comentario del monasterio del escorial

Comentario del Monasterio del Escorial. 1. Introducción: San Lorenzo del Escorial , fue ideado en la segunda mitad del

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Comentario del Monasterio del Escorial.

1. Introducción: San Lorenzo del Escorial , fue ideado en la segunda mitad del siglo XVI por el rey Felipe II y su arquitecto fue Juan Bautista de Toledo, aunque posteriormente intervinieron Juan de Herrera, Juan de Minjares, Giovanni Battista Castello El Bergamasco y Francisco de Mora. Es un complejo de palacio, basílica y monasterio construido entre 1563 y 1584. Es una de las más singulares arquitecturas renacentistas de España y de Europa. Está situado en San Lorenzo de El Escorial, Madrid. Es la obra cumbre de la arquitectura clasicista española de la segunda mitad del siglo XVI y probablemente la mayor aportación original española a la historia de la arquitectura. Fue considerado, desde finales del siglo XVI, la Octava Maravilla del Mundo, tanto por su tamaño y complejidad funcional como por su

enorme

valor

simbólico.

Su

arquitectura

marcó

el

paso

del plateresco renacentista al clasicismo desornamentado.

2. Descripción del edificio (análisis formal): El material utilizado en la construcción fue el granito, material muy abundante en la zona.

La planta del monasterio es un rectángulo. En cada uno de sus ángulos se alza una torre cubierta por un chapitel puntiagudo de pizarra. Sobre la torre una bola de metal, una veleta y una cruz. La planta adopta la forma de una parrilla. Las cubiertas se cubren a doble aguas con ventanas y chimeneas. Cuenta con cuatro fachadas la norte, este, oeste y sur. En el centro del monasterio se alza la Iglesia o Basílica, alrededor de la cual giran las dependencias más importantes del conjunto. Delante de la iglesia se alza el conocido como Patio de los Reyes, gran espacio descubierto que junto con la iglesia articula a derecha y a izquierda todos los elementos básicos del monasterio. Las fachadas norte y oeste, las más imponentes y las más visibles se alzan una gran explanada, mientras que en las fachadas este y sur se abren a zonas ajardinadas. Las principales secciones en que se puede dividir el Real sitio son: La biblioteca, Salas Capitulares, Panteones de Infantes, Panteones Reales, La Sacristía, El Coro, La Basílica, El Palacio de Felipe II, La Cripta, Relicarios, Conventos, La escalera principal, Sala de las batallas, museo de arquitectura y los Jardines de los frailes.

La Basílica ocupa la parte central de todo el conjunto arquitectónico del Monasterio, y en torno a ella se articulan las demás dependencias. Es una obra maestra de la arquitectura española del Renacimiento. La Basílica con planta de cruz griega, forma un cuadrado de 50 metros de lado y está dividida por tres naves cubiertas con bóveda de cañón, separadas por cuatro enormes pilares dóricos de 8 metros de lado cada uno y decorados con dos de pilastras dóricas; sobre ellos se levanta el granítico cimborrio circular de 17 metros de diámetro, 92 metros de altura e inspirada en la cúpula del Vaticano, con tambor sobre pechinas y ocho grandes ventanales. Un gran pasadizo recorre el perímetro interior a considerable altura desde donde se puede dominar la extensión y magnificencia de la nave central, la maravilla del altar mayor y los detalles de las pinturas de las bóvedas. La Basílica está realizada en sillería de granito, el pavimento es de mármol blanco y gris. Además del altar mayor, cuenta la Basílica con otros cuarenta altares menores para la celebración eucarística. Los Frescos que decoran la

Iglesia son de Lucas Jordán y Luca Cambiasso, pintados en época de Carlos II. El Retablo del Altar Mayor tiene cuatro cuerpos, el primero dórico, el segundo jónico, el tercero corintio y el cuarto cuerpo es de orden compuesto. Las quince estatuas de bronce que lo adornan son de los Leoni, padre e hijo, y los mármoles de Juan Bautista Comane y Pedro Castello. En el Crucero de la Iglesia hay dos órganos, construidos por Maese Gil Brevost y restaurados en 1963.

La fachada de la basílica: Al estar la Basílica rodeada por otros cuerpos de edificación del complejo monástico, solamente queda visible la fachada occidental. Se diferencian dos niveles que se corresponden con los dos órdenes superpuestos de que consta. El superior

no presenta ningún

elemento formal destacable, salvo el sencillo frontón. El inferior, en cambio, es saliente y queda constituido por un pórtico tetrástilo de orden toscano, en cuyos tres intercolumnios se abren otros tantos huecos bajo arco de medio punto. Son seis las semicolumnas que lo forman, pues las de los extremos son dobles. En correspondencia con cada una de tales columnas se alzan sobre el entablamento seis pedestales que soportan las efigies en mármol de aquellos reyes de Judá que de alguna manera se relacionaron con el Templo de Salomón. En el centro, como protagonistas, se encuentran las tallas de David y Salomón.

La fachada principal: Se caracteriza por su clasicismo, por su respeto del orden de las medidas. Se diferencian dos cuerpos, en el inferior vemos una puerta adintelada con entablamento, vemos ocho columnas de orden gigante cuatro a cada lado de la puerta. Entre los intercolumnios diversas hornacinas vacías y ventanas algunas de ellas cegadas. Separando el piso inferior del superior, tenemos una línea de entablamento. En el superior hay cuatro columnas de orden gigante sobre plinto respetan la línea vertical de las columnas del nivel inferior. Vemos también el escudo real de Felipe II y por encima la imagen de San Lorenzo en una hornacina. Esta coronado por un frontón triangular con decoración típica herreriana en sus vértices. Encontramos a cada lado del segundo piso, cuatro picos sobre plinto rematados en esferas, respetando la línea vertical de las columnas del nivel inferior. Se aprecia equilibrio entre la verticalidad y la horizontalidad. La fachada principal mira al Oeste.

Contexto Histórico: El siglo XVI es la época del encumbramiento de España como gran potencia mundial. El comienzo de la explotación de las colonias americanas y la extensión de los territorios europeos aportados por la casa de los Austria a la corona, así como la participación de ésta en los conflictos políticos y religiosos europeos y las consiguientes intervenciones militares harán que, como hemos dicho, España sea la gran potencia del momento. Esto influirá en el desarrollo del arte, ya que el florecimiento económico y político conllevará la aparición de gran cantidad de encargos La implantación del Renacimiento en España resultó compleja por la gran popularidad del estilo gótico, y se produjo a través del repertorio decorativo. Las primeras obras se realizan dentro del territorio castellano en el llamado estilo plateresco (fachada de la Universidad de Salamanca 1529), y es muy difícil hablar de un clasicismo pleno por los artistas locales. La implantación parece producirse definitivamente con el manierismo, y da lugar a manifestaciones de estilo purista o herreriano como El Escorial. Como rasgos característicos de este Renacimiento español debemos señalar:

     

Importación de artistas italianos para hacer obras capitales. Formación de los artistas españoles en Italia. Influencia de la tradición gótica. Mecenazgo eclesiástico, en relación clara con la Contrarreforma emprendida por Carlos I. Expresionismo. Gusto por la decoración.

El Escorial (1563-1582) queda clasificado como una obra manierista, que marca el paso al estilo más clasicista y contrarreformista del Renacimiento español. Su realización es deseo de Felipe II. El desarrollo de este estilo herreriano en arquitectura será fundamental para el primer barroco español.

Valoración Crítica: Se puede decir que El Escorial ha buscado ante todo resaltar lo grandioso y la monumentalidad gracias al predominio de la masa, la sobrevaloración de las líneas constructivas y el riguroso plan geométrico. El éxito del monasterio fue tan grande que algunos de sus elementos, como los chapiteles que coronan las torres, los tejados inclinados (ambos cubiertos de pizarra y de origen flamenco ) y las bolas de granito, se convirtieron en un elemento tradicional de la arquitectura castellana hasta bien entrado el siglo XVII, en pleno auge del Barroco. El edificio se identificó tanto con la idea de un Imperio español y católico. El Escorial podría considerársele la culminación de la asimilación por la arquitectura española de los más puros presupuestos renacentistas El Escorial es ante todo un vehículo de propaganda, de exaltación del poder que se halla más allá de la comprensión humana, el poder sobrenatural.

Elena Martín 2ºBCS