Caudillismo

EL CAUDILLISMO EN MEXICO El caudillismo es el sistema de caudillaje o el gobierno de un caudillo. La noción de caudillo,

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EL CAUDILLISMO EN MEXICO El caudillismo es el sistema de caudillaje o el gobierno de un caudillo. La noción de caudillo, por su parte, procede del latín capitellus y hace mención a la persona que dirige alguna comunidad o cuerpo y que actúa como guía o líder. Como fenómeno social y político, el caudillismo se desarrolló en América Latina durante el siglo XIX. Los caudillos eran líderes carismáticos que solían acceder al poder por procedimientos informales, gracias a la ascendencia que tenían sobre las grandes masas populares. La gente veía al caudillo como un hombre fuera de lo común, capaz de representar y defender los intereses del conjunto de la comunidad. Muchos caudillos eran demagogos y manipulaban a la población. En ciertos casos, el caudillismo derivó en dictaduras con una dura represión a los opositores. En otros, en cambio, el caudillismo se adaptó a los regimenes democráticos y federales que se establecieron en los países latinoamericanos. La formalización del poder de los caudillos siguió un proceso similar en varias naciones. Las fuerzas del caudillo enfrentaban al gobernante vigente hasta deponerlo, luego disolvían el congreso bajo el argumento de no responder al pueblo o la ley y finalmente el caudillo se autoproclamaba presidente provisional. Al pasar un tiempo, el propio caudillo llamaba a elecciones y se formaba un nuevo congreso, formalizando el poder del caudillismo. Los caudillos latinoamericanos se caracterizaron por: 1- Poder personal: poseían recursos financieros (eran hacendados, mercaderes y militares, donde se integran el poder- prestigio- economía). 2- Poder de persuación: por medio de un discurso populista e integrador, adhueren a sus trabajadores como al pueblo de bajos recursos por medio de la retórica simple y dogmática, apelando al nacionalismo, regionalismo y entrega de regalos lo que crea una dependencia hacia su persona. 3- Intereses ocultos: todos poseian intereses específicos, los que trasmitian como una salida única, lo que llevaba a la integración y apoyo de sus objetivos. 4- Manejan la sociedad de acuerdo a sus nesecidades: al controlar a todos los actores sociales, por interes, aceptacion y a sus oponentes por medio de la represión, ntegran toda la sociedad bajo sus objetivos. Por lo que las intituciones democráticas lo son en apariencia ya que deciden el destino de la sociedad. 5- Se manifestaron en toda latinoamérica posterior a las independencias americanas a mediados del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Los mas importantes de Argentina fueron: Juan Manuel de Rosas (Buenos Aires), Justo José de Urquiza (Entre Rios), Facundo Quiroga (La Rioja), Bustos (Córdoba), Paz (Tucumán). Caudillos de la Historia de México En la historia de México se reconoce el surgimiento de "caudillos" durante la Revolución Mexicana (21552855). Ya eran llamados caudillo los personajes prehispánicos que guiaron a los distintos pueblos (en especial el mexica), antes de constituirse como señoríos o fundar sus dinastías. El término nahuatl es cuauhtlahto para el caudillo, que era jefe y guía del pueblo; en ocasiones es mencionado también con el nombre de "teyacanqui" o puede ser a la vez "teomama" Caudillo (del latín: capitellium, cabeza) es un término utilizado para referirse a un cabecilla o líder ya sea político, militar o ideológico. Aunque en un sentido amplio este término se utiliza para cualquier persona que haga de guía de otras en cualquier terreno, el uso le ha dado a la palabra caudillo una cierta connotación política. Por lo general se emplea como referencia a los líderes políticos de los siglos XIX y XX. La aparición en el siglo XIX de numerosos caudillos en distintos países sudamericanos, fue un fenómeno social denominado caudillismo Emiliano Zapata nació el 8 de agosto de 1879 en San Miguel Anenecuilco, Morelos y falleció el 10 de abril de 1919 en Chinameca, Morelos. Conocido como el Caudillo del Sur, fue uno de los líderes militares más importantes durante la Revolución mexicana, comandó un importante ejército durante la revolución, el Ejército Libertador del Sur. Hijo de Gabriel Zapata y Cleofas Salazar, y formó parte de una familia campesina. José Doroteo Arango Arámbula (mejor conocido por su seudónimo Francisco Villa o el hipocorístico de éste, Pancho Villa) fue uno de los jefes de la revolución mexicana, cuya actuación militar fue decisiva para

la derrota del régimen del entonces presidente Victoriano Huerta. Durante la revolución fue conocido como "El Centauro del Norte". Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón (21 de febrero de 1794 – 21 de junio de 1876) fue un político y militar mexicano, que se desempeñó como Presidente de México y repitió el cargo en diez ocasiones más. A lo largo de su larga carrera política se unió en distintas ocasiones a realistas, insurgentes, monárquicos, liberales y conservadores. Entre los muchos sobrenombres que le atribuyeron o él mismo se atribuyó, figuran: El Águila, Héroe del Pánuco, Benemérito de Veracruz, Guerrero Inmortal de Zempoala, Benemérito de Tampico. Napoleón del Oeste (comúnmente los que sus partidarios inventaban, sin duda su favorito era éste). Agustín de Iturbide es la siguiente figura que nos presenta Enrique Krauze. Destaca su magistral actuación en Iguala y su lucha incansable contra la anarquía desatada por los “curas revolucionarios”. Sin embargo, a juicio de numerosos contemporáneos –Simón Bolívar entre ellos- su gran error fue aceptar la corona imperial en 1822. Esta, a la postre, resultó ser una trampa que lo arrojó sin remedio al infierno de la historiografía mexicana. “Siglo de caudillos” termina con la revolución que llevó a Porfirio Díaz al exilio en 1911. Que es un caudillo El poder de los caudillos se basaba en el apoyo de fracciones importantes de las masas populares. Este apoyo popular se tornaba en su contra cuando las esperanzas puestas en el poder entregado al caudillo se veían frustradas, y se decidía seguir a otro caudillo que lograra convencer de su capacidad de mejorar el país o la provincia. Este fenómeno se dio en América Latina durante prolongados períodos de su historia republicana; en algunos casos desembocó en fuertes dictaduras, represiones a la oposición y estancamiento económico y político, pero en otros canalizó las primeras modalidades democráticas y federales en las repúblicas latinoamericanas, así como proyectos de desarrollo autónomo, frente a las expresiones políticas neocoloniales. Las causas de la aparición del caudillismo en América Latina fueron principalmente la ausencia de consenso político y las teorías de gobierno utópicas por parte de los aristócratas. Para acceder al poder, los caudillos se rebelaban con sus aliados militares, deponían al gobernante actual, disolvían el Congreso y se autoproclamaban presidentes provisionales. Después de un corto plazo, se elegía a un nuevo congreso y se convocaba a elecciones presidenciales. En las elecciones, salía elegido el caudillo que había presidido anteriormente la revolución y deposición del antiguo gobernante. Los principales partidarios de los caudillos, aparte de sus hombres de armas de confianza, fueron los miembros de las clases enriquecidas. Así, estos aseguraban un flujo de dinero para el Estado del caudillo de turno y este se comprometía a darles beneficios. El caudillismo se desarrolló principalmente en México (donde hubo una gran cantidad de presidentes militares en 50 años); en Chile con el gobierno de Bernardo O'Higgins a comienzos de la república; en Perú, donde hubo tres grandes militarismos, a inicios de la república, durante la reconstrucción nacional después de la guerra con Chile, y tras el oncenio de Leguía; en Argentina con el gobierno de Juan Manuel de Rosas en 1829 y en Colombia con el gobierno de Pedro Alcántara Herrán que promovió a la vez la constitución de 1843; y también en Bolivia, Paraguay, Ecuador y Venezuela. Algunos de los caudillos de mayor influencia fueron: Jorge Eliécer Gaitán en Colombia, Juan Manuel de Rosas en Argentina, Antonio López de Santa Anna en México, José Gaspar Rodríguez de Francia en Paraguay, José Antonio Paez, Antonio Guzmán Blanco, José Tadeo Monagas en Venezuela, Francisco Franco en España, Salazar en Portugal y Agustin Gamarra en Perú. La loca inestabilidad política actual es consecuencia de cómo fue organizado el Estado, al nacer a la vida republicana, sin base nacional y también debido a los sucesivos años de enfrentamientos políticos presididos por las diferentes facciones que se disputaban el poder en ese entonces. De esta forma, las repúblicas se constituyeron sobre una base inconsistente, sobre un Estado embrionario, desorganizado económicamente, caótico en el orden político y sin planes de gobierno que sigan disciplina y orden. Por esta razón, la democracia no es totalmente efectiva y se realiza un uso inadecuado de las conquistas del liberalismo, en vez de un correcto uso de la libertad.

El orden impuesto por fuerza bruta dentro del caudillismo ha quedado como herencia. Además, ciertas características “caudillescas” prosiguen hasta la actualidad. El caudillo, que buscaba gloria y poder, intentaba con sus obras ganarse la simpatía de la población y desprestigiar al máximo al anterior gobernante; así, reorganizaba el gobierno a su antojo y consideraba como malo todo lo que el gobernante anterior hubiese hecho. Hoy en día, muchos gobernantes desprestigian aquello gestado por sus antecesores y lo abandonan, buscando el propio beneficio, o tal vez como una estrategia para su obligada participación en las siguientes elecciones. Por otro lado, es importante resaltar que, al hablar de caudillismos se habla también de consolidación de fuertes regionalismos, que mermaron el casi inexistente estado-nación. Así, hoy en día aún existen algunos de esos fuertes regionalismos, especialmente en el sur andino, que, a pesar de no ser una consecuencia directa del caudillismo, ayudó a que se solidificaran algunos de ellos. Por esta razón, algunas veces planes unificadores resultan insostenibles. LA REVOLUCION MEXICANA El 20 de noviembre de 1910 inició la Revolución Mexicana. Cien años antes, los mexicanos emprendieron una lucha revolucionaria en contra del imperialismo español, que los llevó a construir una nación. Pero cien años después, esta nación ya no era gobernada por monarcas extranjeros como en aquel entonces, sino por un dictador: Porfirio Díaz. Durante los más de 30 años que el General Díaz se mantuvo en el poder, los ciudadanos no pudieron elegir gobernante y debido a que un pequeño grupo de personas acapararon el poder, la desigualdad social se hizo evidente: el rico era más rico, viviendo en palacetes al estilo europeo, y los pobres eran más pobres, intentando al menos “sobrevivir” en pequeños jacales. Pero también inició otra capa social antes desconocida: la clase media, gracias a la cual, los empresarios sumaban sus riquezas. Este era el ambiente que se vivía en el país a principios de 1900 y un nombre comenzó a sonar en la vida política de México: Francisco I. Madero quien, fundó el Club Democrático Benito Juárez y posteriormente creó una red de intercomunicación entre los círculos opositores al régimen porfirista. Para 1908 publicó su obra: “La sucesión presidencial en 1910” en donde plasmó un estudio de la dictadura militar y planteó la necesidad de crear un partido independiente que lograra la efectividad del sufragio y el triunfo del principio antirreeleccionista, con el cual se combatiría la dictadura de Porfirio Díaz. El presidente Díaz, por su parte, pensaba que el pueblo de México ya estaba listo para comenzar a vivir un gobierno democrático, pero para llegar a él, había que crear diversos partidos políticos que contendieran. Así, permitió que se crearan partidos y se postularan candidatos para finalmente votar por un nuevo presidente. Madero aprovechó esta nueva posición de Díaz y fue postulado como presidente del partido que fundó. Pero poco antes de las elecciones de 1910, Madero fue encarcelado en Monterrey y posteriormente trasladado a San Luis Potosí, siendo acusado de haber pronunciado un discurso en el que injuriaba al Presidente. Con Madero fuera del escenario, Porfirio Díaz – a través de un fraude electoral – es reelecto presidente de México y hasta ese momento, Madero es puesto en libertad a condición de que abandonara la ciudad. Decide ir hacia San Antonio, Texas, cruzando por Laredo, y ahí lanza el manifiesto conocido como Plan de San Luis Potosí con el que denuncia el fraude electoral de junio, desconoce los poderes constituidos, y en su artículo 7, incita al pueblo a tomar las armas para derrocar la dictadura: “el día 20 de noviembre desde las seis de la tarde en adelante, todos los ciudadanos de la república tomarán las armas para arrojar del poder a las autoridades que actualmente gobiernan. Los pueblos que estén retirados de las vías de comunicación lo harán la víspera”. Y este plan que subrayaba el principio de: “sufragio efectivo, no reelección” fue el acicate para que la Revolución diera inicio. El primer brote sangriento se dio el 18 de noviembre cuando Aquiles Serdán, uno de los más puros revolucionarios, fue asesinado en su casa. Posteriormente inició la lucha armada en Chihuahua, donde el ejercito de Díaz fue derrotado. Francisco Villa, se levantó en el Sur y prontamente la revolución se extendió a otras ciudades del país. Dándose cuenta de su inminente derrota, Díaz decide entrar en negociaciones, pero al no poder sacar provechó de ellas, decide renunciar y viajar a Francia abandonando definitivamente el país.

Después de seis meses de lucha, la revolución maderista había triunfado. Madero, apoyándose en los tratados de Ciudad Juárez, negoció el poder colocando en el gobierno interino a varios de sus hombres y formalizó las próximas elecciones para 1911. Como Madero, no deseaba llegar al poder de manera ilegitima, decidió que Francisco León de la Barra fuera nombrado presidente interino, pero desafortunadamente este interinato sólo provocó discordias entre los revolucionarios. Así, con un partido resquebrajado, Madero asumió el poder. Las discordancias revolucionarias comenzaron a enfatizarse y a escasos veinte días de haber tomado la presidencia, Zapata se levantó en su contra arguyendo que el primer punto a resolver eran las carencias de tierra. “Tierra y Libertad” – grito Zapata - y “tierra y Libertad” - coreó el pueblo. Como para Madero, el verdadero camino de la revolución era la ley y sólo mediante ella deberían encontrar soluciones a los verdaderos problemas nacionales, exigió que se depusieran las armas y Zapata se sintió traicionado. La situación nacional se hizo más compleja. Se empezó a vivir un clima de inseguridad que preocupó a los dueños del poder económico para quienes la paz y la seguridad eran condiciones esenciales para su prosperidad. La legalidad y el deseo de acuerdo del presidente Madero se confundieron con fragilidad y temor por lo que los empresarios decidieron que si Madero no podía ordenar al país, entonces se necesitaba de una acción enérgica contra su gobierno. Y comenzaron a fraguar un plan para derrocarlo. Fue entonces cuando apareció en escena Victoriano Huerta, quien comenzó a jugar un doble juego: engañaba al presidente a quien supuestamente defendía y a los rebeldes con los que supuestamente negociaba, pero en realidad era partidario de derrocar a Madero en complicidad con los representantes de los intereses extranjeros. Así, en enero de 1913, inició la llamada “decena trágica” es decir, diez días de guerra en la ciudad de México que terminaron por derrocar al presidente. El 22 de Febrero de 1913, Francisco I. Madero fue asesinado por la espalda, aplicándosele la “ley fuga” mientras era trasladado a la penitenciaría de Lecumberri. Después de estos acontecimientos, Huerta fue nombrado presidente, pero debido a que era conocida la forma en que llegó al poder, y a que estaba ligado a los intereses de Estados Unidos, no pudo crear una imagen pública positiva y su ascensión a la silla presidencial provocó la unificación de los revolucionarios en su contra. Por ello, Huerta se ve forzado a abandonar el poder en 1914. Por esas fechas, Venustiano Carranza se levantó en armas en Coahuila y los revolucionarios lo tomaron como caudillo con el objetivo de restaurar el orden constitucional. Por ello, Carranza se empeñó en consolidar un gobierno que hiciera posibles las transformaciones sociales y económicas del momento histórico que el país vivía y en un corto lapso, logró aumentar su prestigio y poder. Trató de lograr la unidad revolucionaria, de fortalecer la imagen de su gobierno en el extranjero y de acabar con los brotes de insurrección. Sin embargo no se pudo dar una organización nacional rápida, por lo que decidió poner orden por el terreno de las armas a unos y por el de las ideas a otros, provocando una nueva era de violencia. Al mismo tiempo, la fraternidad de los hombres de armas y de caudillos dejó de funcionar. Villa ya era enemigo de Obregón y Zapata de Venustiano Carranza. Para 1917 se promulgó la Constitución en la ciudad de Querétaro y el presidente Carranza se convirtió en el primero en gobernar bajo un régimen constitucional. Para 1919, es asesinado Zapata y en ese mismo año se promulgó el plan de Agua Prieta que proclamaba que la soberanía radicaba en el pueblo. Los revolucionarios volvieron a chocar entre sí y Carranza fue asesinado. Para 1920, es decir, diez años después de iniciada la revolución, Madero, Zapata y Carranza, ya habían muerto, pero su legado, trabajado ahora por los nuevos caudillos revolucionarios estaba próximo a marcar el final de la revolución. El General Álvaro Obregón es quien comenzó la etapa final. Con gran prestigio y poder, trabajó afanosamente en otorgar derechos a obreros y campesinos, para hacer crecer su base popular de apoyo y para asentar las bases de un esquema político diferente. En 1924 ocupó la presidencia Plutarco Elías Calles y es con él con quien el nuevo esquema político tomó forma definitiva.

Estos fueron los caudillos de la revolución y estos fueron sus logros. Por eso, el 20 de noviembre es una fecha que siempre estará presente en el corazón de todos los mexicanos, recordada como el inicio de la “Revolución Mexicana”.