COMO MATAR A UN PRESIDENTE RESUMEN

COMO MATAR A UN PRESIDENTE- RESUMEN. PREFACIO Sobre caudillos y tumbas. Los asesinatos políticos son más frecuentes de l

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COMO MATAR A UN PRESIDENTE- RESUMEN. PREFACIO Sobre caudillos y tumbas. Los asesinatos políticos son más frecuentes de lo que creemos. El caso de Julio Cesar fue el detonante para que varios gobernantes tomen acciones para protegerse de conspiraciones en especial si se encontraban en medio de una disputa de sucesión. No obstante, la historia registra numerosos gobernantes envenenados en especial por arsénico. Las historias de Hispanoamérica y el Perú no han sido exentos de estos casos, la lista de asesinatos sería interminable. Este libro relata 3 de los magnicidios más célebres. El apuñalamiento de Bernardo de Monteagudo, el disparo por la espalda a Manuel Pardo y los disparos a quema ropa contra Luis M. Sánchez Cerro. Estas muertes ejemplifican una forma extrema de hacer política: la eliminación física del adversario. El magnicidio en cualquiera de sus formas pretendía variar las correlaciones de fuerza desfavorables de una situación determinada. Los casos de Monteagudo y Pardo podemos decir que fueron de carácter “preventivo” ya que había posibilidades que accediesen al poder, mientras que la muerte de Sánchez Cerro tuvo la intención de crear un vacío de poder y de inestabilidad para mejorar la situación del APRA muy golpeado por la represión sanchezcerrista.

BERNARDO MONTEAGUDO El azar y la revolución El día que mataron a Bernardo Monteagudo iba de camino a la casa de su amante. Los enemigos del exministro de San Martín y consejero de Bolívar sabían de su caminar tranquilo por las oscuras calles Limeñas. A la altura de la calle Boza, Candelario Espinoza un mulato, lo esperaba con un recién afilado cuchillo. Cuando lo vio le enterró el enorme cuchillo de carnicero a la altura de la tetilla izquierda. Eran las 7:30 del 28 de enero de 1825. Fue encontrado tendido en la acera bocabajo con el mango del cuchillo sobresaliendo del pecho. Terminó falleciendo de camino al Convento San Juan. Enterado de la muerte de Monteagudo, Bolívar ordenó que se inicie de inmediato una investigación sumaria. El cuchillo extraído presentaba signos de haber sido afilado hace poco por lo que se investigó en las pocas barberías que brindaban ese servicio en la ciudad. El dueño de la barbería Valladolid explicó que había afilado hace poco el arma a un mulato. Se citó a los mulatos y personas de color a compadecer ante la guardia. Cuando Candelario ingresó fue reconocido de inmediato. Tenía solo 19 años y una muerte anterior a cuestas. Había servido en la milicia, pero ahora, venido a menos se dedicaba al robo. Los rumores apuntaban a Sánchez Carrión como quien habría contactado con el asesino.

Los inicios de Monteagudo. Nació en Tucumán, en agosto de 1789. Sus padres Miguel Monteagudo, un soldado al servicio del rey y su madre, Catalina Cáceres eran de condición humilde por lo que fue encargado al cura José Antonio Medina, para que lo instruyeran en las primeras letras. Cuando asistió a la universidad, ya se respiraban ideas liberales. Pensó en la abogacía como forma de hacerse un lugar en la sociedad sin embargo las doctrinas liberales terminarían impulsando su vida. Su lucha revolucionaria empieza con la invasión inglesa al virreinato del Río de la Plata, donde junto a los criollos del lugar lograron recuperar la ciudad y expulsar a los invasores. Luego de algunos intentos revolucionarios fallidos en provincia decide viajar a Buenos Aires donde presencia las luchas fratricidas por el poder. Grupos se unían para postular al poder, pero después de las elecciones no se desactivaban, sino que trabajaban para derrocar al gobierno y hacerse con el poder. Fue ahí donde empezó a creer en una monarquía constitucional para las colonias libres, lo que evitaría esas disputas. Por distintas controversias siendo presidente de la Sociedad Patriótica tuvo que huir a Europa. Luego de unos años decide regresar a Argentina donde fue testigo de la formación del Ejercito de los Andes, en el cual participó libertando Chile y Perú. La batalla de Chacabuco representó la independencia de Chile. Contribuyó a la redacción de su carta de independencia y además, fue parte del proceso a los sediciosos, actuando con arbitrariedad contra quién pusiera en riesgo la libertad de América, actitud que le traería problemas en el Perú. Redacta “El censor de la revolución” para motivar a la élite peruana, quienes no demostraban un gran espíritu revolucionario. El ejército revolucionario inició su viaje a Perú, desembarcando en la bahía de Paracas. La deserción del batallón Numancia a favor de los liberales y la independencia de la intendencia de Trujillo sumando al asedio sobre Lima llevó a que el virrey dejara la ciudad y el ejército entrara sin problemas. San Martín sería nombrado protector del Perú y Monteagudo difundiría las ideas monárquicas lo que generaría el rencor de los criollos peruanos. En el gobierno del Perú Monteagudo será nombrado ministro de guerra y por la enfermedad de San Martín sería quien movía los hilos del gobierno. En Lima sería el principal defensor de la monarquía constitucional, en contraste estaba José Faustino Sánchez Carrión. Esta sería la primera desavenencia entre los dos próceres. Su proyecto no fue aceptado, por lo que se ganó el odio de sus opositores. El odio inflamado contra Monteagudo. Monteagudo impulsó una dura política contra los españoles que quedaron en la ciudad. Confiscó sus bienes, mandó a que los espiaran para evitar motines, además formó los “cuerpos

cívicos” una especie de milicia formada por la plebe urbana que despertaba el terror en los españoles. El Tucumano, creía que los españoles eran la hierba mala que no dejaba nacer la nueva, cientos de españoles fueron deportados, encarcelados o fusilados, Muchos de ellos estaban emparentados con los criollos, lo que creó animadversiones con la élite peruana. Se sumaron a estos, los criollos que financiaron a San Martín y que fueron dejados de lado para ocupar puestos en el poder. Esta reacción se acrecentó cuando se enteraron que San Martín había enviado secretamente a un ministro a Europa a buscar un rey para el Perú. La presión social hizo que Monteagudo dimitiera de su cargo y fuese deportado a Panamá.

Retorno y muerte. En Panamá buscó contactar con Simón Bolívar para unirse a su corte. Fue así que retornó al Perú, pero esta vez como consejero del libertador venezolano. Una vez ganada la libertad con la Batalla de Ayacucho, fue nombrado delegado para el congreso de Panamá, planes que fueron interrumpidos por un certero cuchillazo. Investigación del crimen. Se conoció que el asesino Candelario Espinoza contó con un cómplice, Ramón Moreira. Luego de un intenso interrogatorio se determinó que el móvil no era el robo, sino que había sido un asesinato pagado. Candelario dijo que solo contaría la verdad a Bolívar quien finalmente dispuso su destierro del Perú. Por años se especuló lo que Candelario reveló a Bolívar. Ya en 1853, Tomás Cipriano, amigo cercano de Bolívar publicó sus “Memorias sobre la vida del Libertador” donde revela que Sánchez Carrión, enemigo político de Monteagudo lo mandó matar. Bolívar ocultó la verdad ya que Carrión era cabeza del bando republicano y actuar contra él acarrearía un enfrentamiento contra Bolívar quién estaba componiendo su gobierno en el Perú. También se revela que Tomás Heres, amigo de Monteagudo, envenenó la bebida de Carrión en forma de venganza por la muerte de su amigo.

MANUEL PARDO.

La fortuna y el poder El día que mataron a Manuel Pardo, el ex primer mandatario civil del Perú, el presidente de la cámara de Senadores y el padre de diez hijos, se dirigió con normalidad al diario el Comercio para hacer algunas correcciones a una publicación y luego partió con rumbo al congreso. La guardia militar compuesta por el batallón Pichincha, le rindieron los honores como era costumbre. En el momento que estaba de espaldas, Melchor Montoya, rompió abruptamente la formación y apretó el gatillo de su fusil Combrail, perforando de inmediato el pulmón derecho de Pardo. La hemorragia producto de la bala no pudo ser contenida, su agonía sin embargo duró alrededor de cincuenta minutos, tiempo que aprovechó para confesarse y ver a su familia, Tendido en medio de un charco de sangre, exhaló cerca a las tres de la tarde del 16 de noviembre de 1875. Melgar Montoya, autor del crimen al ser consultado por los autores detrás del delito, señaló a Antenor Gómez Sánchez y a su tío Poyta. Paralelamente a la muerte de Pardo, debía estallar una rebelión de guardias, motín que fue sofocado. Al parecer estas acciones estaban relacionadas con los Pierolistas. Los orígenes de Pardo Manuel Pardo y Lavalle nació el 9 de agosto de 1834 en Lima. Nieto de un español de Galicia venido al Perú en 1793 e hijo del escritor y político Felipe Pardo y Aliaga y de Petronila Lavalle y Cavero. Estudió en Valparaíso y Santiago, luego en Lima terminó sus estudios escolares en el convictorio de San Carlos. En 1850 viaja a España a estudiar filosofía y letras en Barcelona, logrando el grado de bachiller. En 1852 regresa al Perú y empieza sus primeros acercamientos al comercio, en 1857 viaja a Jauja para curarse del asma que le habían detectado y un año más tarde contrajo matrimonio con Mariana Barreda, hija de Felipe Barreda, consignatario del guano quien lo introdujo al negocio, el comercio y la banca. Pardo, consignatario del guano En 1963 Pardo firma un contrato con el estado para ser consignatario del guano junto a su suegro. Los consignatarios eran quienes explotaban y vendían el guano y luego pagaban al estado por ser dueño del recurso. Esto dio pie a innumerables defraudaciones. Como era un bien muy cotizado enriqueció a quienes se involucraron en él. En 1869, Piérola, Ministro de Hacienda despojó de las propiedades a los consignatarios, dándoselo a la Casa Dreyfus. Con el éxito como consignatario, Pardo incursionó en la banca creando el Banco del Perú, además de iniciar la importación de Chinos Culíes en condiciones de cuasi esclavitud.

Pardo y su proyecto modernizador. Pardo creía que los ferrocarriles, al igual que en Europa y Estados Unidos, traería el progreso al Perú. Su visión era modernizadora pero su concepto sobre los indígenas, población mayoritaria, era la de un pueblo haragán e ignorante de las modernas técnicas agrícolas. Por eso, los ferrocarriles para él eran un factor de desarrollo económico, social y cultural. Pardo, funcionario modernizador. En 1865 fue nombrado Ministro de Hacienda. Renegoció acuerdos con los consignatarios lo que fue beneficioso para el Perú. Decretó nuevos impuestos de capitales y exportaciones y la “contribución indígena” Para él los indígenas debían aportar al erario nacional pero este decreto derivó en una rebelión que fue sangrientamente aplacada. Renunció al ministerio en 1866, días después fie denunciado por irregularidades en compras para el estado. Logró ser absuelto de las acusaciones, pero sus enemigos buscaban manchar su imagen. Rumbo a la presidencia En 1871 funda la sociedad Independencia Electoral y se lanzó a la candidatura. El proceso electoral estuvo lleno de trabas, el presidente Balta trató de impedir el ascenso al poder de Prado, quién era ampliamente apoyado por la población. Fue así que los hermanos Gutiérrez, aliados en un inicio de Balta, se sublevaron para impedir que el congreso diese los resultados. Pero su revolución no fue aceptada por todas las fuerzas armadas, así que por asedio de la población terminaron siendo linchados, vejados, quemados e incluso se dice que algunos mendigos llegaron a comer sus carnes.

Pardo en el gobierno Pardo tomó el poder en medio de deudas y no pudo realizar las obras de infraestructura que había planeado. Además, canceló la compra de blindados, haciendo aso omiso a la carrera armamentista de Chile, sino que firmó un tratado secreto con Bolivia y Argentina quien finalmente nunca terminaría de adherirse. Se enfrentó a numerosas rebeliones como las del batallón Zepita y la expedición “Talismán” que traía consigo un cargamento de armas y al beligerante Nicolás de Piérola. Pese a todo logró mantenerse en el poder y fue reemplazado por Pardo. Exilio en Chile y retorno al Perú El levantamiento de Piérola en medio del gobierno de Prado sumado a la ventaja de los civilistas en el congreso hizo que Pardo tuviera que exiliarse en Chile, donde permaneció hasta que el congreso lo postuló como representante por Junín quedando elegido e incluso nombrado como presidente de la cámara de senadores. Para su regreso a Lima, sus amigos y simpatizantes le advirtieron que sus rivales políticos le tenían preparado un atentado contra su vida. Pardo asumiría el cargo corriendo los riesgos que este representaba.

El crimen Como ya se ha comentado, Prado murió de un disparo entrado a la sesión de Senadores del congreso, Melchor Montoya, autor del crimen, señaló a su tío Poytia como cómplice del asesinato, además de acusar a los generales Dacourt y Álvarez Ampuero. En las declaraciones los acusados implicaron a Doña Jesús Iturbide, esposa de Nicolás de Piérola, quién salió bien librada por falta de pruebas. Finalmente se dictó quince años de prisión para los implicados y la pena capital para Melchor Montoya, autor del crimen. Fue fusilado el 22 de septiembre de 1880, diciendo que él fue el único autor de asesinato. Sin duda se llevó a la tumba muchos secretos ya que las especulaciones apuntaban a los pierolistas, por lo menos a la esposa de Piérola.

LUIS MIGUEL SANCHEZ CERRO Autoritarismo y conservadurismo popular El hombre que disparó contra Luis Sánchez Cerro se llamaba Abelardo Mendoza Leyva, natural de Cerro de Pasco. Llegó a Lima de pequeño y trabajó en diversos oficios. En 1933 era ayudado por Pedro Catalino Lévano, partidario aprista, quién los instigó a asesinar a Sánchez Cerro. El día 30 de abril, el presidente pasaba revisión a las tropas en el hipódromo de Santa Beatriz. Terminada su labor, decidió salir de lugar dándose un baño de popularidad entre la gente que estaba presente. Leyva aprovechando la aglomeración de la gente y que Sánchez Cerro había decidido no usar el auto blindado, se acercó disimuladamente y descargó varios balazos sobre el presidente. De inmediato su edecán y miembros de su guardia redujeron a tiros a Mendoza quien cayó de bruces sobre el suelo, siendo brutalmente rematado en su agonía. Sánchez Cerro fue llevado hasta la clínica italiana en donde finalmente falleció. Oscar R. Benavides, Jefe Nacional de Defensa asumió la presidencia de la república.

La formación de un caudillo Luis Miguel Sánchez Cerro llegó al mundo el 12 de agosto de 1889 en Piura dentro de una familia de clase media. En 1906 viaja a Lima para ingresar a la escuela militar de Chorrillos, egresando en 1910 con el grado de subteniente. En 1914 participaría en el golpe de estado contra Guillermo Billinghurst. Aquí tiene sus primeros acercamientos con la política. El golpe colocó a Oscar Benavides en el poder. Sus superiores viendo su talante conspiradora lo hicieron rotar de puestos para evitar cualquier levantamiento En 1922 inicia una revolución contra Augusto Leguía, la cual no tiene mayor éxito por lo que es degradado y enviado lejos de la ciudad y sin mandos de tropas. En 1929 viaja a Francia para una misión en la guerra de Marruecos. Ese mismo año regresó al Perú a tener el mando del batallón Zapadores. Nuevamente se prepara para levantarse conta Legía. Con la revolución de Arequipa, Leguía se ve obligado a dejar el cargo dando lugar el 25 de agosto de 1931 a que Sánchez Cerro formara una junta de gobierno.

La junta militar llama a elecciones resultando ganador Sánchez Cerro frente a Haya de la Torre, Sánchez Cerro contaba con gran aceptación, incluso frente a partidos de masas como el APRA Los Apristas descontentos con el resultado alegaron fraude e iniciaron marchas y protestas por toda la capital. Multitudes de sanchezcerristas, por su parte, respaldaban al presidente. Estos serían el inicio del odio político. La más notable sublevación ocurrió en Trujillo donde los Apristas tomaron cuarteles, liberaron presos de la cárcel y resolvieron ejecutar a una veintena de oficiales del ejército y civiles. Sánchez Cerro ordenó bombardear la ciudad para luego recuperar la tranquilidad. Se logró capturar a los rebeldes y se les ejecutó en las ruinas de Chan Chan. Se dice que hubo ejecuciones extrajudiciales, que según partidarios del APRA llegaron a los dos mil.

Incidente con Colombia A inicios de 1932 un grupo de pobladores peruanos invadieron la zona de Leticia, cedida a Colombia en el gobierno de Leguía, declarándola como peruana. En ese contexto Sánchez Cerro buscó conciliar una solución con Colombia, pero los rumores ya se oían. Oscar Benavides asume como jefe del Consejo Nacional de Defensa quien organizó a las tropas frente a una inminente guerra.

Asesinato. El domingo 30 de abril mientras Sánchez Cerro pasaba revisión a las tropas en el hipódromo a las tropas en el hipódromo de Santa Beatriz. Leyva Mendoza le disparó con una browning relativamente nueva. El proceso judicial buscó encontrar los lazos de Leyva con el partido Aprista. Se capturaron a algunos sospechosos, pero luego se les absolvió por faltas de pruebas. Peritos señalan que el auto de Sánchez Cerro tiene impactos de bala en distintas partes por lo que se sospecha de un atentado planeado. Se llegó a especular incluso que el mismo Benavides habría estado detrás del magnicidio En agosto del mismo año, Benavides y su ministro de justicia dictarían amnistía a los procesados por delitos políticos por lo cual gran cantidad de Apristas, incluyendo Haya de la Torre recuperaron su libertad