Ciro Alegria

CIRO ALEGRIA Y LA REIVINDICACIÓN DEL INDIO ORIGINARIO ALUMNO: JOSE ALEJANDRO ESPINOZA SÁNCHEZ CURSO: COMUNICACIÓN PR

Views 555 Downloads 61 File size 281KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

CIRO ALEGRIA Y LA REIVINDICACIÓN DEL INDIO ORIGINARIO ALUMNO:

JOSE ALEJANDRO ESPINOZA SÁNCHEZ

CURSO:

COMUNICACIÓN

PROFESORA:

DIANA BENITES GOICOCHEA

GRADO:



COLEGIO:

MAX LUDWIG PLANCK TRUJILLO – PERÚ 2012

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo tiene por finalidad dar a conocer la trayectoria de un escritor peruano como lo es Ciro Alegría Bazán, quien forma parte de un movimiento que se extendió durante las primeras décadas del Siglo XX, la novela indigenista. En Literatura fue reflejo de movimientos sociales reivindicatorios en respuesta a las clases criollas que cometían los despojos de tierras nativas. De esa forma, como una respuesta a los movimientos reivindicatorios se comenzaron a crear obras cuyo tema principal era la denuncia y la reivindicación del indio originario de Latinoamérica. Por tal motivo, resulta interesante conocer un poco sobre la vida y obras de Ciro Alegría Bazán. BIOGRAFÍA Ciro Alegría Bazán, escritor, periodista y político, nació en Sartimbamba, La Libertad el 4 de Noviembre de 1909 y murió en Chaclaclayo el 17 de Febrero de 1967. Junto con José María Arguedas conforma el par representativo por antonomasia de la narrativa indigenista peruana. Ciro Alegría fue hijo de terratenientes blancos y acaudalados, no obstante lo cual, él se consideraba igual a los indios y cholos con quienes convivió los primeros años de su vida, pues trabajaban en los vastos latifundios de propiedad de su familia. En 1917 a la edad de 6 años, el abuelo lo separó de sus padres y lo envió a casa de su abuela paterna Elena Lynch de Alegría en Trujillo para estudiar el primer año de primaria en el Colegio San Juan, donde su primer maestro fue nada menos que el poeta César Vallejo, quien le enseñó a leer y escribir. En 1920 volvió a la sierra a casa de su tío Gerardo Falcón a restablecerse del paludismo y donde siguió sus estudios en el Instituto Moderno de Cajabamba. En 1923 se trasladó a la Hacienda Marcabal Grande, donde se dedicó a las labores agrarias, junto con los peones. Allí aprendió las costumbres y modos de vivir de los comuneros. En 1924 su padre lo envió a Trujillo nuevamente, para estudiar secundaria en el Colegio San Juan. Allí escribió sus primeros relatos y poemas animado por su madre que tuvo gran ascendiente en su vocación literaria, ella escuchaba con atención sus primeras lecturas, prodigando afectuosos y acertados comentarios.

Las vacaciones de 1925 las pasó en casa de su tío Constante Bazán Lynch, en la Hacienda Galindo cerca de Trujillo. Allí comprobó cómo transcurría la vida en una Hacienda de caña de azúcar. Su madre falleció en 1926, tras una penosa enfermedad. A mediados de ese año se fugó a Lima con un compañero de colegio de apellido Rojas, quien inventó un acumulador y proyectaba comercializarlo. Pero no coronó su empresa y volvió a Trujillo en tanto Ciro decidió quedarse en Lima, con el afán de publicar un artículo y algunos cuentos. Pero también fracasó y no logró trabajar; carente de dinero, se vio obligado a dormir en las bancas del zoológico, a la intemperie. Ciro volvió a Trujillo convencido por un tío suyo que lo encontró y reingresó al colegio para continuar el tercer año de secundaria, aprobando los exámenes finales, pese al tiempo perdido. En 1927, ya en cuarto de secundaria, fue nombrado director de Tribuna sanjuanista, un periódico escolar. La publicación llamó la atención de Antenor Orrego, director del Diario El Norte de Trujillo, Ciro fue citado para trabajar como periodista con Orrego, cargo que desempeñó entre enero y marzo de 1928, durante las vacaciones escolares. Trabajó con algunos éxitos de reportero policial y tuvo la ocasión de publicar por primera vez sus versos, de estilo vanguardista. En 1930 renunció a El Norte e integró la plana de redacción de La Industria de Trujillo, pues había tenido desavenencias con Orrego. Asimismo, ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de Trujillo. A fines del año con otros estudiantes protagonizó un movimiento de reforma universitaria el mismo que fracasó y fue expulsado de la casa de estudios al igual que sus compañeros.

LABOR POLÍTICA A inicios de 1931 se unió al Partido Aprista, como miembro del Comité Ejecutivo en Trujillo. Se dedicó a tareas de propaganda política y posteriormente integró la oposición a la dictadura de Luis Sánchez Cerro. Fue apresado en diciembre permaneciendo en la cárcel de Trujillo hasta el 7 de Julio de año siguiente, fecha en que lo liberó la revolución de Trujillo. Participó en la asonada que fue brutalmente reprimida por las fuerzas leales a Sánchez Cerro. Escapó hacia el norte y luego de burlar a la policía durante meses, fue capturado en la provincia de Celendín. Fue conducido a Trujillo, donde el tribunal que juzgaba a los rebeldes ya lo había condenado en ausencia, a diez años de cárcel. Sufrió tortura y fue confinado en la Penitenciaría de Lima. El nuevo gobierno del general Óscar R. Benavides lo liberó a través de una ley de amnistía para los presos sin proceso y los que continuaban encausados. Como ya había sido sentenciado, aparentemente no le beneficiaba la amnistía, pero un jurista descubrió un decreto que consideraba ilegales las condenas en ausencia. Ciro quedaba como enjuiciado y le correspondía entonces la absolución. Abandonó la prisión en octubre de 1933.

Inmediatamente ingresó como redactor del diario aprista La Tribuna de Lima, redactando crónicas, reportajes y eventualmente la «Sección Barricada». En diciembre de 1934 fue desterrado a Chile como consecuencia de su participación en el «complot de El Agustino» (tentativa sediciosa del Apra en Lima). En 1935 se unió en matrimonio con su tía Rosalía Amézquita. Por aquellos días comenzó a trabajar su primera novela: La serpiente de oro, a partir de su cuento “El Marañón”, novela con la cual ganó el concurso literario de la Editorial Nascimento en el vecino país del que era residente. En 1936 fue distinguido como integrante del directorio de la Sociedad de Escritores de Chile y empezó a laborar en la Editorial Ercilla, corrigiendo originales. Asimismo tradujo obras de Stefan Zweig e llya Ehrenburg, para la Editorial Zig-Zag. A causa de su azarosa vida como convicto y perseguido político, a fines de 1936 enfermó de tuberculosis pulmonar. Se confinó en el sanatorio de San José de Maipo donde permaneció dos años. Al salir del sanatorio le aplicaron un neumotorax que le produjo una burbuja de aire que a su vez le causó una embolia cerebral, produciéndose una parálisis temporal de la mitad de su cuerpo. Los perros hambrientos, segunda de sus novelas, fue escrita durante su recuperación y a manera de terapia, faena que le demandó un mes, tras el cual la presentó al concurso que organizó la Editorial Zig-Zag, logrando el segundo puesto de un total de 62 obras presentadas, siendo muy cuestionado el fallo del jurado. Los perros hambrientos se publicó en agosto de 1939. En 1941 su novela El mundo es ancho y ajeno, ganó el Concurso Latinoamericano de Novela, convocado por la célebre Editorial Farrar & Rinehart y auspiciado por la Unión Panamericana de Washington en Estados Unidos. El Día de las Américas, el 14 de abril de 1941 viajó invitado a Nueva York para recibir el premio, durante un banquete que se le brindó en el Hotel Waldorf Astoria. El 19 de abril de 1941, participó en la Conferencia Interamericana de Escritores en Puerto Rico acompañado del ensayista venezolano Mariano Picón Salas. Posteriormente concurrió al Congreso de Escritores Americanos de Washington, donde conoció al escritor norteamericano Waldo Frank, con quien mantuvo una gran amistad desde entonces. En octubre de 1941 se editó la traducción al inglés de El mundo es ancho y ajeno (Broad and alien is the world) y fue colocado en el cuarto lugar de ventas por la prensa. En 1942, después del ataque a Pearl Harbor y por causa de la guerra se le impidió volver a Chile, por lo que tuvo que trabajar unos meses en Selecciones del Reader's Digest, ocupando además en Washington un puesto en la sección de prensa de )a oficina de propaganda de guerra de los Estados Unidos en América Latina. En 1943 fue trasladado a la sede de la oficina en Nueva York, donde trabajó en la sección de Radio, y ocasionalmente, en la de Prensa. Durante 1945 trabajó de traductor en la Metro-Goldwyn-Mayer. Se divorció de mutuo acuerdo de Rosalía Amézquita. Don Federico de Onís lo llamó para dictar en la Universidad de Columbia un curso sobre la novela

hispanoamericana. Y en 1946 Gabriela Mistral lo invitó desde San Francisco visita que le sirvió para su libro postumo Gabriela Mistral íntima. En 1948 fue operado de la vesícula pues le recrudeció una antigua enfermedad hepática contraída en la Penitenciaría de Lima. Ese año se separó inapelable y abiertamente del partido aprista, explicando en El Diario de Nueva York su actitud mediante declaraciones y artículos. Colaboró también en La Prensa de la misma ciudad y en revistas en inglés como Red-Book, Encoré, Free Woorld, The Nation y otras. En 1949 dictó cursos sobre Literatura Hispanoamericana y Técnica de la Novela durante cuatro años en la universidad de Puerto Rico, y un curso sobre Problemas Contemporáneos en la Facultad de Pedagogía. Colaboró también en el diario El Mundo de San Juan de Puerto Rico y la revista Asonante. En 1950 presentó un trabajo sobre “El Personaje de la Novela Hispanoamericana” al Congreso de Literatura ibero-americana en Albuquerque, Nuevo México. Se publicó en las Memorias del Congreso. En 1953 junto con más de un centenar de escritores de Europa y América fue invitado al Congreso de Escritores Martianos en La Habana. Allí fue nombrado vicepresidente de la Segunda Comisión, cuya tarea consistía en examinar los temas literarios y artísticos. Se estableció en Cuba y se dedicó a su labor de escritor y periodista, que incluía colaboraciones a la distancia con la revista Letras Peruanas al par que trabajaba en cuatro proyectos de novela. En 1956 la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba lo invitó a dictar una cátedra sobre técnica de la novela, y aceptó escribir la historia de la Casa Bacardi, fabricantes del afamado ron. Se publicó en 1959 bajo el título Cien años de vida productiva. En mayo de 1957 contrajo matrimonio con la poetisa cubana Dora Varona Gil a quien conoció un año antes y quien lo acompañó por Estados Unidos, México, Puerto Rico, Santo Domingo y Jamaica. Ese mismo año fue invitado al Festival del Libro Peruano, organizado por los editores Juan Mejía Baca, P. L. Villanueva y Manuel Scorza. Llegó al Perú el 4 de diciembre de 1957 después de una prolongada separación de 23 años, regreso que se había frustrado varias veces por culpa de dictaduras y gobiernos oligárquicos que le vetaron su derecho a vivir en su país. El recibimiento fue multitudinario, lo que le abrumó debido a su habitual timidez. Su obra alcanzó una difusión popular con el Festival del Libro Peruano, al que concurrieron escritores amigos como Pablo Neruda, Jorge Icaza y Enrique López Albújar. Viajó por todo el Perú con su esposa Dora Varona dictando conferencias en universidades y centros culturales. La Universidad de Trujillo lo distinguió como doctor honoris causa. Regresó a Cuba pero siempre pensando retornar al Perú. En la isla terminó su libro sobre la Casa Bacardi, por el cual recibió un buen pago. Vivía con Dora en el pueblo de San Vicente, Dos Bocas, Oriente, en una casa de campo de su cuñado, Desde febrero de 1958 colaboró continuamente

en el diario El Comercio de Lima y en diciembre nació su hija Cecilia. Pero decidió volver al Perú con su familia pues la situación política cubana se hizo difícil con la revolución en ciernes. En enero de 1960 arribó una vez más al Perú pero en abril caía gravemente enfermó de úlcera duodenal. En mayo se operó en el entonces llamado Hospital Obrero de Lima, permaneciendo tres meses en recuperación y aprovechando la oportunidad para escribir varios cuentos y leyendas. La Academia Peruana de la Lengua, bajo la dirección de Víctor Andrés Belaunde, lo eligió por unanimidad como miembro de número el 23 de abril de 1960. En octubre asistió al Tercer Festival del Libro de América, en Buenos Aires. Viajó a Montevideo y mientras colaboró con el prestigioso diario argentino La Nación. En 1961 dejó sus colaboraciones para El Comercio y empezó a escribir para Expreso, y para la revista Caretas de Lima. Se afilió al partido Acción Popular, liderado por el arquitecto Fernando Belaúnde Terry, amigo suyo. En 1962 viajó por todo el país en campaña política, con motivo de las próximas elecciones, viajes en los cuales sufrió agresiones de sus viejos compañeros políticos, los apristas. A inicios de 1963 obtuvo una diputación por Lima y en setiembre la editorial Populibros de Manuel Scorza publicó su libro Duelo de caballeros, obra que tuvo gran aceptación. En 1964 fue invitado junto con Jorge Luis Borges y Julio Ramón Ribeyro al Segundo Encuentro Internacional de Escritores, en Berlín. En 1965 viajó a Francia invitado por el Parlamento francés, y después a Italia, país que lo dejó encantado. Viajó a Nueva York por una invitación de la Universidad de Yale para dictar charlas y conferencias. De vuelta en el Perú se trasladó a Chaclacayo, y asistió al Primer Encuentro de Narradores Peruanos, convocado por la Casa de la Cultura de Arequipa, que dirigía el profesor Antonio Cornejo Polar. En mayo de 1966 fue elegido presidente de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas (ANEA), derrotando a Luis Alberto Sánchez, quien era rector de la Universidad de San Marcos. Bohemio y fumador impenitente, concurrente acérrimo a las tertulias que organizaba el librero Juan Mejía Baca/Alegría frecuentó a artistas de diversas generaciones tales como Martín Adán, Arturo Hernández y Francisco Izquierdo Ríos. A causa de una hemorragia cerebral y tras una penosa agonía falleció el 17 de febrero de 1967 a los 58 años de edad. Como tributo postumo, el Presidente Belaúnde decretó que le fueran rendidos honores de Ministro de Estado, siendo también condecorado con las Palmas Magisteriales en el grado de Amauta.

Ciro Alegría -quien se consideraba integrante de la «generación del 30»- es, junto a José María Arguedas, el escritor más importante de la corriente indigenista en el Perú. Habría que aclarar que Ciro pertenece al indigenismo originario, que se desarrolla entre las décadas de 1920 y 1930, en tanto que Arguedas representa una transición del indigenismo clásico al llamado neoindigenismo. Es bueno recordar que JMA publicó Agua en 1935, en pleno auge del indigenismo, y en el año 1941, cuando Alegría publicaba El mundo es ancho y ajeno su última novela, Arguedas hacía lo mismo con Yawar Fiesta su primera novela, pero años más tarde, en 1958, publicó Los ríos profundos, en pleno auge ya del neo-indigenismo. Ambos autores se tuvieron una estima mutua y se defendieron de vanas rivalidades que algunos intentaron instaurar entre ellos. Alegría narra la vida de los indígenas del norte peruano, diferentes a los indios del sur que reflejan las novelas de Arguedas. El indio del norte es más aculturado y mestizado, y por lo general ignora el quechua, pero ambos son representativos del Perú, La obra literaria de Ciro Alegría se propagó muy temprano a otros países, gracias al exilio en varios países donde escribió ardientemente. En Chile escribió y publicó sus dos primeras novelas, La serpiente de oro y Los perros hambrientos, así como su obra cumbre, El mundo es ancho y ajeno, de la cual Mario Vargas Llosa ha afirmado que constituye “el punto de partida de la literatura narrativa moderna peruana y su autor nuestro primer novelista clásico”. Dicha novela fue traducida a 14 idiomas. El mundo es ancho y ajeno es un gran caleidoscopio narrativo que refleja un Perú moderno, mestizo y multi-regional, con diversas culturas y costumbres. Sus personajes abandonan su comunidad andina y se desplazan por todo el Perú, queriendo ganarse la vida obligados por el inicuo despojo de sus tierras que perpetra Don Alvaro Amenábar inhumano hacendado. La historia tiene dos personajes centrales: Rosendo Maqui, que representa al indio mayor, sabio y tradicional, y Benito Castro, el cholo joven que retorna a su comunidad al morir Rosendo con la finalidad de defender el derecho de sus gentes a vivir en sus tierras. Las novelas de Alegría propugnan la integración de todos los peruanos en la sociedad, y fustigan la injusticia social y las miserias que padecen los más humildes, principalmente los indios. Sus obras poseen un aliento épico, que retrata la naturaleza y las tradiciones culturales andinas, así como la lucha del hombre por sobrevivir. La narración se desarrolla tramando las historias de diversos personajes de la misma comunidad en torno a una historia central. Luego de sus tres grandes novelas indigenistas, Alegría solo publicó en vida un libro de cuentos, que la crítica consideró muy inferior; Duelo de caballeros. Trabajó asimismo en cuatro proyectos novelísticos: Siempre hay caminos, Lázaro, El dilema de Krause y El hombre que era amigo de la noche. Pero solo concluyó la primera, publicada postumamente, y que es una novela corta catalogada como una joya literaria por la crítica. Las tres restantes quedaron inconclusas y sus fragmentos han sido publicados de manera postuma. Lázaro es un ambicioso proyecto que el autor abandonó en 1954, pero que pudo convertirse en una gran novela de tema proletario cuyos protagonistas son los

trabajadores de las haciendas azucareras de la costa norte. Se ha sugerido que el abandono de sus proyectos novelísticos fue la carencia de un estímulo editorial, su recargada labor periodística y docente, y su precaria salud, ello influyó negativamente en su energía creadora. OBRAS En vida, Alegría publicó las siguientes obras: • La serpiente de oro (Santiago de Chile, Editorial Nascimento, 1935), novela. Primer premio del concurso convocado por la Editorial Nascimento de Chile. • Los perros hambrientos (Santiago de Chile, Editorial Zigzag, 1939), novela, Segundo premio del concurso convocado por I a Editorial Zigzag de Chile. • La leyenda del nopal (Santiago de Chile, Editorial Zigzag, 1940), cuentos ilustrados para niños. • El mundo es ancho y ajeno (Santiago de Chile, Editorial Ercilla, 1941), novela. Primer premio del concurso Latinoamericano de Novela convocado por la Editorial Farrar & Rinehart de Nueva York. • Duelo de caballeros (Lima, Populibros, 1962), colección de 7 cuentos y 2 relatos. Luego de su muerte y a partir de escritos publicados en los medios de prensa o manuscritos inéditos, su viuda Dora Varona editó las siguientes obras: • Panki y el guerrero (Lima, 1968), cuentos y leyendas amazónicas para niños. Premio Nacional de Literatura Infantil “José María Eguren”. • Gabriela Mistral íntima (Lima, Editorial Universo, 1969), ensayo. • Sueño y verdad de América (Lima, Editorial Universo, 1969), relatos de hechos históricos basados en Ricardo Palma y en los cronistas. • La ofrenda de piedra (Lima, Editorial Universo, 1969), tres cuentos, un relato, cuatro fragmentos de novelas. • Siempre hay caminos (Lima, Editorial Universo, 1969), novela corta. • El dilema de Krause (Lima, Ediciones Varona, 1969), novela inconclusa, de carácter testimonial y autobiográfico sobre su paso por la Penitenciaría de Lima. • La revolución cubana: un testimonio personal (Lima, Editorial PEISA, 1971), ensayo. • Lázaro (Buenos Aires, Editorial Losada, 1973), novela inconclusa. • Mucha suerte con harto palo (Buenos Aires, Editorial Losada, 1976), memorias armadas a partir de diferentes artículos periodísticos, autobiográficos y ficcionales. • Siete cuentos quiromanticos (Lima, Ediciones Varona, 1978), narraciones urbanas ambientadas en Nueva York y ciudades hispanoamericanas (cinco cuentos, un fragmento de novela y la notable novela inconclusa El hombre que era amigo de la noche). • El sol de los jaguares (Lima, Editorial Varona, 1979), cuentos amazónicos. • Fábulas y leyendas americanas (Madrid, Editorial Espasa-Calpe, 1982).