Como Construir Terrazas.

Lección 36. Terrazas y Acequias de Ladera Las terrazas como obras de adecuación de tierras, cumplen la función de provee

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Lección 36. Terrazas y Acequias de Ladera Las terrazas como obras de adecuación de tierras, cumplen la función de proveer un área firme para la siembra y de recoger el agua lluvia de manera que parte se infiltre y el sobrante pueda ser canalizado hasta un desagüe seguro. Así se asegura la conservación de las laderas y permite realizar en ellas cultivos limpios. El inconveniente es el alto costo de su adecuación. También se constituyen en obras de recuperación de movimientos masales y cárcavas.

La antigua cultura Tiahuanaco[1], desarrolló el sistema de sukakollus o terraplenes. Estos consisten en una serie de terrazas o camellones cuyos surcos de separación permanecían llenos de agua. De esta manera lograban incrementar la humedad relativa en las terrazas de cultivo para evitar los daños por heladas, frecuentes en el clima desértico de las altiplanicies bolivianas.

Así, según la función que cumplen, las terrazas pueden clasificarse en: Terrazas de Banco Son las más comúnmente utilizadas para crear áreas agrícolas estables en zonas pendientes. La construcción se inicia en la base de la ladera, marcando las curvas a nivel. Una vez trazadas se demarca el ancho de la terraza y se comienza la excavación. El suelo fértil removido se acomoda en la parte superior de la terraza para ser devuelto a su lugar una vez terminada la explanación. Luego de remover la capa orgánica se hace el corte y se acomoda el suelo extraído en la parte inferior de la terraza. Este será el que forme el talud inferior. La excavación debe hacerse dejando una leve inclinación hacia adentro de la pendiente de manera que se retenga el agua hacia el talud interior de la terraza. También debe dejarse un desnivel del 0,3 a 0,4% cada 12 metros, a lo largo de la terraza hasta una zona segura para evacuación del agua que no alcanza a infiltrase. Así, al aumentar la longitud de la terraza, se va incrementando el gradiente. Los taludes inferiores formados con el suelo removido deben apisonarse y en lo posible asegurarse con piedra, madera o guadua para evitar el desmoronamiento de las terrazas.

ü Terrazas de absorción En zonas con precipitación menor a 750 mm. año-1, se hacen las terrazas junto con acequias de ladera cerradas en los extremos. Entre terraza y terraza se deja una acequia en la que se recoge el agua lluvia, reteniéndola para que se infiltre e irrigue la terraza de cultivo. El ancho de la terraza está en relación al terreno de la pendiente. Tanto más pendiente, mas angostas serán las terrazas. Por ello no se recomiendan en terrenos con más del 12 % de pendiente. En zonas muy pendientes o de suelo muy arenoso e inestable es necesario estabilizar los taludes. Una alternativa es utilizar agro-mallas para ayudar al prendimiento de coberturas como maní forrajero. Esta alternativa resulta más económica que la estabilización con piedra.

ü Terrazas de drenaje

Estas mismas terrazas orientadas a evacuar el agua , se denominan terrazas de drenaje. En este caso los extremos son abiertos y el desnivel conduce el agua hasta un drenaje principal bien sea artificial o natural de manera que el agua pueda ser conducida sin riesgo de ocasionar daños por erosión. Como se trata de evacuar el agua de escorrentía, es necesario colocar tabiques a lo largo de las acequias para disminuir la energía cinética del agua y evitar el socavamiento. Otra alternativa es colocar revestimientos plásticos para evitar la erosión e infiltración. ü Terrazas individuales Son parecidas a las terrazas de banco pero se construyen de forma individual, es decir, una para cada planta. Se utilizan para árboles frutales o maderables. Sus características son: 

Pueden adecuarse en terrenos con pendientes de hasta 50%.



Su forma es circular o en media luna



En el centro de la terraza debe ir ubicada la planta



Las terrazas se trazan al través de la pendiente o en curvas a nivel.

Su uso en cultivos de café, cacao, follajes de corte, ha dado muy buenos resultados en el control de la erosión. Para su adecuación deben seguirse los siguientes pasos: ü Realizar el trazo según la densidad de siembra requerida para el cultivo ü Hacer el talud superior en forma de media luna con ayuda de un palin ü Formar el plato removiendo la tierra de manera que quede un desnivel hacia el interior del 5% para retener la humedad y los sedimentos. ü La tierra removida debe apisonarse en el talud inferior para dar estabilidad al plato. Por último se hace el ahoyado y siembra y posteriormente se busca establecer una cobertura en los taludes inferiores para dar estabilidad.

36.2 Acequias de ladera Son obras de tipo hidrotècnico que se utilizan para el control de la erosión en terrenos con pendientes entre el 10 y 40 %, en donde la construcción de terrazas resulta difícil. Son aconsejables en zonas con Lluvias intensas y en áreas con suelos pesados, poco permeables, donde hay exceso de escorrentía, y en suelos susceptibles a la erosión. No se deben construir en terrenos con cultivos limpios o potreros de más de 30 % de pendiente, ni en terrenos con cultivos de semi bosque (café, cacao, etc.) de más de 50 % de pendiente. Consisten en un conjunto de canales construidos a través de la pendiente que reciben las aguas y sedimentos que escurren del terreno inmediatamente superior a ellos.

Los canales son de aproximadamente 30 centímetros de ancho en el fondo (plantilla), con taludes 1:1 en suelos estables, 3/4:1 ò 1/2:1 en suelos muy estables, y 11/2 :1 o 2:1 en suelos poco estables o susceptibles a la erosión (suelos muy Iivianos). Su desnivel y profundidad son variables. Según varié la pendiente del terreno y el relieve, la longitud y gradiente de las zanjas también varía. EI desnivel o gradiente de las acequias varia de 0,5 a 1% y la profundidad es la que mayormente determina la capacidad de descarga. Las acequias deben protegerse con una barrera viva densa en una o dos hileras, sembrada en el borde superior, con el objeto de frenar la fuerza del agua y filtrar los sedimentos. Se deben canalizar hasta un sitio de desagüe natural bien protegido en donde no se vaya a causar erosión. La construcción comienza del sitio de desagüe hacia arriba, cuidando que el fondo de la acequia en el sitio más bajo quede 40 cm por encima del nivel del desagüe, de manera que el agua que baja por el desagüe natural no penetre en las acequias.

Los datos son normales para un suelo estable; para suelos menos estables debe reducirse el espaciamiento y para suelos muy estables aumentarlo. Federación Nacional de Cafeteros de Colombia. Manual del Cafetero, Bogotá, f969. 39B p. Fuente: http://www.angelfire.com/ia2/ingenieriaagricola/canales.htm

Los pasos a seguir en la construcción de las acequias son los siguientes: º Determinar la pendiente máxima del terreno º Determinar la distancia horizontal de cada acequia en la columna 1 de las tablas 17 y 18. º Medir la longitud de cada acequia. El valor obtenido en campo, en metros, se divide por 100 y se multiplica por el valor correspondiente de Descarga Q de las tablas para la pendiente seleccionada inicialmente.

º El valor obtenido se busca en la columna de Descarga Q de la tabla 19 para obtener el desnivel y profundidad de los canales para cada acequia. º Se inicia a construir las acequias en la parte alta del lote y comenzando desde el sitio de desagüe hacia la cabeza de la acequia. º La tierra extraída se coloca en el lado inferior del canal a 15 cm del talud º Se siembran plantas de vetiver o limoncillo por el borde superior de cada acequia con una distancia de 15 a 20 cm entre plantas y en una o dos hileras al tres bolillo.

Lección 37. Trinchos vivos y terrazas de estabilización Los trinchos son estructuras de guadua o madera dispuestas en forma de muro a fin de ayudar a formar terrazas para estabilizar taludes que han sufrido procesos de deslizamientos o en donde hay procesos de cárcavas. En estos casos su finalidad es estabilizar el terreno para ayudar a que la vegetación se establezca nuevamente y acabe de estabilizar el talud de forma permanente por el amarre de raíces. También se utilizan para disipar la energía cinética del agua de escorrentía, de acequias, quebradas y ríos, en donde la fuerza del agua provoca socavamiento de los cauces y bordes.

Muchos de los trinchos construidos para estabilizar taludes terminan por colapsar a causa del mal anclaje en profundidad y un exceso de altura en superficie. Realmente el amarre que debe hacerse es por debajo del nivel del suelo y los anclajes deben trabajarse sobre el horizonte B del suelo que es el horizonte firme. En caso de existir horizontes endurecidos, hardpan o esquistos, es necesario perforar el horizonte hasta encontrar suelo firme en donde anclar las obras. Es decir que debe excavarse en zanjas a una profundidad de por lo menos 1,4 a 2 metros. Sobre el fondo de esa zanja, se clavan los postes verticales de sostén, que deben quedar anclados como mínimo 1,2 metro por debajo del nivel inferior de la zanja. En superficie estas estructuras no deben ser mayores de 50 centímetros, Incluso pueden quedar totalmente enterradas. Cuanto mayor es la pendiente y la profundidad a la que se encuentra el suelo firme, mayor será la profundidad de anclaje. En terreno de pendiente leve los trinchos pueden tener un anclaje de 50 a 70 cm. Pero en pendiente fuerte y terreno inestable la profundidad de anclaje puede llegar a ser de 2,5 metros. Cuando se utiliza guadua verde, las guaduas más profundas al quedar enterrada y en contacto con la humedad del suelo, limos y arcillas, se va petrificando hasta formar en el tiempo una estructura mineral debido a que los finos del suelo empiezan a invadir los microporos vegetales hasta fosilizar la estructura por completo. Las guaduas más superficiales y las estacas de nacedero y matarratón, pueden rebrotar dando origen a un guadual que amarrará el terreno de forma natural. Dependiendo de la pendiente del terreno, será el distanciamiento entre trinchos, el cual se calcula según la ecuación:

Es decir, que cada 80 cm será necesario colocar un trincho. Como puede resultar antieconómico, se construyen a 80 cm en las zonas más inestables y en el resto del área se hacen a una distancia mayor, cuidando de chequear en las temporadas de lluvia y reforzando en los sitios en donde se sigan presentando surcos. No existen formulas infalibles y en el cálculo de este tipo de obras cuenta mucho el sentido común y la experiencia en campo de quien las dirige. La figura 128 ilustra las especificaciones de trinchos para estabilización de taludes y cárcavas:

Obras ejecutadas por CIPAV bajo la dirección del Dr. Horacio Rivera P. 2006.

Según sea el proceso que se pretende estabilizar, puede o no ser necesario, dejar un vertedero en el centro del trincho. Si se pretende estabilizar una cárcava en un clima más bien seco donde el régimen de lluvia es unimodal y no hay escurrimiento permanente de agua, los trinchos se construyen sin vertedero , pues su función es formar con el tiempo , terrazas de estabilización. Por el contrario, cuando es necesario disipar la energía cinética del agua que corre por un cauce permanente o semipermanente, bien sea este una cuneta de desagüe, un filtro, una cárcava, o una quebrada, entonces se construyen trinchos con vertedero pues lo que se busca es evacuar el agua sin que se cause erosión. La función del vertedero es evitar el socavamiento lateral para que el trincho no pierda estabilidad. Sin embargo, en muchas ocasiones, resulta mejor hacer un trincho plano bien anclado lateralmente (1 a 1,2 mt de anclaje lateral) ,que hacer el vertedero. En la parte baja en donde cae el chorro del vertedero, es importante colocar piedras que disipen el golpe del agua al caer y así evitar socavamiento.

Cuando se trata de procesos que apenas comienzan a evidenciarse con la formación de surcos, se pueden manejar con la construcción de Disipadores simples de energía.

Consisten en sembrar estacas verdes de nacedero o arboloco, en surcos, acostadas a través de la pendiente del terreno y reforzadas en cada uno de sus extremos con estacas vivas del mismo material de 0,70 m. de longitud y 3,5 centímetros de diámetro, clavadas verticalmente. (Rivera 2001; Rivera 2002). En este caso se busca un rápido rebrote de las estacas y amarre por raíces. Estos disipadores también se construyen en el fondo de cárcavas para estabilizar la base de estas y frenar el proceso de socavamiento.