Cesar Vallejo

César Vallejo César Vallejo César Vallejo   Considerado el más universal de los poetas peruanos, llamado también e

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César Vallejo

César Vallejo César Vallejo 



Considerado el más universal de los poetas peruanos, llamado también el cholo. Compuso obras narrativas como Paco yunque, El Tungsteno y Fabla Salvaje, sin embargo lo más resaltante en él es la poesía, la cual podemos dividirla en los siguientes momentos: -Modernismo - Vanguardismo - Socialismo

César Vallejo Etapa modernista   



Influencia por Rubén Darío. Inicia su vocación en Trujillo en el Grupo Norte, junto con Víctor Raúl Haya de la Torre. En Lima conoce a Valdelomar quien lo contacta con El Círculo Literario, cuyo preceptor es Manuel González Prada, a quien llamaría el Maestro. De esta etapa destaca su primer poemario:

Los Heraldos Negros. Publicado en 1918,libro del dolor personal, evocaciones, nostalgia y musicalidad. En este libro se encuentran los poemas: • “los heraldos negros” • “los dados eternos”(dedicado a Manuel González Prada, al que llama Maestro) • “el poeta a su amada”(primer poema publicado en la revista Variedades) • “espergesia” (último poema del libro que cierra el ciclo modernista)

César Vallejo Los heraldos negros Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé! Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma... Yo no sé! Son pocos; pero son... Abren zanjas obscuras en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte. Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas; o los heraldos negros que nos manda la Muerte. Son las caídas hondas de los Cristos del alma, de alguna fe adorable que el Destino blasfema. Esos golpes sangrientos son las crepitaciones de algún pan que en la puerta del horno se nos quema. Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada; vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza, como charco de culpa, en la mirada. Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!

César Vallejo Los dados eternos Para Manuel González Prada, esta emoción bravía y selecta, una de las que, con más entusiasmo, me ha aplaudido el gran maestro. Dios mío, estoy llorando el ser que vivo; me pesa haber tomádote tu pan; pero este pobre barro pensativo no es costra fermentada en tu costado: ¡tú no tienes Marías que se van! Dios mío, si tú hubieras sido hombre, hoy supieras ser Dios; pero tú, que estuviste siempre bien, no sientes nada de tu creación. ¡Y el hombre sí te sufre: el Dios es él! Hoy que en mis ojos brujos hay candelas, como en un condenado, Dios mío, prenderás todas tus velas, y jugaremos con el viejo dado.

César Vallejo Los dados eternos Tal vez ¡oh jugador! al dar la suerte del universo todo, surgirán las ojeras de la Muerte, como dos ases fúnebres de lodo. Dios míos, y esta noche sorda, obscura, ya no podrás jugar, porque la Tierra es un dado roído y ya redondo a fuerza de rodar a la aventura, que no puede parar sino en un hueco, en el hueco de inmensa sepultura.

César Vallejo El poeta a su amada Amada, en esta noche tú te has crucificado sobre los dos maderos curvados de mi beso; y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado, y que hay un viernes santo más dulce que ese beso. En esta noche clara que tanto me has mirado, la Muerte ha estado alegre y ha cantado en su hueso. En esta noche de setiembre se ha oficiado mi segunda caída y el más humano beso. Amada, moriremos los dos juntos, muy juntos; se irá secando a pausas nuestra excelsa amargura; y habrán tocado a sombra nuestros labios difuntos. Y ya no habrá reproches en tus ojos benditos; ni volveré a ofenderte. Y en una sepultura los dos nos dormiremos, como dos hermanitos.

Espergesia Yo nací un día que Dios estuvo enfermo. Todos saben que vivo, que soy malo; y no saben del diciembre de ese enero. Pues yo nací un día que Dios estuvo enfermo. Hay un vacío en mi aire metafísico que nadie ha de palpar: el claustro de un silencio que habló a flor de fuego. Yo nací un día que Dios estuvo enfermo. Hermano, escucha, escucha... Bueno. Y que no me vaya sin llevar diciembres, sin dejar eneros. Pues yo nací un día que Dios estuvo enfermo.

César Vallejo

Espergesia

César Vallejo Todos saben que vivo, que mastico... y no saben por qué en mi verso chirrían, oscuro sinsabor de ferétro, luyidos vientos desenroscados de la Esfinge preguntona del Desierto. Todos saben... Y no saben que la Luz es tísica, y la Sombra gorda... Y no saben que el misterio sintetiza... que él es la joroba musical y triste que a distancia denuncia el paso meridiano de las lindes a las Lindes. Yo nací un día que Dios estuvo enfermo, grave.

César Vallejo Etapa Vanguardista 



Marcada por dos sucesos fatales para Vallejo, como son la muerte de su madre en Trujillo y el posterior encierro unos meses en prisión. En este periodo Vallejo ya ha absorbido las influencias vanguardistas, con elementos del surrealismo, expresionismo y creacionismo, componiendo así:

Trilce. Publicado en 1922 y considerado como uno de los tres mejores libros de vanguardia a nivel mundial de ese año (junto a Ulyses de James Joyce y Tierra baldía de Tomas Eliot). Este libro se caracteriza por la ruptura de la sintaxis, la experimentación formal y la ausencia de títulos en los poemas. Vallejo crea un nuevo lenguaje en donde se evoca de manera novedosa la imagen del hogar infantil, los miedos y penas por su madre y la representación del encierro.

César Vallejo Trilce I Quién hace tánta bulla, y ni deja testar las islas que van quedando. Un poco más de consideración en cuanto será tarde, temprano y se aquilatará mejor el guano, la simple calabrinatesórea que brinda sin querer, en el insular corazón, salobre alcatraz, a cada hialóideagrupada.

Un poco más de consideración, y el mantillo líquido, seís de la tarde DE LOS MAS SOBERBIOS BEMOLES Y la península párase por la espalda, abozaleada, impertérrita en la línea mortal del equilibrio.

César Vallejo Trilce III Las personas mayores ¿a qué hora volverán? Da las seis el ciego Santiago, y ya está muy oscuro. Madre dijo que no demoraría. Aguedita, Nativa, Miguel, cuidado con ir por ahí, por donde acaban de pasar gangueando sus memorias dobladoras penas, hacia el silencioso corral, y por donde las gallinas que se están acostando todavía, se han espantado tanto. Mejor estemos aquí no más. Madre dijo que no demoraría.

César Vallejo Trilce III Ya no tengamos pena. Vamos viendo los barcos ¡el mío es más bonito de todos! con los cuales jugamos todo el santo día, sin pelearnos, como debe de ser: han quedado en el pozo de agua, listos, fletados de dulces para mañana. Aguardemos así, obedientes y sin más remedio, la vuelta, el desagravio de los mayores siempre delanteros dejándonos en casa a los pequeños, como si también nosotros no pudiésemos partir. Aguedita, Nativa, Miguel? Llamo, busco al tanteo en la oscuridad. No me vayan a haber dejado solo, y el único recluso sea yo.

César Vallejo Trilce XVIII Oh las cuatro paredes de la celda. Ah las cuatro paredes albicantes que sin remedio dan al mismo número. Criadero de nervios, mala brecha, por sus cuatro rincones cómo arranca las diarias aherrojadas extremidades. Amorosa llavera de innumerables llaves, si estuvieras aquí, si vieras hasta qué hora son cuatro estas paredes. Contra ellas seríamos contigo, los dos, más dos que nunca. Y ni lloraras, di, libertadora!

César Vallejo Trilce XVIII Ah las paredes de la celda. De ellas me duele entretanto, más las dos largas que tienen esta noche algo de madres que ya muertas llevan por bromurados declives, a un niño de la mano cada una.

Y sólo yo me voy quedando, con la diestra, que hace por ambas manos, en alto, en busca de terciario brazo que ha de pupilar, entre mi dónde y mi cuándo, esta mayoría inválida de hombre.

César Vallejo Etapa Socialista  



Luego de salir de prisión Vallejo emigra a Europa y llega a Rusia en donde escribe El arte y la revolución. Se casa con Georgette Phillipart y transcurre una temporada en España en épocas de la Guerra Civil, radicando al final de su vida en París. De esta etapa destacan los dos poemarios póstumos de Vallejo publicados en 1939 con ayuda de Raúl Porras Barrenechea:

España, aparta de mí éste cáliz. Marcado por la guerra civil, Vallejo apoya a la causa republicana convirtiéndose en el poeta dela guerra y publicando sus versos clandestinamente a través de un mimeógrafo. Poemas humanos. Denominado inicialmente por Vallejo Nómina de huesos, con un lenguaje más coloquial y cotidiano, aludiendo al dolor universal y la necesidad de un cambio a conciencia.

César Vallejo Masa

Al fin de la batalla, y muerto ya el combatiente, vino hacia él un hombre y le dijo: "No mueras, te amo tanto!" Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle: "No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!" Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil, clamando: "¡Tanto amor y no poder nada con la muerte!" Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. Le rodearon millones de individuos, con un ruego común: "¡Quédate, hermano!" Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Entonces, todos los hombres de la tierra le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado; incorporóse lentamente, abrazó al primer hombre; echóse a andar...

César Vallejo Piedra negra sobre piedra blanca Me moriré en París con aguacero, un día del cual tengo ya el recuerdo. Me moriré en París -y no me corrotal vez un jueves, como es hoy, de otoño. Jueves será, porque hoy, jueves, que proso estos versos, los húmeros me he puesto a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto, con todo mi camino, a verme solo. César Vallejo ha muerto, le pegaban todos sin que él les haga nada; le daban duro con un palo y duro también con una soga; son testigos los días jueves y los huesos húmeros, la soledad, la lluvia, los caminos...