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Pero no de forma verdadera y simpliciter. Y si los hombres, nuestros mayores , de cara a los dioses , lo afirmaron -dice Arist6teles 23- , lo afirmaron con engaiio, para persuasion y oportunidad de muchos, y en relaci6n a las leyes . Pero solo Dios puede llamarse propiamente inmortal, segun el mismo Arist6teles 24 . Afirmamos que Dios es el animal eterno y 6ptimo : porque la vida, la duraci6n continua y eterna es atributo de Dios. Esto es Dios. De estas palabras se deduce otra cosa, a saber: que el entendimiento humano no conoce sin fantasmas o imagenes. Los seres eternos siempre se deleitan y gozan porque siempre entienden. En su intelecci611 no dependen ni necesitan de imagenes. Si las necesitaran, no serial? eternos .. . Pero el entendimiento humano, el poquisimo tiempo que entiende, no puede prescindir de la imagen . .. Decir, pues, como algunos quieren afirmar, que el entendimiento humano es absolutamente inmortal y que el mismo entendimiento tiene dos modos de conocer -sin imagen alguna y con imagenes (fantasmas)-, es cambiar la naturaleza humana en divina. Y esto dista muy poco de las fabulas de Ovidio en su libro de las Metamorfosis.

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Arist6teles, Metafisica, 12, 50. Arist6teles, Metafisica, 11, 39.

Baltasar Castiglione (1478-1529)

Dos son los valores fundamentales que traen a Baltasar Castiglione a nuestra selecci6n de humanistas italianos del Renacimiento. Su calidad literaria, estimuladora de una corriente de imitadores en toda Europa que atrajo la atenci6n de infinitos lectores. En Espafia, de modo particular, se convirti6 en lectura obligada entre la gente culta, y fue aceptado entre el pueblo, merced a la traducci6n castellana que hizo Boscan de El Cortesano, su obra principal. El segundo valor que aporta Castiglione es que El Cortesana supone una diestra popularizaci6n de las ideas de fil6sofos humanistas 1, constituyendose en punta de lanza del humanismo europeo del siglo XVI. Castiglione conjuga en su obra todos los valores que pone en circulaci6n en Italia y en Europa el humanismo renacentista. Naci6 en Casatico (Mantua) en 1478. Su padre era un hombre de armas de la familia Gonzaga. Muy pronto paso a estudiar latin y griego a Milan, donde tuvo importantes maestros y donde pudo frecuentar la corte de Ludovico el Moro. En 1499 deja Milan para dedicarse ya de por vida a I J. R. Hale, Enciclopedia del Renacimiento italiano, Madrid, 1984. Castiglione, Baldassare.

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la poHtica y a la diplomacia al servicio de senores, reyes y papas. En efect6, Mantua, Urbino, Inglaterra, Roma --donde hace de embajador del duque de Urbino en la corte papal de Leon X- y, finalmente, Espana como nuncio del Papa ante Carlos V, consumen la carrera humana, polltica y literaria de este hombre. Muere en Espana en 1529, mereciendo el elogio mas cumplido de Carlos V: «Es muerto uno de los mejores caballeros del mundo.» El calificativo de «caballero» dado por el emperador se ha de aplicar en toda su acepci6n a Castiglione. Cortesano adornado con todas las cualidades que el describiria en su libro, Castiglione fue un producto genuino del refinamiento cultural y humano de las cortes italianas del cinquecento, y heredero del humanismo del siglo anterior. La obra fundamental de Castiglione ---{;Omo es sabido-es Il Cortegiano ( 1528), El Corte sana. «Dos prop6sitos le guiaron en el libro: ofrecer un retrato de la corte de Urbino en un momento (1506) que ellleg6 a mirar con intensa nostalgia. Y describir la formaci6n de un cortesano tan amplia y elegantemente cumplido que su consejo, aceptable para un principe, pudiera contribuir a la seguridad y bienestar de una Italia mal gobernada. El ideal y meta de Castiglione es formar con parole un perfetto cortegiano». El libro parece dominado por un imperative moral en la conducta del cortesano: no ser tedioso en ninglin momento. «Este principio subyace a su ensefianza de que ninguna de las consecuciones del cortesano, sea en las armas, las letras, el arte, el deporte, la musica o la conversaci6n, deberia carecer de aprezzatura, que es una facilidad espontanea para el hacer, e1 aroma de la superioridad sin esfuerzo, que durante siglos iba a considerarse el sello del caballero.» 2 El Cortesano se articula en cuatro libros, precedidos cada uno de ellos de un pr6logo. Se desarrolla en la corte de Mantua en un dialogo entre damas y caballeros de la nobleza del lugar. Mas que un desarrollo lineal del libro, creo que interesa destacar los grandes temas del Cortesano. Los podemos reducir a los siguientes: 1) El perfecto cortesano. «La aspiraci6n a la perfecci6n, la consecuci6n de un tipo hun:iano que se ha hecho realmente compos sui (duefio de sf mismo) y cultivado en todas las direcciones», tal es la consigna del Renacimiento. 2) La perfecta dama, «donna di palazzo o gen2

Ibid.

Baltasar Castiglione

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tildonna, diferente del hombre «pot una delicadeza tierna y blanda». 3) La figura del przncipe, consecuencia de su reflexi6n politica. Esta parte desencadenaria una serie de libros sobre la educaci6n de los principes, preocupaci6n fundamental del Renacimiento. 4) El am or plat6nico, am or sustancial y alto que debe cultivar el caballero, no el loco amor que sigue el vulgo.

BIBLIOGRAFIA Il Cortegiano, annotato e illustrato da V. ClAN, Firence, 1894 (4 .' ed., 1947). El Cortesano. Traducci6n de Juan Boscan, estudio preliminar de M. Menendez y Pelayo, fndice y notas de A. Gonzalez Palencia, Madrid, 1942. Morreale, M.: Castiglione y Boscan: el ideal cortesano en el Renacimiento espana!, Madrid, 1959, 2 vols. J . R. Hale: Enciclopedia del Renacimiento Italiano, Castiglione, Baldassare. Baltasar de Castiglione: El Cortesano, Introducci6n y notas de Rogelio Reves Cano, 5.' ed., Madrid, 1984.

El Cortesano Los Cuatro libros del Cortesano, compuestos en italiano por el conde Baltasar Castellon, y agora nuevamente traducido en lengua castellana por Boscan 3

LIBRO

III [capitulo II]

[En el cual, prosiguiendo el Manifico Julian su platica en las calidades de la Dama, dice los exercicios que le competen, y c6mo los debe usar; y tambien quiere que la Dama tenga noticia de letras, de musica y del pintar, y otras muchas calidades, sabre lo cual pasan entre los cortesanos so tiles razones y replicas.]

Pues que yo, respondi6 el Manifico, tengo licencia de format esta Dama a mi placer, no solamente no quiero que use esos exercicios tan impropios para ella, pero quie3 Los cuatro libros del Cortesano, compuestos en italiano par el conde Baltasar Castellon y agora nuevamente traducido en lengua castellana par Boscan (Barcelona, por Pedro Mompezat, 1534). De esa traducci6n -levemente retocado por M. A. Fabh! en 1873 en cuanto a la puntuaci6n y ortografia- seleccionamos dos capftulos . El primero forma el capitulo II del libro III sobre las calidades de las damas. El segundo corresponde al capitulo VII y ultimo del libro IV, sobre el amor sustancial y alto del caballero.

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ro que aun aquellos que le convienen los trate mansamente, y con aquella delicadeza blanda que, segun ya hemos dicho, le pertenece. Y as! [en] el danzar no quetria vella con unos movimientos muy vivos y levantados, ni en el cantar o tafier me pareceria bien que usase aguelias diminuciones fuertes y replicadas que traen mas arte que dulzura; asimismo los instrumentos. de musica que ella tafi.iere estoy en que sean conformes a esta intinci6n ; imagina agora cuan desgraciada cosa seria ver una mujer tafi.endo un atambor, o un pifaro, o otros semejantes instrumentos; y la causa desto es la aspereza dellos, que encubre o quita aquella suavidad mansa que tan propriamente y bien se asienta en las mujeres . Por eso, si alguna vez le dixeren que dance o tafia o cante, debe esperar primero que se lo ruegilen un poco, y cuando lo hiciere, hagalo con un cierto miedo, que no llegue a embarazalla, sino que solamente aproveche para mostrar en ella una vergiienza natural de mujer (de) casta, la cual es contraria de la desvergi.ienza; y aun su vestir debe tambien ayudar a esto; y asi han de set sus vestidos de manera que no la hagan vana ni liviana. Mas porque a las mujeres es permitido y debido que tengan mas cuidado de la hermosura que los hombres, y en la hermosura hay muchas diversidades, debe esta Dama tener buen juicio en escoger la manera del vestido que la haga parecer mejor, y la que sea mas conforme a lo que ella entiende de hacer aquel dfa que se viste; y conociendo en sf una hermosura lozana y alegre, debele ayudar con los ademanes, con las palabras y con los vestidos, que todos tiren a lo alegre. Y tambien si se conoce ser de un arte mansa y grave, debe seguilla acudiendole con las casas conformes a ella por acrecentar aquel don de la naturaleza que Dios le dio. Asimismo, siendo un poco mas gorda o flaca de lo que conviene, o siendo blanca o algo baza, es bien que se .ayude con saberse vestir como mejor le estuviere; mas esto halo de hacer tan disimuladamente que cuanto mas cuidado pusiese en curar su rostra y ·en traer su persona aderezada, tanto mayor descuido muestra en ello. Pero porque el senor Gaspar Pallavicino pregunto poco ha CU