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COMENTARIOS A FRAGMENTOS DEL TRACTATUS LOGICO PHILOSOPHICUS DE LUDWIG WITTGENSTEIN. (Lucio Chávez Igor) INTRODUCCIÓN. Lu

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COMENTARIOS A FRAGMENTOS DEL TRACTATUS LOGICO PHILOSOPHICUS DE LUDWIG WITTGENSTEIN. (Lucio Chávez Igor) INTRODUCCIÓN. Ludwig Wittgenstein es considerado uno de los pensadores más influyentes del siglo pasado, su obra ha fundamentado el trabajo de variadas corrientes de pensamiento que incluyen ámbitos tan diversos como la filosofía, la ciencia, la psicología, la ética y la lingüística. El pensamiento filosófico de Wittgenstein suele dividirse en dos momentos, por un lado, el período que gira en torno a su primer trabajo importante, el Tractatus logico-philosophicus, que para el movimiento denominado Círculo de Viena y para el Wittgenstein motivó abandonar la reflexión filosófica, en la convicción de haber resuelto todos los problemas filosóficos. No obstante, Wittgenstein volvió enseñar y filosofar, pero con un espíritu muy diferente del que guió su período anterior. El corolario de esta etapa fueron sus conocidos apuntes de los Cuadernos Azul y Marrón, los cuales dieron lugar a las Investigaciones filosóficas, publicadas de manera póstuma en 1953. Estos dos trabajos son tan diferentes en su visión del lenguaje, con consecuencias filosóficas y epistemológicas tan disímiles que se tiende a hablar de un "primer Wittgenstein" o "Wittgenstein del Tractatus", y de un "segundo Wittgenstein" o "Wittgenstein de las Investigaciones". Los siguientes comentarios, se referirán a algunos fragmentos de la obra esencial del “primer Wittgenstein”; el Tractatus logico-philosophicus. En esta obra, el autor austríaco considera que la lógica suministra todas las estructuras de la relación lenguaje-realidad. En los siguientes breves comentarios al Tractatus se podrá apreciar la tesis del autor que señala que el lenguaje es una figura de la realidad, donde la proposición es una representación o modelo de la realidad.

Entre los aforismos se podrá

observar la intrínseca relación entre el lenguaje y el mundo, la cual se funda en una similitud estructural o forma lógica que garantizará la convicción más profunda del perfecto isomorfismo lógico entre el lenguaje-pensamiento y mundo, dejando en claro que los límites del pensamiento son los límites de la lógica y los límites del lenguaje son los límites del mundo, de lo demás, dirá el pensador, “de lo que no se puede hablar, mejor es callarse”. Los consiguientes comentarios se presentarán en función de los conceptos centrales que articulan el pensamiento inserto en el Tractatus, a saber, las nociones de Hechos, Estados de cosas, Objetos, Figuras, Pensamiento, Proposición y Nombres.

1.

HECHOS (1-1.21) En este capítulo, Wittgenstein pretende realizar una distinción entre la noción de HECHO y la de

OBJETO. Para esto, en sus dos primeras proposiciones1 establece explícitamente qué es y qué no es el mundo. El mundo, dice Wittgenstein, “es todo lo que acaece”, es decir, lo que acontece, lo que sucede; los hechos. Ahora bien, esta totalidad de hechos que configuran el mundo son los hechos fácticos son múltiples y distintos entre sí. Esto llevará a Wittgenstein a decir que el mundo se puede dividir en hechos2, no obstante esta posibilidad de división del mundo en hechos no es un asunto de la razón, sino que, es algo que ocurriría en la realidad.

El autor señala que cada hecho es único y distinto de otro y

la totalidad de hechos determinará cuales acaecen y cuales no acaecen3. Ahora bien, que un hecho pueda o no pueda suceder es algo que Wittgenstein aclara notablemente, pues dice que “los hechos en el espacio lógico son el mundo”. Destaca la expresión espacio lógico, siendo algo que merece cierta atención para ver qué es lo que se quiere decir con esto. En el texto se hace referencia a hecho usando nociones tales como: “estados de cosas”, “hecho atómico”, “complejo”, “lo figurado”, entre otros, mientras que para objeto usa nociones como “cosa”, “lo simple”, “sustancia”, “lo fijo” o lo “existente”. Para graficar qué entiende Wittgenstein como un hecho podríamos decir que un hecho es, por ejemplo, “este libro sobre la mesa”, “el color de los zapatos es negro” o “yo estoy leyendo este artículo”. De esos ejemplos se puede ver la distinción que hace Wittgenstein entre hecho y objeto. A grandes rasgos se puede decir que un hecho es una combinación de objetos (en un espacio lógico) y que un objeto es aquello al que le es propio ser parte de un hecho. Así tenemos que “este libro sobre la mesa” es un hecho y que “libro” y “mesa” son objetos que conforman este hecho. Pero volviendo a lo que se refería Wittgenstein con espacio lógico, los hechos se configuran de una manera lógica, de una manera determinada y es tarea de la lógica determinar cuales combinaciones son posibles en el mundo. Más tarde Wittgenstein señalará que los hechos que configuran el mundo, solo pueden tener una estructura; la lógica. Por esto, como dice H. O. Mounce: “Sócrates es gordo” es una combinación posible, mientras que “Gordura es Sócrates”, no lo es4. Los hechos no pueden combinarse de cualquier manera, sino que de ciertas maneras. Esto no significa que no posean múltiples posibilidades de combinación, sino que estas múltiples posibilidades son limitadas o determinadas. 1

Tractatus. 1. “El mundo es todo lo que acaece” y 1.1 “El mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas” Ibidém. 1.2 “El mundo se divide en hechos”. 3 Ibidém. 1.12 “Porque la totalidad de los hechos determina lo que acaece y también lo que no acaece” 4 H.O. Mounce. Introducción al Tractatus de Wittgenstein. Pág 34. 2

Lo anterior queda claramente resumirse en las palabras de Mounce: “El mundo, entonces es la totalidad de los hechos en el espacio lógico: o, también es la totalidad de estados de cosas, los cuales se componen de objetos que encajan entre sí de un determinado modo” 5 2.

ESTADOS DE COSAS. (2- 2.0141) La exposición que realiza Wittgenstein sobre el tema de la composición de los estados de cosas y

algunas características de lo que es un objeto es bastante clara en estas proposiciones, a pesar de la natural complejidad que implica el lenguaje aforístico usado. El filósofo parte señalando que: “Lo que acaece, el hecho, es la existencia de los hechos atómicos” y luego agrega que “el hecho es una combinación de objetos” (entidades, cosas). Ahora bien, a un objeto le es inherente entrar en un hecho atómico, puesto que en lógica nada es por contingente. Entonces, si la cosa entra en un hecho, luego debe pensarse que la posibilidad de ingreso ya debía estar en la naturaleza del objeto. Dicho de otro modo, la cosa está en un hecho atómico porque su naturaleza así se lo indicaba. Cada objeto posee posibilidades para entrar en un hecho atómico, pero como se expresó en el capítulo anterior, las posibilidades son limitadas. De esta forma un objeto no puede ingresar en cualquier hecho atómico, sino sólo en algunos. Conozco las posibilidades de ingreso a los hechos atómicos por parte de un objeto cuando conozco al objeto, pero solo cuando conozco sus propiedades internas6. La cosa se encuentra en un espacio de hechos atómicos posibles con lo cual se quiere decir que no se puede pensar la cosa sin un espacio vacío, sin embargo, puede pensarse la cosa en un espacio vacío. Wittgenstein es claro en esto y señala algunos ejemplos en la proposición 2.0131 “Una mancha en el campo visual puede no ser rosa, pero debe tener un color, por así decirlo, un espacio color en torno suyo. El tono de tener una altura, el objeto del tacto una dureza, etc.” Por último, si se dijo que las cosas poseían de antemano las posibilidades de entrar en los hechos atómicos, puede decirse, luego que: "Los objetos (la totalidad) contienen la posibilidad de todos los estados de cosas”. Pero como se ya ha dicho, esas posibilidades son limitadas, siendo aquello que limita al objeto y a su vez lo posibilita para entrar en los hechos atómicos determinados es su forma. La forma del objeto posibilita o imposibilita su pertenencia o no-pertenencia a los hechos atómicos. 3. OBJETOS (2.02- 2.063) 5 6

Ídem. Págs 34 –35. Proposición 2.01231.

La primera afirmación que realiza Wittgenstein en este punto es: “El objeto es simple”, diciendo, con esto que los objetos no son compuestos, no obstante, esto que parece evidente, hace es que su teoría quede con una espesa niebla de la cual se pueden afirmar dos cosas (o más) que hacen compleja su comprensión. Lo primero que se puede decir es que un objeto podría ser una mesa, una silla o un libro, tal como se ha supuesto hasta el momento; con todo, si se observa, tal como lo hizo J. Hartnack en su obra Wittgenstein y la filosofía contemporánea, en rigor, estas cosas no son simples, pues la mesa se compone de patas y una superficie y un libro se compone de páginas, tapas, etc; concluyendo que más bien son un compuesto, puesto que pueden descomponerse, incluso, ahora qué sea ese más es algo que Wittgenstein no aclara (y Hartnack tampoco) haciendo suponer que cuando habla Wittgenstein de cosas se está refiriendo a entidades tales como la mesa, la silla y el libro. Continuando, Wittgenstein sostiene que los objetos constituyen la sustancia del mundo. En este punto, Wittgenstein pareciera utilizar este concepto en el sentido metafísico-aristotélico, es decir, como algo al cual se le puede predicar un atributo. Agrega, además, que de no existir una sustancia del mundo no podríamos elaborar una figura de este. La sustancia (los objetos), debido a que son algo fijo, permite que podamos trazar una figura del mundo. Ahora bien, en el texto se sostiene que los objetos son distintos entre sí y que esa distinción proviene, únicamente, del hecho de ser únicos respecto de los demás entre sí. Si no fuesen distintos, no podríamos distinguirlos e implicaría que serían idénticos, quedando en juego el principio de identidad o de no-contradicción. A esto hay que sumar algo importante que señala el filósofo y es que los objetos existen indiferentes de lo que acaece, del hecho, ya que son fijos e independientes entre sí. Señala que porque hay objetos es que hay forma fija del mundo. En efecto, el objeto, lo fijo y lo existente son lo mismo, son uno, agregando, además, que es la configuración; el hecho, el que puede cambiar, pero no el objeto7. Como ya se dijo, la combinación determinada de los objetos forma el hecho atómico y es esta configuración determinada la que constituye la “estructura” del hecho atómico, siendo nuevamente la forma quien permite, ahora, la estructura del hecho. Otro asunto a comentar es la distinción que hace este autor entre “hecho positivo” y “hecho negativo”, la cual surge al sostener que la totalidad de los hechos existentes determina los hechos no existentes. Por tanto, y dicho esto, se puede afirmar con mayor precisión que la realidad o el mundo: “es la totalidad de los hechos existentes o positivos y los hechos no existentes o negativos”.

7

2.0141. “La forma del objeto es la posibilidad de entrar en los hechos atómicos”

En este capítulo se termina postulando que al igual que las cosas son independientes entre sí, los hechos también lo son y que, la existencia o no-existencia de un hecho, no se puede inferir la existencia o no-existencia de otro hecho. 4. FIGURAS (2.1- 2.225) Hasta el momento nos hemos referido a los elementos que conforman la realidad fáctica, es decir, los hechos y los objetos que los componen. Se ha dicho en qué consisten y cuáles son sus limitaciones. En este sentido, algo que se ha reiterado de los hechos es que son lo que acaece y que está constituido por una determinada combinación de objetos. También se ha señalado que los hechos atómicos poseían una estructura, la cual era otorgada por la forma de los objetos y su determinada y lógica combinación. Ahora bien, es en este apartado donde Wittgenstein postula su teoría pictórico-figurativa del lenguaje8. Sostiene que nos representamos los hechos (no las cosas), nos hacemos figuras de los hechos, o dicho de otra manera, las figuras representan un estado de cosas posibles en el espacio lógico, constituyendo al lenguaje como una figura de la realidad, de los hechos y no de las cosas. El lenguaje, la figura, es un modelo de la realidad, de allí que se hable de la concepción pictórica (proveniente del inglés, picture = imagen) del lenguaje en Wittgenstein. Ahora bien, de la figura se puede decir que se compone de elementos, los cuales, dirá Wittgenstein, son los nombres. La figura representa un estado de cosas posibles y los nombres o elementos de la figura representan o están por los objetos en el hecho atómico9. Los nombres están combinados en la figura de igual manera que los objetos en el hecho atómico, como en un espejo. Se habla de un isomorfismo entre lenguaje y realidad. Un ejemplo de figura escrita u oralmente expresado podría ser: “Ella está cerca”, por lo tanto, la figura también es un hecho, ya que la escritura o verbalización de un estado de cosas es un hecho, una combinación de objetos. Efectivamente, la combinación de los elementos de la figura de un modo determinado representa que, las cosas que representa se hallan, de igual manera, combinadas entre sí. A esta configuración de los elementos de la figura, Wittgenstein la llama estructura y la posibilidad de estructura o de estructurarse de tal o cual manera la llama su forma de figuración. El autor señala que la forma de figuración es: “la posibilidad de que las cosas se combinen unas respecto de otras como los elementos de la figura”, con lo cual se afirma que los hechos también poseerían una forma de figuración. 8 9

También llamada “Representacionista”. 2.131. “Los elementos de la figura están en la figura en lugar de los objetos”

De esta manera, la figura llega al hecho, a la realidad, puesto que es un modelo perfecto o exacto de ella (de la realidad). Entre la figura y el hecho existe, y debe existir, una relación figurativa que consiste en la coordinación de los elementos de la figura (los nombres) y las cosas en sus correspondientes combinaciones. Cabe señalar que en este apartado se advierte que para que la figura sea realmente representación de los hechos debe tener algo en común con estos, algo idéntico. Esto idéntico entre la figura y lo figurado (el hecho) es la mencionada forma de figuración. Empero, pese a que la figura puede “figurar lo figurado”, no puede figurar su propia forma de figuración, sino que únicamente puede mostrarla, es decir, representa lo figurado desde su propio ángulo o punto de vista. Wittgenstein señala que lo común entre la figura y lo figurado era la forma de figuración, ahora añade que esta forma de figuración es una forma lógica, es decir, la forma de la realidad. Señala: “Si la forma de la realidad es la forma lógica, entonces a la figura se la llama lógica”10. Por esto, toda figura es figura lógica. La figura representa un estado de cosas posible en el espacio lógico, constituye una posibilidad de la existencia o no-existencia de los hechos atómicos. Con esto, al igual que los objetos contienen la posibilidad de todos los estados de cosas, la figura contiene la posibilidad del estado de cosas que figura. En este punto se indica que la figura puede ser verdadera o falsa, concuerda o no con la realidad, respectivamente; de aquí se sigue que para saber si la figura es verdadera o falsa es necesario compararla con la realidad que dice figurar. Por lo tanto, no se puede saber a priori si la figura es verdadera o falsa, es más, agrega el filósofo, no hay figura verdadera a priori. Por último, la figura sólo representa su sentido. 5. PENSAMIENTO (3-3.13) Este es un capítulo breve, pero que ha provocado múltiples interpretaciones debido a la ambigüedad de sus proposiciones. Resumiendo, lo último que se dijo fue que no había figura verdadera a priori y que la figura representaba un estado de cosas posibles. También se expuso que lo común entre la figura y los hechos era su forma de figuración, la cual era lógica. Wittgenstein supone que la realidad (los hechos), la figura y el pensamiento poseen una estructura lógica común, es decir, poseen cierto campo y a la vez ciertas limitaciones, pero que configura a los tres como niveles distintos, pero con una misma estructura. Sostiene que el pensamiento es figura lógica de los hechos, de lo que se sigue que cualquier estado de cosas es pensable, es decir, podemos hacer una

10

Proposición 2.181

figura, representación o imagen de ellos (los hechos). De este modo, el pensamiento es una figura de la realidad, al igual que la figura (lenguaje y proposiciones) es figura de los hechos. Si consideramos la noción de espacio lógico revisada al principio debemos agregar que, al igual que los objetos contienen la posibilidad de los estados de cosas y la figura contiene la posibilidad de estados de cosas que representa, el pensamiento contiene la posibilidad de estado de cosas que piensa. 11 Según el texto, la lógica se mueve en el ámbito de lo posible en un estructura de pensamiento que también es lógica. De esta forma: “un pensamiento es tan solo cuando se tiene la estructura lógica de una proposición o figura”.

12

Por esto Wittgenstein sostendrá que: “lo que es pensable es también posible”.

El filósofo postula que no podemos pensar nada ilógico, nada que contradiga las leyes de la lógica porque para eso deberíamos ya pensar ilógicamente, argumentando que Dios pudo crear todo menos algo que fuese contrario a la lógica. En esta dirección, así como no hay figura lógica verdadera a priori, tampoco existe pensamiento verdadero a priori, puesto que su verdad ya estaría, en tanto posibilidad, determinando su verdad, además, no requeriría algo en donde contrastarlo (la realidad), siendo esta posibilidad negada en el Tractatus. El pensamiento es figura de la realidad, postulándose ahora que la proposición es la expresión sensible de aquel, ya sean sonidos o signos escritos, etc. La proposición es un signo sensible en el que proyectamos un estado de cosas posibles. De este modo, es el pensamiento el que proyecta el sentido de la figura. La proposición, dice Wittgenstein, es un signo proposicional, es decir, un signo en relación proyectiva con el mundo. Sin embargo, a la proposición sólo le pertenece la posibilidad de lo proyectado, el hecho; pero no lo proyectado mismo. Dicho de otra forma, la proposición no contiene su sentido, sino sólo su posibilidad de expresarlo. Wittgenstein sostiene que: “en la proposición está contenida la forma de su sentido, pero no de su contenido, es decir, su significado”. 6. PROPOSICION Y NOMBRE (3.14-3.313) Este capítulo es una continuación del anterior, siendo aquí donde se aprecian de mejor manera las relaciones entre la proposición y el nombre, además de señalar las características de ambos y mostrar la relación entre figura y realidad. Wittgenstein sostiene que la proposición es un conjunto de elementos combinados entre sí de forma determinada, suponiendo con esto que la proposición es la representación de un hecho. Agrega que la proposición no es cualquier combinación de palabras, pues sólo la proposición señala un sentido y que 11 12

Ver proposiciones 2.014, 2.203 y 3.02 H.O. Mounce. Introducción al Tractatus. Pág 161.

los nombres no pueden hacer lo mismo. No se pueden nombrar los hechos, sólo se pueden describir. Usando un ejemplo claro para mostrar cómo se comportan los nombres y la proposición con la realidad, indica que el nombre se puede graficar como un punto y que la proposición como una fecha. Wittgenstein llamó a los nombres signos simples y a la proposición la llamó completamente analizada. Señala que el nombre tiene por significado a la cosa, la cosa es su significado. Por ende, si la proposición muestra determinada combinación de elementos es porque en la realidad debe ocurre así. Los objetos sólo pueden ser nombrados a través de los nombres, no expresados; por esto la proposición sólo puede decir cómo es una cosa, pero no qué es una cosa. Esto se relaciona con el hecho de que la proposición sólo puede describir un hecho. Algo de suma importancia que indica Wittgenstein es que la proposición o figura que nos hacemos de un hecho o realidad puede ser verdadera o falsa, pues la realidad descrita puede existir o no existir, sin embargo, jamás puede decirse que una proposición fáctica (sobre un hecho) es un sin sentido, porque esto implica atravesar los límites del lenguaje fáctico 13. Lo sin sentido, arguye, es parte de la ética o la estética, lo místico, no de lo lógico, positivo y pensable. Sostiene que un nombre no puede ser definido porque es un signo primitivo, pero en cambio, una proposición puede ser perfectamente definida y se realiza por medio de los mismos signos primitivos 14 Para finalizar, Wittgenstein apunta en un aforismo que lo expresado en una proposición y, por lo tanto, en el lenguaje se “expresa de un modo determinado y claramente especificable”, queriendo sostener con esto que todo lo dicho en el lenguaje puede decirse claramente, pero: “de lo que no se puede hablar, mejor es callarse”15.

BIBLIOGRAFÍA. 1.

13

TRACTATUS LOGICO PHILOSOPHICUS. Ludwig Wittgenstein. Alianza Editorial. 1984.

Proposición 3.24 Wittgenstein no es claro al establecer cuál es la definición a la que se refiere. Tal vez se debiera suponer la definición aristotélica 15 Proposición 7. 14

2.

WITTGENSTEIN Y LA FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA. Justus Hartnack. Ariel 1972.

3.

INTRODUCCIÓN AL TRACTATUS DE WITTGENSTEIN. H.O. Mounce. Tecnos 1983.