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UNIVERSIDAD DE CNCEPCIÓN FACULTAD DE HUMANIDADES Y ARTE DEPARTAMENTO DE ESPAÑOL PEDAGOGÍA EN ESPAÑOL CUENTO HISPANOAMERICANO CONTEMPORÁNEO PROF. CECILIA RUBIO RUBIO MABEL IMILÁN OJEDA

Comentario cuento: “Menos Julia” En la asignatura Cuentos Hispanoamericanos Contemporáneo, hemos analizado a varios autores y algunas de sus obras y las grandes líneas dentro de las cuales se sitúan de acuerdo a las características

temáticas. El presente

trabajo de análisis y comentario tiene dos finalidades principales: una de ellas es ubicar el cuento dentro de una de las líneas abordadas por Oviedo en Antología crítica del cuento hispanoamericano y la otra, realizar un comentario a partir del texto de Barrenechea, referente a “La crisis del contrato mimético en los textos contemporáneos”. El cuento a analizar es “Menos Julia” de Felisberto Hernández, escritor uruguayo (1902-1964) cuyo cuento se encuentra inserto dentro de la obra Nadie encendía las lámparas publicada en el año 1947. Oviedo, dentro de su clasificación, establece cuatro líneas o tendencias a saber: la tradicional realista, la innovación, la gran síntesis y otras direcciones desde el boom. La obra de Felisberto Hernández a analizar se sitúa dentro de la innovación. Oviedo califica esta tendencia como una “propuesta de carácter aún más diverso, pero que coinciden en su sesgo experimental el elemento de extrañeza y el carácter radicalmente inventado de la materia narrativa” (1992: 20). Difiere absolutamente de la forma mimética de abordar los temas de la corriente realista. Esto se debe a que los escritores de la innovación consideran que el relato debe ser una creación ficticia emanada de la imaginación y sin estar sujeta

a un

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referente objetivo. Con esto se busca que el lector no se identifique con algo conocido, sino su perplejidad y asombro ante lo desconocido. En cuanto a Felisberto Hernández, este se caracteriza por incluir dentro de sus relatos temas como el recuerdo, la percepción sensorial (visual y auditiva, principalmente) y la ensoñación. En la obra de Felisberto no hay una acción que se concretice, solo expectativas

de que algo

eminente puede suceder estallando en un hecho

fantástico. Sin embargo, todo esto se diluye y “hay una inquietante tensión entre lo concreto y lo difuso, y frecuentemente una inversión de la función normal que los objetos cumplen (las sillas cobran vida, los seres humanos parecen muñecos), lo que suele crear el efecto, entre lo cómico y tristón, del cine mudo” (1992: 236) El mismo Felisberto citado en la obra de Oviedo, señala: “Tengo que buscar hechos que den lugar a la poesía, al misterio y que sobrepasen y confundan la explicación” (1992: 237). En “Menos Julia”, los personajes no viven conflictos importantes, más bien situaciones de mínima importancia como para generar una trama narrativa. Pero, al experimentar con elementos que causan alteración haciendo uso reiterativo y de elipsis de conclusión, tenemos una expectativa, una eminencia psíquica que altera totalmente todo y da la sensación que el amigo es raro o anda en cosas turbias. Por otro lado, los personajes que en ciertos aspectos son comunes, viven situaciones poco comunes (en este caso, el amigo del narrador vive con una enfermedad mental de la cual no desea deshacerse) y también interactúan con seres extraordinario (objetos que se personifican). Con respecto a “La crisis del contrato mimético en los textos contemporáneos” de Ana María Barrenechea, cabe mencionar ciertos aspectos. En primer lugar, hay que señalar que los cuentos tradicionales anteriores a 1920, cuyo mayor representante fue Horacio Quiroga, siguen una tradición mimética, es decir, la imitación lineal de una realidad exterior, tal como lo concibió el realismo decimonónico: la novela como un espejo que refleja fielmente la realidad.

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En segundo lugar, en el artículo se plantea el cambio en la estructura novelesca. Dichos cambios, según ella, se pueden ubicar en un aspecto que tiene dos polos definidos: “Ante la crisis del contrato mimético, los escritores pueden inclinarse

hacía

una

antirreferencialidad

o

bien

decidirse

por

una

suprarrefencialidad que, cuestionando la mimesis novecentista y la confianza que su realismo tenía en las relaciones lenguaje-literatura-mundo, no abandona el diálogo con el referente sino que lo realza hasta exasperarlo.” (1982: 381) Barrenechea plantea dos posibles relaciones entre la sociedad y la obra escrita. Una opción establece que toda obra se verá modificada por cambios que se dan en la industria del libro ya sea por su producción, comercialización y distribución de estos, ya que estos factores influirían en cómo el autor entiende su rol y el de su obra en la sociedad. En el segundo tipo de relación, Barrenechea afirma que “la quiebra de los códigos y la articulación de nuevos códigos en el arte contemporáneo es paralela a la revolución de la física actual (…), todo lo cual modifica la concepción hombrenaturaleza.” (1982: 377) En el caso de “Menos Julia”, se relatan acontecimientos que podrían explicarse perfectamente por las leyes de la razón , pero el autor hace que de una u otra manera estos sean increíbles, extraordinarios, chocantes, singulares inquietante e

insólitos, provocando en el lector una reacción semejante a los

cuentos fantásticos. En este relato, el amigo del narrador es extraño, tiene una rareza chocante e insólita, pero aun así le permite convivir en un mundo de normalidad cotidiana. Este cuento presenta una crisis del

contrato mimético

porque: Referente a las relaciones extratextuales, en esta obra, Felisberto Hernández anula el referente y se autoabastece, pues el tiempo del cuento es en pasado y reconstruye ese yo en pasado para rememorar la historia de su amigo. Sin embargo, en el transcurso del relato hace alusión a diferentes animales (caballo, sapos) y elementos humildes, como casa antigua. Dentro del túnel se 3

lleva a cabo un verdadero festín sensorial por medio del tacto, lo cual se relaciona a su profesión de pianista. En general, hay una utilización de elementos velados que intencionalmente son utilizados para ocultar ese referente autobiográfico que se autoabastece en estos elementos y situaciones en las que el túnel es

la

homologación de la mente, de los recuerdos de ese yo que a veces toma el lugar de su amigo, del sapo, del pollo, del zapallo . En cuanto a las relaciones intratextuales, el relato no es una historia con un comienzo y final ya que no hay progresión, sino que prácticamente hay puro transcurso, lo cual da paso a un relato fragmentado. Se hace uso del pretérito con su particularidad de acción terminada en las primeras líneas (Ej: “una mañana del año pasado mi hija me pidió que”); es proceso transcurrido interrumpido a veces por un diálogo en presente. La comparación es también un recurso estilístico muy utilizado por Felisberto (Ej: “se le inflaban las mejillas como un clarinetista”; “aquella tumba era

como una heladera que imitaba graciosamente a un

sepulcro”). Recurre a esta particularidad para acentuar episodios de índole infantil, grotesco y humorístico. La disociación se da en diferentes modos y grados; como parte de ella aparecen el doble y la fragmentación del texto, haciendo uso de varias comparaciones y de elipsis de conclusión reiterativas en la primera parte del relato, lo que da la sensación de que algo eminente con respecto a la condición de su amigo será revelado. Esto sugiere algo erótico, sin embargo en Felisberto no es explícito. El carácter rememorativo con el que comienza el relato será reiterativo en el desarrollo de este, haciéndose evidente mediante la repetición exagerada del sustantivo “recuerdo” y del verbo “recordar”. Con respecto al nivel intertextual, en sus relatos Felisberto hace un diálogo recurrente con elementos de sus otras obras, como, por ejemplo, el caballo. En este cuento se hace alusión, de manera fugaz, a un caballo de palo con una pata quebrada mientras que en otros cuentos cumple un rol protagónico. También se nombran diversos animales. La utilización de ambientes oscuros como el túnel de este relato se asemeja al ambiente del comedor oscuro, el escenario en “Nadie encendía las lámparas”, el teatro en “El acomodador”: como el ambiente de un 4

cine. También utiliza bastantes personajes que sufren enfermedades extrañas como el amigo de “Menos Julia” y la dama de “El balcón”. A modo de conclusión, hay que señalar que Felisberto Hernández es un escritor que pertenece a la línea de los escritores de la innovación. Sin embargo, Oviedo señala que es un escritor que no se parece a nadie de los de su época, pues es un irregular que escapa a todo encasillamiento. Esta característica se evidencia claramente en “Menos Julia” que es una obra extraña donde abundan los personajes extraños que padecen enfermedades, psicosis, rarezas, que le dan el carácter tan particular a su obra, expresado en el comentario.

Bibliografía 

Barrenechea, Ana María. “La crisis del contrato mimético en textos contemporáneos”, Revista Iberoamericana, 118-119, enero-junio 1982, 377-381.



Laddaga, R. (2000). Literaturas indigentes y placeres bajos. España: Beatriz Viterbo Editora.



Oviedo, J. (1992). Antología crítica del cuento hispanoamericano del siglo XX. Madrid: Alianza editorial.

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