, han sido golpeados por las tormentas de la persecución y derribados por los vientos de la brutalidad policíaca. Ustedes son los

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veteranos del sufrimiento creativo. Continúen trabajando con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es emancipador. Regresen a Misisipí, regresen a Alabama, regresen a Georgia, regresen a Louisiana, regresen a los barrios bajos y a los guetos de nuestras ciudades del Norte, sabiendo que de alguna manera esta situación puede y será cambiada. No nos revolquemos en el valle de la desesperanza. Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que, a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño “americano”. Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: “Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales”. Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad. Sueño que un día, incluso el estado de Misisipí, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia. Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad. ¡Hoy tengo un sueño! Sueño que un día, el estado de Alabama cuyo gobernador escupe frases de interposición entre las razas y anulación de los negros, se convierta en un sitio donde los niños y niñas negras, puedan unir sus manos con las de los niños y niñas blancas y caminar unidos, como hermanos y hermanas. ¡Hoy tengo un sueño! Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados, y la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano. Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la cual regreso al Sur. Con esta fe podremos esculpir de la montaña de la desesperanza una piedra de esperanza. Con esta fe podremos trasformar el sonido discordante de nuestra nación, en una hermosa sinfonía de fraternidad. Con esta fe podremos trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, defender la libertad juntos, sabiendo que algún día seremos libres. Ese será el día cuando todos los hijos de Dios podrán cantar el himno con un nuevo significado, “Mi país es tuyo. Dulce tierra de libertad, a tí te canto. Tierra de libertad donde mis 6ntecesores murieron, tierra orgullo de los peregrinos, de cada costado de la montaña, que repique la libertad”. Y si Estados Unidos ha de ser grande, esto tendrá que hacerse realidad. Por eso, ¡que repique la libertad desde la cúspide de los montes prodigiosos de Nueva Hampshire! ¡Que repique la libertad desde las poderosas montañas de Nueva York! ¡Que repique la libertad desde las alturas de las Alleghenies de Pensilvania! ¡Que repique la libertad desde las Rocosas cubiertas de nieve en Colorado! ¡Que repique la libertad desde las sinuosas pendientes de California! Pero no sólo eso: ¡ ¡Que repique la libertad desde la Montaña de Piedra de Georgia! 6

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¡Que repique la libertad desde la Montaña Lookout de Tennesse! ¡Que repique la libertad desde cada pequeña colina y montaña de Misisipí! “De cada costado de la montaña, que repique la libertad”. Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: “¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!”.

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Beneficios del café para la salud – Sarah Romero Romero, S. (s/f). Beneficios del café para la salud. En Muy Interesante. Recuperado de https://www.muyinteresante.es/salud/fotos/beneficios-delcafe/cafe15

Los beneficios para la salud de tomar al menos una taza de café al día son cada vez más numerosos. Hoy repasamos las ventajas de esta bebida que lleva consumiéndose en la población desde hace varios siglos y que es además una de las más populares y de las más ingeridas en todo el mundo. El café protege contra la diabetes tipo 2 Según un estudio de un equipo de investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (EE.UU.) beber café incrementa los niveles plasmáticos de la globulina fijadora de hormonas sexuales (SHBG) que controla la actividad biológica de las hormonas sexuales del cuerpo (testosterona y estrógeno) y desempeña un papel clave en el desarrollo de la diabetes tipo 2. El trabajo demostró encontrar una relación inversa entre el consumo de café y el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Así, los participantes del estudio que tomaron más de una taza al día durante un período de 4 años tenían un 11% menos de riesgo de diabetes tipo 2 en comparación con las personas que no cambiaron su ingesta. El café reduce el riesgo de cáncer de hígado Un equipo de investigadores del Istituto di Ricerche Farmacologiche Mario Negri (Italia) realizaron un experimento que evidenció que el café es bueno para la salud y particularmente para el hígado. Así, descubrieron que el consumo de café reduce el riesgo de cáncer de hígado en un 40%. Este resultado mejoró hasta más de un 50% si el consumo se ampliaba a tres tazas de café al día. El café previene la enfermedad de Parkinson Un estudio realizado en el Instituto de Investigación de la McGill University Health Centre (EE.UU.) y publicado en la revista Neurology demostró que “una mayor ingesta de café ha sido asociada a una incidencia significativamente menor de la enfermedad de Parkinson” y es que la cafeína contenida en esta bebida de color marrón/negro oscuro, puede ayudar a controlar el movimiento corporal en las personas que sufren esta enfermedad.

El café ayuda a prevenir enfermedades del hígado Si ya hemos visto que el café reduce el riesgo de cáncer de hígado, otro estudio del Kaiser Permanente Medical Care Program de California (EE.UU.) concluyó que el consumo regular de café está también vinculado a un menor riesgo de colangitis esclerosante primaria (CEP), una enfermedad autoinmune poco común de los conductos biliares en el hígado. 8

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Además, también reduce la incidencia de cirrosis (especialmente la alcohólica) en un nada despreciable 22%. La investigación fue publicada en la revista Hepatology. El café es bueno para el corazón Un equipo de investigadores del Beth Israel Deaconess Medical Center y la Escuela de Salud Pública de Harvard (EE.UU.), concluyó que el consumo moderado de café (2 tazas al día) protege contra la insuficiencia cardiaca. En concreto, la disminución del riesgo representó un 11% en comparación con los que no consumían café. El café reduce el riesgo de accidente cerebrovascular Un estudio japonés monitorizó el consumo de café de 83.269 adultos con edades comprendidas entre los 45 y los 74 años descubrió que las personas que tomaban café a diario tenían un 20% menos de riesgo de apoplejía en comparación con aquellos que no bebían café a menudo. El café protege la visión ¿Puede el café proteger nuestra vista? Así lo evidencia un reciente estudio. Una investigación publicada en la revista Journal of Agricultural and Food Chemistry concluyó que el consumo de café puede proteger contra el deterioro de la visión e incluso de la ceguera. El café protege contra el cáncer de próstata Otro de los beneficios del café tiene que ver con su protección contra el cáncer; concretamente el de próstata. As í, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Cancer Causes and Control, los hombres que tomaban cuatro o más tazas de café al día tenían un 59% menos riesgo de recurrencia en la progresión del cáncer de próstata que aquellos cuyo consumo de café era tan solo de una taza a la semana o incluso menos cantidad. El café ayuda a adelgazar Si buscamos una bebida saludable y que además nos aporte pocas calorías el café puede ser una muy buena elección. Una taza de café, sin leche o nata y sin azúcar solo contiene alrededor de 2 calorías. Si le añadimos azúcar a mansalva las calorías se nos disparan, pero esto puede solucionarse tomándolo sin él o con edulcorantes naturales como la estevia. El café protege de los ruidos en la cabeza o “tinnitus” La causa más común del tinnitus es la exposición al ruido y según un estudio publicado en The American Journal of Medicine, es menos común en las mujeres que consumen más café gracias a la caféina contenida en esta oscura y sabrosa bebida.

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El café reduce el riesgo de cáncer de endometrio El cáncer de endometrio es el cáncer más común de los órganos reproductivos femeninos y afecta a alrededor de 1 de cada 37 mujeres a lo largo de su vida. Ahora, un nuevo estudio ha puesto sobre la mesa que beber tres o cuatro tazas de café al día puede reducir el riesgo de cáncer de endometrio en casi un 20%. El café es bueno para las arterias Un reciente estudio concluyó que beber de tres a cinco tazas de café al día reduce el riesgo de obstrucción de las arterias y ataques cardíacos. El café es una fuente de antioxidantes naturales El grano de café contiene alrededor de 1500 compuestos, de los que muchos son beneficiosos para la salud, como los antioxidantes. De hecho, el café se encuentra en el puesto nº6 de los 50 principales alimentos que contienen antioxidantes, según la revista The American Journal of Clinical Nutrition. El café tiene un alto contenido de antioxidantes como los polifenoles, compuestos bioactivos que previenen las alteraciones funcionales y estructurales de diversas enfermedades. El café nos mantiene alerta La cafeína es el componente más importante del café y también e l psicoactivo más consumido del mundo. ¿Qué provoca la cafeína? Actúa en nuestro cerebro nada más tomarla bloqueando un neurotransmisor, la adenosina, que provoca el aumento de otras sustancias como la dopamina o la norepinefrina, que no hacen sino acelerar nuestra actividad cerebral. Así, diversos estudios han confirmado que el café mejora el ánimo, los niveles de energía, la memoria o nuestros tiempos de reacción.

Beber café sí, pero con moderación Ya hemos visto las bondades del café, pero como todo, hay que saber tomarlo con moderación. Beber demasiado café puede causar algunos efectos adversos muy desagradables. Así, según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Oklahoma (EE.UU.) “la cafeína puede causar síntomas de ansiedad en los individuos normales, especialmente en pacientes vulnerables, como las personas con trastornos de ansiedad preexistentes”. Además, “el consumo de cafeína también ha sido asociado con síntomas de depresión”.

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El fútbol como un fenómeno de masas y su impacto social en Latinoamérica Morales, O. (28 de septiembre de 2016). El fútbol como fenómeno de masas y su impacto social en Latinoamérica. En Conexionesan. Recuperado de https://www.esan.edu.pe/conexion/bloggers/interculturalmanagement/2016/09/el-futbol-como-un-fenomeno-de-masas-y-su-impactosocial-en-latinoamerica-parte-i/

¿Te gusta el fútbol? Si bien es el deporte que más pasiones mueve entre la gente, también es importante reconocer que tiene gran responsabilidad en la sociedad, ya que puede ser utilizado como un elemento catalizador de las angustias y también puede ayudar a generar sentimientos de orgullo por nuestra nación. Una fiebre mundial Recuerdo muy bien el final del partido de fútbol de las recientes Olimpiadas de Río de Janeiro, en Brasil. Especialmente cuando el camarógrafo enfoca al centro del campo, a un Neymar que no puede contener el llanto y solo atina a taparse el rostro, dejándose embargar por la emoción del momento. Inmediatamente, las cámaras hacen un recorrido por las tribunas y se puede observar a personas abrazadas, saltando, bailando y llorando, como si fueran amigos muy cercanos o hermanos. Atrás quedaron las protestas al inicio de los Juegos Olímpicos y las críticas por las grandes sumas de dinero que se invirtieron en este evento deportivo (a pesar de la grave crisis económica que sufría y sufre el país), y el descontento político por la entonces posible destitución de la presidenta Dilma Rousseff. Otra escena que recuerdo es la de un Messi cabizbajo y con la mirada extraviada, porque acaba de fallar el tiro penal en la definición de Argentina con Chile (de la última Copa América), uno de los errores que finalmente le costaría perder ese trascendental partido. Messi anuncia, pocas horas después, su retiro de la selección argentina desatando una conmoción no solo entre los hinchas argentinos, sino también entre los hinchas a nivel mundial. Esa noticia da la vuelta al mundo y provoca manifestaciones en las redes sociales a favor y en contra: incluso algunos personajes públicos argentinos hicieron llegar su mensaje de aliento solicitándole que regresara a los campos. A varias semanas y con un nuevo entrenador, Messi decide regresar a jugar por su selección, habiendo repensado mejor su anterior decisión en base a los distintos comentarios que se generaron de forma masiva a nivel mundial. El impacto social del fútbol No existe aún un deporte en el mundo y mucho menos en la región Latinoamericana que despierte tantas pasiones y genere tantos sentimientos ambivalentes de alegría o tristeza, como el fútbol.

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El fútbol ha llegado a influir en el estado de ánimo de los Latinoamericanos toda una vida. Puedo imaginarme la alegría del gobierno militar de turno cuando la selección argentina levantó la Copa Mundial de 1978 y, por un momento, pudo aplacar la grave crisis política y económica que vivían como nación. Me imagino esa situación y puedo pensar en militares y civiles, hombres de derecha o izquierda, fundidos en un abrazo fraterno por la albiceleste. Basta con recordar la tragedia que se desató cuando Brasil perdió la final del Mundial de 1950 contra Uruguay. Incluso, llegaron a existir suicidios y la derrota impactó con más dolor en el pueblo brasilero que una eventual guerra. Y es que al final, el fútbol mueve elementos primitivos del hombre, que se encuentra representado por esos guerreros (futbolistas) que se van a enfrentar. El escritor Uruguayo Eduardo Galeano grafica muy bien el sentimiento con la siguiente metáfora: "fútbol como un ritual de sublimación de la guerra donde once hombres de pantalón corto son la espada del barrio, la ciudad o la nación". Quienes hemos tenido la oportunidad de vestir la camiseta humilde del barrio o del equipo del colegio, recordamos cómo nos sentimos con la responsabilidad de representar a un grupo de personas y dejar la piel en la cancha. Esas emociones también son transmitidas hacia los espectadores, que sienten por todo su ser recorrer una emoción muy grande al verse representados los jugadores. Además, en el fondo de nuestro ser, también tenemos la ilusión de vencer al rival. No importa si es más poderoso económicamente o más grande, porque al final, en la cancha somos once contra once y cualquier cosa puede suceder. El fútbol mueve pasiones en los países de la región y se ha convertido, con el tiempo, en un fenómeno de masas que tiene un impacto social, que bien canalizado puede ser un elemento de desarrollo y bienestar social. También puede ser un catalizador de las angustias sociales y generar sentimientos de orgullo alrededor de un objetivo común como nación que, simbólicamente, es representado por un logro deportivo como impulso para los logros mayores de una nación.

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Platillos mexicanos hechos con animales exóticos Fernández, D. (22 de septiembre de 2015). Platillos mexicanos hechos con animales exóticos. En Cultura Colectiva. Recuperado de https://culturacolectiva.com/comida/platillos-mexicanos-hechos-conanimales-exoticos/ “Hay que comernos nuestros miedos”. Sergio Ávila, el “Rey alacrán”

La comida mexicana es una de las principales razones por las que nos sentimos orgullosos de pertenecer a este bello país. Es una tradición centenaria derivada del rico mestizaje que cubrió a nuestro país y ha deleitado paladares alrededor del mundo, convirtiéndose en un objeto de deseo para personas de cualquier nacionalidad, e incluso ha sido nombrado patrimonio de la humanidad. La infinita diversidad de platillos y presentaciones la convierten en algo único, y un factor elemental son los ingredientes. Estamos acostumbrados a que la mayoría de los platillos lleven maíz (y sus derivados), verduras, frutos y legumbres del viejo y el nuevo mundo; pero a veces la comida mexicana contiene ingredientes exóticos, recién sacados del reino animal. En México se consumen alrededor de mil 800 especies de insectos en platillos típicos y gourmet que nos invitan a romper nuestros paradigmas, superar nuestros miedos y probar los mejores manjares. A continuación, te presentamos siete de los animales más exóticos utilizados para la preparación de platillos típicos mexicanos. Jumiles En la legendaria ciudad de Taxco, al sur de la Ciudad de México, los jumiles son insectos voladores que son removidos de la montaña, metidos en un taco y aderezados con limón. Al morderlos aún se puede sentir el movimiento de estos insectos en forma de pequeños escarabajos, pues aun sin cabeza tienen la capacidad de sacudirse. Además de tener un fuerte sabor, tienen un aroma singular que ya será suficiente excusa para evitar probarlos, pero los mismos químicos que lo producen son los causantes de su efecto analgésico. En temporada de jumiles, el mejor lugar para probarlos es la Pozolería Tía Calla, en Taxco. Alacranes Este temido arácnido es consumido en el estado de Durango, principalmente a causa de la apertura del restaurante “Raíces”, un restaurante cuyo concepto se basa en la comida típica duranguense, donde el alacrán es el protagonista. Sergio Ávila, el chef y fundador, nombrado el “Rey alacrán”, afirma que los alanes tienen propiedades curativas, además de un exquisito sabor y alto contenido proteínico. También es común encontrarlos en la península de Yucatán, donde los locales colocan cubetas de agua al lado de la cama para evitar que los escorpiones los atormenten mientras duermen. Para consumirlos, los alacranes son colocados en brochetas caramelizadas.

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Armadillo En la ciudad de Juchitlan, Jalisco, el armadillo es un platillo muy popular entre los habitantes y ahora entre los turistas. A pesar de la dificultad que implica encontrarlo y cazarlo, el armadillo es parte de la comida tradicional de la región desde la época de los zapotecas. El procedimiento de preparación es sofisticado y requiere de varias horas: En primer lugar, se lleva a cabo la laboriosa tarea de remoción de la piel del caparazón del armadillo; después, es marinado en una mezcla de achiote, limón y sal; y por último asado. Es llamado el platillo de las siete carnes porque el sabor puede ser comparado con carne de pollo, de puerco, de conejo, entre otros animales. Escarabajos Existen ochenta y ocho especies de escarabajos en México. El que es más usado para el consumo humano es el chahui, el que crece en las plantas de frijol y en los árboles de mesquite. El chahui tiene un sabor amargo que desaparece cuando está bien cocido, lo que le da un sabor más agradable al paladar. Los escarabajos son un platillo de lujo en Hidalgo, Tabasco, Guerrero, Veracruz, Oaxaca, Puebla, Chiapas y Nayarit, donde son consumidos solos o con limón y sal. Víbora de cascabel En Durango también podemos encontrar un exótico platillo que incl uye este peligroso reptil en un taco. Desde hace ya varias décadas, en la medicina tradicional del norte de México, el veneno de la víbora ha sido utilizado con propósitos médicos y en controladas cantidades; pues se asegura que tiene propiedades anticance rígenas. De acuerdo al chef Sergio Ávila, si el procedimiento de extracción del veneno y cocción no es llevado a cabo correctamente, puede provocar la muerte. Cuchamás Estas orugas verdes secas representan más para la población de Zapotitlán que sólo un insecto. Hay familias que han dependido económicamente por generaciones y generaciones de la recolección de las orugas y de su venta en mercados. Este intercambio tiene años de tradición, pues se lleva a cabo desde la época de los popolocas. Hoy se encuentran en el mercado de San Sebastián Zinacatepec, en Puebla, y son consumidos como una botana acompañados de chile de árbol, cebolla, limón, o en taco, pues se presume que no contienen colesterol y son bajos en grasas. Chicantanas Cuando es época de lluvias en algunas zonas de Veracruz, Tabasco y Oaxaca, las chicantanas (hormigas voladoras del tamaño de una moneda) vuelan para buscar alimento lejos de sus nidos inundados de agua; dada la intensidad de la lluvia y la dificultad que tienen para volar, terminan siendo una botana para los habitantes de la región. Las chicantanas

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únicamente se encuentran una o dos veces al año, por los que las familias aprovechan emocionadas la oportunidad de recolectarlas. Los locales asan las hormigas aderezadas con limón para quitarles las alas y la cabeza. Posteriormente son combinadas con chile, sal, ajo, y molidas en un molcajete para hacer la tradicional salsa o mole de chicantana y acompañar así sus tortillas. Un lugar representativo donde se consume este exquisito platillo es Casa Oaxaca, en la ciudad de Oaxaca.

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El origen divino de nuestros superhéroes favoritos Haynes, N. (12 de octubre de 2015). El origen divino de nuestros superhéroes favoritos. En BBC Culture. Recuperado de https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/10/150902_vert_cul_superher oes_mundo_antiguo_yv

En los últimos años, incluso el más ardiente fanático de los libros de cómic se ha tenido que preguntar si es que había demasiadas películas de superhéroes en su cine local. Por cada largometraje de "Iron Man" o "Los Vengadores", ha habido un par de no tan buenas de "Los 4 fantásticos" y suficientes "Hulk" dudosos para machacar al espíritu más rígido. Los estudios siguen haciendo estas películas porque saben que las audiencias irán a verlas, incluso si los héroes son un árbol y un mapache. Así que la pregunta que esto suscita es, ¿por qué nos atraen tanto las historias de superhéroes? ¿Y desde cuándo? La respuesta a la segunda pregunta es más breve que la primera. Los superhéroes han existido desde siempre, antes de la escritura y en todas las culturas para las cuales podemos encontrar pruebas. Fionn mac Cumhaill construyó la Calzada del Gigante en Irlanda del Norte y Gilgamés batió a Humbaba en Mesopotamia. Rama fue expulsado de Ayodhya, en India, mientras que Beowulf mató a Grendel y a su madre en Escandinavia. Y esto, antes de los antiguos griegos, quienes produjeron una gran cantidad de héroes a la altura de cualquier colección de Marvel o DC. Currículum básico Las reglas sobre qué características debe tener un súper héroe son bastante flexibles. Superman es un alienígena antecedido en casi dos milenios por el sátiro asirio Lucian, que escribió sobre ejércitos extraterrestres en guerra en su Historia Verdadera. Spiderman fue mordido por una araña radiactiva y Bruce Banner recibió una dosis de rayos gamma: en otras palabras, son seres humanos ordinarios con un poder extraordinario que se les impone. Los antiguos utilizaban una narrativa similar, pero sobre la base de la explicación de la semi-divinidad, en lugar de la ciencia: Perseo, por ejemplo, es un héroe porque su padre es Zeus. La Mujer Maravilla, como Hipólita y Penthesilea antes que ella, es una Amazona, y también semi-divina. Los superpoderes de Bruce Wayne y Tony Stark son sus ilimitadas tarjetas de crédito, lo cual también explica por qué Agamenón, el héroe menos heroico de todos, se preocupa tanto por obtener más ganancias que otros héroes griegos en la Guerra de Troya: el dinero es poder. Pero quizás mi subgrupo favorito de superhéroes incluye a Ojo de Halcón y Flecha Verde, cuyo superpoder es "ser especialmente bueno con un arco y una flecha". 16

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Esto los vincula con el más astuto de los héroes antiguos: Ulises. Tras una ausencia de 20 años de su casa, en Ítaca, prueba su identidad a aquellos que pensaban que estaba muerto tensando un complejo arco y disparando una flecha a través de 12 hachas. Todos los superhéroes tienen su historia original, y un número sorprendente de los modernos deben esos orígenes a los mitos de dioses y héroes que existieron hace milenios. Cómics y clásicos Entonces, ¿qué es lo que nos atrae tanto de la narrativa de los superhéroes, que son tan antiguos como el contar historias? Para los antiguos, los héroes y los dioses eran una especial de puente entre lo que podían entender y explicar, y lo que no. Por ejemplo, los antiguos griegos y romanos experimentaban muchos terremotos; sabían que el suelo se mueve, pero no podían conocer la existencia de las placas tectónicas. Así que extrapolaban: una mesa ligera y de madera se mueve si pisas fuerte con tu pie cerca, en un pis o de madera. Cuando los edificios se mueven, tiene sentido que sea algo muy potente que pise en el suelo en algún lugar. Así que Poseidón asumió su título honorífico "agitador de la Tierra". La idea de un dios que acecha bajo el océano dando golpes con su tridente sobre el lecho marino puede parecernos una explicación fantasiosa, pero como forma de explicar la información disponible para los antiguos, no está mal. Y los héroes en la Iíada, la Odisea y la Eneida, los poemas épicos de la guerra de Troya y sus secuelas, tienen a menudo una conexión íntima con los dioses que da forma a sus historias heroicas. Aquiles es el hijo de Tetis, Eneas es el hijo de Venus y Ulises es el favorito de Atenea y la bestia negra de Poseidón. Ulises es descrito por Homero como polumetis, que significa "de numerosos inventos". Pero aún así, muchas de sus mejores estrategias se las proporcionan los dioses: sin la ayuda de Hermes, por ejemplo, no tendría una estratagema para vencer a la bruja Circe. Esta conexión con un poder supremo que puede influir en el mundo a su alrededor, sea Zeus o S.H.I.E.L.D., es un aspecto crucial de muchos héroes. Y quizás es esta característica la que aporta a los superhéroes una de sus tendencias más problemáticas: el individualismo que les permite operar fuera de las reglas de la sociedad y por encima o más allá del estado de derecho. Es un motivo común de las películas de superhéroes: ¿quién es Batman para decidir qué tipo de justicia merece Gotham? Es un justiciero enmascarado que se pone por encima de sus conciudadanos y actúa como juez, jurado y a veces ejecutor sobre los villanos que pueblan la ciudad.

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The existential X-Men Esta pregunta tampoco es moderna. En el libro II de La Ilíada, un hombre llamado Tersites hace una breve aparición. No se lo describe, como a otros personajes, en referencia a su padre: no es suficientemente importante. Tersites es vulgar y deforme, por lo que debemos concluir que está muy lejos de ser un héroe. Y más aún, cuando empieza a hablar y hace una crítica aguda del personaje de Agamenón, el rey que vigila a todos los griegos. Teristes lo acusa de ser avaro y cobarde, sentimientos similares a los que Aquiles ha tenido sobre Agamenón en pasajes anteriores. Tersites es golpeado por Odiseo y llora de dolor y humillación. Pero la pregunta está ahora ya en las mentes de la audiencia: ¿por qué debe Agamenón ser tratado como un gran rey, que merece todos los tesoros que se ha apropiado? ¿Qué lo sitúa por encima del resto, además de su monstruoso amor propio? En especial, cuando todos están de acuerdo en que Aquiles es el gran guerrero, un hombre más valiente. Los héroes y superhéroes nos atraen porque iluminan la condición humana y lo hacen operando a un nivel ligeramente inhumano. Los héroes son como nosotros, pero más: más fuertes, más listos, más rápidos. Sufren las mismas fragilidades que nosotros, pero por sus poderes superiores, esas luchas se producen en un escenario más dramático que el nuestro. Los superhéroes ponen orden en un mundo caótico, que puede parecer lleno de poderes malvados, desde los desastres naturales a los supervillanos, que los mortales no pueden identificar ni combatir. Claramente preferimos un mundo de superhéroes al margen de la ley que uno sin superhéroes. Y siempre ha sido así.

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Lo que el box me enseñó del amor Herndon, K. (13 de julio de 2018). Lo que el box me enseñó del amor. En New York Times. Recuperado de https://www.nytimes.com/es/2018/07/13/modern-love-abusoboxeo/?action=click&clickSource=inicio&contentPlacement=2&module=top pers®ion=rank&pgtype=Homepage

El año que se suponía que debía enamorarme tenía 32 años y vivía en Washington Heights. En lugar de enamorarme, pasó otra cosa: un hombre trató de violarme cuando salí del trabajo e iba camino a casa. Era mediados de octubre y caminaba por un parque cerca del puente George Washington. La rapidez con la que cayó la noche me tomó desprevenida y ya me sentía asustada cuando vi a un hombre corriendo entre los arbustos al lado del camino. A pesar del miedo, me obligué a hacer un alto y mirarlo fijamente, para que se diera cuenta de que yo sabía que estaba ahí. Dado que ya no podía tomarme por sorpresa, tuvo que pensar en otra forma de actuar. Así que antes de atacarme, caminó detrás de mí durante unos metros mientras decía, de manera muy torpe, aquellas cosas “románticas” que un hombre puede decirle a una mujer: que era hermosa, que quería estar conmigo para siempre y que quería casarse conmigo. También dijo, junto con las frases románticas, que sabía dónde vivía y que me había estado observando. Llegamos al puente sobre las vías del tren. Mientras un tren pasaba por debajo, dijo: “Esta noche morirás”. Luego me agarró del cuello y me empujó contra la barda, me besó a la fuerza, metiendo su le ngua, y trató de quitarme la ropa. Estaba equivocado; esa noche no iba a morir. Le piqué con fuerza el ojo con el pulgar, lo cual lo hizo soltarme, y salí huyendo: maltratada, sin aliento y escupiendo para quitarme su sabor de la boca. Temblando de miedo, me obligué a no correr, ya que había aprendido en una clase de defensa personal que correr te convierte en presa. Llamé a la policía y llegaron, pero no encontraron al hombre. Fui a mi apartamento y me cepillé los dientes, pero ya nunca más dormí ahí porque el extraño había dicho que sabía dónde vivía. Llamé a un tipo con el que había comenzado a salir, Ralph, y me mudé con él casi esa misma noche. Al año, Ralph y yo estábamos casados. Dos años más tarde, tuvimos una hija. Ahora me doy cuenta de que me casé por miedo. Llevé al matrimonio un inmenso sentimiento de gratitud y alivio, no solo porque me recuperaba de un ataque traumático, sino también porque, ya en mis treintas, me daba miedo acabar sola. La gratitud y el miedo son emociones poderosas, pero no son las correctas para sustentar un matrimonio. El nuestro duró cinco años; el divorcio, que fue amargo, se extendió tres años más.

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Durante esos años dejé de sentir agradecimiento; si no lo hubiera puesto por escrito a estas alturas ya no recordaría haberlo sentido en absoluto. “Me siento tan agradecida con él”, había garabateado en las páginas de un cuaderno, “por darme refugio”. Si hubiera encontrado esas hojas durante el divorcio, las habría tirado a la basura y habría negado su existencia. Sin embargo, las encontré hace poco y me ayudaron a entender que aún enfrentaba los mismos miedos. Ahora, a mis 47 (seis años después del divorcio), estoy mucho más cerca de acabar sola. Tal vez se pueda decir que ya lo estoy. Tengo una casa propia, algo que se asemeja a una carrera y mi hija pronto será adolescente. La gente ha comenzado a preguntarme por qué estoy soltera. Respondo que ya no busco el amor, pero es mentira. Cuando veo a dos amantes besarse o abrazarse, incluso en la pantalla, mi corazón salta y suplica como un perro por un premio. Sin embargo, parezco incapaz de dar el siguiente paso. He comenzado a preguntarme si aquella noche de octubre es la razón. Esos dos sucesos —haber sido atacada y haberme casado— sucedieron con tan poco tiempo de diferencia que quizá me cuesta mucho trabajo separarlos. No soy la primera en darse cuenta de que las comedias románticas a veces giran en torno a una obsesión de estilo acosador. Nunca he sido la persona más confiada y ahora tal vez sea tan recelosa que interpreto las señales normales de interés como peligro. Ya no veo comedias románticas. Comencé a practicar box. Mi entrenador me dice que mi mano derecha tiende a bajar la guardia. “Eso te deja abierta”, me explica mientras dirige un golpe que detiene cerca de mi mandíbula. “Abrirte así no es algo que quieras hacer”. Tiene razón: no quiero abrirme. A pesar de ello, he comenzado a salir con hombres, porque todos me dicen que debería hacerlo. “Míralo como si fuera un trabajo”, me dice el padre de una amiga. “Como si hicieras una hoja de cálculo”. Él encontró a su novia en una página de citas en internet. Mi perfil me describe como dulce, tímida, buena para escuchar. El sentido común dice que necesitas buenas fotos, las cuales tengo. Tal vez son demasiado buenas. Un hombre me hizo un cumplido por mis fotos, que fue un gesto agradable, pero luego comenzó a mandarme porno. Parece que es parte de conocerse en línea: la gente intercambia pornografía. “Debes hacer una lista”, dice mi amiga Lisa. Lisa encontró el amor en línea después de enlistar las cualidades que quería de un hombre: apasionado, divertido, cercano a su familia. No he hecho una lista. Todo lo que quiero es lo que siempre quise: amar a alguien que me ame con la misma intensidad. He pensado en poner eso en mi perfil, pero suena demasiado sincero, como que bajo demasiado la guardia. Ya no soy así; sería engañoso. ¿Qué pasaría si pongo eso y todo lo que recibo a cambio es porno? Me he citado con hombres para tomar algo, pero siempre pido una limonada. En seis meses de salir en citas, solo he ido a cenar una vez; a beber algo con alcohol, dos. No es que los hombres no quieran invitarme a cenar, lo hacen, pero sucede que no puedo confiar en esos extraños. 20

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Como norma, solo los veo para tomar café, pero luego alguno llega drogado a la cita y entonces descarto las citas para ir por un café. He de admitir que parece que estoy buscando excusas para no comprometerme. Por ahora, boxeo cuatro mañanas a la semana. En un cambio de nuestras conversaciones habituales sobre mantener arriba esa mano derecha, mi entrenador me dice que escribe poesía amorosa. Sabe que soy escritora; pregunta si la leería. “Claro”, contesto. Sin embargo, no estoy preparada para lo que me muestra. Sin duda es adorable. Es sobre una mujer con la que salió, pero con la que ya no está. “¿Ella leyó esto?”. “Sí”, contesta y encoge los hombros. Me siento conmocionada ante lo que acabo de escuchar. Trato de imaginarme mostrándole a mi exesposo las páginas que escribí sobre la gratitud. Es un acto de vulnerabilidad que, para mí, no puedo ni mentalizar. ¿Cómo es que este boxeador, la encarnación de la rudeza, es más capaz de tomar riesgos emocionales que yo? Todavía no me siento tan fuerte. Si algo aprendí del matrimonio es que encontrar a un hombre para que me proteja no es la respuesta. Ya no necesito eso; tal vez nunca lo necesité. Me protegí sola esa noche de octubre y, en todo caso, ahora soy más fuerte. Sin embargo, hay otro tipo de fortaleza que necesito aprender. “Deberías seguir haciendo esto”, dije al poeta boxeador. “Eres bueno”. He mejorado; mi mano derecha ya no baja la guardia. Cambié mi perfil en línea: ya no dice “tímida” ni “dulce”. Nadie lee esas cosas de todos modos. En cambio, comencé a usar “sanguinaria”, “caprichosa” y “tirana”. El número de hombres a los que les gusto parece no cambiar. ¿Quiénes son esos hombres que ven las fotos sin leer las palabras? Mi perfil más reciente dice: “Reina de hielo despiadada y aterradora busca rey carismático e indomable. El intenso proceso de selección termina con una pelea a muerte con mis demás pretendientes. ¡Arrastra a la derecha si te atreves!”. Los hombres arrastran a la derecha como siempre porque, bueno, ¿por qué no? A pesar de ello, al llegar a casa después de una cita bastante normal (con un tipo que claramente no había leído lo que escribí), eliminé mi perfil. No me parece que sea una decisión importante. No pensé mucho en ello hasta que una amiga mencionó que la reclutaron para un trabajo en un importante sitio de citas por internet. “Están renovando su imagen”, dijo. “¿Cómo ha sido tu experiencia como usuaria?”. “Dejé de hacerlo”, contesté. “No me estaba haciendo sentir nada de lo que quería sentir”. “¿Te rendiste?”. “No, no lo he hecho”. Y no es así; es solo que no quiero hacer hojas de cálculo ni listas. No quiero salir con alguien solo por hacerlo. Quiero algo de verdad.

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A pesar de todo, todavía creo que hay alguien para mí. No vale la pena vivir la vida sin por lo menos pensar que puedes amar a alguien más. No obstante, si realmente existe ese hombre —mi rey carismático e indomable— no solo tendrá que encontrarme: deberá lograr que baje la guardia. La buena noticia es que, amor mío (si estás leyendo esto), en realidad no habrá que luchar a muerte con nadie. Esa parte era broma.

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La historia de Coca-Cola: cuando el 94% del planeta conoce tu nombre Sin autor (04 de septiembre de 2014). La historia de Coca-Cola: cuando el 94% del planeta conoce tu nombre. En Coca-Cola Journey. Recuperado de https://www.cocacolaespana.es/informacion/origen-coca-cola

Un 8 de mayo de 1886 comenzaba la historia de Coca-Cola en Atlanta. El farmacéutico John S. Pemberton quería crear un jarabe contra los problemas de digestión que además aportase energía, y acabó dando con la bebida más famosa del mundo. La farmacia Jacobs fue la primera en comercializar el preparado a un precio de 5 centavos el vaso, vendiendo unos nueve cada día. Era solo el inicio de una historia de más de 130 años. Pemberton no tardó en darse cuenta de que la bebida que había creado podía ser un éxito. Su contable, Frank Robinson, fue quien ideó la marca y diseñó el logotipo: había nacido Coca-Cola. En 1891 se fundó The CocaCola Company, formada por el también farmacéutico Asa G. Candler, su hermano John S. Candler y Frank Robinson. Dos años después registraron la marca en la Oficina de Registro de la Propiedad Industrial de los Estados Unidos. El modelo de embotelladoras Apenas habían pasado 11 años desde su creación en una farmacia cuando, en 1897, Coca-Cola salía por primera vez de los Estados Unidos. Dos años después se firmaba el primer acuerdo para embotellar Coca-Cola en todo el territorio estadounidense, marcando las bases del modelo de negocio de la compañía en todo el mundo: Coca-Cola les suministraba el concentrado y los embotelladores elaboraban la bebida, la distribuían y comercializaban. La primera concesión fue adjudicada en exclusiva a Benjamin F.Thomas y Joseph B. Whitehead, dos abogados de Tennessee, pero no tardaron en tener compañía: en los primeros años del siglo XX, más de 400 plantas embotellaban Coca-Cola en Estados Unidos, Panamá, Canadá y Cuba. Nace la botella más conocida del mundo Con el refresco llegando a más y más gente a través de diferentes embotelladoras, surgió un problema: cada embotellador utilizaba unas botellas diferentes, y eso creaba confusión entre el público, que encontraba diferentes envases en cada zona. Por eso, en 1915 se celebró un concurso para decantarse por un único modelo de botella. La ganadora fue la Root Glass Company, con el diseñador sueco Alexander Samuelson a la cabeza, y todos tenemos en mente cómo fue su propuesta porque la botella Contour, que es su nombre oficial, sigue siendo, junto al logo de Coca-Cola,uno de los iconos más reconocibles de la compañía más de un siglo después. La lata y la expansión En los años 20 se creó la primera caja para seis botellas, que facilitaba el transporte y la distribución de la bebida. Y a finales de esta década, Coca-Colaaparece por primera vez en España, aunque eso sí, por medio de las importaciones. Durante los años 40 fueron los soldados estadounidenses los que contribuyeron a popularizar la bebida por el mundo mientras combatían en la II Guerra Mundial. Para hacer aún más fácil su transporte, se creó un nuevo envase más resistente: la lata de Coca-Cola. Su éxito hizo que tras la contienda se continuase utilizando. En 1945 se registró, además, la marca Coke, que se llevaba utilizando desde 1941 en publicidad. 23

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Coca-Cola se estableció en España a principios de los 50, cuando en 1953 y 1954 se constituyen los dos primeros embotelladores españoles, Cobega y Casbega, ycomenzó su distribución por todo el país con la ya popular botella Contour, un diseño que en 1960, en un acto excepcional de la Oficina de Marcas de Estados Unidos, sería inscrito como marca registrada. Coca-Cola en la actualidad La compañía no ha dejado de crecer. De vender nueve vasos al día en una farmacia de Atlanta, The CocaCola Company es hoy la mayor compañía de bebidas del mundo, presente en más de 200 países. La marca Coca-Cola está considerada la más valiosa del mundo, según la consultora Interbrand, y es, además, la más famosa del planeta, con un grado de reconocimiento del 94% de la población mundial: ¡es el segundo término más reconocido del mundo después de la expresión “okay”! Pero no todo es Coca-Cola: la compañía comercializa más de 500 marcas, 21 de las cuales superan, cada una, los mil millones de dólares en venta anual, 19 de ellas con opciones bajas en o sin calorías. Además de todas las variedades de Coca-Cola, algunas de las marcas más importantes de la compañía son: AdeS, Ayataka, Dasani, Del Valle, Fanta, Georgia, Gold Peak, Honest, Minute Maid, Powerade, Simply, smartwater, Sprite, vitaminwater y Zico. Uno de los principales objetivos de The Coca-Cola Company es contribuir a construir una sociedad mejor. Este compromiso comienza con la reducción de azúcar de sus bebidas y el lanzamiento de nuevas y diferentes bebidas. Esto también implica reducir su impacto medioambiental, impulsar carreras satisfactorias para sus empleados y potenciar el desarrollo económico de las comunidades donde opera. Junto con sus socios embotelladores en todo el mundo, The Coca-Cola Company emplea a más de 700.000 personas.

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ROCKEROS EN TIERRA DE MARIACHIS. ENSAYO SOBRE LAS IDENTIDADES CONSTRUIDAS EN TORNO A LA MÚSICA ROCK EN MÉXICO A TRAVÉS DE SUS CANCIONES, 1955-1971 Moreno Gaona, G. (2015). Rockeros en tierra de mariachis. Ensayo sobre las identidades construidas en torno a la música rock en México a través de sus canciones, 1955-1971. En Vuelo libre. Revista de historia (1). Recuperado de http://www.vuelolibre.revistadehistoria.cucsh.udg.mx/sites/default/files/4_r ockeros_en_tierra_de_mariachis_2.pdf

Resumen En el presente ensayo se analizan canciones grabadas entre 1955- 1971 por grupos de rock mexicanos, con la finalidad de explicar las características de la sensibilidad juvenil, sus experiencias con el entorno social y los elementos primordiales que le dieron cohesión a las identidades congregadas en torno a este género musical. Las canciones son analizadas como producciones simbólicas, las cuales permiten entender la relación de los grupos juveniles con los acontecimientos y procesos históricos de la sociedad mexicana; se aborda especialmente la problemática de lo moderno vs lo antiguo, que en nuestro país se manifestó como un conflicto entre la moda norteamericana y la tradición que englobaba la mexicanidad, dentro de la cual el rock constituyó un punto de confluencias y divergencias. Introducción La música, en tanto que organización de sonidos orquestada por determinados grupos sociales, constituye “un instrumento para crear o consolidar una comunidad, una totalidad”.2 Sin embargo, el fenómeno del rock en México representa muy bien el hecho de que, en regímenes políticos autoritarios, los “ruidos” que anuncian subversión, autonomía cultural, reivindicaciones de diferencias o marginalidad, trasgresión de valores, etc., corren el peligro de ser silenciados por el Estado. Desde finales de los cincuenta, la creciente popularidad del rock and roll en nuestro país puso en evidencia un conflicto entre el poder y la subversión. Este enfoque ha sido estudiado a fondo por Eric Zolov en Rebeldes con causa, quien rastrea las expresiones contraculturales de la nueva cultura juvenil congregada en torno a la “música moderna”. Aunque esta cuestión es imprescindible para este estudio de acercamiento, no constituye en sí el objetivo principal. Más allá de las confrontaciones de poder me interesa ahondar un poco más sobre cómo los músicos de rock mexicano utilizaron la música como medio para construir, expresar y difundir identidades. Los temas —canciones o instrumentales— grabados por rockeros mexicanos son producciones simbólicas, a través de las cuales se pueden leer sistemas de representaciones que permiten dilucidar las diferencias entre grupos sociales. En efecto, hubo en México promotores, opositores, apologetas, cultivadores y aficionados de la música rock, razón por la cual recurriré a otras fuentes documentales como la prensa oficial y revistas de rock para analizar más a

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fondo este problema de las identidades.3 No obstante, la distinción y diferenciación entre grupos sociales no es únicamente una cuestión sincrónica, y esto es especialmente cierto cuando se trata de explicar la evolución de la identidad dentro del fenómeno rockero. “La música está ahí para hacer comprender las mutaciones”, es una de las sentencias de Jacques Attali. Negar esto implicaría caer en el error de explicar y entender la cultura como una manifestación aislada, fragmentada e inconexa con el tiempo: sería negar la dinámica propia de la cultura como proceso histórico. Andreas Wimmer propone analizar este proceso como una “concertación cultural”, partiendo de una noción de cultura entendida como “un proceso abierto e inestable de la negociación de significado”, en el que: 1) los actores sociales se analicen y expliquen como actores estratégicamente competentes, activos, selectivos y creativos en el proceso de aprendizaje (contrario a un individuo sobresocializado por las estructuras); 2) donde las representaciones colectivas funcionan como una concertación grupal, a la cual se llega mediante un proceso de negociación de significado (se trata de formas colectivas, clasificaciones sociales y patrones de visión del mundo compartidos por los participantes); 3) y que inevitablemente, esta misma concertación grupal puede generar también en la elaboración de un contradiscurso o de otras formas simbólicas cuando no se está de acuerdo con el discurso predominante, lo que conlleva a una formación de grupos cerrados hacia el exterior, es decir, que define las fronteras entre participantes y forasteros. La estructura del ensayo parte de un criterio cronológico, aunque trataré de no hacer cortes y saltos temporales bruscos e inconexos. Considero que la segmentación del rock mexicano por etapas definidas por un aproximado temporal, así como por características totalmente particulares entre una generación de músicos y otra, es un mapa muy útil al momento de hacer un análisis sincrónico y diacrónico. No obstante, como en todo análisis histórico y cultural, es necesario evitar pasar por alto el hecho de que la llegada de nuevas modas — como la Beatlemanía o el rock psicodélico— no desplazaron totalmente ni a los estilos ni a las identidades anteriores, sino que convivieron y en más de alguna ocasión esta interferencia generaría disgustos y distinciones. El análisis de las canciones grabadas entre 1957 y 1980 por grupos de rock mexicanos, permitirá explicar la evolución de la sensibilidad juvenil, sus experiencias con el entorno social y los elementos primordiales que le dieron cohesión a las identidades. Se verá que a la luz o a la sombra de los acontecimientos y los procesos históricos del país, las canciones son una forma de expresión identitaria, por medio de las cuales se reconstruyeron una serie de imaginarios posrevolucionarios como el nacionalismo, la mexicanidad, el campo, la ciudad, entre otras construcciones simbólicas hasta ese momento hegemónicas que la juventud comenzó a cuestionar y resignificar. Así pues, en este estudio se abordan necesariamente las problemáticas de lo moderno vs lo antiguo, que en nuestro país se manifestó como un conflicto entre la moda norteamericana y la tradición que englobaba la mexicanidad, dentro de la cual el rock constituyó un punto de confluencias y divergencias. 1. Músicos modernistas, música moderna y ritmos modernos El rock and roll llega a México en un momento de fuertes contradicciones económicas, políticas, sociales y culturales. A partir de 1940, se inicia un fuerte crecimiento en los principales centros urbanos del país, debido a las políticas de fomento industrial que generaron una paulatina y creciente migración de campesinos atraídos por el deseo 26

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de mejorar sus condiciones de vida; se trataba de un proceso de “modernización” que implicó fuertes cambios en todas las esferas sociales.5 A medida que se consolidaba un proletariado con un considerable poder adquisitivo, la industria norteamericana expandía su mercado bombardeando con marcas y productos como automóviles, televisores, radios, alimentos, personalidades cinematográficas, modas y música. Como señala Eric Zolov, las familias de clase media comenzaron a consumir productos norteamericanos en los que veían un rasgo de modernidad, es decir, como una forma de tener acceso a la cultura global. De hecho, el rock and roll se promovió comercialmente en un principio como “música moderna” o “ritmo moderno”. Estos conceptos, utilizados de manera indistinta, adquirieron un carácter polisémico en los discursos, poniendo en evidencia el uso de los términos conforme a la posición ideológica y la experiencia de diversos grupos sociales. En lo “moderno” o lo “nuevo” se descubrió una modernidad que fue objeto de promoción o de rechazo.7 La polémica entre antiguos y modernos, planteada por Le Goff como un conflicto discursivo entre partidarios de lo antiguo —quienes ven en los modernos la decadencia— y partidarios de lo moderno —quienes proclaman una igualdad entre las dos épocas, o bien, invocan la idea de un progreso cualitativo—, se manifestó en nuestro país a partir de la irrupción del rock and roll y en torno a éste. Los promotores utilizaron el concepto de “música moderna” con una finalidad comercial. Al anunciar películas como Locos peligrosos (1957) y Al compás del reloj (1957), la mayor atracción la representaba la nueva música; la primera se anunciaba como una “Controversia musical de Clásicos vs. Modernistas”, mientras que la reseña hacía énfasis en el argumento del filme poniendo en evidencia la dicotomía de la época: “¿Beethoven o Presley? ¿Usted de quién es partidario? […] Músicos clásicos contra modernistas desatados será el argumento de esta súper-comedia musical”.8 Por su parte, Al compás del reloj prometía ser una “¡soberbia demostración del más alocado y alegre de los ritmos modernos, el Rock and Roll!”. Los opositores del nuevo ritmo elaboraron un discurso que abarcaba desde percepciones esté ticas hasta una alarmante vulneración de la mexicanidad. Esto es especialmente revelador en un contexto en el que los valores nacionalistas comenzaban a desgastarse debido a su evidente anquilosamiento. La literatura abandonó los temas predominantemente rurales de la novela revolucionaria para incursionar en personajes y contextos urbanos —por ejemplo las novelas de José Agustín y el vuelco cualitativo impuesto por Juan Rulfo y Carlos Fuentes —. La pintura iniciaba un acercamiento a las corrientes estéticas norteamericanas y europeas, mientras que los filósofos se alejaron de la filosofía de lo mexicano —tema primordial de José Vasconcelos, Samuel Ramos y Alfonso Reyes, entre otros— para acercarse a la filosofía analítica y al marxismo. En los sesenta surge el grupo de “La Mafia”, integrado por escritores como Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco y Guillermo Piazza, quienes criticaron a las manifestaciones artísticas del nacionalismo como “carentes de poder creador”. El descontento de fondo radicaba en la ide a de que “el nacionalismo del gobierno era ya un nacionalismo reaccionario convertido en instrumento de manipulación política”. La música moderna representaba para los grupos conservadores “una epidemia que gana virulencia en los países a donde ha sido exportada”.11 Ritmo antiestético, negación de la música —incluso junto con el chachachá—, constituía una amenaza a la civilidad de la sociedad, cuyo sensualismo traería consecuencias sobre la juventud volviéndola “frívola, 27

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hueca y desesperada de su propio vacío”.12 En un contexto de creciente aceptación del american way of life, y de un debilitamiento considerable de la política nacionalista, el rock and roll y sus ritmos derivados fueron el chivo expiatorio mediante el cual se expresó un enconado desprecio hacia la cultura norteamericana; ante lo que Eric Zolov denomina excesos indeseados de modernidad, se llegó al extremo de organizar una campaña contra Elvis Presley luego de que un columnista llamado Federico de León publicara en febrero de 1957 una entrevista en la que, supuestamente, el cantante norteamericano expresó su desprecio hacia la mujer mexicana. La noticia corrió por todo el país, generando presiones por parte de la Legión Mexicana de la Decencia para que se prohibieran las películas y discos de Presley.13 Los discursos de oposición giraron en torno a una vulnerabilidad de los valores mexicanos, que ponían en evidencia una angustia alarmante de que fueran desplazados por los norteamericanos. Un columnista hacía notar que era necesaria una “remexicanización” debido a que “ya la capital tiene aspectos cosmopolitas; miles de rótulos están escritos en inglés; las tonadas más populares son las del país vecino; en los cabarets se baila el rock and roll”, elementos que inexorablemente estaban “desnaturalizando nuestra personalidad” y se refería a la remexicanización como un deseo de “fortalecer el espíritu, volver a las tradiciones venerables, ser otra vez nosotros mismos”. Fuentes Attali, Ruidos. Ensayo sobre la economía política de la música, pp. 13-17. Para una teoría de las formas simbólicas en la construcción de identidades véase Rioux y Sirinelli, Para una historia cultural, pp. 142-155. 4 Wimmer, “La cultura como concertación”, en Revista Mexicana de Sociología, Vol. 62, No. 4, (Oct. -Dic., 2000), pp. 127-157. Sobre la industrialización y las migraciones véase Aguila, “Un cambio civilizatorio”, pp. 151-174; Beyhaut, América Latina III, pp. 228-255. 6 Zolov, Rebeldes con causa, p. XIX. 7 Para un análisis sobre los conceptos modernos, modernidad y modernización véase Le Goff, Pensar la historia, pp. 147-156. “Controversia musical de Clásicos vs. Modernistas”, El Informador, noviembre 2, 1957: p. 4. “Al compás del reloj”, El Informador, febrero 14, 1957: p. 4. Villegas, El pensamiento mexicano en el siglo XX, FCE, pp. 220-234. “El rock and roll, la epidemia que gana virulencia”, El Informador, enero 6, 1957: p. 7. Vid. “Tema muy inmoral”, El Informador, enero 6, 1957: p. 4; “La radio, la música y el pueblo”, El Informador, diciembre 6, 1960: pp. 4-5. 13 Sobre el caso Elvis véase Zolov, Rebeldes con causa, pp. 31-47; Arana, Guaraches de ante azul, pp. 72-112.

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“¡Tacos, joven!” Cosmopolitismo proletario y la cocina nacional mexicana Pilcher, J. (mayo/agosto 2006). “¡Tacos, joven!” Cosmopolitismo proletario y la cocina nacional mexicana. En Dimensión antropológica, año 13 (37). Recuperado de http://www.dimensionantropologica.inah.gob.mx/pdf/dian_37_03.pdf

El grito del taquero que convoca a consumir los “tacos de trompa” que vende a la salida del metro San Lázaro es bien conocido por aquellos historiadores mexicanos que salen de esta estación para encaminarse hacia el Archivo General de la Nación. Pero lo más probable es que los historiadores asocien ese llamado con la ingestión de un ligero tentempié que con una investigación académica. Esto es comprensible en tanto que la preocupación de los historiadores tiene que ver con los cambios en el tiempo, y la mayor parte de las cosas que suceden en México parecerían estar más cargadas de historia que el taco. Definido por el diccionario de la Real Academia como “tortilla de maíz enrollada con algún alimento dentro, típica de México”, el taco ha servido de alimento por un tiempo casi tan extenso como el que lleva de existencia la tortilla, es decir, al menos 500 años. Hoy día es peculiar que en la comida diaria, con tan profundas raíces prehispánicas , el taco deba ser nombrado por un término castellano, en contraste con otros platillos nacionales cuyo nombre deriva claramente de palabras de la lengua nativa como tamalli, pozolli y molli. Como los historiadores de la cultura lo han mostrado, las palabras literalmente expresan la realidad social y, en ese sentido, la palabra taco tiene una curiosa historia que inicia en la amplia difusión de su uso durante la era porfiriana. Si bien está relacionada con los puestos originales de comida callejera de las clases populares, la taquería se constituyó en un nuevo espacio social en el que comparten el trabajador y el sibarita. Siguiendo la ruta histórica del taco que trazan los diccionarios, los documentos de archivo, los libros de cocina y el arduo trabajo de campo, el presente ensayo pretende aportar luc es en los orígenes de la cocina nacional vinculada con la clase trabajadora. Antes de considerar el tema propuesto, es importante plantear el concepto teórico de una cocina nacional, particularmente en el presente proceso de globalización. El antropólogo S ydney Mintz, por ejemplo, desde una perspectiva materialista ha rechazado el concepto de cocina nacional, al observar que los elementos que constituyen una cocina sean éstos un conjunto de ingredientes, técnicas de cocimiento o preparación, e incluso los valores culturales que comparten, son intrínsecamente locales. Una cocina nacional es, en el mejor sentido, una colección artificial de diferentes alimentos consumidos dentro de una frontera política dada. La socióloga Priscilla Parkhurst Ferguson, en contraste, ha reconstruido de forma perspicaz el surgimiento, durante el siglo xix, de una cocina nacional francesa. Haciendo uso del concepto de campo cultural de Bourdieu, ella afirma que la gastronomía francesa se desarrolló como una empresa cultural autónoma que comprendía una diversidad

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de productores y consumidores, quienes integraron y dieron forma a los valores y las instituciones que vinieron a definir una comida genuina en Francia y, por extensión, en gran parte del mundo. En forma particular, los l ibros de cocina profesional de Antonin Carême, la literatura gastronómica de Brillat-Savarin, las novelas de Honoré de Balzac —en las que los restaurantes son parte de la trama— y otros escritos similares, han servido de puente para trasladar la cocina de la corte de Versalles a un nuevo escenario nacional posterior a la Revolución francesa de 1789. Al igual que otras formas de nacionalismo, este discurso descansa en textos para su construcción y difusión. Incluso las cocinas locales defendidas por Mintz fueron producto de textos. Ciertamente se puede decir que a partir de que los libros de cocina del siglo XIX transformaron el insípido plato de avena del campesino en una especialidad provincial aparentemente eterna, ese plato fue después buscado ávidamente por los folcloristas y promotores turísticos del siglo XX. Dos estudios recientes han ayudado a aclarar el desarrollo de la cocina nacional de México. Al igual que en Francia, los campeones del nacionalismo del siglo XIX buscaron utilizar el vínculo afectivo de compartir la comida para ayudar a forjar un sentido de identidad común, intento que dio inicio con la publicación del primer libro de cocina mexicana en 1831. No obstante, este programa se vio frustrado por una combinación de divisiones étnicas y regionales, y por la preferencia de la elite por la alta cocina francesa, la cual fue vista como una forma de reivindicar actitudes cosmopolitas en un escenario internacional , al mismo tiempo que permitía mantener un estatus de distinción social en la esfera local. De acuerdo con uno de esos trabajos, la cocina nacional no se fusiona sino hasta la década de 1940, una vez que el rechazo hacia lo popular había pasado y las clases medias empezaron a aceptar la cocina indígena basada en el maíz, como parte de una identidad mestiza nacional. Otro trabajo más reciente, basado en una amplia gama de fuentes, lleva los orígenes de la cocina nacional a las primeras décadas del siglo xx. Con el enfoque puesto en la literatura culinaria, ambos trabajos atribuyen esencialmente a la iniciativa de la clase media la construcción de esta nación culinaria, a pesar del origen popular de muchos de los platillos que fueron exaltados como prototípicamente nacionales. Si bien el nacionalismo mexicano ha sido visto frecuentemente como un proyecto de elite, ensamblado sobre pertinaces formas de vida rurales, recientemente los investigadores han comenzado a identificar veneros importantes de participación popular en la tarea de imaginar la nación. Durante el siglo xix, ello se observa, por ejemplo, en la experiencia colectiva de la defensa militar en las guerras intervencionistas, así como en la promesa exaltada de la política federal hecha a las clases populares y aun a los pueblos indígenas de reconocerles un sitio en la comunidad nacional. Las filiaciones locales —“patrias chicas” y grupos étnicos— continuaron siendo una fuente alternativa de lealtad; es así que la propagación del nacionalismo mexicano fue sin duda un proceso largo y desigual. No obstante, la expansión del comercio y el flujo de la migración interna hacia las últimas décadas del siglo xix, contribuyeron a alimentar el segmento de la clase trabajadora, la cual tendió a identificar sus intereses más con la patria en su conjunto que con una comunidad en particular. Grandes contingentes de esa masa trabajadora tomaron las armas para reclamar derechos cívicos y económicos durante la Revolución mexicana. Esta explosión social convirtió a la Ciudad de México en un centro de cosmopolitismo proletario, tendencia que se combinaría con el intenso flujo de migración laboral que propició el Porfiriato al atraer a la urbe notables contingentes demográficos procedentes de diferentes latitudes de la nación. Los integrantes de esta masa anónima, a los que la elite urbana se refería con el término despreciativo de “pelados”, llegaban 30

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a la ciudad trayendo consigo sus diversas culturas locales, las que hallaban espacios idóneos de mutua y natural convivencia en las calles populosas, lugares de trabajo, viviendas, cantinas y , claro, las taquerías. En esa suerte de pequeñas cocinas esquineras, que adquirirían su nombre genérico en la época del presidente Díaz, la clase trabajadora contribuía a la creación de la cocina nacional mexicana. Prototacos Salvador Novo, en su muy disfrutable Historia gastronómica de la Ciudad de México, ubicaba los orígenes del mestizaje culinario en las “carnitas en taco, con tortillas calientes”, platillo servido en el banquete triunfal que le fue ofrecido a Hernán Cortés en la villa de Coyoacán. El relato de Novo es considerado uno de los textos fundacionales de la gastronomía mexicana. En él lleva a cabo un recuento de la historia de la cocina nacional, mediante un ameno recorrido que incluye platillos ejemplares, banquetes, restaurantes y personal idades, todo minuciosamente documentado o, cuando los documentos son parcos, descrito con una deliciosa prosa. Con todo y a contracorriente de su interés en temas filológicos, Novo no indaga en los orígenes de la palabra “taco”, y así su invocación en el texto al seminal taco conquistador corresponde más propiamente al género de las leyendas culinarias, tales como la invención del mole poblano por las monjas del convento de Santa Rosa o los primeros chiles en nogada preparados en honor de Agustín de Iturbide. En consecuencia, esta sección del trabajo tomará la estafeta donde la dejó Novo, considerando, para el efecto, la evidencia textual disponible para la historia lingüística de la voz “taco”, así como su lugar dentro de la compleja cocina nacional del siglo xix. Salvador Novo, Cocina Mexicana o Historia gastronómica de la Ciudad de México, 1967, p. 29. Héctor Manuel Romero, Vocabulario gastronómico mexicano, 1991, p. 58. Véase, por ejemplo, Ricardo Pérez Montfort, Estampas de nacionalismo popular mexicano: Ensayos sobre cultura popular y nacionalismo, 1994; Enrique Florescano, Etnia, Estado y nación: Ensayo sobre las identidades colectivas en México, 1997; Mauricio Merino, Gobierno local, poder nacional: La contienda por la formación del Estado mexicano, 1998. Priscilla Parkhurst Ferguson, “A Cultural Field in the Making: Gastronomy in 19thCentury France”, en The American Journal of Sociology 104, núm. 3 (noviembre de 1998), pp. 597-641, especialmente pp. 620-621. Jeffrey M. Pilcher, ¡Vivan los tamales! La comida y la construcción de la identidad mexicana, 2001. José Luis Juárez, “Nacionalismo culinario”, tesis de doctorado, enah, 2004. Sidney Mintz, Tasting Food, Tasting Freedom: Excursions into Eating, Culture, and the Past, 1996, pp. 95-96, 104 Diccionario de la lengua española, 22a. ed., 2001, p. 1441.

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